Titulo: Tian Kong
Fandom: Super Junior
Parejas: HanRy
Clasificación: Angst
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
Nota: Este one-shot esta basado desde la perspectiva de Hannie sobre su relación con Henry. Solo dos acotaciones: Tian Kong significa Cielo en chino y Wo chao xi huan ni significa realmente me gustas mucho.
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Tian Kong
Mis dedos se perdieron en su piel. Mis lagrimas no cesaban pero algo en mi cuerpo no me permitía detenerme. Me vuelvo loco, desesperado al sentir la frialdad de su piel y al intentar de sus ojos una sonrisa robar. Tian Kong un cielo en mandarín que nos ha unido mágicamente en un cuento de hadas. Tian Kong, somos solo dos. Su cuerpo parece se un piano inexplorado y su sonrisa es tan normal que parece no haber sido creado por Dios. Me acerco un poco más, en sus ojos puedo apreciar todo y quizás nada, mis manos tiemblan al descifrar su textura. Y el entre susurros pronuncia mi nombre. Como si fuese la primera vez, como si fuese la ultima tal vez. Se podría decir que estamos en el cielo. Se podría decir que vivimos una mentira, y quizás eso dirían los envidiosos. Esta noche tenemos celosos a todos, sobre todo a ese cielo silencioso de china que nos observa con recelo y por más que envió la lluvia y el calor, nada nos detuvo. Nada evitó que sintiéramos este amor. Delicadamente delinea mi rostro con uno de sus finos y largos dedos, está frío.
Henry, ese es el nombre de mi amante. Beso su frente y vuelvo a adueñarme de su cuerpo. Es mío. Solo a mí me pertenece. Siempre creí estar enamorado de Heechul. Siempre creí que mi amistad con Siwon era algo peligrosa, pues se podía convertir en amor. Hasta, hasta que lo vi a el. Con sus enormes mejillas, sus ojos pequeños y esa expresión de inocente dulzura algo en mi corazón se cautivó. Lo observo detenidamente, nuestra primera noche juntos y se avergüenza de su cuerpo. Le sonrió y tomo de sus manos, dejando al descubierto todo aquello que inútilmente trata de ocultar. Lo abrazo y le agradezco por su amor. Sus lagrimas mojan mis hombros y una vez más empezamos a llorar. No comprendo por qué lloramos tanto, a veces creo que es muy difícil, y casi una tortura, el tener que separarnos al llegar el día. Pero no. Hoy nos queda tiempo. Beso sus labios y aferro mi piel desnuda a la suya, se siente como si nuestras almas estuvieran más cerca.
El cielo, después de su lluvia celosa nos deja un paisaje hermoso, una noche despejada y azulina, llena de aromas y matices sin descripción alguna. Tian Kong, sus labios pronuncian. Tian Kong, le imito. Que hermoso es el está a mi lado. Que completo y perfecto parece ser el mundo. La noche no vuelve a ser fría y mis lagrimas parecen ser de alegría. Solo lastima, solo duele la distancia, solo atormenta el secreto. Solo asusta que mañana seremos solo amigos. Solo aturde que no podemos estar juntos.
Y le he escuchado decir que donde esté, siempre se detiene a mirar su reloj, a intentar calcular mi horario. Y le he contado que no importa que tan lejos estemos, que mi corazón siempre está con el. Y me ha contado que cuando escucha a alguien hablar de la manera en la que yo lo hago, se le acerca y busca algo de mi en esa persona. Y le he contado que no quiero alejarme de el nunca y que solo en mis sueños está el.
Sonríe una vez más y me pregunta si e quiero escuchar, asiento en silencio y colocándose una sabana alrededor de su cuerpo desnudo se acerca a su violín y entona una hermosa canción. Aquella hermosa canción que nos invitó a hablar por primera vez. Tian Kong. Una canción para dos. Un cielo para dos. Las horas solían pasar tan lentas antes de conocerlo. Todo era un interminable y deteriorado letargo en el que siempre me veía atrapado. Pero ahora todo se reduce a nada cuando miramos el reloj. Diez horas juntos parecen ser un segundo. Y nos quedamos con ese vacío. Incluso estando juntos ahora, ya lo extraño. Incluso estando juntos ahora, sé que el ya me extraña.
Sus movimientos son lentos y suaves, elegantes y precisos. Sus manos acarician aquel instrumento mientras yo celoso de el no despego mi mirada de sus labios. En mi cabeza solo parece sonar su nombre acompañado de esa melodía. Sus mejillas se van tornando rojas y mi mirada se llena de alegría. No sé cuanto tiempo nos ha tomado; pero, de repente, el sol radiante nos interrumpe abruptamente. El adiós se acerca o quizás sea solo un hasta luego.
- Hannie...- me dice abrazándose fuertemente a mi- wo chao xi huan ni...- dice casi en un susurro- wo chao xi huan ni...- lo repite una vez más- no me duele que todos ellos crean que solo somos amigos, me duele tener que creerlo yo mismo.
- Es lo mejor... la distancia- le digo besando su frente- wo chao xi huan ni...- le respondo.- wo chao xi huan ni Henry... – beso sus labios por ultima vez y colocándome las ropas salgo de aquella habitación, su habitación.
FIN
Henry, ese es el nombre de mi amante. Beso su frente y vuelvo a adueñarme de su cuerpo. Es mío. Solo a mí me pertenece. Siempre creí estar enamorado de Heechul. Siempre creí que mi amistad con Siwon era algo peligrosa, pues se podía convertir en amor. Hasta, hasta que lo vi a el. Con sus enormes mejillas, sus ojos pequeños y esa expresión de inocente dulzura algo en mi corazón se cautivó. Lo observo detenidamente, nuestra primera noche juntos y se avergüenza de su cuerpo. Le sonrió y tomo de sus manos, dejando al descubierto todo aquello que inútilmente trata de ocultar. Lo abrazo y le agradezco por su amor. Sus lagrimas mojan mis hombros y una vez más empezamos a llorar. No comprendo por qué lloramos tanto, a veces creo que es muy difícil, y casi una tortura, el tener que separarnos al llegar el día. Pero no. Hoy nos queda tiempo. Beso sus labios y aferro mi piel desnuda a la suya, se siente como si nuestras almas estuvieran más cerca.
El cielo, después de su lluvia celosa nos deja un paisaje hermoso, una noche despejada y azulina, llena de aromas y matices sin descripción alguna. Tian Kong, sus labios pronuncian. Tian Kong, le imito. Que hermoso es el está a mi lado. Que completo y perfecto parece ser el mundo. La noche no vuelve a ser fría y mis lagrimas parecen ser de alegría. Solo lastima, solo duele la distancia, solo atormenta el secreto. Solo asusta que mañana seremos solo amigos. Solo aturde que no podemos estar juntos.
Y le he escuchado decir que donde esté, siempre se detiene a mirar su reloj, a intentar calcular mi horario. Y le he contado que no importa que tan lejos estemos, que mi corazón siempre está con el. Y me ha contado que cuando escucha a alguien hablar de la manera en la que yo lo hago, se le acerca y busca algo de mi en esa persona. Y le he contado que no quiero alejarme de el nunca y que solo en mis sueños está el.
Sonríe una vez más y me pregunta si e quiero escuchar, asiento en silencio y colocándose una sabana alrededor de su cuerpo desnudo se acerca a su violín y entona una hermosa canción. Aquella hermosa canción que nos invitó a hablar por primera vez. Tian Kong. Una canción para dos. Un cielo para dos. Las horas solían pasar tan lentas antes de conocerlo. Todo era un interminable y deteriorado letargo en el que siempre me veía atrapado. Pero ahora todo se reduce a nada cuando miramos el reloj. Diez horas juntos parecen ser un segundo. Y nos quedamos con ese vacío. Incluso estando juntos ahora, ya lo extraño. Incluso estando juntos ahora, sé que el ya me extraña.
Sus movimientos son lentos y suaves, elegantes y precisos. Sus manos acarician aquel instrumento mientras yo celoso de el no despego mi mirada de sus labios. En mi cabeza solo parece sonar su nombre acompañado de esa melodía. Sus mejillas se van tornando rojas y mi mirada se llena de alegría. No sé cuanto tiempo nos ha tomado; pero, de repente, el sol radiante nos interrumpe abruptamente. El adiós se acerca o quizás sea solo un hasta luego.
- Hannie...- me dice abrazándose fuertemente a mi- wo chao xi huan ni...- dice casi en un susurro- wo chao xi huan ni...- lo repite una vez más- no me duele que todos ellos crean que solo somos amigos, me duele tener que creerlo yo mismo.
- Es lo mejor... la distancia- le digo besando su frente- wo chao xi huan ni...- le respondo.- wo chao xi huan ni Henry... – beso sus labios por ultima vez y colocándome las ropas salgo de aquella habitación, su habitación.
FIN
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