Titulo: Monster - The dance of the shadows-
Capitulo: 1er Bonus
Fandom: Super Junior
Parejas: Sichul / varias
Clasificación: Angst
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
Nota: Es un bonus, pero no se llamaran bonus en esta historia, es que se siente poco apropiado, serán las “meriendas”. Son cortos, realmente cortos. Espero que les gusten. Otra cosa es que irán siendo narrados pero por parejas. La de esta primera vez trata de Sichul narrado desde ambas perspectivas. ¡Gracias!
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Primera merienda.
Estaba todo oscuro, la noche se encargó de disfrazar lo que sentíamos; nuestros deseos más ocultos, oscuros como la noche que caía sobre nosotros, fríos como su mirada en aquel momento. Quiso negarse, sus palabras dolieron, pero le fue imposible resistirse: él me necesitaba; el animal en el que yo lo había convertido necesitaba de mi cuerpo. Un pecado mortal, un medio vampiro y un vampiro de Élite manteniendo tan íntimo encuentro en un colegio. Territorio prohibido para mí. Mi padre se avergonzaría de tan solo verme en tan posición. Sé que lo haría pero yo no me avergüenzo de lo que siento en este momento. Mis latidos se aceleran al sentir su cuerpo tan cerca: un abrazo, no, una caricia, no, un acercamiento provocado por su debilidad y mis sentimientos. Tiembla entre mis brazos, retaba con su mirada. Trata de reprimirse pero solo consigue desesperase más y más. Está enojado, humillado en su impotencia a decir no. Me desea, lo hace, no obstante se reprime. Repentino, insolente, violento, muerde mi cuello, extrae de mi cuerpo la sangre que alguna vez yo le arrebaté junto con su inocencia. No podía matarlo en aquel entonces, tampoco puedo dejarlo morir ahora: lo amé desde la primera vez; lo amo, aún más, ahora.
Un recuerdo, solo eso es aquel día. Doy vueltas en mi cama intento tranquilizarme mientras las ansias de tenerlo me carcomen. Debe estar durmiendo, Espero que esté bien. Qué impotencia la mía el tener todo y no tener su amor. Cierro los ojos intentando controlar mis deseos de ir a verlo, de leer sus pensamientos, de hurgar en su corazón, quiero saber si siente lo mismo. Mas es inútil, sé que me odia. Nana, tu hijo me ha devuelto la calidez de un sentimiento; me ha robado el corazón desde el día de tu muerte. Quiero besarlo, quiero hacerlo. Soy débil, muy débil ante sus ojos. Siempre he podido reprimir lo que soy, pero con él es imposible. Pierdo la perfección, se caer mi máscara; rompe las cadenas impuestas por mi raza, mi padre y mi destino. ¿Destino? ¿Cuál destino? ¿Acaso él es mi destino?
Un sonido seco, cortante. Alguien entró en mi habitación. Me levanto de la cama y busco en la oscuridad a quien osa entrar en mis territorios. Es su aroma, se esconde en la oscuridad. Es él, puedo sentirlo; lo sé. Camina sigilosamente, rodeándome, amenazándome con su mirada y lentos movimientos. Lo deseo y el juega su macabro juego a odiarme. Duele su mirada llena de ira, duele el corazón, se estruja al sentirlo cerca, se encoge al saber que no viene a probar mis besos.
**
Es un tonto, un niño tonto que cree ser fuerte: lo odio. Dejarme entrar tan fácilmente, incluso sabiendo que vengo a asesinarlo. Es un tonto, realmente un tonto. "¿Me amas?" preguntó mentalmente esperando que lea mis pensamientos. No hay respuesta. Él se reprime cuando estoy cerca, no lee mis pensamientos, incluso sabiendo que puedo matarlo en cualquier momento. ¿Tanto me ama? ¿Tanto como para bajar la guardia y esperar a que lo mate? No sé por qué he venido, mas estoy aquí rodeando su cama en la oscuridad, delineando su estancia con la mirada clavada en él. Como un león que rodea a su presa, así estoy.
-Niño estúpido...- reniego de su debilidad- no bajes la guardia. Pelemos...
-Prefiero que me mates a poner una mano sobre tu cuerpo... aún estás débil, tu cuerpo está bien pero debes terminar el ritual para dejar de sentir tanto dolor en tu cuerpo...- habla sereno, me desespera.
-Jamás dejaré que me muerdas de nuevo. Ya lo hiciste cuando éramos niños...
-En ese entonces no sabía nada de estos rituales. Lo hice mal, solo prolongue tu agonía. Lo lamento- se acerca repentinamente ha mi, su rostro esta muy cerca, mis mejillas arden ante su mirada. Sonríe cálido, acerca su mano y cuando está por tocar mi piel le quito el rostro: no puede tocarme, de lo contrario estará todo perdido.- Lo siento- se aleja, pero no quiero que se aleje, quiero tener sus manos sobre mi piel, mas es un deseo muy oculto como prohibido, yo debo odiarlo. Odiarlo solo eso.- Déjame alimentarte...- estira el cuello de su apretada camisa, desabotona los dos primeros botones y deja su cuello desnudo ante mis ojos hambrientos.- Necesitas comer...- se acerca mientras con una de sus manos corta un poco su piel, haciéndola sangrar, me pierdo en mis deseos; está todo perdido, me abalanzo sobre él y empiezo a morder su suave cuello. Él pierde un poco la fuerza y se apoya en mis hombros. Generamos un abrazo, pero fingimos no darnos cuenta para no vernos obligados a separarnos.- No podré alimentarte por siempre. Un día mi sangre será insuficiente... no podrá contenerte... Piénsalo...- susurra mientras yo, convertido en un animal, me alimento de él.- No mueras por favor...- vuelve a susurrar antes de que pierda la conciencia. Cae sobre mis brazos, he succionado demasiado. Cómo puedo la llevo a su cama, es mucho más alto que yo a pesar de ser menor. Sus labios lucen pálidos. Me invitan al pecado. Acaricio su rostro y me acerco para regalarle, fugazmente, un beso.
***
Finjo un desmayo, finjo para dejarlo alimentarse todo lo que quiera, pero se detiene. Siento que su corazón se asusta. Me jala hasta la cama, me recuesta. Acaricia mi cabello, lentamente siento su cálida mirada recorrer mi cuerpo. Quiero leer sus pensamientos mas es una ofensa a él. No lo hago. Y en medio de mi dilema descubro lo que se siente un primer beso. Sus labios se mueven sobre los míos. Mientras que yo me quedo estático, no se cómo reaccionar. Solo sé que esto no es prueba de su odio, o quizás sí. Quizás su macabro juego ha cambiado de estrategia. Quizás quiere jugar con mi corazón para asesinarme lentamente con sus mentiras. No lo sé. Me confundo mientra siento que poco a poco el beso va deteniéndose, no quiero, incluso si es mentira, si es parte de un juego, quiero sentir esos labios sobre los míos un poco más. Levanto mi mano y lo jalo hacia mí. Aprisionando nuestros labios de nuevo, un beso más largo, más prolongado, más nuestro. Siento cómo cálidamente el me devuelve el beso, cómo nuestras bocas se acomodan y encajan perfectamente en la caricia. Heechul, incluso si es un juego; te quiero cerca, te quiero mío.
Fin de la merienda
Nota: Es un bonus, pero no se llamaran bonus en esta historia, es que se siente poco apropiado, serán las “meriendas”. Son cortos, realmente cortos. Espero que les gusten. Otra cosa es que irán siendo narrados pero por parejas. La de esta primera vez trata de Sichul narrado desde ambas perspectivas. ¡Gracias!
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Primera merienda.
Estaba todo oscuro, la noche se encargó de disfrazar lo que sentíamos; nuestros deseos más ocultos, oscuros como la noche que caía sobre nosotros, fríos como su mirada en aquel momento. Quiso negarse, sus palabras dolieron, pero le fue imposible resistirse: él me necesitaba; el animal en el que yo lo había convertido necesitaba de mi cuerpo. Un pecado mortal, un medio vampiro y un vampiro de Élite manteniendo tan íntimo encuentro en un colegio. Territorio prohibido para mí. Mi padre se avergonzaría de tan solo verme en tan posición. Sé que lo haría pero yo no me avergüenzo de lo que siento en este momento. Mis latidos se aceleran al sentir su cuerpo tan cerca: un abrazo, no, una caricia, no, un acercamiento provocado por su debilidad y mis sentimientos. Tiembla entre mis brazos, retaba con su mirada. Trata de reprimirse pero solo consigue desesperase más y más. Está enojado, humillado en su impotencia a decir no. Me desea, lo hace, no obstante se reprime. Repentino, insolente, violento, muerde mi cuello, extrae de mi cuerpo la sangre que alguna vez yo le arrebaté junto con su inocencia. No podía matarlo en aquel entonces, tampoco puedo dejarlo morir ahora: lo amé desde la primera vez; lo amo, aún más, ahora.
Un recuerdo, solo eso es aquel día. Doy vueltas en mi cama intento tranquilizarme mientras las ansias de tenerlo me carcomen. Debe estar durmiendo, Espero que esté bien. Qué impotencia la mía el tener todo y no tener su amor. Cierro los ojos intentando controlar mis deseos de ir a verlo, de leer sus pensamientos, de hurgar en su corazón, quiero saber si siente lo mismo. Mas es inútil, sé que me odia. Nana, tu hijo me ha devuelto la calidez de un sentimiento; me ha robado el corazón desde el día de tu muerte. Quiero besarlo, quiero hacerlo. Soy débil, muy débil ante sus ojos. Siempre he podido reprimir lo que soy, pero con él es imposible. Pierdo la perfección, se caer mi máscara; rompe las cadenas impuestas por mi raza, mi padre y mi destino. ¿Destino? ¿Cuál destino? ¿Acaso él es mi destino?
Un sonido seco, cortante. Alguien entró en mi habitación. Me levanto de la cama y busco en la oscuridad a quien osa entrar en mis territorios. Es su aroma, se esconde en la oscuridad. Es él, puedo sentirlo; lo sé. Camina sigilosamente, rodeándome, amenazándome con su mirada y lentos movimientos. Lo deseo y el juega su macabro juego a odiarme. Duele su mirada llena de ira, duele el corazón, se estruja al sentirlo cerca, se encoge al saber que no viene a probar mis besos.
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Es un tonto, un niño tonto que cree ser fuerte: lo odio. Dejarme entrar tan fácilmente, incluso sabiendo que vengo a asesinarlo. Es un tonto, realmente un tonto. "¿Me amas?" preguntó mentalmente esperando que lea mis pensamientos. No hay respuesta. Él se reprime cuando estoy cerca, no lee mis pensamientos, incluso sabiendo que puedo matarlo en cualquier momento. ¿Tanto me ama? ¿Tanto como para bajar la guardia y esperar a que lo mate? No sé por qué he venido, mas estoy aquí rodeando su cama en la oscuridad, delineando su estancia con la mirada clavada en él. Como un león que rodea a su presa, así estoy.
-Niño estúpido...- reniego de su debilidad- no bajes la guardia. Pelemos...
-Prefiero que me mates a poner una mano sobre tu cuerpo... aún estás débil, tu cuerpo está bien pero debes terminar el ritual para dejar de sentir tanto dolor en tu cuerpo...- habla sereno, me desespera.
-Jamás dejaré que me muerdas de nuevo. Ya lo hiciste cuando éramos niños...
-En ese entonces no sabía nada de estos rituales. Lo hice mal, solo prolongue tu agonía. Lo lamento- se acerca repentinamente ha mi, su rostro esta muy cerca, mis mejillas arden ante su mirada. Sonríe cálido, acerca su mano y cuando está por tocar mi piel le quito el rostro: no puede tocarme, de lo contrario estará todo perdido.- Lo siento- se aleja, pero no quiero que se aleje, quiero tener sus manos sobre mi piel, mas es un deseo muy oculto como prohibido, yo debo odiarlo. Odiarlo solo eso.- Déjame alimentarte...- estira el cuello de su apretada camisa, desabotona los dos primeros botones y deja su cuello desnudo ante mis ojos hambrientos.- Necesitas comer...- se acerca mientras con una de sus manos corta un poco su piel, haciéndola sangrar, me pierdo en mis deseos; está todo perdido, me abalanzo sobre él y empiezo a morder su suave cuello. Él pierde un poco la fuerza y se apoya en mis hombros. Generamos un abrazo, pero fingimos no darnos cuenta para no vernos obligados a separarnos.- No podré alimentarte por siempre. Un día mi sangre será insuficiente... no podrá contenerte... Piénsalo...- susurra mientras yo, convertido en un animal, me alimento de él.- No mueras por favor...- vuelve a susurrar antes de que pierda la conciencia. Cae sobre mis brazos, he succionado demasiado. Cómo puedo la llevo a su cama, es mucho más alto que yo a pesar de ser menor. Sus labios lucen pálidos. Me invitan al pecado. Acaricio su rostro y me acerco para regalarle, fugazmente, un beso.
***
Finjo un desmayo, finjo para dejarlo alimentarse todo lo que quiera, pero se detiene. Siento que su corazón se asusta. Me jala hasta la cama, me recuesta. Acaricia mi cabello, lentamente siento su cálida mirada recorrer mi cuerpo. Quiero leer sus pensamientos mas es una ofensa a él. No lo hago. Y en medio de mi dilema descubro lo que se siente un primer beso. Sus labios se mueven sobre los míos. Mientras que yo me quedo estático, no se cómo reaccionar. Solo sé que esto no es prueba de su odio, o quizás sí. Quizás su macabro juego ha cambiado de estrategia. Quizás quiere jugar con mi corazón para asesinarme lentamente con sus mentiras. No lo sé. Me confundo mientra siento que poco a poco el beso va deteniéndose, no quiero, incluso si es mentira, si es parte de un juego, quiero sentir esos labios sobre los míos un poco más. Levanto mi mano y lo jalo hacia mí. Aprisionando nuestros labios de nuevo, un beso más largo, más prolongado, más nuestro. Siento cómo cálidamente el me devuelve el beso, cómo nuestras bocas se acomodan y encajan perfectamente en la caricia. Heechul, incluso si es un juego; te quiero cerca, te quiero mío.
Fin de la merienda
me a gustado mucho tu historia, espero pronto ver más de ella y que pronto pongas algo sobre yesung y ryeowook esa pareja me gusta mucho, lamento no dejar comentarios en los anteriores capitulos gomene, prometo hacerlo de ahora en adelante continua asi ganbatte
ResponderEliminaromg muchisimas gracias!!!
ResponderEliminartratare de volver pronto
con merienda yewook xDD
besos!
Omg! como es ke haces algo tan pero tan corto! u.u me he kedado con las ganas xDD ... pero en fin . me gusto ^^
ResponderEliminarTe kelo
Besos
scribire mas lo prometo <3
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