Titulo: Sex & Candy (AKA Sendy)
Capitulo: 17
Fandom: Super Junior, SHINee, TRAX
Parejas: Sichul / Varias
Clasificación: Angst / Au / Lemon
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
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Capitulo 17:
La noche pasó; lenta, solitaria y vacía. Un beso, luego dos; y de repente una lágrima. Jay se separó de Rose y empezó a llorar en silencio. Estaba confundido, estaba asustado, no quería volver a sentir aquello que aún no lograba superar con Rella. ¿Y si Rose también lo dejaba solo? ¿Y si luego se cansaba y lo abandonaba? No podría soportarlo dos veces, no podría; se sentía muy asustado, abrazó sus rodillas y en silencio ocultó su lloroso rostro en el abrazo que sus extremidades generaron. Rose lloraba también, esos besos no le gustaban; no eran reales, y dolía su falsedad. Pasaron los minutos y la oscura noche empezó a transformarse en madrugada, minuto tras minuto Rose sabía que estaba más lejos de Jay. Pero cómo hablar, qué preguntar; no tenía idea del por qué del rompimiento con Heechul, lo cierto es que casi no conocía esa faceta de Jay. Para cuando el sol empezó a salir y la habitación empezó a iluminarse Jay se paró del sofá y caminó hasta la cocina; preparó una taza de café mientras la rosa lo observaba.
-Incluso cuando duele tanto, cuando siento que muero de a pocos… debo seguir respirando entre todos aquellos que caminan en las calles… Heechul me ha destruido por completo, ¿Estas seguro de amarme así?
-No lo sé… ¿Por qué una persona tan sensible le busca tanta lógica a un sentimiento? Los sentimientos no se entienden solo se llevan en el alma.- respondió Rose delineando sus labios con un tono rosa- No vuelvas a pedirme – le advirtió mientras se levantaba del sofá.
-Deja ese trabajo… tu no eres de esos chicos.- Le detuvo Jay- Deja ese trabajo, ¿Qué ejemplo le das a tu hermano trabajando de esta manera?
-No me juzgues…- la rosa le desafió con la mirada- Nada sabes de mí… nada.- acercándose amenazante.
-Si necesitas ayuda puedes pedírmela… repito, tu hermano no recibe ningún ejemplo bueno de ese empleo.- acercándose a la rosa que no cambió en ningún momento su expresión.
-Repito, nada sabes de mí, sólo deja de meterte en mis asuntos como si lo supieras todo… si quieres llorar a Heechul toda tu vida entonces busca a RS y no a mí.- dicho esto Rose salió del departamento azotando la puerta al salir.
Estaba muy enojado, no deseaba su ayuda, deseaba su amor. Secó sus lágrimas mientras bajaba en el elevador. Se sentía muy solo. Cierto, era un mal ejemplo para Taemin, pero él pequeño no debía enterarse; él sólo debía preocuparse por estudiar y ser feliz. Eso pensaba el hermano mayor. Una vez que las puertas del elevador se abrieron por completo Rose dibujó una sonrisa falsa en sus labios y caminó a casa.
Al llegar a casa encontró a Taemin durmiendo en el sofá, tenía entre sus manos un libro. Al parecer se había quedado estudiando hasta tarde. Rose tomó una manta y le cubrió, era sábado así que lo dejaría dormir hasta tarde. Dio vueltas en el departamento buscando algo que hacer mientras jugaba con su taza de café.
***
La mañana avanzaba lenta para Jay, no se había cambiado, solo se había colocado unas gafas para ocultar sus ojos rojos. Mientras caminaba por las calles iba delineando sus labios, aún sentía aquellos besos. Un vacío empezaba a aparecer en su estómago pero quería no darle importancia; lo cierto era que tenía miedo de lo que estaba empezando a sentir. No quería ser lastimado de nuevo, lo mejor era dejar de buscar a Rose. Pero cómo dejarlo continuar con aquel trabajo, tenía miedo y se llenaba de impotencia al sentir que otro hombre podría tocarlo. Deseaba con toda su alma protegerlo de cualquier enfermo o de cualquier enfermedad. En medio de su desesperación no se percató de que Heechul y Siwon venían en dirección opuesta. Estaba tan ensimismado que pasó de largo ante los dos que estaban atónitos al verlo. Pero Rella quería a su amigo de vuelta y por inercia lo detuvo del brazo. Lastimando un poco la seguridad de Siwon.
-Jay…- susurró mientras el nombrado volteaba descuidado a mirar quien lo detenía.
-Rella…- susurró de vuelta al encontrarse con los ojos de la princesa. Sus ojos se iluminaron por un segundo hasta que notó que Siwon estaba al lado- Siwon…- dijo para sí
-Jay… íbamos a tomar un café, ¿Nos acompañas?- preguntó Rella intentando sonreír.
-¿Planeas fingir que nada ha pasado?- soltándose bruscamente de las manos de Heechul- déjenme solo… solo aléjate, si planeas ser de nuevo mi amigo… dame tiempo porque yo no puedo fingir que nada pasó…- Jay desafió a Siwon con la mirada y continuó caminando. Pero a mitad de camino se detuvo en seco y rápidamente se abalanzó sobre el príncipe para golpearlo en la cara.
Siwon se limpió el labio que había empezado a sangrar y devolvió el golpe, fue así como ambos empezaron a pelear como dos animales. Heechul intentaba detenerlos con gritos y amenazas pero ambos lo ignoraron por completo. Esa era su pelea, la pelea por Rella. Hicieron tal escándalo que a los pocos minutos mucha gente los rodeaba y alentaban la pelea. Heechul se enojó mucho y los dejo solos.
Por él podían matarse, estaba muy enojado; odiaba las peleas, mientras se alejaba fue recordando aquella pelea que tuvo con aquel amigo que perdió tiempo atrás. Aquel amigo que una vez se enamoró de Jay, pero que decidió dejar sus sentimientos de lado por la amistad que tenía con Heechul. Aquel amigo que dejó ir para alejar su culpa. Aquel Donghae del que nada sabía ahora. Una vez en el departamento Heechul se sentó en su piano y empezó a tocar aquella melodía, aquella que solía cantar con su ex amigo. Y mientras sus dedos se deslizaban en las teclas, sus pensamientos se deslizaban entre sus recuerdos.
Todo empezó luego de que se fue a vivir con Jay. Donghae era uno de sus mejores amigos y al enterarse de que la princesa había sido echado de casa fue a ayudarlos en aquella fría noche en la que los golpes de sus padres casi los matan. Donghae siempre apoyó a Heechul, desde la primera vez en la que le confesó que le gustaban los chicos. Pero Donghae nunca dijo que era lo que pasaba con él, nunca lo dijo, ni siquiera en el momento más crítico de aquella amistad rota por un corazón que en silencio se sintió traicionado. Desde aquel día los tres empezaron a vivir en un pequeño departamento, los tres se mantenían vivos gracias a aquel sueño compartido que tenían: la música.
**
Mientras tanto en la calle, cuando las fuerzas se le acababan a Simba y a Jay alcanzaron a ver que la princesa ya no estaba. Jay se desesperó por ir a buscarlo, pues sabía de su odio a las peleas pero no pudo escapar ya que alguien había Llamado a la policía y arrestaron a los dos por disturbios en la vía pública.
Una vez en la carceleta, Jay se dejó caer en el suelo y abrazó sus rodillas. Mientras Siwon intentaba localizar a su padre para que lo saque de aquel lugar. Era una vergüenza total para su familia, lo sabía; pero también era la primera vez que sucedía. Estaba seguro de que su padre lo comprendería.
-Oye “hijito de papá…” en lugar de llamar a tus contactos, deberías llamar a tu novio, debe estar muy mal…- dijo Jay mientras perdía su mirada en algún punto fijo del techo.- La princesa odia las peleas ¿Lo sabias? Apuesto a que no… y así te eligió…- sonrió melancólico mientras continuaba mirando la pared, cómo si estuviera recordando algo doloroso.
-No lo sabía…- respondió preocupado Siwon, colgó el celular cuando su padre contestó; no quería preocuparlo, ya luego vería como salir de aquel lugar. Pero su padre volvió a llamar- Hola papá… disculpa es que me equivoqué de número, siento haberte molestado…- intentaba tranquilizar su voz mientras Jay lo miraba fijamente- Sí papá… ¿Mi novia? Ah… papá debo irme… sí, el domingo, nos vemos…- una vez que colgó el celular volvió su mirada hacia Jay- ¿Por qué odia las peleas?
-Eso es algo que él te debe contar, lo cierto es que Heechul no es una persona simple; alguien como tú no debería ser tan iluso… se nota que tienes una vida perfecta, con una familia perfecta y hasta tradicional… no me sorprendería que tengas prometida y toda la cosa… apuesto a que tus padres no saben que eres gay ¿Me equivoco?- Siwon negó con la cabeza- Debe ser difícil… el hijo perfecto no quiere chicas, quiere chicos… tus padres van a sufrir mucho. Lo digo por experiencia.
-Si dices que Heechul odia las peleas ¿Por qué me has golpeado? Tú empezaste…- respondió Siwon intentando evadir la conversación sobre sus padres.- Yo usualmente soy alguien muy tranquilo.
-Me cegué… más que las peleas, Heechul odia la violencia. Y yo también soy tranquilo, La culpa ha sido de Rella… esto también te lo digo por experiencia, él único capaz de soportar todos esos juegos de la princesa soy yo; sé tanto de él… ¿Te crees capaz de poder competir contra un pasado juntos? Son años de años los que viví a su lado, lo conozco como la palma de mi mano, no eres más que su nuevo juguete; luego se cansará y te dejará como a mí.
-Es un riesgo que he decidido aceptar, además no lo conozco tanto como tú; pero estoy dispuesto a hacerlo… tienes razón cuando dices que Heechul no es alguien simple, lo cierto es que es complicado, pero eso me hace quererlo incluso si me lastima; quiero estar a su lado.
**
En el departamento de Yesung y Ryeowook todo parecía muy normal, hasta que Mimi se apareció en la puerta. Estaba repartiendo unos dulces chinos que había hecho y quería darle algunos en forma de agradecimiento a Wookie por la salida de la vez pasada. Wookie le invitó a pasar para tomar un té juntos. Ni bien entró sintió la mirada asesina de Yesung, ciertamente se veía gracioso con esa cara “intimidante” como un león que defiende su territorio.
-Disculpen las molestias… - dijo algo intimidado el invitado.
-Descuida, Yesung sé amable…- sonrió dulcemente Ryeowook mientras le estiraba lso cachetes a su novio para hacerlo cambiar de expresión. Como este no cambió en nada, el más tímido le plantó un beso en los labios y luego le susurro que lo quería. De repente el rostro de Yesung se volvió roja como una manzana y refunfuñando se fue a su habitación- Debes disculparlo, es que… es bastante celoso.
-Descuida… sé lo que es eso.- sonrió Mimi mientras tomaba el té.- Te quiero pedir un favor, espero que no sea mucha molestia…
-Claro, Claro…- sonrió Wookie- Dime
-Es que Henry… bueno no lo he visto y quería saber si está bien, si tu sabes algo o si puedes ir a verlo… yo no puedo.
-¿No puedes? ¿Se han peleado? Ay, tan lindos que se ven como pareja…
-¡Ah! No, no somos pareja… somos amigos… no nos peleamos es que sucedió algo y bueno… necesito saber que las cosas van bien con él, como te digo no lo veo desde aquello y bueno… estoy preocupado, conozco a Hangeng y tengo miedo… no sé.
-¿Hannie? ¿Henry anda con Hannie? Ah eso es nuevo… Bueno iré a visitarlos luego, y de ahí te veo en la terraza para contarte, ¿Si? Aunque soy de la idea de que deberías ir a buscarlo, sea lo que sea que haya pasado, creo que tienen una amistad muy linda; no deben perderla...
**
Había sol, pero por alguna razón, aquel día sentía frío. Donghae acomodó su casaca mientras caminaba entre los pasillos de su facultad, no quería ver a su novia. “Ese” sentimiento había vuelto, aquellos recuerdos, el dolor, el vacío. Todo empezaba a apoderarse de su cabeza. Miró detenidamente el calendario de actividades; intentó, inútilmente, cree que se había equivocado, pero no: aquel día había llegado de nuevo. Un año más, un aniversario más de la muerte de Heechul. Sonrió un poco, mientras trataba de mentirse; sí, para él, aquel amigo al que quiso mucho, estaba muerto. Jugó un poco con su casaca mientras miraba la fecha. Quería pensar en cualquier otra cosa, pero una y otra vez volvía esa soledad. Sus ojos se volvieron rojos y su mirada se nublo: quería llorar. Pero tenía dos exámenes importantes, no podía desaparecer como otros años. Debía permanecer en su nuevo mundo. Cerró los ojos mientras intentaba calmarse.
-¡¿EH?!- escuchó un grito detrás suyo, Donghae volteó asustado encontrándose con Kibum que hablaba por teléfono- ¿Dices que están detenidos en la comisaría?- hablaba preocupado, tanto que al parecer ni notó su presencia- Uhm tengo examen… no llores… lo sé, lo sé…- Kibum levantó la vista para mirar el reloj de la facultad encontrándose con Donghae- Son las dos… a las tres termino el examen, sí… una hora basta… luego voy para allá… por favor deja de llorar. Te vas a arrugar…- intentó hacer una broma.- Hola…- dijo mientras cerraba su celular- mi amigo en problemas y no puedo ir a buscarlo… la universidad a veces resulta ser una molestia…- sonrió antes de empezar a subir las escaleras
-Para mí fue un escape…- alcanzó a escuchar de Donghae- ve… tienes que hacer un examen en una hora… suerte- intentó sonreír antes de caminar en sentido contrario.
Kibum lo siguió con la mirada, luego sacó su libro: podría recuperar aquel examen. Para cuando volvió a buscar de nuevo a Donghae, alcanzó a ver que entraba en la sala de baile. No lo pensó más y corrió a buscarlo. El examen lo daría otro día, tenía una hora para averiguar por qué sintió que Dongie lo necesitaba en ese momento. Cuando entró notó que la música estaba a todo volumen mientras que Donghae bailaba con todas su fuerzas. Kibum se sentó en el suelo a mirarlo bailar. Parecía que Donghae no había notado su presencia, pues bailaba y bailaba sin parar. De repente se tropezó y cayó sobre sus rodillas. Estaba por empezar a llorar cuando sintió la mano de Kibum sobre su hombro.
-¿Estás bien?- preguntó tímido
-Tu… ¿Examen?- Donghae estaba muy sorprendido, aguantó sus lágrimas detrás de una cara de sorpresa
-Lo daré otro día… parece que hoy me necesitan…- sonrió amable, para luego sentarse a su lado- ¿Estabas practicando la nueva coreografía? Se nota que te gusta bailar, lo hacías con tantas energías… ¿Problemas con Hisae?- aquella pregunta lastimó su corazón, pero por sobre todas las cosas, Kibum deseaba ayudar a Donghae. Y averiguar por qué aquel día se veía tan solo, Donghae siempre estaba rodeado de gente, pero en aquel momento se veía muy solo.
-Hisae…- sonrió Donghae- es la novia perfecta- respondió para luego pararse- ¿Practicamos?- Kibum no respondió solo siguió los pasos de su “profesor”. Pero al rutina de baile era fuerte y Donghae no se detuvo en ningún momento, exigió tanto a su cuerpo que cuando ya no daba más tropezó con sus pasadores; Kibum intentó ayudarlo pero en su desesperación terminó cayendo sobre el otro. Sus labios quedaron muy cerca y sus cuerpos estaban tan agotados que ninguno deseaba moverse; por alguna razón sus cuerpos encajaron de tal manera que ambos se sentían muy cómodos el uno con el otro.- ¿Quieres besarme?- preguntó Donghae, rompiendo aquel momento tan perfecto.
-No…- respondió Kibum levantándose rápidamente- Es tarde, debo ir a ver a mi amigo Heechul… nos vemos…- dijo antes de salir corriendo. Donghae se quedó sentado en su lugar, intentando mentirse de nuevo; diciéndose a sí mismo que no había escuchado ese nombre salir de los labios del cachetón.
**
En la dulcería, todo parecía estar tranquilo, Eun había salido de nuevo a otra cita con otra chica del vecindario. Sungmin estaba algo aburrido mientras esperaba que alguien llegue al negocio, se preguntaba como sería la nueva cita de Eun. Por alguna razón sentía que fracasaría de nuevo. Apoyó uno de sus brazos en el mostrador y con la mirada perdida se dejó caer sobre una de sus manos. No le molestaba que saliera con chicas; le molestaba que se hiciera el heterosexual. Después de “todo” lo que experimentaron en sus días de secundaria, cómo podía seguir creyendo que era heterosexual. De repente un suave beso en sus labios lo hizo despertar se sus pensamientos, era su querido Kyu. Sungmin tomó de sus manos y lo llevó a la trastienda. Nadie los molestaría, cerró la puerta y en menos de tres segundos ya estaba sobre su novio; llenándolo de caricias, dejándose acariciar.
Kyu deslizó sus manos debajo de la ropa de Sungmin, acarició aquella suave piel mientras el otro besaba con desenfreno su cuello. Ya se les había hecho costumbre el hacerlo en aquel lugar; por alguna razón los emocionaba mucho puesto que, podían hacerlo en su departamento. De repente el sonido de la puerta los alertó: era Eun que llegaba muy enojado. Kyu rápidamente se acomodó la ropa y salió seguido de Sungmin. Un rápido beso hizo que los dos amantes se despidieran mientras Eun se sentaba muy malhumorado.
-¿Por qué no puedo tener citas exitosas?- preguntó enojado, una vez que Kyu se fue.
-No lo sé… quizás buscas donde no debes… deberías intentar salir con chicos.- sugirió Sungmin mientras comía helado. A decir verdad necesitaba mucho hielo para calmar su cuerpo que aún estaba “emocionado” con las caricias de su novio.
-¿Salir con chicos? Ya sabes, no soy gay…- desviando su mirada hacia el mostrador- El helado es para vender, no para que te lo comas…
-Llegaste en el peor momento pues… necesito calmar mi cuerpo…- Eun se acercó a su amigo para mirarlo detenidamente, efectivamente había interrumpido algo. Se notaba pues el pantalón de Sungmin estaba bastante abultado- No te me acerques que pueda que no responda…- Eun no dijo nada, tomó de la mano a Sungmin y lo jaló hasta el baño, una vez ahí empezó a acariciar a su amigo- No te aproveches de mi situación, sabes que Kyu…- Sungmin no pudo continuar pues tuvo que morder sus labios para reprimir sus gritos al sentir la calidez de la boca de Eun en su miembro.
En aquel momento Sungmin perdió el control por completo y se entregó a su mejor amigo. No era la primera vez que lo hacían, pero sí la primera vez en la que Sungmin estaba con otro chico. Eun siempre creyó que se trataba de juegos, pero aquel día comprendía que sentía algo por Sungmin y que ese algo superaba cualquier deseo carnal. A los pocos minutos ambos se movían al compás de una melodía silenciosa, Sungmin se sentía mla por Kyu; pero su cuerpo no respondía a ninguna lógica, Eun sabía cómo “tratarlo”.
Continuará…
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Capitulo 17:
La noche pasó; lenta, solitaria y vacía. Un beso, luego dos; y de repente una lágrima. Jay se separó de Rose y empezó a llorar en silencio. Estaba confundido, estaba asustado, no quería volver a sentir aquello que aún no lograba superar con Rella. ¿Y si Rose también lo dejaba solo? ¿Y si luego se cansaba y lo abandonaba? No podría soportarlo dos veces, no podría; se sentía muy asustado, abrazó sus rodillas y en silencio ocultó su lloroso rostro en el abrazo que sus extremidades generaron. Rose lloraba también, esos besos no le gustaban; no eran reales, y dolía su falsedad. Pasaron los minutos y la oscura noche empezó a transformarse en madrugada, minuto tras minuto Rose sabía que estaba más lejos de Jay. Pero cómo hablar, qué preguntar; no tenía idea del por qué del rompimiento con Heechul, lo cierto es que casi no conocía esa faceta de Jay. Para cuando el sol empezó a salir y la habitación empezó a iluminarse Jay se paró del sofá y caminó hasta la cocina; preparó una taza de café mientras la rosa lo observaba.
-Incluso cuando duele tanto, cuando siento que muero de a pocos… debo seguir respirando entre todos aquellos que caminan en las calles… Heechul me ha destruido por completo, ¿Estas seguro de amarme así?
-No lo sé… ¿Por qué una persona tan sensible le busca tanta lógica a un sentimiento? Los sentimientos no se entienden solo se llevan en el alma.- respondió Rose delineando sus labios con un tono rosa- No vuelvas a pedirme – le advirtió mientras se levantaba del sofá.
-Deja ese trabajo… tu no eres de esos chicos.- Le detuvo Jay- Deja ese trabajo, ¿Qué ejemplo le das a tu hermano trabajando de esta manera?
-No me juzgues…- la rosa le desafió con la mirada- Nada sabes de mí… nada.- acercándose amenazante.
-Si necesitas ayuda puedes pedírmela… repito, tu hermano no recibe ningún ejemplo bueno de ese empleo.- acercándose a la rosa que no cambió en ningún momento su expresión.
-Repito, nada sabes de mí, sólo deja de meterte en mis asuntos como si lo supieras todo… si quieres llorar a Heechul toda tu vida entonces busca a RS y no a mí.- dicho esto Rose salió del departamento azotando la puerta al salir.
Estaba muy enojado, no deseaba su ayuda, deseaba su amor. Secó sus lágrimas mientras bajaba en el elevador. Se sentía muy solo. Cierto, era un mal ejemplo para Taemin, pero él pequeño no debía enterarse; él sólo debía preocuparse por estudiar y ser feliz. Eso pensaba el hermano mayor. Una vez que las puertas del elevador se abrieron por completo Rose dibujó una sonrisa falsa en sus labios y caminó a casa.
Al llegar a casa encontró a Taemin durmiendo en el sofá, tenía entre sus manos un libro. Al parecer se había quedado estudiando hasta tarde. Rose tomó una manta y le cubrió, era sábado así que lo dejaría dormir hasta tarde. Dio vueltas en el departamento buscando algo que hacer mientras jugaba con su taza de café.
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La mañana avanzaba lenta para Jay, no se había cambiado, solo se había colocado unas gafas para ocultar sus ojos rojos. Mientras caminaba por las calles iba delineando sus labios, aún sentía aquellos besos. Un vacío empezaba a aparecer en su estómago pero quería no darle importancia; lo cierto era que tenía miedo de lo que estaba empezando a sentir. No quería ser lastimado de nuevo, lo mejor era dejar de buscar a Rose. Pero cómo dejarlo continuar con aquel trabajo, tenía miedo y se llenaba de impotencia al sentir que otro hombre podría tocarlo. Deseaba con toda su alma protegerlo de cualquier enfermo o de cualquier enfermedad. En medio de su desesperación no se percató de que Heechul y Siwon venían en dirección opuesta. Estaba tan ensimismado que pasó de largo ante los dos que estaban atónitos al verlo. Pero Rella quería a su amigo de vuelta y por inercia lo detuvo del brazo. Lastimando un poco la seguridad de Siwon.
-Jay…- susurró mientras el nombrado volteaba descuidado a mirar quien lo detenía.
-Rella…- susurró de vuelta al encontrarse con los ojos de la princesa. Sus ojos se iluminaron por un segundo hasta que notó que Siwon estaba al lado- Siwon…- dijo para sí
-Jay… íbamos a tomar un café, ¿Nos acompañas?- preguntó Rella intentando sonreír.
-¿Planeas fingir que nada ha pasado?- soltándose bruscamente de las manos de Heechul- déjenme solo… solo aléjate, si planeas ser de nuevo mi amigo… dame tiempo porque yo no puedo fingir que nada pasó…- Jay desafió a Siwon con la mirada y continuó caminando. Pero a mitad de camino se detuvo en seco y rápidamente se abalanzó sobre el príncipe para golpearlo en la cara.
Siwon se limpió el labio que había empezado a sangrar y devolvió el golpe, fue así como ambos empezaron a pelear como dos animales. Heechul intentaba detenerlos con gritos y amenazas pero ambos lo ignoraron por completo. Esa era su pelea, la pelea por Rella. Hicieron tal escándalo que a los pocos minutos mucha gente los rodeaba y alentaban la pelea. Heechul se enojó mucho y los dejo solos.
Por él podían matarse, estaba muy enojado; odiaba las peleas, mientras se alejaba fue recordando aquella pelea que tuvo con aquel amigo que perdió tiempo atrás. Aquel amigo que una vez se enamoró de Jay, pero que decidió dejar sus sentimientos de lado por la amistad que tenía con Heechul. Aquel amigo que dejó ir para alejar su culpa. Aquel Donghae del que nada sabía ahora. Una vez en el departamento Heechul se sentó en su piano y empezó a tocar aquella melodía, aquella que solía cantar con su ex amigo. Y mientras sus dedos se deslizaban en las teclas, sus pensamientos se deslizaban entre sus recuerdos.
Todo empezó luego de que se fue a vivir con Jay. Donghae era uno de sus mejores amigos y al enterarse de que la princesa había sido echado de casa fue a ayudarlos en aquella fría noche en la que los golpes de sus padres casi los matan. Donghae siempre apoyó a Heechul, desde la primera vez en la que le confesó que le gustaban los chicos. Pero Donghae nunca dijo que era lo que pasaba con él, nunca lo dijo, ni siquiera en el momento más crítico de aquella amistad rota por un corazón que en silencio se sintió traicionado. Desde aquel día los tres empezaron a vivir en un pequeño departamento, los tres se mantenían vivos gracias a aquel sueño compartido que tenían: la música.
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Mientras tanto en la calle, cuando las fuerzas se le acababan a Simba y a Jay alcanzaron a ver que la princesa ya no estaba. Jay se desesperó por ir a buscarlo, pues sabía de su odio a las peleas pero no pudo escapar ya que alguien había Llamado a la policía y arrestaron a los dos por disturbios en la vía pública.
Una vez en la carceleta, Jay se dejó caer en el suelo y abrazó sus rodillas. Mientras Siwon intentaba localizar a su padre para que lo saque de aquel lugar. Era una vergüenza total para su familia, lo sabía; pero también era la primera vez que sucedía. Estaba seguro de que su padre lo comprendería.
-Oye “hijito de papá…” en lugar de llamar a tus contactos, deberías llamar a tu novio, debe estar muy mal…- dijo Jay mientras perdía su mirada en algún punto fijo del techo.- La princesa odia las peleas ¿Lo sabias? Apuesto a que no… y así te eligió…- sonrió melancólico mientras continuaba mirando la pared, cómo si estuviera recordando algo doloroso.
-No lo sabía…- respondió preocupado Siwon, colgó el celular cuando su padre contestó; no quería preocuparlo, ya luego vería como salir de aquel lugar. Pero su padre volvió a llamar- Hola papá… disculpa es que me equivoqué de número, siento haberte molestado…- intentaba tranquilizar su voz mientras Jay lo miraba fijamente- Sí papá… ¿Mi novia? Ah… papá debo irme… sí, el domingo, nos vemos…- una vez que colgó el celular volvió su mirada hacia Jay- ¿Por qué odia las peleas?
-Eso es algo que él te debe contar, lo cierto es que Heechul no es una persona simple; alguien como tú no debería ser tan iluso… se nota que tienes una vida perfecta, con una familia perfecta y hasta tradicional… no me sorprendería que tengas prometida y toda la cosa… apuesto a que tus padres no saben que eres gay ¿Me equivoco?- Siwon negó con la cabeza- Debe ser difícil… el hijo perfecto no quiere chicas, quiere chicos… tus padres van a sufrir mucho. Lo digo por experiencia.
-Si dices que Heechul odia las peleas ¿Por qué me has golpeado? Tú empezaste…- respondió Siwon intentando evadir la conversación sobre sus padres.- Yo usualmente soy alguien muy tranquilo.
-Me cegué… más que las peleas, Heechul odia la violencia. Y yo también soy tranquilo, La culpa ha sido de Rella… esto también te lo digo por experiencia, él único capaz de soportar todos esos juegos de la princesa soy yo; sé tanto de él… ¿Te crees capaz de poder competir contra un pasado juntos? Son años de años los que viví a su lado, lo conozco como la palma de mi mano, no eres más que su nuevo juguete; luego se cansará y te dejará como a mí.
-Es un riesgo que he decidido aceptar, además no lo conozco tanto como tú; pero estoy dispuesto a hacerlo… tienes razón cuando dices que Heechul no es alguien simple, lo cierto es que es complicado, pero eso me hace quererlo incluso si me lastima; quiero estar a su lado.
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En el departamento de Yesung y Ryeowook todo parecía muy normal, hasta que Mimi se apareció en la puerta. Estaba repartiendo unos dulces chinos que había hecho y quería darle algunos en forma de agradecimiento a Wookie por la salida de la vez pasada. Wookie le invitó a pasar para tomar un té juntos. Ni bien entró sintió la mirada asesina de Yesung, ciertamente se veía gracioso con esa cara “intimidante” como un león que defiende su territorio.
-Disculpen las molestias… - dijo algo intimidado el invitado.
-Descuida, Yesung sé amable…- sonrió dulcemente Ryeowook mientras le estiraba lso cachetes a su novio para hacerlo cambiar de expresión. Como este no cambió en nada, el más tímido le plantó un beso en los labios y luego le susurro que lo quería. De repente el rostro de Yesung se volvió roja como una manzana y refunfuñando se fue a su habitación- Debes disculparlo, es que… es bastante celoso.
-Descuida… sé lo que es eso.- sonrió Mimi mientras tomaba el té.- Te quiero pedir un favor, espero que no sea mucha molestia…
-Claro, Claro…- sonrió Wookie- Dime
-Es que Henry… bueno no lo he visto y quería saber si está bien, si tu sabes algo o si puedes ir a verlo… yo no puedo.
-¿No puedes? ¿Se han peleado? Ay, tan lindos que se ven como pareja…
-¡Ah! No, no somos pareja… somos amigos… no nos peleamos es que sucedió algo y bueno… necesito saber que las cosas van bien con él, como te digo no lo veo desde aquello y bueno… estoy preocupado, conozco a Hangeng y tengo miedo… no sé.
-¿Hannie? ¿Henry anda con Hannie? Ah eso es nuevo… Bueno iré a visitarlos luego, y de ahí te veo en la terraza para contarte, ¿Si? Aunque soy de la idea de que deberías ir a buscarlo, sea lo que sea que haya pasado, creo que tienen una amistad muy linda; no deben perderla...
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Había sol, pero por alguna razón, aquel día sentía frío. Donghae acomodó su casaca mientras caminaba entre los pasillos de su facultad, no quería ver a su novia. “Ese” sentimiento había vuelto, aquellos recuerdos, el dolor, el vacío. Todo empezaba a apoderarse de su cabeza. Miró detenidamente el calendario de actividades; intentó, inútilmente, cree que se había equivocado, pero no: aquel día había llegado de nuevo. Un año más, un aniversario más de la muerte de Heechul. Sonrió un poco, mientras trataba de mentirse; sí, para él, aquel amigo al que quiso mucho, estaba muerto. Jugó un poco con su casaca mientras miraba la fecha. Quería pensar en cualquier otra cosa, pero una y otra vez volvía esa soledad. Sus ojos se volvieron rojos y su mirada se nublo: quería llorar. Pero tenía dos exámenes importantes, no podía desaparecer como otros años. Debía permanecer en su nuevo mundo. Cerró los ojos mientras intentaba calmarse.
-¡¿EH?!- escuchó un grito detrás suyo, Donghae volteó asustado encontrándose con Kibum que hablaba por teléfono- ¿Dices que están detenidos en la comisaría?- hablaba preocupado, tanto que al parecer ni notó su presencia- Uhm tengo examen… no llores… lo sé, lo sé…- Kibum levantó la vista para mirar el reloj de la facultad encontrándose con Donghae- Son las dos… a las tres termino el examen, sí… una hora basta… luego voy para allá… por favor deja de llorar. Te vas a arrugar…- intentó hacer una broma.- Hola…- dijo mientras cerraba su celular- mi amigo en problemas y no puedo ir a buscarlo… la universidad a veces resulta ser una molestia…- sonrió antes de empezar a subir las escaleras
-Para mí fue un escape…- alcanzó a escuchar de Donghae- ve… tienes que hacer un examen en una hora… suerte- intentó sonreír antes de caminar en sentido contrario.
Kibum lo siguió con la mirada, luego sacó su libro: podría recuperar aquel examen. Para cuando volvió a buscar de nuevo a Donghae, alcanzó a ver que entraba en la sala de baile. No lo pensó más y corrió a buscarlo. El examen lo daría otro día, tenía una hora para averiguar por qué sintió que Dongie lo necesitaba en ese momento. Cuando entró notó que la música estaba a todo volumen mientras que Donghae bailaba con todas su fuerzas. Kibum se sentó en el suelo a mirarlo bailar. Parecía que Donghae no había notado su presencia, pues bailaba y bailaba sin parar. De repente se tropezó y cayó sobre sus rodillas. Estaba por empezar a llorar cuando sintió la mano de Kibum sobre su hombro.
-¿Estás bien?- preguntó tímido
-Tu… ¿Examen?- Donghae estaba muy sorprendido, aguantó sus lágrimas detrás de una cara de sorpresa
-Lo daré otro día… parece que hoy me necesitan…- sonrió amable, para luego sentarse a su lado- ¿Estabas practicando la nueva coreografía? Se nota que te gusta bailar, lo hacías con tantas energías… ¿Problemas con Hisae?- aquella pregunta lastimó su corazón, pero por sobre todas las cosas, Kibum deseaba ayudar a Donghae. Y averiguar por qué aquel día se veía tan solo, Donghae siempre estaba rodeado de gente, pero en aquel momento se veía muy solo.
-Hisae…- sonrió Donghae- es la novia perfecta- respondió para luego pararse- ¿Practicamos?- Kibum no respondió solo siguió los pasos de su “profesor”. Pero al rutina de baile era fuerte y Donghae no se detuvo en ningún momento, exigió tanto a su cuerpo que cuando ya no daba más tropezó con sus pasadores; Kibum intentó ayudarlo pero en su desesperación terminó cayendo sobre el otro. Sus labios quedaron muy cerca y sus cuerpos estaban tan agotados que ninguno deseaba moverse; por alguna razón sus cuerpos encajaron de tal manera que ambos se sentían muy cómodos el uno con el otro.- ¿Quieres besarme?- preguntó Donghae, rompiendo aquel momento tan perfecto.
-No…- respondió Kibum levantándose rápidamente- Es tarde, debo ir a ver a mi amigo Heechul… nos vemos…- dijo antes de salir corriendo. Donghae se quedó sentado en su lugar, intentando mentirse de nuevo; diciéndose a sí mismo que no había escuchado ese nombre salir de los labios del cachetón.
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En la dulcería, todo parecía estar tranquilo, Eun había salido de nuevo a otra cita con otra chica del vecindario. Sungmin estaba algo aburrido mientras esperaba que alguien llegue al negocio, se preguntaba como sería la nueva cita de Eun. Por alguna razón sentía que fracasaría de nuevo. Apoyó uno de sus brazos en el mostrador y con la mirada perdida se dejó caer sobre una de sus manos. No le molestaba que saliera con chicas; le molestaba que se hiciera el heterosexual. Después de “todo” lo que experimentaron en sus días de secundaria, cómo podía seguir creyendo que era heterosexual. De repente un suave beso en sus labios lo hizo despertar se sus pensamientos, era su querido Kyu. Sungmin tomó de sus manos y lo llevó a la trastienda. Nadie los molestaría, cerró la puerta y en menos de tres segundos ya estaba sobre su novio; llenándolo de caricias, dejándose acariciar.
Kyu deslizó sus manos debajo de la ropa de Sungmin, acarició aquella suave piel mientras el otro besaba con desenfreno su cuello. Ya se les había hecho costumbre el hacerlo en aquel lugar; por alguna razón los emocionaba mucho puesto que, podían hacerlo en su departamento. De repente el sonido de la puerta los alertó: era Eun que llegaba muy enojado. Kyu rápidamente se acomodó la ropa y salió seguido de Sungmin. Un rápido beso hizo que los dos amantes se despidieran mientras Eun se sentaba muy malhumorado.
-¿Por qué no puedo tener citas exitosas?- preguntó enojado, una vez que Kyu se fue.
-No lo sé… quizás buscas donde no debes… deberías intentar salir con chicos.- sugirió Sungmin mientras comía helado. A decir verdad necesitaba mucho hielo para calmar su cuerpo que aún estaba “emocionado” con las caricias de su novio.
-¿Salir con chicos? Ya sabes, no soy gay…- desviando su mirada hacia el mostrador- El helado es para vender, no para que te lo comas…
-Llegaste en el peor momento pues… necesito calmar mi cuerpo…- Eun se acercó a su amigo para mirarlo detenidamente, efectivamente había interrumpido algo. Se notaba pues el pantalón de Sungmin estaba bastante abultado- No te me acerques que pueda que no responda…- Eun no dijo nada, tomó de la mano a Sungmin y lo jaló hasta el baño, una vez ahí empezó a acariciar a su amigo- No te aproveches de mi situación, sabes que Kyu…- Sungmin no pudo continuar pues tuvo que morder sus labios para reprimir sus gritos al sentir la calidez de la boca de Eun en su miembro.
En aquel momento Sungmin perdió el control por completo y se entregó a su mejor amigo. No era la primera vez que lo hacían, pero sí la primera vez en la que Sungmin estaba con otro chico. Eun siempre creyó que se trataba de juegos, pero aquel día comprendía que sentía algo por Sungmin y que ese algo superaba cualquier deseo carnal. A los pocos minutos ambos se movían al compás de una melodía silenciosa, Sungmin se sentía mla por Kyu; pero su cuerpo no respondía a ninguna lógica, Eun sabía cómo “tratarlo”.
Continuará…
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