Titulo: Monster - The dance of the shadows-
Capitulo 05: Solitude.
Fandom: Super Junior
Parejas: Sichul / varias
Clasificación: Angst
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
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Capitulo Quinto: Solitude.
No importa cuán lejos estemos, te amo. En aquellos días maravillosos, no tienes idea de cuantas veces soñé con robarte un beso, mi querido amigo. Y aunque nuestros labios siempre se unían, siempre sentí que nunca era suficiente. Te amo demasiado, mucho más que estas dos simples palabras que suelo repetir tras decir tu nombre. Te extraño, siento que esto que vivo es terrible, un castigo. Algo que no mereces conocer. No sabes cuantas veces deseé sentir tu piel, ahora es imposible y la extraño. Estamos separados por una maldición. Una cruz que me ha tocado cargar, muy pesada como para colocarla sobre tus hombros. Pude volver a ti aquel día, más preferí dejarme morir a verte en esta condición. Una pena con la que debo cargar solo. Me debes odiar ahora, me debes odiar más que a nadie. Y es mejor, yo prefiero que me odies a que sufras conmigo. Me pierdo en mis pensamientos, me duele el cuerpo, deliro. Frío, un líquido frío se escurre entre mis venas, me congela me petrifica, tan frío como hielo recorriendo mi cuerpo, cortando y quemando con su baja temperatura. Siento que la respiración se me agota, la vista se me hace borrosa y los latidos de mi corazón empiezan a hacerse lentos hasta parecer que han desaparecido por completo. Estoy muriendo, mi cuerpo siempre fue débil y ahora creo que no resistiré esto. No consigo ver nada y si estos son mis últimos momentos prefiero vivirlos pensando en ti; cierro fuertemente los ojos, agotando la salida de mis lágrimas. Cierro los ojos para dibujar, con la poca conciencia que me queda, el rostro de quien amo. Yesung, lamento haber salido a pasear aquella noche, lamento no haber sido fuerte, no haber podido defenderme de aquello que me atacó y me dejó casi muerto en el jardín trasero, cerca a nuestro lago azul. Y si cierro un poco más mis ojos, y si bloqueo un poco más mi dolor, creo que puedo sentir la textura de aquel lugar, aquel día que tu y yo tocamos esas frías gotas de lago. Aquel día que tu y yo nos hicimos novios. Pero duele mucho, el cuerpo duele tanto que en un dos por tres todo desaparece y me encuentro en un lugar oscuro. Un grito adolorido se escapa de mis labios, está cerca, mi momento de morir está cerca. Abro los ojos desesperado al sentir que el cuerpo se me quiebra, empiezo a morir. A lo lejos escucho a tres personas ¿Quienes son? ¿Qué hacen? ¿Dónde estoy?
-Insolente...- Siwon alzó un poco su voz, sin gritar el lograba intimidar a cualquiera. Se denotaba su enojo a través de aquella única palabra. Giró un poco para mirar desafiante a Eunhyuk antes de tirarle una cachetada. Sungmin corrió a abrazar a su hermano, no quería que su líder lo lastime más.- Quítate Sungmin, Eunhyuk ha errado. Lo malcrías más si continúas protegiéndolo.
-Lo siento Siwon...- lloró un poco el chico de rosa- Por favor perdónalo. Fue un error, todos erramos... Siwon...
-Levántate Sungmin...- dijo enojado Eunhyuk alejándolo bruscamente de su cuerpo- Recibiré mi castigo...
-No soy salvaje como tú como para seguir golpeándote, a la siguiente te asesinar- Amenazó su líder con la mirada fría y un porte diferente a la del chico perfecto y amable que usualmente veían todos- Debemos hacer que él deje de sufrir.- Siwon se tranquilizó, acomodó un poco su cabello y se acercó al pequeño cuerpo que temblaba sobre la cama. Un cuerpo delicado y frágil que sufría demasiado. Ser mordido por un vampiro inexperto lo único que generaba eran malestares como si hubiera sido envenenado. Si no lo transformaba, Ryeowook iba a morir. Tomó entre sus manos el pequeño rostro del chico. Sintió pena de matarlo, sintió mucha pena; sus ojos se llenaron de lágrimas al recordar que había visto a Heechul en aquella situación muchos años atrás. Sin pensarlo más Siwon se abalanzó sobre el cuello del otro y empezó a succionar su sangre. Luego de unos minutos, cortó su muñeca y le dio de beber al pequeño.- Hoy vuelves a nacer... espero que algún día me perdones por no haberte podido matar...- le acarició la cabeza- Sungmin, vístelo, ayúdalo y guíalo a su habitación, creo que hay una cama disponible en la habitación de Zhou Mi.
-¿El que acaban de transferir desde China?- preguntó el chico rosa ayudando a Wook a levantarse de la cama. Siwon hizo un gesto afirmativo y luego amenazó con la mirada a Eunhyuk: si volvía a ocurrir no dudaría en asesinarlo.
- Aprende a controlarte ¿Entendido? No dejes que tus emociones te conviertan por completo en un animal.- Sungmin miró asustado a su hermano y luego volvió a sus deberes.
- Descuida, te va a gustar vivir aquí.- le sonrió a Wook para luego limpiar con una de sus manos la sangre que brotaba de uno de sus labios.
-Yesung...- susurró Wook antes de empezar a llorar.
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Su cuerpo caía precipitadamente mientras el viento se filtraba entre sus ropas, cada vez más y más y más cerca de su final. Cual ave con las alas heridas, Henry iba en picada, sin que nada lo detenga. Con el dolor a flor de piel, con los ojos secos de tanto llorar, no tenía sentido alguno seguir viviendo. Solo era el excedente de un triángulo amoroso. Solo era alguien que sustituía besos y caricias. No quería separar a los dos que amaba, no estaba dispuesto a hacerlo, entonces lo mejor era desaparecer. El viento se metía debajo de sus ropas, acariciando su suave piel, haciéndole recordar aquellas caricias de Donghae, caricias que nunca fueron suyas. La rapidez con la que caía le recordaba la rapidez con la que Kibum se ganó su corazón y su pecho dolió al saber que había causado dolor en su amigo. ¿Cómo mirarlo día a día? Era imposible. No podía volver al Girasoles, prefería morir. Cerró los ojos al ver las rocas muy cerca de su cuerpo, afiladas, crueles, listas para acabar con su existencia; para arrebatarle la poca vida que quedaba dentro de su delgado cuerpo. Cerró fuertemente sus ojos para esperar aquel terrible y efímero dolor que le extinga la existencia. Pero en lugar de aquello sintió unos fuertes brazos que lo sostuvieron y luego lo elevaron. ¿Había muerto? Tenía miedo de abrir los ojos, los mantuvo cerrados, con demasiado pánico de encontrarse moribundo en algún lugar de aquella playa. Los brazos lo hicieron flotar durante unos minutos, como si aún estuviera cayendo sentía que el viento lo despeinaba y se filtraba entre sus ropas. Entonces todo se detuvo, todo dejó de dar vueltas, el viento debajo de sus ropas desapareció y su cuerpo sintió una suave superficie sobre la que era recostado. Henry, temeroso, empezó a abrir los ojos. Aún era de noche y la playa había desaparecido ¿Dónde estaba? Miró a su alrededor para luego encontrarse con Hangeng sentado frente a la cama en la que estaba recostado. Lucía serio, preocupado tal vez. Se cruzó de piernas para luego acercar un poco su rostro como asegurándose de que el otro esté bien.
-Lo seres humanos son muy frágiles... no deberían ir lanzándose al mar...- trató de ser irónico mientras volvía a recostarse en el respaldar de su asiento.
-¿Por qué? ¿Por qué me has salvado? Yo... ya no tiene sentido que viva...- Henry empezó a llorar a lo que el otro cambió su postura a una seria, más madura, quizás paternal.
-Al menos vivirás... existimos muchos "no vivientes" que nos mantenemos en este mundo sin vivir, sin conocer emociones humanas, sin poder morir y descansar en paz. Entonces ¿Por qué dejar que un chiquillo tonto desperdicie así algo que yo deseo tanto tener?
-Él debe estar con quien ama...- Henry abrazó sus piernas y ocultó las inminentes lágrimas entre sus rodillas; parecía un niño pequeño, Hangeng lo miró serio, en realidad era un niño pequeño. Alguien que le daba ganas de proteger.
-No podemos amar, está prohibido.- Hangeng bajó la cabeza frustrado, eso no era lo que quería decir, esas palabras eran muy duras, no obstante ciertas.- Ni siquiera podemos atrevernos a nombrar aquella palabra, si amamos lastimamos. Solo podemos estar con los de nuestra clase, por más que a veces amemos a un ser humano.- Miró directamente a Henry, quien se quedó estático con aquella mirada tan analítica- Algunos ni siquiera podemos aceptar a solas que albergamos sentimientos tan humanos en nuestro interior.- Dicho esto el corazón de Henry dio un salto, se estrujo y luego se aceleró. Sintió dolor en su corazón ¿Estaba triste al ver tanta soledad en alguien? ¿Le lastimaban las palabras de Hangeng? ¿Le dolía su silencio? Aquella mirada lo ponía nervioso.- Tienes una herida en la frente. No sé cómo pero te has raspado, si me dejas acercarme la curaré...
-¿Tienes poderes como Donghae?- preguntó tocando automáticamente su herida.
-No, yo solo puedo curar las heridas de los demás; no es un poder es un don... heredado de mis ancestros chinos...- Dicho esto se acercó y colocó delicadamente una de sus manos sobre la herida. Su piel estaba fría, casi hielo, pero suave y amable. De repente el frío desapareció y una cálida sensación hizo que deje de doler aquella zona.
-¿Ver sangre no te provoca querer morderme?- Preguntó el pequeño deseando sentir un poco más aquella caricia.
-No...- Hangeng se alejó del menor- Duerme, es tarde. Iré por comida humana. No salgas o tendré problemas.- Ordenó.
Tras salir de la habitación Hangeng caminó rápidamente hasta la cocina del internado. Abrió la gran refrigeradora en la que guardaban los postres de Sungmin y empezó a buscar algo comestible que no tenga demasiada azúcar. Más no encontraba algo que fuera apetitosamente salado. Entonces, resbaló una gota de sudor a lo largo de su frente. ¿Desear morderlo? ¿Qué tipo de pregunta era esa? Por supuesto que sí. Es decir, sangre humana sin virus de vampiro, era demasiado apetitoso como para controlarse durante mucho. Más no podía aceptar, ni a solas que desde la primera vez, deseó al chico de Canadá. Estaba prohibido, y desde que tenía uso de razón, siempre vivió regido por normas. Creció apegado a esas cosas, jamás sería capaz de romperlas. Después de todo, la falsedad de su imagen había carcomido cualquier rastro de su verdadero yo. Revisó un poco más hasta que encontró unas verduras, las tomó entre sus manos y caminó hasta la gran cocina: no había comida para personas con una edad mental superior a los cuatro años. Después de todo ese espacio existía solo por Sungmin y su gluco-dependencia, ese chiquillo prefería comer dulces a beber sangre. A Hangeng se le dibujó una gota imaginaria al pensarlo. Cocinaría algo especial, el ultimo plato de comida china que su hermosa madre le enseñó a preparar.
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Acarició los cabellos de su hermano y colocó sus rosados labios sobre su frente descubierta, generando un beso incestuoso. Wook ya estaba instalado en la habitación final del pasillo central de aquel internado y el problema había sido solucionado, estaba agradecido de que Siwon no le hubiera hecho nada a su pequeño Hyuk. Sungmin se recostó al lado de Eunhyuk y jaló un poco su camisa para dejar a la vista su cuello; haciéndole saber lo que quería que haga pero el mono lo empujó y se alejó muy enojado del mayor. Se miraron unos segundos, en silencio. Sungmin sentía demasiada ira dentro de su hermano y eso lo preocupaba demasiado. Se sentó en la cama y empezó a despojarse de sus ropas, una a una fueron cayendo en el suelo, dejando a la vista aquella pálida piel que lo caracterizaba. Llamó con la mirada a Eun, este se acercó en silencio y Sungmin le susurró en el oído que quería hacerlo como los humanos. "Como si lo hicieras con Kyuhyun..." le contestó enojado y celoso el otro. Sungmin negó con la cabeza e intentó decirle que solo lo veía como su amigo, más sus palabras y sus sentimientos se contradecían entre si. Hyuk lo conocía demasiado como para no darse cuenta. Más quiso mentirse a sí mismo y empezó a besar a su hermano. Deslizó sus manos y ambos empezaron a dejar salir el poco lado humano que les quedaba.
Sungmin introdujo sus manos dentro del pantalón de su hermano y empezó a acariciar aquella longitud, lentamente para prolongar las sensaciones en el cuerpo del otro. Eunhyuk se sonrojó al sentir que el otro introducía aquello en su boca y empezaba a succionar lentamente aquella delicada zona. Sungmin sonrió malicioso mientras mantenía el contacto visual con su novio. Poco a poco los labios de Sungmin empezaron a detenerse para luego recostarse sobre la cama, esperando a su hermano menor. Este se quitó la ropa que le quedaba y se abalanzó sobre el otro. Acarició torpemente su cuerpo, nunca antes habían pasado de los besos, sin duda esa noche iba a ser su primera vez. No estaba seguro de lo que iba a hacer pero estaba seguro de que quería hacerlo. Intentó entrar en Sungmin, pero el otro chilló de dolor y lo hizo detenerse enseguida. Le miró confuso. Sungmin secó sus lágrimas y jaló una de las manos de Eunhyuk para lamer uno de sus dedos y guiarlo hasta su entrada. El menor se sonrojó al ver semejante acción, pero el rostro de su hermano expresaba tanto placer que nada le permitió detenerse. Sungmin le pidió cambiar de posición y ambos se voltearon quedando el mayor sobre el monito. Abrazándose fuertemente a la espalda de su hermano Sungmin introdujo a Hyuk en su ser. Lenta y torpemente empezaron a moverse al compás de una melodía silenciosa. Aquella noche empezaban una relación peligrosamente estrecha que rompía cualquier lazo familiar, cualquier condición de sinceridad entre ambos y cualquier oportunidad de amar a otro. Aquella noche Sungmin juró en silencio que le pertenecería solo a Hyuk, incluso si eso implicaba algunos sacrificios de su parte.
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-¿Qué haces aquí?- Kibum miró asustado y confuso a Donghae- ¿Qué le has hecho a Heechul?- se puso en modo de defensa
-¿Eh? Nada. Yo espero a mi amante, claro que está tarde...
-Henry me dijo que... Heechul estaba en peligro en este lugar...- el cachetón bajó la cabeza en signo de frustración.- Me mintió. No entiendo por qué.
-Cachorrito... que ingenuo eres... me temo que yo también.- Donghae debía pretender altanería más no conseguía hacerlo; solo podía dibujar, en su rostro, una tonta sonrisa.
-Deja de decirme así, asqueroso vampiro...- Kibum se dio media vuelta y pretendió caminar en dirección a su internado pero Donghae se apresuró y le tomó de la mano. Haciendo que ambos sientan un vacío en sus estómagos.- Suéltame...
-Ya sé por qué no puedo leer tu mente...- le susurró al oído.- Cachorrito ¿No tienes problemas con los ancianos al pensar en mi?
-Yo no pienso en ti, no divagues... jamás pensaría en ti a menos, claro que piense en como asesinarte.- dicho esto se soltó de la mano del vampiro y salió corriendo.
-Hoy habrá luna llena, será mejor que te encadenes bien...- gritó antes de que el otro desaparezca entre los árboles de aquel jardín- Cuídate pequeño...- susurró antes de besar uno de sus dedos y señalar en la dirección en la que el otro desapareció- Cuídate, por favor.
Donghae se dio media vuelta y camino hacia su instituto, su mirada cambió al escuchar los pensamientos de aquel chico nuevo. Estaba enojado por algo, había otro nuevo por lo visto y no deseaba compartir habitación. El bufón empezó a reír mientras caminaba de vuelta. Cada vez escuchaba más y más cerca aquellos pensamientos. Era tan divertido saber lo que los demás pensaban. Entonces divisó a aquel chico alto de China: Zhou Mi, estaba apoyado en una de las columnas de la puerta principal de los dormitorios, con gesto de enojo y los brazos cruzados en señal de esto. Donghae le sonrió burlón a lo que el otro le miró enojado. "Deja de leer mi mente, idiota" le dijo cuando el otro pasó cerca suyo. El lector de mentes empezó a reír a carcajadas, tan fuertes que hicieron reaccionar al otro y acorralar violento al más bajo. "Suéltame insolente, me golpeas y estás muerto... Un plebeyo como tú no tiene derecho a tocarme..." Dicho esto Donghae lo amenazó con la mirada y de un solo empujón lo sacó de su camino. "No me odies por no tener poderes... anda reclámale a tu padre el haberse mezclado con un humano convertido... degeneración de nuestra clase." Dicho esto Donghae siguió su camino hacia su habitación. Dijo cosas crueles y se arrepintió pero quizás era la única manera de liberar su frustración y dolor. Pensó en buscar a Hangeng, pero escuchó en sus pensamientos que no estaba solo, pensó en buscar a Siwon pero este estaba muy metido en sus pensamientos. Pensó en muchos y todos parecían estar muy ocupados. Entonces sintió curiosidad se saber quién era aquel chiquillo nuevo, caminó hasta la habitación de Zhou Mi y entró, encontrándose con un frágil cuerpo que dormía en su cama. Se detuvo unos minutos para hurgar en sus sueños, era un alma que sufría demasiado. El bufón sonrió de lado, un humano convertido, sintió pena por él. Más no era su problema. Cerró la puerta de la habitación y decidió ir a pensar a la suya. Parecía que aquella noche todos tenían algo mejor que hacer. Una vez en su cuarto, se colocó unos audífonos y empezó a escuchar a todo volumen sus canciones favoritas, para evitar, ignorar los lamentos, risas y pensamientos de los demás.
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Ya no soy el mismo de antes, ahora estoy tan solo, tan solo que he optado por buscar besos extraños, caricias ajenas para aliviar mi corazón roto. Lentamente mi acompañante de esta noche se deshace de mis ropas. Y le entrego mi monstruoso cuerpo. Cómo lamento no habértelo entregado antes de convertirme en esto. Lo siento mucho, mi querido amigo. No importa cuantos pasen por mi cama, siempre te amaré, incluso cuando tu me odias. Yesung, lo siento mucho. "Zhou Mi" susurró con temor el nombre de mi compañero de cuarto. Me mira enojado y de un solo empujón saca al chico que intenta adueñarse de mi cuerpo. Es fuerte, nunca me habla; constantemente me mira mal y me intimida. Ahora que me ha descubierto con el chico de al lado me mira enojado, decepcionado y sin pensar o preguntar qué sucede saca a patadas al que minutos antes intentaba violarme. Pero estoy muerto en vida, ni bien él me forzó a ser suyo me dejé llevar, no importaba lo que hiciera con mi cuerpo, yo ya estoy muerto por dentro.
-Idiota...- me reprocha cerrando la puerta- ¿Tan fácilmente te dejas ultrajar?
-No interesa en realidad...- cubro mi cuerpo, me duele en cierta medida, el chico ese era muy tosco.- Yo solo deseo morir.
-Entonces anda pelea con un licántropo o busca un cazador, mejor aún desafía al amo Choi y morirás rápidamente, pero dudo que mueras por una violación humana. No entiendo el sentido de hacerlo como esos seres despreciables...- se cruza de brazos y se sienta en su cama quedando frente a mi con la mirada analítica- ¿Te duele el cuerpo?- pregunta algo preocupado.
-No me duele el corazón... me siento solo, extraño a mi mejor amigo- cubro mi rostro para evitar llorar.
-¿De que país te han traído? ¿Extrañas a tu familia?- siento que el tono de su voz cambia, ya no está enojado- Yo no extraño a la mía... soy feliz si mi vida le sirve de algo a mi señor Choi.
-Yo... Sungmin me dijo que no lo diga... es que yo no soy un puro como tú, yo no nací para el señor Choi, yo he nacido por error...- Levanto el rostro al sentir sus brazos rodearme.
-Un ex-humano... pobre alma perdida. ¿Has sufrido mucho? Pero si el señor Choi te ha dejado vivir es porque tú eres especial...
-Dijo que no podía matarme, que lo perdone...- lloro en su hombro, de alguna manera, la barrera entre mi compañero de habitación y yo ha desaparecido.
-Eres un Élite ahora, debes acostumbrarte a la vida de nosotros... yo te ayudaré- sonríe, su actitud áspera se ha esfumado. Creo que he encontrado un amigo.- ¿Tu mejor amigo sabe?
-No, él debe odiarme ahora...- me aferro a su cuerpo, esbelto y fuerte. Un cosquilleo aparece en mi estomago ¿A esto se le puede llamar refugio?- Zhou Mi...- me mira atento- bésame por favor...- no responde, solo sigue mi petición y coloca sus suaves labios sobre los míos.
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Sus ojos traviesos se asustaron al encontrarse de nuevo con aquel enigmático chico de mirada vacía. Sungmin pretendió no haberlo visto y continuó con su paseo diario por los jardines de su internado. Ciertamente, por más que intentó mentirse a sí mismo, por más que negó mentalmente el hecho de haber ido en busca de verlo; sabía que ese era su único motivo para pasear a esa hora y en ese lugar. Frustrado, bajó la cabeza cuando sintió la mirada del otro, no quería pero tenía que ignorarlo. Continuó caminando, alejándose cada vez más de aquellos ojos fríos. Pero Kyu lo seguía con la mirada, esperando que voltee y le dedique una enorme y rosa sonrisa; aquella que hacía que su corazón se alborote sin sentido. No obstante, no sucedió. Sungmin estaba ya muy lejos, quería que lo mire, al menos de lejos, no pensó más, dejó de ser lógico, saltó la reja y siguió al chico de uniforme femenino. "Espera" gritó mas el otro no se detuvo. ¿Lo estaba evitando? ¿Por qué? ¿Acaso no le agradaba? Entonces por qué había sido tan amigable anteriormente. No lo comprendía, solo era capaz de entender que quería esa mirada postrada en él. Lo siguió un poco más, internándose más en el jardín prohibido. No sabía como llamar su atención, cómo romper aquella barrera que ahora existía entre ambos. Kyu se detuvo en seco y empezó a entonar una bella canción, Sungmin no pudo controlar su curiosidad y volteó instantáneamente a mirarlo, un sonrojo se apoderó de sus mejillas y sus ojos brillaron de forma especial.
-Hermosa voz...- susurró cuando el otro se detuvo.
-¿Por qué me evitas? Pensé que éramos amigos...- sentenció, reprochó, el menor.
-Lo siento, creo que has malentendido mi amabilidad...-Sungmin bajó el rostro para ocultar su mentira- Es imposible que yo sea amigo de un Girasol, lamento tu malentendido. Si me disculpas.
-¿Por qué mientes? ¿Es por tu hermano?-empezó a acercarse al otro que retrocedió hasta chocar contra un árbol, quedando atrapado entre este y Kyu- Me temo...- dudo un poco en continuar con lo que iba a decir- que yo no quiero ser tu amigo... ¿Existe posibilidad de que seamos más que amigos? Eres el primer chico que me gusta, hasta antes de conocerte pensé que me gustaban las chicas pero... creo que me equivoqué.- Colocó sus brazos a ambos lados para evitar que el otro se le escape- ¿Tan celoso es tu hermano?
-Lo siento...- Sungmin pudo sentir sus sentimientos, eran verdaderos, después de todo había sido bendecido con el don de sentir esencias y percibir sentimientos mas en momentos como ese, estaba condenado por dicho poder- Lo siento, pero Hyuk es más que mi hermano, tendré problemas con él si tu sigues sintiendo lo que sientes por mi. Déjame ir...- sonrió cínico- Parezco delicado, pero puedo ser muy fuerte si me molestan...
-¿Te molesta que estemos así de cerca?- Kyu acortó más la distancia.- Sé que tu y tu hermano son... mas que eso, no me importa en realidad. Yo te gusto...
-Te equivocas, no me fijo en personas que no sean de elite y que no tengan mi sangre. El amor sin incesto no es divertido- dicho esto Sungmin empujó fuertemente a Kyu, haciendo que este golpee su cabeza contra la rama de un árbol. Sungmin lo tomó en brazos y lo llevó hasta su lado del jardín. Quizás se mentía a sí mismo, quizás le mentía a ese chico. Pero conocía a Hyuk, no podía hacer algo que lo lastime, incluso si eso implicaba su propio sufrimiento.
**
El dolor era incontrolable, Girasoles no era lo mismo si no estaba él para iluminar sus días. ¿Por qué lo había dejado? No comprendía. Había optado por decir que lo odiaba, por decírselo a sí mismo, más en sus momentos de soledad sabía que eso no era verdad. Caminó por aquel bello jardín cerca al lago, el lugar donde le declaró sus sentimientos. El lugar de su primer beso. Yesung delineó sus labios al quedar frente al gran lago Girasol. Era un lugar hermoso, solitario pero hermoso. Se dejó caer sobre sus rodillas y perdió su mirada en el infinito azul de sus aguas. Respiró profundo intentando recordar el aroma de él aquel día. De repente, entre los arbustos de aquel lugar vio una figura pequeña, una silueta conocida. Yesung corrió desesperado a su alcance. Pero antes de llegar tropezó y cayó a sus pies. Ryeowook lo miró asustado, quiso ayudarlo pero lo mejor era seguir los consejos de su nuevo amigo. Pretendió no verlo y empezó a caminar hacia su instituto. El pie de Yesung estaba lastimado, de modo que no pudo seguirlo: no importó cuanto gritó su nombre, Wook nunca volteó a verlo. "Quiero odiarte para que me sea más fácil olvidarte..." susurró Yesung arrancándose la cadena que el otro le regaló el día de su cumpleaños. Aquel símbolo católico, aquella cruz que selló sus sentimientos. Raspó un poco la piel de su cuello al arrebatárselo, pero no importó, el corazón dolía mucho más. La tiró en dirección de aquel lago, con tanta fuerza y dolor que la cadena logró caer en un lado muy profundo de aquel azul lugar. Tras arrojarla, Yesung empezó a llorar de rabia.
-¿Yesung?- Heechul se le acercó preocupado- ¿Estás bien?- el cachetón volteó a verlo con los ojos llenos de dolor.
-Hee...- Yesung abrazó sus piernas y se mantuvo estático mirando el lago.
-Es un bonito lugar, lo acabo de descubrir...- Heechul se sentó a su lado.- ¿Has sabido de Wook?
-No, ni me interesa, puede morir si lo desea...
-Entiendo...- Heechul perdió su mirada en el lago también- ¿Alguna vez has pensado en que has nacido en el lugar equivocado?
-¿Eh?
-Nada... Solo que he hecho algo que no debí hacer... estoy arrepentido de mi debilidad...
-Toma- Yesung le dio unas pastillas- Sé que te enfermas constantemente, Ryeowook siempre era de salud inestable, de repente estás pastillas te hacen sentir mejor.- Le sonrió- de lo único de lo que me arrepiento es de haberlo conocido.
-¿No te arrepientes de sentir lo que sientes?
-No, porque después de todo soy un ser humano, tengo sentimientos... es inevitable.
-Cierto...- Heechul bajó su pálido rostro para mirar entre sus manos aquellas tabletas. Esa medicina no calmaba su dolor, solo la sangre de Siwon.- Muchas gracias- fingió una sonrisa.
Continuará...
oooo kyaaaa Que bien como de costumbre ungran trabajo y he de decirte que este me a gustado más porque sale más mi pareja preferida YeWook siiiii, me gusta mucho tu blog y siempre tienes algo nuevo en verdad en una palabra muuyyy talentosa kimi no sugooooiiiii.
ResponderEliminarestamos en contacto ganbatte ^^
muy bien!!!
ResponderEliminarsimplemente maravilloso
muy buena historia en verdad sigue asi!!!
en verdad que tienes talento!!!
muchas gracias por leer, que emocion! ^^ les gusta? hahaha talentosa? wiiiiiii!! no lo creo. pero gracias! volveré con más. Besitos!
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