Titulo: Eien
Fandom: NewS
Parejas: Tegomassu
Clasificación: Angst
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
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Eien
La cálida luz del sol entra por una de las ventanas de la inmensa habitación, iluminando lentamente aquel vacío departamento, poco a poco va llenando con su cálida luz los rincones más oscuros de aquel lugar, recorre la sala dejando ver aquellos hermosos sillones de color blanco intenso donde alguna vez dos personas juraron amarse por siempre, luego ilumina el perfecto comedor lleno de finos acabados con un decorado muy moderno, la mesa luce solitaria y una fina capa de polvo expresa que durante algún tiempo nadie ha comido ahí. Unos cuantos papeles regados en el suelo y un teléfono mal colgado se suman al desorden creado por innumerables botellas de sake que acumuladas en la cocina solo consiguen generar un ambiente algo melancólico. La luz finalmente llega a la habitación principal donde una inmensa cama se ve invadida por aquellos rayos potentes de luz, entre sábanas blancas y almohadas del mismo color se encuentra un cuerpo pálido y frágil, parece tener frío ya que se acurruca abrazando una de las tantas almohadas que lo rodean, se aferra fuertemente como buscando cariño.
Lentamente sus ojos se abren, algunos cabellos despeinados caen sobre su delicado rostro, sus mejillas rosadas hoy lucen pálidas, sus labios también lo están, el único punto de color es su perfecto lunar, aquel que parece estar dibujado sobre aquellos perfectos labios que nacieron para sonreír y hoy yacen inertes esperando alguna muestra de vida. Un ser perfecto, tierno, pequeño, alguien que con un gesto de mano logra enloquecer a cualquier chica, generando innumerables suspiros que preceden su nombre: Tegoshi Yuuya. Lleva sus manos hasta su cara tratando de despertar por completo, mira a su alrededor, un día más sin el. Una vez despierto camina hasta su cocina y se detiene frente al refrigerador, tantos recuerdos, todo esta plagado de su presencia, es casi imposible creer que el ya no este más. Sus pálidos labios se resisten a probar bocado alguno, sumido en su tristeza camina lentamente, como su estuviera muerto en vida, hasta el sofá donde sin temor alguno se deja caer, ya no tiene sentido seguir existiendo en un mundo sin el, simplemente las sonrisas murieron y cualquier esperanza de volver a verlo ha desaparecido.
Sus ojos se pierden en la pantalla del televisor, aparentemente escucha el noticiero, pero este ha perdido su importancia, ya no interesa si el mundo se viene abajo o no, SU mundo esta inerte y no queda nada, Masuda Takahisa era su mundo y ahora ya no esta. Un sinsabor amargo llena su boca, quizás es el recuerdo de un adiós que no tuvo sentido. Un día más sin el y Tegoshi continuaba mirando la puerta con aquellos delineados ojos llenitos de lagrimas, llenitos de dolor, quizás espera que el vuelva con esa enorme sonrisa, esa que Dios dibujo en su rostro desde que nació. De seguro el vendría, se miente a si mismo tratando de sonreír, de seguro lo tomaría entre sus fuertes brazos y besaría sus ojos. Una a una empiezan a caer las fría lagrimas por sus redondas mejillas, todo esta tan lleno de su presencia y a la vez tan vacío de ella. Trató de secar sus lagrimas pero era incontenible aquel dolor, su gran amor, su mejor amigo, ya no estaba ahí.
Cuantos momentos perfectamente diseñados por un destino cruel que decidió separarlos sin motivo alguno, su sonrisa se transformó en una mueca vacía de sentimiento y solo para una portada de revista, la luz de sus ojos se apagó y durante algunos días pretendió estar bien, pero era tan falsa esa imagen de el, dejó de ser Tegoshi y se convirtió en un perfecto desconocido tanto para sus compañeros como para el mismo. Tantas sonrisas que su Massu le regalo, tantos besos en aquellas noches tan llenas de amor, Tegoshi recargó su cabeza no quería pensar en anda pero su mente estaba tan llena de recuerdos, tan llena de aquellas palabras de aliento que le dieron sus compañeros, todos decían que el debía seguir con su vida, pero como hacerlo si su vida algunas horas atrás había muerto en una sala de hospital? Miró su reloj, eran las nueve de la mañana, aún tenía tiempo para llegar al trabajo.
Que dolor sintió cuando su querido Massu le dijo que estaba enfermo y que no había cura, que pronto moriría y que el debía estar preparado para eso, como poder estar preparado para perder a alguien a quien amas sobre todas las cosas? “debes vivir por los dos mi amor…” dijo en un susurró aquella vez, luego ambos se entregaron el uno al otro limpiando cualquier rastro de dolor, concentrándose en grabar en su memoria aquel momento tan lleno de magia. Los días pasaron y la salud de su amado empezó a agotarse como una vela que poco a poco empieza a llegar a su final, día tras día Tegoshi contuvo lagrimas y trató de ser la persona más positiva del mundo, al menos frente a su querido niño. Todos sabían que una vez en casa, se deprimía en las noches y ni siquiera podía dormir, no comía, el también quería morir. Las ultimas semanas no salió del hospital, Johnnys consiguió un permiso especial en el cual se autorizaba a Yuuya a quedarse junto a su amado, para el los horarios de visita no existían.
Día a día su vida se iba apagando y Tegoshi impotente de poder hacer algo solo pensaba en morir, dejó de trabajar como Johnny y se dedicó al cien por ciento a su novio, muchas veces Yamashita y los demás fueron a decirle que volviera al trabajo, pero pedirle eso era como pedirle que deje de respirar. Con una enorme sonrisa en los labios el les dijo que cuando su ángel los deje el volvería al espectáculo, pero que en ese momento lo único que quería era estar a su lado, NEWS comprendió y dejaron de insistir.
- buenos días!- entró Tegoshi con una enorme bandeja de comida, llena de los más ricos platos japonesas- mira lo que he traído para desayunar!
- Teshi…- Massu lo miró triste, lo amaba tanto y sin embargo lo estaba lastimando el doble- me has traído chocolate? – fingió una sonrisa
- Quieres chocolate? Si que eres un tragón, esta bien… iré por el, ve comiendo esto… no te vayas a escapar eh!- dijo Tegoshi guiñándole un ojo
Los ojos de Massu se llenaron de lagrimas cuando su Teshi desapareció en la puerta, miró asustado sus manos llenas de sangre, el doctor le había dicho que las hemorragias serían continuas y que una vez que empezaran no pararían hasta el día de su muerte, aquel día había tenido una hemorragia muy fuerte, su cama estaba inundada de sangre y cuando sintió los pasos de Tegoshi en el pasillo solo atinó a cubrir sus ensangrentadas sábanas con una colcha, no quería que el viera eso. Decidió alejar a Tegoshi aquel día una vez que lo envió por chocolate, el cual era difícil de conseguir en aquel lugar, decidió llamar a las enfermeras para que lo ayuden a limpiar aquel desastre.
Los minutos pasaban y Tegoshi no encontraba chocolate, empezaba a desesperarse algo en su corazón lo afligía, pero no sabía que era, por alguna razón sintió que debía ver a su amado, sin importar el conseguir el chocolate corrió hasta el piso donde estaba Massu, le dolía el corazón y algo le decía que debía ir con el. No se equivocó una vez frente a la habitación de su novio se encontró con miles de enfermeras, sus ojos se llenaron de lagrimas e intentó entrar a verlo pero no le dejaron, casi sin razón empujó a las enfermeras y logró entrar en la habitación. Ahí su niño descansaba sobre la camilla o al menos eso parecía, se acercó lentamente con cierto temor y tomó una de sus manos, estaba tan fría, estaba más pálido que de costumbre y sus labios carecían de color alguno. El doctor llevó una de sus manos al hombro de Tegoshi, “lo siento mucho…” pero que acababa de decir? Pensó acaso insinuaba que su amor ya lo había dejado, sus ojos se llenaron de lagrimas y se aferro fuertemente al cuerpo frío, parecía dormido, se mintió durante algunos minutos pensando que se trataba de una broma, pero el no despertó.
El sonido de su celular sacó a Tegoshi de su trance, una vez más se había perdido en sus recuerdos, una vez más revivía lo que algunas horas atrás había vivido. Miró su celular era su líder.
- Tegoshi? Estás bien?
- No… - la voz del más pequeño se entrecorto, un nudo en su garganta ahogaba su llanto
- Tegoshi abre la puerta… hoy entierran a Massu y debemos ir, estoy frente a tu departamento, he tocado la puerta durante una hora… abre la puerta por favor
- Esta bien…- Tegoshi tomó su chaqueta negra, no tenía idea de cómo se había puesto la ropa pero el ya estaba completamente vestido de negro, y caminó hasta la puerta, la abrió y se encontró con los demás NEWS todos vestidos del mismo color que el, Koyama tenía gafas al parecer no había dejado de llorar, Shige tomaba de su mano como dándole fuerzas, Uchi y Ryo lucían algo demacrados y la sonrisa de Kusano se había borrado por completo, no solo el estaba mal, los demás también estaban dolidos.
Luego del entierro todos fueron a casa de Yamashita, pero Tegoshi quería estar solo así que se despidió de todos y volvió a su departamento, aquel lugar en el que vivió durante mucho tiempo como su querido Massu. Una vez ahí dejó las llaves de su auto sobre la mesa, se quitó la chaqueta, aflojó un poco la apretada corbata y se dejó caer en el sofá, simplemente se desconectó de todo, perdió la noción del tiempo. Cuando reaccionó ya era de noche y las estrellas brillaban más que nunca, sintió frío ya que todas las ventanas del departamento estaban abiertas, caminó lentamente hasta una de ellas y se quedó parado ahí mirando las hermosas estrellas, de repente dejó de sentir frío, era como si un cálido viento lo envolviera, como si alguien lo estuviera abrazando.
Sus ojos se llenaron de lagrimas cuando escucho a lo lejos la voz de su novio decirle “siempre voy a cuidar de ti, mi amor”.
FIN
Lentamente sus ojos se abren, algunos cabellos despeinados caen sobre su delicado rostro, sus mejillas rosadas hoy lucen pálidas, sus labios también lo están, el único punto de color es su perfecto lunar, aquel que parece estar dibujado sobre aquellos perfectos labios que nacieron para sonreír y hoy yacen inertes esperando alguna muestra de vida. Un ser perfecto, tierno, pequeño, alguien que con un gesto de mano logra enloquecer a cualquier chica, generando innumerables suspiros que preceden su nombre: Tegoshi Yuuya. Lleva sus manos hasta su cara tratando de despertar por completo, mira a su alrededor, un día más sin el. Una vez despierto camina hasta su cocina y se detiene frente al refrigerador, tantos recuerdos, todo esta plagado de su presencia, es casi imposible creer que el ya no este más. Sus pálidos labios se resisten a probar bocado alguno, sumido en su tristeza camina lentamente, como su estuviera muerto en vida, hasta el sofá donde sin temor alguno se deja caer, ya no tiene sentido seguir existiendo en un mundo sin el, simplemente las sonrisas murieron y cualquier esperanza de volver a verlo ha desaparecido.
Sus ojos se pierden en la pantalla del televisor, aparentemente escucha el noticiero, pero este ha perdido su importancia, ya no interesa si el mundo se viene abajo o no, SU mundo esta inerte y no queda nada, Masuda Takahisa era su mundo y ahora ya no esta. Un sinsabor amargo llena su boca, quizás es el recuerdo de un adiós que no tuvo sentido. Un día más sin el y Tegoshi continuaba mirando la puerta con aquellos delineados ojos llenitos de lagrimas, llenitos de dolor, quizás espera que el vuelva con esa enorme sonrisa, esa que Dios dibujo en su rostro desde que nació. De seguro el vendría, se miente a si mismo tratando de sonreír, de seguro lo tomaría entre sus fuertes brazos y besaría sus ojos. Una a una empiezan a caer las fría lagrimas por sus redondas mejillas, todo esta tan lleno de su presencia y a la vez tan vacío de ella. Trató de secar sus lagrimas pero era incontenible aquel dolor, su gran amor, su mejor amigo, ya no estaba ahí.
Cuantos momentos perfectamente diseñados por un destino cruel que decidió separarlos sin motivo alguno, su sonrisa se transformó en una mueca vacía de sentimiento y solo para una portada de revista, la luz de sus ojos se apagó y durante algunos días pretendió estar bien, pero era tan falsa esa imagen de el, dejó de ser Tegoshi y se convirtió en un perfecto desconocido tanto para sus compañeros como para el mismo. Tantas sonrisas que su Massu le regalo, tantos besos en aquellas noches tan llenas de amor, Tegoshi recargó su cabeza no quería pensar en anda pero su mente estaba tan llena de recuerdos, tan llena de aquellas palabras de aliento que le dieron sus compañeros, todos decían que el debía seguir con su vida, pero como hacerlo si su vida algunas horas atrás había muerto en una sala de hospital? Miró su reloj, eran las nueve de la mañana, aún tenía tiempo para llegar al trabajo.
Que dolor sintió cuando su querido Massu le dijo que estaba enfermo y que no había cura, que pronto moriría y que el debía estar preparado para eso, como poder estar preparado para perder a alguien a quien amas sobre todas las cosas? “debes vivir por los dos mi amor…” dijo en un susurró aquella vez, luego ambos se entregaron el uno al otro limpiando cualquier rastro de dolor, concentrándose en grabar en su memoria aquel momento tan lleno de magia. Los días pasaron y la salud de su amado empezó a agotarse como una vela que poco a poco empieza a llegar a su final, día tras día Tegoshi contuvo lagrimas y trató de ser la persona más positiva del mundo, al menos frente a su querido niño. Todos sabían que una vez en casa, se deprimía en las noches y ni siquiera podía dormir, no comía, el también quería morir. Las ultimas semanas no salió del hospital, Johnnys consiguió un permiso especial en el cual se autorizaba a Yuuya a quedarse junto a su amado, para el los horarios de visita no existían.
Día a día su vida se iba apagando y Tegoshi impotente de poder hacer algo solo pensaba en morir, dejó de trabajar como Johnny y se dedicó al cien por ciento a su novio, muchas veces Yamashita y los demás fueron a decirle que volviera al trabajo, pero pedirle eso era como pedirle que deje de respirar. Con una enorme sonrisa en los labios el les dijo que cuando su ángel los deje el volvería al espectáculo, pero que en ese momento lo único que quería era estar a su lado, NEWS comprendió y dejaron de insistir.
- buenos días!- entró Tegoshi con una enorme bandeja de comida, llena de los más ricos platos japonesas- mira lo que he traído para desayunar!
- Teshi…- Massu lo miró triste, lo amaba tanto y sin embargo lo estaba lastimando el doble- me has traído chocolate? – fingió una sonrisa
- Quieres chocolate? Si que eres un tragón, esta bien… iré por el, ve comiendo esto… no te vayas a escapar eh!- dijo Tegoshi guiñándole un ojo
Los ojos de Massu se llenaron de lagrimas cuando su Teshi desapareció en la puerta, miró asustado sus manos llenas de sangre, el doctor le había dicho que las hemorragias serían continuas y que una vez que empezaran no pararían hasta el día de su muerte, aquel día había tenido una hemorragia muy fuerte, su cama estaba inundada de sangre y cuando sintió los pasos de Tegoshi en el pasillo solo atinó a cubrir sus ensangrentadas sábanas con una colcha, no quería que el viera eso. Decidió alejar a Tegoshi aquel día una vez que lo envió por chocolate, el cual era difícil de conseguir en aquel lugar, decidió llamar a las enfermeras para que lo ayuden a limpiar aquel desastre.
Los minutos pasaban y Tegoshi no encontraba chocolate, empezaba a desesperarse algo en su corazón lo afligía, pero no sabía que era, por alguna razón sintió que debía ver a su amado, sin importar el conseguir el chocolate corrió hasta el piso donde estaba Massu, le dolía el corazón y algo le decía que debía ir con el. No se equivocó una vez frente a la habitación de su novio se encontró con miles de enfermeras, sus ojos se llenaron de lagrimas e intentó entrar a verlo pero no le dejaron, casi sin razón empujó a las enfermeras y logró entrar en la habitación. Ahí su niño descansaba sobre la camilla o al menos eso parecía, se acercó lentamente con cierto temor y tomó una de sus manos, estaba tan fría, estaba más pálido que de costumbre y sus labios carecían de color alguno. El doctor llevó una de sus manos al hombro de Tegoshi, “lo siento mucho…” pero que acababa de decir? Pensó acaso insinuaba que su amor ya lo había dejado, sus ojos se llenaron de lagrimas y se aferro fuertemente al cuerpo frío, parecía dormido, se mintió durante algunos minutos pensando que se trataba de una broma, pero el no despertó.
El sonido de su celular sacó a Tegoshi de su trance, una vez más se había perdido en sus recuerdos, una vez más revivía lo que algunas horas atrás había vivido. Miró su celular era su líder.
- Tegoshi? Estás bien?
- No… - la voz del más pequeño se entrecorto, un nudo en su garganta ahogaba su llanto
- Tegoshi abre la puerta… hoy entierran a Massu y debemos ir, estoy frente a tu departamento, he tocado la puerta durante una hora… abre la puerta por favor
- Esta bien…- Tegoshi tomó su chaqueta negra, no tenía idea de cómo se había puesto la ropa pero el ya estaba completamente vestido de negro, y caminó hasta la puerta, la abrió y se encontró con los demás NEWS todos vestidos del mismo color que el, Koyama tenía gafas al parecer no había dejado de llorar, Shige tomaba de su mano como dándole fuerzas, Uchi y Ryo lucían algo demacrados y la sonrisa de Kusano se había borrado por completo, no solo el estaba mal, los demás también estaban dolidos.
Luego del entierro todos fueron a casa de Yamashita, pero Tegoshi quería estar solo así que se despidió de todos y volvió a su departamento, aquel lugar en el que vivió durante mucho tiempo como su querido Massu. Una vez ahí dejó las llaves de su auto sobre la mesa, se quitó la chaqueta, aflojó un poco la apretada corbata y se dejó caer en el sofá, simplemente se desconectó de todo, perdió la noción del tiempo. Cuando reaccionó ya era de noche y las estrellas brillaban más que nunca, sintió frío ya que todas las ventanas del departamento estaban abiertas, caminó lentamente hasta una de ellas y se quedó parado ahí mirando las hermosas estrellas, de repente dejó de sentir frío, era como si un cálido viento lo envolviera, como si alguien lo estuviera abrazando.
Sus ojos se llenaron de lagrimas cuando escucho a lo lejos la voz de su novio decirle “siempre voy a cuidar de ti, mi amor”.
FIN
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