Titulo: Sex & Candy (AKA Sendy)
Capitulo: 25
Fandom: Super Junior, SHINee, TRAX
Parejas: Sichul / Varias
Clasificación: Angst / Au / Lemon
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Capitulo 25:
-¿Estás seguro?- preguntó nervioso Hannie- No creo que sea buena idea.- Agregó- Henry se sentó sobre sus piernas, quedando frente a frente, acarició los cabellos del mayor y beso sus labios suavemente.- Es que… buscar a tus padres ahora… yo he hablado con mi madre, pese a que dice haberme perdonado, nada ha vuelto a ser lo de antes.- bajó la mirada triste- no importa si nos escondemos o no, puedo soportar vivir pretendiendo que somos amigos, pero no perderte…
-Estoy seguro…- hizo un puchero el cachetón- esos seres humanos no se lo merecen, pero yo quiero que todos sepan que soy feliz con quien amo.- Sonrió ampliamente mientras sus mejillas se iban tornando más y más rojas- Hangeng yo quiero que conozcas a mi abuela.- Sus ojos brillaron- ella es la única persona a la que le he importado en esa familia. Por eso quiero que vengas a Canadá conmigo.- Dicho esto Henry volvió a besar al otro y lo tomó de la mano para salir de compras, debían arreglar las cosas para su viaje. La mirada resignada de Hangeng le daba a entender al menor que ya lo había convencido.
Sus manos encajaban perfectamente, y ante el frío de la mañana ambos entrelazaron sus dedos para conseguir un poco más de calor del otro. Parecía una mañana tranquila, quizás algo aburrida para los demás. Ryeowook no había vuelto desde que salió corriendo en busca de Yesung; todos auto asumieron que había habido una reconciliación y lo mejor era dejarlos solos. Henry iba adelante, jalando de la mano al mayor, sonreía mucho y sus mejillas estaban coloradas de un rosa suave; podían llevar ya un tiempo juntos pero aún seguía sintiendo esas mariposas en el estomago cuando le tomaba de la mano. Más aún ese día que irían a todas partes mostrándose como lo que eran: una pareja. Se sentía muy tranquilo, muy feliz, muy seguro de todo con forme caminaban entre las personas aburridas de aquella ciudad. Su corazón no dejaba de acelerarse y acelerarse al recordar de rato en rato que Hangeng venía detrás de él. Todo parecía volverse más brillante cuando estaba con su novio, todo parecía mejorar, incluso los problemas y traumas del pasado se habían borrado; incluso si recordaba todo lo que lloró, sentía que valía la pena ahora que podía tener cerca de quien amaba. Ansiaba mucho el ir con su abuela y presentarle a su novio. Moría por decirle lo mucho que se querían y cuidaban el uno al otro; narrarle todos aquellos detalles dulces que escondía Hangeng detrás de esa sonrisa despreocupada. Henry alzó la vista para mirar el cielo y en medio de un suspiro susurró para así: “Tian Kong”. Hangeng lo miró confundido, pero al ver que el menor seguía su camino, prefirió no decir más. El mayor se aferró aún más a la mano del pequeño y continuó siguiéndolo, con una enorme sonrisa en los labios. No podía creer que su felicidad se reduzca a una sola persona, durante mucho sintió que no tenía razón alguna para continuar respirando, no tenía sueños o metas, solo vivir la vida que sus padres le habían dado. Ahora, su pequeña felicidad, aquella que lo jalaba hacia un destino desconocido era su sueño, se había convertido en su meta: la sonrisa de Henry.
-¿Hangeng-ssi?- los detuvo un hombre vestido totalmente de negro, con gafas del mismo color y voz muy ronca. El nombrado asintió con la cabeza, en total mutismo pues no conocía a aquella persona- Acompáñeme por favor, soy oficial de la policía y hay una denuncia en contra de usted- mostrando su placa- No se resista y suelte al menor.- Hangeng no comprendía bien la situación. Pero acató la orden y soltó a Henry que miraba asustado todo
-¿Qu-qué sucede?- preguntó el pequeño- ¿Por qué lo arrestan?- Intentando entender algo de lo sucedía.
-Han colocado una denuncia en contra de él, lo denuncian por corrupción de menores de edad y rapto de un menor. ¿Henry-ssi?- Henry con el rostro en pánico total miró asustado a Hangeng, quien también estaba asustado- ¿Es usted Henry-ssi? No se preocupe, su familia y su apoderado lo esperan en la delegación, pronto estará bien.
-¿Qué? ¿De qué está hablando? No entiendo, Hannie…- susurró al ver como metían a un auto de la policía a su novio.- No esperen, no se lo pueden llevar, él no ha hecho nada.- se desesperó el pequeño, le sorprendió que Hangeng no diga nada, pero entendió el porque: Su padre, supuestamente muerto, estaba dentro de aquel auto policial.- Ese hombre es quien debería ser encarcelado…- le suplicó al policía.
-El es tu apoderado, sabemos que Hangeng-ssi te ha manipulado durante mucho, no te preocupes, todo estará bien- el policía le acaricio la cabeza y le indicó a otro policía que lleve a Henry en el otro auto.
El camino a la comisaría se les hizo eterno, Henry no pudo controlar sus lágrimas; Hangeng estaba en otro mundo, ver a su padre luego de mucho, creyendo que estaba muerto solo lo llevaba a pensar que su madre le había mentido durante mucho. No sentía cariño o afecto por aquel hombre, pero poco a poco sus sentimientos hacia su madre se volvían dolorosos. ¿Por qué su madre estaba tan ciega? ¿Por qué cubría tanto a ese hombre? ¿Tanto lo amaba? Bajó la mirada ante la sonrisa irónica de su padre. Sabía perfectamente lo que vendría, aquel hombre tenía demasiados contactos. Tantos como para encargarse de refundirlo en la cárcel hasta el día de su muerte. Bajó la cabeza con rencor, bajo la cabeza para no tener que mirar a aquel hombre tan despreciable; bajó la cabeza intentando pensar cómo podría estar Henry. Aquella denuncia no era anda bonita y lo cierto era que Henry aún era menor de edad en Corea del Sur. Deseaba pedir ayuda, pero no conocía a nadie poderoso, no conocía a nadie que lo pudiera ayudar.
***
El departamento de Rella estaba hecho un caos, Siwon se amarró un pañuelo en la cabeza y se colocó aquel delantal rojo con corazones; se sentía frustrado al no conseguir trabajo, más aún sabiendo que Rella salía día a día a trabajar con chiquillos malcriados. Cómo es que había llegado a esto, convertirse en ama de casa jamás fue su sueño; mucho menos que Rella lo fuera, siempre soñó en darle todo, y lo hizo mientras estuvieron bien econonómicamente, pero ahora era imposible hasta salir a comer a lugares lujosos. Recogió los platos de la mesa y los llevó al lavadero para limpiarlos. En el camino paso frente al enorme espejo que tenía Heechul, ciertamente esa casa estaba llena de espejos, sonrió al pensar en lo divertido que era ver a Heechul caminar por la casa mirándose en los diferentes espejos y diciéndose a sí mismo lo mucho que se amaba: lo extrañaba, ya casi no paraba en casa por el trabajo, lo extrañaba demasiado. Luego examinó su reflejo, se veía ridículo con la ropa de Rella, con los platos en las manos y el pañuelo en la cabeza. Dejó de lado las tazas y se quitó el ajustado polo, luego miró aquellos pantalones rojos pegados y se los quitó, quedándose en boxer, lo único que conservaba suyo. Miró hacia la lavadora y suspiró al ver que faltaba al menos una hora para que su ropa seque por completo. Tomo de nuevo los trastes y caminó hasta la cocina.
**
Un nuevo día llegó en la universidad, Kibum suspiró algo melancólico en su carpeta, jugando con su lapicero; no tenía ganas de estudiar, tampoco de hablar. Shindong le pasaba notitas de rato en rato pero solo contestaba con monosílabos. El cumpleaños de Ryeowook fue extraño, sirvió, quizás para que abra los ojos. Y la realidad es que Donghae solo lo usaba para sentirse mejor, no era algo que le disgustase en absoluto, amaba los besos del otro pero ese estar entre amigos y amantes, ese caminar al borde de ambos abismos lo lastimaban. Estaba seguro de que amaba a Donghae, pero era tan incierto si él sentía lo mismo. El viento movió sus cabellos lentamente, haciéndole caer en cuenta que la ventana del salón se había abierto, volteó despreocupado para cerrarla encontrándose con Dognhae en ella. Parecía un mono trepado en aquel lugar con una enorme sonrisa, se le acercó rápidamente mientras el profesor le explicaba a otro alumno el tema y le susurró al oído: “¿Puedo meterme a tu clase?” Kibum sonrió sorprendido y ante el miedo de que el profesor los descubra lo hizo pasar. Donghae se sentó a su lado y sacó un cuaderno para fingir que estudiaba. Kibum acomodó sus lentes en silencio e hizo como si realmente estuviera prestando atención. Pero como hacerlo sintiendo la mirada del otro clavada en sus acciones. Ahí estaba, con aquella sonrisa tan fresca, aquellos ojos brillantes y el rostro apoyado en su brazo, el cual estaba totalmente apoyado en la carpeta, mirándolo solo a él, Dongie lo ponía nervioso.
-Me gusta como estudias…- susurró Dongie acercando uno de sus fríos dedos a la mejilla colorada de Kibum- Me encanta…- repitió a lo que el otro se limitó a continuar tomando apuntes.- ¿Quieres ir a mi casa más tarde?- preguntó tomándole de la mano por debajo de la carpeta- Quiero ver una pelicula o hacer algo- sonrió tranquilo
-Lo siento…- respondió bajito- Hoy no puedo, tengo que estudiar, mañana tengo examen…- La sonrisa de Dongie desapareció y bajó la mirada algo decepcionado- Lo siento…
-Podemos estudiar juntos… prometo no distraerte…
-¿Por qué promete algo que no va a poder cumplir jovencito?- preguntó el profesor desde la pizarra. Ambos voltearon asustados hacia él, al parecer elevaron Dongie había elevado mucho la voz en su ultima oración y todo el salón los había escuchado. Shindong estaba muerto de la risa al ver a los dos tan nerviosos- Le pregunté algo jovencito, porque a mi parecer está distrayendo desde ya a Kim Kibum.- El salón se echó a reír a lo que Dongie se paró de su asiento apenado e hizo una venia en forma de disculpas.- Veamos, ¿Puede explicarme lo que acabo de exponer en clase? No me parece haberlo visto en alguna clase pasada.
-Lo siento, yo he entrado sin permiso…- hizo otra venia.- Disculpe, es que quería que mi amigo me explique más tarde algunos cursos…- explicó Dongie.
-Busque a su amigo en otra hora, salga del aula por favor. – Dongie le sonrió a Kibum y salió rápidamente. Kibum le siguió con la mirada hasta que desapareció por completo en la puerta. Había mentido y se sentía un poco mal al respecto, pero necesitaba estar solo un tiempo. De otra manera no podría superar sus miedos.
***
Las clases en aquella secundaria eran bastante aburridas, Heechul bostezó mientras miraba su libro de registros; su salón tenía muy buenas calificaciones en el promedio total de todo el colegio. Pero había un alumno que solía ser el primer puesto y ahora estaba último. Suspiró resignado, convencido de que debía hablar con aquel chico por más que le desagrade. Odiaba la forma en la que el menor lo miraba, siempre le gustó tener pretendientes, pero aquel chiquillo era demasiado obvio y directo con sus sentimientos, lo mejor sería citarlo en la sala de profesores ahí no tendría problemas. De repente sintió una mano en su hombro y volteó descuidado ante el saludo, era Minho que traía entre sus manos una gran caja celeste. Se saludaron y el menor se sentó a su lado, la cafetería estaba casi vacía ya que aún no era hora de recreo, no obstante Minho se las había ingeniado para ir a buscar al tutor de Taemin.
-Heechul-ssi necesito que me ayudes- le miró serio mientras jugaba con la caja de regalo- Necesito que disculpes a Taemin de las siguientes clases. ¿Si? Es que hoy cumplimos cien días y quiero…- se avergonzó mientras bajaba la cabeza con el rostro colorado.
-Kyyyyyyyyya, eres igualito a tu padre- sonrió la princesa.- En verdad, así todo perfectito…- mirando como el otro le escuchaba atento- No entiendes por lo que veo, Taemin y yo creemos que tu eres el hijo de Siwon, como los dos son príncipes, nuestros príncipes- sonrió enamorado.- Yo soy la madre de Taemin.- rió un poco- bueno, lo de cubrir a Tae no te preocupes, ya encontraré algo con que disculparlo. Todo por el amor de mis hijos hermosos, cuando me case con Simba los adoptaremos
-¡Jajajaja!- Minho se echó a reír como loco- Entiendo, muchas gracias por ayudarnos. Cierto hablé con mi padre, pese a que es amigo del padre de Siwon me ha dicho que….- Minho no pudo continuar ya que Taemin corrió a abrazarlo y con él llegó otro chico más- Bueno te cuento luego ¿Si?- Heechul asintió con la cabeza.
-Ya me dirás, porque mi príncipe esta muy preocupado, ser ama de casa no le gusta- dijo despreocupado de quien venía con Tae.
-¿De qué hablaban?- preguntó Taemin- ¿De mi?- Minho le sonrió mientras se dejaba abrazar por el menor.
-Te voy a raptar luego del receso…- le susurró Minho al oído. Luego ambos se despidieron y dejaron a Heechul en la cafetería.
Calentó sus manos durante unos minutos con aquella taza de té que tenía entre sus manos y luego de levanto para ir al salón de profesores. Debía llamar a aquel chico problemático, pero al darse vuelta se lo encontró ahí mismo. Había llegado con Taemin y se quedó parado todo ese rato detrás de él. Heechul intento disimular su cara de asco al pensar que era un chiquillo acosador y con la mano lo llamó para ir al aula de profesores. En silencio, caminaron por los pasillos de aquel colegio, estaba algo solitario y le daba algo de miedo al mayor, aquel chiquillo era mucho más alto y tenía fuerza al parecer, de modo que si intentaba algo no podría librarse fácilmente de él.
-¿Tu novia es novio, verdad?- preguntó de la nada el chiquillo, Heechul pretendió no escuchar y siguió caminando- ¿Es simpático? ¿Es mayor o menor que tú? – Rella rabió un poco pero sin importar lo que dijera el otro, no le diría nada- ¿Es de dinero? ¿Por qué te gusta?
-Chiquillo…- Heechul se detuvo en seco, no volteó para evitar querer golpearlo- Voy a hablar claro por ultima vez… A ti no tiene por qué importarte mi vida. Más preocúpate por tus notas, este mes has bajado hasta el último puesto, por tu culpa el salón bajo su promedio ponderado mensual…- Empezando a caminar de nuevo- Eso es lo que te tenía que decir… ya no importa ir al aula de profesores, puedes irte.
-Lo he hecho apropósito, para estar a solas contigo como ahora… para que me prestes atención al menos un minuto… para estar en tus pensamientos un momento. Rápidamente puedo subir mis notas, soy el primer puesto después de todo. Además, el promedio ponderado del salón no me interesa.- Dicho esto el menor siguió a Heechul y lo tomó del brazo- Profesor Heechul, déjeme estar a su lado. No tienes idea de lo mucho que envidio a Taemin y a Minho. A veces, por más que sean mis amigos, cuando los veo cerca de ti, siento que los odio…
-Sueltame… SeungKi. No digas estupideces. – Le amenazó con la mirada- Si sigues diciendo esas tonterías me vas a traer problemas. Ve con los de tu edad y no me molestes…- miró las manos del otro en su brazo. He dicho que le sueltes… odio que las personas me toquen… - el menor le soltó el brazo desconcertado y Rella aprovechó para salir de ahí lo más rápido posible.
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Pasaron unos días y no había rastro de Ryeowook mucho menos de Yesung. Sungmin estaba muy preocupado por sus amigos. Miró indeciso a Eunhyuk que limpiaba una mesa de la dulcería, caminó hasta él y lo abrazó por la espalda. Eun se detuvo y cerró los ojos para sentir a Sungmin. Luego de ver a Kyu aquel día, Sungmin había cambiado mucho. Estaba más triste, peor ya no se encerraba en su departamento a llorar. Estaba más maduro quizás. Los brazos del chico de rosa se apoderaron de su cintura, aforrándose fuertemente a él. No lloró solo se quedó en silencio abrazado a su mejor amigo.
-Ay parece un dejabu verlos así…- Dijo Junsu entrando en la dulcería- Eran tan así cuando estudiábamos juntos.- Sonrió ampliamente- Quiero dulces… hemos venido a comprar, no sé por qué pero lo he convencido de que venga…- señaló a Junho.
-Buenos días- saludó parco el gemelo mientras se sentaba en una mesa. Junsu corrió hacia sus amigos y saltó a abrazar a Eun- lo vas a asfixiar- comentó mientras leía el menú.
-Buenos…- Zhou se quedó en la puerta al ver a Junho sentado en una de las mesas- Días…- Sungmin sonrió ampliamente y corrió a abrazar a Zhou, luego de conversar eran realmente buenos amigos.- Hola Sungmin- saludo al amigo que tenía colgado en su cuello- ¿Cómo has estado?- preguntó nervioso ante la mirada seria y analítica de Junho.
-¿Eh?- Junsu y Eun miraron atónitos a los nuevos amigos- ¿Desde cuando son tan amigos?- preguntaron al unísono.
-Desde ahora- respondió Sungmin jalando a Zhou para sentarlo en la mesa de Junho- Coman los tres juntos ¿Si?- Comer dulces solo es aburrido.
-Lo dice el experto…- bromeó Eunhyuk antes de entrar a la cocina a servir los postres.- ¡Sungminah!- gritó para pedir su ayuda.
-Voy…- respondió el conejo mientras corría hacia su amigo. Junsu se sentó en la mesa y empezó a conversar con Zhou ya que su hermano parecía más interesado en el menú de la tienda. A veces Junsu deseaba golpearlo por ser tan frío con las personas.
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La noche llegó y estaba realmente cansado. Limpiar toda la casa había sido demasiado agotador. Rella no llegaba aún así que se limitó a mirar desde el sofá como se lavaba su ropa. Odiaba tener que lavarla a diario, pero si no lo hacía tendría que usar la ropa de Rella y era realmente incomodo. Como nunca nadie iba a buscarlo siempre estaba en boxer por todo el departamento, estaba acostumbrado. Además su princesa ponía una enorme sonrisa cuando le mostraba sus chocolates. Recostó su cabeza en la parte trasera del sofá y suspiro exhausto. De repente sonó el timbre, de seguro a la princesa le daba flojera sacar sus llaves; sonrió de lado y caminó hasta la puerta. Abrió descuidado de su imagen y la escasa ropa que traía puesta: no era Rella. Era un chiquillo de apariencia feminoide y alto. Este al verlo se le quedó mirando en silencio, sorprendido de encontrar a Siwon en esas fachas.
-Tenía razón… no era novia, era novio…- mirando a Siwon que no sabía cómo taparse-
-¿Buscas a Heechul?- preguntó nervioso
-No, te buscaba a ti, tu eres su novio ¿Verdad?- Siwon asintió con la cabeza- Yo soy Seung Ki, su alumno- al decir esto Siwon casi se muere, era demasiado peligroso que los alumnos supieran que Heechul era gay, eso le traería problemas en el colegio- Descuida no le diré a nadie que es gay, yo también lo soy. Sólo he venido a conocer a mi competencia.
-¿Perdón?- Siwon quería haber entendido mal- ¿Competencia? ¿Cuál?
-Yo estoy enamorado de Heechul, pero el te quiere a ti… bueno de momento.- Dicho esto, el menor se dio media vuelta y se fue. Siwon se quedó sorprendido ante su sinceridad. Se sintió molesto, quizás celoso, pero estaba seguro de que Rella lo amaba. Solo le intrigaba que la princesa no le haya contado nada al respecto.
Pasaron unos minutos y seguía en la puerta, congelándose de frío con un miedo terrible a que le roben lo único que le quedaba: el amor de la princesa. Ni siquiera notó que Heechul estaba frente a él, hablándole.
-¿Siwonie?- Heechul se acercó al otro ya que ni siquiera se había reído con sus bromas.- ¿Amor? ¿Simba? ¿Sucede algo?- hincándose para acercarse a los fríos labios del más alto- Estás frío…- lo abrazó- Vamos…- tomándole de la mano y haciéndolo reaccionar- te calentaré…- sonrió malicioso a lo que Siwon, vuelto en sí, le sonrió de vuelta- ¿Has tenido un día malo?- preguntó el mayor- Yo sí… odio a uno de mis alumnos, es un malcriado, espero que lo expulsen…- Siwon se detuvo en seco y en aquella oscura sala abrazó a Rella- Amor, espera que lleguemos al cuarto, esta bien que me esperes así todo sexy pero en la sala no…
-No me dejes nunca Rella…- le susurró antes de acercar sus labios para formar un beso- No me dejes nunca, no tendré sentido si lo haces.
-¿Ha pasado algo?- preguntó asustado- Me asustas… yo no te puedo dejar, eres mío… y de nadie más. A menos que me seas infiel, ahí si te hago vudu para que te quedes calvo y seas mi esclavo por el resto de tu vida- amenazó a lo que el otro le sonrió.
-Tengo miedo de perderte…- susurró Siwon mientras alzaba en brazos a la princesa- Tengo frío…
-Descuida, no me vas a perder…- rodeando el cuello del más alto con sus brazos- vamos al cuarto, yo te caliento…- mordió su oreja para luego empezar a besar su cuello.
Continuará...
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Capitulo 25:
-¿Estás seguro?- preguntó nervioso Hannie- No creo que sea buena idea.- Agregó- Henry se sentó sobre sus piernas, quedando frente a frente, acarició los cabellos del mayor y beso sus labios suavemente.- Es que… buscar a tus padres ahora… yo he hablado con mi madre, pese a que dice haberme perdonado, nada ha vuelto a ser lo de antes.- bajó la mirada triste- no importa si nos escondemos o no, puedo soportar vivir pretendiendo que somos amigos, pero no perderte…
-Estoy seguro…- hizo un puchero el cachetón- esos seres humanos no se lo merecen, pero yo quiero que todos sepan que soy feliz con quien amo.- Sonrió ampliamente mientras sus mejillas se iban tornando más y más rojas- Hangeng yo quiero que conozcas a mi abuela.- Sus ojos brillaron- ella es la única persona a la que le he importado en esa familia. Por eso quiero que vengas a Canadá conmigo.- Dicho esto Henry volvió a besar al otro y lo tomó de la mano para salir de compras, debían arreglar las cosas para su viaje. La mirada resignada de Hangeng le daba a entender al menor que ya lo había convencido.
Sus manos encajaban perfectamente, y ante el frío de la mañana ambos entrelazaron sus dedos para conseguir un poco más de calor del otro. Parecía una mañana tranquila, quizás algo aburrida para los demás. Ryeowook no había vuelto desde que salió corriendo en busca de Yesung; todos auto asumieron que había habido una reconciliación y lo mejor era dejarlos solos. Henry iba adelante, jalando de la mano al mayor, sonreía mucho y sus mejillas estaban coloradas de un rosa suave; podían llevar ya un tiempo juntos pero aún seguía sintiendo esas mariposas en el estomago cuando le tomaba de la mano. Más aún ese día que irían a todas partes mostrándose como lo que eran: una pareja. Se sentía muy tranquilo, muy feliz, muy seguro de todo con forme caminaban entre las personas aburridas de aquella ciudad. Su corazón no dejaba de acelerarse y acelerarse al recordar de rato en rato que Hangeng venía detrás de él. Todo parecía volverse más brillante cuando estaba con su novio, todo parecía mejorar, incluso los problemas y traumas del pasado se habían borrado; incluso si recordaba todo lo que lloró, sentía que valía la pena ahora que podía tener cerca de quien amaba. Ansiaba mucho el ir con su abuela y presentarle a su novio. Moría por decirle lo mucho que se querían y cuidaban el uno al otro; narrarle todos aquellos detalles dulces que escondía Hangeng detrás de esa sonrisa despreocupada. Henry alzó la vista para mirar el cielo y en medio de un suspiro susurró para así: “Tian Kong”. Hangeng lo miró confundido, pero al ver que el menor seguía su camino, prefirió no decir más. El mayor se aferró aún más a la mano del pequeño y continuó siguiéndolo, con una enorme sonrisa en los labios. No podía creer que su felicidad se reduzca a una sola persona, durante mucho sintió que no tenía razón alguna para continuar respirando, no tenía sueños o metas, solo vivir la vida que sus padres le habían dado. Ahora, su pequeña felicidad, aquella que lo jalaba hacia un destino desconocido era su sueño, se había convertido en su meta: la sonrisa de Henry.
-¿Hangeng-ssi?- los detuvo un hombre vestido totalmente de negro, con gafas del mismo color y voz muy ronca. El nombrado asintió con la cabeza, en total mutismo pues no conocía a aquella persona- Acompáñeme por favor, soy oficial de la policía y hay una denuncia en contra de usted- mostrando su placa- No se resista y suelte al menor.- Hangeng no comprendía bien la situación. Pero acató la orden y soltó a Henry que miraba asustado todo
-¿Qu-qué sucede?- preguntó el pequeño- ¿Por qué lo arrestan?- Intentando entender algo de lo sucedía.
-Han colocado una denuncia en contra de él, lo denuncian por corrupción de menores de edad y rapto de un menor. ¿Henry-ssi?- Henry con el rostro en pánico total miró asustado a Hangeng, quien también estaba asustado- ¿Es usted Henry-ssi? No se preocupe, su familia y su apoderado lo esperan en la delegación, pronto estará bien.
-¿Qué? ¿De qué está hablando? No entiendo, Hannie…- susurró al ver como metían a un auto de la policía a su novio.- No esperen, no se lo pueden llevar, él no ha hecho nada.- se desesperó el pequeño, le sorprendió que Hangeng no diga nada, pero entendió el porque: Su padre, supuestamente muerto, estaba dentro de aquel auto policial.- Ese hombre es quien debería ser encarcelado…- le suplicó al policía.
-El es tu apoderado, sabemos que Hangeng-ssi te ha manipulado durante mucho, no te preocupes, todo estará bien- el policía le acaricio la cabeza y le indicó a otro policía que lleve a Henry en el otro auto.
El camino a la comisaría se les hizo eterno, Henry no pudo controlar sus lágrimas; Hangeng estaba en otro mundo, ver a su padre luego de mucho, creyendo que estaba muerto solo lo llevaba a pensar que su madre le había mentido durante mucho. No sentía cariño o afecto por aquel hombre, pero poco a poco sus sentimientos hacia su madre se volvían dolorosos. ¿Por qué su madre estaba tan ciega? ¿Por qué cubría tanto a ese hombre? ¿Tanto lo amaba? Bajó la mirada ante la sonrisa irónica de su padre. Sabía perfectamente lo que vendría, aquel hombre tenía demasiados contactos. Tantos como para encargarse de refundirlo en la cárcel hasta el día de su muerte. Bajó la cabeza con rencor, bajo la cabeza para no tener que mirar a aquel hombre tan despreciable; bajó la cabeza intentando pensar cómo podría estar Henry. Aquella denuncia no era anda bonita y lo cierto era que Henry aún era menor de edad en Corea del Sur. Deseaba pedir ayuda, pero no conocía a nadie poderoso, no conocía a nadie que lo pudiera ayudar.
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El departamento de Rella estaba hecho un caos, Siwon se amarró un pañuelo en la cabeza y se colocó aquel delantal rojo con corazones; se sentía frustrado al no conseguir trabajo, más aún sabiendo que Rella salía día a día a trabajar con chiquillos malcriados. Cómo es que había llegado a esto, convertirse en ama de casa jamás fue su sueño; mucho menos que Rella lo fuera, siempre soñó en darle todo, y lo hizo mientras estuvieron bien econonómicamente, pero ahora era imposible hasta salir a comer a lugares lujosos. Recogió los platos de la mesa y los llevó al lavadero para limpiarlos. En el camino paso frente al enorme espejo que tenía Heechul, ciertamente esa casa estaba llena de espejos, sonrió al pensar en lo divertido que era ver a Heechul caminar por la casa mirándose en los diferentes espejos y diciéndose a sí mismo lo mucho que se amaba: lo extrañaba, ya casi no paraba en casa por el trabajo, lo extrañaba demasiado. Luego examinó su reflejo, se veía ridículo con la ropa de Rella, con los platos en las manos y el pañuelo en la cabeza. Dejó de lado las tazas y se quitó el ajustado polo, luego miró aquellos pantalones rojos pegados y se los quitó, quedándose en boxer, lo único que conservaba suyo. Miró hacia la lavadora y suspiró al ver que faltaba al menos una hora para que su ropa seque por completo. Tomo de nuevo los trastes y caminó hasta la cocina.
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Un nuevo día llegó en la universidad, Kibum suspiró algo melancólico en su carpeta, jugando con su lapicero; no tenía ganas de estudiar, tampoco de hablar. Shindong le pasaba notitas de rato en rato pero solo contestaba con monosílabos. El cumpleaños de Ryeowook fue extraño, sirvió, quizás para que abra los ojos. Y la realidad es que Donghae solo lo usaba para sentirse mejor, no era algo que le disgustase en absoluto, amaba los besos del otro pero ese estar entre amigos y amantes, ese caminar al borde de ambos abismos lo lastimaban. Estaba seguro de que amaba a Donghae, pero era tan incierto si él sentía lo mismo. El viento movió sus cabellos lentamente, haciéndole caer en cuenta que la ventana del salón se había abierto, volteó despreocupado para cerrarla encontrándose con Dognhae en ella. Parecía un mono trepado en aquel lugar con una enorme sonrisa, se le acercó rápidamente mientras el profesor le explicaba a otro alumno el tema y le susurró al oído: “¿Puedo meterme a tu clase?” Kibum sonrió sorprendido y ante el miedo de que el profesor los descubra lo hizo pasar. Donghae se sentó a su lado y sacó un cuaderno para fingir que estudiaba. Kibum acomodó sus lentes en silencio e hizo como si realmente estuviera prestando atención. Pero como hacerlo sintiendo la mirada del otro clavada en sus acciones. Ahí estaba, con aquella sonrisa tan fresca, aquellos ojos brillantes y el rostro apoyado en su brazo, el cual estaba totalmente apoyado en la carpeta, mirándolo solo a él, Dongie lo ponía nervioso.
-Me gusta como estudias…- susurró Dongie acercando uno de sus fríos dedos a la mejilla colorada de Kibum- Me encanta…- repitió a lo que el otro se limitó a continuar tomando apuntes.- ¿Quieres ir a mi casa más tarde?- preguntó tomándole de la mano por debajo de la carpeta- Quiero ver una pelicula o hacer algo- sonrió tranquilo
-Lo siento…- respondió bajito- Hoy no puedo, tengo que estudiar, mañana tengo examen…- La sonrisa de Dongie desapareció y bajó la mirada algo decepcionado- Lo siento…
-Podemos estudiar juntos… prometo no distraerte…
-¿Por qué promete algo que no va a poder cumplir jovencito?- preguntó el profesor desde la pizarra. Ambos voltearon asustados hacia él, al parecer elevaron Dongie había elevado mucho la voz en su ultima oración y todo el salón los había escuchado. Shindong estaba muerto de la risa al ver a los dos tan nerviosos- Le pregunté algo jovencito, porque a mi parecer está distrayendo desde ya a Kim Kibum.- El salón se echó a reír a lo que Dongie se paró de su asiento apenado e hizo una venia en forma de disculpas.- Veamos, ¿Puede explicarme lo que acabo de exponer en clase? No me parece haberlo visto en alguna clase pasada.
-Lo siento, yo he entrado sin permiso…- hizo otra venia.- Disculpe, es que quería que mi amigo me explique más tarde algunos cursos…- explicó Dongie.
-Busque a su amigo en otra hora, salga del aula por favor. – Dongie le sonrió a Kibum y salió rápidamente. Kibum le siguió con la mirada hasta que desapareció por completo en la puerta. Había mentido y se sentía un poco mal al respecto, pero necesitaba estar solo un tiempo. De otra manera no podría superar sus miedos.
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Las clases en aquella secundaria eran bastante aburridas, Heechul bostezó mientras miraba su libro de registros; su salón tenía muy buenas calificaciones en el promedio total de todo el colegio. Pero había un alumno que solía ser el primer puesto y ahora estaba último. Suspiró resignado, convencido de que debía hablar con aquel chico por más que le desagrade. Odiaba la forma en la que el menor lo miraba, siempre le gustó tener pretendientes, pero aquel chiquillo era demasiado obvio y directo con sus sentimientos, lo mejor sería citarlo en la sala de profesores ahí no tendría problemas. De repente sintió una mano en su hombro y volteó descuidado ante el saludo, era Minho que traía entre sus manos una gran caja celeste. Se saludaron y el menor se sentó a su lado, la cafetería estaba casi vacía ya que aún no era hora de recreo, no obstante Minho se las había ingeniado para ir a buscar al tutor de Taemin.
-Heechul-ssi necesito que me ayudes- le miró serio mientras jugaba con la caja de regalo- Necesito que disculpes a Taemin de las siguientes clases. ¿Si? Es que hoy cumplimos cien días y quiero…- se avergonzó mientras bajaba la cabeza con el rostro colorado.
-Kyyyyyyyyya, eres igualito a tu padre- sonrió la princesa.- En verdad, así todo perfectito…- mirando como el otro le escuchaba atento- No entiendes por lo que veo, Taemin y yo creemos que tu eres el hijo de Siwon, como los dos son príncipes, nuestros príncipes- sonrió enamorado.- Yo soy la madre de Taemin.- rió un poco- bueno, lo de cubrir a Tae no te preocupes, ya encontraré algo con que disculparlo. Todo por el amor de mis hijos hermosos, cuando me case con Simba los adoptaremos
-¡Jajajaja!- Minho se echó a reír como loco- Entiendo, muchas gracias por ayudarnos. Cierto hablé con mi padre, pese a que es amigo del padre de Siwon me ha dicho que….- Minho no pudo continuar ya que Taemin corrió a abrazarlo y con él llegó otro chico más- Bueno te cuento luego ¿Si?- Heechul asintió con la cabeza.
-Ya me dirás, porque mi príncipe esta muy preocupado, ser ama de casa no le gusta- dijo despreocupado de quien venía con Tae.
-¿De qué hablaban?- preguntó Taemin- ¿De mi?- Minho le sonrió mientras se dejaba abrazar por el menor.
-Te voy a raptar luego del receso…- le susurró Minho al oído. Luego ambos se despidieron y dejaron a Heechul en la cafetería.
Calentó sus manos durante unos minutos con aquella taza de té que tenía entre sus manos y luego de levanto para ir al salón de profesores. Debía llamar a aquel chico problemático, pero al darse vuelta se lo encontró ahí mismo. Había llegado con Taemin y se quedó parado todo ese rato detrás de él. Heechul intento disimular su cara de asco al pensar que era un chiquillo acosador y con la mano lo llamó para ir al aula de profesores. En silencio, caminaron por los pasillos de aquel colegio, estaba algo solitario y le daba algo de miedo al mayor, aquel chiquillo era mucho más alto y tenía fuerza al parecer, de modo que si intentaba algo no podría librarse fácilmente de él.
-¿Tu novia es novio, verdad?- preguntó de la nada el chiquillo, Heechul pretendió no escuchar y siguió caminando- ¿Es simpático? ¿Es mayor o menor que tú? – Rella rabió un poco pero sin importar lo que dijera el otro, no le diría nada- ¿Es de dinero? ¿Por qué te gusta?
-Chiquillo…- Heechul se detuvo en seco, no volteó para evitar querer golpearlo- Voy a hablar claro por ultima vez… A ti no tiene por qué importarte mi vida. Más preocúpate por tus notas, este mes has bajado hasta el último puesto, por tu culpa el salón bajo su promedio ponderado mensual…- Empezando a caminar de nuevo- Eso es lo que te tenía que decir… ya no importa ir al aula de profesores, puedes irte.
-Lo he hecho apropósito, para estar a solas contigo como ahora… para que me prestes atención al menos un minuto… para estar en tus pensamientos un momento. Rápidamente puedo subir mis notas, soy el primer puesto después de todo. Además, el promedio ponderado del salón no me interesa.- Dicho esto el menor siguió a Heechul y lo tomó del brazo- Profesor Heechul, déjeme estar a su lado. No tienes idea de lo mucho que envidio a Taemin y a Minho. A veces, por más que sean mis amigos, cuando los veo cerca de ti, siento que los odio…
-Sueltame… SeungKi. No digas estupideces. – Le amenazó con la mirada- Si sigues diciendo esas tonterías me vas a traer problemas. Ve con los de tu edad y no me molestes…- miró las manos del otro en su brazo. He dicho que le sueltes… odio que las personas me toquen… - el menor le soltó el brazo desconcertado y Rella aprovechó para salir de ahí lo más rápido posible.
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Pasaron unos días y no había rastro de Ryeowook mucho menos de Yesung. Sungmin estaba muy preocupado por sus amigos. Miró indeciso a Eunhyuk que limpiaba una mesa de la dulcería, caminó hasta él y lo abrazó por la espalda. Eun se detuvo y cerró los ojos para sentir a Sungmin. Luego de ver a Kyu aquel día, Sungmin había cambiado mucho. Estaba más triste, peor ya no se encerraba en su departamento a llorar. Estaba más maduro quizás. Los brazos del chico de rosa se apoderaron de su cintura, aforrándose fuertemente a él. No lloró solo se quedó en silencio abrazado a su mejor amigo.
-Ay parece un dejabu verlos así…- Dijo Junsu entrando en la dulcería- Eran tan así cuando estudiábamos juntos.- Sonrió ampliamente- Quiero dulces… hemos venido a comprar, no sé por qué pero lo he convencido de que venga…- señaló a Junho.
-Buenos días- saludó parco el gemelo mientras se sentaba en una mesa. Junsu corrió hacia sus amigos y saltó a abrazar a Eun- lo vas a asfixiar- comentó mientras leía el menú.
-Buenos…- Zhou se quedó en la puerta al ver a Junho sentado en una de las mesas- Días…- Sungmin sonrió ampliamente y corrió a abrazar a Zhou, luego de conversar eran realmente buenos amigos.- Hola Sungmin- saludo al amigo que tenía colgado en su cuello- ¿Cómo has estado?- preguntó nervioso ante la mirada seria y analítica de Junho.
-¿Eh?- Junsu y Eun miraron atónitos a los nuevos amigos- ¿Desde cuando son tan amigos?- preguntaron al unísono.
-Desde ahora- respondió Sungmin jalando a Zhou para sentarlo en la mesa de Junho- Coman los tres juntos ¿Si?- Comer dulces solo es aburrido.
-Lo dice el experto…- bromeó Eunhyuk antes de entrar a la cocina a servir los postres.- ¡Sungminah!- gritó para pedir su ayuda.
-Voy…- respondió el conejo mientras corría hacia su amigo. Junsu se sentó en la mesa y empezó a conversar con Zhou ya que su hermano parecía más interesado en el menú de la tienda. A veces Junsu deseaba golpearlo por ser tan frío con las personas.
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La noche llegó y estaba realmente cansado. Limpiar toda la casa había sido demasiado agotador. Rella no llegaba aún así que se limitó a mirar desde el sofá como se lavaba su ropa. Odiaba tener que lavarla a diario, pero si no lo hacía tendría que usar la ropa de Rella y era realmente incomodo. Como nunca nadie iba a buscarlo siempre estaba en boxer por todo el departamento, estaba acostumbrado. Además su princesa ponía una enorme sonrisa cuando le mostraba sus chocolates. Recostó su cabeza en la parte trasera del sofá y suspiro exhausto. De repente sonó el timbre, de seguro a la princesa le daba flojera sacar sus llaves; sonrió de lado y caminó hasta la puerta. Abrió descuidado de su imagen y la escasa ropa que traía puesta: no era Rella. Era un chiquillo de apariencia feminoide y alto. Este al verlo se le quedó mirando en silencio, sorprendido de encontrar a Siwon en esas fachas.
-Tenía razón… no era novia, era novio…- mirando a Siwon que no sabía cómo taparse-
-¿Buscas a Heechul?- preguntó nervioso
-No, te buscaba a ti, tu eres su novio ¿Verdad?- Siwon asintió con la cabeza- Yo soy Seung Ki, su alumno- al decir esto Siwon casi se muere, era demasiado peligroso que los alumnos supieran que Heechul era gay, eso le traería problemas en el colegio- Descuida no le diré a nadie que es gay, yo también lo soy. Sólo he venido a conocer a mi competencia.
-¿Perdón?- Siwon quería haber entendido mal- ¿Competencia? ¿Cuál?
-Yo estoy enamorado de Heechul, pero el te quiere a ti… bueno de momento.- Dicho esto, el menor se dio media vuelta y se fue. Siwon se quedó sorprendido ante su sinceridad. Se sintió molesto, quizás celoso, pero estaba seguro de que Rella lo amaba. Solo le intrigaba que la princesa no le haya contado nada al respecto.
Pasaron unos minutos y seguía en la puerta, congelándose de frío con un miedo terrible a que le roben lo único que le quedaba: el amor de la princesa. Ni siquiera notó que Heechul estaba frente a él, hablándole.
-¿Siwonie?- Heechul se acercó al otro ya que ni siquiera se había reído con sus bromas.- ¿Amor? ¿Simba? ¿Sucede algo?- hincándose para acercarse a los fríos labios del más alto- Estás frío…- lo abrazó- Vamos…- tomándole de la mano y haciéndolo reaccionar- te calentaré…- sonrió malicioso a lo que Siwon, vuelto en sí, le sonrió de vuelta- ¿Has tenido un día malo?- preguntó el mayor- Yo sí… odio a uno de mis alumnos, es un malcriado, espero que lo expulsen…- Siwon se detuvo en seco y en aquella oscura sala abrazó a Rella- Amor, espera que lleguemos al cuarto, esta bien que me esperes así todo sexy pero en la sala no…
-No me dejes nunca Rella…- le susurró antes de acercar sus labios para formar un beso- No me dejes nunca, no tendré sentido si lo haces.
-¿Ha pasado algo?- preguntó asustado- Me asustas… yo no te puedo dejar, eres mío… y de nadie más. A menos que me seas infiel, ahí si te hago vudu para que te quedes calvo y seas mi esclavo por el resto de tu vida- amenazó a lo que el otro le sonrió.
-Tengo miedo de perderte…- susurró Siwon mientras alzaba en brazos a la princesa- Tengo frío…
-Descuida, no me vas a perder…- rodeando el cuello del más alto con sus brazos- vamos al cuarto, yo te caliento…- mordió su oreja para luego empezar a besar su cuello.
Continuará...
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