11 dic 2008

Code - Ryoda Oneshot

Autor: Kainet
Titulo: Code
Fandom: NewS / KAT-TUN
Parejas: RyoDa
Clasificación: Angst
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.


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CODE


No tengo idea de cómo comenzó, ni siquiera sé el por qué alguien como él se fijo en mí. Siempre estuve hostigándolo, molestándolo, haciéndolo llorar y diciéndole lo mucho que me desagradaba. El pretendía que no le importaba y nunca fue capaz de contestar algún insulto, recuerdo aquella vez que se pasó de copas y empecé a molestarlo, sus ojos fueron fieros pero no dijo nada, se mantuvo en silencio pretendiendo ignorarme; como odiaba que hiciera eso, sentía que el me humillaba de esa manera, sentía que el se creía superior. Lo acorralé contra la pared, una de mis manos se apoderó de sus dos frágiles brazos y lo besé; el no se negó, nos besamos durante algunos minutos hasta que el aire se nos agotó y agitados separamos nuestros labios. Me gustaban tanto sus besos, a pesar de que tenían una mezcla de odio y amor eran tan adictivos. Sus rosados labios quemaban mi piel cuando pasábamos aquellas interminables noches juntos, en las que mi odio se convertía en amor y su amor se convertía en odio.

Hoy lo miro, distante, como perdido en sus pensamientos, quizás pretendiendo entender esta relación que ni siquiera tiene nombre. Pasamos las noches juntos y algunas veces me quedo a dormir en su casa. Pero en ningún momento le he pedido que sea mi novio. Y creo que el tampoco espera que yo lo haga. Este sentimiento ha crecido tanto, me he enamorado de el; y sin embargo, continúo lastimándolo. Parece que solo soy capaz de gritar cuando intento decir un “lo siento” no sé si se trata de signos no compatibles o de caracteres totalmente diferentes, solo sé que son demasiados sentimientos; tantos que pierdo la razón y en mi locura intento amarlo a mi manera.

Camino hacia el, trata de sonreír, pero puedo ver miedo en sus ojos; quizás tema que una vez más mi lengua venenosa lo lastime. Pero solo beso su cuello y rodeo con mis brazos su delgada cintura. Quiero susurrarle lo mucho que le amo, pero las palabras no salen y mis manos se desesperan por sentir un poco de su piel. El lenguaje de mi amor tiene un código muy complicado, tanto que muchas veces no logro comprenderlo.

Él se voltea e intenta desnudarse, quizás cree que solo pienso en acostarme con él, lo miro desafiante y con una de mis manos levanto su rostro para probar esos delicados labios. Un beso suave, lento, como si fuera nuestro primer beso. Entonces lo detengo y lo abrazo, hoy no quiero acostarme con él, hoy quiero decirle lo que siento, hoy quiero ser valiente y decirle lo mucho que lo amo.

- ¿Qué sucede?- pregunta asustado- no quieres... ya no quieres...- murmura intentando ocultar sus ojos dolidos.
- No...- digo fríamente, intento ser más suave con él pero no puedo, mis palabras son más rápidas que mis pensamientos. Intento poner en orden lo que debo decir pero no lo consigo- ¿Qué crees? ¿Qué siempre quiero acostarme contigo?- sus ojos me miran atentos, en verdad eso es lo que cree.- dime... ¿Qué sientes por mi?- juega con sus manos nervioso, como consultándole a su silencio que debe decir. Baja y sube la mirada y su rostro se torna rosado.- responde...
- Yo... yo estoy enamorado...-dice con miedo, casi pánico- sé que tu... tu no sientes lo mismo, me dijiste eso desde la primera vez, pero yo solo quiero estar a tu lado. Solo eso... Ryo no pensarás dejarme...
- ¿dejarte? Pero si no somos nada, o ¿tu puedes decir qué somos?- le digo en tono sarcástico, pero me arrepiento de mis palabras, me arrepiento hasta de haber nacido- yo... Tatsuya...- lo tomó de los hombros, me cuesta. Pero no soy capaz, no hoy. Una vez más he fallado. Lo abrazo desesperado y empiezo a deshacerme de su ropa, como intentando decirle lo mucho que lo amo con mi cuerpo. Rápidamente lo llevo hacia su habitación y lo hago mío. Una vez más sin palabras de amor, una vez más su amor parece convertirse en odio y mi odio en amor.

Pasan dos horas y se queda profundamente dormido, acaricio sus cabellos mientras reposada entre mis brazos. Que perfecto es cuando no hablamos, es como si su alma entendiera a la mía. Pero sé que mi silencio lo lastima. Me acerco un poco a sus suaves oídos y le susurro un “Te Amo”. Mañana será otro día y quizás lo lastime una vez más. Pero también quizás mañana seré un poco menos cobarde y le diré lo mucho que lo amo. Beso su frente y me acomodo a su lado para unirme a el en sus sueños.

Los días apresurados han pasado y ya voy un mes y medio dejando para mañana aquella palabras que en silencio grito. Esto empieza a doler y por alguna razón siento que algo quema bajo mi piel, es quizás la desesperación de no poder decirle lo que siento; es quizás, también el temor a verme débil. Y aquí estoy, ensayando esa canción que tanto dice de mi pero que a la vez no me deja expresar claramente lo que soy. De rato en raro mis gritos parecen perderse entre mis pensamientos, ya ni siquiera se lo que la letra quiere decir. Miro a mis compañeros, todo parece suceder en cámara lenta mientras intento enfocarme en mi voz. Yamashita-kun me mira preocupado pero le he dejado bien claro que no quiero que se meta en mi vida y el tampoco no lo tiene planeado. Tegoshi y Massu juegan con algo de comida y Kato descansa en las piernas de Koyama; que envidia siento, que deseos de poder ser así.

Miro mi reloj, una vez más los minutos son lentos y aburridos; y no sé en que piensa Dios al alargar tanto los minutos cuando estoy sin el. Debería prolongar mi tiempo a su lado y acortar estas interminables sesiones lejos de su piel, sus labios y su amor. Siento un leve dolor en mi garganta, quizás mis gritos están siendo muy potentes, quizás es el nudo en mi garganta que no permite aceptar lo que siento por el. De repente todos se han quedado en silencio, miran atentos la puerta; es Kame que luce algo enojado, no le presto mucha atención y continúo practicando. No sé cómo ni en que momento pero estoy en el suelo, Kame intenta golpearme pero se ha metido con el NEWS equivocado y en un dos por tres esta en el suelo y con un moretón difícil de cubrir con maquillaje. Le pregunto exaltado que le pasa; me mira fiero y vuelve a intentar golpearme, esta vez, acertando; directamente a mi labio.

- baka...- dice alejándose- Tatsuya está en el hospital...- sus palabras me confunden, me aturden y me llenan de dolor. ¿Qué acaba de decir? ¿en el hospital? ¿por qué están en el hospital?. Llevo mi mano hacia mi labio, está sangrando pero no duele, duele más la duda. Quiero preguntar, gritar o hacer algo pero solo atino a levantarme y salir de aquel lugar.
- Ryo-chan...- alcanzo a escuchar a Yamap. Intenta seguirme pero prefiere quedarse y preguntar que sucedió con Ueda.

Camino casi agonizando por dentro, llegó hasta la oficina de Johnny y entro sin pedir permiso alguno, necesito que el me diga que ha sucedido, el me sirve un café y me invita a sentarme. Sus palabras son lentas y me desesperan más, parece que me estuviera preparando para una mala noticia, una muy mala, poco a poco empiezo a sentir que mis ojos se llenan de lagrimas, ¿acaso estoy llorando por el? Sus palabras se distorsionan y casi ya no entiendo nada de lo que dice hasta que de sus labios escapa un “no puedes volver a verlo” me preguntó que intenta decir con eso. Insisto y pregunto el por qué, me desespero y me altero, pero el hombre viejo solo atina a decirme que es lo mejor.

- dime ¿Qué tiene Ueda? ¿Por qué no puedo verlo? Yo... ¿Tu sabes lo que sucede entre nosotros dos?
- No lo sabía... pero ahora lo sé... Ryo-chan siéntate...- lo miro incrédulo pero acato la orden- Ueda está muy mal, tiene una depresión terrible al punto de llevarlo a... pues a querer quitarse la vida, hoy en la mañana Kame lo encontró en su departamento, si el no hubiera llegado a tiempo... Dios sabe que le pudo haber pasado. Cuando pregunté que era lo que pasaba y amenacé a todo KAT-TUN de separarlos si no me decían que pasaba y el por qué de sus acciones... pues Kame hablo
- ¿Kame?- me quedo en silencio, es tan difícil de asimilar que mi Ueda, mi querido Ueda se ha querido quitar la vida. pero en si tiene sentido, Kame es el mejor amigo de Ueda, ¿por qué el no lo sabría?
- pues al parecer Ueda le ha estado contando todo lo que pasa entre el y tu... de su “relación” y bueno Kame-chan me ha dicho que tu solo lo lastimas... Ueda ya no soportó más ayer... ¿tanto lo odias para llevarlo al borde del suicidio? Ryo realmente no me importan tus relaciones, siempre y cuando eso no afecte la empresa, ¿Cómo voy a explicar la ausencia temporal de Ueda? Y eso... ¿Cómo voy a explicar que KAT-TUN posiblemente se puede quedar sin su “U”?- sus palabras me duelen, pero tiene razón el único culpable soy yo. Y hoy más que ayer me arrepiento de no haberle dicho lo mucho que le amo. Siento que mis lagrimas ya no pueden retenerse más y cubro mi rostro avergonzado de mis sentimientos.- tienes terminantemente prohibido el visitar en el hospital a Ueda, tienes prohibido el siquiera intentar acercarte a el, de lo contrario de suspenderé sin retorno, entendido?
- Lo entiendo...- digo secando mis lagrimas. Me levando hago una venia y empiezo a caminar hasta la puerta- por favor perdóneme todas las molestias...

al salir me encuentro con Jin quien me sonríe y me pide que lo acompañe a buscar algunas cosas, le devuelvo la sonrisa y lo acompaño. Quizás el ya sepa lo que ha pasado pero parece no tener intención de querer conversar. Una vez en el estacionamiento nos encontramos con Yamashita, el nos espera en su auto y sin preguntar más subo con ellos. Salir con mis amigos no me vendrá mal. Después de todo, hoy empieza el fin de mi amor por Ueda.

“Desde la primera vez que te vi supe que romperías mi corazón...”


Los días han pasado, anunciaron un viaje de Ueda a Los Ángeles para que aprenda inglés, pero todos nosotros sabemos que está recuperándose en una clínica privada de allá. He hablado de esto miles de veces con Yamap y Jin, pero ninguno me ha dicho lo que tanto deseo escuchar, ninguno me ha aconsejado ir a buscarlo. Ambos me miran en silencio y pretenden no enterarse o es quizás que no saben qué decir. No tengo fotos de nosotros dos juntos, no tengo memorias felices, solo el sentimiento de que alguna vez me acosté con el. Nunca salimos en realidad, ni siquiera teníamos fecha de aniversario. Trato de parecer feliz ante cámaras pero solo consigo ser un Ryo Nishikido triste que expresa eso mediante sus comentarios agrios y fuera de lugar. El tampoco se ha esforzado en buscarme, el no ha intentado llamarme o oponerse a la decisión de Kitagawa. Todo pareciera indicar que el ha empezado a odiarme y que a mi, realmente, nunca me importó.

- Ne, Nishikido-kun- se acerca Tegoshi algo asustado- alguien llama a tu celular...- señalando mi bolsillo. Una vez más me he perdido en m silencio.
- Arigatou...- le digo antes de contestar- ¿Diga?- escucho una respiración entrecortada, y un silencio inminente. Sé que es el, pero pretendo no saberlo- ¿Diga?...
- Ryo...- dice su suave voz- Ryo... yo... lo siento. Te he causado problemas...- su voz parece quebrarse y con el mi corazón.- he recibido la orden de Johnny-sama... bueno he decidido... sé que no te importa pero quiero que lo sepas... he decidido quedarme más de cuatro meses aquí... creo que serán dos años. Ya recibí el permiso, todo KAT-TUN viajará para grabar aquí. Bueno, eso es todo. Espero que todo lo que hagas te salga bien. Lamento haberte causado tantos problemas... yo... realmente lo siento...
- Te amo...- dije inconscientemente antes de que mis ojos se llenen de lagrimas, su silencio evidencio la duda- Ueda Tatsuya, Te amo... – todos los NEWS que me rodeaban en ese momento voltearon a verme atónitos. Nadie podía creer lo que acababa de decir, ni siquiera yo mismo- Te amo maldita sea...
- No juegues más conmigo por favor... adiós...- dijo antes de colgar.

Camine en silencio pretendiendo que aún conversábamos. Todos me seguían con la mirada hasta que salí de ahí. Me temo que esas palabras que durante mucho planee decir, las dije muy tarde. Mis manos están frías y mis lagrimas se desbordan de mis ojos. Es repentino, es estúpido. Pero hoy estoy más débil que nunca. Escuchar su voz me hizo débil. Todo el me hace débil. ¿Qué voy a hacer sin verlo? Incluso si volviera mañana. Yo ya no puedo verlo. Recuerdo la primera vez que nos vimos, en aquel pasillo de la Johnnys, pretendí no verlo y seguí mi camino, mientras el, en silencio se quedaba estático, mirándome con esos ojos hermosos que hoy lloran en silencio. Llevo mis manos hacia mi rostro. Mi llanto no cesa, es mi derrota, he perdido contra su amor, pues mi odio ya no existe, quizás nunca existió, creo que fue un amor malentendido.

Y quiero conversar con el, quiero que me cuente que amo en mi, porque en este momento me odio más que nunca. Quiero que me mire y me diga qué ve, y si puede ver a través de mi piel, quiero que me diga si ve que mi alma tiene tatuado su nombre. Quiero que me bese y que sin palabras acaricie mi corazón, como tantas veces lo hizo cuando perdíamos la razón. Quiero que este a mi lado y se aferre a mi, pues cuando estoy con el me siento vulnerablemente humano. Porque cuando estoy con siento que podría dar mi vida por protegerlo, porque en mis noches, en mis sueños solo está el. Quiero que regrese porque sin el solo soy Ryo Nishikido y no puedo recordar quien realmente soy. Lo quiero aquí porque de lo contrario no podré ser una mejor persona.

Los días pasan y no sé nada más de el, mi concentración en el trabajo es increíble. No me dedico a más, solo a trabajar. Ni siquiera he aceptado ir de fiesta en fiesta con Jin y Pi, como solía hacerlo. No he ido a visitar a mi familia pues todos ellos me conocen tan bien que podrían ver sin que les diga que mi corazón duele. En Kanjani pretendo que estoy feliz, pero los ojos analíticos de Uchi me hacen sentir mal. Sé que el todavía siente algo por mi, pero prefiere que sigamos siendo amigos. Dejó de intentar volver conmigo desde que se enteró de que le había dicho a Ueda que lo amaba. Después de todo nunca había dicho algo así a nadie. El primero y el único ha sido Ueda.

Un desastroso dolor de cabeza ha irrumpido en mis días y noches, es como si fuera a estallar en cualquier momento. Dicen por ahí que es por no llorar. Quizás sea cierto pues desde que lloré delante de NEWS no lo he vuelto a hacer. Me duele el orgullo, pero también me duele la culpa. Yo, la persona que más lo ama, lo llevó al borde del suicidio. Quisiera saber como poder remediar todo esto y empezar de nuevo. Pero no hay marcha atrás y como siempre he dicho, yo no vuelvo sobre mis pasos.

Los ensayos han terminado, estoy cansadísimo, camino de un lado a otro buscando alguna ventana más para abrirla pero no hay, tomo una toalla y salgo a la terraza para sentir un poco de viento. Con una botella en la mano pretendo abstraerme frente a ese cielo tan oscuro. Son pequeños instantes en los que recobro la cordura y pienso totalmente en el. En su sonrisa, en su mirada, en sus delicadas manos. En todo aquello que solía criticar pero que hoy sé que amo más que nada.

Siento una mano amiga que toca mi hombro. Volteo y miro a Yamap. Se ve preocupado pero por alguna razón sonríe. De sus labios se desprende un “ve por el...” no lo pienso más y salgo corriendo a tomar el primer taxi que me lleve al aeropuerto. No pienso, me desespero y corro.

- ¿Qué haces aquí?- pregunta sorprendido- ¿Cómo llegaste aquí? ¿Ryo?- sus ojos se llenan de preguntas obvias, le sonrío y me abalanzo a robarle un beso.
- No me preguntes más...- le digo cuando nos separamos- solo dime que tu todavía me amas... dime que me amas, porque yo siempre lo he hecho...- digo antes de volver a entregarme a sus hermosos y perfectos labios

“Lo siento”

Mi madre solía decir que el amor no es perfecto pues es el sentimiento más humano de todos, solía decirlo cuando papá se perdía en su trabajo y nadie calmaba la soledad que ella sentía con el pasar de los días. Hoy más que nunca creo que es cierto, hoy comprendo porqué mi madre es una mujer tan fuerte. Quizás por eso me enamoré de Ueda, pues tiene esa misma esencia. El amor tiene defectos, como cuando nos lleva a cometer las locuras más grandes sin estar seguros del resultado. El amor tiene defectos pues nos ciega y nos lleva a lastimar cuando solo buscamos acariciar. Yo he fallado. Y es así como he viajado miles de kilómetros tan solo para abrazarlo. Juego de rato en rato con mis manos, esperando una explicación a esa tercera persona, pero es simple: Tatsuya, dice que me ha olvidado. Dicen que las palabras más difíciles de decir son “lo siento” pero en este momento el no deja de repetirlas. Hace venias sin sentido e intenta desesperadamente buscar perdón a algo que no tiene explicación para mi. Me duele el pecho, me duele el alma, mi orgullo está deshecho. Finalmente, creo que su amor se ha convertido en odio y mi odio se convirtió en amor.

Levanto la mirada para observarlos una vez más. ¿Cuándo sucedió? ¿Por qué Jin toma de su mano en este momento? ¿Por qué? Si pudiera elegir volver a nacer; lo haría y elegiría ser quien ahora es dueño de su corazón: Jin. Me siento herido, pero no puedo odiarlo, no puedo siquiera sentirme ofendido. El gran culpable de todo esto he sido yo. El idiota más grande. El idiota que no supo amar al ser más maravilloso. Pregunto fríamente desde cuándo mantienen aquella relación. Ambos se miran y dudan al responder. Tatsuya se me acerca y busca abrazarme, pero me niego. Me duele. Jin casi en un susurro me responde, desde el día anterior, dice amarlo desde siempre y que no quiere que se lastime nunca más. Dice poder ser capaz de hacerlo feliz, lejos de Johnnys, lejos de mi. Dice que esta dispuesto a perder mi amistad si se trata de proteger a Ueda. Los ojos del que antes solía ser mi fiel amigo lucen fieros, típicos de un león que protege celosamente su presa. Finalmente agrega que Ueda lo ha aceptado. Sus palabras se sienten llenas de seguridad pero algo me mi cabeza se niega a creerlas. Algo en mi me dice que son solo juegos de mi mente y que en realidad estoy soñando. Pero el dolor en mi pecho es tan fuerte que me convence de que vivo en la realidad. E intento perderme en mis pensamientos, busco crear en mi cabeza momentos en los que no tenga que aceptar este sentimiento, ¿Es quizás el sabor a un corazón roto?

Mis ojos quieren llorar pero mi cerebro les ordena quedarse secos. No digo nada, yo sé, yo creo que Tatsuya aún me ama, quizás en medio de mi locura intento mentirme. Lo veo, lo siento, busco sus ojos pero se esconde mientras busca entre sus manos alguna excusa. No espero más y salgo de aquel lugar. Duele el tan solo mirarlos. Y estoy en un país desconocido, un continente ajeno a todo lo que conozco, con idiomas distintos, costumbres y personas totalmente opuestos al entorno en el que crecí. Me siento libre, aquí nadie me conoce, respiro profundo mientras busco algún lugar en el cual alojarme, prendo mi celular, tengo más de trescientas llamadas de Johnny Kitagawa, debe haber entrado en crisis ante mi repentina huida.

Mis pasos se hacen lentos, no sé dónde estoy. Todo da vueltas y parece no tener sentido. Realmente no tiene sentido, ¿Cómo es que Jin se enamoró de mi Ueda? Continúo dando vueltas hasta que me topo con un karaoke. Luce muy diferente a los que hay en Japón sin embargo, entro sin pensarlo más y en un cuarto privado me dedico a cantar con todo mi dolor a aquel a quien he perdido. No tienen canciones japonesas actuales, ni siquiera de la jimusho, solo hay unas cuantas canciones enka, algo pasadas de moda pero que he aprendido de memoria gracias a mi madre, ella solía cantarme cuando era pequeño. Una y otra vez canto hasta quedarme sin voz, no importa cuanto dinero gaste, quiero quedare solo, protegido de todo, solo quiero cantar. Cantar hasta que mis fuerzas se desvanezcan, cantar hasta que mi cuerpo no lo soporte, cantar hasta quedarme sin voz.

El reloj marca las tres de la madrugada. Yo ya no tengo fuerzas y mi cuerpo esta tendido sobre la alfombra de este cuarto de karaoke. Mi celular está mudo, nadie se ha dignado a llamarme, nadie parece saber o parece no importarles. Como si hubieran acordado tácitamente que este iba a ser mi castigo por lastimar tanto a quien amo. Efectivamente, Ueda Tatsuya me vuelve débil, en este momento me siento el ser más débil y tonto del mundo. Ni siquiera puedo vivir en un pasado lleno de recuerdos felices a su lado. Pues solo tenemos la sensación lejana de que alguna vez nos acostamos. Quise cambiar, pero ha sido demasiado tarde. Quise crear hermosas memorias a su lado cuando el ya no quería tenerme en su vida. Hoy en sus ojos había duda y dolor; sé que el no me cree cuando le digo que lo amo. Apuesto lo que sea a que piensa que estoy jugando de la forma más cruel posible. De seguro cree que es mi ultimo intento por lastimarlo a más no poder. He llegado, tarde, a comprender el código de mis sentimientos.

En mis recuerdos solo hay momentos en los que solo le gritaba y le hacía sentir mal. Momentos en los que lo escuchaba llorar en silencio noche tras noche luego de acostarnos. En ese pasado que tenemos juntos solo hay lagrimas, palabras crueles y un sentimiento que nunca se supo explicar bien. Parecía ser que cuando más quería decirle lo mucho que lo amaba solo conseguía gritar enfurecido, odiándolo o creyendo hacerlo, odiándome al no ser capaz de aceptar que estaba enamorado.

El olor a licor inunda la habitación ya para cuando el reloj marca la llegada de un nuevo amanecer. Son las seis de la mañana, mi cuerpo duele pero el dolor físico es incomparable al espiritual. Miro mi celular, le queda muy poco de batería, de repente empieza a vibrar, alguien llama desde un número desconocido. Contesto. Hay silencio, sé que es el. Lloro y me desespero antes de perder la razón. Entre sueños escucho una suave voz y suaves caricias que tocan mi rostro. Sé que es el. ¿Cómo me encontró?.

- has bebido demasiado... – dice cuando finalmente abro los ojos- ¿Por qué has bebido tanto? Hoy tenía que ir a una presentación...- dice Ueda. Me levanto exaltado, mi cuerpo está desnudo y estoy en mi departamento en Japón. Lo miro asustado, sus ojos lucen rojos como si hubiera llorado toda la noche. Estoy confuso hace algunas horas estaba totalmente perdido en EE.UU.- ¿Sucede algo?- pregunta confundido, eso quisiera saber. ¿Cómo es que llegamos a mi departamento?- ¿Quieres queme vaya?- dice con mucha tristeza intentando alejarse de mi cama. Lo tomo de la mano y lo jalo hacia mi
- ¿Has llorado?- toco su rostro. Ante mi caricia reacciona asustado. Me mira confuso. Ni el me entiende ni yo entiendo qué sucede.- tuve un sueño... algo extraño...- rasco mi cabeza- solo por si las dudas, ¿has viajado a EE.UU.?- me mira aún mas confundido y niega con la cabeza- fue un sueño entonces... gracias a dios que fue un sueño...- me abalanzo a abrazarlo. Hemos vuelto al punto cero- Tatsuya, aishiteru...- dejo salir de mis labios ante mis inminentes lagrimas- perdóname si solo te he lastimado... no es que no te quiera... es que he sido un estúpido que no quería aceptar que estaba enamorado...
- ¿También has soñado aquello de EE.UU.?- dice al soltarse del abrazo- tuvimos el mismo sueño... Ryo, aishiteru...- dice antes de robarme un beso.- aishiteru y jamás haría lo del sueño... soy feliz de haberlo soñado... pues hoy tu me has dicho lo que tanto he deseado escuchar... aishiteru
- Aishiteru, Ueda Tatsuya...- digo ante de aferrarme a un abrazo que nadie separará en mucho. Cierro mis ojos y me pierdo en su esencia. Fue solo un mal sueño que me enseñó a valorar a quien amor.

FIN

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