Autor: Kainet
Titulo: Del otro lado: una sombra
Clasificación: Angst
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
Nota: El siguiente escrito es producción enteramente mía, los personajes son ficticios y la trama fue desarrollada para un taller de la universidad. Está basado en un actor que tiene dos facetas (por si se confunden con el juego de palabras.) La imagen mental es él, solo en su habitación, frente al espejo, enfrentando la máscara que creó; analizando lo que es y lo que no. Solo eso, y sí, también es yaoi, porque la pareja que lo deja es hombre.
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Del otro lado: una sombra
¿Quién es aquella persona que veo reflejada en el espejo? ¿Acaso un usurpador que se adueñó de mi imagen? No, esa persona no soy yo. No, él no es humano, es solo una versión deforme de mí: alguien a quien odio, nunca podré ser como él. Solo, está solo, tan solo como yo. Es frío, fuerte, hermoso; no es como yó. Minutos atrás, al dejar descolgado el teléfono, él se adueñó de mí. Siempre lo hace, sin embargo nunca reconozco su rostro; siempre el mismo, pero nunca lo recuerdo. No, él no soy yo y yo no soy él. Está estático, perdido en mi mirada, le duele el pecho: quiere llorar pero no lo hace. El nudo en su garganta lo asfixia; el secreto de sus labios, lo atormenta. Ropas hermosas, cuidados exagerados; siempre los tiene ¿Por qué está tan vacío entonces? Lo tiene todo y luce como si no tuviera nada, como si no fuera nada. Cuando se adueña de mi imagen; todos, absolutamente todos, lo llenan de elogios y él sonríe como si fuera verdad. Él está ciego, no vé la realidad que yo observo ahora; quizás no quiere aceptarla, quizás no se la quiero mostrar. Los minutos avanzan, sus lágrimas continúan cristalizadas; su orgullo no le da derecho a llorar lo que sus oídos nunca quisieron escuchar. Sus manos tiemblan, inútiles, apresan el teléfono, como sí fuese el único culpable de su situación. Solo, está solo, tan vacío que no es capaz de notarlo. Estático espera que todo se solucione; iluso, continúa esperando algo que no volverá, algo que, tanto él como yo, sabemos que es imposible de reparar. Él no es humano, él solo es una sombra que se apodera de mí y muestra alguien que no soy. Él es, quizás, la máscara que yo utilizo para no sentirme solo. Él lo ha perdido todo, él nunca tuvo nada, pero se siente destruido. Él se adueñó de mi fama, de mi fortuna, de mi amor; se adueñó de todo y lo llenó de soberbio orgullo que poco a poco nos dejó totalmente solos. Sí, solo quedamos él y yo, solos y enfrentados por aquel espejo, ante el cual alguna vez sonreímos. Ya no queda fama, la fortuna se agotó y con ella los amigos se marcharon. Ya no queda nada, ni siquiera el amor: él terminó por abandonarnos hoy con una llamada telefónica. No explicó nada, solo dijo adiós. Pobre de él, nunca me conoció: siempre amó a esa triste sombra que me mira desde el otro lado del espejo. Pobre de mi sombra, su amante nunca dejó pensar en mi cuando estaba con él. Ya nada queda, solo nosotros dos. Se mantiene firme, cuelga el teléfono y maquilla su rostro: busca ocultar el dolor, quizás el tiempo. Delinea sus labios y pinta aquella falsa sonrisa que alguna vez lo hizo dichoso. Limpia sus ropas y sale de casa. Me deja encerrado en el espejo mientras él, mi sombra, busca empezar a vivir de nuevo su preciosa mentira. Una mentira que jamás volverá: él nuca será verdadero, nunca real.
FIN
Titulo: Del otro lado: una sombra
Clasificación: Angst
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
Nota: El siguiente escrito es producción enteramente mía, los personajes son ficticios y la trama fue desarrollada para un taller de la universidad. Está basado en un actor que tiene dos facetas (por si se confunden con el juego de palabras.) La imagen mental es él, solo en su habitación, frente al espejo, enfrentando la máscara que creó; analizando lo que es y lo que no. Solo eso, y sí, también es yaoi, porque la pareja que lo deja es hombre.
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Del otro lado: una sombra
¿Quién es aquella persona que veo reflejada en el espejo? ¿Acaso un usurpador que se adueñó de mi imagen? No, esa persona no soy yo. No, él no es humano, es solo una versión deforme de mí: alguien a quien odio, nunca podré ser como él. Solo, está solo, tan solo como yo. Es frío, fuerte, hermoso; no es como yó. Minutos atrás, al dejar descolgado el teléfono, él se adueñó de mí. Siempre lo hace, sin embargo nunca reconozco su rostro; siempre el mismo, pero nunca lo recuerdo. No, él no soy yo y yo no soy él. Está estático, perdido en mi mirada, le duele el pecho: quiere llorar pero no lo hace. El nudo en su garganta lo asfixia; el secreto de sus labios, lo atormenta. Ropas hermosas, cuidados exagerados; siempre los tiene ¿Por qué está tan vacío entonces? Lo tiene todo y luce como si no tuviera nada, como si no fuera nada. Cuando se adueña de mi imagen; todos, absolutamente todos, lo llenan de elogios y él sonríe como si fuera verdad. Él está ciego, no vé la realidad que yo observo ahora; quizás no quiere aceptarla, quizás no se la quiero mostrar. Los minutos avanzan, sus lágrimas continúan cristalizadas; su orgullo no le da derecho a llorar lo que sus oídos nunca quisieron escuchar. Sus manos tiemblan, inútiles, apresan el teléfono, como sí fuese el único culpable de su situación. Solo, está solo, tan vacío que no es capaz de notarlo. Estático espera que todo se solucione; iluso, continúa esperando algo que no volverá, algo que, tanto él como yo, sabemos que es imposible de reparar. Él no es humano, él solo es una sombra que se apodera de mí y muestra alguien que no soy. Él es, quizás, la máscara que yo utilizo para no sentirme solo. Él lo ha perdido todo, él nunca tuvo nada, pero se siente destruido. Él se adueñó de mi fama, de mi fortuna, de mi amor; se adueñó de todo y lo llenó de soberbio orgullo que poco a poco nos dejó totalmente solos. Sí, solo quedamos él y yo, solos y enfrentados por aquel espejo, ante el cual alguna vez sonreímos. Ya no queda fama, la fortuna se agotó y con ella los amigos se marcharon. Ya no queda nada, ni siquiera el amor: él terminó por abandonarnos hoy con una llamada telefónica. No explicó nada, solo dijo adiós. Pobre de él, nunca me conoció: siempre amó a esa triste sombra que me mira desde el otro lado del espejo. Pobre de mi sombra, su amante nunca dejó pensar en mi cuando estaba con él. Ya nada queda, solo nosotros dos. Se mantiene firme, cuelga el teléfono y maquilla su rostro: busca ocultar el dolor, quizás el tiempo. Delinea sus labios y pinta aquella falsa sonrisa que alguna vez lo hizo dichoso. Limpia sus ropas y sale de casa. Me deja encerrado en el espejo mientras él, mi sombra, busca empezar a vivir de nuevo su preciosa mentira. Una mentira que jamás volverá: él nuca será verdadero, nunca real.
FIN
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