25 jul 2009

Fanfic Serial: Sex & Candy - Cap. 30.1

Autor: Kainet
Titulo: Sex & Candy (AKA Sendy)
Capitulo: Capitulo 30.1
Fandom: Super Junior, SHINee, TRAX
Parejas: Sichul / Varias
Clasificación: Angst / Au / Lemon
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.

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Nota: A pesar que el capitulo final se divide en dos partes los hechos entre las parejas no necesariamente suceden en la misma secuencia (de tiempo) en que se presentan los textos. Como que vuelvo al pasado y luego voy al futuro en algunos casos, espero que no se me mareen.
Me ha salido larga esta primera parte y creo que la segunda será mucho más larga. Gracias por haber esperado, por haberlo leído. Los quiero mucho. Este capitulo va dedicado a TODOS y cada de ustedes. Muchos besos!

Sendy 30.1

Acarició lentamente aquel peluche rosa. Le gustaba mucho, quizás demasiado. Claro que no sabía la razón, pero lo sentía suyo. Miro detenidamente el juguete, sus ojos se llenaron de brillo al notar que aún, después de tres meses, mantenía manchas de aquella lluviosa noche. Sonrió para si mientras intentaba, inútilmente, borrar aquella mancha de lodo. Era un conejo rosa, con un enorme listón celeste en el cuello; de ojos color avellana y nariz pequeña. Sungmin miró aún más detenidamente el juguete, realmente le gustaba. A pesar de haberlo encontrado tirado en el parque, le había agarrado mucho cariño; según Eun todo ese amor era debido a que el peluche era rosa, no obstante había algo más que le gustaba en aquel accesorio. Cual niño saltó sobre el conejo rosa y lo apresó entre sus brazos, encerrándolo en un asfixiante abrazo. Se sentó de lado y buscó a su novio. Su mirada traviesa se posó, entonces en este, quien estaba recostado boca abajo sobre el sofá; durmiendo plácidamente. Sungmin, con el conejo entre los brazos, sonrió malicioso mientras se acercaba; se veía tan gracioso, tan cómodo, le entraron ganas de despertado. Sentó al conejo en el piso y extendió sus manos hacia el cuerpo del otro. Levantó ligeramente su holgado polo para luego introducir sus fría manos; haciendo que el mono salte ante el tacto. El recién despertado miró a todos lados, asustado, buscando al responsable de tan abrupto despertar. Entonces vio a aquel peluche que detestaba y a sus pies un Sungmin dormido, o quizás pretendiendo estarlo. Se levantó perezosamente para luego fingir que iría al baño pero al pasar sobre Sungmin notó que este tenía una sonrisa maliciosa y sin decir palabra alguna se dejó caer sobre la espalda de su rosado novio.

-Tonto, me despiertas y finges dormir...- le dijo mientras tomaba entre sus brazos al conejo rosa- Él pagara las consecuencias... lo tiraré al tacho.- amenazó mientras el otro trataba de librarse de su cuerpo
-No... Mr. Cho no te ha hecho nada... malo...- hizo puchero el infante mientras pataleaba debajo del cuerpo de Hyuk.
-¿Cho?- miró al conejo rosa- Que feo nombre.
-Calla... le puse así porque tiene manchas de lodo que no salen por más que lo lave. Si lo miras de lejos parece chocolate. Pero Mr. Chocolate suena raro...
-Mr.Cho suena a Ahjussi... - tiró al conejo- Ok tú pagarás las consecuencias- se levantó un poco para dar vuelta al cuerpo del que tenía debajo, agarró las manos este y las aprisionó, dejándolo sin escape alguno. Sungmin sonrió travieso, amaba esa actitud en Eun.

Lentamente liberó una de las manos del conejo pervertido y empezó a acercarse en busca de aquellos labios sabor cereza. Suavemente empezó a besar aquella pequeña boca que empezaba a formar una sonrisa de medio lado al sentir las manos del mono recorrer su cuerpo sobre la ropa. Sungmin tenía las manos libres no obstante permanecía estático dejando que su novio explore su cuerpo, como si fuera la primera vez. Sobre la ropa, sus manos se deslizaban acariciando su formado cuerpo. Apoderándose de rato en rato de sus piernas. Pero el conejo no resistió más y empezó a acariciar a su novio, simplemente no podía estar sin tocarlo. Sus manos se desesperaron mientras que empezaba a reducir el exceso de ropa en ambos. Quitándole primero aquella casaca de color verde y aquella gorra que ocultaba parte del rostro del menor; por otro lado Hyuk le arrebató la camisa rosa, rompiendo algunos botones. Las manos de ambos estaban frías, producto del invierno, buscaban calor en el cuerpo del otro. Los besos de Hyuk no se hicieron esperar y empezó a acariciar con sus labios el cuello de su conejo. Por que era suyo y de nadie más; nadie se lo quitaría, no ahora: nunca. Habían nacido para estar juntos, habían crecido juntos, ahora vivían juntos y todo parecía indicar que estarían así siempre: juntos. De repente, entre suspiros, Sungmin susurró el nombre de su peluche. Eun bajó su ritmo de caricias y de una sola patada alejó el juguete. Sungmin rió, se le hacía muy chistoso que el mono se pusiera tan celoso de su muñeco. "Es un bebé, no puede ver lo que papá y mamá hacen en la sala..." le susurró Sungmin antes de empezar a morder el lóbulo de su oreja. Hyuk cerró los ojos para dejarse llevar por el placer producido en aquella pequeña caricia. Y entonces el resto de la ropa empezó a sobrar, incluso la piel sobraba; Hyuk acomodó a Sungmin mientras le quitaba los pantalones y se apresuró a despojarse de los suyos. Las miradas traviesas ocasionaron risas y las risas se destruyeron cuando los besos los invadieron. Las manos inquietas de Hyuk, las suaves caricias de Sungmin, poco a poco ambos se combinaba y se hacían uno. Era como la fusión de dos metales. Arraigandose cada vez más profundo, más cálido, más verdadero. Eun empezó a preparar a su novio, colocando en su boca la intimidad del otro, haciéndolo perder el control ante la calidez de aquellos labios. Sungmin mordía sus labios reprimiendo sus gritos, no quería que los nuevos vecinos escuchen lo que él y su novio hacían en plena tarde. Entonces su pantalón empezó a vibrar, en medio de su placer, Sungmin notó que era su celular y se apresuró a contestar, esperando que Hyuk detenga sus ejercicios vocales más este, con la mirada, le ordenó que no contestara ya que no pensaba detenerse. ¿Y si era importante? Resultaba molesto escuchar como vibraba su celular, Sungmin extendió la mano y contestó el celular más no esperó que hable el del otro lado. Mordió sus labios para reprimir sus gemidos y luego de unos segundos atino a decir "Ah... lo siento, estoy... ah... ocu... Eun ahí no... Ocupado..." y cortó la comunicación. No le importó, siquiera, ver quién llamaba, de seguro era Heechul y con su tono de voz, entendería que debía llamar a otra hora. Como pudo apagó el celular y continuó con su enamorado. Eun, de castigo, se detuvo de repente y esperó a que el otro la suplique se siga. No obstante, no sería tan fácil convencerlo. Sungmin sonrió pervertido y empujó al otro, logrando que este caiga sobre la alfombra de su sala y sin esperar orden alguna empezó a hacerle a su novio lo que él, minutos atrás, le hacía.

Kyu se quedó durante unos segundos con el celular en el oído, intentando asimilar lo que acababa de escuchar. No, no podía ser eso. ¿Podía? Conocía a Sungmin y sabía que para él la hora y el lugar no eran importantes; simplemente lo hacía. Le dolió, sintió envidia de Eunhyuk, sintió odio hacia Sungmin por acostarse con su novio el día de su aniversario. Sólo llamó para escuchar su voz y lo que terminó escuchando de su voz fue asqueroso. Miró la pantalla de su Laptop y tras apagar su celular continuó con su trabajo. Después de todo, su trabajo en China era muy exigente.

Hyuk mordió sus labios al sentir que ya estaba demasiado preparado. Detuvo a Sungmin y lo acomodó en el suelo. Lentamente introdujo uno de sus dedos en su entrada, acomodándolo suavemente para que su conejo no sienta dolor. Luego de unos minutos empezó a moverlo para lubricar aquella cavidad, entonces un segundo dedos entró; haciendo que Sungmin olvide cualquier pudor y empiece a gritar como loco. Entonces un tercer dedo le robó lo poco de racionalidad que quedaba. Sungmin miró suplicante a su novio, ya quería entregarle su interior, pero el mono no se había olvidado de su desobediencia, y continuó jugando a pesar de que el otro se desesperaba. Para cuando el chico rosa estaba a punto de llegar a su tope, saco sus dedos y entró en él. Moviéndose circularmente para prolongar el placer de ambos, para lograr que su Sungmin nunca olvide aquella tarde. Poco a poco sus embestidas empezaron a intensificarse y junto con ellas los gritos de Sungmin, Hyuk lo acercó un poco y le robó cuantos besos le permitió la posición, con una de sus manos empezó a acariciar el miembro de Sungmin, logrando que ambos sientan el mismo placer a la vez. Y así como la intensidad aumento, poco a poco empezaron a estremecerse con los espasmos producidos por su propio placer. Con los ojos llenos de lujuria y los labios cansados de gritar, ambos llegaron a su punto culminante. Hyuk cayó exhausto sobre el cuerpo de Sungmin. Las gotas de sudor hacían que sus cuerpos brillen con el sol agonizante que entraba por una de las ventanas de aquella habitación. La tarde se hacía noche y los amantes empezaban a recuperar sus respiraciones. Sungmin abrazó a Hyuk y besó su mejilla, mientras ambos esperaban el momento indicado para que el menor salga del mayor. Una vez más se agitaron al ahogarse en sus besos, al asfixiarse en sus lentas caricias. Lentamente Hyuk empezó a salir de Sungmin para luego dejarse caer a un lado. El conejo pervertido jaló una manta y se cubrió para luego atraer el cuerpo del otro hacia el suyo. Dormirían un largo rato. Aquella tarde, había sido inolvidable. El primero en dormirse fue Hyuk y para cuando los adormilados ojos de Sungmin empezaron a cerrarse alcanzó a ver el almanaque que estaba colgado cerca a la cocina. Sus ojos se abrieron de par en par el caer en cuenta de la fecha. Sin moverse demasiado jaló su celular y lo encendió, buscó en el registro de llamadas y empezó a llorar al leer el nombre de Kyu como la última llamada. Lloró en silencio, pensando que quizás Eunhyuk no lo escuchaba, más se equivocó.

****

-Ah...- Henry se movió agitado al sentir el cuerpo del mayor sobre él- Hangeng... No puedo- susurró mientras que el otro intentaba no reírse.- No te rías...-amenazó algo enojado- Es duro...
-Lo sé... Déjame ayudarte- El mayor volteó a Henry para luego empezar a deshacer la malhecha corbata- Eres un niño... mira que ni saber hacer la corbata el día de tu boda.
-Estoy nervioso.- bajó la cabeza ocultando bajo sus cabellos el terrible sonrojo- Muy nervioso.
-Yo también- el mayor terminó de arreglar la corbata- Listo...- besó su mejilla y empezó a colocarse la camisa- Insisto, creo que tu abuela tenía razón, el traje de novia te quedaba mejor...
-Idiota...- Henry se cruzó de brazos mientras miraba atentamente como su novio y futuro esposo se abotonaba la camisa- La comida de mi abuela te ha engordado, no queda ni la M de músculo...
-Ya me pondrás en forma...- sonrió malicioso el chino mientras hacía su corbata.- Ahora que viviremos solos, tendrás que empezar a usar tus pijamas.- bromeó de nuevo.
-Hangeng...- Henry le tomó de la mano- Wo ai ni... nunca lo olvides ¿Si?- estirando sus labios para pedirle un beso que calme el vacío en su estomago.

Flores blancas por todos lados, un exquisito aroma a jazmín invadía aquel lugar y unos cinco invitados ubicados en las sillas de una improvisada capilla. Todos esperando a que la pareja aparezca. La abuela de Henry caminaba de un lado a otro arreglando los últimos detalles de la boda de sus engreídos. Más no pudo resistir y, en medio de su alegría, llamó a los padres de Henry para contarles el importante acontecimiento. Después de todo eran su familia, no podía simplemente obviarlos. Hangeng se acercó a la anciana, lucía nervioso más estaba soportando la presión de una manera muy madura. Le preguntó por Henry ya que llevaba desaparecido unos minutos, la mujer de edad no supo darle razón del menor, no obstante ambos pensaron que de seguro estaba en el baño. Lo mejor era ir a llamarlo, la boda estaba por empezar. Hangeng apresuró el paso y empezó a buscar a su novio. Se disculpó a los minutos, su novio no aparecía. Continuó buscándolo mas este no estaba en ningún lado. Poco a poco empezó a preocuparse. Se detuvo en seco al notar que en la entrada estaba el padre de Henry, fumaba un cigarro y se veía algo perdido en sus pensamientos. Hangeng tragó un poco de saliva y se acercó. Preguntó por su futuro esposo, pero el hombre no le contestó nada. Preguntó repetidas veces y lo único que consiguió como respuesta era de que él no tenía idea de donde podría estar. Había visto que su madre y el hablaban hacia ya como media hora, pero más no sabia. Hangeng corrió en busca de su suegra pero no la encontraba, su corazón empezó a agobiarse, sus pensamientos a tornarse oscuros: la desesperación empezó a cegarlo. ¿Dónde estaba Henry? Pasó una hora, el encargado de llevar la boda a cabo se fue y Henry no apareció. Hangeng se derrumbó. Incluso cuando apareció la madre de Henry, este no estaba en ningún lado, entonces un primo del menor se le acercó a Hannie y le dio un papel le dijo que el había visto a Henry antes de que desapareciera, que le había pedido que le dé aquella nota. Luego lo vio subirse a un taxi e irse. Hangeng abrió el papel, con las manos temblorosas leyó aquellas escasas palabras en chino "Lo siento, no te pido que me comprendas, tampoco que me perdones... No puedo hacer esto."

**

Delineó sus rasgados ojos, jalando un poco más en los extremos para logras una mirada mucho más coqueta. Delineó desde la mitad engrosando la línea negra sobre sus ojos para que su mirada cambie, extrañaba a su príncipe y aquella noche lo vería de nuevo. Su rostro lucía perfecto, sus labios los pintó lentamente con un tono entre rojo y rosa, agregándoles un poco de brillo para hacerlos más besable. Se detuvo un momento, miró su imagen en aquel gran espejo que tenía en frente, sonrió de lado deseado besar a Siwon. Sonrió ampliamente mientras colocaba algo de máscara de pestañas sobre estas, resaltando aún más sus grandes ojos. Tomó el antifaz blanco que Minho le había conseguido para luego cubrir la mita de su rostro, dejando a la vista aquellos labios que volvían loco a Simba. Recogió el cabello largo que ahora era parte de su disfraz y dejando caer algunos mechones sobre su rostro y cuello se hizo una media cola, en la cual colocó una pequeña corono, típica de su disfraz. Ciñó a su delgado cuerpo aquel vestido blanco de falda voluminosa. Acomodó las mangas caídas a los lados de sus hombros, dejando al descubierto parte de su cuello y espalda. Parecía una Julieta de verdad, una princesa que se escapó de algún cuento de hadas. Tomó entre sus delicadas y largas manos una cadena que tenía entrelazada una "S" y se la colocó para luego rosear un poco de perfume sobre su piel descubierta. Ansiaba tanto estar cerca a su príncipe. Caminó torpemente con aquellos zapatos de princesa, caminó hasta la puerta de su habitación para encontrarse con Kibum, después de hablar durante horas con él, logró convencerlo de que lo acompañe a aquella fiesta de alta sociedad. Algo que quizás no le hizo mucha gracia a Donghae, pero respetaba las decisiones de su cachetón. El nombrado se quedó boquiabierto al ver que su amigo realmente parecía una chica. Hasta llegó a pensar que si el mayor se vestía así, la familia de Siwon, nunca los hubiera separado.

-Te ves muy hermosa... Julieta Kim.- Sonrió Kibum extendiéndole el brazo para caminar juntos hasta el auto del chofer de Minho.
-Lo sé... -Heechul sonrió cínico mientras tiraba su cabello hacia atrás aunque en realidad estaba muy nervioso.- Ponte el antifaz, ese viejo maldito...- se tapó la boca para fingir una voz más aguda y femenina- cof cof... mi suegrito es bastante desconfiado...

Las luces eran lago tenues, debido a que todo el jardín y parte de la terraza principal estaban iluminados por velas. Este detalle generaba que el ambiente en aquella recepción sea muy especial, casi mágico. Había flores de diversos colores, incluso flores que no estaban de temporada, tan solo para ostentar el poder económico y adquisitivo de los organizadores. Las damas de élite se desplazaban de un lado a otro, intentando, buscando desesperadas que se les compare con alguna de aquellas flores. La hipocresía social invadía el lugar y las joyas innecesarias brillaban más que cualquier vela. Al final del jardín principal había un pequeño escenario con un piano y algunos técninos alistando todo para el recital que se daría a medianoche. En el extremo izquierdo, cerca a la entrada estaban un grupo de violinistas, amenizando la temprana apertura del agasajo. En el extremo derecho había una enorme mesa con diversidad de exquisiteces que solo podían pagar y comer esos invitados. Dentro de la terraza, la cual estaba cubierta con un toldo negro, había unas mesas para las personas mayores, había un bar y los servicios higiénicos. Además de estar bien complementado con estatuas de hielo, las cuales contrastaban con las velas del exterior. Solo había un tipo de flor dentro de la terraza: girasoles. Solo había esa flor a pedido del hijo de uno de los organizadores, al medio había una especie de podium en el cual hablaría el dueño de casa y a los costados estaban situadas algunas sillas para sus distinguidos socios. Todo estaba delimitado de una manera muy precisa, casi irreal. Minho, su padre y Taemin entraron en la fiesta; El mayor de los adolescentes tenía un antifaz azul claro con detalles en verde, el modelo no era nada tradicional era bastante futuristas. Al igual que el de su novio que tenía tonos que iban desde el amarillo hasta el rosa suave con algunas lentejuelas transparentes. Sus ropas extravagantes eran bastante coloridas y se complementaban entre sí. Taemin tenía unos pantalones pegados de color celeste mientras que encima de estos caía una especie de camisa ancha que se caía en un hombro dejando ver un poco de su piel y el polo sin mangas negro que traía debajo. La gran camisa estaba sujeta en su cintura por un cinturón, el cual hacía que esta se vea muy delgada y que la parte de abajo de la prenda parezca una falda corta. Taemin se veía muy femenino, además de sus gestos delicados y su rostro bello; parecía el sueño de cualquiera, mas através del antifaz se escondía una mirada muy triste, silenciosa y solitaria. Minho por su parte, traía una camisa celeste, algo pegada para su espigado cuerpo; unos pantalones negros de vestir y una corbata del mismo color. Sin mencionar que su cabello estaba arreglado de tal manera que parecía un príncipe. A pesar de estar vestidos para la ocasión, ambos jóvenes desentonaban completamente en aquella fiesta, quizás por su corta edad, quizás por la frescura de su presencia. Aparte de ellos no había nadie más de su edad o al menos diez años mayor. Solo estaban los socios del padre de Minho y sus esposas y nadie bajaba de los cincuenta años. El hombre de edad entrada vestía un esmoquin algo anticuado con una antifaz negro, y ese modelo se repetía en diversos hombres en aquella fiesta, variando solo en los colores sobrios de sus trajes. Una gran sonrisa, el padre de Minho se despidió de los dos chiquillos y fue al encuentro de algunos de sus trabajadores. Taemin le sonrió nervioso a Minho, estaban solos y cuando esos sucedía el más alto siempre buscaba tocar; pese a que el padre de este aceptaba su relación, Minho siempre se contenía cuando estaba presente, mas cuando se alejaba aprovechaba cada segundo para acercarse a su novio, más ahora que este no se dejaba tocar. Se acercó un poco, lentamente, como si fuera a hablarle al oído, Taemin cerró los ojos para escuchar lo que tenía que decir el otro pero esto no sucedió y en su lugar le tomó de la mano para pasear por los alrededores de aquel jardín.

-Nos van a mirar mal...- le susurró Tae al soltarse de la caricia, pero Minho no dejó que aquel pretexto le robe el tocar su mano.
-¿Desde cuándo importa?- le contestó intentando acercarse para besarle la mejilla sin embargo, una vez más, el menor lo evitó.- ¿Sucede algo?- preguntó casi enojado- ¿Te doy vergüenza?
-No es eso...- Taemin miró hacia otro lado, no podía decirle la verdad. No podía. Buscó algo, alguien en quien esconderse, en quien encontrar una excusa- Ahí está Siwon y su padre, ese señor el otro día me confundió con Heechul y me trató muy mal... Si nos ve así empezaría a sospechar y...- Los ojos de Minho estaban apagados, bastante tristes.
-Comprendo...- dijo antes de darse media vuelta y caminar en dirección contraria a su pequeño novio. Taemin quiso llorar, quiso ir detrás, pero el contacto físico con otros era demasiado para su inestabilidad mental. Aquello que le hizo SeungKi lo había marcado demasiado. Dudaba si podría volver a ser el mismo de siempre. Siwon lo divisó desde la entrada y se acercó seguido de su padre.
-Buenas noches, linda fiesta- sonrió galante haciéndose a un lado para que su padre hable.
-Buenas noches jovencito- Taemin hizo una venia asustado, los otros dos lo imitaron- Interesante disfraz- sonrió- Quiero pedirte disculpas de nuevo, te confundí... Este chiquillo- señalando a Siwon- me saca canas verdes- intentó hacer una broma, los otros dos solo rieron por cortesía.
-Descuide señor, a todos nos pasa. ¿Siwonie te has disfrazado de príncipe como Minho? - intentó cambiar de tema
-No. - Siwon mantuvo su sonrisa encantadora debajo de aquel antifaz negro- Soy Romeo. No tengo Julieta- hizo puchero a lo que su padre tosió y Taemin estalló en risas.
-Llega en dos semanas de Canadá...- sentenció el hombre viejo antes de hacer otra venia- iré a hablar con mi socio... diviértanse.
-Adivino... -Taemin se cruzó de brazos- Heechul no sabe...
-No... Pero no me casaré, no lo haré. No estoy dispuesto a hacerlo.- Siwon lucía algo enojado.- Pequeño, tengo una carta... ¿Se la puedes entregar?- Taemin sonrió amplio, no sabía si decirle que podría darle la carta personalmente, pero prefirió que todo sea una sorpresa.- Sí, claro. Pero mela das más tarde, cuando traiga mi abrigo, ahora no tengo bolsillo.
-Está bien, muchas gracias. Iré a hablar cosas de grandes, será mejor que busques a tu príncipe, sino te vas a aburrir entre tanto ahjussi...- le susurró Siwon con una gran sonrisa- lo digo por experiencia...- dicho esto caminó en dirección a su padre.

Tae mantuvo la sonrisa, caminó un poco, dio vueltas devolviéndole la sonrisa a quienes lo saludaban atentos: era el amigo del hijo de su jefe, debían ser condescendientes. Su mirada estaba distraída, sus labios estáticos en una sonrisa fingida y sus gestos se hacían más y más torpes ante la mirada hipócrita de quienes lo rodeaban. Se sentía solo, necesitaba a Minho cerca, mas el sentir que el mayor intentaba acercarse lo hacía sentirse incómodo. Después de lo que le hizo SeungKi, el cuerpo y la mente de Taemin, no eran los mismos. Se sentó en una de las mesas que estaba más alejada en aquel jardín, aquella que tenía un mantel de encaje blanco con detalles en oro viejo y dos tenues velas en el centro. En el camino había cogido una copa de vino y tomándola entre sus manos se entretuvo unos segundos en sus pensamientos. No era bueno con el licor, mas sentía la necesidad de beber algún líquido que despeje sus pensamientos. Respiró profundo y de un solo sorbo bebió todo el líquido tinto de su copa. Poco a poco, bajó por su garganta, dejando una sensación de sequedad y alivio falso en su cuerpo. Apoyó su delicado rostro en una de sus manos y levantó la mirada para perderse en aquella inmensa luna llena que lo acompañaba. Volvió a suspirar y en un susurró pronunció el nombre de su novio. No podía ver a los ojos a su príncipe, menos ahora que lo había lastimado.

Minho se apoyó en la esquina de aquel jardín repleto de personas. Suspiró frustrado al igual que su novio, las personas pasaban y lo saludaban mas el estaba con la mirada fija en la última mesa de aquella recepción. Taemin estaba extraño, demasiado. Al principio pensó que quizás había algo que hacía mal, pero tras revisar una y otra vez sus acciones a la única conclusión a la que llegaba era que el menor no se dejaba tocar, no soportaba estar a solas y nunca mantenía la mirada. Minho quiso llorar, mordió sus labios y reprimió su dolor. No comprendía por qué no dejaba que estuvieran solos, desconocía la razón a su rechazo. Entonces un miedo terrible invadió sus ojos. ¿Y si ya no sentía lo mismo? ¿Y si estaba buscando la manera de terminar su relación? La introspección del chico alto no pudo continuar ya que su chofer le informó que su "Julieta" acababa de llegar. Minho miró su reloj, eran casi las diez de la noche. Apresuró su paso y le dio el encuentro a Siwon.

-Buenas noches señores- Saludo educadamente a todos los mayores con una venia- Siwon-hyung ¿Has visto las esculturas en hielo?- Siwon negó con la cabeza- ¿Me acompañas? Quiero mostrarte unas muy hermosa, la hizo un reconocido artista.- El padre de Siwon le hizo un gesto a su hijo indicándole que podía ir; este siguió a Minho en silencio, no sin antes detenerse a saludar a algunos amigos de su familia- El artista la nombró "Julieta Kim" espero te guste.
-Llama mucho mi atención su nombre- sonrió interesado el mayor.- ¿Es esta?- se detuvo frente a una pequeña escultura que estaba situada en medio de otras dos. Minho asintió con la cabeza- Es hermosa...- Siwon examinó la escultura.
-Hyung voy por Taemin, espérame aquí ¿Si?- Siwon le hizo una seña de forma afirmativa sin dejar de mirar la pieza de hielo.

Un hermoso traje épico en tonos marrones delineaba su esbelto y bien formado cuerpo. Conforme se iba acercando a él iba recorriendo y recorriendo con su mirada a aquella persona. Una camisa blanca con algunos adornos principescos eran la mezcla perfecta con aquel antifaz negro y aquellos cabellos tan bien peinados. Julieta Kim casi se desmaya al sentirse más y más cerca de aquel hombre. Su mirada estaba clavada en una pequeña estatua, más no parecía mirarla, parecía estar perdido en sus pensamientos. Siwon lucía tranquilo pero Heechul era experto en él y sabía que no lo estaba. ¿Cómo podría estarlo? Continuó su camino a paso lento hacia su Romeo. Examinando cada detalle de su disfraz, casa detalle de su cuerpo como analizando si su novio estaba completo. Repasando mentalmente lo que sabía de memoria de aquella persona. Solo faltaba un poco, estaban a menos de un metro cuando Siwon volteó repentinamente, encontrándose con aquella princesa encantada que lo miraba fijamente. No necesitó ver debajo de la mascara que tapaba sus ojos: sabía quien era. Miró asustado hacia donde estaba su padre, mas este estaba entretenido con Minho, su padre y sus socios. Volvió la mirada hacia si princesa, encontrándose con este aún más cerca. Tanto tiempo sin verse, sin estar así de juntos, Heechul no le dejó tiempo para hablar, le tomó del rostro y lo arrastró hacia sus labios: un beso que muchos vieron en aquella habitación, un beso que ambos ansiaban sentir. Un beso entre Romeo y Julieta. Lento, suave, tomando tiempo para saborear los labios del otro, tomando tiempo paraba adecuarse a aquella caricia que tanta falta les hacía. Para cuando la respiración se les agotó, ambos se separaron unos centímetros; Heechul acarició la poca piel que mostraba el antifaz de Siwon, el otro lo imitó en silencio; ambos perdidos en la mirada del otro. En un mundo alterno en el que nadie podía entrar. El padre de Siwon volteó a ver las esculturas de hielo mas no encontró a su hijo, había desaparecido. Minho le sonrió atento y le dijo que había ido al baño, que pronto regresaría. Luego le cambio de tema para que el hombre de edad se olvide de aquello. Mientras, la pareja caminaba hacia el jardín de la parte trasera de aquella inmensa casa. No había nadie en aquel lugar, solo la luna llena que iluminaba su camino. Siwon se detuvo en seco y tomando del rostro del otro le robó otro beso. Se veía hermoso aquella noche, pero más allá de aquello; lo importante era que lo estaba mirando, lo estaba tomando de la mano, lo estaba besando. Heechul rodeó con sus brazos la cintura del otro y tras separarse de aquel segundo beso le quitó el antifaz a su novio, este lo copio y no hubo más barreras entre ellos. Estaban ahí, solos los dos, juntos de nuevo. Era un encuentro efímero, pero eso no restaba el que ambos quisieran sentirse al máximo.

-Mi Julieta...- le susurró Siwon al oído a lo que el otro rió un poco.- Te he extrañado demasiado... ¿Cómo es que has venido?
-Minho me ha invitado...- Heechul beso la mejilla de Siwon para luego bajar a su cuello- El mismo perfume...- sonrió malicioso- Romeo... este vestido es incómodo...- Sus ojos denotaban que estaba cansado de comer dulces.- Quiero chocolates...- volvió a susurrar insinuante mientras metía sus manos debajo de la camisa de Siwon para hacerlo estremecerse con sus caricias.
-Nos pueden ver y no puedo irme... afuera están los empleados de mi padre...- intentó detener a su novio.
-Uhm... soy una chica.- señaló su vestido- Seré una fácil pero no importa...- sonrió burlón ante la mirada de reproche del otro.- Romeo Choi sale pasear unos minutos el vecindario, nada fuera de lo normal- le explicó su plan- Julieta Kim y Kibum salen juntos en dirección a la casa que queda a unas cuadras... La casa de la familia de Minho, el chofer de él me conoce y sabe de esto... desaparecerás unas tres horas...- colocándose el antifaz- Nada fuera de lo normal...
-Heechul...- susurró Siwon al sentir que las manos del mayor tocaron una zona muy especifica en su pantalón, a pesar de existir tela entre ambas pieles Siwon sintió que todo el calor del cuerpo se le subió a la cabeza.- Hagámoslo.- Dicho esto se colocó el antifaz y salió primero en dirección al lugar que su princesa le había indicado. A los pocos minutos Kibum y Heechul salieron de la fiesta.

**

Donghae se cruzó de brazos mientras esperaba que regrese Kibum, no pensaba dejarlo esperando ¿O si? su mirada denotaba cansancio, sus movimientos frío. Eran casi las doce de la noche, prometió volver temprano de aquella fiesta y llevaba dos horas de retraso. Metió su mano derecha en el bolsillo de su casaca, buscó su reproductor musical y le subió todo el volumen, aquella canción llena de sentimientos empezó a escaparse de sus oídos. Las cosas empezaban a no ir como él quería y se sentía muy frustrado. Odiaba mucho que todos en la universidad molestaran a su novio por lo sucedido. Lo odiaba, usualmente no le importaba lo que dijeran de él, mas ahora era diferente, ahora aquellos comentarios idiotas lastimaban al hombre que amaba. La suave voz de aquel cantante despejaba sus pensamientos, pese a no entender ni una sola palabra del japonés le gustaba mucho la canción. Canción que Hisae le envió un día antes, aconsejándole que era una canción para escucharse cuando llovía o cuando se tenían problemas, era una canción triste de amor. De repente sintió unos fuertes brazos sujetarlo de la cintura, no necesitó voltear para saber que eran de Kibum. Sonrió un poco para luego pretender estar enojado por la tardanza, sin darse cuenta eran ya casi la una de la madrugada. "Lo siento" le susurró Kibum tras quitarle uno de sus audífonos. Donghae miró hacia otro lado para jugar un poco más a estar molesto. Pero Kibum no rogó más, lo tomó fuertemente del rostro y lo besó. En medio de la caricia Donghae sonrió, adoraba que su novio tome el control.

-Frío, sueño, cansancio...- contó con sus dedos como si fuera un niño pequeño- hambre... ¿Cómo vas a reponer todo eso?- hizo puchero a lo que Kibum sonrió ampliamente- ¿Eh?
-Estás con ganas de ser caprichoso...- Kibum no dijo más, lo tomó de la mano y lo jaló dentro de su casa- "Aoi Tori de Plastic Tree" Es una canción muy depresiva para alguien tan alegre como tú... ¿No debería ser yo quien la escucha?
-¿Por qué lo dices? No existe una persona que esté alegre todo el día, eso es falso...- Donghae se sentó en el sofá dejando que su novio se recueste sobre su hombro.
-Por que tarde o temprano vas a romper mi corazón...
-¡Kibumah! ¿Por qué dices eso? Tú eres quien quiere terminarme por el "escándalo" - se exaltó el pescado.
-Yo... Lo siento, no quiero terminarte... Ese día yo... No te enojes... ¿Has estado deprimido por eso?- Donghae asintió en silencio- Gracias. - Sonrió ante la mirada del otro, lucía confundido- Eso demuestra que me quieres casi tanto como yo...
-Idiota... no te quiero, te amo- Donghae besó lentamente sus labios.
-Espera, quiero decirte algo...- Kibum detuvo a su novio.
-¿No puede esperar? Tengo frío, quiero que me calientes...- sonrió pícaro
-Me voy becado a USA... durante cuatro meses... La universidad me...- La sonrisa de Donghae dejó de ser real para convertirse en una mueca extraña. Kibum estaba asustado de su reacción, pero parecía no haber cambio alguno.

***

Taemin caminó como pudo hasta estar cerca de aquel escenario donde su novio estaba parado. Otro compañero de ambos se sentó al piano y empezó a tocar una suave balada. Minho miró directamente a su novio y antes de empezar a cantar lo señaló y le dedicó la canción. El padre de Siwon se quedó impresionado ¿Acaso todos los hombres de Corea había decidido ser gays? Miró con reproche al padre de Minho, mas este parecía estar muy familiarizado con aquella situación, incluso le dijo que Taemin, el novio de su hijo era un chico muy tierno y que estaba feliz y orgulloso de que su hijo hubiera encontrado a alguien así para amar. El señor Choi no comprendía o quizás no quería hacerlo, buscó con la mirada a su hijo más no lo halló. Luego de unos minutos marcó su celular pero descubrió que estaba apagado. Algo sospechoso estaba sucediendo. Se despidió apresurado de su socio y trató de irse mas este lo detuvo.

-Vigilar mucho a los hijos es evitarles que vivan y aprendan de sus posibles errores... Sé que Siwon es un gran chico, dudo que esté haciendo algo malo en este momento...- le sonrió.
-Si tu hijo se pierde en la degeneración no me importa, Mi Dios me ha enseñado que esa aberración no es posible....- renegó el padre de Siwon
-¿Por qué te cierras tanto? ¿Acaso amar es un pecado? Mi hijo ama a ese chiquillo, nada malo hace, a nadie le hace daño... No es ningún degenerado. Dios lo ha bendecido con el amor... Piense en eso antes de juzgar a los demás...

Taemin se mantuvo en pie mientras su estado se lo permitió y justo antes de caer al suelo vio como Minho tiraba el micrófono y corría a sostenerlo entre sus brazos. No se sentía incómodo, cualquier cosa que Seungki le haya hecho no se comparaba con las suaves caricias de su novio. Minho lo alzó en brazos y ante la mirada atónita de todos sacó a su novio de la fiesta.

Continuará...

5 comentarios:

  1. Kim Julieta y Choi Romeo *O* ... van a hacer coxinadas en la segunda parte del cap *OOOOOO* xDDDD

    nee ... ya te lo dije por msn pero lo digo de nuevo ... pobre Kyu T_____T ... pobre Hannie T_____T .. pobre tae , pobre minho ... pobres personajes de tu fic ke sufren por culpa de tus estados mentales temporales depresivos xDDDDD


    Nee ... me gusto mucho el cap ^-^

    Los lemon te salen cada vez mejor JOJO xDD

    Me gusto la parte del pescadito con el caxeton *---* se aman se aman ... pero si se va pa usa ke se lo lleve con el en la maleta si ? u.u

    Nee .... gracias por haber subido too el sendy en tu blog ^-^

    Gracias por escribir .. gracias por darme el regalo de poder leer historias tan lindas *O*

    Te kiero mucho

    Besos

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  2. pd: espero con ansias la segunda parte y final del cap x3

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  3. mmmm qe decir más que chanchanchanchan, redoble de tambores maestro, el final se aproxima siiiiiii, ya lo queremos leer, aunque no lo senti tan largo jijiji, ok todo lo bueno tiene que llegar a su fin, aunque solo este fic eee porque espero seguir viendo más fics tuyos y la continuación de los otros ne.

    Gambatte bijin ^^

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  4. NOOOOOOOO!!!!!!
    como el fin?
    que pasa?
    no!!!!!!!
    pero va a tener una secuela verdad?
    verdad???!!!!!!
    no!!!!!!!

    estabien recuperando un poco la cordura...
    dije que no podia dejar en pensar en tus fics y que esperaba el sigiente capitulo con desesperacion pero me retiraron de la computadora por vacaciones obligatorias y no habia podido leer los fics, pero ahora estoy de regreso y no dejare de pasar por aqui X3.....

    pero porque el fin!!!!!!!!!!????????
    no!!! no!!!!!!
    Y_Y

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  5. O_o
    Gracias por leer ^^
    ehm si, tendra secuela :D

    bueno, es tarde
    besos!

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Ella quiere saber

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