Titulo: Romance
Capitulo: 01
Fandom: Super Junior
Parejas: Kyumin / Eunmin
Clasificación: Angst
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
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Primera Parte [Kyuhyun]
Has venido cada día, con una sonrisa ausente
Y las mejillas totalmente coloradas de timidez
Mientras en silencio te conviertes en mi futuro
Le pido al cielo me brinde un poco más de tu luz
Ojos que ya no me miran
Solo buscan un poco de calor en este despiadado invierno
Mientras, alzando tus manos
Construyes sueños en los que yo podría vivir eternamente
Mis dedos no dejan de escribir,
una historia sin realidad
Un relato en el que tu corazón palpitante
Solo piensa en mi...
Y todo empezó como si nada. Me lo presentaron como un compañero más de trabajo, sus ojos fueron cálidos pero sus palabras algo frías y un poco distantes. Sonrió amablemente mientras hacía una venia. Sorprendido ante su amabilidad lo imité.
Yo era el ultimo en entrar a aquel grupo, eran muchos y ya habían lanzado su primer CD. De repente, su mirada no expresaba absolutamente nada pero sus rojos labios parecían tener mucho por decir. Le pregunté por los demás y alzando la vista me los señaló, era obvio que no todos estaban ahí pero si algunos de los que ya conocía. A pesar de haberme impresionado mucho el tipo de relaciones que había en aquel grupo, era claro que yo también era gay y que por ende debía acostumbrarme a ver al pelirrojo de rulos acariciando a su novio. En aquel entonces, el también tenía un novio. Gran bailarín y excelente persona. Me hice muy amigo de ambos, pero por más que lo intenté. Con todos los programas y las actuaciones, mis sentimientos no pudieron cambiar y me refugiaba en el fanservise para mantenerlo a mi lado. Se hizo tan costumbre que su frialdad desapareció y se transformó en una cálida mirada llena de cariño. Solíamos salir y divertirnos como amigos. Yo sabía que aquellas citas acababan al cruzar la puerta. Pues el corría a los brazos de su novio y yo me refugiaba en mis libros.
Dice mi nombre mientras me mira preocupado. Me he perdido en mis pensamientos una vez más, sin moverse me pregunta en qué pienso e intenta ser sarcástico, intenta hacer una broma al decir que yo no debería pensar tanto. Luego guarda silencio y sonríe mientras lo observo. Y si, me he sentado al borde de la gran ventana de su departamento. Observando la profunda noche me perdí recordando, una vez más, cómo lo conocí. Intentando, también, entender por qué me he enamorado de el. Me temo, que la respuesta está en sus ojos. Se desespera ante mi silencio, puedo sentirlo y me pregunta si no planeo hablarle, pero en momentos como este, ¿Qué puedo decirle?. Ante mi sorpresa sonríe juguetón, juega en su sitio y dice que el caprichoso es Heechul. Ríe fingidamente o es que quizás yo lo veo forzado, pues su sonrisa se ve muy natural. Se acerca lentamente a mi mientras su sonrisa oculta algo de tristeza. Ellos han terminado y es la primera noche que pasará solo en el departamento que compraron. Me tilda de pequeño y sonríe, una vez más, al detenerse a unos centímetros de mi cuerpo. Sé que ha llorado mucho. Pero nada puedo hacer, solo estar a su lado. Sus ojos se tornan tristes, es quizás el incómodo silencio que emano en este momento. “No me gusta hablar solo...” susurra casi en medio de un llanto invisible.
Rompo mi silencio y le pido disculpas. Argumento mi escasez de palabras, escudándome en que no sé que decir en un momento como este, le preguntó lo impreguntable, le pregunto si se encuentra bien. Sus ojos son fieros por unos minutos, pero nada me detiene de observarlo detenidamente. Baja la mirada y la culta entre sus manos. Se ve nervioso mientras muerde sus labios, le digo palabras de consuelo, intento hacerle creer que sé como se siente. Pero la verdad es otra, yo no sé lo que es terminar una relación, pues nunca he estado en alguna. Siempre lo he estado esperando a el. Entonces sonríe de lado, como si tratara de ser irónico en su silencio, ante esto susurro su nombre, pero parece no escucharme. Repito y repito su nombre, amo decir su nombre, noche tras noche lo susurro a mi almohada, rezando secretamente por un milagro: que sus ojos me miren solo a mi. Continúa mirando sus manos. Sé que no quiere hablar del tema pero yo necesito saber que está bien y se lo hago saber. Le digo que de lo contrario yo, me quedo en silencio al encontrarme con su mirada, sus labios se mueven levemente y pregunta sobre lo que no pude terminar de decir. Pero no existe continuación a esa oración. Yo no sé que podría hacer para hacerlo sentir mejor. Su pregunta ha clavado en mi corazón el más profundo dolor, pero no hay remedio, le sonrío y pretendo que no me afecta.
“¿Qué podrías hacer para remediar mi supuesta tristeza?” pregunta una vez más, no existe respuesta lógica a esa pregunta. Y me doy cuenta que sus palabras duelen, pero son ciertas. Yo no puedo remediar su dolor. Yo solo puedo permanecer a su lado, como un amigo. Ante mi inmutable silencio me indica que la cena está lista y me jala del brazo hacia una fría silla a su lado. Comemos en silencio. Pero el se ve inquieto. Me pregunta su Eunhyuk me ha llamado. Le respondo rápida y precipitadamente, si me ha llamado si se lo dejo saber. Ahora quien no quiere mirarlo soy yo. Le explico entonces que yo ya venía en camino, como el dijo estar bien y afirmo esperar de todo corazón que lo este. Le digo que aprecio mucho a su ex enamorado, pero que si me dieran a elegir, la respuesta era obvia, yo siempre elegiré a Sungmin. Pasan unos minutos y continúo comiendo, la cena esta exquisita pero a penas pasa por mi garganta. Siento su mirada clavada en mi. No quiero preguntarle más. Nos lastimará a ambos. Muero por saber quien terminó con quién, muero por saber cada detalle y si es que el ya no quiere a Eun. Pero eso me va a lastimar si las respuestas no son lo que yo quiero escuchar.
La cena acaba y me preparo para volver a casa, justo cuando estoy saliendo, luego de pasar media hora despidiéndonos, siento que me toma de la casaca y casi en un susurro me pide que me quede con el. Le miró sorprendido, pero su sonrisa es tan tranquila que ninguna de mis expectativas ve alguna esperanza. Le sonrió de vuelta y afirmo con la cabeza. Caminamos al sofá y nos sentamos para conversar, pero nos quedamos en silencio mientras los minutos se hacen largos. Ha sido un día duro. Hoy, después del ensayo, los vi pelear una vez más. Vi a Sungmin llorar en el baño, después de eso, pero en solo lo observé, tan silente que ni siquiera el se dio cuneta de mi presencia. Eun agitaba sus brazos como buscándole explicaciones al aire que respiraba mientras Sungmin repetía una y otra vez un “lo siento”. ¿Por qué tendría que pedirle disculpas? ¿Cómo es que una relación tan fuerte puede quebrarse de esa manera? Todo sucedió luego del accidente. Alo cambió, no puedo comprender bien qué, pero algo cambió. Con el pasar de los días Eun empezó a volverse distante, desconfiado y hasta un poco frío. Nunca podré describir a la perfección el dolor que sentí en su voz cuando me llamó por teléfono. Yo iba apresurado en mi auto, pensando en que lo peor había sucedido, Sungmin me llamó llorando, diciendo que todo había acabado que su vida estaba demasiado deshecha y que me necesitaba. Colgué y sin pensarlo más presioné el acelerador en busca de mi amigo. No importaron todos los traumas de velocidad que quedaban rezagados en mi cuerpo y mente, yo solo quería llegar a mi destino: Sungmin. De repente mi celular sonó por segunda vez y sin ver el nombre de quien llamaba contesté y dije aquel nombre que le dolía tanto a Eunhyuk: ¿Sungmin?. Su silencio me alertó, me preocupó y también dolió. “¿Vas hacia su casa?” preguntó tratando de estar tranquilo, pero solo yo sé que esa voz escondía la tristeza más grande: la de perder a quien amas. Le respondí nervioso, le dije que si, le pregunte varias veces si se sentía bien y qué era lo que había sucedido. El solo se limitó a decirme “Pregúntale a el...” luego, colgó. No tuve tiempo en volver a llamarlo. Solo pude enviarle un mensaje diciéndole que lo apreciaba mucho y que no quería que ninguno de los dos sufra que de seguro era una pelea más y que mañana volverían a estar juntos. No me ha contestado.
Sungmin luce bastante cansado. Ambos lo estamos lo acompaño a su cuarto. Le cubro con unas cuantas mantas y sin más sus ojos me son arrebatados por aquel sueño pesado que guarda su alma. lo observo en silencio, no planeo moverme de aquí, estaré todo el tiempo que me necesite, incluso si eso significa que mi corazón se rompa una y otra vez por el resto de mi vida. Estoy preparado para ser fuerte, estoy dispuesto a aceptar el ser solo su amigo. Su cuerpo frágil se delinea por las blancas sabanas, mientras su respiración serena hace cálida la habitación. Afuera llueve pero no importa, el parece no tener frío. Repentinamente sus labios se mueven formando una oración pretendo no escucharla pero tiene tanto dolor que solo atino a obedecerle, me recuesto a su lado y el vuelve a pedirme algo mas, rodea mi cintura y me pide que yo haga lo mismo. Entonces, antes de que el sueño me arrebate de tan doloroso momento escucho decirme “Abrázame fuerte Kyuhyun, me siento muy solo...”
Continuará
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Primera Parte [Kyuhyun]
Has venido cada día, con una sonrisa ausente
Y las mejillas totalmente coloradas de timidez
Mientras en silencio te conviertes en mi futuro
Le pido al cielo me brinde un poco más de tu luz
Ojos que ya no me miran
Solo buscan un poco de calor en este despiadado invierno
Mientras, alzando tus manos
Construyes sueños en los que yo podría vivir eternamente
Mis dedos no dejan de escribir,
una historia sin realidad
Un relato en el que tu corazón palpitante
Solo piensa en mi...
Y todo empezó como si nada. Me lo presentaron como un compañero más de trabajo, sus ojos fueron cálidos pero sus palabras algo frías y un poco distantes. Sonrió amablemente mientras hacía una venia. Sorprendido ante su amabilidad lo imité.
Yo era el ultimo en entrar a aquel grupo, eran muchos y ya habían lanzado su primer CD. De repente, su mirada no expresaba absolutamente nada pero sus rojos labios parecían tener mucho por decir. Le pregunté por los demás y alzando la vista me los señaló, era obvio que no todos estaban ahí pero si algunos de los que ya conocía. A pesar de haberme impresionado mucho el tipo de relaciones que había en aquel grupo, era claro que yo también era gay y que por ende debía acostumbrarme a ver al pelirrojo de rulos acariciando a su novio. En aquel entonces, el también tenía un novio. Gran bailarín y excelente persona. Me hice muy amigo de ambos, pero por más que lo intenté. Con todos los programas y las actuaciones, mis sentimientos no pudieron cambiar y me refugiaba en el fanservise para mantenerlo a mi lado. Se hizo tan costumbre que su frialdad desapareció y se transformó en una cálida mirada llena de cariño. Solíamos salir y divertirnos como amigos. Yo sabía que aquellas citas acababan al cruzar la puerta. Pues el corría a los brazos de su novio y yo me refugiaba en mis libros.
Dice mi nombre mientras me mira preocupado. Me he perdido en mis pensamientos una vez más, sin moverse me pregunta en qué pienso e intenta ser sarcástico, intenta hacer una broma al decir que yo no debería pensar tanto. Luego guarda silencio y sonríe mientras lo observo. Y si, me he sentado al borde de la gran ventana de su departamento. Observando la profunda noche me perdí recordando, una vez más, cómo lo conocí. Intentando, también, entender por qué me he enamorado de el. Me temo, que la respuesta está en sus ojos. Se desespera ante mi silencio, puedo sentirlo y me pregunta si no planeo hablarle, pero en momentos como este, ¿Qué puedo decirle?. Ante mi sorpresa sonríe juguetón, juega en su sitio y dice que el caprichoso es Heechul. Ríe fingidamente o es que quizás yo lo veo forzado, pues su sonrisa se ve muy natural. Se acerca lentamente a mi mientras su sonrisa oculta algo de tristeza. Ellos han terminado y es la primera noche que pasará solo en el departamento que compraron. Me tilda de pequeño y sonríe, una vez más, al detenerse a unos centímetros de mi cuerpo. Sé que ha llorado mucho. Pero nada puedo hacer, solo estar a su lado. Sus ojos se tornan tristes, es quizás el incómodo silencio que emano en este momento. “No me gusta hablar solo...” susurra casi en medio de un llanto invisible.
Rompo mi silencio y le pido disculpas. Argumento mi escasez de palabras, escudándome en que no sé que decir en un momento como este, le preguntó lo impreguntable, le pregunto si se encuentra bien. Sus ojos son fieros por unos minutos, pero nada me detiene de observarlo detenidamente. Baja la mirada y la culta entre sus manos. Se ve nervioso mientras muerde sus labios, le digo palabras de consuelo, intento hacerle creer que sé como se siente. Pero la verdad es otra, yo no sé lo que es terminar una relación, pues nunca he estado en alguna. Siempre lo he estado esperando a el. Entonces sonríe de lado, como si tratara de ser irónico en su silencio, ante esto susurro su nombre, pero parece no escucharme. Repito y repito su nombre, amo decir su nombre, noche tras noche lo susurro a mi almohada, rezando secretamente por un milagro: que sus ojos me miren solo a mi. Continúa mirando sus manos. Sé que no quiere hablar del tema pero yo necesito saber que está bien y se lo hago saber. Le digo que de lo contrario yo, me quedo en silencio al encontrarme con su mirada, sus labios se mueven levemente y pregunta sobre lo que no pude terminar de decir. Pero no existe continuación a esa oración. Yo no sé que podría hacer para hacerlo sentir mejor. Su pregunta ha clavado en mi corazón el más profundo dolor, pero no hay remedio, le sonrío y pretendo que no me afecta.
“¿Qué podrías hacer para remediar mi supuesta tristeza?” pregunta una vez más, no existe respuesta lógica a esa pregunta. Y me doy cuenta que sus palabras duelen, pero son ciertas. Yo no puedo remediar su dolor. Yo solo puedo permanecer a su lado, como un amigo. Ante mi inmutable silencio me indica que la cena está lista y me jala del brazo hacia una fría silla a su lado. Comemos en silencio. Pero el se ve inquieto. Me pregunta su Eunhyuk me ha llamado. Le respondo rápida y precipitadamente, si me ha llamado si se lo dejo saber. Ahora quien no quiere mirarlo soy yo. Le explico entonces que yo ya venía en camino, como el dijo estar bien y afirmo esperar de todo corazón que lo este. Le digo que aprecio mucho a su ex enamorado, pero que si me dieran a elegir, la respuesta era obvia, yo siempre elegiré a Sungmin. Pasan unos minutos y continúo comiendo, la cena esta exquisita pero a penas pasa por mi garganta. Siento su mirada clavada en mi. No quiero preguntarle más. Nos lastimará a ambos. Muero por saber quien terminó con quién, muero por saber cada detalle y si es que el ya no quiere a Eun. Pero eso me va a lastimar si las respuestas no son lo que yo quiero escuchar.
La cena acaba y me preparo para volver a casa, justo cuando estoy saliendo, luego de pasar media hora despidiéndonos, siento que me toma de la casaca y casi en un susurro me pide que me quede con el. Le miró sorprendido, pero su sonrisa es tan tranquila que ninguna de mis expectativas ve alguna esperanza. Le sonrió de vuelta y afirmo con la cabeza. Caminamos al sofá y nos sentamos para conversar, pero nos quedamos en silencio mientras los minutos se hacen largos. Ha sido un día duro. Hoy, después del ensayo, los vi pelear una vez más. Vi a Sungmin llorar en el baño, después de eso, pero en solo lo observé, tan silente que ni siquiera el se dio cuneta de mi presencia. Eun agitaba sus brazos como buscándole explicaciones al aire que respiraba mientras Sungmin repetía una y otra vez un “lo siento”. ¿Por qué tendría que pedirle disculpas? ¿Cómo es que una relación tan fuerte puede quebrarse de esa manera? Todo sucedió luego del accidente. Alo cambió, no puedo comprender bien qué, pero algo cambió. Con el pasar de los días Eun empezó a volverse distante, desconfiado y hasta un poco frío. Nunca podré describir a la perfección el dolor que sentí en su voz cuando me llamó por teléfono. Yo iba apresurado en mi auto, pensando en que lo peor había sucedido, Sungmin me llamó llorando, diciendo que todo había acabado que su vida estaba demasiado deshecha y que me necesitaba. Colgué y sin pensarlo más presioné el acelerador en busca de mi amigo. No importaron todos los traumas de velocidad que quedaban rezagados en mi cuerpo y mente, yo solo quería llegar a mi destino: Sungmin. De repente mi celular sonó por segunda vez y sin ver el nombre de quien llamaba contesté y dije aquel nombre que le dolía tanto a Eunhyuk: ¿Sungmin?. Su silencio me alertó, me preocupó y también dolió. “¿Vas hacia su casa?” preguntó tratando de estar tranquilo, pero solo yo sé que esa voz escondía la tristeza más grande: la de perder a quien amas. Le respondí nervioso, le dije que si, le pregunte varias veces si se sentía bien y qué era lo que había sucedido. El solo se limitó a decirme “Pregúntale a el...” luego, colgó. No tuve tiempo en volver a llamarlo. Solo pude enviarle un mensaje diciéndole que lo apreciaba mucho y que no quería que ninguno de los dos sufra que de seguro era una pelea más y que mañana volverían a estar juntos. No me ha contestado.
Sungmin luce bastante cansado. Ambos lo estamos lo acompaño a su cuarto. Le cubro con unas cuantas mantas y sin más sus ojos me son arrebatados por aquel sueño pesado que guarda su alma. lo observo en silencio, no planeo moverme de aquí, estaré todo el tiempo que me necesite, incluso si eso significa que mi corazón se rompa una y otra vez por el resto de mi vida. Estoy preparado para ser fuerte, estoy dispuesto a aceptar el ser solo su amigo. Su cuerpo frágil se delinea por las blancas sabanas, mientras su respiración serena hace cálida la habitación. Afuera llueve pero no importa, el parece no tener frío. Repentinamente sus labios se mueven formando una oración pretendo no escucharla pero tiene tanto dolor que solo atino a obedecerle, me recuesto a su lado y el vuelve a pedirme algo mas, rodea mi cintura y me pide que yo haga lo mismo. Entonces, antes de que el sueño me arrebate de tan doloroso momento escucho decirme “Abrázame fuerte Kyuhyun, me siento muy solo...”
Continuará
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