Titulo: Sex & Candy (AKA Sendy)
Capitulo: 14
Fandom: Super Junior, SHINee, TRAX
Parejas: Sichul / Varias
Clasificación: Angst / Au / Lemon
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
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Capitulo 14:
Su sonrisa era perfecta, sus ojos hermosos y su piel tan clara como el cielo de aquella mañana; Eunhyuk sonrió tímido, después de mucho se había animado a pedirle una cita a aquella hermosa chica que siempre frecuentaba la tienda de dulces. Era exactamente su tipo, siempre usaba rosa y tenía esa actitud de lolita que tanto amaba en otra personas. Aquella mañana no era diferente, vestía un hermoso vestido rosa con un lazo blanco a la cintura, sus cabellos algo cortos y teñidos de rubio eran adornados por un ganchito blanco y sus labios estaban bien coloreados del color de su vestido.
Eun se sentía tímido pero la mirada inocente de su acompañante empezaba a tranquilizarlo. Él le sonrió de vuelta y empezó a tomar su jugo de naranja, mientras ella comía delicadamente un mousse de fresa. El silencio se prolongó y luego de dos horas la única frase que salió de los labios del otro fue: “Hace buen tiempo hoy” ella sonrió algo desilusionada, pero aparentó estar muy cómoda.
-Sung Hee...- dijo de nuevo él, intentando controlar sus sentidos- que bonito nombre...
-Gracias, el tuyo también es bonito- miró de reojo a otras chicas que miraban a su cita, ciertamente Eunhyuk era alguien muy codiciado- Dime, ¿Tienes novia?- preguntó jugando con el sorbete de su helado.
-No... te gusta mucho el dulce... como a mi mejor amigo, sabes que el adora también vestir de rosa- ella lo miró sorprendida, pero solo sonrió esperando más palabras de él- Sungmin... así se llama, trabaja conmigo. Ciertamente ustedes dos se parecen... las personas así son muy agradables. Él siempre me reta por llegar tarde, pero siempre es porque ando buscando un regalo o un dulce para dárselo. Ahora está saliendo con alguien, creo que se ven bien juntos...
-Eunhyuk...- dijo la chica algo enojada- llevamos casi tres horas sin hablar, pensé que era por timidez y una vez que abres la boca no deja de hablar de ese chico... me pondré celosa si continúas.
-Hasta en eso se parecen...- sonrió gracioso el mono. Pero por más que ella le advirtió él no dejó de hablar de su mejor amigo. Y habló y habló de él, sin parar, sin dejar que la otra pudiera hacer algún comentarios. Y por más que en su rostro se dibujó el aburrimiento, ella mantuvo la sonrisa. Pero luego de dos horas más, sabiendo de memoria los detalles, virtudes y defectos de aquel Sungmin, llegó a su límite.
-¡BASTA!- gritó parándose de su silla muy alterada. El enojó en su rostro asustó al monito que a penas y pudo moverse evitar la cachetada de ella. – Eres gay... lo quieres a él... qué demonios me haces perder mi tiempo...- dijo antes de salir llorando del establecimiento. Eunhyuk se quedó sorprendido, no por su partida, sino por sus palabras. Eso no era verdad, él no era gay y mucho menos quería a Sugmin de esa manera. Pagó la cuenta y salió hacia su trabajo. Lo único que deseaba, por alguna razón, era ver a Sungmin.
**
Luego de aquel horrible encuentro con Hisae, Kibum se dedicó a estudiar y a escribir, tanto que hasta dejó de salir con los pocos amigos que tenía en la universidad. Sus sentidos estaban totalmente abstraídos en su estudio, ya no quería ni pensar en aquel chico perfecto que tanto daño le hacía. Ya había enfrentado a aquella chica que rechazó, le había pedido que por favor deje de decir que él estaba enamorado de Donghae, que eso no era cierto. Ella aprovechó el pánico y le pidió a cambio una cita. El cachetón no pudo negarse, como deseaba no haber aceptado aquel chantaje camuflado. Pero quizás ella podría hacerlo olvidar todo. Faltaba una hora, en una hora se reuniría con ella para almorzar y luego irían al cine. En aquella hora, solo quería distraerse en sus libros. Pero cómo hacerlo si no dejaba de pensar en las palabras de Hisae. Se recostó sobre su brazo y continuó leyendo aquel libro que tanto amaba: una historia de amor incomprensible.
-Disculpa... ¿Esta silla está ocupada?- preguntó alguien junto a él, Kibum solo miró las manos que señalaban la silla y entró en pánico, lentamente y con las mejillas coloradas empezó a levantar la mirada para encontrarse con la brillante y amable sonrisa de Donghae- Hola...- dijo sonriendo aún más.
-No, no está ocupada...- atinó a decir Kibum para quitar rápidamente su mochila.- miró a todos lados, la biblioteca estaba casi vacía. Entró en crisis pensando que Donghae lo buscaba para encararlo sobre aquellos rumores de que estaba enamorado de él.
-Gracias- sonrió de nuevo para luego concentrarse en leer su libro. Kibum no pudo volver a mirar su lectura, su respiración se agitó y mantuvo mirada pegada al chico de al lado.- ¿Sucede algo?- preguntó Donghae mirándolo directamente.
-Uhm... no nada, solo que nadie seme acerca así cuando la biblioteca está casi vacía. Pensé que te burlarías como la mayoría de personas. Pero solo quieres estudiar. Disculpa si te molesto.- volteando rápidamente hacia su libro, a decir verdad era la oración más larga que decía en la universidad. Pero Dongie lo hacía querer hablar y hablar, generaba una especie de confianza que Kibum no deseaba dejar de sentir, se sentía como en casa.
-Pues, no me gusta estar solo, como te vi aquí quise hacerte compañía... –sonriendo de una manera casi mágica- Te ves un poco solo. Nunca ha sido mi intención burlarme, ¿Por qué lo haría? ¿Otros lo hacen?- dicho esto Kibum bajó la cabeza, sí lo hacían y muy a menudo.
-Se burlan, dicen que soy... tu sabes... “diferente” al resto de chicos... pero bueno- sonrió pro primera vez, generando en Donghae un sentimiento inexplicable- Gracias por desear hacerme compañía.- luego Kibum continuó lenyendo. Ya no importaba si le quedaba una hora, deseaba quedarse ahí. Y el tiempo voló, para cuando estaba por acabar el libro entre sus manos Donghae le tocó el hombro.
-Este... ya van a cerrar la biblioteca...- señalando al hombre de seguridad que se acercaba para pedirles que se retiren.- Por cierto... Me llamo Donghae y tu eres Kibum ¿Verdad?
-Sí... ¿Cómo sabes mi nombre? – preguntó muy sorprendido a lo que el otro solo el sonrió y empezó a guardar sus cosas. Kibum se levantó de su asiento e imitó tal acción. Luego ambos caminaron hasta la puerta, en total silencio, pero sin dejar de mirarse.
-Por cierto...- dijo Donghae cuando se detuvo para despedirse- para mi no eres diferente a los demás chicos. Al igual que las demás personas, eres alguien valioso- dicho esto le regaló una ultima sonrisa y se despidió con la mano alzada. Kibum a penas y pudo controlar sus mejillas que ardieron ante sus palabras amables y calmadas, usualmente Donghae se veía muy hiperactivo con las demás personas, de esos chicos que molestaban a los demás, pero en aquel momento sintió que había conocido al verdadero Donghae. Cuanto más vio alejarse a quien amaba, empezaba a surgir en él la duda de si había sido un sueño o no. De repente el sonido de su celular lo hizo salir del trance.
-¿Oppa? Estas tarde... llevo horas esperándote...
-Lo siento, será otro día, debo estudiar... nos vemos.- dijo cortando la llamada para luego apagar su celular. No deseaba nada, solo vivir en aquel recuerdo tan fresco que tenía entre sus pensamientos. Corrió como pudo a casa para ponerse a escribir: Donghae siempre lo inspiraba.
**
A la mañana siguiente, Min woo andaba algo cabizbajo, había dormido muy poco pues Taemin estaba un poco enfermo, y se había pasado la noche en vela cuidando a su hermanito. Además no dejaba de mirar el celular, la llamada de Jay nunca llegó. Las calles se le hacían interminables, su cansancio a penas y lo dejaba caminar lento; sus cuerpo frágil se veía algo débil y su sonrisa estaba extinta.
-Hyung... ¿Estás bien?- preguntó Minho algo preocupado- Hyung....
-Uhm... ¡Ah! Tu.... ¡Pervertidor de menores!- gritó haciendo que las demás personas que estaban en la calle volteen a verlos.
-Hyung... yo también soy menor... perdóname, no es que yo, tú sabes, le amo... déjame verlo... ayer no me respondió las llamadas, y me estoy muriendo.- suplicó Minho.
-Está enfermo, por eso no te ha contestado... no hagas drama y acompáñame a comprar su medicina, luego podrás verlo y cuidarlo... mientras yo voy a trabajar...
-Hyung te ves muy cansado, deberías descansar... Mi Tae está enfermo- asimilando la información.
-Cálmate, es una gripe que se ha complicado un poco, nada que buena medicina no pueda curar... yo necesito trabajar... sino quien paga los gastos...
-Mi papá puede... si me caos con Tae...- Min Woo tomo todas sus fuerzas para lanzarle un cocacho a Minho- Hyung, eso dolió...
-Piensa lo que dices... tu dices las cosas como si fuera tan simple... casarse, son unos niños, además que te hace pensar que tu padre aceptará que te gustan los chicos.
-Tae se ve muy lindo en ropa de mujer...- dijo pícaro Minho a lo que recibió otro cocacho por parte del mayor- Ouch... pero, Hyung, mi padre ya lo sabe...
Min Woo no volvió a decir más, caminó rápido hasta el centro de salud para comprar los medicamentos que el doctor le había recetado a su hermanito. Mientras esperaba en la fila divisó a Jay, salía con varios moretones en su rostro y un brazo vendado, el chico rubio dejó a Minho en la fila y corrió a ver que le había sucedido a su príncipe. Sentía que su vida se iba mientras se acercaba, Jay se veía muy lastimado, pero más que eso, se veía triste.
-¿Jay? ¿Qué te sucedió?- preguntó alarmado ni bien llegó a su lado.
-Min Woo... que sorpresa, pues choque mi moto. Pero solo son golpes, nada serio.- intentó sonreír Jay. Min Woo no dijo más llevó una de sus delicadas manos hacia un golpe en la frente del otro y la acarició un poco. Jay no sintió dolor, sintió confusión.-Estoy bien... en verdad.
-¡Hyung! Necesito la receta de mi Tae...- gritó Minho desde la fila.
-Ve tu novio espera...- dijo Jay para empezar a alejarse.
-No es mi novio...- dijo Min Woo deteniéndolo- yo no he tenido novio desde la secundaria... es el novio de mi hermano, que está enfermo, espero que estés mejor y puedas llamarme, tenemos una charla pendiente- sonrió amable el rubio.
-Lo siento...- susurró Jay- yo no puedo llamarte, no consigo sacar a Rella de mi corazón, no quiero que te hagas ilusiones, yo no deseo utilizarte... adiós...- la palabras de Jay no dejaron de ser amables, pero tampoco dejaron de ser hirientes. Era obvio el interés de Min woo por Jay, pero este simplemente lo estaba rechazando de la manera más amable posible.
**
Ryeowook y Yesung estaban en su departamento, totalmente en silencio, la primera vez para Wookie había sido perfecta, pero en Yesung había generado una especie de culpa, como que se culpaba por haberle hecho perder su virginidad de una manera tan simple.
-Voy a salir de compras con Heechul y Siwon, ¿Deseas venir?- preguntó Ryeowook mientras se sentaba sobre las piernas del otro. Este dio un pequeño salto al salir de sus pensamientos pero se encontró con la amplia sonrisa de su novio, quien le pedía un beso.
-Sabes que no me gusta salir con ellos... me gusta estar contigo- rodeo con sus brazos la cintura del otro que solo soltó un suspiro ante la fricción de sus cuerpo.- Quédate, ¿Si?
-Una promesa es una promesa, trataré de volver lo antes posible. ¿Está bien?
-Perfecto...- dijo Yesung para luego robarle un beso a su pequeño.
Ryeowook, se alistó rápidamente y salió al encuentro con Rella y Siwon. Pero al caminar hacia el departamento del primero, se encontró con un chico bastante alto y algo parecido a Siwon. Se le quedó mirando en silencio, su seriedad deslumbraba, pero también contrastaba con la tristeza en sus ojos. Parecía alguien muy solo. Le hizo una venia y caminó hasta la puerta de Rell, encontrándose con que aquel chico también iba al mismo lugar.
-¿Tu eres Ryeoowok?- preguntó con una sonrisa en sus labios.
-Si... ¿Vienes a buscar a Chula?- manteniendo la misma sonrisa
-Pues me ha invitado a ir de compras... Soy Zhou Mi, vivo también en este edificio.- hizo una venia, Ryeowook se deslumbró. Solo eso, pues amaba a su Yesung.
**
Un suspiro ahogado invadió el departamento, Henry mordió sus labios con fuerza cuando sintió el cuerpo de Hannie moverse en su interior. Sus ojos derramaron unas cuantas lágrimas al sentir que el otro también lloraba. Pero ya no importaba, el mismo lo había buscado.
Todo empezó cuando Henry volvió de comprar el desayuno, y de casualidad encontró a Hannie bañándose, no pudo evitarlo, se quitó la ropa y se unió con el en la ducha. Hannie no se negó, tampoco sonrió solo dejó que las manos del menor recorran su cuerpo desnudo, despertando de a pocos sus deseos. Luego el agua los incomodó y de beso en beso llegaron a la cama. Sin palabras de amor, sin sentimientos. Solo una persona atormentada por la muerte de su padre, y una persona atormentada por un amor no correspondido. Hannie fue rápido, no preparó el momento, solo entró salvajemente en el menor, desgarrando un poco su entrada, manchando con un poco de sangre las sabanas testigos de su encuentro. Un suspiro ahogado invadió el departamento, Henry mordió sus labios con fuerza cuando sintió el cuerpo de Hannie moverse en su interior. Sus ojos derramaron unas cuantas lágrimas al sentir que el otro también lloraba. Pero ya no importaba, el mismo lo había buscado.
-Henry...- susurró Hangeng mientras el otro intentaba calmar los espasmos que habían dejado las actividades previas. Cerró los ojos para calmar su respiración, quizás para soportar alguna palabra hiriente del otro- Henry...- volvió a repetir Hangeng mientras se aferraba al cuerpo del otro- Lo siento... Henry... yo...- al escuchas aquello Henry abrió los ojos rápidamente, su corazón latió mucho más rápido. Sus miradas se encontraron y por alguna razón, ya no había rencor en los ojos del mayor- wo ai ni...- le dijo mientras lloraba. Henry empezó a llorar también, pero de felicidad, Hangeng finalmente le había dicho que lo amaba y eso lo llenaba de felicidad.
-Wo ai ni Hangeng...- dijo antes de robarle un beso. No había nada que perdonar, solo deseaba escuchar eso de su Hannie, y finalmente lo había logrado, había conseguido que el mayor lo ame. Y el beso no se detuvo, ambos se abrazaron fuertemente y se quedaron así durante el resto del día. Perdonando el uno al otro, perdonándose a sí mismos por sentir tanto y decir tan poco.
Continuará....
Su sonrisa era perfecta, sus ojos hermosos y su piel tan clara como el cielo de aquella mañana; Eunhyuk sonrió tímido, después de mucho se había animado a pedirle una cita a aquella hermosa chica que siempre frecuentaba la tienda de dulces. Era exactamente su tipo, siempre usaba rosa y tenía esa actitud de lolita que tanto amaba en otra personas. Aquella mañana no era diferente, vestía un hermoso vestido rosa con un lazo blanco a la cintura, sus cabellos algo cortos y teñidos de rubio eran adornados por un ganchito blanco y sus labios estaban bien coloreados del color de su vestido.
Eun se sentía tímido pero la mirada inocente de su acompañante empezaba a tranquilizarlo. Él le sonrió de vuelta y empezó a tomar su jugo de naranja, mientras ella comía delicadamente un mousse de fresa. El silencio se prolongó y luego de dos horas la única frase que salió de los labios del otro fue: “Hace buen tiempo hoy” ella sonrió algo desilusionada, pero aparentó estar muy cómoda.
-Sung Hee...- dijo de nuevo él, intentando controlar sus sentidos- que bonito nombre...
-Gracias, el tuyo también es bonito- miró de reojo a otras chicas que miraban a su cita, ciertamente Eunhyuk era alguien muy codiciado- Dime, ¿Tienes novia?- preguntó jugando con el sorbete de su helado.
-No... te gusta mucho el dulce... como a mi mejor amigo, sabes que el adora también vestir de rosa- ella lo miró sorprendida, pero solo sonrió esperando más palabras de él- Sungmin... así se llama, trabaja conmigo. Ciertamente ustedes dos se parecen... las personas así son muy agradables. Él siempre me reta por llegar tarde, pero siempre es porque ando buscando un regalo o un dulce para dárselo. Ahora está saliendo con alguien, creo que se ven bien juntos...
-Eunhyuk...- dijo la chica algo enojada- llevamos casi tres horas sin hablar, pensé que era por timidez y una vez que abres la boca no deja de hablar de ese chico... me pondré celosa si continúas.
-Hasta en eso se parecen...- sonrió gracioso el mono. Pero por más que ella le advirtió él no dejó de hablar de su mejor amigo. Y habló y habló de él, sin parar, sin dejar que la otra pudiera hacer algún comentarios. Y por más que en su rostro se dibujó el aburrimiento, ella mantuvo la sonrisa. Pero luego de dos horas más, sabiendo de memoria los detalles, virtudes y defectos de aquel Sungmin, llegó a su límite.
-¡BASTA!- gritó parándose de su silla muy alterada. El enojó en su rostro asustó al monito que a penas y pudo moverse evitar la cachetada de ella. – Eres gay... lo quieres a él... qué demonios me haces perder mi tiempo...- dijo antes de salir llorando del establecimiento. Eunhyuk se quedó sorprendido, no por su partida, sino por sus palabras. Eso no era verdad, él no era gay y mucho menos quería a Sugmin de esa manera. Pagó la cuenta y salió hacia su trabajo. Lo único que deseaba, por alguna razón, era ver a Sungmin.
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Luego de aquel horrible encuentro con Hisae, Kibum se dedicó a estudiar y a escribir, tanto que hasta dejó de salir con los pocos amigos que tenía en la universidad. Sus sentidos estaban totalmente abstraídos en su estudio, ya no quería ni pensar en aquel chico perfecto que tanto daño le hacía. Ya había enfrentado a aquella chica que rechazó, le había pedido que por favor deje de decir que él estaba enamorado de Donghae, que eso no era cierto. Ella aprovechó el pánico y le pidió a cambio una cita. El cachetón no pudo negarse, como deseaba no haber aceptado aquel chantaje camuflado. Pero quizás ella podría hacerlo olvidar todo. Faltaba una hora, en una hora se reuniría con ella para almorzar y luego irían al cine. En aquella hora, solo quería distraerse en sus libros. Pero cómo hacerlo si no dejaba de pensar en las palabras de Hisae. Se recostó sobre su brazo y continuó leyendo aquel libro que tanto amaba: una historia de amor incomprensible.
-Disculpa... ¿Esta silla está ocupada?- preguntó alguien junto a él, Kibum solo miró las manos que señalaban la silla y entró en pánico, lentamente y con las mejillas coloradas empezó a levantar la mirada para encontrarse con la brillante y amable sonrisa de Donghae- Hola...- dijo sonriendo aún más.
-No, no está ocupada...- atinó a decir Kibum para quitar rápidamente su mochila.- miró a todos lados, la biblioteca estaba casi vacía. Entró en crisis pensando que Donghae lo buscaba para encararlo sobre aquellos rumores de que estaba enamorado de él.
-Gracias- sonrió de nuevo para luego concentrarse en leer su libro. Kibum no pudo volver a mirar su lectura, su respiración se agitó y mantuvo mirada pegada al chico de al lado.- ¿Sucede algo?- preguntó Donghae mirándolo directamente.
-Uhm... no nada, solo que nadie seme acerca así cuando la biblioteca está casi vacía. Pensé que te burlarías como la mayoría de personas. Pero solo quieres estudiar. Disculpa si te molesto.- volteando rápidamente hacia su libro, a decir verdad era la oración más larga que decía en la universidad. Pero Dongie lo hacía querer hablar y hablar, generaba una especie de confianza que Kibum no deseaba dejar de sentir, se sentía como en casa.
-Pues, no me gusta estar solo, como te vi aquí quise hacerte compañía... –sonriendo de una manera casi mágica- Te ves un poco solo. Nunca ha sido mi intención burlarme, ¿Por qué lo haría? ¿Otros lo hacen?- dicho esto Kibum bajó la cabeza, sí lo hacían y muy a menudo.
-Se burlan, dicen que soy... tu sabes... “diferente” al resto de chicos... pero bueno- sonrió pro primera vez, generando en Donghae un sentimiento inexplicable- Gracias por desear hacerme compañía.- luego Kibum continuó lenyendo. Ya no importaba si le quedaba una hora, deseaba quedarse ahí. Y el tiempo voló, para cuando estaba por acabar el libro entre sus manos Donghae le tocó el hombro.
-Este... ya van a cerrar la biblioteca...- señalando al hombre de seguridad que se acercaba para pedirles que se retiren.- Por cierto... Me llamo Donghae y tu eres Kibum ¿Verdad?
-Sí... ¿Cómo sabes mi nombre? – preguntó muy sorprendido a lo que el otro solo el sonrió y empezó a guardar sus cosas. Kibum se levantó de su asiento e imitó tal acción. Luego ambos caminaron hasta la puerta, en total silencio, pero sin dejar de mirarse.
-Por cierto...- dijo Donghae cuando se detuvo para despedirse- para mi no eres diferente a los demás chicos. Al igual que las demás personas, eres alguien valioso- dicho esto le regaló una ultima sonrisa y se despidió con la mano alzada. Kibum a penas y pudo controlar sus mejillas que ardieron ante sus palabras amables y calmadas, usualmente Donghae se veía muy hiperactivo con las demás personas, de esos chicos que molestaban a los demás, pero en aquel momento sintió que había conocido al verdadero Donghae. Cuanto más vio alejarse a quien amaba, empezaba a surgir en él la duda de si había sido un sueño o no. De repente el sonido de su celular lo hizo salir del trance.
-¿Oppa? Estas tarde... llevo horas esperándote...
-Lo siento, será otro día, debo estudiar... nos vemos.- dijo cortando la llamada para luego apagar su celular. No deseaba nada, solo vivir en aquel recuerdo tan fresco que tenía entre sus pensamientos. Corrió como pudo a casa para ponerse a escribir: Donghae siempre lo inspiraba.
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A la mañana siguiente, Min woo andaba algo cabizbajo, había dormido muy poco pues Taemin estaba un poco enfermo, y se había pasado la noche en vela cuidando a su hermanito. Además no dejaba de mirar el celular, la llamada de Jay nunca llegó. Las calles se le hacían interminables, su cansancio a penas y lo dejaba caminar lento; sus cuerpo frágil se veía algo débil y su sonrisa estaba extinta.
-Hyung... ¿Estás bien?- preguntó Minho algo preocupado- Hyung....
-Uhm... ¡Ah! Tu.... ¡Pervertidor de menores!- gritó haciendo que las demás personas que estaban en la calle volteen a verlos.
-Hyung... yo también soy menor... perdóname, no es que yo, tú sabes, le amo... déjame verlo... ayer no me respondió las llamadas, y me estoy muriendo.- suplicó Minho.
-Está enfermo, por eso no te ha contestado... no hagas drama y acompáñame a comprar su medicina, luego podrás verlo y cuidarlo... mientras yo voy a trabajar...
-Hyung te ves muy cansado, deberías descansar... Mi Tae está enfermo- asimilando la información.
-Cálmate, es una gripe que se ha complicado un poco, nada que buena medicina no pueda curar... yo necesito trabajar... sino quien paga los gastos...
-Mi papá puede... si me caos con Tae...- Min Woo tomo todas sus fuerzas para lanzarle un cocacho a Minho- Hyung, eso dolió...
-Piensa lo que dices... tu dices las cosas como si fuera tan simple... casarse, son unos niños, además que te hace pensar que tu padre aceptará que te gustan los chicos.
-Tae se ve muy lindo en ropa de mujer...- dijo pícaro Minho a lo que recibió otro cocacho por parte del mayor- Ouch... pero, Hyung, mi padre ya lo sabe...
Min Woo no volvió a decir más, caminó rápido hasta el centro de salud para comprar los medicamentos que el doctor le había recetado a su hermanito. Mientras esperaba en la fila divisó a Jay, salía con varios moretones en su rostro y un brazo vendado, el chico rubio dejó a Minho en la fila y corrió a ver que le había sucedido a su príncipe. Sentía que su vida se iba mientras se acercaba, Jay se veía muy lastimado, pero más que eso, se veía triste.
-¿Jay? ¿Qué te sucedió?- preguntó alarmado ni bien llegó a su lado.
-Min Woo... que sorpresa, pues choque mi moto. Pero solo son golpes, nada serio.- intentó sonreír Jay. Min Woo no dijo más llevó una de sus delicadas manos hacia un golpe en la frente del otro y la acarició un poco. Jay no sintió dolor, sintió confusión.-Estoy bien... en verdad.
-¡Hyung! Necesito la receta de mi Tae...- gritó Minho desde la fila.
-Ve tu novio espera...- dijo Jay para empezar a alejarse.
-No es mi novio...- dijo Min Woo deteniéndolo- yo no he tenido novio desde la secundaria... es el novio de mi hermano, que está enfermo, espero que estés mejor y puedas llamarme, tenemos una charla pendiente- sonrió amable el rubio.
-Lo siento...- susurró Jay- yo no puedo llamarte, no consigo sacar a Rella de mi corazón, no quiero que te hagas ilusiones, yo no deseo utilizarte... adiós...- la palabras de Jay no dejaron de ser amables, pero tampoco dejaron de ser hirientes. Era obvio el interés de Min woo por Jay, pero este simplemente lo estaba rechazando de la manera más amable posible.
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Ryeowook y Yesung estaban en su departamento, totalmente en silencio, la primera vez para Wookie había sido perfecta, pero en Yesung había generado una especie de culpa, como que se culpaba por haberle hecho perder su virginidad de una manera tan simple.
-Voy a salir de compras con Heechul y Siwon, ¿Deseas venir?- preguntó Ryeowook mientras se sentaba sobre las piernas del otro. Este dio un pequeño salto al salir de sus pensamientos pero se encontró con la amplia sonrisa de su novio, quien le pedía un beso.
-Sabes que no me gusta salir con ellos... me gusta estar contigo- rodeo con sus brazos la cintura del otro que solo soltó un suspiro ante la fricción de sus cuerpo.- Quédate, ¿Si?
-Una promesa es una promesa, trataré de volver lo antes posible. ¿Está bien?
-Perfecto...- dijo Yesung para luego robarle un beso a su pequeño.
Ryeowook, se alistó rápidamente y salió al encuentro con Rella y Siwon. Pero al caminar hacia el departamento del primero, se encontró con un chico bastante alto y algo parecido a Siwon. Se le quedó mirando en silencio, su seriedad deslumbraba, pero también contrastaba con la tristeza en sus ojos. Parecía alguien muy solo. Le hizo una venia y caminó hasta la puerta de Rell, encontrándose con que aquel chico también iba al mismo lugar.
-¿Tu eres Ryeoowok?- preguntó con una sonrisa en sus labios.
-Si... ¿Vienes a buscar a Chula?- manteniendo la misma sonrisa
-Pues me ha invitado a ir de compras... Soy Zhou Mi, vivo también en este edificio.- hizo una venia, Ryeowook se deslumbró. Solo eso, pues amaba a su Yesung.
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Un suspiro ahogado invadió el departamento, Henry mordió sus labios con fuerza cuando sintió el cuerpo de Hannie moverse en su interior. Sus ojos derramaron unas cuantas lágrimas al sentir que el otro también lloraba. Pero ya no importaba, el mismo lo había buscado.
Todo empezó cuando Henry volvió de comprar el desayuno, y de casualidad encontró a Hannie bañándose, no pudo evitarlo, se quitó la ropa y se unió con el en la ducha. Hannie no se negó, tampoco sonrió solo dejó que las manos del menor recorran su cuerpo desnudo, despertando de a pocos sus deseos. Luego el agua los incomodó y de beso en beso llegaron a la cama. Sin palabras de amor, sin sentimientos. Solo una persona atormentada por la muerte de su padre, y una persona atormentada por un amor no correspondido. Hannie fue rápido, no preparó el momento, solo entró salvajemente en el menor, desgarrando un poco su entrada, manchando con un poco de sangre las sabanas testigos de su encuentro. Un suspiro ahogado invadió el departamento, Henry mordió sus labios con fuerza cuando sintió el cuerpo de Hannie moverse en su interior. Sus ojos derramaron unas cuantas lágrimas al sentir que el otro también lloraba. Pero ya no importaba, el mismo lo había buscado.
-Henry...- susurró Hangeng mientras el otro intentaba calmar los espasmos que habían dejado las actividades previas. Cerró los ojos para calmar su respiración, quizás para soportar alguna palabra hiriente del otro- Henry...- volvió a repetir Hangeng mientras se aferraba al cuerpo del otro- Lo siento... Henry... yo...- al escuchas aquello Henry abrió los ojos rápidamente, su corazón latió mucho más rápido. Sus miradas se encontraron y por alguna razón, ya no había rencor en los ojos del mayor- wo ai ni...- le dijo mientras lloraba. Henry empezó a llorar también, pero de felicidad, Hangeng finalmente le había dicho que lo amaba y eso lo llenaba de felicidad.
-Wo ai ni Hangeng...- dijo antes de robarle un beso. No había nada que perdonar, solo deseaba escuchar eso de su Hannie, y finalmente lo había logrado, había conseguido que el mayor lo ame. Y el beso no se detuvo, ambos se abrazaron fuertemente y se quedaron así durante el resto del día. Perdonando el uno al otro, perdonándose a sí mismos por sentir tanto y decir tan poco.
Continuará....
Es uno de los mejores capítulos! Hangeng y Henry! Awww!! morí de ternura :)
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