Título del Fanfic: My Cloud &
Your Insomnia
Parejas: YeWook
Parejas: YeWook
Tipo: Yaoi
Capítulos: 6.2/6
Género: Angst,
Drama, AU.
Clasificación: Rating {M}.
Advertencias: Angst.
Descripción: ‘¿Has cumplido tus sueños? Yesung’- me pregunto cada noche al cerrar los
ojos y enfrentar mi realidad.
Comentario del
Autor/a: Y llegamos al final, espero que les haya
gustado. Lamento las veces que demoré, a veces quedarse sin PC y escribir desde
el celular no es de gran ayuda. Bueno, gracias por acompañarme en este largo y
lindo viaje de escribir mi primer YeWook como pareja principal. Me gustó mucho
hacerlo, sobre todo porque exploré más las personalidades que no desarrollé
mucho en mis anteriores seriales mixtos.
CAPÍTULO SIETE
‘¿Has cumplido tus
sueños? Yesung’- me pregunto cada noche al cerrar los ojos y enfrentar mi
realidad.
Pronto será
temporada de peras en tu pueblo natal, mi actual residencia. Luego de aquella
noche decidí independizarme. Mamá lloró mucho pero me apoyó. Dejé Seúl y volví
a Incheon solo para recoger mis cosas y mudarme. Encontré un departamento cerca
a la que solía ser tu casa cuando estábamos en secundaria. Conseguí un trabajo
en un restaurante y reinicié mi vida. Yesung ¿Me extrañas? Lamento haber huido
tras escuchar que querías que seamos solo amigos. Pero ¿Qué más podía hacer?
Claramente era doloroso estar cerca, quizás lejos, podríamos vivir más
tranquilos. Eso pensé. Yo te extraño, la soledad es cada vez más insoportable,
pero quizás no se compara a lo que sentiste todos esos años, encerrado en la
correccional. Lo lamento, nunca debí pedirte que vayas conmigo. Lo lamento y me
duele tanto el pecho de sentir todos esos recuerdos abrumarme. He hecho un
amigo aquí, él suele venir a cenar y hablar de sus sueños. Sueños que, a veces,
me gustaría imitar. Tan solo para tener un sueño.
-¿En qué piensas?-
pregunta mi amigo mientras me quedo pensativo.
-Pronto será
temporada de peras…- susurro antes de seguir comiendo.
-Hyung, estás muy
delgado. Debes alimentarte mejor ¿Si?- se preocupa y me causa gracia con su mal
coreano.- Hyung no te burles de mi acento.
-Lo siento, es
gracioso. Por cierto ¿Vas a adicionar de nuevo?
-Sí, pero siento
algo de nervios. ¿Crees que me dejen? Quiero decir, soy extranjero.
-Henry, eres muy
talentoso, debes seguir tu sueño.- bajo la cabeza, rendido ante mis propios
sueños. No los recuerdo.
-Hyung ¿Cuál es tu
sueño? ¿Ser chef?
-Sí, quizás. Termina
de comer, debemos ir a trabajar en una hora.- me apresuro a recoger mis cosas.
Ambos trabajamos en aquel restaurante, claramente para Henry es temporal.
Quizás ese sea mi destino, cocinar.
Ambos caminaron
hasta el restaurante de comida italiana, se colocaron los uniformes e iniciaron
un día más de trabajo. Henry era un estudiante de secundaria que acababa de
llegar de Canadá, con el sueño de convertirse en artista. Un genio musical ante
los ojos de todos. Muy admirado pero con pocos amigos, su mal coreano
usualmente hacía que los demás se burlen de él en el colegio. Ni bien empezó a
trabajar a medio tiempo se hizo amigo de Ryeowook quien parecía estar absorbido
en su realidad. Parecía alguien sin esperanza alguna del futuro. Su rutina
diaria era agotadora, sin cambios. Pese a todo es, se las había ingeniado para
conseguirse un teclado y empezar a componer. Pese a que no cantaba, componía
canciones que a veces Henry interpretaba en su casa. Ya iba a ser un año desde
que regresó de Seúl, no sabía nada de sus amigos ahí, ni de Yesung.
-Baby, este sitio
es bien… rural ¿No?- Sonrió Sungmin mirando alrededor de aquella ciudad.
-Yesung es un
campesino, lo molestaré cuando volvamos a verlo en Seúl.- bromeó ácidamente el
menor mientras buscaba la mano del otro.- Vamos a buscar a la nube de Antonio
Yesung.- siguió bromeando a lo que su novio le pegó fingiendo enojo.
-No seas tan cruel.
No es lindo ¿Entendido?- hizo puchero a lo que el chico de ciudad bajó sus
labios hacia los del otro. Sungmin cerró los ojos esperando un beso que nunca
llegó.
-Es un pueblo
conservador, mejor no exponerme. A ti se te nota, pero yo si paso como normal.
-¿De qué demonios
hablas Cho?- chilló Sungmin haciendo berrinche.
-Te vistes de rosa,
usas labial de fresa, eres lindo… es obvio que eres gay.
-Claro, y tú eres
el macho de Corea del Sur… No me hagas reír, lloras cada vez que piensas en el
servicio militar. Si vamos a hablar de masculinidad…- Sungmin no terminó de
hablar ya que su novio lo jaló de la cintura y lo beso rápidamente para
silenciarlo.- tú eres muy masculino…-susurró encantado.
-Vamos.- el menor
jaló de la mano de su novio de forma posesiva.- Ya estoy harto de ver a Yesung
depresivo.
Casi tiro los
platos al verlos sentarse en una mesa del restaurante en el que trabajo. Caminé
pálido hasta ellos y, ante la mirada de mi enojado jefe, pregunté por su orden.
Sungmin dijo estar a dieta así que solo pidió verduras. Cho, por el contrario
pidió vino y pasta. Son una pareja muy linda, aunque claro, eso no es lo que me
preocupa. Me preocupa verlos aquí, mi corazón duele pensando que quizás algo le
pasó a Yesung. Henry luce algo distraído desde ayer, pareciera que su menta
volara, realmente me pregunto qué está sucediendo con el mundo ¿Cuándo mi
solitaria tranquilidad se ha convertido en esto? Luego de cerrar el restaurante
los invito a mi casa, no es muy grande pero asumo que no tienen dónde pasar la
noche. Henry nos sigue tras presentarlos. Ambos lo miran desconfiados,
recelosos, quizás es porque es extranjero. Solo espero que ellos se comporten y
no asusten a mi único amigo. Después de todo, Henry no sabe que me gustan los
chicos, menos que tengo amigos que son pareja. Todo sería demasiado extraño y
difícil de explicar.
-¿Cómo conoces a
Wookie?- preguntó directamente Sungmin mientras se abrazaba a su novio.
-Del trabajo…- respondió
Henry tratando de no sentirse abrumado por el excesivo skinship de esos dos que
tenía en frente.
-Minie ¿No quieres
postre? Mi tarta de peras es famosa en el restaurante.
-Estoy a
dieta…-lloró el nombrado mirando aquella comida tan apetitosa.
-Yo quiero su
porción y la mía, entonces…- chilló Kyu
-Eres un cerdo,
Cho.
-Un cerdo que amas…
deberías comer, no sé para qué haces dieta.
-Cierto, Minie,
está muy delgado…- intervino Wook.
-Hyung, ¿Yo también
puedo tener una segunda porción?- Henry saltó feliz al ver que quedaban aún
muchas porciones.
-Los odio a todos…-
chilló Sungmin.
-Cambiando de tema…-
Kyu clavó los ojos en Wookie.- Creo que tú nos debes una explicación.
-Kyu…
-En serio ¿Quién es
este niño? ¿Es tu pareja o qué? ¿Por qué no nos has contactado en un año? ¿Por
qué te fuiste sin avisarnos? ¿Acaso no habías vuelto por el raro de Yesung?-
Wook se quedó de una pieza ante tantas preguntas agrias.- creí que éramos tus
amigos…
-Lo lamento.
-No hemos venido por
una disculpa, sino por explicaciones.
-Hey, hey… Hyung y
yo no somos pareja… a decir verdad yo ya tengo alguien que me gusta…- se
apresuró Henry sonrojándose.- Hyung, mejor vuelvo otro día, debes hablar mucho
con tus amigos.
‘La distancia no
soluciona nada.’- decía aquel libro de Murakami que había empezado a leer.
Ryeowook ¿Nuestra distancia ha servido de algo?
Luego de aquel día
no volví a saber de ti. Me dediqué a encerrarme en mi departamento y a hablar
de nuevo con mi vieja mejor amiga. A veces ella se para frente a la puerta,
como esperando que vuelvas. Quizás yo también quiero que vuelvas. Quizás fui un
tonto al pedirte que seamos solo amigos. Tenía miedo. Sigo teniendo miedo. Ya muchas
veces he discutido con Kyu. Él dice que soy un cobarde. Se indigna al ver que
no lucho. Dice que nunca lograré nada si no salgo y enfrento todo esto. Y quizás,
solo quizás, tenga algo de razón. Me dueles, mucho. El pecho se me estruja cada
vez que susurro tu nombre. No obstante, hay tanto en ese pasado, tanto como
para siquiera pensar en un futuro. Jongjin dejó de hablarme, está decepcionado
y no lo culpo. Mamá viene de tiempo en tiempo a limpiar la casa y ver cómo sigo.
Ya nadie parece querer ayudarme y quizás es justo, se cansaron de verme
hundido. Incluso Sungmin se ha enojado conmigo.
-Padre ¿Qué haces
aquí?
-Tu madre está algo
atareada así que me pidió que venga a verte.- mi padre nunca dice nada, aceptó
todo esto de forma silenciosa pero nunca dice nada al respecto. A veces pienso
que le afecta mucho que yo sea tan extraño.
-Antonio… ¿Has
cenado? ¿Cenamos juntos?- lo sigo en silencio hasta la cocina, calienta la
comida que mamá envió y nos sentamos a comer.- ¿Cómo has estado? ¿Estás tomando
tus medicinas?
-Sí, gracias padre.
-Hijo ¿Sabes por
qué nunca he dicho nada acerca de cómo llevas tu vida?
-Siempre he pensado
que te duele ver el fracaso que soy… si tengo que ser sincero, debo decir eso.
-¿Fracaso? Tú no
eres un fracaso, Yesung Antonio.- Papá nunca se vio tan ofendido como lo veo
ahora.- Precisamente porque creo y confío en ti es que siempre me he mantenido
al margen.
-¿A qué te
refieres? – dejo de comer y lo miro atento. Quisiera entender sus palabras pero
me es imposible.
-Siempre he creído
que eres capaz de solucionar todos tus problemas por ti mismo, siempre he
creído en tu fuerza, en tu talento… por eso jamás he querido tratar de meterme
en tu vida, pero creo que en este momento, debes reflexionar. Siempre has hecho
las cosas a tu manera, a tu paso, eso es algo que admiro mucho en ti. Pero ¿No
crees que alejar a la persona que te ama es algo sin sentido?
-No tengo nada que
ofrecerle
-¿Eso es algo que
decidieron ambos? ¿Él te ha pedido algo que no puedas darle?
-No. Pero con mi
inestabilidad…
-El peor error que
cometí fue creer que tu madre no me necesitaba en su vida, gracias a eso creciste
lejos de mí. Luego vi mi error, había decidido por mí mismo en los temas de una
pareja. Pedí perdón, ya que egoístamente creí que lejos estábamos mejor. Esto es
algo que solo tu madre y yo sabemos. ¿No crees que sea hora de enfrentar a
Ryeowook y preguntarle qué es lo que opina de todo esto?
-Padre…
-Estoy muy
orgulloso de lo que eres y de lo que creo que serás en el futuro, pero te
aconsejo como mayor que soy… que no seas tan egoísta con alguien que te ama.
Dices que no puedes ofrecerle nada cuando él jamás te ha pedido algo. ¿Crees
que eso tiene sentido?
-Pero él se ha ido…
-¿Es delito ir a
buscarlo?
-No
-Entonces ¿Qué
haces cenando con este viejo en lugar de ir donde la persona más importante en
tu vida?
-No lo sé.
-Nadie sabe nada de
la vida, solo sabemos que es mejor lamentar hacer algo a lamentar nunca haber
intentado.
‘¿Cuánto más debo
perder hasta que mi corazón sea perdonado?’- decía la canción que escuchaba en
aquella madrugada en la que salí a seguir mi corazón.
Desearía tener una
vez más, una oportunidad más para no pedirte ir a buscar a mi padre. Para quedarme
a tu lado en ese eterno campo de peras en el que nos enamoramos. Las estaciones
pasaron, cambiaron, nosotros crecimos y cambiamos con ellas. Era inevitable,
supongo. Si me cumplirán un deseo esta noche, pediría estar a tu lado y decir
todas aquellas palabras que mi timidez nunca me dejó decir. ¿Recuerdas el
verano en tu casa? Recorro el camino de peras que alguna vez caminamos juntos
para ir al colegio. Tu sonrisa viene a mi mente. Desde aquellos años no ha
habido un día en el que no te busque en cada rostro con el que me cruzo. Desde aquellos
años no ha habido nadie que llene mi corazón como alguna vez tus manos lo
hicieron al tocar mi rostro. Sungmin y Kyu se quedaron dormidos hace ya como
una hora. Me sentía abrumado. Lloré mucho con ellos, necesitaba salir y
caminar. Olvidar, según yo. Pero aquí me tienes Yesung. Recorriendo todo este
pueblo que alguna vez fue nuestro. ¿Dónde estás? ¿Estás durmiendo ya? Te añoro
más que ayer, quizás menos que mañana. Te añoro y siento que las lágrimas
llegan al pensar que una vez más será temporada de peras aquí. Sin ti. Siempre
te busco, no importa donde, no importa cuánto trate de convencerme de que ya no
estás aquí, te sigo buscando ¿Lo llamamos esperanza?
No tuve respuesta
de nadie, así que silencié mis pensamientos y seguí a mi corazón. Tomé el
primer bus a Cheonan, a ese pueblo en el que nosotros fuimos uno. No sé si
estás ahí Ryeowook, pero en el amanecer de mañana quiero verte y decirte todo
lo que he guardado hasta ahora. Siento que si estoy contigo soy capaz de todo. Te
busco en la plaza, en nuestro antiguo colegio. ¿Recuerdas cuando veníamos juntos?
Lo que daría por abrazarte más veces de las que te abracé en el pasado. Las estaciones
cambiaron, nosotros también, pero algo en mí nunca cambió, el hecho de que te
amo como siempre. Y si alguien me diese la oportunidad de cumplirme un deseo,
pediría estar a tu lado ahora mismo. Volverme fuerte a tu lado. Eso pediría. Que
alguien me dé una vez más, una oportunidad más para dejar lo egoísmos. Te sigo
buscando, la madrugada se hace profunda y no consigo encontrarte. Mi corazón
late fuerte, siento que el aire me falta y el miedo llega. Trago saliva, no es
momento de esto. Puedo controlarlo. Soy fuerte. Soy fuerte si estás a mi lado,
tomando de mi mano. Soy fuerte, Ryeowook. El campo de peras donde alguna vez
cantamos juntos. Extraño esa voz tan hermosa. Extraño cantar para ti. Extraño
esos años. Los recuerdos del verano me abruman y de repente, en medio de mi
desesperación, veo una silueta sentada frente al río. Mis pies corren, no
importa si es un espejismo, no importa si me estoy volviendo loco. Nunca lo
sabré si huyo. Corro, esa espalda es tu espalda, esa fragilidad es tuya, solo
tuya ¿Cierto? A partir de mañana quiero decirte ese ‘Te amo’ que nunca te dije.
-Ryeowook…- susurró
Yesung antes de abrazar aquella silueta.
-Te he estado
esperando mi querido insomnio…- volteó el nombrado, no era un espejismo, era
real. Estaba ahí, frente a él, esperando por él.
FIN
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