Titulo: Talking with angels
Fandom: Super Junior
Parejas: SiChul
Clasificación: Angst
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
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SICHUL
Talking with angels
Que prefecta es la noche que nos abraza en la más profunda oscuridad y nos regala aquella hermosa luna la cual es testigo del más puro amor. No existe duda alguna, nos amamos y esto es para siempre. Que perfecto es el viento, que se escurre entre las sabanas y acaricia nuestra piel desnuda, formando una cadena imaginaria que nos atrapa en un eterno delirio: un abrazo para siempre. Que suave es su piel, la cual resbala entre mis dedos, como de seda infinitamente blanca se tratara, que sensación tan perfecta y dolorosa es sentir y no sentir que toco el cielo. Miro en sus ojos, una mirada tan bella y llena de paz, y no puedo evitar sentirme la persona más afortunada del mundo al ser amado por alguien tan maravilloso como el. Me toma entre sus brazos procurando no alejarnos mucho y acomodo mi cabeza sobre su pecho, besa mi frente y deja que el sueño me robe su mirada.
En momentos como este suelo hablar solo y perder mi mirada en el, incluso cuando está despierto lo hago y casi siempre resulta ser un letargo absoluto, vacío y doloroso. Cuando el se pierde en sus sentimientos y yo continúo hablando solo, todo resulta ser más turbio y mi vida parece no tener sentido, ¿Será esto a lo que llaman soledad?. Es tan hiriente que algunas veces creo que esta realidad no es más que la continuación de alguna pesadilla y casi siempre suelo engañarme a mi mismo pretendiendo que pronto despertaré. También suelo mentirme intentando creer que el no es el indicado, pero no puedo engañar al corazón y ocultar los sentimientos. El viento sopla suave y lo acaricia lentamente como intentando detenerse para sentir un poco más su perfección, lo envuelve con un aroma a café que suele desprenderse de sus labios en momentos como este. Y a mi me envuelve un interminable sentimiento de soledad, suelo ser muy alegre y siempre sonreír, quizás lo soy pues el es más sensible y por todo llora, aunque siempre oculta aquella faceta en su mascara de caballerosidad y su pausada sonrisa. Prefiero soportar el dolor de mi soledad a verlo con los ojos llenos de tristeza. Sin embargo no consigo hacerlo feliz, el sigue sintiéndose mal por su pasado, aquel pasado que vanamente conozco, aquellos recuerdos de los cuales nunca quiere hablar o quizás que yo no estoy dispuesto a escuchar. El temor al dolor es demasiado fuerte y me embarga, sin embargo me mantengo a su lado, siempre sonriendo, sonriendo para el y por que no, por el.
Es cierto, no lo conozco, acaricio sus cabellos y le digo al oído lo que siempre suelo decir, un “Te amo” en forma de susurro y un beso invisible que se pierde en su frente. Pero esta vez es diferente, esta vez susurro algo más, es una oración confusa y llena de dolor es un “no te conozco” camuflado entre mis caricias y besos. Y noche tras noche me he venido preguntando si se puede amar a alguien que no se conoce. Dormir rodeado de tus fuertes brazos es sin duda el cielo para mi, pero nunca saber lo que pasa por tu cabeza es el peor castigo que me puede dar. El me conoce tan bien, parece que pudiera leer a través de mi mirada y que supiera de memoria cada gesto mío. Y es que cuando nos volvimos una pareja, yo le mostré todo mi ser, le abrí mi corazón y le conté mis sueños y mis miedos, pero no recuerdo alguna vez haberlos escuchado contarme algo acerca de el y es una vida de dos tan solitaria. Sus besos llenan de dicha mi piel pero son tan silenciosos que suelen quemarla con un toque exquisito a felicidad y lastiman, llenándome de dudas. Me acercó un poco más y observó su pálido rostro, quizás esto es lo único que he podido contarle, no he podido decirle que me siento muy solo a su lado.
Cuando estamos juntos basta que me mire a los ojos para descubrir si miento o cuando estoy incomodo, incluso en las entrevistas suele descifrar mi sonrisa y saber si estoy siento hipócrita. Me atrevo a decir que me conoce más de lo que yo mismo he podido llegar a conocerme.
Y tan solo escuchando mi voz sabe si estoy nervioso, su amor es mi tesoro, pero siento que me asfixio en un vacío sinfín, no saber nada de el me esta matando y por más que pregunto suele responder tan poco, cuando se trata de el se vuelve monosílabo e incluso se aísla, llenándome de sonrisas o besos pretende que olvide las dudas, pero una relación no vive de besos y caricias. Yo no quiero forzarlo a que me diga las cosas pues opino que eso uno debe sentirlo, yo quiero que el me enseñe su corazón, yo quiero que cuando tenga miedo en el primero en el que piense sea en mi, yo quiero ser tan vital para el como el lo es para mi.
Una vez más me acerco a el y depositando un suave beso sobre sus labios le digo un “Buenas noches”, esperando, deseando quizás que el sueñe esta noche conmigo, que tan solo esta noche sea solo mío. Mis ojos a penas y pueden mantenerse abiertos y poco a poco todo va volviéndose oscuro, dejándome totalmente débil ante el inminente sueño que esta por traérmelo de vuelta. Un sueño de dos, una realidad llena de soledad. Y entre sueños alcanzo a escuchas un “Buenas noches Heechul”.
FIN
En momentos como este suelo hablar solo y perder mi mirada en el, incluso cuando está despierto lo hago y casi siempre resulta ser un letargo absoluto, vacío y doloroso. Cuando el se pierde en sus sentimientos y yo continúo hablando solo, todo resulta ser más turbio y mi vida parece no tener sentido, ¿Será esto a lo que llaman soledad?. Es tan hiriente que algunas veces creo que esta realidad no es más que la continuación de alguna pesadilla y casi siempre suelo engañarme a mi mismo pretendiendo que pronto despertaré. También suelo mentirme intentando creer que el no es el indicado, pero no puedo engañar al corazón y ocultar los sentimientos. El viento sopla suave y lo acaricia lentamente como intentando detenerse para sentir un poco más su perfección, lo envuelve con un aroma a café que suele desprenderse de sus labios en momentos como este. Y a mi me envuelve un interminable sentimiento de soledad, suelo ser muy alegre y siempre sonreír, quizás lo soy pues el es más sensible y por todo llora, aunque siempre oculta aquella faceta en su mascara de caballerosidad y su pausada sonrisa. Prefiero soportar el dolor de mi soledad a verlo con los ojos llenos de tristeza. Sin embargo no consigo hacerlo feliz, el sigue sintiéndose mal por su pasado, aquel pasado que vanamente conozco, aquellos recuerdos de los cuales nunca quiere hablar o quizás que yo no estoy dispuesto a escuchar. El temor al dolor es demasiado fuerte y me embarga, sin embargo me mantengo a su lado, siempre sonriendo, sonriendo para el y por que no, por el.
Es cierto, no lo conozco, acaricio sus cabellos y le digo al oído lo que siempre suelo decir, un “Te amo” en forma de susurro y un beso invisible que se pierde en su frente. Pero esta vez es diferente, esta vez susurro algo más, es una oración confusa y llena de dolor es un “no te conozco” camuflado entre mis caricias y besos. Y noche tras noche me he venido preguntando si se puede amar a alguien que no se conoce. Dormir rodeado de tus fuertes brazos es sin duda el cielo para mi, pero nunca saber lo que pasa por tu cabeza es el peor castigo que me puede dar. El me conoce tan bien, parece que pudiera leer a través de mi mirada y que supiera de memoria cada gesto mío. Y es que cuando nos volvimos una pareja, yo le mostré todo mi ser, le abrí mi corazón y le conté mis sueños y mis miedos, pero no recuerdo alguna vez haberlos escuchado contarme algo acerca de el y es una vida de dos tan solitaria. Sus besos llenan de dicha mi piel pero son tan silenciosos que suelen quemarla con un toque exquisito a felicidad y lastiman, llenándome de dudas. Me acercó un poco más y observó su pálido rostro, quizás esto es lo único que he podido contarle, no he podido decirle que me siento muy solo a su lado.
Cuando estamos juntos basta que me mire a los ojos para descubrir si miento o cuando estoy incomodo, incluso en las entrevistas suele descifrar mi sonrisa y saber si estoy siento hipócrita. Me atrevo a decir que me conoce más de lo que yo mismo he podido llegar a conocerme.
Y tan solo escuchando mi voz sabe si estoy nervioso, su amor es mi tesoro, pero siento que me asfixio en un vacío sinfín, no saber nada de el me esta matando y por más que pregunto suele responder tan poco, cuando se trata de el se vuelve monosílabo e incluso se aísla, llenándome de sonrisas o besos pretende que olvide las dudas, pero una relación no vive de besos y caricias. Yo no quiero forzarlo a que me diga las cosas pues opino que eso uno debe sentirlo, yo quiero que el me enseñe su corazón, yo quiero que cuando tenga miedo en el primero en el que piense sea en mi, yo quiero ser tan vital para el como el lo es para mi.
Una vez más me acerco a el y depositando un suave beso sobre sus labios le digo un “Buenas noches”, esperando, deseando quizás que el sueñe esta noche conmigo, que tan solo esta noche sea solo mío. Mis ojos a penas y pueden mantenerse abiertos y poco a poco todo va volviéndose oscuro, dejándome totalmente débil ante el inminente sueño que esta por traérmelo de vuelta. Un sueño de dos, una realidad llena de soledad. Y entre sueños alcanzo a escuchas un “Buenas noches Heechul”.
FIN
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