Titulo: Freedom
Capitulo: Capitulo Final - Segunda Parte
Fandom: Super Junior, Miyavi
Parejas: Sichul / Michul
Clasificación: Angst
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
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Capítulo final
Segunda parte.
“Luego de todo esto, espero que aún me ames…”
Han pasado ya dos años desde aquel incidente; todos, de alguna manera, salimos bien. Me apoyo en la cama para observar a quien duerme a mi lado, se ve tranquilo, sereno; como si nada hubiera sucedido, como si hubiera perdido la memoria y no recordara nada. Por momentos siento que lo he perdido de nuevo y me apresuro a acercarme mucho a su rostro, para examinar que en realidad está a mi lado. Por momento siento culpa de todo el dolor que pasó, del dolor que sintió el otro, del dolor que sentí yo...
**
Cerró fuertemente la puerta de su habitación, dejándose caer sobre su cama; deseando desaparecer. Ver a esos dos peleando prácticamente a muerte le había dado mucho asco. Se sentía impotente, no eran claros sus sentimientos, no sabía que pensar de Siwon en aquel momento, sentía miedo por Miyavi. Se odiaba a sí mismo por haberlos dejado solos, por no haber sido capaz de detenerlos. En su cabeza incesantes voces daban vueltas a todos sus recuerdos, desde la primera vez en que vio a Siwon, aquella vez en la que sintió que se había enamorado por primera vez. Día de gloria en que los presentaron, fue rápido, desde aquel momento no pudo despegar sus ojos del caballero que con suaves caricias se adueñó de su corazón. Aquel día se sintió tímido, su corazón latió fuertemente al escuchar su voz y sus manos temblaron cuando hizo una venia que expresaba su respeto. La primera vez que Siwon le dijo “Hyung” se sintió en el cielo y cuando empezó a llamarlo por su nombre sintió que poco a poco se había perdido en un sentimiento que antes le era ajeno.
Pero luego vinieron a él los momentos con el japonés, la vez en la que Miyavi se lo llevó en brazos a su departamento. Momentos en los que pensó que cada príncipe serviría para subir su ego, ahora ambos destruían todo lo que él creía ser como persona. Llevó sus frías manos hacia su cabeza, sujetándola fuertemente como intentando detener los recuerdos, como pretendiendo no volverse loco. Su respiración se agitó y su corazón empezó a entrar en pánico. ¿Y si Siwon le hacía algo malo a Miyavi? ¿Y si Miyavi le hacía algo malo a Siwon? Sintió un miedo terrible, una especie de paranoia que nunca antes había experimentado. Tomó sus cosas y salió corriendo de su departamento, debía detenerlos como dé lugar. Incluso si él terminaba lastimado de tanta brutalidad que había visto en aquella pelea. Iba tan apresurado que no notó que alguien le hablaba, tan solo reaccionó cuando Donghae lo tomó del brazo y lo jaló hacia un lado. Sus ojos fueron confusos pero repentinamente se tornaron fieros al ver a su ex mejor amigo.
-¿Qué quieres?- mirando su reloj, intentando detener el tiempo para que nada malo pase. Rogándole a ese Dios, del cual se había olvidado hace mucho, que detenga a ambos, que no permita ninguna tragedia. Sabía de la fuerza de Siwon, sabía de la agresividad de Miyavi. Sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas mientras intentaba escuchar lo que decía el otro–Donghae…- Heechul no pudo más y empezó a llorar con mucha intensidad- déjame ir por favor… déjame que siento que si no voy todo irá mal…-Donghae lo miró aterrado al ver así al otro y sin soltarlo lo acompañó hasta el lugar donde estaba Miyavi.- llama una ambulancia- se apresuró a gritar al ver el cuerpo frío en el suelo. Sus ojos estaban cerrados, parecía que estaba aún dormido, como todas aquellas veces en las que durmieron juntos. Los ojos de Heechul no dejaban de desbordar lágrimas frenéticas, buscaba desesperado por todos lados a su Siwon, pero no lo encontraba. Tenía miedo de lo que hubiera podido pasar.
Donghae tomó el pulso del japonés, era muy débil pero aún estaba vivo. Repentinamente llegaron médicos, reporteros y mucha gente, todos empezaron a especular que era culpa de Kim Heechul que él había desencadenado aquello. Y una vez más, todos, sin saber nada, empezaron a juzgar a la princesa. Una vez más lo señalaban con él culpable de todo. Una vez más se sintió herido, pero aún más cuando notó que esta vez no tenía a Siwon a su lado. Una vez más, algunas de las que hacían llamarse “ELF’s” no estaban con él, algunas de sus queridas Petals, lo juzgaban y reprochaban, siendo totalmente ignorantes de lo que realmente había sucedido. Heechul cerró los ojos para tomar fuerzas solo, estaba solo esta vez. O al menos eso pensaba cuando sintió la cálida mano de Donghae apoyarse en su hombro, expresándole su ayuda. Como aquella vez en la que Heechul apoyó al fish, una vez más ambos estaban rodeados de personas ignorantes que solo sabían señalarlos, pero eso ya no dolía tanto; dolía, para la princesa, no saber dónde estaba su príncipe.
Y las horas pasaron, y todo fue volviéndose muy confuso, incluso para aquellos quienes parecían ser los protagonistas: Heechul, Miyavi y el desaparecido Siwon. Ante cámaras apareció la princesa, intentando explicar algo que él no comprendía bien, algo que minutos antes su manager le había obligado a memorizar. Cubrió sus llorosos ojos con lentes oscuros y sus cabellos despeinados con una gorra.
Deseaba desaparecer en aquel momento. Deseaba no haber existido en la vida de aquellos dos hombres: uno desaparecido y otro luchando por su vida en una camilla de hospital.
**
Hangeng, quien iba de vuelta a casa escucho todo aquello en el noticiero de la radio, se desesperó intentando localizar a sus amigos, pero no consiguió ubicarlos. Lo único que lo tranquilizo era saber que Heechul no estaba solo; estaba acompañado de Donghae, quien no era precisamente el más indicado para ayudar a la princesa, o al menos eso pensó el de origen chino. Aceleró su recorrido hasta llegar al departamento de Heechul en el cual se encontró con una visión muy impactante: Siwon, tendido en el suelo, en pánico total, cubierto de sangre. El chino se apresuró a ayudar a su amigo, pero el coreano simplemente no entraba en razón.
Lloraba una y otra vez repitiendo que había matado a Miyavi. Las palabras de Hangeng no fueron suficientes. Pues el menor no conseguía estar calmado, así que con todo el dolor de su alma, el chino le tiró una cachetada al otro. Logrando que este se calme por unos segundos. No parecía ser él. Algo se había perdido en su mirada, aquella tranquilidad y paz que solía reflejar, se había marchado. Siwon había perdido aquella inocencia que siempre lo caracterizó. Sus ojos estaban desorbitados y su mirada muy perdida, por ratos lloraba desesperado mientras repetía que había matado a alguien.
-Todo va a estar bien…- Hangeng abrazó a su amigo, mientras intentaba localizar a un médico de confianza. Era más que obvio que Choi no estaba bien, y eso le preocupaba.
-Lo mate… Hangeng, lo mate… por más que lave mis manos… siguen oliendo a sangre…- susurró Siwon mientras continuaba llorando. Luego de llamar a un buen doctor, el mayor se encargó de su amigo mientras seguía atento mediante las noticias cómo iba la situación de Rella. Todo parecía tan confuso, tan repentino ¿Dónde había quedado aquella felicidad que Heechul y Siwon demostraron al volver de su viaje?
En el hospital, el manager de Miyavi se exaltó al encontrarse con Heechul y lo amenazó por si algo pasaba. El único culpable sería el pelirrojo. La princesa mordió sus labios y bajo la cabeza, aceptando la culpa, tragó su orgullo herido y se quedó en total silencio mientras el otro hombre le gritaba histérico por la salud de Miyavi. Donghae apoyo sus manos sobre los hombros de Heechul, una vez más; para, silenciosamente, demostrarle su apoyo. Y era el menos indicado, a quien menos quería ver Heechul, pero era al único al que tenía a su lado en aquel momento.
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“Luego de todo esto, espero que aún me ames…”
Han pasado ya dos años desde aquel incidente; todos, de alguna manera, salimos bien. Me apoyo en la cama para observar a quien duerme a mi lado, se ve tranquilo, sereno; como si nada hubiera sucedido, como si hubiera perdido la memoria y no recordara nada. Por momentos siento que lo he perdido de nuevo y me apresuro a acercarme mucho a su rostro, para examinar que en realidad está a mi lado. Por momento siento culpa de todo el dolor que pasó, del dolor que sintió el otro, del dolor que sentí yo. Sé que ya ha pasado mucho tiempo, y a ellos ya se les borraron las heridas de aquella pelea. Pero sé, que aún, los tres, conservamos heridas internas muy difíciles de sanar. La culpa de un corazón roto, recae sobre dos; la locura momentánea invade una mente débil. El amor y la culpa se entrelazaron aquel día, y se vieron confundidos. Sí, yo los confundí o al menos quise hacerlo; elegí admitir mis culpas a amar. No es que me arrepienta, no soy infeliz a su lado, pero por momentos, cuando recuerdo a aquella persona que dejé atrás; mi corazón duele, se aflige, llora en silencio porque le extraña. Y como dice aquella canción que él cantó en el comeback del grupo que dejé atrás por la culpa. “Espero que puedas amarme, cuando el dolor se haya marchado…” ¿Cómo se sintió Siwon al cantar su solo-cover frente a miles de personas que te esperaban? ¿Sentiste aquel vacío en tu estomago que solías disimular cuando recién empezábamos? Espero que en realidad hayas recobrado tu estabilidad; espero que todas aquellas medicinas; que ese Dios en el que crees y quien se olvidó de mí, te hayan ayudado a superar todo ese dolor que dejó en tus recuerdos aquel día. Espero, no, quiero creer que algún día, puedas recordar que amaste a alguien y no te sientas triste, sino, que puedas sonreír como alguna vez lo hiciste al abrazarme. Quizás tome toda una vida, quizás no nos volvamos a ver nunca. Quizás nunca vuelva a mi país, pero esto que yo siento ahora, basta por los dos; ahora que tú no puedes recordar ni mi nombre. Choi Siwon, tus recuerdos fueron manipulados por aquel psiquiatra para olvidar aquello que tanto te trastornó hace dos años. ¿Duele tu corazón roto? ¿Duele la mentira de que yo elegí a Miyavi? Tú recuerdas solo hasta el día en el que Miyavi me llevó en brazos a su hotel. Tú recuerdas solo eso, y es por tu bien.
-¿Princesa?- Miyavi se levanta lentamente y rodea mi espalda para abrazarme como cada mañana desde hace un año. Le sonrío y pretendo estar bien, besa mis labios y me pide que lo ayude. Me levanto de la cama y lo ayudo a levantarse, sonríe cuando consigue pararse, acaricia mi rostro, memorizando cada detalle en él. Quizás recordando cómo era antes de perder la vista.- Princesa, ordenemos comida hoy ¿Qué dices?- sus palabras son suaves, posa sus labios sobre mi boca una vez más. Lo quiero, sí lo quiero, pero no lo amo.
-Está bien, recuerda que no puedes comer cualquier cosa, el doctor dijo que de tiempo en tiempo…- reprocho mientras en sonríe con la mirada vacía.
Yo tomé esta decisión. Yo elegí mi culpa a amar. No hay marcha atrás. No soy infeliz, pero por momento me siento vacío: Siwon me falta. Me falta demasiado. Respiro profundo mientras ayudo a mi novio a sentarse en la mesa, puede que ame a Siwon, pero quien me necesita es otro. Para Siwon yo solo era causante de dolor, pero para Miyavi yo soy su apoyo ahora. Me necesita más que nunca. Me necesita y quizás yo lo necesito para sentirme menos culpable. Si algo me mantiene feliz es que Siwon aún canta por los tres, él es el único que pudo superar todo y continuar en Super Junior. Miyavi, por su condición, no puede cantar, perder la vista no es algo tan fácil de asimilar. Fueron días de días en los que lloró amargamente por haber peleado ese día. Por no haber sido más fuerte para defenderse. Los golpes fueron tan fuertes que provocaron traumas en su sistema nervioso y afectaron su vista. Camino de un lado a otro llamando al delivery, pido todo lo que él se le antoja. ¿Por qué? Porque desde aquella pelea, yo no pude decirle que no. Yo, Kim Heechul, no soy infeliz, pero por momentos, me siento vacío: te extraño Siwon.
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Capítulo final
Segunda parte.
“Luego de todo esto, espero que aún me ames…”
Han pasado ya dos años desde aquel incidente; todos, de alguna manera, salimos bien. Me apoyo en la cama para observar a quien duerme a mi lado, se ve tranquilo, sereno; como si nada hubiera sucedido, como si hubiera perdido la memoria y no recordara nada. Por momentos siento que lo he perdido de nuevo y me apresuro a acercarme mucho a su rostro, para examinar que en realidad está a mi lado. Por momento siento culpa de todo el dolor que pasó, del dolor que sintió el otro, del dolor que sentí yo...
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Cerró fuertemente la puerta de su habitación, dejándose caer sobre su cama; deseando desaparecer. Ver a esos dos peleando prácticamente a muerte le había dado mucho asco. Se sentía impotente, no eran claros sus sentimientos, no sabía que pensar de Siwon en aquel momento, sentía miedo por Miyavi. Se odiaba a sí mismo por haberlos dejado solos, por no haber sido capaz de detenerlos. En su cabeza incesantes voces daban vueltas a todos sus recuerdos, desde la primera vez en que vio a Siwon, aquella vez en la que sintió que se había enamorado por primera vez. Día de gloria en que los presentaron, fue rápido, desde aquel momento no pudo despegar sus ojos del caballero que con suaves caricias se adueñó de su corazón. Aquel día se sintió tímido, su corazón latió fuertemente al escuchar su voz y sus manos temblaron cuando hizo una venia que expresaba su respeto. La primera vez que Siwon le dijo “Hyung” se sintió en el cielo y cuando empezó a llamarlo por su nombre sintió que poco a poco se había perdido en un sentimiento que antes le era ajeno.
Pero luego vinieron a él los momentos con el japonés, la vez en la que Miyavi se lo llevó en brazos a su departamento. Momentos en los que pensó que cada príncipe serviría para subir su ego, ahora ambos destruían todo lo que él creía ser como persona. Llevó sus frías manos hacia su cabeza, sujetándola fuertemente como intentando detener los recuerdos, como pretendiendo no volverse loco. Su respiración se agitó y su corazón empezó a entrar en pánico. ¿Y si Siwon le hacía algo malo a Miyavi? ¿Y si Miyavi le hacía algo malo a Siwon? Sintió un miedo terrible, una especie de paranoia que nunca antes había experimentado. Tomó sus cosas y salió corriendo de su departamento, debía detenerlos como dé lugar. Incluso si él terminaba lastimado de tanta brutalidad que había visto en aquella pelea. Iba tan apresurado que no notó que alguien le hablaba, tan solo reaccionó cuando Donghae lo tomó del brazo y lo jaló hacia un lado. Sus ojos fueron confusos pero repentinamente se tornaron fieros al ver a su ex mejor amigo.
-¿Qué quieres?- mirando su reloj, intentando detener el tiempo para que nada malo pase. Rogándole a ese Dios, del cual se había olvidado hace mucho, que detenga a ambos, que no permita ninguna tragedia. Sabía de la fuerza de Siwon, sabía de la agresividad de Miyavi. Sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas mientras intentaba escuchar lo que decía el otro–Donghae…- Heechul no pudo más y empezó a llorar con mucha intensidad- déjame ir por favor… déjame que siento que si no voy todo irá mal…-Donghae lo miró aterrado al ver así al otro y sin soltarlo lo acompañó hasta el lugar donde estaba Miyavi.- llama una ambulancia- se apresuró a gritar al ver el cuerpo frío en el suelo. Sus ojos estaban cerrados, parecía que estaba aún dormido, como todas aquellas veces en las que durmieron juntos. Los ojos de Heechul no dejaban de desbordar lágrimas frenéticas, buscaba desesperado por todos lados a su Siwon, pero no lo encontraba. Tenía miedo de lo que hubiera podido pasar.
Donghae tomó el pulso del japonés, era muy débil pero aún estaba vivo. Repentinamente llegaron médicos, reporteros y mucha gente, todos empezaron a especular que era culpa de Kim Heechul que él había desencadenado aquello. Y una vez más, todos, sin saber nada, empezaron a juzgar a la princesa. Una vez más lo señalaban con él culpable de todo. Una vez más se sintió herido, pero aún más cuando notó que esta vez no tenía a Siwon a su lado. Una vez más, algunas de las que hacían llamarse “ELF’s” no estaban con él, algunas de sus queridas Petals, lo juzgaban y reprochaban, siendo totalmente ignorantes de lo que realmente había sucedido. Heechul cerró los ojos para tomar fuerzas solo, estaba solo esta vez. O al menos eso pensaba cuando sintió la cálida mano de Donghae apoyarse en su hombro, expresándole su ayuda. Como aquella vez en la que Heechul apoyó al fish, una vez más ambos estaban rodeados de personas ignorantes que solo sabían señalarlos, pero eso ya no dolía tanto; dolía, para la princesa, no saber dónde estaba su príncipe.
Y las horas pasaron, y todo fue volviéndose muy confuso, incluso para aquellos quienes parecían ser los protagonistas: Heechul, Miyavi y el desaparecido Siwon. Ante cámaras apareció la princesa, intentando explicar algo que él no comprendía bien, algo que minutos antes su manager le había obligado a memorizar. Cubrió sus llorosos ojos con lentes oscuros y sus cabellos despeinados con una gorra.
Deseaba desaparecer en aquel momento. Deseaba no haber existido en la vida de aquellos dos hombres: uno desaparecido y otro luchando por su vida en una camilla de hospital.
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Hangeng, quien iba de vuelta a casa escucho todo aquello en el noticiero de la radio, se desesperó intentando localizar a sus amigos, pero no consiguió ubicarlos. Lo único que lo tranquilizo era saber que Heechul no estaba solo; estaba acompañado de Donghae, quien no era precisamente el más indicado para ayudar a la princesa, o al menos eso pensó el de origen chino. Aceleró su recorrido hasta llegar al departamento de Heechul en el cual se encontró con una visión muy impactante: Siwon, tendido en el suelo, en pánico total, cubierto de sangre. El chino se apresuró a ayudar a su amigo, pero el coreano simplemente no entraba en razón.
Lloraba una y otra vez repitiendo que había matado a Miyavi. Las palabras de Hangeng no fueron suficientes. Pues el menor no conseguía estar calmado, así que con todo el dolor de su alma, el chino le tiró una cachetada al otro. Logrando que este se calme por unos segundos. No parecía ser él. Algo se había perdido en su mirada, aquella tranquilidad y paz que solía reflejar, se había marchado. Siwon había perdido aquella inocencia que siempre lo caracterizó. Sus ojos estaban desorbitados y su mirada muy perdida, por ratos lloraba desesperado mientras repetía que había matado a alguien.
-Todo va a estar bien…- Hangeng abrazó a su amigo, mientras intentaba localizar a un médico de confianza. Era más que obvio que Choi no estaba bien, y eso le preocupaba.
-Lo mate… Hangeng, lo mate… por más que lave mis manos… siguen oliendo a sangre…- susurró Siwon mientras continuaba llorando. Luego de llamar a un buen doctor, el mayor se encargó de su amigo mientras seguía atento mediante las noticias cómo iba la situación de Rella. Todo parecía tan confuso, tan repentino ¿Dónde había quedado aquella felicidad que Heechul y Siwon demostraron al volver de su viaje?
En el hospital, el manager de Miyavi se exaltó al encontrarse con Heechul y lo amenazó por si algo pasaba. El único culpable sería el pelirrojo. La princesa mordió sus labios y bajo la cabeza, aceptando la culpa, tragó su orgullo herido y se quedó en total silencio mientras el otro hombre le gritaba histérico por la salud de Miyavi. Donghae apoyo sus manos sobre los hombros de Heechul, una vez más; para, silenciosamente, demostrarle su apoyo. Y era el menos indicado, a quien menos quería ver Heechul, pero era al único al que tenía a su lado en aquel momento.
**
“Luego de todo esto, espero que aún me ames…”
Han pasado ya dos años desde aquel incidente; todos, de alguna manera, salimos bien. Me apoyo en la cama para observar a quien duerme a mi lado, se ve tranquilo, sereno; como si nada hubiera sucedido, como si hubiera perdido la memoria y no recordara nada. Por momentos siento que lo he perdido de nuevo y me apresuro a acercarme mucho a su rostro, para examinar que en realidad está a mi lado. Por momento siento culpa de todo el dolor que pasó, del dolor que sintió el otro, del dolor que sentí yo. Sé que ya ha pasado mucho tiempo, y a ellos ya se les borraron las heridas de aquella pelea. Pero sé, que aún, los tres, conservamos heridas internas muy difíciles de sanar. La culpa de un corazón roto, recae sobre dos; la locura momentánea invade una mente débil. El amor y la culpa se entrelazaron aquel día, y se vieron confundidos. Sí, yo los confundí o al menos quise hacerlo; elegí admitir mis culpas a amar. No es que me arrepienta, no soy infeliz a su lado, pero por momentos, cuando recuerdo a aquella persona que dejé atrás; mi corazón duele, se aflige, llora en silencio porque le extraña. Y como dice aquella canción que él cantó en el comeback del grupo que dejé atrás por la culpa. “Espero que puedas amarme, cuando el dolor se haya marchado…” ¿Cómo se sintió Siwon al cantar su solo-cover frente a miles de personas que te esperaban? ¿Sentiste aquel vacío en tu estomago que solías disimular cuando recién empezábamos? Espero que en realidad hayas recobrado tu estabilidad; espero que todas aquellas medicinas; que ese Dios en el que crees y quien se olvidó de mí, te hayan ayudado a superar todo ese dolor que dejó en tus recuerdos aquel día. Espero, no, quiero creer que algún día, puedas recordar que amaste a alguien y no te sientas triste, sino, que puedas sonreír como alguna vez lo hiciste al abrazarme. Quizás tome toda una vida, quizás no nos volvamos a ver nunca. Quizás nunca vuelva a mi país, pero esto que yo siento ahora, basta por los dos; ahora que tú no puedes recordar ni mi nombre. Choi Siwon, tus recuerdos fueron manipulados por aquel psiquiatra para olvidar aquello que tanto te trastornó hace dos años. ¿Duele tu corazón roto? ¿Duele la mentira de que yo elegí a Miyavi? Tú recuerdas solo hasta el día en el que Miyavi me llevó en brazos a su hotel. Tú recuerdas solo eso, y es por tu bien.
-¿Princesa?- Miyavi se levanta lentamente y rodea mi espalda para abrazarme como cada mañana desde hace un año. Le sonrío y pretendo estar bien, besa mis labios y me pide que lo ayude. Me levanto de la cama y lo ayudo a levantarse, sonríe cuando consigue pararse, acaricia mi rostro, memorizando cada detalle en él. Quizás recordando cómo era antes de perder la vista.- Princesa, ordenemos comida hoy ¿Qué dices?- sus palabras son suaves, posa sus labios sobre mi boca una vez más. Lo quiero, sí lo quiero, pero no lo amo.
-Está bien, recuerda que no puedes comer cualquier cosa, el doctor dijo que de tiempo en tiempo…- reprocho mientras en sonríe con la mirada vacía.
Yo tomé esta decisión. Yo elegí mi culpa a amar. No hay marcha atrás. No soy infeliz, pero por momento me siento vacío: Siwon me falta. Me falta demasiado. Respiro profundo mientras ayudo a mi novio a sentarse en la mesa, puede que ame a Siwon, pero quien me necesita es otro. Para Siwon yo solo era causante de dolor, pero para Miyavi yo soy su apoyo ahora. Me necesita más que nunca. Me necesita y quizás yo lo necesito para sentirme menos culpable. Si algo me mantiene feliz es que Siwon aún canta por los tres, él es el único que pudo superar todo y continuar en Super Junior. Miyavi, por su condición, no puede cantar, perder la vista no es algo tan fácil de asimilar. Fueron días de días en los que lloró amargamente por haber peleado ese día. Por no haber sido más fuerte para defenderse. Los golpes fueron tan fuertes que provocaron traumas en su sistema nervioso y afectaron su vista. Camino de un lado a otro llamando al delivery, pido todo lo que él se le antoja. ¿Por qué? Porque desde aquella pelea, yo no pude decirle que no. Yo, Kim Heechul, no soy infeliz, pero por momentos, me siento vacío: te extraño Siwon.
FIN
KIIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAç
ResponderEliminarLLORO a mares T.T---
me has hecho amar al Sichul....
lo amo TOT
gracias por tu escritura :D