Titulo: Chocolate & Love (AKA Chocolove)
Capitulo: 03
Fandom: Super Junior, SHINee, TRAX
Parejas: Sichul / Varias
Clasificación: Angst / Au / Lemon / Secuela
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
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Bombom 3
Sungmin respiró tranquilo una vez que bajó del avión. Su mirada se iluminó cuando vio a lo lejos a Kyuhyun sosteniendo un cartelito que decía "Sungminah~" todo rosa con adornitos de colores. Corrió sin fijarse siquiera en quienes estaban en su camino, corrió con los brazos abiertos de par en par y sin más saltó sobre el menor haciéndolos caer en el suelo. Kyu rió un poco hasta que el otro le tomó del rostro y buscó besarlo, sin embargo, Kyu movió el rostro y lo apartó un poco. "¿Vamos a mi casa?" preguntó pretendiendo que nada había pasado. Sungmin se sintió un poco triste ¿Por qué no quería besarlo? ¿Realmente estarían como solo y exclusivamente amigos? Suspiró desilusionado mientras el otro rodeaba su cuello con uno de sus brazos y lo jalaba hacia el camino que debían tomar. "China es muy hermoso, te va a gustar estar aquí. Ahora debo ir a trabajar, pero el chofer de mi empresa te llevará hasta el departamento, ponte cómodo mientras yo llego para que almorcemos juntos. ¿Si?" Le sonrió ampliamente mientras soltaba la carcia. Sungmin asintió con la cabeza, ten total silencio; tratando de demostrar su enfado pero pasó desapercibido para el menor. "Nos vamos a divertir mucho aquí..." le sonrió antes de salir en dirección contraria. Sungmin miró amable al chofer y lo siguió hasta un lujoso auto. Al parecer las ganancias e Kyuhyun en aquel país eran muy buenas. Después de todo, su talento y su inteligencia lo hacían el hombre perfecto. A los pocos minutos ya estaban en su lujoso departamento, Sungmin se sentó en el gran sofá blanco de la sala para luego sacar a su conejo. Eran inseparables; más ahora que empezaba una nueva vida con Kyuhyun. Estaba emocionado, muy alegre de haber viajado. Examinó lentamente cada rincón de aquella gran sala. Había varios portarretratos, en uno de ellos salía con Zhou Mi y Junho, en otra con Yesung y Wookie y en la otra con un chico de más o menos su edad. No supo reconocerlo, solo pensó que ese chico era muy apuesto. ¿Quién sería? Como ambos salían en trajes, llegó a la conclusión de que era un compañero de trabajo. ¿Cuál sería su nombre? ¿Eran buenos amigos? ¿Lo conocía desde antes de volver de China con Zhou Mi? Eran muchas preguntas, recién cayó en cuenta que se estaba haciendo un mundo con una sola foto. Además no era la única foto en la que salía con alguien desconocido, no obstante era la única en la que salía sonriendo. Además, en las demás fotografías, todos eran casi ancianos, aquel chico bonito era alguien joven. Aparentemente, talentoso e inteligente, rico debido al gran reloj de marca que traía puesto en una de sus manos y muy alegre por la expresión en su rostro. No podía dejar de mirar aquella foto. Examinó a fondo a aquel chico, sus cabellos algo largos llegaban hasta poco antes de sus hombros, totalmente negros como la noche y con un cerquillo que caía de lado sobre uno de sus alargados ojos. Ojos algo grandes para ser asiático, labios pequeños de tonalidad rojiza y piel pálida, muy pálida. No era chino, eso era claro. Parecía más bien coreano. Sungmin se dejó caer en el sofá mientras sostenía la foto entre sus manos. ¿Quién era? Negó con la cabeza, Kyu sería incapaz de salir con otra persona pero ¿Por qué reía tan feliz en la foto? ¿Qué lo hacía reír de aquella manera? ¿Acaso era ese chico bello la razón? Sabía que no tenía derecho, no obstante, estaba celoso. De repente el sonido del teléfono lo hizo salir de su trance, eran casi ya las dos de la tarde, se apresuró a contestar el teléfono mientras se alarmaba por la tardanza de Kyu.
-¿Diga?- preguntó en coreano sin reparo alguno de que ya no estaba en Corea del Sur.
-¿Coreano? Debes ser Sungmin... mucho gusto- habló dificultosamente una persona desde el otro lado- Yo soy Li Mao, encargado del departamento de ventas de Kyu...- se presentó con aquella voz entre femenina y masculina, entre amable y distante- Kyu me pidió que te informara que llegará tarde, verás ahora está en reunión de directorio...- hizo una pausa como pensando bien lo que diría- Mi coreano es algo lamentable... disculpa.
-No, no descuida... Sí, soy Sungmin. Encantado- contestó intentando salir de su asombro. ¿Cómo sabía quien era? ¿Por qué Kyu le daba encargos de ese tipo?- Li... Li-ssi ¿Trabajas con Kyu?
-Sí, trabajamos en el mismo departamento desde hace algunos meses, cuando Kyu aceptó la oferta de volver a China- explicó- Discúlpame, ha sido entretenido hablar contigo pero...- hizo otra pausa- Debo volver al trabajo- Hasta luego- cortó la comunicación sin siguiera dejar que el otro se despidiera. ¿Quién era ese malcriado? Sintió que lo odiaba, pero fueron solo unos segundos. Luego pensó en que su Kyu, su querido Kyu, volvería cansado del trabajo, lo mejor sería preparar una deliciosa cena. Colocó a Mr. Cho en la mesa de la cocina y empezó a preparar un rico Bibimbap. Era fácil de elaborar así que no tardó mucho. Luego de unos minutos en la cocina, se metió a ducharse, de modo que no escuchó que el dueño de casa ya había llegado. Luego de unos minutos más, salió con un pijama rosa a esperar a Kyu, encontrándose en la sala con su pequeño y con otra persona más. Era el chico apuesto de la foto que lo miraba de pies a cabeza debido a sus fachas. "¿Ya ibas a dormir?" preguntó Kyu con una sonrisa en los labios. Sungmin negó con la cabeza para luego saludar en silencio a la visita. "Ya has hablado con él, es Mao ¿Quien habló por teléfono?" explicó mientras se cruzaba de piernas para mirar atentamente a Sungmin que no salía de su asombro. ¿Por qué lo llamaba tan familiarmente si solo eran compañeros de trabajo? ¿Por qué tenía una foto con él? Estaba celoso, muy celoso. "Preparé Bibimbap..." susurró mientras cogía a su conejo para abrazarlo. Quería llorar, tenía demasiadas dudas pero nadie parecía dispuesto a contestarlas. "Oh, Que rico ¿Es eso que preparaste la otra vez?" preguntó el chico chino. Kyu asintió en silencio mientras miraba atento al de pijama. "Sungminah~ ¿Cenamos?" le sonrió. Cómo negarse, por más que quería llorar y tirarle la comida a aquel Mao, no podía hacerlo, ¿Qué era de Kyu? Nada, un simple amigo llegado de Corea del Sur. Los tres se sentaron a la mesa y empezaron a cenar. Kyu y Mao hablaban de rato en rato de trabajo y luego pasaban a alabar la comida del recién llegado. Ambos reían al unísono, ambos parecían ser bien unidos. "Mi querido amigo Kyu..." Rió Mao. "Creo que explotaré si como más, sabes que no me gusta engordar, por eso no como dulces..." bromeó a lo que el otro estalló en carcajadas, ninguno notó que Sungmin no se estaba riendo en absoluto. Sus ojos se llenaron de lágrimas repentinamente, ya no podía aguantar más. Se levantó de la mesa, repentinamente y salió corriendo hacia el baño. Kyu le siguió muy preocupado, se quedó unos minutos en la puerta, esperando que abra, pidiéndole que abra. Pero Sungmin no quería. Estaba sentado en el suelo, abrazando su conejo y llorando en silencio. A los pocos minutos escuchó la voz andrógena de Mao. Se despidió amablemente y tras un prolongado silencio se marcho. ¿Por qué ese silencio? ¿Acaso lo había besado? Sus ojos no paraban de generar lágrimas, su cabeza de crear dudas. "¿Qué ha pasado?" preguntó Kyu sentándose cerca a la puerta del baño "¿He hecho algo que te enoje?" se frustro ante su silencio. "Quiero que te lo pases bien aquí, por eso te he invitado..." susurró. "No me quieres besar..." escuchó sollozar a Sungmin dentro del baño. No podía contestarle, no en ese momento. Simplemente sabía que no era el modo, ni el lugar de explicarle las cosas. "Hablaremos mañana cuando estés más calmado. Dormiré en el sofá, cuando quieras puedes dormir en mi habitación..." finalizó antes de ir a cambiarse para luego dormir. Al siguiente día tenía reuniones y mucho trabajo, no podía darse el lujo de desvelarse. No ahora que su carrera estaba en apogeo.
-¿Si?- preguntó Heechul abriendo la puerta algo despreocupado de su apariencia. Aquel día traía un polo sin mangas y unos pantalones de Siwon, el cabello revuelto y unos lentes debido a que había estado leyendo unas revistas- ¿Buscas a alguien?- preguntó analizando al muchacho que tenía en frente. Cuerpo formado, brazos hermosos que se dejaban ver debido a un pequeño polo sin mangas y una camisa blanca pegada; cabellos negros algo largos y recogidos en una media cola, rostro masculino y apuesto. Heechul dudó unos segundos mientras analizaba al visitante.
-Hola... creo que me he equivocado de número...- miró el chico de nuevo el número en la puerta- Busco a Choi Siwon... Soy Yunho- le sonrió amablemente logrando que el otro note el lunar sobre sus labios- Vamos juntos al gimnasio, ayer dejó olvidados unos papeles de su trabajo, se los he traído... puede que sea la casa equivocada y yo doy toda esa información- rascó nervioso su cabello manteniendo la sonrisa en sus labios.
-Si vive aquí, yo soy su novio- enfatizó la última palabra delimitando su territorio desde ya- Estaba histérico por sus papeles...- recibió la bolsa de papel- Gracias. ¿Deseas esperar a que vuelva del trabajo? -miró su reloj- llegará en unos... veinte minutos. Te invito un café.- le sonrió coqueto, como siempre.
-No tomo café, pero te acepto un jugo- bromeó el otro sin perder aquella encantadora sonrisa. Heechul no dijo más y lo hizo pasar. Pero a los minutos de entablar una amena conversación Heejin empezó a llorar y Heechul tuvo que correr a cargarla, el pequeño Heechul se levantó de su siesta y empezó a seguir al Heechul grande por toda la casa.- ¿Tienen hijos?- preguntó sorprendido Yunho mientras miraba a Heechul correr de un lado a otro para prepararle la leche a sus sobrinos.
-Son hijos de mi hermana, una larga historia...- suspiró para luego alimentar a la bebé.
A los minutos llegó Siwon encontrándose con su amigo del gimnasio, ambos se sentaron a tomar un jugo mientras Heechul estaba en la habitación con los niños. Se sentía celoso ¿Por qué SU Siwon tenía un amigo tan bien parecido? Se le hacía conocido pero no conseguía recordar de donde lo conocía. Para cuando los niños se durmieron de nuevo, salió a sentarse en el sofá con los amigos, uniéndose a la conversación amena. Pero rápidamente las atenciones de Yunho fueron focalizadas en el, de forma coqueta y hasta descarada. Siwon mantenía la sonrisa tranquilo aunque por dentro moría de celos ¿Por qué su heterosexual amigo estaba coqueteándole a su novio? Quizás era su imaginación, quizás estaba exagerando. Jaló del brazo a Heechul y buscó algo de afecto pero este lo alejó y siguió conversando y riendo con su amigo. Se sintió mal, pero solo atino a ocultar su malestar en una gran y falsa sonrisa. Ya luego hablarían sobre eso.
Ryeowook se apoyó en la pared esperando que el otro diga o haga algo, pero Yesung siguió leyendo la revista que tenía en las manos. "¿Debo tomarlo como que no pasó nada?" preguntó enojado Wook mientras clavaba la mirada en la espalda del otro. "Tú me besaste..." contestó frío Yesung sin siquiera voltear a mirar a quien hablaba. El otro quiso llorar, tirarle las cosas y hasta golpearlo pero se mantuvo sereno, en silencio hasta que pensó bien en lo que diría. "Fue un reflejo, no significó nada... debo irme" chilló mientras caminaba hacia la puerta. Odiándose a sí mismo por haber besado a Yesung, odiando al cachetón por no aceptar sus sentimientos, por no aceptar que él también le devolvió el beso.
-Ay ¿Qué te pasa?- preguntó molesto Heechul al sentir que Siwon lo aprisionaba entre sus brazos para besarlo. Yunho se acababa de ir y quería aprovechar al máximo el momento a solas que tenían.- Suéltame Siwon...- amenazó el mayor. Por alguna razón, la aucencia de caricias lograban que Heechul se ponga impaciente, pero cuando Siwon lo tocaba generaba tantas sensaciones en él que le era difícil controlarse y debía hacerlo debido a sus sobrinos. De modo que optaba por apartarlo. Siwon hizo caso omiso a la advertencia de la princesa y empezó a besarle el cuello mientras le acariciaba la espalda. Heechul cerró los ojos durante unos minutos para mentalizarse y no dejarse llevar y tras respirar hondo empujó fuertemente a Siwon- Te digo que no me toques.- renegó antes de salir apresurado hasta la habitación de los niños. No podría aguantar más. Algo tenía que hacer respecto a sus sobrinos. Debía salvar su relación de una silenciosa muerte. Por otro lado Siwon se quedó estático, casi enojado ante el rechazo del otro. ¿Acaso era por Yunho? Estaba celos, muy celoso. Se cruzó de brazos mientras se sentaba en la sala del departamento. Su silencio denotaba su estado de ánimo, su mirada perdida las dudas que estallaban en su cabeza. Empezaba a dudar de su relación.
Y ahí estaba Leeteuk, tendido en su cama con la mirada perdida y los labios jadeantes. El cuerpo desnudo y las piernas estiradas, dejando que Kangin haga lo que quiera con su cuerpo, con su intimidad con su orgullo. Kangin llegó ebrio a su departamento, el mayor quiso hablar pero las manos del otro nunca estuvieron quietas debido a su estado etílico. A los minutos estaban devorándose a besos, dejándose llevar torpemente por el deseo y no por la razón. Leeteuk gimió un poco al sentir que los dedos de Kangin se volvían más rápidos y entraban con más fuerza en su interior; el autor de tal placer rió un poco al ver al otro totalmente sometido, pidiendo más. Sacó delicadamente sus dedos y se apresuró a entrar con su miembro. Moviéndose circular mente para prolongar el actor, para darle lo mejor de sí al mayor. Leeteuk susurraba de rato en rato el nombre del menor y este, torpemente, se acercaba para ahogar sus gemidos roncos con un beso entre ambos. "Te amo" gimió Kangin cuando ambos terminaron, trató de abrazar al mayor mientras buscaba abrazarlo pero este lo alejó y se levantó de la cama algo adolorido. Se colocó la ropa y volteó a mirar mal a Kangin. "Bien, ya tuviste lo que querías... ahora déjame en paz." renegó antes de salir del departamento. Estaba enojado, muy enojado. Kangin no maduraba y eso empezaba a torturarlo. Pero que el tiempo lejos le serviría para crecer pero nada había cambiado, seguía siendo un calentón de primera.
No preguntó por sus hijos o por su hermano, solo le pidió dinero para pagar unas deudas y Siwon, debido a su educación e ingenuidad accedió a prestarle una gran suma de dinero a su cuñada. Sin pensar bien las cosas, sin saber que era un engaño. Ella prometió volver ese mismo día pero no lo hizo. Escapó una vez más, pero esta vez con el dinero de Siwon. Heechul, al enterarse se puso histérico, odió a su hermana por ser así, odió a Siwon por ser tan crédulo. Y más aún cuando el caballero defendió a su hermana. "¿Qué dices? Pero si eres tonto, no va a volver. Te ha robado..." gritó enojadísimo el mayor. Siwon siguió negando hasta que su paciencia se fue al tacho y ambos terminaron peleando. Heechul tomó sus cosas y salió hecho una fiera de casa, dejando solo al padre de familia. Siwon renegó un poco pero a los minutos se le pasó ya que tenía que cuidar de los pequeños. No creía que Heejin haya sido capaz de engañarlo, de seguro ya volvería. Lo que le enojaba era cómo Heechul podía pensar tan mal de su propia hermana.
-¿Cuántos años tienes?- preguntó tímido Eunhyuk mientras la chiquilla que tenía en frente le sonreía coquetamente- ¿Eres de Seoul?- le sonrió de vuelta. Su madre había empezado a persuadirlo para que empiece a tener citas a ciegas con chicas y chicos. De alguna manera tenía que superar a su mejor amigo. Suspiró al perderse en sus pensamientos sin siquiera escuchar lo que le decía la hermosa chica que lo acompañaba aquella tarde.
-... dicen que salías con un chico... ¿Es verdad?- preguntó la chica al notar que el otro no le prestaba atención. Hyuk volteó alarmado a lo que la otra le sonrió- Entonces eres gay...
-No, gay no. Me gustaba un solo chico, estaba enamorado de él. Pero solo él. En general me gustan las chicas... podría decir que soy bisexual- sonrió al sentirse cómodo de decir lo que era.- ¿Te molesta que sea bisexual?
-En absoluto. Mientras yo te guste y te interese y desees salir conmigo...- le sonrió la joven- Hyuk... debo irme es algo tarde ha sido una cita muy interesante... me gustaría salir de nuevo contigo.
-Claro que sí- se alegró el otro
-Como amigos primero- aclaró ella- quiero que te enamores de mi con el paso del tiempo...- sonrió con las mejillas rojas- hasta pronto- se precipitó torpemente para besar la mejilla del mono que se quedó en silencio mientras la veía alejarse del lugar. Era muy hermosa, quizás había encontrado a la persona que lo ayudaría a superar todo el dolor.
No podía diferenciar la realidad del sueño, llevaba días tendido en el mismo lugar, sintiendo frío, llorando; sin embargo, estaba estático, petrificado, sin mover un solo dedo. Quería morir. Lo único que se movía en el era las lágrimas que no dejaban de brotar de sus rasgados ojos. Ojos que lucían rojos e hinchado de tanto dolor. Hangeng escuchó que abrían la puerta, pero siguió estático en el mismo lugar. Sintió unos pasos cerca y luego que alguien corría hacia él. Era Zhou Mi. ¿Cómo había llegado a Canadá? ¿Cómo es que estaba en su casa? El otro lo llamaba y movía su cuerpo con desesperación pero Hangeng estaba ahí perdido en su dolor. "Henry me mandó a buscarte" susurró en chino el recién llegado logrando captar la mirada del otro. Sus ojos confusos se postraron en él y durante unos segundos brillaron al escuchar aquel nombre. "No sé donde está, pero él me pidió que te busque para ver cómo estabas..." explicó Zhou mientras se sentaba al lado del mayor para acariciarle el cabello. "Yo... solo quiero morir" susurró dificultosamente Hangeng. Zhou Mi no pudo decir más solo se apresuró en abrazar al otro, su cuerpo estaba frío y entumecido. Henry era su amigo, pero ver a Hangeng en ese estado lo destrozaba. "Siento que ya no tengo corazón..." susurró en chino logrando arrancarle una lágrima a su compañero. "Vamos a comer algo... a que te bañes... hoy volvemos a Corea del Sur..." Lo entendía en cierta manera, él también quedó desbastado cuando Kyuhyun lo dejó por Sungmin. Sufrió demasiado pero Henry lo ayudó mucho; era su turno de ayudar a otro a superar algo. "Yo sé que él te ama mucho Hangeng... solo está confundido" comentó mientras ayudaba al otro a levantarse. "Ve a bañarte, haré algo de comer..." ordenó para luego empezar a limpiar todo el desastre ocasionado por las más de diez botellas de licor tiradas en el suelo.
El agua caía lentamente sobre su cuerpo, limpiando cada centímetro de este. Jay, pese a haber caído dos veces en los juegos de Taemin, empezaba a sentirse culpable. A odiarse por no poder negarse. Pero ya lo había decidido: Amaba a Rose y no pensaba volver a acostarse con su hermano pequeño. El vapor del agua llenó toda la pequeña habitación del cuarto de baño, Jay empezó a lavar sus cabellos cuando de repente sintió un cuerpo pequeño meterse en la ducha con él y abrazarlo por detrás. "Tenemos un problema" susurró Taemin mientras bajaba sus manos hasta el miembro de Jay. El mayor trató de apartarlo, pero las caricias le eran placenteras. El menor le sonrió pícaro mientras bajaba su rostro hasta el sexo del otro y cual dulce se le introdujo en la boca. Sus movimientos eran torpes y quizás inexpertos pero muy placenteros. Jay tuvo que recostarse sobre una de las húmedas paredes de la ducha para no caer sobre sus rodillas ante el placer. Mordió sus labios fuertemente para reprimir sus gritos mientras que Tae continuaba con su labor. Introduciendo cada vez más la longitud del otro. Entonces Tae se detuvo y miró fijamente a Jay "Tenemos un problema..." volvió a susurrar mientras jalaba uno de los dedos del mayor para lamerlo. Jay lo miró atento, intentando mantenerse concentrado en lo que decía y no en lo que hacía. "Jay Kim..." dudó un poco mientras el otro era estimulado por sus labios. "Jay Kim, me estoy enamorando..." susurró para luego jalar la mano del otro e introducirla rudamente en su entrada. Jay no movió ni un solo músculo, aquella confesión le parecía terrible. Taemin empezó a moverse lentamente mientras el otro lo miraba horrorizado ¿Qué estaba haciendo? Rápidamente le quitó la mano a Taemin y se colocó una toalla alrededor de la cintura. "No, no es posible... " atinó a decir total y plenamente incrédulo. "Te gusto y se nota..." susurró Taemin mientras se acercaba al novio de su hermano. ¿Qué había estado haciendo? Se sentía un monstruo. Un ser perverso, es decir era Taemin, el pequeño hermano de la persona que más amaba. El hermano de No Min Woo, de Rose. "Descuida, no diré nada... nunca. Pero... no me niegues el sentirte dentro de mi..." se acercó al mayor que no salía de su asombro para rodearlo con sus húmedos brazos. La ducha seguía abierta, dejando que las gotas de agua se estrellen contra el piso, creando un sonido particular en aquella habitación. Taemin se sentó sobre un pequeño muro que había en el baño y se abrió de piernas, esperando al otro. "Entra..." lo tentó. Pero Jay no salía de su asombro. "Entra o mañana mismo le digo a todos que me violaste" amenazó, haciendo entrar en pánico al otro. Jay caminó en silencio hasta Taemin y sin reparo alguno entró en él, rasgando cualquier cavidad en su interior. Arrancándole gritos de dolor, que muy a pesar de las amenzas por el menor, le gustaban. Y como siempre, el reloj marcó las cinco de la tarde, Rose llegó a casa y se encontró con Taemin encerrado en su cuarto y con un Jay totalmente perdido en sus pensamientos. Se acercó a su novio para darle un beso en los labios cuando descubrió un pequeño corte en ellos. Se apartó preocupado para mirarle la herida pero Jay le mintió diciendo que se había cortado con un vaso roto: En realidad Tae había mordido con desenfreno sus labios al terminar los últimos espasmos de su pecado.
-Amor, te tienes que cuidar más...- Rose acarició el rostro de Jay- ¿Taemin está dormido?
-No sé, cuando llegué estaba metido en su cuarto.- Respondió Jay cínicamente. Rose se sentó sobre las piernas de su novio y buscó calentar el ambiente ya que desde algunas noches no hacían nada de nada. Pero Jay le detuvo en seco- Estoy cansado...- le confesó antes de pararse e ir a apagar la televisión- Ya cené. Hay emparedados de queso en la refrigeradora... dormiré ya...- Rose le sonrió para luego besarle la frente.
-Descansa, de seguro mañana será un día mejor- le sonrió, para luego ir al cuarto de su hermanito. Tocó repetidas veces pero este no contestó, resignado caminó hasta la cocina y se preparó algo de cenar, cenar solo era algo no muy agradable, sobre todo cuando sus dos personas más queridas se encerraban en la habitación a dormir desde las seis de la tarde.
Respiró hondo mientras se detenía frente a aquella casa, años de años sin visitarla. Se sentía nervioso. Lentamente guió una de sus manos hasta el timbre y lo presionó lentamente. A los minutos una hermosa mujer e edad madura le abrió la puerta. "¿Si señorita, a quién busca?" preguntó al mujer tratando de identificar al ser humano que tenía en frente. "Soy yo mamá... Heechul" agregó esperando que la mujer le diga algo o lo golpee pero ella solo atinó a apresurarse a abrazarlo. Fueron minutos de silencio incómodo mientras se abrazaban, hasta que finalmente el hijo decidió hablar. "Necesito ayuda, es sobre Heejin... mamá, ella abandonó a sus hijos en mi departamento." La mujer le hizo pasar, tenía mucho de que hablar. Esperarían a su padre para discutir bien sobre lo que estaba pasando con su hermana. Heechul tenía miedo de cómo reaccionaría si padre al verlo pero ya estaba ahí, y de seguro, al hablar de su adorada Heejin, su pare se olvidaría de todo y se centraría en la pequeña. Se sentó en la sala, junto a su madre, para esperar que papá vuelva. Entonces, tras unas horas, un hombre de edad avanzada llegó a casa. Heechul respiró profundo antes de hacerle los saludos correspondientes.
Continuará...
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Bombom 3
Sungmin respiró tranquilo una vez que bajó del avión. Su mirada se iluminó cuando vio a lo lejos a Kyuhyun sosteniendo un cartelito que decía "Sungminah~" todo rosa con adornitos de colores. Corrió sin fijarse siquiera en quienes estaban en su camino, corrió con los brazos abiertos de par en par y sin más saltó sobre el menor haciéndolos caer en el suelo. Kyu rió un poco hasta que el otro le tomó del rostro y buscó besarlo, sin embargo, Kyu movió el rostro y lo apartó un poco. "¿Vamos a mi casa?" preguntó pretendiendo que nada había pasado. Sungmin se sintió un poco triste ¿Por qué no quería besarlo? ¿Realmente estarían como solo y exclusivamente amigos? Suspiró desilusionado mientras el otro rodeaba su cuello con uno de sus brazos y lo jalaba hacia el camino que debían tomar. "China es muy hermoso, te va a gustar estar aquí. Ahora debo ir a trabajar, pero el chofer de mi empresa te llevará hasta el departamento, ponte cómodo mientras yo llego para que almorcemos juntos. ¿Si?" Le sonrió ampliamente mientras soltaba la carcia. Sungmin asintió con la cabeza, ten total silencio; tratando de demostrar su enfado pero pasó desapercibido para el menor. "Nos vamos a divertir mucho aquí..." le sonrió antes de salir en dirección contraria. Sungmin miró amable al chofer y lo siguió hasta un lujoso auto. Al parecer las ganancias e Kyuhyun en aquel país eran muy buenas. Después de todo, su talento y su inteligencia lo hacían el hombre perfecto. A los pocos minutos ya estaban en su lujoso departamento, Sungmin se sentó en el gran sofá blanco de la sala para luego sacar a su conejo. Eran inseparables; más ahora que empezaba una nueva vida con Kyuhyun. Estaba emocionado, muy alegre de haber viajado. Examinó lentamente cada rincón de aquella gran sala. Había varios portarretratos, en uno de ellos salía con Zhou Mi y Junho, en otra con Yesung y Wookie y en la otra con un chico de más o menos su edad. No supo reconocerlo, solo pensó que ese chico era muy apuesto. ¿Quién sería? Como ambos salían en trajes, llegó a la conclusión de que era un compañero de trabajo. ¿Cuál sería su nombre? ¿Eran buenos amigos? ¿Lo conocía desde antes de volver de China con Zhou Mi? Eran muchas preguntas, recién cayó en cuenta que se estaba haciendo un mundo con una sola foto. Además no era la única foto en la que salía con alguien desconocido, no obstante era la única en la que salía sonriendo. Además, en las demás fotografías, todos eran casi ancianos, aquel chico bonito era alguien joven. Aparentemente, talentoso e inteligente, rico debido al gran reloj de marca que traía puesto en una de sus manos y muy alegre por la expresión en su rostro. No podía dejar de mirar aquella foto. Examinó a fondo a aquel chico, sus cabellos algo largos llegaban hasta poco antes de sus hombros, totalmente negros como la noche y con un cerquillo que caía de lado sobre uno de sus alargados ojos. Ojos algo grandes para ser asiático, labios pequeños de tonalidad rojiza y piel pálida, muy pálida. No era chino, eso era claro. Parecía más bien coreano. Sungmin se dejó caer en el sofá mientras sostenía la foto entre sus manos. ¿Quién era? Negó con la cabeza, Kyu sería incapaz de salir con otra persona pero ¿Por qué reía tan feliz en la foto? ¿Qué lo hacía reír de aquella manera? ¿Acaso era ese chico bello la razón? Sabía que no tenía derecho, no obstante, estaba celoso. De repente el sonido del teléfono lo hizo salir de su trance, eran casi ya las dos de la tarde, se apresuró a contestar el teléfono mientras se alarmaba por la tardanza de Kyu.
-¿Diga?- preguntó en coreano sin reparo alguno de que ya no estaba en Corea del Sur.
-¿Coreano? Debes ser Sungmin... mucho gusto- habló dificultosamente una persona desde el otro lado- Yo soy Li Mao, encargado del departamento de ventas de Kyu...- se presentó con aquella voz entre femenina y masculina, entre amable y distante- Kyu me pidió que te informara que llegará tarde, verás ahora está en reunión de directorio...- hizo una pausa como pensando bien lo que diría- Mi coreano es algo lamentable... disculpa.
-No, no descuida... Sí, soy Sungmin. Encantado- contestó intentando salir de su asombro. ¿Cómo sabía quien era? ¿Por qué Kyu le daba encargos de ese tipo?- Li... Li-ssi ¿Trabajas con Kyu?
-Sí, trabajamos en el mismo departamento desde hace algunos meses, cuando Kyu aceptó la oferta de volver a China- explicó- Discúlpame, ha sido entretenido hablar contigo pero...- hizo otra pausa- Debo volver al trabajo- Hasta luego- cortó la comunicación sin siguiera dejar que el otro se despidiera. ¿Quién era ese malcriado? Sintió que lo odiaba, pero fueron solo unos segundos. Luego pensó en que su Kyu, su querido Kyu, volvería cansado del trabajo, lo mejor sería preparar una deliciosa cena. Colocó a Mr. Cho en la mesa de la cocina y empezó a preparar un rico Bibimbap. Era fácil de elaborar así que no tardó mucho. Luego de unos minutos en la cocina, se metió a ducharse, de modo que no escuchó que el dueño de casa ya había llegado. Luego de unos minutos más, salió con un pijama rosa a esperar a Kyu, encontrándose en la sala con su pequeño y con otra persona más. Era el chico apuesto de la foto que lo miraba de pies a cabeza debido a sus fachas. "¿Ya ibas a dormir?" preguntó Kyu con una sonrisa en los labios. Sungmin negó con la cabeza para luego saludar en silencio a la visita. "Ya has hablado con él, es Mao ¿Quien habló por teléfono?" explicó mientras se cruzaba de piernas para mirar atentamente a Sungmin que no salía de su asombro. ¿Por qué lo llamaba tan familiarmente si solo eran compañeros de trabajo? ¿Por qué tenía una foto con él? Estaba celoso, muy celoso. "Preparé Bibimbap..." susurró mientras cogía a su conejo para abrazarlo. Quería llorar, tenía demasiadas dudas pero nadie parecía dispuesto a contestarlas. "Oh, Que rico ¿Es eso que preparaste la otra vez?" preguntó el chico chino. Kyu asintió en silencio mientras miraba atento al de pijama. "Sungminah~ ¿Cenamos?" le sonrió. Cómo negarse, por más que quería llorar y tirarle la comida a aquel Mao, no podía hacerlo, ¿Qué era de Kyu? Nada, un simple amigo llegado de Corea del Sur. Los tres se sentaron a la mesa y empezaron a cenar. Kyu y Mao hablaban de rato en rato de trabajo y luego pasaban a alabar la comida del recién llegado. Ambos reían al unísono, ambos parecían ser bien unidos. "Mi querido amigo Kyu..." Rió Mao. "Creo que explotaré si como más, sabes que no me gusta engordar, por eso no como dulces..." bromeó a lo que el otro estalló en carcajadas, ninguno notó que Sungmin no se estaba riendo en absoluto. Sus ojos se llenaron de lágrimas repentinamente, ya no podía aguantar más. Se levantó de la mesa, repentinamente y salió corriendo hacia el baño. Kyu le siguió muy preocupado, se quedó unos minutos en la puerta, esperando que abra, pidiéndole que abra. Pero Sungmin no quería. Estaba sentado en el suelo, abrazando su conejo y llorando en silencio. A los pocos minutos escuchó la voz andrógena de Mao. Se despidió amablemente y tras un prolongado silencio se marcho. ¿Por qué ese silencio? ¿Acaso lo había besado? Sus ojos no paraban de generar lágrimas, su cabeza de crear dudas. "¿Qué ha pasado?" preguntó Kyu sentándose cerca a la puerta del baño "¿He hecho algo que te enoje?" se frustro ante su silencio. "Quiero que te lo pases bien aquí, por eso te he invitado..." susurró. "No me quieres besar..." escuchó sollozar a Sungmin dentro del baño. No podía contestarle, no en ese momento. Simplemente sabía que no era el modo, ni el lugar de explicarle las cosas. "Hablaremos mañana cuando estés más calmado. Dormiré en el sofá, cuando quieras puedes dormir en mi habitación..." finalizó antes de ir a cambiarse para luego dormir. Al siguiente día tenía reuniones y mucho trabajo, no podía darse el lujo de desvelarse. No ahora que su carrera estaba en apogeo.
-¿Si?- preguntó Heechul abriendo la puerta algo despreocupado de su apariencia. Aquel día traía un polo sin mangas y unos pantalones de Siwon, el cabello revuelto y unos lentes debido a que había estado leyendo unas revistas- ¿Buscas a alguien?- preguntó analizando al muchacho que tenía en frente. Cuerpo formado, brazos hermosos que se dejaban ver debido a un pequeño polo sin mangas y una camisa blanca pegada; cabellos negros algo largos y recogidos en una media cola, rostro masculino y apuesto. Heechul dudó unos segundos mientras analizaba al visitante.
-Hola... creo que me he equivocado de número...- miró el chico de nuevo el número en la puerta- Busco a Choi Siwon... Soy Yunho- le sonrió amablemente logrando que el otro note el lunar sobre sus labios- Vamos juntos al gimnasio, ayer dejó olvidados unos papeles de su trabajo, se los he traído... puede que sea la casa equivocada y yo doy toda esa información- rascó nervioso su cabello manteniendo la sonrisa en sus labios.
-Si vive aquí, yo soy su novio- enfatizó la última palabra delimitando su territorio desde ya- Estaba histérico por sus papeles...- recibió la bolsa de papel- Gracias. ¿Deseas esperar a que vuelva del trabajo? -miró su reloj- llegará en unos... veinte minutos. Te invito un café.- le sonrió coqueto, como siempre.
-No tomo café, pero te acepto un jugo- bromeó el otro sin perder aquella encantadora sonrisa. Heechul no dijo más y lo hizo pasar. Pero a los minutos de entablar una amena conversación Heejin empezó a llorar y Heechul tuvo que correr a cargarla, el pequeño Heechul se levantó de su siesta y empezó a seguir al Heechul grande por toda la casa.- ¿Tienen hijos?- preguntó sorprendido Yunho mientras miraba a Heechul correr de un lado a otro para prepararle la leche a sus sobrinos.
-Son hijos de mi hermana, una larga historia...- suspiró para luego alimentar a la bebé.
A los minutos llegó Siwon encontrándose con su amigo del gimnasio, ambos se sentaron a tomar un jugo mientras Heechul estaba en la habitación con los niños. Se sentía celoso ¿Por qué SU Siwon tenía un amigo tan bien parecido? Se le hacía conocido pero no conseguía recordar de donde lo conocía. Para cuando los niños se durmieron de nuevo, salió a sentarse en el sofá con los amigos, uniéndose a la conversación amena. Pero rápidamente las atenciones de Yunho fueron focalizadas en el, de forma coqueta y hasta descarada. Siwon mantenía la sonrisa tranquilo aunque por dentro moría de celos ¿Por qué su heterosexual amigo estaba coqueteándole a su novio? Quizás era su imaginación, quizás estaba exagerando. Jaló del brazo a Heechul y buscó algo de afecto pero este lo alejó y siguió conversando y riendo con su amigo. Se sintió mal, pero solo atino a ocultar su malestar en una gran y falsa sonrisa. Ya luego hablarían sobre eso.
Ryeowook se apoyó en la pared esperando que el otro diga o haga algo, pero Yesung siguió leyendo la revista que tenía en las manos. "¿Debo tomarlo como que no pasó nada?" preguntó enojado Wook mientras clavaba la mirada en la espalda del otro. "Tú me besaste..." contestó frío Yesung sin siquiera voltear a mirar a quien hablaba. El otro quiso llorar, tirarle las cosas y hasta golpearlo pero se mantuvo sereno, en silencio hasta que pensó bien en lo que diría. "Fue un reflejo, no significó nada... debo irme" chilló mientras caminaba hacia la puerta. Odiándose a sí mismo por haber besado a Yesung, odiando al cachetón por no aceptar sus sentimientos, por no aceptar que él también le devolvió el beso.
-Ay ¿Qué te pasa?- preguntó molesto Heechul al sentir que Siwon lo aprisionaba entre sus brazos para besarlo. Yunho se acababa de ir y quería aprovechar al máximo el momento a solas que tenían.- Suéltame Siwon...- amenazó el mayor. Por alguna razón, la aucencia de caricias lograban que Heechul se ponga impaciente, pero cuando Siwon lo tocaba generaba tantas sensaciones en él que le era difícil controlarse y debía hacerlo debido a sus sobrinos. De modo que optaba por apartarlo. Siwon hizo caso omiso a la advertencia de la princesa y empezó a besarle el cuello mientras le acariciaba la espalda. Heechul cerró los ojos durante unos minutos para mentalizarse y no dejarse llevar y tras respirar hondo empujó fuertemente a Siwon- Te digo que no me toques.- renegó antes de salir apresurado hasta la habitación de los niños. No podría aguantar más. Algo tenía que hacer respecto a sus sobrinos. Debía salvar su relación de una silenciosa muerte. Por otro lado Siwon se quedó estático, casi enojado ante el rechazo del otro. ¿Acaso era por Yunho? Estaba celos, muy celoso. Se cruzó de brazos mientras se sentaba en la sala del departamento. Su silencio denotaba su estado de ánimo, su mirada perdida las dudas que estallaban en su cabeza. Empezaba a dudar de su relación.
Y ahí estaba Leeteuk, tendido en su cama con la mirada perdida y los labios jadeantes. El cuerpo desnudo y las piernas estiradas, dejando que Kangin haga lo que quiera con su cuerpo, con su intimidad con su orgullo. Kangin llegó ebrio a su departamento, el mayor quiso hablar pero las manos del otro nunca estuvieron quietas debido a su estado etílico. A los minutos estaban devorándose a besos, dejándose llevar torpemente por el deseo y no por la razón. Leeteuk gimió un poco al sentir que los dedos de Kangin se volvían más rápidos y entraban con más fuerza en su interior; el autor de tal placer rió un poco al ver al otro totalmente sometido, pidiendo más. Sacó delicadamente sus dedos y se apresuró a entrar con su miembro. Moviéndose circular mente para prolongar el actor, para darle lo mejor de sí al mayor. Leeteuk susurraba de rato en rato el nombre del menor y este, torpemente, se acercaba para ahogar sus gemidos roncos con un beso entre ambos. "Te amo" gimió Kangin cuando ambos terminaron, trató de abrazar al mayor mientras buscaba abrazarlo pero este lo alejó y se levantó de la cama algo adolorido. Se colocó la ropa y volteó a mirar mal a Kangin. "Bien, ya tuviste lo que querías... ahora déjame en paz." renegó antes de salir del departamento. Estaba enojado, muy enojado. Kangin no maduraba y eso empezaba a torturarlo. Pero que el tiempo lejos le serviría para crecer pero nada había cambiado, seguía siendo un calentón de primera.
No preguntó por sus hijos o por su hermano, solo le pidió dinero para pagar unas deudas y Siwon, debido a su educación e ingenuidad accedió a prestarle una gran suma de dinero a su cuñada. Sin pensar bien las cosas, sin saber que era un engaño. Ella prometió volver ese mismo día pero no lo hizo. Escapó una vez más, pero esta vez con el dinero de Siwon. Heechul, al enterarse se puso histérico, odió a su hermana por ser así, odió a Siwon por ser tan crédulo. Y más aún cuando el caballero defendió a su hermana. "¿Qué dices? Pero si eres tonto, no va a volver. Te ha robado..." gritó enojadísimo el mayor. Siwon siguió negando hasta que su paciencia se fue al tacho y ambos terminaron peleando. Heechul tomó sus cosas y salió hecho una fiera de casa, dejando solo al padre de familia. Siwon renegó un poco pero a los minutos se le pasó ya que tenía que cuidar de los pequeños. No creía que Heejin haya sido capaz de engañarlo, de seguro ya volvería. Lo que le enojaba era cómo Heechul podía pensar tan mal de su propia hermana.
-¿Cuántos años tienes?- preguntó tímido Eunhyuk mientras la chiquilla que tenía en frente le sonreía coquetamente- ¿Eres de Seoul?- le sonrió de vuelta. Su madre había empezado a persuadirlo para que empiece a tener citas a ciegas con chicas y chicos. De alguna manera tenía que superar a su mejor amigo. Suspiró al perderse en sus pensamientos sin siquiera escuchar lo que le decía la hermosa chica que lo acompañaba aquella tarde.
-... dicen que salías con un chico... ¿Es verdad?- preguntó la chica al notar que el otro no le prestaba atención. Hyuk volteó alarmado a lo que la otra le sonrió- Entonces eres gay...
-No, gay no. Me gustaba un solo chico, estaba enamorado de él. Pero solo él. En general me gustan las chicas... podría decir que soy bisexual- sonrió al sentirse cómodo de decir lo que era.- ¿Te molesta que sea bisexual?
-En absoluto. Mientras yo te guste y te interese y desees salir conmigo...- le sonrió la joven- Hyuk... debo irme es algo tarde ha sido una cita muy interesante... me gustaría salir de nuevo contigo.
-Claro que sí- se alegró el otro
-Como amigos primero- aclaró ella- quiero que te enamores de mi con el paso del tiempo...- sonrió con las mejillas rojas- hasta pronto- se precipitó torpemente para besar la mejilla del mono que se quedó en silencio mientras la veía alejarse del lugar. Era muy hermosa, quizás había encontrado a la persona que lo ayudaría a superar todo el dolor.
No podía diferenciar la realidad del sueño, llevaba días tendido en el mismo lugar, sintiendo frío, llorando; sin embargo, estaba estático, petrificado, sin mover un solo dedo. Quería morir. Lo único que se movía en el era las lágrimas que no dejaban de brotar de sus rasgados ojos. Ojos que lucían rojos e hinchado de tanto dolor. Hangeng escuchó que abrían la puerta, pero siguió estático en el mismo lugar. Sintió unos pasos cerca y luego que alguien corría hacia él. Era Zhou Mi. ¿Cómo había llegado a Canadá? ¿Cómo es que estaba en su casa? El otro lo llamaba y movía su cuerpo con desesperación pero Hangeng estaba ahí perdido en su dolor. "Henry me mandó a buscarte" susurró en chino el recién llegado logrando captar la mirada del otro. Sus ojos confusos se postraron en él y durante unos segundos brillaron al escuchar aquel nombre. "No sé donde está, pero él me pidió que te busque para ver cómo estabas..." explicó Zhou mientras se sentaba al lado del mayor para acariciarle el cabello. "Yo... solo quiero morir" susurró dificultosamente Hangeng. Zhou Mi no pudo decir más solo se apresuró en abrazar al otro, su cuerpo estaba frío y entumecido. Henry era su amigo, pero ver a Hangeng en ese estado lo destrozaba. "Siento que ya no tengo corazón..." susurró en chino logrando arrancarle una lágrima a su compañero. "Vamos a comer algo... a que te bañes... hoy volvemos a Corea del Sur..." Lo entendía en cierta manera, él también quedó desbastado cuando Kyuhyun lo dejó por Sungmin. Sufrió demasiado pero Henry lo ayudó mucho; era su turno de ayudar a otro a superar algo. "Yo sé que él te ama mucho Hangeng... solo está confundido" comentó mientras ayudaba al otro a levantarse. "Ve a bañarte, haré algo de comer..." ordenó para luego empezar a limpiar todo el desastre ocasionado por las más de diez botellas de licor tiradas en el suelo.
El agua caía lentamente sobre su cuerpo, limpiando cada centímetro de este. Jay, pese a haber caído dos veces en los juegos de Taemin, empezaba a sentirse culpable. A odiarse por no poder negarse. Pero ya lo había decidido: Amaba a Rose y no pensaba volver a acostarse con su hermano pequeño. El vapor del agua llenó toda la pequeña habitación del cuarto de baño, Jay empezó a lavar sus cabellos cuando de repente sintió un cuerpo pequeño meterse en la ducha con él y abrazarlo por detrás. "Tenemos un problema" susurró Taemin mientras bajaba sus manos hasta el miembro de Jay. El mayor trató de apartarlo, pero las caricias le eran placenteras. El menor le sonrió pícaro mientras bajaba su rostro hasta el sexo del otro y cual dulce se le introdujo en la boca. Sus movimientos eran torpes y quizás inexpertos pero muy placenteros. Jay tuvo que recostarse sobre una de las húmedas paredes de la ducha para no caer sobre sus rodillas ante el placer. Mordió sus labios fuertemente para reprimir sus gritos mientras que Tae continuaba con su labor. Introduciendo cada vez más la longitud del otro. Entonces Tae se detuvo y miró fijamente a Jay "Tenemos un problema..." volvió a susurrar mientras jalaba uno de los dedos del mayor para lamerlo. Jay lo miró atento, intentando mantenerse concentrado en lo que decía y no en lo que hacía. "Jay Kim..." dudó un poco mientras el otro era estimulado por sus labios. "Jay Kim, me estoy enamorando..." susurró para luego jalar la mano del otro e introducirla rudamente en su entrada. Jay no movió ni un solo músculo, aquella confesión le parecía terrible. Taemin empezó a moverse lentamente mientras el otro lo miraba horrorizado ¿Qué estaba haciendo? Rápidamente le quitó la mano a Taemin y se colocó una toalla alrededor de la cintura. "No, no es posible... " atinó a decir total y plenamente incrédulo. "Te gusto y se nota..." susurró Taemin mientras se acercaba al novio de su hermano. ¿Qué había estado haciendo? Se sentía un monstruo. Un ser perverso, es decir era Taemin, el pequeño hermano de la persona que más amaba. El hermano de No Min Woo, de Rose. "Descuida, no diré nada... nunca. Pero... no me niegues el sentirte dentro de mi..." se acercó al mayor que no salía de su asombro para rodearlo con sus húmedos brazos. La ducha seguía abierta, dejando que las gotas de agua se estrellen contra el piso, creando un sonido particular en aquella habitación. Taemin se sentó sobre un pequeño muro que había en el baño y se abrió de piernas, esperando al otro. "Entra..." lo tentó. Pero Jay no salía de su asombro. "Entra o mañana mismo le digo a todos que me violaste" amenazó, haciendo entrar en pánico al otro. Jay caminó en silencio hasta Taemin y sin reparo alguno entró en él, rasgando cualquier cavidad en su interior. Arrancándole gritos de dolor, que muy a pesar de las amenzas por el menor, le gustaban. Y como siempre, el reloj marcó las cinco de la tarde, Rose llegó a casa y se encontró con Taemin encerrado en su cuarto y con un Jay totalmente perdido en sus pensamientos. Se acercó a su novio para darle un beso en los labios cuando descubrió un pequeño corte en ellos. Se apartó preocupado para mirarle la herida pero Jay le mintió diciendo que se había cortado con un vaso roto: En realidad Tae había mordido con desenfreno sus labios al terminar los últimos espasmos de su pecado.
-Amor, te tienes que cuidar más...- Rose acarició el rostro de Jay- ¿Taemin está dormido?
-No sé, cuando llegué estaba metido en su cuarto.- Respondió Jay cínicamente. Rose se sentó sobre las piernas de su novio y buscó calentar el ambiente ya que desde algunas noches no hacían nada de nada. Pero Jay le detuvo en seco- Estoy cansado...- le confesó antes de pararse e ir a apagar la televisión- Ya cené. Hay emparedados de queso en la refrigeradora... dormiré ya...- Rose le sonrió para luego besarle la frente.
-Descansa, de seguro mañana será un día mejor- le sonrió, para luego ir al cuarto de su hermanito. Tocó repetidas veces pero este no contestó, resignado caminó hasta la cocina y se preparó algo de cenar, cenar solo era algo no muy agradable, sobre todo cuando sus dos personas más queridas se encerraban en la habitación a dormir desde las seis de la tarde.
Respiró hondo mientras se detenía frente a aquella casa, años de años sin visitarla. Se sentía nervioso. Lentamente guió una de sus manos hasta el timbre y lo presionó lentamente. A los minutos una hermosa mujer e edad madura le abrió la puerta. "¿Si señorita, a quién busca?" preguntó al mujer tratando de identificar al ser humano que tenía en frente. "Soy yo mamá... Heechul" agregó esperando que la mujer le diga algo o lo golpee pero ella solo atinó a apresurarse a abrazarlo. Fueron minutos de silencio incómodo mientras se abrazaban, hasta que finalmente el hijo decidió hablar. "Necesito ayuda, es sobre Heejin... mamá, ella abandonó a sus hijos en mi departamento." La mujer le hizo pasar, tenía mucho de que hablar. Esperarían a su padre para discutir bien sobre lo que estaba pasando con su hermana. Heechul tenía miedo de cómo reaccionaría si padre al verlo pero ya estaba ahí, y de seguro, al hablar de su adorada Heejin, su pare se olvidaría de todo y se centraría en la pequeña. Se sentó en la sala, junto a su madre, para esperar que papá vuelva. Entonces, tras unas horas, un hombre de edad avanzada llegó a casa. Heechul respiró profundo antes de hacerle los saludos correspondientes.
Continuará...
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