26 jun 2009

Oneshot - KyuMin

Autor: Kainet
Titulo: Uno
Fandom: Super Junior
Parejas: KyuMin
Clasificación: Angst
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.

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UNO


Te observo.

En silencio. Con la sonrisa estática y las mejillas insípidas. En mi desesperante silencio. Saltas de un lado a otro, pareces un niño pequeño. Aún más con aquella paleta de fresa en los labios. Tus traviesos ojos me sonríen mientras continúas hiperactivo de un lado a otro. Tu cabello corto es escondido por una gorra que traes puesta, tiene diseño militar y tapa un poco tu ojo derecho. Mi arete favorito se balancea en tu oreja, delicadamente mientras corres haciendo bromas con Shindong. Bajo la mirada lentamente mientras observo el polo corto de color amarillo que adorna tu cuerpo; me detengo en tu mano izquierda, observo detenidamente el dedo más pequeño de esta, ahí está reposando el anillo que te regalé por tu cumpleaños. Antes de irme a China. Cuando aún eramos algo. La distancia y el tiempo nos hizo optar por lo más fácil: terminar. Pero ahora estoy de vuelta y no hemos hablado sobre aquello. Abrazas a Eunhyuk, le haces caricias y poco a poco vas haciendome perder la razón al verte tan cerca a él. Bajó la mirada, sin dejar de observarte, recorriendo con mis ojos aquellos jeans que se ciñen tanto a tu cuerpo. No puedo ignorar mis sentimientos, pero parece que tú si puedes. Me lastima. Me siento cansado, asfixiado de sentir tanto.

Silencio.

Continúo en silencio mientras tu corres intentando acaparar la atención de todos. Suena mi celular. Pido disculpas y aparto mis ojos de ti para contestar el llamado desde China. Puedo sentir tu mirada enojada en mi espalda. Te molesta que sea mi amigo. Has sentido demasiados celos de alguien que solo me quiere de forma fraternal. No obstante, yo si siento celos de alguien que te quiere mucho más que como un amigo. Respondo con monosílabos ante las palabras de preocupación de mi amigo. Trato de sonreír y volteo hacia los demás miembros de Super Junior. Me miran atentos mientras escucho lo último que dice Zhou Mi. Me esperan para continuar ensayando. Sungmin clava sus celos en mis ojos y la sonrisa se me borra al verlo tan enojado mientras se abraza posesivamente de Eunhyuk.

"Zhou mi les envía saludos, Chulah, dice que vendrá a visitarte..." Le sonrío a la princesa que se emociona al escuchar noticias de su amigo. Continúas mirándome, enojado por contestar el celular. Pero yo no puedo dejar de lado a mis amigos solo porque tu crees que son más que eso. Y cómo explicarte si no me dejas ni acercarme. Paras echándome en cara el haberme ido a China. Diciendo que el Super Junior H cambio tu vida y que has sido muy feliz con ellos. Duele. Mata. Escuchar lo cruel que puedes ser.

Amor.

Es lo que siento. Es lo que sientes. No obstante nos lastimamos. Nos asfixiamos, nos alejamos. Fue trabajo, no fue amor lo que hice en China. Por qué no quieres entenderlo. Incluso Heechul y Siwon han vuelto a ser pareja, incluso Yewsung y Wookie se han juntado. ¿Acaso olvidaste la promesa que hiciste con Wookie? Tú cuidarías de Yesung aquí, él me cuidaría a mi en China. Te extraño, incluso cuando estamos en la misma habitación, cuando me hablas como si nada pasara; aún se siente esa barrera que has creado a tu alrededor. Fue trabajo. Fue simple trabajo. Por qué no me dejas explicarte Sungmin.

Cansancio.

La tarde está por acabar, camino lentamente hacia el líder. Le pregunto si ensayaremos más o si podemos irnos a casa. Hyung me sonríe amable, sabe que estoy cansado, después de todo no tengo la energía de Sungmin o de Eunhyuk. Asiente en silencio, para luego reunir a los demás miembros y dar por terminada la sesión de baile. Algunos tienen grabaciones pendientes: Leeteuk y Eunhyuk deben ir a la radio, Heechul y Siwon deben asistir a un show de preguntas y los demás han sido invitados a la grabación del Starking de esta semana. Estoy cansado, he pedido permiso para no ir. Me disculpo con el manager y camino desganado hasta el ascensor. Necesito dormir urgente. Necesito despejar mis pensamientos, mis sentimientos. Puedo parecer una persona fría pero es solo una mascara que Sungmin sabe muy bien como sacar. Lentamente las puertas del elevador van cerrándose, miro el suelo apenado sin notar que alguien corre a detenerlo. Al escuchar la puerta abrirse de nuevo levanto la mirada. Estás frente a mi, con una mirada confusa. Preguntas varias veces si estoy bien. Asiento con la cabeza. Estoy bien. No es mentira.

"Mientes..." dices enojado antes de dejar que el elevador cierre sus puertas. Separándonos. Quizás más de lo que ya estamos. Mis ojos sienten deseos de desbordarse en lágrimas, mas he aprendido a no llorar. Es algo que no va conmigo, suelo decirme para soportar el dolor. Apoyo mi cuerpo en el espejo del elevador, cierro los ojos y dejo que un suspiro se escape de mis labios. Otra vez te has enojado conmigo por cosas sin sentido. Antes no eras así. Has cambiado y yo también. "Sungmin..." susurro mientras siento la gravedad apoderarse de mi cuerpo. Te extraño, te necesito. No sé cómo acercarme, siempre consigo alejarte más y más.

Desesperación.

Se apodera de mis sentidos mientras intento no llorar. Estabas realmente enojado cuando te fuiste del elevador. Pero más aún, estabas desilusionado. Me dolió ver tus ojos apagarse. Lastimó el lastimarte. Cierro con rabia los puños, negándome la oportunidad al llanto. Las puertas de la maquina se abren, levanto la cabeza derrotado para cuidar mis pasos cuando de repente te encuentro frente a mi. Con la respiración agitada y los ojos llorosos. Te miro confundido, tomas de mi mano y me jalas fuera del elevador. Te ves mal. Pregunto lo impregnable, repito varias veces la pregunta hasta que me miras enojado. Solo deseo asegurarme de que estás bien. Niegas con la cabeza, clavas tu mirada en el suelo y juegas con tus manos como dándome esa oportunidad de hablar que tanto he esperado. Las palabras no salen de mis labios, no aquí, no ahora. Tomo de tu mano, entrelazo nuestros dedos y te guío hasta el estacionamiento. Debemos hablar pero en mi departamento.

Lluvia.

La que cae en la calle, lluvia de verano. Miras atento la ventana. Aburriéndote en mi silencio, antes solías ser tú quien llenaba esos vacíos. Mantengo los ojos fijos en el volante, cuidándote, cuidándome. Son pocos minutos, finalmente estamos en mi departamento. Entras cuidadoso y analizas a tu paso. Buscando que algo haya cambiado. Pero no he movido ni una sola foto nuestra. Ni un recuadro en el que salgamos juntos. Nada ha cambiado. Entonces ¿Por qué hemos cambiado tú y yo? Te detienes frente a un portaretratos rosa que desencaja totalmente en el diseño sobrio de mi hogar. Lo tomas entre tus manos mientras sonríes melancólico. Me lo regalaste el día de mi cumpleaños. Pese a que era rosa, si venía de ti, yo lo amaba y atesoraba.

"Lo siento..." te susurro mientras me quedo estático detrás tuyo. Con miedo a acercarme más, le temo a tu rechazo. Como un niño, tú puedes ser muy cruel a veces. Te cruzas de brazos y finges no haber escuchado. "Lo siento" repito acercándome un poco, esperando que voltees a verme. Pero me niegas tus ojos, también tu perdón. Duele, dueles, dolemos. Busco palabras en mi diccionario verbal, pero tú no deseas escucharlas; tú quieres sentirlas ¿Verdad?

"Ni una sola llamada." dices dejando en su lugar el portaretratos. Es cierto, no te llame durante todo este tiempo. Pero era porque creía que era lo mejor, estábamos separados por la distancia y tú mencionaste la palabra separación. No podía llamarte y fingir ser solo tu amigo, eso era imposible. No respondo, me quedo en silencio, observándote caminar alrededor de mi sala. Desordenando algunas cosas, acomodando otras.

Lágrimas.

En tus ojos al mirarme enojado. Me he quedado sin palabras, tengo miedo a tu rechazo. Camino lentamente hacia ti y te abrazo. No quiero perderte. ¿Escuchas mi corazón? Te aferro a mis brazos. No te quiero soltar por más que tu buscas alejarme. No quiero, no puedo. Me empujas y vuelves a verme con aquellos ojos llenos de decepción. Me asesinas lentamente con aquella mirada. Me asesinas y no tienes idea de lo que duele el sentirte así de leos cuando estamos solo los dos en la misma habitación.

"Siempre me haces llorar..." susurras mientras intentas separar nuestros cuerpos. Es cierto también, siempre te hago llorar. Me odio por eso. "Pero no puedo dejar de quererte..." agregas al sentir que mis brazos empiezan a soltarte.

Labios.

Los que beso desesperadamente. Los tuyos. Golpeas mi pecho cuando nos separamos. Estás llorando y eso me lastima. Siempre te hago llorar, parece que lo hiciera a propósito, pero te aseguro que no es nada de eso. Es simple capricho del destino es hacerme tan dañino para tu salud mental. Susurro tu nombre abrazándote posesivamente. Susurras mi nombre mientras lloras.

"Lo siento... era solo trabajo." dejo salir de mis labios aquella oración sin sentido. Me miras atento, quieres escuchar más. "Te amo, te extraño, te necesito... me vuelvo loco sin ti..." bajo la cabeza aceptando mi derrota. Mis manos tiemblan y mi voz se quiebra. Tengo miedo de llorar, sin embargo ya lo estoy haciendo.

Vino.

El que sirvo en dos vasos para hacer que fluyan mis palabras, te sientas en el sofá y me miras atento. Esperando más explicaciones. Esperando todo aquellos que no he dicho en tanto tiempo. Sonrío mientras juego con el liquido escarlata. Acercas tus manos y coges de las mías. Estás muy frío. Quieres que hable.

"¿Te gusta?" preguntas acariciando mi piel. Haciendo que un frío escalofrío recorra mi espalda. ¿Por qué preguntas algo tan obvio? Sonrío cínico mientras intento no ponerme rojo. "¿Tú qué crees?" te pregunto mientras dejo que mis manos se apoderen de tu cintura. "Lo siento" me disculpo de nuevo. Niegas con la cabeza, cansado de escucharme repetir lo mismo y lo mismo.

"Tú eres mío ¿Entendido? No me interesa si es trabajo o no... No te quiero cerca de nadie..." Dices enojado, tomas de mi rostro, lo acaricias, lo besas suavemente y luego me entregas un beso que he esperado durante mucho tiempo.

Te amo.

Susurras cuando caminamos tomados de la mano alrededor de mi departamento. Lo repites muchas veces. Toda decepción, todo dolor, todo ha desaparecido. Desprendo tus ropas y empezamos algo que nunca debimos haber detenido.

"He vuelto, ya no te haré llorar..." te susurro al oído cuando tu suspiras entre mis caricias. Cuando tu empiezas a perder la razón al sentirme dentro tuyo. Al sentirnos uno después de tanto tiempo.

Sungmin.

La única persona a la que puedo amar. La única persona que me puede amar. Me has perdonado. Te lo agradezco. Ya nada, ni nadie nos podrá separar. Somos uno, y ningún trabajo o país logrará que derramemos lágrimas absurdas. Somos uno. Tú y yo, es para siempre.

Fin

5 comentarios:

Ella quiere saber

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