Fanfic Serial: Monster Cap. 03

Autor: Kainet
Titulo: Monster - The dance of the shadows-
Capitulo 03: Fear
Fandom: Super Junior
Parejas: Sichul / varias
Clasificación: Angst
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.

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Capítulo Tercero: Fear.

Han pasado muchos años desde que conocí al señor Choi. Era un niño muy serio cuando nos presentaron, nunca sonreía y tenía esa mirada trsite que incluso hoy se trasluce en sus ojos. Mamá y papá siempre fueron buenos amigos de sus padres, de modo que siempre estuvimos juntos en las fiestas del gremio. Solitario, amable, casi perfecto e impecable. Siempre rodeado de esa aura que lo hacía verse superior a todos nosotros, los demás niños. Un día, cuando me lo volví a encontrar en esta secundaria, me propuse ser quien le robe las sonrisas, pese a si eso se convierte en la razón de mis lágrimas, siempre he pensado de esa manera.

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Donghae se apresuró a jalar a aquel chiquillo intruso. Lo acorraló contra una pared para evitar que lo descubrieran, no sabía por qué pero estaba encubriendo a alguien que fácilmente podría asesinarlo. Durante unos escasos minutos sus cuerpos encajaron perfectamente en un abrazo, durante unos segundos sus respiraciones fueron una. Kibum, asustado de que lo encuentren se aferró a la ayuda del otro, pese a que eso le provocaba problemas internos.

-¿Qué haces aquí?- susurró Donghae al notar que ya no estaban amenazados por los guardianes del internado nocturno- Si alguien te descubre morirás- le explicó- No es que me importe es solo que… sentí tu aroma
-Aléjate…- Kibum lo empujó- los de tu raza me dan asco
-No obstante yo no te doy asco, aún si no puedo leer tu mente, escuché cómo se alborotaba tu corazón cuando estábamos a centímetros de distancia- sonrió el vampiro- ¿Te gusto, verdad?
-No digas estupideces…- Kibum se acercó amenazante- Sal de mi camino
-No tiene sentido venir solo, no puedes asesinar a mi señor Choi, será mejor que te retires…- Donghae se movió rápidamente hasta quedar detrás de Kibum- Me provoca tanto morder ese cuello, pero me mezclaría con un perrito y no gracias… ah…- dando vueltas alrededor del girasol- mi amante me espera, me has interrumpido ya luego te castigaré por eso, de momento… te irás…- dicho esto Kibum se quedó profundamente dormido, no supo cómo solo sintió que su cuerpo se desvanecía.- Gracias Kangin, puedes llevarlo hasta el límite de los internados?
-Me debes una…- sonrió el chico corpulento- ve que el niño de Canadá te espera…

Kangin era uno de los amigos de Donghae, pese a no ser vampiro tenía poderes y uno de ellos era el hipnotizar a las personas y hacerlas dormir. Él vivía como sirviente de uno de los compañeros mayores de aquel internado. Y siempre encubría a Donghae en sus travesuras. Pese a esto, nunca pensó que las travesuras del bufón llegarían a ser tan peligrosas. Si Siwon se enteraba de la existencia del amante de Donghae lo juzgarían sin piedad. Estaba terminantemente prohibido el mezclarse con los girasoles y ya desde algunos meses. Desde los eventos deportivos del colegio, Hae había empezado una peligrosa relación con un alumno de intercambio.

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Siempre escuchó los pensamientos de otros, no obstante me he enamorado de alguien a quien no consigo escuchar. Es un amor lejano, platónico y prohibido. Yo no quiero que lo lastimen, yo no quiero que lo maten. Tengo miedo, mucho miedo. No puedo decir lo que me sucede, no puedo decírselo a nadie. Me duele el pecho y me falta la respiración. Solo puedo alejarlo de mis pensamientos, solo puedo observarlo dormir en las noches en las que sus ojos me son arrebatados por Morfeo. Miedo, tengo miedo de aceptarlo, nadie me comprenderá, nadie creerá que yo soy capaz de amar a alguien como le amo a él. Me ven como un infantil que solo juega con los seres humanos. Nadie me toma en serio. Soy, simplemente el bufón de mi señor Choi. Soy simplemente el payaso que llora por dentro mientras ríe por fuera.

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Donghae caminó hasta su habitación, donde le esperaba aquel chiquillo que después de algunos meses había conseguido un lugar en su cama. Una vez dentro le sonrió al verlo cubierto escasamente por sus sábanas blancas. Su piel pálida y las telas estas se entremezclaban de una forma muy sensual. Henry tiró su cabello hacia atrás y lo llamó con una mirada muy provocadora.

-¿Ser el guardián es muy duro?- le susurró al oído
-No tienes idea…- Donghae se sentó sobre su amante y empezó a quitarse la ropa- impedir que un cachorrito se escabulla entre los murciélagos es muy cansado…- Siempre usaba metáforas, incluso a veces lograba confundir demasiado a las personas que lo rodeaban- Henry…- susurró antes de morderle la parte inferior del labio.

Sus manos inquietas se deslizaron por el cuerpo del otro mientras sentía que los delicados dedos de este se introducían en su interior, preparándolo. Uno, luego dos y finalmente tres dedos en su interior. Lentamente ambos empezaron a moverse al compás de sus deseos. Henry sentía que su corazón estallaría si no se controlaba y es aquel extraño ser lo volvía loco. Lo mantenía vivo. Desde la primera vez en que se vieron, aquella sonrisa pícara y aquellos ojos traviesos lo conquistaron. No le importó que estuviera prohibido, simplemente se internó en el Élite y buscó a Donghae. Tuvo miedo, pues desde un primer momento lo supo, supo que aquellos alumnos no eran normales. Tuvo miedo, no obstante se encontró con Hangeng y este le ayudó a encontrar a su objetivo. Fue rápido como empezó todo, primero estaban conversando y a los minutos ya estaba sobre Donghae, entregándole todo su ser. Dándole un poco más que su corazón. En un abrir y cerrar de ojo, Henry volvió a su realidad, esperó unos minutos a que Hae se acostumbre a sus dedos para luego sacarlos e introducir su miembro. No habían roles en aquella relación a veces era Henry a veces era Hae. Lo único que les importaba era sentir el momento. El mayor se aferró a cachetón cuando sintió que su respiración se agitaba y que su racionalidad estaba perdida. Estaba perdido cuando se trataba de disfrutar del cuerpo joven de Henry. No obstante, estaba siempre pensando en otra persona, no obstante, siempre pensaba en Kibum.

-¿Te gustó?- preguntó agitado el chico de Canadá- Hae le sonrió pícaro.
-¿Qué tipo de pregunta es esa? ¿A ti no te gusto?- le devolvió la pregunta
-Te amo…- se apresuró a besarlo apasionadamente mientras empezaban de nuevo su acto sexual.

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A la mañana siguiente Henry iba caminando por los jardines de los Girasoles, con una sonrisa enorme en los labios. De repente tropezó con Kibum. Se apresuró a aydarlo a levantarse para luego desvivirse haciendo venias.

-Descuida- sonrió Kibum- no ha sido nada grave ¿Tú eres Henry, verdad?
-Sí, ese mismo… Kibum-ssi mucho gusto.
-¿Cómo sabes mi nombre?- se intrigó el mayor.
-Se lo escuché decir a mi… novia…- sonrió amable.- ¿Vas a la biblioteca?
-Sí, deseo hacer una investigación. ¿Me acompañas?- el menor sonrió amable y asintió con la cabeza. Una nueva amistad surgía una amistad que tenía detrás muchas lágrimas ocultas.

Kibum era alguien muy amable, muy atento, sin embargo no era de hablar mucho. Todo lo contrario a Heechul que cuando estaba entre amigos podía lograr hablar tan rápido que aturdía a los demás. Eran un grupo bonito de amigos: Kibum, Heechul, Kyu y Henry. Paraban juntos de tiempo en tiempo y se ayudaban en las asignaturas. Aquel día no fue diferente. Los cuatro girasoles se sentaron a estudiar y a leer en la biblioteca. Todo parecía estar en silencio hasta que Yesung llegó asustado.

-¿Han visto a Wookie?- se desesperó al ver duda en los ojos de los demás- ¿Lo han visto? Anoche no llegó a dormir… no sé donde está. Solo sé que la señora Claire me comentó que se había cambiado de internado…- explicó
-Eso es imposible…- Heechul comentó- ¿A qué internado se va a cambiar a mitad de semestre?
-Se ha ido… eso…- Kibum miró asustado a Heechul. Quizás sabía el por qué se había ido- ¿Sabes si se ha pasado al internado nocturno?- preguntó muy preocupado
-¿Puedes cambiarte de internado?- intervino muy interesado Henry
-Yo solo sé que los Élite te tienen que solicitar para que te pases allá, de lo contrario es imposible…- agregó Kyu mientras leía un libro.
-No lo sé…- respondió aturdido Yesung, a punto de empezar a llorar- él no podría dejarme así como así… nosotros…

Kibum le agarró del hombro a su amigo. Todos sabían que eran más que amigos. Lo sabían y muy bien. Pero la desaparición de Ryeowook era muy preocupante. Heechul salió corriendo para ir a preguntarle a la señora Claire. Mientras que Henry y Kyu fueron a investigar en los registros de los girasoles. Kibum y Yesung se quedaron en la biblioteca, quizás para tranquilizar al último. Se sentía morir. Sentía que se le venía el mundo abajo al pensar que Ryeo lo había abandonado.

**

Las rosas en el jardín de los Élite estaban floreciendo, Siwon amaba las flores de aquel lugar, con las manos iba acariciando una a una. Se sentía ansioso: cada vez sentía más cerca el aroma de su Girasol. Incluso si solo buscaba asesinarlo, lo quería cerca. Encontró una hermosa rosa roja entre muchas blancas, acercó su rostro y cerrando los ojos dejó que el suave aroma invada su ser. Desde aquel ángulo, el príncipe oscuro se veía my apuesto. Heechul se quedó sin habla durante unos segundos al verlo en una forma tan pura. Delineó con su mriada al líder de los Élite hasta encontrarse con su cuello. Por alguna razón perdió el equilibrio y cayó sobre sus rodillas: lo deseaba.

-¿Estás bien?- se apresuró a decir Siwon al ver que detrás de la reja de separación su amado Heechul se desvanecía- Cada vez estás más débil… déjame ayudarte por favor- le suplicó intentando acercas sus frías manos a través de los barrotes- Heechul
-Ni te acerques… no vengo a verte por qué quiero, vengo a preguntarte algo que la señora Claire me ha dicho que solo tú sabes… ¿Ryeowook, ha sido trasladado a tu internado?
-Sí- Siwon saltó la reja y alzó en brazos al delicado cuerpo de Heechul- Te cuidaré unos minutos hasta que tengas fuerzas suficientes como para volver a tirarme una cachetada…- dicho esto saltó de nuevo la reja y se encaminó hasta su habitación.
-Bájame…- renegó Heechul, pero su cuerpo estaba demasiado débil como para librarse de aquellos brazos.

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Sé que quizás está mal, sé que quizás lastimo a demasiadas personas; no obstante prefiero lastimarlos a envolverte en un remolino lleno de lágrimas. Además sé que tú nunca me aceptarías, ni aceptarías mi amor. Duele el corazón de saber que te perdía incluso sin tenerte. Es triste y solitario aquí; es frío y frustrante haber conocido la suavidad de tu piel en un momento en el que tú buscabas eliminar todo lo que soy. Me coloco los audífonos a todo volumen e intento perderme en mis pensamientos. Hoy o lo que queda de hoy, no quiero escuchar más voces internas. Solo deseo recordar cómo suena la tuya.

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-Hola Kyu- sonrió Sungmin mirando al estudioso entre las rejas- me han obligado a cambiarme de uniforme… me veo feo- hizo puchero jalándose el uniforme de hombre del Élite- pero mi hermano me retará si no lo uso…
-¿En verdad importa si peleas con tú hermano? Es decir…- le sonrió de lado- Si tú estás bien con el uniforme rosa, todo estará bien entonces… yo creo que te veas bien en ambos…- bajó el rostro al notar la enorme sonrisa en los labios del rubio.
-Gracias…- dijo avergonzado- toma- susurró antes de lanzarle una paleta de cereza- Espero que te guste, es la última que me queda y es mi sabor favorito… debo irme Kyu, ¡bye bye!- gritó antes de salir corriendo.

Continuará…