16 ago 2014

Fanfic serial: My Cloud & Your Insomnia 6

Título del Fanfic: My Cloud & Your Insomnia
Parejas:
 YeWook
Tipo: Yaoi
Capítulos: 6.1/6
Género: Angst, Drama, AU.
Clasificación: Rating {M}.
Advertencias: Angst
Descripción: No volvimos a vernos luego de besarte, de tocarte, de sentirte llorar frente a mis deseos. Mi hermano abrió la puerta y saliste corriendo. Intenté seguirte pero parecía que mis pies estaban clavados al suelo.
Comentario del Autor/a: Deben odiarme por tomarme tanto tiempo para este final.  Bueno nada, aquí está, espero que les guste.  



CAPÍTULO FINAL – 1ra Parte
Palabras que no deberías creer


‘Ryeowook, deslúmbrame, por favor.’
Pensaré cuando volvamos a encontrarnos.


No volvimos a vernos luego de besarte, de tocarte, de sentirte llorar frente a mis deseos. Mi hermano abrió la puerta y saliste corriendo. Intenté seguirte pero parecía que mis pies estaban clavados al suelo. Empecé a llorar en silencio a lo que Kyu me abrazó. Sé que mi hermano te siguió, pero no sé de qué hablaron ustedes. No volví a saber de ti. Ha pasado ya un mes y sigo preguntándome si fue real. Conforme pasa el tiempo me pregunto, no, me convenzo de que quizás, estoy perdiendo la razón por completo. Ya casi no salgo de mi departamento. Los ataques de pánico han aumentado considerablemente, siento fobia de salir de casa, de ir a los viernes acústicos, de cantar. Cantar, he olvidado lo bien que se sentía. Me paso horas de horas en total mutismo. Mirando la puerta, esperando que alguien me traiga algo de ti. Y de nuevo, como hace muchos años, no vienes. Deslúmbrame, Ryeowook, abre esa puerta y canta para mí.

Ha pasado algún tiempo, no sé cuánto, desde entonces me quedo en casa del novio de Kyuhyun. Sorprendentemente, me llevo mejor con Sungmin. Kyu a veces es algo cruel con sus palabras, asumo que es porque es amigo de Yesung. Son tan diferentes, no comprendo cómo es que han llegado a ser pareja. Kyuhyun estudia y trabaja por lo que a veces solo viene a cenar con nosotros. Sungmin usualmente se esfuerza en cocinar pero desde que llegué siempre termino cocinando para los tres. Y los días pasan, ayudo en la casa y evito pensar en aquella noche. No debí correr, pero estaba tan intimidado. Tan sorprendido de la velocidad de sus manos y de la debilidad de mi cuerpo. Bastó que toque mi piel para que algo en mi desee tenerlo de nuevo, como aquella vez en el campo de peras. Pero luego vuelve a mí la razón, yo quiero hablar con él, quiero aclararlo todo. Pedir perdón, dejar de sentir culpa. Aliviar su dolor. No quiero ser un trozo de carne. Yesung ¿Dónde aprendiste a tocar así? ¿Cuándo dejaste de ser el más distraído?

-          Ryeowook ¿Eres virgen?- pregunta descaradamente Sungmin con una sonrisa traviesa a lo que doy un salto desde mi silla y lo miro atónito.- Ya veo, tu primera vez fue con Yeye ¿Cierto?
-          P-peero de qué hablas…- Me sonrojo y trato de ocultar mis mejillas.
-          ¿Me equivoco?- presiona travieso juntando con una paleta de fresa en los labios- Mi primera vez no fue con Kyuhyun, pero aprendí a amar con él.- sonríe tonto a lo que me siento de nuevo, me intriga cómo Kyuhyun conquistó a un chico mayor que él.- ¿Curioso? Yo solía tener una vida…
-          ¿Heterosexual?
-          ¡Ay Dios, no! Mujeres no, no, no…- hace gestos graciosos a lo que sonrío confiado.-Un amigo de Kyuhyun solía ser mi amigo sexual y yo solía tener varios. –Lo miro con la boca abierta, Sungmin se ve como un niño, pero ahora confirmo que solo en apariencia.
-          ¿Cómo me dices semejante cosa?
-          Eres mi amigo, confío en ti.- Me sonríe a lo que me intimido, nunca había tenido un amigo desde lo que pasó con mi padre.- Bueno, bueno, una noche que me quedé a dormir con él, llegó Kyuhyun muy asustado. Lo acogimos y desde que lo vi, me gustó.
-          Pero salías con el amigo.
-          Ay no, solo teníamos sexo casual. Igual en aquellos años Kyuhyun pasaba por algo muy feo y bueno lo ayudamos esa noche.
-          ¿Vas a contarle mi vida o vas a alimentarme?- susurra Kyuhyun detrás de Sungmin a lo que ambos gritamos asustados.- Qué señoritas…- reniega a lo que servimos la cena y conversamos del día. Realmente me quedé muy intrigado sobre la historia de mis amigos, pero preferí no preguntar más.

La casa de Sungmin es acogedora pero los días sin Yesung son tan fríos sin importar lo abrigado que esté. Mi miedo crece y crece, no puedo dejar de pensar en él y estrujo entre mis manos la dirección que Kyuhyun me dio durante la cena. No me dijo nada, solo dejó el papel al lado de mi plato. Luego alzó en brazos a Sungmin y se lo llevó a su habitación, es evidente lo que hacen, me incomoda y siento que incomodo, pero algo me congela, evita que me levante y vaya corriendo a ese departamento a dos calles de aquí. Sí, Yesung y Sungmin vivieran a dos calles de separación. Irónico ¿No? Como si todo se confabulara para hacer un encuentro inminente. Cierro los ojos, fuerte, no quiero oír el sonido de la cama, es incómodo, no logro ignorar los susurros de Sungmin. Cargo a la tortuga y salgo, a caminar, a retar a ese destino que parece querer juntarnos. Camino sin rumbo, sin leer el papel en mi mano, sin leer los nombres de las calles. Guíame a donde tenga que llegar.


‘Dicen que no existen las coincidencias, solo lo inevitable.’
Susurré entre tus brazos aquella fría noche en la que aparecí en tu puerta.


Te abracé y al hacerlo una superficie dura nos separó. Un caparazón. Tangkkoma. Él lloraba mientras yo caía sobre mis rodillas, abrazado a mi primera mejor amiga. Tangkkoma había vuelto, él había vuelto, nadie lo había traído. Estaba ahí, frente a mí, llorando como un niño perdido. Me abrumé, perdí el control. De repente los espacios se hicieron muy grandes y el miedo incontrolable. La taquicardia me absorbió, no podía estar en pie y la respiración se desvanecía en mi garganta. Ryeowook, debiste asustarte mucho ¿Verdad?

Yesung ¿Qué vamos a hacer? Por primera vez vi la magnitud del dolor que te causé, del daño que hice en ti. No supe cómo ayudarte, mis brazos solo atinaron a enlazarse a ti. Mis labios solo buscaron besar tu frente mientras tú te encerrabas en ese mundo tan desconocido para mí. Y sentí que en ese escaso espacio, nos volvíamos más distantes. Por primera vez en mi vida supe lo que era un ataque de pánico. Descubrí aquello de lo que los otros no hablaban. Experimenté aquel estado que te hacía decir que yo no era real. Acaricié tus cabellos y tragué mis lágrimas. Besé tu frente hasta que poco a poco empezaste a calmarte. No te solté de mi abrazo, temía que al hacerlo te apartes más de este nosotros.

La calma llegó, llegó como llegaste a mi puerta. La calma llegó pero ya estábamos muy distanciados. ¿Qué te puedo ofrecer ahora? Nada. Te miré con los ojos repletos de lágrimas. Te miré y lloraste abrazado a mí. Te miré y por primera vez, te sentí real. Ryeowook, hace mucho prometí no volver a asustarte, hoy he roto esa promesa, supongo que debo llamar a tu mamá para disculparme ¿Cierto? Intenté separarnos físicamente, pero estabas aferrado a mí, como si fuésemos dos piezas incompletas que finalmente se habían vuelto a unir. Tú y yo encajábamos a la perfección.


‘Seamos solo amigos, Ryeowook’
Susurré a la mañana siguiente cuando tus labios buscaron una caricia.


Lento, guie mis manos hacia aquella taza de café que serviste para mí. Cerré los ojos y acerqué el calor hacia mi boca. Lento, aspiré el aroma a café recién pasado. No quería abrir los ojos. Solo estaba ahí, pidiendo en silencio que no rompas mi corazón de nuevo. Lento, un sorbo de aquella amarga delicia. Lento, otro sorbo de esa calidez que empezaba a darle fuerzas a mis pensamientos. Yesung, ese fue el café que más demoré en tomar. Con los ojos cerrados, esperaba que retractes tus palabras, que me digas que no crea en ellas. Lento, sentí que jalabas la silla y te sentabas frente a mí. Mantuve mis ojos cerrados, perdido en ese aroma a mañana. Lento, mantuve mis labios cerca de esa taza, rezando por una mentira. Lento, sentí tus ojos recorrer mi cuerpo. Lento, mi corazón empezó a romperse de nuevo cuando retiraste la taza de mis manos. Lento, abrí los ojos y te encontré llorando. Lento, me solté de la caricia. Lento, me dolías como nunca antes. Lento, tomé mi abrigo y salí de ahí. Lento, tan lento como el caminar de Tangkkoma, bajé escalón tras escalón. Lento, llegamos a nuestro final. Lento, mi corazón se congelo aquella mañana.

Continuará…


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