Fanfic Serial: Winter Garden - Cap. 02

Autor: Kainet
Titulo: Winter Garden
Capitulo: 02
Fandom: NewS / Kanjani8
Parejas: RyoShi / BaRyo / RyoUchi / TegoMassu
Clasificación: Angst / Au

Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.

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Capitulo II

Han pasado cinco años ya desde aquel encuentro. Nunca más volví a verlo, pero recuerdo cada detalle como si hubiera sido ayer. Aún puedo recordar su aroma a Chanel Nº5, estoy casi seguro de que pertenecía a su madre, con el paso del tiempo he llegado a conocer a su familia muy bien. Todos ellos me han acogido de manera muy especial desde que mi padre se convirtió en el brazo derecho de su padre. Sin embargo no lo he vuelto a ver, lo he visto una sola vez en toda mi vida y tan solo eso bastó para sentirme atraído hacia él. Supe por su abuela que aquel día era su último día en Japón, al día siguiente viajo a USA para estudiar en un prestigioso colegio, imagino que su familia debe ser muy poderosa. Aún recuerdo la primera vez que mi madre me llevó a visitar a la familia Nishikido, todos fueron muy formales, pero nada fríos, creo que él es especial, pues ha sido la única persona a la que no le he agradado. Hoy cumplo quince años, mi madre ha recibido una invitación de parte de su familia pues han organizado una cena en mi honor, ciertamente su abuela me adora. Todos los días, después del colegio, voy a acompañarla para leer juntos los libros de la biblioteca de su abuelo. Me siento casi parte de su familia, además se me hace irresistible, ¿Cómo no ir si su abuela siempre me cuenta de su pequeño nieto Ryo-chan?

Tegoshi se apresuró a colocarse el traje más elegante que tenía, era un terno de marca mandado a diseñar exclusivamente para él, la abuela de Ryo se lo regaló en su cumpleaños catorce. Era blanco con detalles finos en otras tonalidades del mismo color, la camisa era de diferente textura sin variar mucho la tonalidad del blanco y la corbata tenía un tono de oro viejo que le quedaba exquisitamente perfecto. Su cabello ahora lo traía un poco largo, casi llegaba a sus hombros y como lo había cortado en capas conseguía tener un volumen espectacular. Mordió un poco su labio inferior mirando detenidamente aquel lunar que traía sobre sus labios, le recordaba tanto a aquellos lunares que adornaban el rostro de Nishikido. Tegoshi ladeo un poco su rostro para colocarse un poco de colonia, finalmente roseó un poco de gel en sus cabellos y salió abrochando su saco para ir en busca de su madre.

En el camino a la habitación de su madre se encontró con aquel gran amigo de infancia: Massu, como solía llamarlo desde el primer día en el que se conocieron. Massu le sonrió amable pero en sus ojos se dibujó un deseo oculto al ver al otro tan bien vestido, lo tomó del brazo y lo jaló hacia su habitación. Una vez dentro intentó deshacerse de la ropa del más bajo, este no se negaba a los besos desesperados de Massu. Un pequeño suspiro se le escapó de los labios cuando las manos frías del más alto tocaron la piel de su espalda pero no pudieron continuar ya que la voz de la señora Tegoshi los alertó, rápidamente se vistieron como pudieron y salieron como dos niños buenos.

-¿Por qué no me contestabas?- preguntó su madre- ¿Ya estás listo?
-Lo siento madre, nos entretuvimos hablando de algunos cursos…-mirando divertido a Massu.- Vamos, la obasan debe estar ansiosa por verme. Adoro a esa familia.
-No seas tan engreído, el nieto ha vuelto desde USA así que será mejor que te mantengas alejado de la señora Nishikido, su nieto real ha vuelto y tus días de rey están por terminar…- al escuchar aquella noticia el corazón de Tegoshi saltó agitadamente, moría por preguntar cuál de los nietos, pero también moriría de la vergüenza.
-Es mi cumpleaños madre, ¿No podrías ser un poco más cariñosa?- la relación con su madre se había deteriorado, luego del divorcio de sus padres, el señor Tegoshi seguía al tanto de su familia, pero ya no vivía con ellos. Como siempre estaba trabajando nunca tenía tiempo para su hijo. Massu era el único apoyo de Tegoshi en aquella casa, era casi considerado un regalo. Como era de esperarse, Masus el sonrió ampliamente y le tocó el hombro, para evitar que Yuuya se enfurezca, luego siguieron caminando hasta la puerta donde uno de los chóferes de la familia Nishikido los esperaba.

Suspiró un poco al bajar del auto negro de lunas polarizadas, después de mucho estaba en su país, después de mucho vería a su abuela. Los días de niño engreído habían pasado, pero su carácter no había cambiado. Curvó un poco los labios para sonreír de lado a su compañero, aquel amigo que siempre iba a visitarlo en las vacaciones de verano a su casa de California: Subaru. Se acomodó un poco la mochila y entró en aquella gran mansión. Subaru le siguió en silencio, todo estaba adornado como para una fiesta, pero de seguro no era para los recién llegados pues su visita a Japón había sido anunciada desde el aeropuerto, una completa sorpresa para toda la familia Nishikido. Todos los invitados miraban al nieto llegar con unos jeans deslavados y una camiseta roja, el cabello algo despeinado y la mirada seria de siempre. Subaru no variaba mucho, solo atinaba a saludar a todos. Era algo incómodo pues ellos estaban súper informales y todos en aquella fiesta eran muy formales. Las chicas se revivían porque uno de aquellos herederos las mirara, pero ambos chicos pasaron de frente, totalmente indiferentes.

-Abuela…- dijo Ryo precipitándose a abrazar a aquella mujer mayor que lucía frágil pero que era la responsable de aquel carácter tan especial de quien le abrazaba. Eran totalmente iguales, tanto Ryo como la señora Nishikido.- ¿Qué están celebrando?
-El cumpleaños del pequeño Yuuya, déjame presentártelo, es muy lindo.- respondió al mujer mayor mientras buscaba con la mirada al joven perfecto. Una vez que lo ubicó lo llamó con una seña. Desde que Yuuya lo vio sintió un vacío en su estomago, sentía que estaba por desmayarse; luego de cinco años, estaba frente a su primer amor, casi no había cambiado nada; solo que ahora era un poco más alto, pero su mirada, sus lunares, su boca, todo era tal y como lo recordaba. Yuuya se aproximo con una enorme sonrisa y se presentó muy educadamente. Ryo lo miró de mala gana, de pies a cabeza y luego miró a Subaru que lo miraba atento, casi con la típica mirada analítica que solía poner cuando pasaban horas de horas en las playas de California.
-No me agrada…- atinó a decir Ryo para luego caminar fuera del gran salón. La abuela de este le sonrió a Tegoshi y le explicó que su nieto era especial, pero en sí no tuvo que decirlo, era algo que Yuuya sabía de memoria, era algo que le fascinaba en secreto, algo que lo hacía soñar despierto. Luego de aquel incidente todo volvió a la normalidad y la fiesta continuó su curso.

Continuará...