Autor: Kainet
Capitulos: 01/??
Fandom: Shingeki no Kyojin / Attack on Titans
Parejas: Levi x Eren
Clasificación: Angst
Disclaimer: Los personajes y el mundo de Shingeki no Kyojin son obra de Hajime Isayama.
Capitulos: 01/??
Fandom: Shingeki no Kyojin / Attack on Titans
Parejas: Levi x Eren
Clasificación: Angst
Disclaimer: Los personajes y el mundo de Shingeki no Kyojin son obra de Hajime Isayama.
ADVERTENCIA: Este Fanfiction serial contiene relaciones ShonenAi/Yaoi(Chico x Chico) Si no te gustan este tipo de historias será mejor que no leas los siguientes capítulos. NO COPIES esta historia, si deseas compartirla pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes. Gracias.
CAPÍTULO UNO
Lo que sus ojos no querían ver
‘Oye,
apresúrate a responder, basura. ¿Qué quieres hacer?’- Esas fueron las primeras
palabras que me dedicó Levi. Sus ojos pequeños y fríos penetraron mi miedo,
calaron en lo más profundo de mí ser y me hicieron reaccionar. De repente, todo
ese odio y esa sed de venganza se convirtieron en un grito desesperado. La poca
iluminación del lugar creó un ambiente dramático. El dolor de los grilletes en
mis extremidades hizo que mi grito sea más agudo. Su voz varonil parecía no
pertenecer a su cuero pequeño. Ciertamente aquella noche me sentí muy
intimidado por su presencia. Pero, curiosamente, también sentía una fuerza
sobrehumana que me imantaba hacia él. Era como el comienzo de una adicción. Una
atracción tan fuerte que ni yo la puedo entender en estos momentos. Solo sabía
que quería estar cerca de él. Solo eso.
Levi
se acercó lentamente hasta las frías barandas del calabozo. Y fijó sus gélidos
ojos en aquel muchacho tan perturbado. Fingió poco interés, pero su sola
presencia delataba lo pendiente que estaba con aquella nueva arma. Erwin observó
detenidamente a Levi, se veía extasiado con Eren. Como si nunca antes hubiese
visto un humano. Prácticamente no le importaban los superiores, lo quería en
sus tropas como dé lugar.
Al
día siguiente los pobladores ya tildaban a Eren como un salvador, el titán
aliado de la humanidad. Incluso creían en la posible recuperación del muro de
María. Dentro de las fuerzas había mucha inquietud debido al arma de doble filo
que representaba ese chiquillo salido de la nada. En una mañana ya había dos
bandos establecidos, quienes quería trabajar con Eren, Las Tropas de Reconocimiento
a mando de Erwin y Levi; y las Brigadas de la Gendarmería, quienes quería
condenarlo al desconocer su poder. Todo quedaba, entonces, en manos del alto
comandante Dallis Zacklay. Él sería el encargado de decidir el destino de aquel
chiquillo.
Conversando
en la comida con Armin, tu Armin, me enteré de tu paradero. Te juzgarían, no sé
la razón pero me da miedo. Siempre te he cuidado y ahora me siento incapaz de
hacerlo. Sé que siempre será una hermana para ti, familia, como sueles decir tú.
Pero velar por tu bienestar siempre ha sido mi prioridad por sobre todas las
cosas. Y aquí estoy, estática, esperando por que todo esto inicie. Esperando que
tus ojos volteen y me miren de la misma forma en la que los míos te observan
desde la primera vez en la que nos vimos. Desde aquella nefasta fecha en la que
tú y yo, aun siendo niños, matamos a los verdugos de mis padres. Traigo conmigo
tu chalina roja. Aún me mantiene cálida, no obstante siento escalofríos al
pensar que podría perderte. Ya no quiero perder más familia. Eren, no me dejes
sola en este mundo.
¿Monstro?
Así han empezado a llamarme. Al parecer mi apariencia humana ha dejado por
completo la lógica en sus ojos y para ellos solo soy eso. Un ser desconocido
que en cualquier momento puede lastimarlos. ¿Solo soy eso? ¿Ante ninguna mirada
soy Eren? ¿Qué ojos podrán ser capaces de superar el miedo? ¿Mikasa? Extraño tu
ciego amor. Armin, extraño la calidez de tu cuerpo. Mi corazón está tan frío en
esta celda. Doy tanto miedo que necesitan apresarme con grilletes. Doy tanto
temor y desprecio que son incapaces de brindarme un poco de agua. Es quizás,
que me he convertido en un titán por completo. Me he convertido en lo que más
odio ¿Cierto? Erwin me pidió paciencia, no obstante empiezo a desesperarme al no
saber de los demás. Al sentirme encerrado en mí mismo. La verdadera celda no es
la que me rodea físicamente, es la mi propio cuerpo cambiante lo que me tiene
prisionero. Y entonces, apareció ella, la mayor Hanji Zoe. Me habla como si
hablará con un ser humano cualquiera mientras me guía a mi juicio. Me siento
algo tranquilo hablando con ella. Pese a que es algo extraña. Me tranquiliza.
Te
vi entrar a la corte marcial con pánico en los ojos. No pude observarte
demasiado, otros ojos me vigilaban. Ya Erwin me había dicho que no exprese mi
interés en ti. Yo, Levi, debía cuidar cautelosamente, mi imagen. No dejar
escapar ningún signo de debilidad. Sí, eso eres Eren, mi debilidad. Rodé los
ojos cuando los tuyos me descubrieron entre tanta gente. Fingí indiferencia y
esperé a que el juicio inicie. Cada insana palabra que pronunciaban me
exasperaba. Me irritaba demasiado escuchar sus acusaciones sin fundamento. Estaba
más que claro que ya nos habías ayudado una vez. Mi sangre hirvió cuando te
trataron de fenómeno. Erwin tomó, secretamente, de mi mano para que no me
exalte, no obstante, no puedo con mi carácter. Y a mi manera, les hice saber de
mi poder sobre ti. Porque por alguna razón, tú me miras de esa manera. Como si
estuvieses dispuesto a hacer cualquier cosa que yo ordene. ¿Harías
absolutamente cualquier cosa que yo pida, Eren? Y ese noviecillo tuyo no hace
más que mirar con miedo todo. Y esa chiquilla entrometida no hace más que
mirarme con odio al ver cómo te golpeo incesantemente frente a todo el jurado. Eren,
estos golpes me duelen más a mí que a ti. Tenlo por seguro. Uno, una patada mía
en tu rostro, has perdido un diente. Dos, el silencio absoluto en la sala. Tres,
tu mirada desconcertada antes de recibir una segunda patada mía en tu abdomen. Cuatro,
mi mirada fija en ti, tratando de pedir perdón en silencio. Cinco, la sangre
escarlata brotando por todos lados. Cinco, mis golpes sin cesar. Cuatro, la
mirada atónita de aquellos que buscaban exterminarte. Tres, tu sumisión
absoluta. Dos, mi pie sobre tu cabeza. Uno, tus hermosos labios besando el
pavimento. Uno, el placer de ambos al realizar tan sádico juego para los demás.
Eren, perdona mi sadismo, no conozco otra manera para hacerte quedar a mi lado.
Para mí el dolor es la mejor forma de conseguir las cosas. El deleite absoluto
sobre todas las cosas. Yo quiero entrenarte con dolor, Eren. Este es mi tipo de
amor ¿Lo puedes aceptar valientemente?
Y
así, tras recibir incesables golpes de Levi, fui conducido a las tropas de
reconocimiento. Él se disculpó conmigo, pese a que aún me duele el cuerpo, más
que resentimiento o miedo, me siento atraído por él. Quizás es porque a sus
ojos son simplemente Eren y no un monstro. En mi primera noche en este lugar,
una vez más dormiré en el calabozo. Me inquieta un poco, pero nadie soy para
desobedecerlo.
Sudó
frío al sentir mi piel entre sus manos. No obstante sé que esta no es la
textura que él anhela. Sé perfectamente que Levi desea la piel cálida de aquel
chiquillo. Muerdo mis labios para reprimir mis gritos al sentir su boca en mi
intimidad. Levi está impaciente. Levanto mi cadera un poco para ayudar a su
labor. Luego de unos minutos se detiene y me mira caprichoso. Después de todo,
no le gusta estar al mando en todo. Busco sus labios para mentirme un poco, me
evita y gira su cuerpo hacia el mío. Solo busca refugio en las noches frías.
Preparo su entrada, lentamente espero a que se relaje, ayudo con mis dedos a
dilatar sus zonas más íntimas y cuando ya es el momento entro en él. Acaricio
su pecho pálido y frío ¿Dónde está tu corazón, Levi? No lo escucho latir. Empiezo
a moverme en su interior al mismo tiempo que él empieza a susurrar un nombre
ajeno. ¿Cuántas noches hemos estado juntos? ¿Cuántas más dirás su nombre y no
el mío? Me arrebato en tu egoísmo, aumento mi velocidad y pretendo no tomar
importancia al uso que me das. Y es que en esta cama se quedan pequeños mis
cargos, tus rangos y los títulos. En esta cama solo somos tú, Levi. Y yo,
Erwin, tu juguete.
Retrocedió
aterrado al escuchar su nombre detrás de esa puerta. No necesitaba mirar para
saber lo que sucedía dentro. Ciertamente que dos personas se acuesten no le
parecía escandaloso. Lo que le parecía escandaloso era escuchar su nombre en
los labios de Levi. Más aún cuando sabía que su comandante estaba teniendo
relaciones con Erwin. ¿Qué sucedía? Estaba petrificado. Sabía que Levi estaba
desquiciado pero nunca pensó en ese grado de locura. Retrocedió rápidamente
antes de ser descubierto por algún guardia y se apresuró a volver a su
habitación en el subsuelo.
Continuará…
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