13 jun 2009

Fanfic Serial: Sex & Candy - Cap 28

Autor: Kainet
Titulo: Sex & Candy (AKA Sendy)
Capitulo: 28
Fandom: Super Junior, SHINee, TRAX
Parejas: Sichul / Varias
Clasificación: Angst / Au / Lemon
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.

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Capitulo 28:

"Estoy sangrando" se decía a sí mismo mientras intentaba mantener su respiración calmada: estaba escondido en un lugar muy oscuro y sucio para un niño de su edad, para sus heridas internas y externas. Sus rodillas, rapadas, empezaban a generar pequeñas gotitas de sangre que se escapaban por las diminutas heridas que nacieron al impactar contra el suelo. Las manos sucias, incapaces de aliviar el dolor corporal, se movían lentamente buscando donde tocar, buscando un lugar donde no duela. Los pequeños pies recogidos en forma fetal denotaban el frágil cuerpo del niño y sus cabellos, algo largos, caían despeinadamente sobre sus ojos, creando una cortina imaginaria sobre sus grandes mejillas: ocultando las lágrimas inminentes de un infante temeroso.

"Tengo miedo, estoy solo" pensaba mientras sentía los pasos de sus opresores buscarlo, incesantemente, cada vez más cerca; luego se alejaban y luego volvían desesperados al lugar inicial. Mordiendo sus labios, haciéndolos sangrar, aguantaba la respiración y su llanto; estaba solo y era lo único que podía hacer para mantenerse a salvo de aquellos chicos mayores. No comprendía el por qué lo molestaban tanto, su inocente cerebro y forma de razonar no entendía o quizás no querían hacerlo. No era una mala persona, no lastimaba a los demás niños, no obstante, los demás lo molestaban a él. Las ilusiones con las que llegó, en pocos días, con unos cuantos golpes, se habían estrellado contra el piso; cual vaso de cristal, su seguridad de quebró.

Hacía muy poco que había llegado a aquel país, ajeno en idioma y cultura. No conocía a nadie y nadie lo conocía a él. Usualmente paraba solo y no era alguien que sobresaliera por su sociabilidad. Constantemente lloraba por las noches: Corea estaba muy lejos y con ello sus pocos amigos y gran parte de su familia. Papá y mamá habían decidido migrar a aquel continente, alegando que quizás era lo mejor para él. Vivir ahí le daría una mejor cosmovisión, el manejo de dos idiomas le haría bien en el futuro, y de seguro todo eso le ayudaría a desenvolverse mejor: siempre fue un niño callado y tímido. No obstante, odiaba aquel lugar, odiaba el idioma en el que ahora se veía obligado a hablar; se odiaba a sí mismo.

El pequeño Kibum recogió sus adoloridas piernas y las abrazó para luego ocultar su rostro entre sus rodillas: las lágrimas se hacían pesadas y repentinamente se desbordaban de sus ojos. Lloró en silencio, acostumbrando a su cuerpo a ese eterno silencio, el cual años más tarde lo atormentaría. Se acostumbró tanto a su silencio que cuando quiso volver a hablar, le resultaba demasiado difícil. Su estadía en aquel país fue una verdadera pesadilla. Ante su silencio, generado como autodefensa frente a los niños que lo molestaban; el pequeño Kibum se convirtió en un ser muy solitario, muy silencioso, muy desconfiado, muy reprimido.

Para cuando entró en la universidad, ya le era un problema crónico el relacionarse con los demás. Le costaba demasiado, pese a conocer a Heechul y Shindong, siempre le resultaba terrible decir lo que sentía o pensaba. Era una mezcla de miedo al rechazo de los demás, pánico a su voz con su constante timidez. Amó durante mucho, en silencio a Donghae. Ahora, con el paso del tiempo, llegó el momento en el que debía decir fuerte y claro lo que sentía por este. Era difícil, era imposible, pensaba de momento en momento mientras se volvía a perder en los recuerdos de su niñez en los Estados Unidos.

Aquella clase en la universidad era aburridísima, haciéndole mucho más difícil el querer despejar sus pensamientos de Donghae. Apoyo una de sus mejillas sobre su brazo y desvió la mirada hacia la ventana que tenía en frente. Observaba a cada persona pasar, observando detenidamente como casi todos iban en grupos. El no era de ese tipo de persona que encajaba tan bien en la universidad y en cierta medida, los envidiaba. Tenía muchos conocidos, pero solo era por los trabajos académicos. Sus pocos amigos se limitaban a dos en el todo el campus: Donghae y Shindong.

Dejó escapar un suave suspiro de sus labios, las personas lo miraban más que antes y es que ser besado dos veces, frente de toda la población universitaria, por el chico más conocido no era algo común. Muchos lo señalaban con desprecio, pero nadie se atrevía a acercarse a molestarlo sobre su homosexualidad. Quizás por influencia de Donghae. De haber sido cualquier otro, ya estaría siendo golpeado por sus compañeros. Pero al ser Donghae quien lo besaba, le daba cierta protección. Nadie se atrevía a hablar mal de Donghae, era muy querido entre sus compañeros. Su repentina homosexualidad fue tomada con mucha calma, la gran mayoría decía que estaban en el mundo moderno y que no era nada del otro mundo que dos chicos se quieran. Pero todas aquellas opiniones eran acomodadas de tal manera por ser Donghae. No era algo que le preocupaba mucho, realmente no le importaba lo que decían los demás; pero en cierta medida lo intimidaba el no saber que decir o hacer cuando repentinamente aparecía Donghae y le robaba un beso. Lo estaba provocando, llevándolo casi al borde de la locura, acorralándolo contra un camino sin salida. Como decía su profesor de teoría del conocimiento: estaba estancado en una situación de doble vínculo. Quería formalizar y ya, pero al ser él quien debía dar el primer paso, lo complicaba todo.

Fue en busca de ayuda, fue donde Heechul; no obstante, el pelirrojo estaba tan deprimido que no pudo ayudarlo mucho. Sus consejos eran para personas decididas y directas: personas diferentes a él. De rato en rato la princesa se distraía y miraba con nostalgia un cesto de golosinas. Sus ojos se perdían en esos coloridos envoltorios y de repente se llenaban de lágrimas. Lágrimas que ante su orgullo, eran reprimidas al punto de esconderse en una coqueta sonrisa. Fue en busca de Sungmin, no obstante este le recomendó algo muy indecente para empezar una relación. Quizás el conejo pervertido no estaba pasando por un momento romántico, quizás porque nunca había tenido que declarar su amor; quizás porque estaba cansado o porque le faltaban dulces ese día. Habló con Shindong, pero este solo pensaba en la hora de ir a comer con su novia. Era comprensible, sus amigos tenían vidas propias, problemas que afrontar y tiempo que emplear en otras cosas. Asuntos en lo que él no estaba incluido. Definitivamente, era un problema que debía resolver solo. Un dilema complicado en su sencillez: solo se trataba de abrir la boca y decir lo que estaba sintiendo.

Entrecerró los ojos ante el terrible aburrimiento que sentía en aquella clase, cuando de repente la alarma de incendios empezó a sonar. Aturdiendo a todos sus compañeros y su profesor, quien salió corriendo sin preocuparse por sus aprendices. Todos salieron corriendo detrás de este, mientras el cachetón se levantaba perezosamente de su asiento, caminó unos pasos hasta la puerta en donde Donghae lo tomó de la mano y lo sacó, prácticamente arrastrando, de aquel lugar.

-Donghae...- susurró al notar que en lugar de huir del incendio, ambos corrían hacia el ultimo piso de la facultad.- Tenemos que correr en dirección opuesta...- le detuvo antes de llegar a la azotea.
-El incendio... es solo una forma de sacarte de esa aburrida clase de sociología...- le sonrió pícaro antes de continuar su camino.- Aquí nadie nos encontrará...- cerró la puerta mientras le soltaba de la mano- Hace un viento excelente aquí...- alzó los brazos dejando que su corto polo se levante un poco para mostrar su estomago. Kibum se sonrojó un poco ante aquella visión pero la disimuló con una enorme sonrisa.- Estaba muy aburrido en clase... pensé que quizás tu también lo estabas, salí al baño y listo... la alarma se activó sola- jugó con sus manos para aparentar inocencia.- Te juro que yo no active la alarma- sonrió travieso ante la mirada analítica del otro- No soy un niño que hace esas cosas...- acercándose para tomarle de las manos.- Créeme...
-Eres un niño total...- sonrió Kibum, no era difícil estar con Donghae, no era difícil hablar, pese a que algunas veces Kibum hablaba muy bajito, el otro siempre lo escuchaba atento. Era fácil hablar con alguien que estaba dispuesto a escucharlo, no obstante era demasiado difícil decir lo que debía decir- Es un bonito lugar...
-Lo sé, traigo a todas mis conquistas a este lugar- bromeó Donghae ante la mirada enojada de Kibum- Es broma, a decir verdad...- se dejó caer en el suelo- Siempre he venido solo aquí, venía a quitarme la máscara y a calmar mis demonios internos...- sonrió con la mirada distraída- Quería que lo conocieras... es tan tranquilo, me gusta mucho este lugar, a veces vengo a hablar con mi padre...
-Siento mucho lo de tu padre...- Kibum se sentó a su lado a lo que Donghae dejó que su cabeza se apoyara en el hombro del otro. Repentinamente una lágrima se escapó de los ojos de Donghae, el cachetón llevó lentamente sus manos hacia aquel pedazo de tristeza y lo secó lentamente.
-Lo extraño mucho, es mi mejor amigo. Desearía que él te hubiera conocido...- susurró antes de que se le quiebre la voz. Kibum se acercó un poco y besó su frente. Era el momento oportuno de decirlo, realmente lo era. Pero por más que intentó decirlo las palabras no salieron de su boca. Ordenó demasiadas veces sus oraciones, tanto que se le pasó el tiempo y solo consiguió que se les acabe la tarde en aquel lugar.

***

---Flash Back---

"Dejarte ir..." susurró Sungmin dejando caer algunas lágrimas. Asintió con la cabeza mientras escuchaba todo lo que decía Kyuhyun del otro lado del teléfono. Tragó saliva mientras mordía sus labios para reprimir sus suspiros desesperados; para que el otro no lo descubra llorando. Aunque, probablemente era consiente que estaba empapado en lágrimas. No podía hacer nada, no podía detenerlo, estaba muy dolido. Quizás dejar ir a Kyu era la mejor opción. Había tanto por olvidar, tanto por perdonar; demasiada distancia entre ambos, demasiados errores. Demasiadas lágrimas. Él necesitaba un tiempo solo y estando en Corea del Sur nada se solucionaría. Sentía que amaba demasiado a Sungmin pero también amaba a Zhou Mi. "¿No me pides que te espere?" preguntó tratando de que no se le quiebre la voz. Kyu se quedó en silencio, necesitaba aclarar sus sentimientos pero no era algo seguro. No podía ser tan egoísta de pedirle a Sungmin que lo espere. Podía resultar que amaba a Zhou Mi, podría descubrir que no amaba a ninguno; como podría descubrir que solo amaba a Sungmin. No era seguro, era doloroso, era un camino muy tortuoso como para arrastrarlo con él. Lloró un poco y le pidió algo en lugar de que lo espere. "¿Que sea feliz?" repitió, Sungmin, las palabras de Kyu. "Que sea feliz..." volvió a repetir las palabras del otro mientras lloraba sin mesura.

Se sintió morir, pero quizás era lo mejor. Sus manos temblorosas eran sostenidas por alguien: no estaba solo. Volteó a ver a aquel amigo de toda la vida, aquel que sostenía su mano en un momento tan difícil. Una leve sonrisa en sus labios y el corazón de Sungmin sintió alivio. Después de todo, Eunhyuk siempre aliviaba tus heridas. A veces no era capaz de curarlas, pero con una sonrisa, le devolvía la respiración. Era su medicina perfecta, el dulce más deliciosos y precioso que había probado. Una amistad sin límites, un amigo fiel. Un amigo al que amó y al que amaba ahora, quizás no como a Kyu, pero lo amaba a su manera. "Seré feliz Kyuhyun..." secó las lágrimas, con la mano que le quedaba libre, antes de continuar hablando. Observó durante unos minutos los ojos confusos del mono y le sonrió con la mirada algo triste. "Seré feliz y espero que algún día tú puedas serlo también... Adiós entonces..." Dicho esto Sungmin cortó la comunicación. Kyu no volvió a llamar y aquel departamento se quedó tan silencioso. Tan dolido. Eunhyuk abrazó fuertemente a Sungmin.

-¿Quieres intentar ser feliz conmigo?- le preguntó mientras le tomaba del rostro para mirarle directamente a los ojos- Sungmin yo...- hizo una pausa ante la mirada cristalina del otro- yo ya no negaré lo que soy y lo que siento. Tuve mucho miedo durante tanto tiempo, tuve miedo a enamorarme de ti, el problema es que ya estaba enamorado de ti...- se acercó lentamente a los labios del otro, como dándole tiempo para negarse; pero este no lo hizo. Suavemente empezó a besarlo- Es tu turno de utilizarme...- le susurró antes de volver a besarlo.- Utilízame para ser feliz…- completó su oración cuando se les acabo el aire en aquel beso.

---Fin del Flash Back---


-¿En qué piensas?- preguntó Sungmin mientras se abrazaba a la cintura de Eunhyuk, al volver de aquel doloroso recuerdo.
-En lo tonto que he sido todo este tiempo- contestó extendiéndole una enorme caja de chocolates- Son franceses, los mandó mi madre para degustación- Tu eres el experto en eso...- sonrió gracioso
-Amo los chocolates- empezó a saltar de un lado a otro- ¿Sabes?- se detuvo durante unos minutos y puso mirada seria- Sí fuiste un tonto, pero un tonto muy lindo- dicho esto se apresuró a robarle un beso y corrió dentro de la dulcería para devorar aquellos chocolates importados.
-El lindo eres tú...- susurró antes de ponerse a limpiar una de las mesas de aquel lugar. Ya habían pasado dos meses desde la partida de Kyu. No sabían nada de él, ni siquiera en que país estaba, pero era lo mejor; de lo contrario sería muy difícil llevar aquella relación que estaban empezando Sungmin y él. Sabía que Sungmin no lo amaba, pero lo quería mucho y eso bastaba.

**

El piano de aquel lugar estaba muy solitario. Heechul rodeó aquel instrumento musical durante unos minutos. Deslizando sus dedos para sentir la fría textura. Había sido demasiado tiempo sin Siwon, los cien días habían pasado, tortuosos y excesivamente lentos. El príncipe no volvía y la princesa sentía que poco a poco empezaba a morir. Se sentó en el rojo banquito que estaba situado frente al gran piano. Aquel día habían sido invitados a aquel lujoso Resort, no pudo negarse ante la exigencia de Minho. Taemin se veía algo distante y deseaba ayudarlo de alguna manera. Rose no decía palabra alguna y Jay parecía demasiado distraído en su relación que no ayudaba mucho en los problemas del pequeño. Un dedo se posó sobre la fría tecla de aquel piano, invitándolo a tocar lo que sentía en aquel momento. Impotencia, dolor, tristeza, nostalgia, desesperación. Una melodía que le arrebataba lentamente los sentidos, una melodía que no tacaba en mucho tiempo. No había público en aquel lugar, estaba solo en aquel momento y se sentía bien. Dos dedos, luego tres y finalmente, sus dos manos fueron atrapadas por aquel piano de cola blanco. Tecla a tecla, lentamente fue dejándose llevar por los recuerdos y las nostalgias; suavemente entregándose a aquella melodía escrita por Beethoven.

Unos ojos mayores se posaron en aquella silueta que tocaba con tanto sentimiento la pieza musical. Ojos de un hombre mayor que enmudeció al observar tanta tristeza en un ser tan joven. Ojos que poco a poco fueron llenándose de lágrimas mientras avanzaba la melodía. Los cabellos rojos de Heechul caían sobre su mirada, evitando una visión de sus ojos, no obstante las cristalinas lágrimas que mojaban sus mejillas eran evidencia de su llanto, de su dolor. Luego de unos segundos, ya no eran un par de ojos que lo examinaban; eran dos. Alguien más había sido llamado por aquella melodía tan sentida. Un chico joven y alto, de mirada triste. Intentó ir a secar aquellas lágrimas pero el hombre viejo lo detuvo con la mirada y también tomándolo del brazo. Recordándole al joven su promesa. El menor bajó la mirada con desesperación, frustración. Su corazón latía dolido al ver como aquel pianista gritaba en silencio, con aquella canción lo mucho que extrañaba a su príncipe.

-Ve a tu habitación...- ordenó el mayor- estamos aquí por negocios, no lo olvides Siwon- el viejo le soltó del brazo ante la mirada adolorida de su hijo- Es una orden.- agregó haciendo que el menor se marche resignado. El hombre viejo caminó lentamente hacia quien tocaba el piano con desesperación.- Una hermosa interpretación de Moonlight Sonata- comentó cuando el otro había terminado de tocar la melodía- Beethoven...
-Gracias...- respondió Heechul ensimismado en sus pensamientos, sin siquiera voltear a ver quien le hablaba.
-¿No me reconoces?- preguntó el hombre mayor a lo que el pelirrojo levantó la mirada para encontrarse cara a cara con el padre de Siwon.- Veo que ahora sí... - fingió una mueca- He oído que no tienes familiares cercanos, que vives de una pensión, la cual no fue suficiente para mantener a mi hijo y te obligó a trabajar durante un tiempo- La expresión de Heechul cambió. Se notaba el enojo en sus ojos, mas permanecía callado- Tengo una oferta muy provocativa para ti...
-No me interesa, gracias...- dicho esto Heechul se apresuró a levantarse de su asiento- Si me disculpa, señor...- empezó a caminar hacia la salido.
-Solo respóndeme algo...- le detuvo el hombre viejo. Heechul volteó desafiante, con pequeñas lágrimas en los ojos- ¿Amas a mi hijo?
-La palabra amar es muy pequeña como para describir lo que él y yo sentimos...- dijo para luego continuar su camino.

Estaba enojado, triste, humillado. De no ser por ser mayor ya le hubiera tirado una cachetada a su suegro. Maldijo a todos los antepasados de los Choi mientras iba renegando por los grandes jardines de aquel Resort. Iba tan enojado que no notó que su príncipe lo observaba desde uno de los balcones de aquel lugar. Ni siquiera notó que Jay venía en dirección opuesta. Iba tan metido en su enojo que chocó directamente con este.

-Demonios ¿Que no te fijas?- chilló histérico. Siwon sonrió de lado, amaba eso en Heechul, pero la sonrisa se le borró cuando notó al otro, ¿Qué hacían Heechul y Jay en un Resort lujoso? Sus celos lo cegaron. El enojo en su rostro era evidente, estaba por ir corriendo a enfrentar a aquellos dos cuando vio a Rose y Taemin acercarse.
-Cálmate...- dijo Jay limpiándose la ropa- ¿Estas bien?
-No, fíjate que no...- le contestó la princesa cruzándose de brazos
-¿Qué sucede? ¿Jay que le has hecho a Heechul?- amenazó Rose- Contesta...- dijo medio histérico también. Jay se llevó las manos a la cara, soportar a Rella era algo que podía hacer. Tolerar a Rose, también. Pero teniendo a esos dos, juntos e histéricos era algo que lo superaba.
-Contéstale a mi hermanito- se les unió el pequeño Taemin. Jay lo miró alarmado, quizás el pequeño pasaba demasiado tiempo con aquellos dos. Poco a poco empezaba a formar una actitud histérico-principesca en su ser- Ya ves hermanito... Jay es un tonto...- se cruzó de brazos mientras se colocaba en la misma posición que los otros dos.
-Dios libre a Minho...- dijo Jay- No es que ya no son dos princesas histéricas sino tres... uno en miniatura- mirando a Taemin. Siwon que observaba todo desde el balcón no pudo evitar sonreír nervioso. No le deseaba a nadie, ni a su peor enemigo, estar en la situación en la que estaba Jay.- No le he hecho nada, él ya estaba así de enojado cuando nos chocamos. Encima le pregunto si está bien y me responde de mala gana. Llegas tú- miró a su novio- y en lugar de defenderme te pones de lado de él. Llega el mini-heechul y es lo mismo... ¿Qué hemos hecho los hombres para ser tan maltratados por las tres princesas?- dijo irónico arrancándole una sonrisa a su novio.
-Lo siento amor...- caminó Rose hasta su novio y le besó en la boca.
-Mini Heechul- renegó Taemin. Pero no duró mucho tiempo su enojo porque detrás de él apareció Minho y lo rodeó de la cintura para tranquilizarlo.
-Tú eres el mini Heechul y yo el mini Siwon- le susurró al oído haciendo que el menor se olvide de todo enojo. Siwon sonrió al ver a las dos parejas, era bueno saber que sus amigos estaban bien. No obstante se sintió mal cuando vio que no había un tercer príncipe para calmar a aquella princesa histérica. Observó como Heechul se abrazó a sí mismo y con una expresión muy triste salió corriendo de aquel lugar.

**

Levantó su cuerpo pesadamente, siento sostenido por Ryeowook, lentamente se acercó a la barra de metal que lo esperaba y se sujetó fuertemente para empezar su terapia. Yesung no conseguía movilizar sus piernas después de dos meses, sin embargo no dejaba de intentarlo. Tenía a su novio a su lado y eso bastaba. Quizás era su castigo por haber dejado que los celos lo cieguen.
Bajó la cabeza en signo de frustración al darse cuenta de que no podía avanzar; pero Wook besó su frente y acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja. Haciéndole entender que tenían todo el tiempo del mundo. Que nadie lo apresuraba, que podía seguir intentándolo una y otra vez. Entonces levantó la mirada decidido. Su cuerpo pesaba, pero era hora de librarse de esas cadenas invisibles que lo apresaban a una silla de ruedas. Extendió un pie y luego el otro. Dio un paso, luego dos y finalmente, al tercero cayó sobre sus rodillas. Quiso llorar pero sintió, aún, la mano de Ryeowook, sosteniéndolo, motivándolo a levantarse.

-Tú puedes…- le sonrió- Tú puedes…- le repitió.
-Una vez más…- Susurró Yesung secando el sudor de su frente, para luego volver a levantarse.

**

Corrió hasta que se quedó sin aliento. Corrió hasta que sus lágrimas se secaron con el viento de aquella tarde tan triste. Se sentía dolido, enojado, incomprendido. Sentía que se asfixiaba y que no había nadie que pudiera ayudarlo. Dejó que su cuerpo caiga sobre una roca ancha que estaba dirigida hacia el hermoso mar semi-anaranjado de aquel día que empezaba a morir. Ver la puesta de sol solo era horrible. Abrazó su cintura mientras suspiraba nervioso. Pensando que quizás Siwon estaba en el mismo lugar que su padre. Saberlo en aquel lugar y no haberlo visto, lo frustraba.

-Heechul hyung- Taemin se sentó a su lado con la voz temblorosa- Hyung, Siwon me entregó una carta. Dijo que parte hoy en la noche. Que desea verte pero que tú comprendes que no puede.
-Estoy cansándome de comprender algo tan ilógico…- respondió Heechul lastimando a quien se escondía entre las plantas para verlo de cerca- Su padre… es una persona cruel…- secó sus lágrimas. Frustrando a Siwon que solo podía observarlo de lejos- Me frustro… lo necesito demasiado- Miró a Taemin que lloraba ante sus palabras- ¿Qué ha sucedido?- preguntó alarmado.
-Quiero que estés con él hyung…- lloró antes de abrazarlo- Quiero que sean felices…- Heechul acarició la cabeza del pequeño y sonrió con la mirada melancólica.- Hyung…- continuó llorando.
-Descuida, puedo llorar, gritar, desesperarme de un momento para otro… pero no puedo dejar de amarlo tan fácilmente… Ahora- secó los ojos del mejor- ¿Le dirás a omma que ha sucedido con Minho? El hijo de Siwonie está muy preocupado. Dice que prácticamente lo evitas. Taemin enmudeció ante la pregunta del mayor.- ¿Han peleado?- el otro solo negó con la cabeza- ¿Hay otro chico que te guste? ¿O quizás te pones celoso de algún amigo de Minho?- Taemin ocultó su rostro en el pecho de Heechul, preocupándolo demasiado.
-Es que…- hizo una pausa aún más preocupante.- SeungKi…- pronunció un nombre que hizo que Heechul y Siwon se pusieran nerviosos- Él trató de… el otro día pero luego… lo. Consiguió en cierta manera- se le quebraba la voz mientras sus ojos se llenaban de miedo y desesperación.- Rose… intenté decirle pero no quiero preocuparlo… Hyung…- se apresuró a decir cuando vio que Heechul se paraba enfurecido de su sitio- Hyung no… por favor no lo busques….
-¿Cómo que no lo busque? Ese maldito bastardo me va a escuchar…- Los ojos de la princesa expresaban ira- Ese maldito niño malcriado…- renegó- Todo el martirio que mi hizo pasar en el colegio lo pasé por alto pero no le perdonaré lo que te hizo. Tenemos que denunciarlo, te violo Taemin… eso no debe quedar así como así…
-No… por favor.- Le rogó el menor- No logró hacerlo, en ninguna de las dos veces que me encerró en el salón. No logró hacerme nada…- sus ojos expresaban pánico- Él… yo no quiero que le haga nada a Minho. Pero me es difícil soportar que me toque… Me siento mal cuando Minho me toca…- abrazó la cintura de su hyung- Si el se entera me va a dejar.
-No… Taemin, no- Heechul levantó la cara de su “hijo”- Entiende, tu no tienes la culpa de nada. Creo saber por qué ese niño estúpido hizo todo esto.
-Tienes que denunciarlo…- no soportó más su silencio y salió de los arbusto. Siwon estaba muy enojado.- Hola…- se apresuró a robarle un beso a la princesa antes de continuar hablando. Como aprovechando los minutos escasos para hacerle saber lo mucho que lo amaba y extrañaba- Tae… es algo grave, ese chico merece un castigo, está mal de la cabeza.- Ante sus palabras, Heechul solo lo miró fijamente, en total silencio, como intentando mantener el sabor a sus labios en los suyos.- En cuanto a Minho, creo que la confianza es algo que mantiene viva a una pareja. Y es algo que debes hablar con él.- aconsejó al pequeño que lo miraba en silencio.
-Tengo miedo, el ya no me va a querer…- lloró un poco más.
-No digas cosas tontas, no pareces mi hijo- bromeó Heechul al recuperar el aliento.- Osea, algo mejor que tú, jamás va a encontrar… Minho lindo es como su appa, perfecto. Jamás te dejaría solo.- besó la frente de Taemin- Yo me encargo de ese pequeño mal nacido, ser no viviente…
-No…- Siwon le miró algo desafiante- YO ME ENCARGO DE ÉL.- dicho esto se apresuró a robarle otro beso a Cinderella- Debo irme o mi padre sospechará…- susurró con su habitual mirada de niño bueno.- Espérame…- miró a Heechul por ultima vez y se alejó entre las plantas de aquel lugar.

**

Pasaron algunos días desde aquella vez en la que estuvieron tan juntos en el último piso de la facultad de comunicaciones. Kibum jugaba con su comida mientras Donghae devoraba su hamburguesa. El pescado estaba tan hambriento que ni se fijó que tenía un poco de salsa de tomate en su mejilla. Kibum tomó una servilleta y delicadamente empezó a limpiar de su rostro aquella mancha. Donghae le sonrió con la boca que estaba a punto de estallar por aquel enorme mordisco que le había dado a su alimento. Ciertamente amaba que Kibum lo observara tanto. Era algo que le encantaba, no obstante empezaba a desesperarse ante su lentitud para pedirle que sea su novio.

Kibum continuó jugando con sus papas fritas, sabía que a Donghae le encantaba comer ahí, no obstante el olor a aquella comida americana lo enfermaba. Le traía demasiados malos recuerdos. Donghae había terminado toda su comida y miraba atento el plato de Kibum; este le sonrió y le ofreció su comida. El pescado no se negó y empezó de nuevo a comer la comida rápida.

-Donghae…- susurró Kibum esperando que el otro no lo escuche. Pero este levantó la cara de inmediato. El cachetón se puso nervioso al sentir su mirada, su corazón latía demasiado rápido y el temblor en sus manos era algo notorio.- He llegado a una conclusión…- sonrió tratando de disimular sus nervios. Donghae seguía estático, observándolo detenidamente, terminó de masticar su comida para luego pasarla lentamente. Kibum se demoraba demasiado. El sudor en su frente determinaba que planeaba decir algo importante y Donghae empezaba a impacientarse.- Sabes que yo viví en USA…- completó su oración.
-Sí, me lo contaste el otro día.- sonrió para cubrir su desilusión.
-Pues…- bajó la mirada frustrado- Pues, sabes… no me gusta este tipo de comida… me trae malos recuerdos. Yo…- Donghae dejó de sonreír para continuar escuchándolo, quizás era la segunda vez que su cachetón hablaba tanto- A mi me molestaban mucho cuando era pequeño…- miró sus manos avergonzado- Por ser alguien que no hablaba mucho…
-¿Ah si? Qué tontos… Yo creo que eso te hace muy lindo y especial. Me encanta que seas así…- le sonrió- Pobre de ti que cambies…- le amenazó agarrando una papita con sus dedos para luego colocarla en su boca. Kibum se quedó en silencio, nunca antes una papa frita fue tan sensual ante sus ojos, nunca tan provocativa.
-Te amo…- dijo sin pensarlo más. Dejándo de una pieza al otro. Que repentinamente se puso rojo de pies a cabeza- Me cuesta decir las cosas… siempre ordeno demasiado mis ideas, tanto que el tiempo se me pasa y nunca digo nada… Donghae, no quiero decir más con palabras bonitas, solo quiero decir que…- No pudo continuar hablando. El pescado se había estirado sobre la mesa para besarlo. Ya no necesitaba escuchar más palabras en sus extensas explicaciones (Por que había leído ensayos de Kibum y sabía que era una persona que daba mil vueltas alrededor de un tema, motivo por el cual era el mejor en los cursos de redacción). Ya había escuchado lo que deseaba escuchar.- Donghae…- susurró al separarse.- Se mi novio…- susurró antes de volver a besar al otro. No necesitaron más palabras, ni lugares elaborados. Lo único que necesitaban era saber lo que el otro sentía. Solo eso.

**

De repente su labios estaba sangrando y sus lágrimas le dificultaban la visión. Aquella mujer de edad madura lloraba en silencio mientras su esposo la golpeaba incesantemente. Se odiaba a sí misma por haber dejado que el pánico la paralice, por no haber defendido a su hijo cuando este la necesito. No obstante, su querido Hangeng la había perdonado y ahora, lejos, podía ser feliz. No importaba si aquel hombre, que se hacía el esposo perfecto la mataba a golpes. Ella estaba tranquila porque al final su hijo estaba a salvo. Cerró los ojos con miedo, esperando el golpe final. Cuando sentía que su cuerpo se desvanecía y que pronto dejaría de respirar. Pero aquel golpe de gracia nunca llegó. Un policía había entrado a su acomodada casa y detenía a su esposo, mientras que otros dos empezaron a ayudarla a levantarse. El detective que contrato Siwon había sido muy efectivo, encontrando una causa más para encerrar en la cárcel a aquel hombre tan detestable.


Continuará…

1 comentario:

  1. T______T pobre kibum ... pk lo golpeaban ... malditos niños!!! ¬¬*

    ke lindo ke le dijera te amo ... por fin le pidio ser su novio al fish! *O* x3x3x3x3

    T______T me dio mucha pena rella cuando tocaba el piano! duele verlo asi u_u Ke weno ke aparecio simba *O* .... ke le sake la recontetutata al bastardo ese de seungki ARG

    Pobre sungminnie .. espero ke sea feliz con el monky! pero ke haras con kyu? o.o

    Yesung! recuperate pronto! vamos tu puedes cacheton! Figthing! ^-^

    ¬_¬ viejo y la ctm .. no sabes como odio al padre de hannie wn!! es una maldito hijo de su chingada madre ARG AAAAAAAAh! lo odio

    neee ... muy buen cap

    te kiero ^-^

    muak!

    Espero con ansias el proximo cap y el de monster igual xD

    Bye

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Ella quiere saber

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