Titulo: Cold Rain
Fandom: the TRAX
Parejas: Typhoon x Rose
Clasificación: Angst
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
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Cold Rain
El día que dijiste adiós
Hace frío, incluso acá adentro, te observo, luces tan distinto, estas como pensativo, cabizbajo y algo malgeniado, no comprendo que puede estar pasando por tu cabeza, bueno creo que nunca lo he hecho, es que eres una de esas personas que uno no se encuentran fácilmente y cuando lo haces ya no quieres déjalos ir, los quieres para ti sin importar lo diferentes que sean, eres uno de un millón, nadie podría ser igual a ti, nadie puede alcanzar aquella belleza, aquella perfección.
La lluvia cae allá afuera, tu estas ahí parado en medio del inmenso jardín, con la mirada perdida en el cielo nublado como esperando que aparezca un arco iris y borre todo rastro de esta melancolía forzada que generan los días de lluvia, mi amor eso no sucederá a menos que salga el sol, pienso. Tomo mi chaqueta, busco una manta o algo parecido para cubrirte no quiero que te enfermes, finalmente la encuentro: es la manta que te regale por navidad, solo a ti se te ocurre resfriarte ese día, tuvimos que quedarnos en casa por ti, solo por ti.
Camino lentamente, hace frío, mucho frío, pero pareces no sentirlo, me cubro con la manta y te abrazo, capturando nuestros cuerpos en un lazo protegido por aquel trozo de tela, no volteas, ¿Acaso no sientes como mis brazos se han apoderado de tu cintura? Sonrió, después de todo aún eres un niño, distraído y dulce. Beso su cuello escondiendo mi rostro de la fría lluvia, reaccionas, das un salto del susto, pero al notar que soy yo, sonríes, volteas y me devuelves el beso, nos quedamos así por varios minutos, unidos en un abrazo, bajo la lluvia, tu hermoso cabello que ahora luce negro esta totalmente pegado a tu rostro, casi ya no queda rastro de tu maquillaje, estas tu, solo tu y el reflejo de tu alma que desborda por tus ojos, "Que persona tan bella" pienso cada vez que te veo.
- Te me vas a resfriar... ¿No quieres ir conmigo a la casa? ¿Acaso no te gustó mi sorpresa?- te miro directamente a los ojos, como quisiera poder entrar y perderme en ellos, son tan infinitos.
- Vamos- tratas de sonreír, pero luces triste, algo te aflige desde ya algunos días, pero por alguna razón no me lo quieres decir, no pienso obligarte, solo espero que lo hagas algún día.
- Los demás ya se fueron, estamos solo en nuestra nueva casa
No te suelto aún, estamos unidos por aquella manta, te aferras a mi, besas mi cuello y me regalas sus labios en un corto beso, debajo de la manta mis manos pueden sentir tu húmeda piel, tan suave y blanca, eres tan delgado, tan frágil, aún recuerdo cuando decías que usabas ropas femeninas por que las de hombre te quedaban grandes, que celos siento de tu ropa en este momento, pegandose a tu cuerpo, adueñandose de lo que es mío, como quisiera ser tu piel para albergar aquel alma tan especial.
Te devuelvo un beso más y nos abrazamos, soy tan feliz a tu lado, no imagino como sería mi vida sin ti, y a pesar que últimamente hemos cambiado, mis sentimientos jamás cambiarán. Sé que estuviste molesto un tiempo ya que SM nos pidió cambiar radicalmente de look, estuviste sin hablarme durante un mes porque me quite el piercing de la oreja, incluso lloraste cuando te dije que ya no podría usar su piercing favorito, aquel hermoso pedazo de metal que adornaba tan perfectamente tu ombligo, no querías cambiar, me decías constantemente que eras Rose y que Rose no era alguien común, lo sé, mi amor no eres una persona del montón, pero SM es nuestra empresa y debemos obedecer.
Mis manos recorren cada centímetro de este lienzo con textura: tu piel. Se deslizan lentamente mientras te aferras a mi cuerpo, no sé si tiemblas de frío o por mis caricias, sin pensarlo dos veces le robo un beso fugaz como una estrellas, tímido como la luna, nos miramos, hoy estas más bello que nunca, al natural, con unas cuantas gotas de llvuia resbalando por tu piel.
Empiezo a deshacerme de aquella blusa que traes puesta, botón por botón, dejando al descubierto su hermoso y delgado cuerpo, dejo que la tela se resbale sola por tus brazos, tan solo para prolongar el momento, tan solo para observarte un poco más. Me miras, tus ojos lucen más tristes que antes, te sonrió y me devuelves la sonrisa, estas algo nervioso, lo sé. Lo noto en tus mejillas rojas, al notar mi mirada sobre su pecho desnudo, estas avergonzado, me acerco y deposito suaves besos en tu cuello, tus manos largas y finas buscan los botones de mi camisa para deshacerse de ella también, finalmente lo consigues, tus manos están frías, salto al sentir el contacto, sonríes divertido, tus ojos se posan sobre los míos y nos besamos.
Te tomo de la mano y guío nuestra unión a la habitación, en aquella amplia casa que te regale, que nos regale, será nuestro paríso personal, las paredes todas pintasdas de tu color favorito: rosado, con detalles algo diferentes a los de una casa normal, tu elegiste cada detalle de esta casa soñada, una vez en la habitación me jalas hacia ti y ambos caemos en la cama, unidos en caricias y besos, desesperandonos por deshacercos de la ropa que queda, como si el tiempo no fuera a ser suficiente para amarnos, como si fuera la última vez, innagurando aquella habitación que por mucho estuvo sola, llenandola de amor y en silencio nuestros besos se convierten en un juramento: juntos, para siempre.
Después de entregarnos al uno al otro, te quedas dormido, abrazado a mi cuerpo, el tuyo es tan perfecto en momentos como este. La blanca sabana que ha sido testigo de nuestro amor, cubre de tu cintura para abajo, dejando al descubierto aquel hermoso ombligo que tanto amo. Cuando empezamos a ser pareja, aún conservabas el piercing, cambiabas mensualmente de diseño, sabías lo mucho que me gustaba besar el arete, me encantaba estar jugando horas de horas con tu ombligo, era un ritual que expresaba nuestro inmenso amor.
Así mismo tu te volvías loco con el piercing de mi oído, si no teníamos entrevistas o lives, nos quedábamos en los camerinos, buscando cualquier pretexto para que los otros nos dejen solos. Yo apoyaba mi cabeza en tus piernas y tu acariciabas mi cabello y por supuesto mi arete, que magicos resultaban aquellos momentos, tan llenos de sentimientos, podíamos estar horas de horas, solo contemplandonos, no eran necesarias las palabras, nuestras almas ya sabían como conversar en silencio a traves de nuestros ojos. Cuanta magia te rodea mi amor, todo en torno a ti es así, tu mismo eres la prueba viviente de que un mito se puede hacer realidad, todo tu eres un personaje salido de esos cuentos de hadas que solía leer de niño, aquel ser con el que siempre soñe.
Semanas antes del cambio de look me regalaste un piercing con un diseño muy bonito, tenía una cruz y detrás de la cruz estaban grabadas nuestras iniciales, era algo pequeño, pero un trabajo bien elaborado, de seguro te había costado mucho conseguirlo, es más es muy probable que lo hayas mandado a hacer, aún lo conservo, lo guardo como un tesoro.
Todo lo contrario a tu reacción, ya que el tenías el mismo arete pero en el ombligo, cuando les comunique que debíamos quitarnos los piercings te pusiste histérico, yo no comprendí por qué, también me molestaba las idea pero no era para tanto, te quitaste el arete y lo tiraste a la basura, en tu desesperación, sin querer, lastimaste tu ombligo, después de quedarnos todos en silencio, esperando que te tranquilices, quien se puso histérico fui yo, al notar como un hilo de sangre descendía por tu vientre, aquel top que usabas ese día me facilito la vista.
Corrí a atenderte, pero desde entonces algo cambio, no lloraste de dolor, a pesar que solías hacer pucheros por cualquier cosa, incluso si te dolía la cabeza eras capáz de armar un escandalo solo para que yo te cuidee, pero en ese momento no lloraste, menos cuando te echamos alcohol, solo apretaste fuertemente los puños para contener el dolor. Creo que te dolía mas el dejar de usarlo que tu herida.
Después de unas horas observándote y recordando todo lo que hemos pasado juntos, como tuve que aprender a convivir con Dorothy, aquel shih tsu insoportable que tendía a ladrar a las 3am cuando recién me mude contigo, y como era de esperar era yo quien se levantaba de la cama para ir a tranquilizar al canino, arriesgando que aquel pedazo de perro muerda mis pies descalzos, mordía absolutamente todos mis zapatos hasta destrozarlos, ese animal era muy celoso, tanto como su dueño.
Recuerdo que prácticamente tuve que dejar de frecuentar a Rella por ti, las continuas comparaciones entre ambos resultaban muy graciosas para HeeChul y para mi, ya que ninguno consideraba que eso fuera cierto, pero tu te lo tomabas en serio y dejabas de hablarme o me hacías pequeñas escenas de celos en casa. Siempre sacandome en cara lo que firme en aquel single, “Mi novia Rella” en aquel momento no eramos nada, solo compañeros de grupo, pero ya te amaba, si supieras que lo puse así porque en realidad quería poner “Mi novio Rose”, HeeChul me dio la idea, como ambos nombres empezaban con “R” así podría exprear lo que sentía sin que te des cuenta. Pero cuando nos hicimos enamorados tu siempre lo tomabas como arma mortal en nuestras peleas, eras tan posesivo y celoso, ahora me resulta muy gracioso recodar tus miradas asesinas a cualquier ser humano que se me acerque.
Ya no lo haces, como que te has acostumbro a mi, como que me amolde a ti, deje muchas cosas de lado por ti, y no es un reproche, solo es un pensamiento, te amo tanto que dejaría cualquier otra cosa, si tan solo me lo pides, lo que tu deseas yo lo hago realidad, así de simple.
Abres pesadamente tus ojos bellos ojos, dejandome ver aquellas hermosa obra de Arte: tu mirada, me sonríes al notar que te observo, me regalas un beso más y te acomoda a mi lado, cubriendo tu pecho desnudo con la sabana.
- ¿Ya no sientes frío?- preguntas con una sonrisa muy pícara
- Ah decir verdad... ya no – rasco mi cabeza como tratando de evitar un sonrojo, pero mis nervios me delatan, soy tan feliz, que me siento como la primera vez que estuvimos juntos
- Te amo- susurras en mi oído, cierro los ojos y espero un beso tuyo pero tu voz continúa, mantengo los ojos cerrados como tratando de retratar tu rostro en mi mente, una fría lagrimas moja mi hombro desnudo, abro los ojos asustado, te miro con miedo, ¿Qué sucede? Quisiera poder saberlo- te amo Jay... pero- tiemblas, ¿De frió? ¿De miedo? ¿Qué está sucediendo aquí, por qué lloras? Me desespero en secar tus lagrimas pero quitas tu rostro, no permites que seque tus lagrimas, me desconcierta, no sé ni que decir, te miro atento esperando una explicación- pero... estoy sufriendo... ya no somos los mismos... ya no soy el mismo, ¿Cómo es posible que ames al Rose de ahora si ya no existe el Rose del que te enamoraste?
- ¿De qué hablas?- salgo de mi asombro, no comprendo bien lo que dices- yo amo a Rose, solo a él, no importa que tenga puesto, yo amo su alma- te respondo, pero en tus ojos hay decepción, no es suficiente mi respuesta y me lo haces saber.
- Pues yo no amo esto... – cubre su rostro, está sufriendo en verdad- Me voy de TRAX...- dices en casi un susurro, lo dices con tanto dolor, pero en tu no voz no solo hay eso, también hay tristeza y mucha desesperación, te observo, no sé que decir, solo te observo. Te ves tan mal mi amor
- ¿Soy yo el culpable de esto? ¿Qué dices?...- mis ojos se llenan de lagrimas, te conozco tanto como para pensar en hacerte cambiar de opinión- ¿Estás seguro de esto? Eso quiere decir...- tantas preguntas, todas sin repsuestas, o quizás si las tengan pero mi corazón no quiere creerlo, lloro
- He recibido una oferta de trabajo, en una banda en la que sí puedo tener el look que yo quiera y no “lo más comercial”... yo te amo tanto... pero ya me canse de dejar de lado lo que soy por estar a tu lado, se que estoy siendo egoísta.. pero ¿Acaso tu no lo eres? Obligándome a quitarme el piercing... ¿Realmente sabías lo que significaba aquel arete para mi?
- Sé que te gustaba mucho usarlo... pero Minwoo no me vas a dejar por un arete, ¿O si?- me desespero, porqué hablas de los aretes en este momento, me estas dejando y hablas de joyería.
- ¡No era un simple arete Jay!- se aleja ofendido- no era un simple arete que me gustaba, teníamos el mismo arte porque cuando te lo di quise sellar nuestra unión, representaba un lazo entre los dos, nuestro amor por siempre... ¿Acaso no lo entendiste? – tus ojos tristes ahora expresan tanta decepción, lo lamento mi amor no lo sabía, te ha dolido mi respuesta, a mi también me duele.
- Yo... lo lamento...- trato de tomar tus manos pero te sueltas casi inmediatamente, no quieres ni mirarme, miras tu cuerpo con cierto desprecio como si estuviera sucio, no mi amor, solo esta lleno de las huellas que dejaron mis labios.
- Ya no importa... es momento de erradicar todo esto... te amo... escúchalo bien, porque es la ultima vez que te lo digo, TE AMO JAY KIM pero esto no es para mi...
Depositas en mis labios un frío beso, las lagrimas inundan mi alma, rompiendo en mil pedazos este corazón que nunca se cansó de sentir tus latidos al compás de los míos, cómo pedir que te quedes, si sería como cortarte las alas. Cómo irme contigo si yo ya no tengo cabida en tu vida? Si tan solo me dijeras “ven conmigo” lo dejaría todo e iría, pero no lo dices, no es necesario.
Te vas separando lentamente de mi, como si no quisieras dejar de besarme, como si tus labios no quisieran despedirse, tomas tus pantalones y te los colocas, yo estático en la cama, lleno de lagrimas observo como la ropa que tanto envidio vuelve a adueñarse de tu cuerpo. No puedo detenerte, no tengo derecho, mi alma esta muriendo y se que cuando termines y cruces esa puerta, nuestra relación habrá acabado, sin pensarlo dos veces te coloca la chaqueta caminas hasta la puerta pero te detienes frente a ella, piensas unos segundos en total silencio, luego volteas y te abalanzas sobre mi, robándome un ultimo beso, el más doloroso, el mas apasionado, el mas dulce, el mas perfecto.
Me miras con los ojos llenos de lagrimas, sé que no quieres irte mi amor, pero también sé que es necesario.
“Adiós...”
Susurras y te vas.
FIN
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Cold Rain
El día que dijiste adiós
Hace frío, incluso acá adentro, te observo, luces tan distinto, estas como pensativo, cabizbajo y algo malgeniado, no comprendo que puede estar pasando por tu cabeza, bueno creo que nunca lo he hecho, es que eres una de esas personas que uno no se encuentran fácilmente y cuando lo haces ya no quieres déjalos ir, los quieres para ti sin importar lo diferentes que sean, eres uno de un millón, nadie podría ser igual a ti, nadie puede alcanzar aquella belleza, aquella perfección.
La lluvia cae allá afuera, tu estas ahí parado en medio del inmenso jardín, con la mirada perdida en el cielo nublado como esperando que aparezca un arco iris y borre todo rastro de esta melancolía forzada que generan los días de lluvia, mi amor eso no sucederá a menos que salga el sol, pienso. Tomo mi chaqueta, busco una manta o algo parecido para cubrirte no quiero que te enfermes, finalmente la encuentro: es la manta que te regale por navidad, solo a ti se te ocurre resfriarte ese día, tuvimos que quedarnos en casa por ti, solo por ti.
Camino lentamente, hace frío, mucho frío, pero pareces no sentirlo, me cubro con la manta y te abrazo, capturando nuestros cuerpos en un lazo protegido por aquel trozo de tela, no volteas, ¿Acaso no sientes como mis brazos se han apoderado de tu cintura? Sonrió, después de todo aún eres un niño, distraído y dulce. Beso su cuello escondiendo mi rostro de la fría lluvia, reaccionas, das un salto del susto, pero al notar que soy yo, sonríes, volteas y me devuelves el beso, nos quedamos así por varios minutos, unidos en un abrazo, bajo la lluvia, tu hermoso cabello que ahora luce negro esta totalmente pegado a tu rostro, casi ya no queda rastro de tu maquillaje, estas tu, solo tu y el reflejo de tu alma que desborda por tus ojos, "Que persona tan bella" pienso cada vez que te veo.
- Te me vas a resfriar... ¿No quieres ir conmigo a la casa? ¿Acaso no te gustó mi sorpresa?- te miro directamente a los ojos, como quisiera poder entrar y perderme en ellos, son tan infinitos.
- Vamos- tratas de sonreír, pero luces triste, algo te aflige desde ya algunos días, pero por alguna razón no me lo quieres decir, no pienso obligarte, solo espero que lo hagas algún día.
- Los demás ya se fueron, estamos solo en nuestra nueva casa
No te suelto aún, estamos unidos por aquella manta, te aferras a mi, besas mi cuello y me regalas sus labios en un corto beso, debajo de la manta mis manos pueden sentir tu húmeda piel, tan suave y blanca, eres tan delgado, tan frágil, aún recuerdo cuando decías que usabas ropas femeninas por que las de hombre te quedaban grandes, que celos siento de tu ropa en este momento, pegandose a tu cuerpo, adueñandose de lo que es mío, como quisiera ser tu piel para albergar aquel alma tan especial.
Te devuelvo un beso más y nos abrazamos, soy tan feliz a tu lado, no imagino como sería mi vida sin ti, y a pesar que últimamente hemos cambiado, mis sentimientos jamás cambiarán. Sé que estuviste molesto un tiempo ya que SM nos pidió cambiar radicalmente de look, estuviste sin hablarme durante un mes porque me quite el piercing de la oreja, incluso lloraste cuando te dije que ya no podría usar su piercing favorito, aquel hermoso pedazo de metal que adornaba tan perfectamente tu ombligo, no querías cambiar, me decías constantemente que eras Rose y que Rose no era alguien común, lo sé, mi amor no eres una persona del montón, pero SM es nuestra empresa y debemos obedecer.
Mis manos recorren cada centímetro de este lienzo con textura: tu piel. Se deslizan lentamente mientras te aferras a mi cuerpo, no sé si tiemblas de frío o por mis caricias, sin pensarlo dos veces le robo un beso fugaz como una estrellas, tímido como la luna, nos miramos, hoy estas más bello que nunca, al natural, con unas cuantas gotas de llvuia resbalando por tu piel.
Empiezo a deshacerme de aquella blusa que traes puesta, botón por botón, dejando al descubierto su hermoso y delgado cuerpo, dejo que la tela se resbale sola por tus brazos, tan solo para prolongar el momento, tan solo para observarte un poco más. Me miras, tus ojos lucen más tristes que antes, te sonrió y me devuelves la sonrisa, estas algo nervioso, lo sé. Lo noto en tus mejillas rojas, al notar mi mirada sobre su pecho desnudo, estas avergonzado, me acerco y deposito suaves besos en tu cuello, tus manos largas y finas buscan los botones de mi camisa para deshacerse de ella también, finalmente lo consigues, tus manos están frías, salto al sentir el contacto, sonríes divertido, tus ojos se posan sobre los míos y nos besamos.
Te tomo de la mano y guío nuestra unión a la habitación, en aquella amplia casa que te regale, que nos regale, será nuestro paríso personal, las paredes todas pintasdas de tu color favorito: rosado, con detalles algo diferentes a los de una casa normal, tu elegiste cada detalle de esta casa soñada, una vez en la habitación me jalas hacia ti y ambos caemos en la cama, unidos en caricias y besos, desesperandonos por deshacercos de la ropa que queda, como si el tiempo no fuera a ser suficiente para amarnos, como si fuera la última vez, innagurando aquella habitación que por mucho estuvo sola, llenandola de amor y en silencio nuestros besos se convierten en un juramento: juntos, para siempre.
Después de entregarnos al uno al otro, te quedas dormido, abrazado a mi cuerpo, el tuyo es tan perfecto en momentos como este. La blanca sabana que ha sido testigo de nuestro amor, cubre de tu cintura para abajo, dejando al descubierto aquel hermoso ombligo que tanto amo. Cuando empezamos a ser pareja, aún conservabas el piercing, cambiabas mensualmente de diseño, sabías lo mucho que me gustaba besar el arete, me encantaba estar jugando horas de horas con tu ombligo, era un ritual que expresaba nuestro inmenso amor.
Así mismo tu te volvías loco con el piercing de mi oído, si no teníamos entrevistas o lives, nos quedábamos en los camerinos, buscando cualquier pretexto para que los otros nos dejen solos. Yo apoyaba mi cabeza en tus piernas y tu acariciabas mi cabello y por supuesto mi arete, que magicos resultaban aquellos momentos, tan llenos de sentimientos, podíamos estar horas de horas, solo contemplandonos, no eran necesarias las palabras, nuestras almas ya sabían como conversar en silencio a traves de nuestros ojos. Cuanta magia te rodea mi amor, todo en torno a ti es así, tu mismo eres la prueba viviente de que un mito se puede hacer realidad, todo tu eres un personaje salido de esos cuentos de hadas que solía leer de niño, aquel ser con el que siempre soñe.
Semanas antes del cambio de look me regalaste un piercing con un diseño muy bonito, tenía una cruz y detrás de la cruz estaban grabadas nuestras iniciales, era algo pequeño, pero un trabajo bien elaborado, de seguro te había costado mucho conseguirlo, es más es muy probable que lo hayas mandado a hacer, aún lo conservo, lo guardo como un tesoro.
Todo lo contrario a tu reacción, ya que el tenías el mismo arete pero en el ombligo, cuando les comunique que debíamos quitarnos los piercings te pusiste histérico, yo no comprendí por qué, también me molestaba las idea pero no era para tanto, te quitaste el arete y lo tiraste a la basura, en tu desesperación, sin querer, lastimaste tu ombligo, después de quedarnos todos en silencio, esperando que te tranquilices, quien se puso histérico fui yo, al notar como un hilo de sangre descendía por tu vientre, aquel top que usabas ese día me facilito la vista.
Corrí a atenderte, pero desde entonces algo cambio, no lloraste de dolor, a pesar que solías hacer pucheros por cualquier cosa, incluso si te dolía la cabeza eras capáz de armar un escandalo solo para que yo te cuidee, pero en ese momento no lloraste, menos cuando te echamos alcohol, solo apretaste fuertemente los puños para contener el dolor. Creo que te dolía mas el dejar de usarlo que tu herida.
Después de unas horas observándote y recordando todo lo que hemos pasado juntos, como tuve que aprender a convivir con Dorothy, aquel shih tsu insoportable que tendía a ladrar a las 3am cuando recién me mude contigo, y como era de esperar era yo quien se levantaba de la cama para ir a tranquilizar al canino, arriesgando que aquel pedazo de perro muerda mis pies descalzos, mordía absolutamente todos mis zapatos hasta destrozarlos, ese animal era muy celoso, tanto como su dueño.
Recuerdo que prácticamente tuve que dejar de frecuentar a Rella por ti, las continuas comparaciones entre ambos resultaban muy graciosas para HeeChul y para mi, ya que ninguno consideraba que eso fuera cierto, pero tu te lo tomabas en serio y dejabas de hablarme o me hacías pequeñas escenas de celos en casa. Siempre sacandome en cara lo que firme en aquel single, “Mi novia Rella” en aquel momento no eramos nada, solo compañeros de grupo, pero ya te amaba, si supieras que lo puse así porque en realidad quería poner “Mi novio Rose”, HeeChul me dio la idea, como ambos nombres empezaban con “R” así podría exprear lo que sentía sin que te des cuenta. Pero cuando nos hicimos enamorados tu siempre lo tomabas como arma mortal en nuestras peleas, eras tan posesivo y celoso, ahora me resulta muy gracioso recodar tus miradas asesinas a cualquier ser humano que se me acerque.
Ya no lo haces, como que te has acostumbro a mi, como que me amolde a ti, deje muchas cosas de lado por ti, y no es un reproche, solo es un pensamiento, te amo tanto que dejaría cualquier otra cosa, si tan solo me lo pides, lo que tu deseas yo lo hago realidad, así de simple.
Abres pesadamente tus ojos bellos ojos, dejandome ver aquellas hermosa obra de Arte: tu mirada, me sonríes al notar que te observo, me regalas un beso más y te acomoda a mi lado, cubriendo tu pecho desnudo con la sabana.
- ¿Ya no sientes frío?- preguntas con una sonrisa muy pícara
- Ah decir verdad... ya no – rasco mi cabeza como tratando de evitar un sonrojo, pero mis nervios me delatan, soy tan feliz, que me siento como la primera vez que estuvimos juntos
- Te amo- susurras en mi oído, cierro los ojos y espero un beso tuyo pero tu voz continúa, mantengo los ojos cerrados como tratando de retratar tu rostro en mi mente, una fría lagrimas moja mi hombro desnudo, abro los ojos asustado, te miro con miedo, ¿Qué sucede? Quisiera poder saberlo- te amo Jay... pero- tiemblas, ¿De frió? ¿De miedo? ¿Qué está sucediendo aquí, por qué lloras? Me desespero en secar tus lagrimas pero quitas tu rostro, no permites que seque tus lagrimas, me desconcierta, no sé ni que decir, te miro atento esperando una explicación- pero... estoy sufriendo... ya no somos los mismos... ya no soy el mismo, ¿Cómo es posible que ames al Rose de ahora si ya no existe el Rose del que te enamoraste?
- ¿De qué hablas?- salgo de mi asombro, no comprendo bien lo que dices- yo amo a Rose, solo a él, no importa que tenga puesto, yo amo su alma- te respondo, pero en tus ojos hay decepción, no es suficiente mi respuesta y me lo haces saber.
- Pues yo no amo esto... – cubre su rostro, está sufriendo en verdad- Me voy de TRAX...- dices en casi un susurro, lo dices con tanto dolor, pero en tu no voz no solo hay eso, también hay tristeza y mucha desesperación, te observo, no sé que decir, solo te observo. Te ves tan mal mi amor
- ¿Soy yo el culpable de esto? ¿Qué dices?...- mis ojos se llenan de lagrimas, te conozco tanto como para pensar en hacerte cambiar de opinión- ¿Estás seguro de esto? Eso quiere decir...- tantas preguntas, todas sin repsuestas, o quizás si las tengan pero mi corazón no quiere creerlo, lloro
- He recibido una oferta de trabajo, en una banda en la que sí puedo tener el look que yo quiera y no “lo más comercial”... yo te amo tanto... pero ya me canse de dejar de lado lo que soy por estar a tu lado, se que estoy siendo egoísta.. pero ¿Acaso tu no lo eres? Obligándome a quitarme el piercing... ¿Realmente sabías lo que significaba aquel arete para mi?
- Sé que te gustaba mucho usarlo... pero Minwoo no me vas a dejar por un arete, ¿O si?- me desespero, porqué hablas de los aretes en este momento, me estas dejando y hablas de joyería.
- ¡No era un simple arete Jay!- se aleja ofendido- no era un simple arete que me gustaba, teníamos el mismo arte porque cuando te lo di quise sellar nuestra unión, representaba un lazo entre los dos, nuestro amor por siempre... ¿Acaso no lo entendiste? – tus ojos tristes ahora expresan tanta decepción, lo lamento mi amor no lo sabía, te ha dolido mi respuesta, a mi también me duele.
- Yo... lo lamento...- trato de tomar tus manos pero te sueltas casi inmediatamente, no quieres ni mirarme, miras tu cuerpo con cierto desprecio como si estuviera sucio, no mi amor, solo esta lleno de las huellas que dejaron mis labios.
- Ya no importa... es momento de erradicar todo esto... te amo... escúchalo bien, porque es la ultima vez que te lo digo, TE AMO JAY KIM pero esto no es para mi...
Depositas en mis labios un frío beso, las lagrimas inundan mi alma, rompiendo en mil pedazos este corazón que nunca se cansó de sentir tus latidos al compás de los míos, cómo pedir que te quedes, si sería como cortarte las alas. Cómo irme contigo si yo ya no tengo cabida en tu vida? Si tan solo me dijeras “ven conmigo” lo dejaría todo e iría, pero no lo dices, no es necesario.
Te vas separando lentamente de mi, como si no quisieras dejar de besarme, como si tus labios no quisieran despedirse, tomas tus pantalones y te los colocas, yo estático en la cama, lleno de lagrimas observo como la ropa que tanto envidio vuelve a adueñarse de tu cuerpo. No puedo detenerte, no tengo derecho, mi alma esta muriendo y se que cuando termines y cruces esa puerta, nuestra relación habrá acabado, sin pensarlo dos veces te coloca la chaqueta caminas hasta la puerta pero te detienes frente a ella, piensas unos segundos en total silencio, luego volteas y te abalanzas sobre mi, robándome un ultimo beso, el más doloroso, el mas apasionado, el mas dulce, el mas perfecto.
Me miras con los ojos llenos de lagrimas, sé que no quieres irte mi amor, pero también sé que es necesario.
“Adiós...”
Susurras y te vas.
FIN
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