Titulo: Sex & Candy (AKA Sendy)
Capitulo: 01
Fandom: Super Junior, SHINee, TRAX
Parejas: Sichul / Varias
Clasificación: Angst / Au / Lemon
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
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Capitulo 1.
Y ahí estaba aquel chico prefecto, lleno de virtudes y escaso de perversión alguna. Su nombre era sinónimo de santidad y sus padres estaban demasiado orgullos de el. A sus veinte años siempre lucía impecable y nunca se le había conocido novia alguna. Todos a su alrededor consideraban que tenía una especie de aura transparente típica de alguien tan religioso como el. Con todo el apoyo del mundo había decidido migrar, ir a la capital para vivir solo en un departamento. Su acomodada familia deseaba que el viviera en un lugar algo exclusivo, sin embargo el se negó y afirmó que deseaba vivir como un chico normal de su edad. Dio un prolongado suspiro antes de entrar a aquel edificio de diez pisos; como era de esperar, sus ideas sobre el calentamiento global y demás cosas lo hicieron subir a pie hasta su departamento ubicado al final del piso ocho. Era el interior 804, aquel piso era algo oscuro, pero tenía un “no sé que” que lo atraía de sobre manera, desde la primera vez en que fue a ver el lugar. Le llamó mucho la atención en que sea silencioso y solitario, pero fue también la razón principal para alquilarlo.
De repente, mientras buscaba entre sus bolsillos la llave de su nuevo hogar, escuchó algunos pasos detrás de el. Con una enorme sonrisa y una mirada muy amable volteó a conocer a su vecino, pero al encontrarse con ojos finamente delineados y labios con brillo labial, ropa algo holgada y cabellos muy llamativos perdió totalmente el hable. Su vecino o vecina estaba muy bien dotado de belleza, algo que desde el primer momento dejó al chico religioso en “stand by”. Solo atinó a sonreír mientras el otro personaje lo miraba de pies a cabeza, totalmente en silencio, sin expresión alguna en su rostro. Una vez más sus ojos se volvieron a encontrar generando que el silencio se prolongue por unos minutos más. Como si estuvieran presentándose mentalmente.
- Un gusto, Soy Siwon-. Dijo el chico religioso una vez que pudo escapar de aquella mirada analítica del otro- Acabo de mudarme al 804-. Sonrió ante el silencio del otro- Tu, eres...- agregó al volver a encontrarse con esos ojos que le resultaban muy atrayentes
- Kim Heechul...- dijo aquel ser antes de entrar rápidamente a su departamento-. Su respiración se aceleró y llevando una de sus manos hacia su pecho intentó tranquilizar a su corazón que extrañamente estaba entrando en un ataque de taquicardia absurda. ¿Qué sucedía? ¿Acaso lo intimidaba aquel relamido personaje? Se veía bastante soberbio, de ese tipo de personas que se creen y actúan como si fueran perfectos, tipo de personas que Heechul no toleraba y acusaba de falsos. Pero, por otro lado, ¿Acaso no se estaba apresurando a juzgar a su nuevo vecino? Ladeo la cabeza en forma negativa y caminó alrededor de su departamento, desprendiéndose de cada prenda que pesaba sobre su delgado cuerpo. Había tanto silencio que si contenía su respiración podía escuchar lo que sucedía en la habitación de al lado. Curiosamente su sofá estaba pegado a la pared que vendría a ser la pared en la que se apoyaba la cama del nuevo chico. Se veía algo joven como para vivir solo, pero su juventud no le restaba masculinidad, se veía bastante responsable, impecable, perfecto. Heechul sonrió de lado pensando en lo divertido que sería “molestarlo”. Cuando solo le quedaban los boxers un pequeño felino apareció en su sofá era su adorado tesoro, su hijo, su gato. La princesa recogió entre sus brazos a su pequeño amigo y lo acaricio mientras se sentaba a tratar de escuchar lo que hacía el otro del otro lado de la pared. Lo extraño fue que durante unos minutos todo estuvo en silencio, como si el también buscara escuchar lo que su vecino hacía. Pasaron unos cuantos minutos y se escuchó que se movían algunas sillas, se acomodaba una cama e inmediatamente que el joven empezaba a rezar a pedir por su alma. Heechul no pudo evitar morir a carcajadas pensando que aquel religioso ser pedía por su alma por desear a otro hombre. De seguro era un pervertido que se hacía pasar por tranquilo. Rió tanto que hasta le salieron pequeñas lagrimas en los ojos. Pero cuando terminó de reír el silencio invadió las dos habitaciones. ¿Siwon lo habría escuchado?- Ah...- suspiró mientras miraba a su gato- vamos a cenar precioso...- mirando a su gato que parecía tener hambre- ¿Dónde está el otro?- buscando a su otro pequeño engreído- me pregunto si estará dormido en mi cama.- sabía que el nuevo lo escuchaba así que habló fuerte y claro para crear confusión, para “aterrarlo” una persona así de religiosa se moriría de tan solo escuchar lo que el decía. Heechul pagaría por verle la cara de terror al otro. Pero luego cayó en cuenta de que quizás estaba prestándole demasiada atención. Guardó silencio y caminó hasta la cocina para darle de cenar a sus dos bebés.
A la mañana siguiente Siwon aún permanecía con los ojos abiertos, mirando su techo. No tenía televisor ni radio de modo que su aburrimiento era casi intolerable. Además aquella “conversación” que escuchó del otro lado lo había dejado traumatizado. A simple vista ese Kim Heechul parecía una chica, pues tenía una apariencia bastante andrógena pero al escuchar su voz descubrió que se trata baba de un chico bastante femenino. Pero eso no era nada comparado con todas las cosas que habían pasado por su cabeza cuando escucho que le hablaba a otra persona empleando el genero masculino en sus palabras, ¿Acaso ese tal Heechul era gay? Eso ya era pecado y encima habló con dos personas y una de ellas estaba en su cama. El pobre chiquillo estaba en shock, con ojeras inmensas intentando pensar donde se había mandado mudar. En que nido de locos degenerados había caído. Cuando habló con el vendedor este le había dicho que era un edificio especial pero nunca pensó que se refería a ese tipo de especial. Cerró los ojos inútilmente intentando despejar sus pensamientos y dormir unos cuantos minutos antes de las ocho de la mañana, pero fue inútil. El sonido de la música de otro departamento lo alertó. Al parecer venía del 801. pocos minutos después escuchó a un alarmado Heechul salir y gritarle su vida y milagros al otro vecino. Un poco mareado, debido a la mala noche, Siwon caminó hasta el pasillo. Encontrando ahí a Kim Heechul en boxers, descalzo y algo despeinado totalmente histérico porque habían interrumpido su sueño. Mientras que la puerta del 801 permanecía inmutable, no se abría. Siwon se acercó a preguntar qué sucedía, el excéntrico ser solo le respondió con monosílabos, debido a su enojo, luego continuó tirando patadas a la puerta de aquel departamento. Siwon rió un poco, podría ser gay, podría ser promiscuo pero se veía adorable de esa manera. De seguro podrían llevarse bien y ser buenos amigos. Hasta que finalmente se abrió la puerta. Era un joven de hermosa sonrisa, cabello rubio y labios muy rojos.
- Sungminie del mal ¬___¬ - Heechul le empezó a tirar golpecitos en el pecho al chico de pijama rosa- ¿Cómo se te ocurre poner semejante despertador? ¿Qué eres? ¿Un rinoceronte? ¿Cómo no puedes despertar?- decía Heechul mientras el otro pequeño rascaba sus ojos algo soñoliento. Miraba confundido, las preguntas parecían marearlo un poco. Cuando finalmente parecía entender algo miró extrañado a aquel chico de pijama negra.
- ¿Nuevo? –preguntó mirando a Heechul, este empezó a reír pues la pregunta no se refería a si era nuevo vecino, sino a si era su nuevo novio, pero Siwon parecían no entenderlo y simplemente afirmó con la cabeza.- ¿No lo has dejado dormir? Mira sus ojeras Chula...- Heechul continuaba riéndose mientras el chico religioso intentaba comprender la conexión entre Kim heechul y su falta de sueño. A decir verdad no había podido dormir pensando en su alma pero ¿Cómo podrían saberlo los otros dos?
- Nuevo vecino...- dijo la princesa luego de dejar de reír- ah...- se dio media vuelta y le tocó el hombro a Siwon, ante el contacto este sintió como una corriente eléctrica que recorría su cuerpo. Era extraño pero se sintió nervioso, sin embargo pretendió mantener la calma y en silencio esperó a que el otro continúe hablando- tendrás que acostumbrarte al despertador de Sungminie... lo sé. Será duro...- sonriéndole pícaramente al más alto, logrando que este se sonroje levemente- verás... este tío no se levanta con nada...
- Con tus gritos si, Chula.- agregó Sungminie entrando a su casa- nos vemos luego... Un gusto vecino nuevo- cerró la puerta con una gran sonrisa.
- Todas las mañanas es lo mismo...- dijo el chico princesa entes de continuar su camino hasta su departamento, Siwon lo siguió con la mirada algo confuso pero al posar su vista en la puerta se encontró con dos gatos, los miró confundido, Heechul se agachó y los abrazó, tomándolos en sus brazos les sonrió- vamos preciosos... ustedes deben dormir un poco más... yo les haré desayuno...- dijo al entrar y cerrando la puerta con uno de sus pies desapareció de la vista del más alto. Después de todo su mala noche había sido en vano, no se trataba de un chico gay y promiscuo, solo de un chico con dos gatos. Pero entonces ¿Por qué se sentía extraño ante su presencia? Sus manos temblaban y casi no podía pensar bien como mantener la calma. Sin contar lo que sintió cuando Heechul le tocó el hombro.
Pasaron algunas horas, Siwon leía un libro en su sala. Acompañado de un té helado y unas galletas que su madre le había enviado con el mayordomo. Estaba muy metido en aquellas hojas sin embargo sus oídos esperaban atentos alguna señal del chico de al lado. Parecía que trabajaba durantes las mañanas pues hacia ya una hora que había salido dejando resonar sus llaves. Parecía que no volvería en mucho. Escuchó algunas voces pero ninguna le pertenecía. Después de todo no eran los únicos que vivían ahí. Al notar la atención que le estaba prestando a aquel chico Siwon se alarmó un poco. Pero pretendió que era seguro porque era una persona algo especial. Tomó un poco de su té y continuó leyendo su libro. A los pocos minutos alguien tocó su puerta.
- Buenos días...- dijo un pequeño de ropas rosadas, era el chiquillo del despertador, tenía una sonrisa encantadora y un recipiente con dulces y caramelos, Siwon lo analizó en silencio mientras le devolvía la sonrisa.- Soy Sungmin del 801. venía a pedirte disculpas por lo de la mañana- sonrió una vez más mostrando esos adorables dientes de conejo- espero no haber causado mala impresión- agregó
- Buenos días, encantado, soy Choi Siwon... descuida, me despertaron los gritos de Kim Heechul... a decir verdad, sonaba muy bien esa música. Me temo que no conozco al interprete.-preguntó cortésmente, aunque para ser honestos, lo odiaba por no dejarlo dormir cuando estaba por cerrar sus cansados ojos.
- Acabas de conocer al interprete...- Sungmin le extendió los dulces- es un regalo por ser nuevo. Nos caracterizamos por regalar dulces, dime... ¿Qué dulces te dio Chula? – Siwon le miró confundido- es tradición de este edificio...- continuó narrando su historia- damos la bienvenida con dulces o con... uhm.. bueno con dulces.- sonrió nervioso pues Siwon se veía bien estirado y decente como para continuar contándole de las locas tradiciones de aquel edificio.
- Ya veo...- sonrió recibiendo los dulces- muchas gracias. Uhm me temo que Kim Heechul no me ha entregado dulces... no es que tenga que hacerlo, no es su obligación...- sonrió apenado- es más creo que no le agrado mucho... cierto. ¿Dijiste que tu has hecho esa música?- Sungmin asintió con la cabeza- tienes buena voz... a mi me gusta mucho la música, solía cantar mucho en el grupo cristiano de mi comunidad...- sonrió sereno
- Ah... eres religioso, eso es... interesante- sonrió nervioso, sospechaba de los planes de su amigo- bueno si Chula no te ha dado anda no tardará. Espero no te incomode, luego vendrán los demás a presentarse. Bueno debo irme, trabajo en una tienda de dulces y me despedirán si no voy... un gusto Siwie...!!- gritó alejándose. Ese chico se le hacía raro, era feliz y todo pero en sus ojos escondía algo. Pensó Siwon antes de colocarse una de las paletas de caramelo que le había regalado su vecino.
Pasaron las horas y parecía haber mucho movimiento en los pasillos, Siwon alcanzó a escuchar a Heechul hablar con Sungmin, hablaban de una reunión en la terraza del edificio, nombraban a otros dos chicos del mismo edificio y que pronto vendrían, primero se detuvo y se acercó a su puerta a escucharlos, peor luego se dio cuenta de que eso no estaba bien. No era bueno espiar a los demás. Para ser sinceros, el nunca lo había hecho antes. Cuando el silencio invadió por completo el pasillo Siwon no pudo más y subió a la terraza. Encontrándose con los dos vecinos que ya conocía y otros dos de aspecto feminoide al igual que Heechul y Sungmin. No se acercó solo se quedó ahí quieto, tratando de escucharlos.
- Bien Ryeowook, debemos planificar tu siguiente cita...- dijo Heechul mientras le tomaba del hombro a un chico de apariencia frágil- sé que eres tímido pero si realmente haz salido, entonces tienes que a acostumbrarte a la vida de un chico gay- al escuchar esto Siwon retrocedió aterrado. Después de todo ese Kim Heechul si era gay y peor aún era corruptor de menores. Aunque el también se veía bastante joven
- Si, Chula tiene razón. Hoy te presentaré a uno de mis ex enamorados. Es amable y todo, de seguro y te gusta. ¿Qué dices?- agregó Sungmin mientras tomaba un jugo de fresa- es un poco hiperactivo pero te va a gustar, tiene un hermoso cuerpo... por cierto, Chula ¿Te has fijado en esos abdominales que se maneja el nuevo?- sonrió Sungminie- no es que sea pervertido, es solo que su pijama era muy pegada...- agregó al notar cierta molestia en Heechul.- ¿No te agrada?
- Me da igual...- se limitó a decir Heechul mientras tomaba un poco de su taza, al parecer era café. Siwon se sintió ofendido ante la respuesta más que con el comentario de su cuerpo. Sin embargo se juró no volver a salir en pijama al pasadizo hasta comprarse pijamas más holgadas.- Teukie, ¿Tu no tienes a alguien con quien podamos hacerle salir Wookie?
- uhm...- el chico que hasta ahora había permanecido en silencio con una gran sonrisa miró su reloj- saben que me gustan los hombres rudos, ¿Creen que uno así sería lo indicado para un principiante como Wookie? Creo que el sadomasoquismo no va con el- ante sus palabras Wookie se sonrojó, al igual que Siwon que empezaba a pensar a salir corriendo de aquel edificio al día siguiente. A Sungminie se le dibujo una sonrisa burlona en la cara mientras que a Heechul parecía aparecerle una enorme gota sobre la cabeza
- Por favor, si tuviéramos que hablar de enamorados, yo te puedo dar una cátedra... ah, me pregunto si deberíamos reunirnos todos los días aquí para hablar sobre nuestros ex hasta que Wookie se sienta más en confianza antes de hacerlo salir como un pollito que recién rompe el cascaron...
- yo opto por eso...- dijo Teukie, a lo que Sungminie y Wookie alzaron las manos para demostrar su total acuerdo. Todos rieron un poco más y hablaron durantes algunas horas sobre ropa. Y temas triviales, sobre como sería al día siguiente y quien empezaría a contar. Una vez que la noche cayó sobre ellos todos empezaron a levantar sus cosas para ir a sus respectivos departamentos. Siwon corrió lo más rápido posible hasta su departamento. Moriría si se enteraban que los había espiado. Se dejó caer sobre su sofá e intentó dormir, peor lo único que pasaba por su cabeza era volver al día siguiente a escuchar a esos cuatro hablar de ese tipo de relaciones amorosas, esas que en su familia estaban prohibidas.
Continuará...
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
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Capitulo 1.
Y ahí estaba aquel chico prefecto, lleno de virtudes y escaso de perversión alguna. Su nombre era sinónimo de santidad y sus padres estaban demasiado orgullos de el. A sus veinte años siempre lucía impecable y nunca se le había conocido novia alguna. Todos a su alrededor consideraban que tenía una especie de aura transparente típica de alguien tan religioso como el. Con todo el apoyo del mundo había decidido migrar, ir a la capital para vivir solo en un departamento. Su acomodada familia deseaba que el viviera en un lugar algo exclusivo, sin embargo el se negó y afirmó que deseaba vivir como un chico normal de su edad. Dio un prolongado suspiro antes de entrar a aquel edificio de diez pisos; como era de esperar, sus ideas sobre el calentamiento global y demás cosas lo hicieron subir a pie hasta su departamento ubicado al final del piso ocho. Era el interior 804, aquel piso era algo oscuro, pero tenía un “no sé que” que lo atraía de sobre manera, desde la primera vez en que fue a ver el lugar. Le llamó mucho la atención en que sea silencioso y solitario, pero fue también la razón principal para alquilarlo.
De repente, mientras buscaba entre sus bolsillos la llave de su nuevo hogar, escuchó algunos pasos detrás de el. Con una enorme sonrisa y una mirada muy amable volteó a conocer a su vecino, pero al encontrarse con ojos finamente delineados y labios con brillo labial, ropa algo holgada y cabellos muy llamativos perdió totalmente el hable. Su vecino o vecina estaba muy bien dotado de belleza, algo que desde el primer momento dejó al chico religioso en “stand by”. Solo atinó a sonreír mientras el otro personaje lo miraba de pies a cabeza, totalmente en silencio, sin expresión alguna en su rostro. Una vez más sus ojos se volvieron a encontrar generando que el silencio se prolongue por unos minutos más. Como si estuvieran presentándose mentalmente.
- Un gusto, Soy Siwon-. Dijo el chico religioso una vez que pudo escapar de aquella mirada analítica del otro- Acabo de mudarme al 804-. Sonrió ante el silencio del otro- Tu, eres...- agregó al volver a encontrarse con esos ojos que le resultaban muy atrayentes
- Kim Heechul...- dijo aquel ser antes de entrar rápidamente a su departamento-. Su respiración se aceleró y llevando una de sus manos hacia su pecho intentó tranquilizar a su corazón que extrañamente estaba entrando en un ataque de taquicardia absurda. ¿Qué sucedía? ¿Acaso lo intimidaba aquel relamido personaje? Se veía bastante soberbio, de ese tipo de personas que se creen y actúan como si fueran perfectos, tipo de personas que Heechul no toleraba y acusaba de falsos. Pero, por otro lado, ¿Acaso no se estaba apresurando a juzgar a su nuevo vecino? Ladeo la cabeza en forma negativa y caminó alrededor de su departamento, desprendiéndose de cada prenda que pesaba sobre su delgado cuerpo. Había tanto silencio que si contenía su respiración podía escuchar lo que sucedía en la habitación de al lado. Curiosamente su sofá estaba pegado a la pared que vendría a ser la pared en la que se apoyaba la cama del nuevo chico. Se veía algo joven como para vivir solo, pero su juventud no le restaba masculinidad, se veía bastante responsable, impecable, perfecto. Heechul sonrió de lado pensando en lo divertido que sería “molestarlo”. Cuando solo le quedaban los boxers un pequeño felino apareció en su sofá era su adorado tesoro, su hijo, su gato. La princesa recogió entre sus brazos a su pequeño amigo y lo acaricio mientras se sentaba a tratar de escuchar lo que hacía el otro del otro lado de la pared. Lo extraño fue que durante unos minutos todo estuvo en silencio, como si el también buscara escuchar lo que su vecino hacía. Pasaron unos cuantos minutos y se escuchó que se movían algunas sillas, se acomodaba una cama e inmediatamente que el joven empezaba a rezar a pedir por su alma. Heechul no pudo evitar morir a carcajadas pensando que aquel religioso ser pedía por su alma por desear a otro hombre. De seguro era un pervertido que se hacía pasar por tranquilo. Rió tanto que hasta le salieron pequeñas lagrimas en los ojos. Pero cuando terminó de reír el silencio invadió las dos habitaciones. ¿Siwon lo habría escuchado?- Ah...- suspiró mientras miraba a su gato- vamos a cenar precioso...- mirando a su gato que parecía tener hambre- ¿Dónde está el otro?- buscando a su otro pequeño engreído- me pregunto si estará dormido en mi cama.- sabía que el nuevo lo escuchaba así que habló fuerte y claro para crear confusión, para “aterrarlo” una persona así de religiosa se moriría de tan solo escuchar lo que el decía. Heechul pagaría por verle la cara de terror al otro. Pero luego cayó en cuenta de que quizás estaba prestándole demasiada atención. Guardó silencio y caminó hasta la cocina para darle de cenar a sus dos bebés.
A la mañana siguiente Siwon aún permanecía con los ojos abiertos, mirando su techo. No tenía televisor ni radio de modo que su aburrimiento era casi intolerable. Además aquella “conversación” que escuchó del otro lado lo había dejado traumatizado. A simple vista ese Kim Heechul parecía una chica, pues tenía una apariencia bastante andrógena pero al escuchar su voz descubrió que se trata baba de un chico bastante femenino. Pero eso no era nada comparado con todas las cosas que habían pasado por su cabeza cuando escucho que le hablaba a otra persona empleando el genero masculino en sus palabras, ¿Acaso ese tal Heechul era gay? Eso ya era pecado y encima habló con dos personas y una de ellas estaba en su cama. El pobre chiquillo estaba en shock, con ojeras inmensas intentando pensar donde se había mandado mudar. En que nido de locos degenerados había caído. Cuando habló con el vendedor este le había dicho que era un edificio especial pero nunca pensó que se refería a ese tipo de especial. Cerró los ojos inútilmente intentando despejar sus pensamientos y dormir unos cuantos minutos antes de las ocho de la mañana, pero fue inútil. El sonido de la música de otro departamento lo alertó. Al parecer venía del 801. pocos minutos después escuchó a un alarmado Heechul salir y gritarle su vida y milagros al otro vecino. Un poco mareado, debido a la mala noche, Siwon caminó hasta el pasillo. Encontrando ahí a Kim Heechul en boxers, descalzo y algo despeinado totalmente histérico porque habían interrumpido su sueño. Mientras que la puerta del 801 permanecía inmutable, no se abría. Siwon se acercó a preguntar qué sucedía, el excéntrico ser solo le respondió con monosílabos, debido a su enojo, luego continuó tirando patadas a la puerta de aquel departamento. Siwon rió un poco, podría ser gay, podría ser promiscuo pero se veía adorable de esa manera. De seguro podrían llevarse bien y ser buenos amigos. Hasta que finalmente se abrió la puerta. Era un joven de hermosa sonrisa, cabello rubio y labios muy rojos.
- Sungminie del mal ¬___¬ - Heechul le empezó a tirar golpecitos en el pecho al chico de pijama rosa- ¿Cómo se te ocurre poner semejante despertador? ¿Qué eres? ¿Un rinoceronte? ¿Cómo no puedes despertar?- decía Heechul mientras el otro pequeño rascaba sus ojos algo soñoliento. Miraba confundido, las preguntas parecían marearlo un poco. Cuando finalmente parecía entender algo miró extrañado a aquel chico de pijama negra.
- ¿Nuevo? –preguntó mirando a Heechul, este empezó a reír pues la pregunta no se refería a si era nuevo vecino, sino a si era su nuevo novio, pero Siwon parecían no entenderlo y simplemente afirmó con la cabeza.- ¿No lo has dejado dormir? Mira sus ojeras Chula...- Heechul continuaba riéndose mientras el chico religioso intentaba comprender la conexión entre Kim heechul y su falta de sueño. A decir verdad no había podido dormir pensando en su alma pero ¿Cómo podrían saberlo los otros dos?
- Nuevo vecino...- dijo la princesa luego de dejar de reír- ah...- se dio media vuelta y le tocó el hombro a Siwon, ante el contacto este sintió como una corriente eléctrica que recorría su cuerpo. Era extraño pero se sintió nervioso, sin embargo pretendió mantener la calma y en silencio esperó a que el otro continúe hablando- tendrás que acostumbrarte al despertador de Sungminie... lo sé. Será duro...- sonriéndole pícaramente al más alto, logrando que este se sonroje levemente- verás... este tío no se levanta con nada...
- Con tus gritos si, Chula.- agregó Sungminie entrando a su casa- nos vemos luego... Un gusto vecino nuevo- cerró la puerta con una gran sonrisa.
- Todas las mañanas es lo mismo...- dijo el chico princesa entes de continuar su camino hasta su departamento, Siwon lo siguió con la mirada algo confuso pero al posar su vista en la puerta se encontró con dos gatos, los miró confundido, Heechul se agachó y los abrazó, tomándolos en sus brazos les sonrió- vamos preciosos... ustedes deben dormir un poco más... yo les haré desayuno...- dijo al entrar y cerrando la puerta con uno de sus pies desapareció de la vista del más alto. Después de todo su mala noche había sido en vano, no se trataba de un chico gay y promiscuo, solo de un chico con dos gatos. Pero entonces ¿Por qué se sentía extraño ante su presencia? Sus manos temblaban y casi no podía pensar bien como mantener la calma. Sin contar lo que sintió cuando Heechul le tocó el hombro.
Pasaron algunas horas, Siwon leía un libro en su sala. Acompañado de un té helado y unas galletas que su madre le había enviado con el mayordomo. Estaba muy metido en aquellas hojas sin embargo sus oídos esperaban atentos alguna señal del chico de al lado. Parecía que trabajaba durantes las mañanas pues hacia ya una hora que había salido dejando resonar sus llaves. Parecía que no volvería en mucho. Escuchó algunas voces pero ninguna le pertenecía. Después de todo no eran los únicos que vivían ahí. Al notar la atención que le estaba prestando a aquel chico Siwon se alarmó un poco. Pero pretendió que era seguro porque era una persona algo especial. Tomó un poco de su té y continuó leyendo su libro. A los pocos minutos alguien tocó su puerta.
- Buenos días...- dijo un pequeño de ropas rosadas, era el chiquillo del despertador, tenía una sonrisa encantadora y un recipiente con dulces y caramelos, Siwon lo analizó en silencio mientras le devolvía la sonrisa.- Soy Sungmin del 801. venía a pedirte disculpas por lo de la mañana- sonrió una vez más mostrando esos adorables dientes de conejo- espero no haber causado mala impresión- agregó
- Buenos días, encantado, soy Choi Siwon... descuida, me despertaron los gritos de Kim Heechul... a decir verdad, sonaba muy bien esa música. Me temo que no conozco al interprete.-preguntó cortésmente, aunque para ser honestos, lo odiaba por no dejarlo dormir cuando estaba por cerrar sus cansados ojos.
- Acabas de conocer al interprete...- Sungmin le extendió los dulces- es un regalo por ser nuevo. Nos caracterizamos por regalar dulces, dime... ¿Qué dulces te dio Chula? – Siwon le miró confundido- es tradición de este edificio...- continuó narrando su historia- damos la bienvenida con dulces o con... uhm.. bueno con dulces.- sonrió nervioso pues Siwon se veía bien estirado y decente como para continuar contándole de las locas tradiciones de aquel edificio.
- Ya veo...- sonrió recibiendo los dulces- muchas gracias. Uhm me temo que Kim Heechul no me ha entregado dulces... no es que tenga que hacerlo, no es su obligación...- sonrió apenado- es más creo que no le agrado mucho... cierto. ¿Dijiste que tu has hecho esa música?- Sungmin asintió con la cabeza- tienes buena voz... a mi me gusta mucho la música, solía cantar mucho en el grupo cristiano de mi comunidad...- sonrió sereno
- Ah... eres religioso, eso es... interesante- sonrió nervioso, sospechaba de los planes de su amigo- bueno si Chula no te ha dado anda no tardará. Espero no te incomode, luego vendrán los demás a presentarse. Bueno debo irme, trabajo en una tienda de dulces y me despedirán si no voy... un gusto Siwie...!!- gritó alejándose. Ese chico se le hacía raro, era feliz y todo pero en sus ojos escondía algo. Pensó Siwon antes de colocarse una de las paletas de caramelo que le había regalado su vecino.
Pasaron las horas y parecía haber mucho movimiento en los pasillos, Siwon alcanzó a escuchar a Heechul hablar con Sungmin, hablaban de una reunión en la terraza del edificio, nombraban a otros dos chicos del mismo edificio y que pronto vendrían, primero se detuvo y se acercó a su puerta a escucharlos, peor luego se dio cuenta de que eso no estaba bien. No era bueno espiar a los demás. Para ser sinceros, el nunca lo había hecho antes. Cuando el silencio invadió por completo el pasillo Siwon no pudo más y subió a la terraza. Encontrándose con los dos vecinos que ya conocía y otros dos de aspecto feminoide al igual que Heechul y Sungmin. No se acercó solo se quedó ahí quieto, tratando de escucharlos.
- Bien Ryeowook, debemos planificar tu siguiente cita...- dijo Heechul mientras le tomaba del hombro a un chico de apariencia frágil- sé que eres tímido pero si realmente haz salido, entonces tienes que a acostumbrarte a la vida de un chico gay- al escuchar esto Siwon retrocedió aterrado. Después de todo ese Kim Heechul si era gay y peor aún era corruptor de menores. Aunque el también se veía bastante joven
- Si, Chula tiene razón. Hoy te presentaré a uno de mis ex enamorados. Es amable y todo, de seguro y te gusta. ¿Qué dices?- agregó Sungmin mientras tomaba un jugo de fresa- es un poco hiperactivo pero te va a gustar, tiene un hermoso cuerpo... por cierto, Chula ¿Te has fijado en esos abdominales que se maneja el nuevo?- sonrió Sungminie- no es que sea pervertido, es solo que su pijama era muy pegada...- agregó al notar cierta molestia en Heechul.- ¿No te agrada?
- Me da igual...- se limitó a decir Heechul mientras tomaba un poco de su taza, al parecer era café. Siwon se sintió ofendido ante la respuesta más que con el comentario de su cuerpo. Sin embargo se juró no volver a salir en pijama al pasadizo hasta comprarse pijamas más holgadas.- Teukie, ¿Tu no tienes a alguien con quien podamos hacerle salir Wookie?
- uhm...- el chico que hasta ahora había permanecido en silencio con una gran sonrisa miró su reloj- saben que me gustan los hombres rudos, ¿Creen que uno así sería lo indicado para un principiante como Wookie? Creo que el sadomasoquismo no va con el- ante sus palabras Wookie se sonrojó, al igual que Siwon que empezaba a pensar a salir corriendo de aquel edificio al día siguiente. A Sungminie se le dibujo una sonrisa burlona en la cara mientras que a Heechul parecía aparecerle una enorme gota sobre la cabeza
- Por favor, si tuviéramos que hablar de enamorados, yo te puedo dar una cátedra... ah, me pregunto si deberíamos reunirnos todos los días aquí para hablar sobre nuestros ex hasta que Wookie se sienta más en confianza antes de hacerlo salir como un pollito que recién rompe el cascaron...
- yo opto por eso...- dijo Teukie, a lo que Sungminie y Wookie alzaron las manos para demostrar su total acuerdo. Todos rieron un poco más y hablaron durantes algunas horas sobre ropa. Y temas triviales, sobre como sería al día siguiente y quien empezaría a contar. Una vez que la noche cayó sobre ellos todos empezaron a levantar sus cosas para ir a sus respectivos departamentos. Siwon corrió lo más rápido posible hasta su departamento. Moriría si se enteraban que los había espiado. Se dejó caer sobre su sofá e intentó dormir, peor lo único que pasaba por su cabeza era volver al día siguiente a escuchar a esos cuatro hablar de ese tipo de relaciones amorosas, esas que en su familia estaban prohibidas.
Continuará...
*O* lo ame lo ame lo ame!!!!!
ResponderEliminarKiero mas caps!!!
x3x3x3x3
mi chula!!!!
de verdad me encanto el fic ... insisto me he perdido la mitad de mi vida por no leer este fic ..
Muak!
Te kelo ^^
hayyyyyyyyy que finoooo =O.... amo tus historias me encantan de pana cuao siguen lo otros capitulos
ResponderEliminarmuy buenon, lo seguire leyendo
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