It's Ok - Kanjani8 Oneshot

Autor: Kainet
Titulo: It's Ok
Fandom: Kanjani8
Parejas: Subaru x Ryo
Clasificación: Angst

Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.

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It’s Ok.

“Todo está bien…”

Me repito una y otra vez, mientras con mis brazos rodeo mi cintura, aferrándome a mi piel; intentando sentirme menos solo. Levanto la mirada, el cielo se ve borroso y mis lágrimas resbalan por mis mejillas: el alma, cansada, duele.

No estás, y dueles; no existe, y dueles. Me mientes, te creo, luego te descubro y me vuelves a mentir y te vuelvo a creer. No existe solución, deseo creer una mentira, solo una: que no existes más. Sin embargo estás mas presente que nunca, cuando camino y cuando no, cuando duerno y cuando no, cuando lloro o cuando sonrío; siempre estás presente. Dueles, dueles tanto como tu amor, como tus mentiras. Te querías ir y te deje ir, pero eso no significa que no haya dolido. Te dejé ir, no te he perdido. Sigues aquí, doliendo más que nunca; tan profundo, tan confuso, tan lloroso. Y me miento, me miento repitiendo incesantemente en mi cabeza “Está bien, todo está bien…”

Y el tiempo parece haberse detenido para mí, los demás siguen respirando pero yo me congelé. Desde que te marchaste me he quedado estático, no he sentido nada. Siempre esperando, en agonía disfrazada de rencor. Me perdí, escondí; sólo quería entender por qué habías hecho lo que hiciste, solo intentaba entender por qué me habías dejado solo. Subaru, si tan solo pudieras responderme. Pero no quieres mi mirarme, y dueles, lastimas.

Hoy, en el concierto countdown, has vuelto, has brillado como nunca antes, pero a penas y me miraste. Fingiste sonrisas e hiciste tu trabajo, pero ya no eres aquel amigo, amante que buscaba cualquier pretexto para estar cerca.

Y es que morimos, quizás tu primero; quizás yo también, en un intento por llamar tu atención. Sentía que te alejabas y mientras más te alejabas más te lastimaba, provocando que de a pocos empieces a odiarme.

Tú te alejabas más y más y yo, torpe, en mi desesperación no hice bien las cosas. Te alejabas porque ya no tolerabas mis palabras hirientes y constante bipolaridad. Por momentos te trataba bien, en otros no deseaba ni verte; a veces era muy apasionado, otras muy frío. Lo trate como a un juguete y terminé siendo odiado por quien juraba amor eterno. De todas las personas siempre creí que tú me comprendías, pero creo que abuse de tu comprensión y empecé a creer que tú sabías todo, creí que entendías mi código implícito, pero lo único que hacía era lastimarte.

“Te extraño…”

Susurro mientras camino alrededor de mi departamento, hace frío, pero no por el clima: hace frío pues no estás aquí. Yo, Nishikido Ryo, he sido un tonto, un insensible que prefirió dejarte ir, a creer que te perdía. Y la verdad es que en ambos casos, resulta que ya no estás más. Miro el teléfono, no suena, está muerto y muero por que me llames, tan solo una vez más. Solo una vez, bastará para pedir perdón, bastará para que vuelvas. Eso pienso, eso quiero creer, incluso si es una mentira, incluso si me paso una vida entera esperando, quiero creer que volverás a mí.

Continúo dando vueltas en círculos, repitiendo tu nombre, una y otra vez; por momentos muy despacio, en otros prácticamente grito. Duele recordarte, duele pensarte, duele amarte. Dueles Subaru.

De repente, la puerta se abre. Me duele la cabeza y no sé cuantas horas he pasado llorando. Levanto la mirada y te encuentro, vienes acompañado de una hermosa luz. Siento que me desvanezco, casi no puedo levantarme, me siento impotente, no puedo acercarme. Se me hace eterno. Quiero llegar a ti, a aquella luz. Subaru, necesito llegar a todo, todo luce más borroso, más confuso, más doloroso. Miro mis muñecas, en algún momento he intentando huir de esta vida. En algún momento las corté. Me duelen, pero no duelen tanto como el sentir que me tomas entre tus brazos y lloras. Poco a poco tu voz se va alejando, más y más; luego llega la oscuridad, ya no puedo verte, solo escuchar tus gritos en forma de susurro. Poco a poco los susurros se van apagando hasta que todo se queda en total silencio. Te dejé ir, pero solo porque te querías ir; es momento de que me dejes ir, pues como tu amigo, yo no puedo vivir.

FIN.