Autor: Kainet
Titulo: Chocolate & Love (AKA Chocolove)
Capitulo: 05
Fandom: Super Junior, SHINee, TRAX
Parejas: Sichul / Varias
Clasificación: Angst / Au / Lemon / Secuela
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
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Quinto Bombom.
-No me digas eso…- lloró Zhou Mi para luego abrazar a su novio- Junho no… Junho dime que es mentira, dime que es mentira.- Sus lágrimas desbordaron de sus ojos y su desesperación le impidió seguir hablando. Se abrazó fuertemente al otro que solo permanecía en silencio. Estático, también tenía miedo de lo que estaba sucediendo, también estaba triste, también le dolía pero era algo difícil de expresar para él. Era algo que quizás debía de aceptar pero que aún no lograba asimilar. La pareja se quedó llorando en aquel departamento, ninguno volvió a decir más, solo se escuchaban los sollozos de Zhou Mi. Las lágrimas de Junho caían silenciosas por sus mejillas, quizás era a quien más le dolía ese silencio.
Se paseaba de un lado a otro, cual fiera en celo, estaba enojado, decepcionado, preocupado: las notas de Taemin habían llegado y no eran nada buenas. Rose se cruzó de brazos mientras clavaba la mirada en el reloj. Contó cinco minutos, se desesperó; contó cinco más, aún no llegaba. Despeinó sus cabellos en signo de desesperación, volvió a caminar, se detuvo y una vez más caminó. Miró el reloj, contó unos segundos más y, totalmente enfurecido, decidió salir en busca de su hermano. No obstante, se encontraron en la puerta. Rose no esperó más y le tiró una cachetada al menor, quien lo miró desafiante. Le dolió el corazón, le dolió descubrir en esos ojos un hombre lleno de rencor y no la tierna mirada de su pequeño hermano. “Lamento todo” susurró Rose intentando acercarse al menor pero este retrocedió con asco. “¿Qué he hecho mal?” se desesperó ante el silencio del otro. No entendía, se estaba volviendo loco, estaba perdiendo su paciencia. Estaba solo, Jay no estaba para apoyarlo en ese momento, sin embargo, fue él quien le pidió a su novio que le deje hablar a solas con Taemin. “Me largo de aquí” susurró con dificultad el menor debido al trozo de metal en su lengua. Rose lo jaló del brazo con mucha fuerza y lo atrajo hacia su cuerpo, aprisionando el delgado cuerpo de Taemin entre sus brazos. No quería soltarlo, no quería dejar que todo empeore más. Las lágrimas de rosa mojaron los hombros del menor pero este se mantuvo inmutable, con un gesto lleno de rencor. "No valgo tus lágrimas, No Minwoo-ssi..." susurró Taemin antes de empujar al mayor y caminar hacia su cuarto, donde empezó a guardar unas cuantas ropas en la mochila que traía del colegio. Rose lo siguió pero las palabras no salían de sus labios, no sabía que decir. No quería que se fuera. "Sí todo este tiempo haz sabido que me he acostado con Jay ¿Por qué no me odias?" preguntó el menor cerrando su mochila para luego colocársela en la espalda y voltear a mirar a su hermano a los ojos. La rosa bajó el rostro, cierto, siempre lo supo desde la primera vez que sintió el olor de Taemin en el cuerpo de Jay. Pero calló, no dijo nada, pretendió no saber, quizás por egoísta, porque quería ser la víctima o porque no quería perderlos. Lo cierto era que calló, a pesar de todo calló. Su silencio dibujó en aquella casa un caos incluso peor que el que hubiera ocurrido si entraba en la crisis usual. "No quiero perderlos... los amo" Rose se dejó caer sobre sus rodillas y empezó a llorar. Taemin se acercó y se agachó hasta quedar a la altura del otro. "¿Dejarías que yo sea el novio de Jay tan solo para no perdernos? ¿Podrías soportar eso?" preguntó con los ojos fríos y las palabras más hirientes que pudo emplear. Rose no contestó, el menor se levantó y empezó a caminar hacia la puerta donde fue atrapado por los brazos del rubio. Posesivamente, sin intensión alguna de dejar ir al menor. No podía, no quería. "Incluso si muero de dolor, no me dejes..." lloró en su hombro. Taemin se giró en el abrazo y clavó sus ojos en los del mayor, lo tomó de los hombros y se acercó a su rostro donde atrapó sus labios en un suave beso. No el primero entre ambos, pero quizás el último. "Mi verdadero primer beso fue contigo" susurró Tae deslizando sus manos hacia el pantalón del otro que no sabía cómo reaccionar. "Antes de Minho, cómo te amaba... No tienes idea." Finalizó para luego empujar al mayor hacia la cama y saltar sobre él, besó su cuello frenéticamente; sin embargo Rose lo detuvo antes de que pudieran hacer algo de lo que podrían arrepentirse. "Sólo usa mi cuerpo... sirve para esto y nada más..." Taemin intentó seguir pero Rose le detuvo de nuevo. El menor se levantó de la cama, enfurecido y salió corriendo de la habitación. Tomó su mochila, la colocó al hombro y corrió cuanto pudo, no importaba donde, él ya no podía vivir con Rose y Jay. Si en algún momento fue feliz, definitivamente esos momentos no volverían. Se odiaba y odiaba a Rose. Se odiaba por sentirse tan sucio, tan inútil, tan bueno para nada; desde la violación en lo único en lo que podía pensar era que solo servía para eso, para darle placer a los hombres. Odiaba a Rose por quererlo tanto, por cuidarlo, por ser capaz de sufrir por él. Lo odiaba por dejarse lastimar e incluso pensar en regalarle a su novio con tal de que no lo deje. Lo odio por débil, lo odio por amarlo. Sí, amarlo, no como antes, pero lo amaba. Su gran primer amor fue Rose, incluso cuando no era llamado Rose, cuando simplemente era No Minwoo, el joven que lo ayudó a salvarse de la horrenda familia que le tocó. El joven de sonrisa tierna y adicción a la fresa que le abrió las puertas de su casa. No eran hermanos de sangre, pero sentía más amor que cualquier otro par unido por un lazo sanguíneo. Durante muchos años, mientras crecía, vivió enamorado de Rose, siempre queriendo ser grande, siempre buscando ser perfecto para él, deseando que de esa manera logre que los ojos del otro se vuelvan hacia él y lo vean como un hombre y no como un niño. Eso nunca sucedió, ni siquiera cuando le confesó sus sentimientos y se dieron aquel primer beso que marcaría sus días. No pudo aceptar los sentimientos de su pequeño hermano, vio sufrir a Rose y en su desesperación se obligó a olvidarlo, buscó y buscó hasta que Lee Minho lo encontró a él. Entonces todo ese amor correspondido se desvaneció, no existía más que Minho. Lo amó, lo amó mucho, pero ahora no se sentía digno de ser amado por aquel chico. Mientras caminaba por las calles, pensando en lo que había vivido, escuchó el sonido de su celular, contestó desganado, intentando aguantar las lágrimas.
-¿Taeminie? ¿Qué ha pasado? Rose acaba de llamarme para decirme que te has escapado de casa. ¿Dónde estás? ¿Taeminie?- su voz estaba preocupada, dolida, asustada.
-Lo siento Jay Kim... - susurró el menor antes de cortar la comunicación. El celular siguió sonando, en el tacho de basura donde lo tiró el menor. Continuó caminado, sin rumbo, solo tratando de mantenerse lejos de la pareja y de su novio. Caminó hasta que llegó a un lugar alejado a las afueras de la ciudad, donde ya casi no había nada. Se dejó caer en el suelo, cansado, agotado. No lo encontrarían, había ahorrado algo de dinero de su trabajo temporal de los sábados y al menos con eso podría vivir algunos días. Lamentó no haberse despedido de sus amigos, ni siquiera de Minho, pero era lo mejor. Lo mejor sería que todos ellos lo odien por ser desconsiderado. Entonces, luego de mucho, una gota de tristeza se resbaló sobre su mejilla. Cubrió su rostro con sus manos y empezó a llorar intensamente.
Una mañana más llegaba a China, el aroma a café invadía todo el lujoso departamento de aquel chico de negocios. Mao le sirvió una taza a Kyu y se sentó frente a este para hablar sobre trabajo. Luego de unos minutos, al verlo distraído, el chino le indicó el teléfono y le ordenó, prácticamente obligó a su empleado a llamar a Sungmin. El menor habló durante unos minutos con Sungmin, para luego cortar la comunicación. Mao se apoyó en la mesa y se le quedó mirando con desconfianza.
-No está ¿Verdad?- le sonrió.- ¿Qué esperas? Ve a buscarlo, te doy el día libre.- sentenció antes de caminar hasta su habitación y buscar una corbata.
-Lo siento Mao...- Kyu le siguió hasta aquel lugar y lo rodeo con sus brazos para luego darle un beso en la mejilla.- Mañana trabajaré el doble, lo prometo.- Dicho esto Mao se echó a reí y le ordenó que vaya en busca de Sungmin.
"Lo siento" susurró para sí cuando Kyu dejó el departamento. Esa oración no bastaba para remendar sus heridas, mucho menos aliviar el dolor. No odiaba a Sungmin, tampoco a Kyuhyun. A decir verdad era feliz de que ambos pudieran estar juntos. Todo empezó cuando tenía seis años y vivía en Corea del Sur, su padre lo fue a dejar al jardín de niños, donde había uno muy solitario, muy silencioso. Por alguna razón, se acercó a él y hasta el día de su partida a China, no volvieron a separarse: ese niño pequeño era Kyu. Su amigo de infancia, con quien volvió a encontrarse en la universidad cuando Kyu fue becado para estudiar en ella. Debido a su gran intelecto, ambos estaban adelantados y acabaron una carrera de cinco años en dos años y medio. Con mención de honor y un contrato con la empresa del padre de Mao. Siempre lo amo, nunca se atrevió a decir nada. Cuando empezaron a trabajar Kyu conoció a Zhou Mi, y Mao tuvo que acallar sus sentimientos. Lo soportó, incluso soportó el dejar ir a su mejor amigo a Corea. Siempre pensó que había perdido contra Zhou Mi, que Kyu nunca se alejaría de este, pero no fue así. Kyu conoció a Sungmin y este le destrozó el corazón. Aún podía recordar aquella noche en la que Kyu fue a buscar a Sungmin y lo vio con otro, aún podía sentir el dolor en las palabras de Kyu cuando le habló por teléfono. "El corazón duele..." repitió Mao al recordar las palabras de su amigo. Miró a su alrededor, un gran departamento, perfecto, vacío. Caminó hasta el sofá que estaba cerca a su ventana y se dejó caer. Cerró los ojos y recordó cuando por fin pudo decirle a Kyu lo que sentía, sabía que Kyu aún quería a Sungmin, lo sabía no obstante quiso aliviar su dolor. Quedaron en una primera cita, hubo un torpe beso, pasaron la noche juntos; no obstante esa fue la noche que Kyu contestó el teléfono mientras dormían, esa fue la noche en la que fingió estar dormido para escuchar a Kyu pedirle a Sungmin que vaya a China. A la mañana siguiente, dibujó una sonrisa en sus labios y le dijo a Kyu que ellos dos solo eran amigos, jefe y empleado y que como pareja nunca iban a funcionar; buscó dejarlo libre, pero Kyu era demasiado inteligente como para creer eso. Si alguien sabía porque Kyu estaba frío con Sungmin, porque no quería ni besarlo, era él. La razón era simple y tonta, no quería lastimar los sentimientos de su amigo de toda la vida. Mao dejó escapar una lágrima de sus ojos y encendió un cigarro para luego llamar por teléfono a su padre. "Padre... acepto ir a dirigir la sucursal de Tailandia..." susurró intentando mantener su voz serena. "Pero debes colocar a Kyu en mi puesto..." negoció con su padre quien aceptó la oferta inmediatamente. Miró su reloj, le quedaban unas horas antes de ir al aeropuerto, no quería que Kyu se entere de esto de modo que bloqueó su número y se dejó caer sobre el respaldar del sofá. "El corazón duele... no tienes idea de cómo te comprendo, mi amigo." Sonrió de lado.
-Sungmin...- susurró Kyu al descubrir a su conejo saliendo del departamento con maletas en sus manos. Lo detuvo ya que este intentó esquivarlo. Kyu lo tomó de los brazos e hizo que lo mire directamente a los ojos.- Escúchame...- le rogó- Lo siento...
-Descuida, no importa más. Que seas feliz con Mao.- empujó a Kyu y trató de correr hacia el elevador. Pero el menor no pretendía dejarlo irse así como así. - Suéltame.
-No... ¿Feliz? Sungmin, sin ti yo no puedo ser feliz... Mao es mi mejor amigo de infancia. Salimos una sola vez, la vez en la que tú me llamaste por teléfono en la madrugada. Si no te lo conté antes era porque no sabía cómo decírtelo. Sungmin, quiero ir despacio, no quiero apresurarme. La primera vez nos apresuramos demasiado... tropezamos y los golpes aún duelen...
-Kyu...- los ojos del conejo se llenaron de lágrimas repentinamente y, dejando caer sus maletas, saltó a abrazar al menor- Te extrañé tanto... tus besos, tus abrazos, tus caricias...- el nombrado no dijo nada solo acarició el rostro del mayor y lentamente fue acercándose a sus labios para probar aquel sabor a dulces que tanto extrañaba.
Se miraron durante unos segundos, ninguno había quedado con el otro para salir desde la primera cita, no obstante estaban encontrándose de nuevo en un lugar totalmente ajeno a ambos. Ella tenía una gorra blanca, tejida; la cual caía de forma natural sobre sus cortos cabellos. Su sonrisa era la misma y sus ojos demostraban timidez. Eunhyuk se acercó a aquella chica de rostro hermoso y la saludó cordialmente. Ambos conversaron durante unos minutos; el clima y cosas triviales fueron los temas elegidos por ambos. “Bin-ssi ¿Sigues soltera?” preguntó luego de unas horas, ella bajó el rostro algo confundida y muy nerviosa. Negó lentamente con la cabeza mientras volvía sus ojos hacia el mono. “¿Acaso no salimos tú y yo?” le sonrió, logrando tranquilizar unas inexplicables ansias en el corazón de Hyuk. No esperó más, esa chica se había metido en su corazón, aún quería a Sungmin, pero deseaba intentar querer a otra persona: solo ella podría lograrlo. Hyuk suspiró nervioso y se acercó a ella para tomarle de la mano. “Vamos a algún lugar donde la etiqueta no nos aburra…” sonrió divertido. Ella le siguió y ambos, ante los ojos de sus padres se escaparon de aquella reunión. Una vez en la avenida, ambos caminaron durante unos minutos en aquella oscura noche, buscando qué hacer o a dónde ir. Finalmente llegaron a un parque de diversiones donde ella dejó de lado todo su glamur y corrió con él hacia la gran montaña rusa. Rieron, jugaron; volvieron a reír y volvieron a jugar, cual par de niños inquietos. Luego de unas horas se detuvieron, agitatos, se sentaron a comer helado y a conversar. “¿Serás mi chica?” preguntó él directamente con una sonrisa enorme que marcaba mucho más sus mejillas rojas. Ella se intimidó y sin poder articular palabra alguna asintió positivamente. Luego siguieron hablando de diversos temas, de sus épocas de escolares. Fue donde Eunhyuk descubrió que ella había estudiado en su mismo colegio: le confesó haber estado enamorada de él desde muchos años atrás, pero que nunca pudo acercarse debido a Sungmin. Él le contó todo lo sucedido con Sungmin y se alegró de que ella no demostrara celos o incomprensión. Era una chica especial, alguien capaz de comprenderlo, de escucharlo y porqué no, de curar su corazón. Ella le confesó no haber tenido novio alguno y ser de salud frágil, no obstante quería vivir al extremo con él. Quería disfrutar de muchas cosas que no pudo hacer de pequeña y que ansiaba hacer ahora con él. “Justo como esto, tú y yo hablando… sonriendo, es algo que quiero grabar en mi memoria.” Sonrió nerviosa al ver que el mono se acercaba a su rostro, cerró los ojos esperando un beso en sus labios pero a cambio recibió uno en su mejilla, la cual instantes después de torno roja. “Gracias…” le susurró él antes de acariciar su rostro.
“Pasado…” Susurró Heechul al cerrar la puerta de su departamento. Su madre acababa de llevarse a sus sobrinos con ella y le había prometido ayudarlo a hallar a Heejin. Siwon estaba trabajando de modo que estaba totalmente solo. Su madre le había dicho algo que lo aturdió demasiado. Una y otra vez volvían a su mente aquellas palabras, clavándose en su seguridad actual, en su presente tan lleno de alguien aparentemente fuerte. “Olvida el pasado y dedícate a vivir tú presente…” Una fría lágrima recorrió su mejilla mientras miraba distraído la puerta. Dolió, dolió mucho recordar eso. Siempre dolía, siempre. Mordió sus labios con rencor y secó sus lágrimas, desesperándose mucho al hacerlo. Luego caminó hasta el espejo y peinó su cabello, a los minutos sus gatos le pidieron comida, caminó lento hasta la cocina donde les sirvió algo de atún. Luego se sentó a esperar a su príncipe, intentando ignorar el terrible dolor de cabeza que le empezaba por haber llorado. Miró su reloj, era tarde ¿Por qué no volvía ya? Odió a su suegro por dejarle tanto trabajo a su Siwonie. Necesitaba que le den vacaciones para que ambos puedan vivir tranquilos y solos al menos una semana. Después de todo era el hijo del dueño ¿Por qué no darle unas vacaciones? “Viejo mezquino…” renegó sin darse cuenta de la presencia de su novio quien empezó a reír a carcajadas haciendo saltar del susto a Heechul. “¡Babo!” chilló lanzándole golpecitos al más alto. “Casi me da un paro al escucharte. Qué manía de entrar sin hacer ruido” renegó cruzándose de brazos. “¿Me extrañaste?” preguntó Siwon rodeando la cintura de su novio para luego colocar un suave beso en sus labios, todo el enojo de Heechul se fue al tacho, el dolor de cabeza desapareció y sonrió en medio del beso. Beso que se prolongó por todo el tiempo en el que no tuvieron privacidad. El mayor apoyó su rostro en el pecho del menor y se abrazó a aquel cuerpo tan bien trabajado. “Amo que estés en el gimnasio, pero quiero que dejes de frecuentar ese horario… te quiero para mí. Yo seré tu gimnasio ahora.” Susurró con las mejillas coloradas ante la confesión, se sentía vulnerable y quizás era la primera vez en la que bajaba su altanería para decirle a otro ser humano que era importante para él. Siwon sonrió feliz y levantó su rostro para besarlo lentamente. “Jamás volvería si me lo pides… Es más no planeo volver. Yunho no es una buena persona…” le confesó haciéndole saber que conocía las intenciones de Yunho. Rella rió al imaginar a Siwon odiando a Yunho por la proposición indecente. Rió tanto que Siwon se puso serio. “Lo siento, vuelvo gays a los heterosexuales…” Dijo la princesa en su tono egocéntrico de siempre. “Quiero chocolates…” confesó Heechul empujando a su novio contra la pared para luego morderle los labios con frenesí. Ambos, entonces, empezaron aquello que tanto les faltaba. Fueron lento, estimulándose el uno al otro, disfrutando de cada segundo de su placer. “Te amo…” le susurró Heechul cuando Siwon lo alzó en brazos para llevarlo a la alcoba. “Te amo demasiado Siwon…” mordió su oreja a lo que el menor le repitió lo mismo haciendo que el mayor pierda el control de sus emociones.
-Lo siento mucho- Hangeng abrazó a Henry al darle aquella terrible noticia sobre su abuela, no obstante no le contó toda la verdad, solo le dijo que su abuela había enfermado y que había fallecido al tiempo. No mencionó su depresión actual debido a eso, ni que la cuidó hasta el final de sus días. Henry se quedó entumecido donde estaba parado, con los ojos estáticos que poco a poco empezaron a llenarse de lágrimas. El menor, luego de unos minutos apartó al mayor y secó sus lágrimas.
-Gracias por decírmelo- intentó sonreír- Debo irme…- recogió las cosas que Hangeng había guardado en una caja y caminó hasta la puerta. Se detuvo unos minutos, quizás esperando que este lo detenga, pero no sucedió.
Se colocó los audífonos para dejarse llevar por aquella suave melodía, se sentía algo aburrido sin Kibum, pero debía soportar solo unos días más. Al menos eso creía hasta que el sonido de su celular lo hizo salir de su ritual musical. Luego de unos minutos sonrió de lado, acababa de recibir una oferta para un nuevo musical, no podía negarse, aceptó en su inglés básico y tras colgar decidió llamar a su novio para darle la no tan buena noticia. Este se alegró mucho por Donghae, parecía incluso más emocionado que el bailarín. Hablaron de algunas otras cosas y luego ambos volvieron a sus quehaceres. Donghae subió todo el volumen de su reproductor musical y cerró los ojos para tratar de descansar en aquel departamento vacío: se venían tiempos llenos de prácticas y ensayos, pronto no tendría tiempo ni para dormir.
-Ah… Yesung- gimió Ryeowook al sentir los labios del más alto sobre los suyos, poco a poco sus caricias se habían intensificado hasta llegar al punto de sentir que las ropas sobraban. No tenía idea de cómo es que habían llegado a ese estado pero lo cierto era que la temperatura de aquel elevador se había disparado en unos cuantos segundos. Yesung detuvo la máquina y empezó a acariciar a Wookie con lujuria. Ambos se besaban y tocaban apasionadamente. Wook se recostó sobre la pared y dejó que Yesung haga con él lo que le plaza, después de todo, ninguno de los dos parecía estar pensando claramente.
-¿Ryeowook?- preguntó Yesung haciendo que el otro vuelva en sí- ¿Qué haces?- encendió las luces de su departamento y miró fijamente al otro que estaba sentado en su sofá con la mano metida en su pantalón- Oh por favor… no me digas que te estabas tocando en el sofá… Para empezar ¿Cómo demonios entraste?
-Yo…- Wook se puso rojo de pies a cabeza- Lo siento, es que… yo... quise, no sé… Yesung…- Era cierto, se había metido al departamento de Yesung a escondidas, llevaba ya como una semana haciéndolo, pero en un primer momento no era por algo pervertido sino porque deseaba sentir el olor de Yesung. En su afán por no olvidarlo entraba y pasaba horas de horas hasta una hora antes de que llegara Yesung del trabajo. Pero aquel día empezó a excitarse y terminó tocándose en el sofá. Obviamente pensando en Yesung.
-Por favor, vete…- Yesung caminó hacia la cocina para hacerse algo de comer.
-Por favor no…- Wook corrió donde el otro y lo abrazó por detrás- No me pidas que me vaya Yesung, yo… tú sabes… te amo.
-No, tú solo quieres que tengamos sexo.- Yesung siguió haciendo sus cosas sin soltarse o hacer que el otro suelte su abrazo.
-Yesung…- Wook bajó sus manos hacia el miembro de Yesung haciendo que este suelte un vaso.- Yo sé que quieres también. Yo sé que me amas también.
-¿Y tú novio?- preguntó el cachetón sin inmutarse o al menos tratando de aparentar eso.
-Te he dicho que no es mi novio… Yesung ya basta de todo…- pegó más su cuerpo haciendo que el más alto pierda el control. Tomó a Ryeowook de los hombros y lo tiró sobre la mesa de la cocina. Desenfrenadamente besó sus labios, esa noche, quizás, volverían a ser pareja.
Minho empezó a llorar en silencio al enterarse de la noticia. Rose fue el encargado de decirle absolutamente todo, desde lo de Jay hasta la repentina huída de Taemin. Decidió ayudar al hermano de su Tae pero eso no implicaba que no se sintiera dolido. Bajó su mirada, intentó tranquilizarse ya que quería romperle la cara a Jay. Luego de unos minutos, llamó por teléfono a sus agentes de seguridad y les pidió que busquen a Taemin. Le hizo una venia a Jay y Rose y salió de la sala para ir a su habitación. De camino llamó a su secretario personal y le dijo que cancele sus clases en el instituto de refuerzo, su cena con su padre y que no le pase ninguna llamada telefónica a menos que sea de Taemin. Cerró con llave la puerta de su gran habitación y se dejó caer en el suelo, derrotado, decepcionado, sintiéndose miserable y porque no, engañado. Que grotesca sensación de odio empezaba a sentir. Que sucio se sentía. Cerró los ojos para contener sus lágrimas pero le fue imposible. Entonces dejó que aquel apacible silencio se apodere de su dolor.
“Existen cosas que a veces callamos, cosas que preferimos guardar debido al miedo. Debido a la cobardía o porque simplemente creemos que son poco importantes. Qué acto tan egoísta, creo yo. Porque al restar esa información a veces lastimamos a personas que nos quieren y que queremos…”
Empezó a escribir en su ensayo Kibum. Le dolía el corazón, le dolía y mucho. No por los celos que lo invadían sino por las dudas que empezaban a crecer en su interior: dudaba de Donghae. Había algo, de lo que se había enterado horas atrás que no conseguía asimilar.
Continuará….
Titulo: Chocolate & Love (AKA Chocolove)
Capitulo: 05
Fandom: Super Junior, SHINee, TRAX
Parejas: Sichul / Varias
Clasificación: Angst / Au / Lemon / Secuela
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
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Quinto Bombom.
-No me digas eso…- lloró Zhou Mi para luego abrazar a su novio- Junho no… Junho dime que es mentira, dime que es mentira.- Sus lágrimas desbordaron de sus ojos y su desesperación le impidió seguir hablando. Se abrazó fuertemente al otro que solo permanecía en silencio. Estático, también tenía miedo de lo que estaba sucediendo, también estaba triste, también le dolía pero era algo difícil de expresar para él. Era algo que quizás debía de aceptar pero que aún no lograba asimilar. La pareja se quedó llorando en aquel departamento, ninguno volvió a decir más, solo se escuchaban los sollozos de Zhou Mi. Las lágrimas de Junho caían silenciosas por sus mejillas, quizás era a quien más le dolía ese silencio.
Se paseaba de un lado a otro, cual fiera en celo, estaba enojado, decepcionado, preocupado: las notas de Taemin habían llegado y no eran nada buenas. Rose se cruzó de brazos mientras clavaba la mirada en el reloj. Contó cinco minutos, se desesperó; contó cinco más, aún no llegaba. Despeinó sus cabellos en signo de desesperación, volvió a caminar, se detuvo y una vez más caminó. Miró el reloj, contó unos segundos más y, totalmente enfurecido, decidió salir en busca de su hermano. No obstante, se encontraron en la puerta. Rose no esperó más y le tiró una cachetada al menor, quien lo miró desafiante. Le dolió el corazón, le dolió descubrir en esos ojos un hombre lleno de rencor y no la tierna mirada de su pequeño hermano. “Lamento todo” susurró Rose intentando acercarse al menor pero este retrocedió con asco. “¿Qué he hecho mal?” se desesperó ante el silencio del otro. No entendía, se estaba volviendo loco, estaba perdiendo su paciencia. Estaba solo, Jay no estaba para apoyarlo en ese momento, sin embargo, fue él quien le pidió a su novio que le deje hablar a solas con Taemin. “Me largo de aquí” susurró con dificultad el menor debido al trozo de metal en su lengua. Rose lo jaló del brazo con mucha fuerza y lo atrajo hacia su cuerpo, aprisionando el delgado cuerpo de Taemin entre sus brazos. No quería soltarlo, no quería dejar que todo empeore más. Las lágrimas de rosa mojaron los hombros del menor pero este se mantuvo inmutable, con un gesto lleno de rencor. "No valgo tus lágrimas, No Minwoo-ssi..." susurró Taemin antes de empujar al mayor y caminar hacia su cuarto, donde empezó a guardar unas cuantas ropas en la mochila que traía del colegio. Rose lo siguió pero las palabras no salían de sus labios, no sabía que decir. No quería que se fuera. "Sí todo este tiempo haz sabido que me he acostado con Jay ¿Por qué no me odias?" preguntó el menor cerrando su mochila para luego colocársela en la espalda y voltear a mirar a su hermano a los ojos. La rosa bajó el rostro, cierto, siempre lo supo desde la primera vez que sintió el olor de Taemin en el cuerpo de Jay. Pero calló, no dijo nada, pretendió no saber, quizás por egoísta, porque quería ser la víctima o porque no quería perderlos. Lo cierto era que calló, a pesar de todo calló. Su silencio dibujó en aquella casa un caos incluso peor que el que hubiera ocurrido si entraba en la crisis usual. "No quiero perderlos... los amo" Rose se dejó caer sobre sus rodillas y empezó a llorar. Taemin se acercó y se agachó hasta quedar a la altura del otro. "¿Dejarías que yo sea el novio de Jay tan solo para no perdernos? ¿Podrías soportar eso?" preguntó con los ojos fríos y las palabras más hirientes que pudo emplear. Rose no contestó, el menor se levantó y empezó a caminar hacia la puerta donde fue atrapado por los brazos del rubio. Posesivamente, sin intensión alguna de dejar ir al menor. No podía, no quería. "Incluso si muero de dolor, no me dejes..." lloró en su hombro. Taemin se giró en el abrazo y clavó sus ojos en los del mayor, lo tomó de los hombros y se acercó a su rostro donde atrapó sus labios en un suave beso. No el primero entre ambos, pero quizás el último. "Mi verdadero primer beso fue contigo" susurró Tae deslizando sus manos hacia el pantalón del otro que no sabía cómo reaccionar. "Antes de Minho, cómo te amaba... No tienes idea." Finalizó para luego empujar al mayor hacia la cama y saltar sobre él, besó su cuello frenéticamente; sin embargo Rose lo detuvo antes de que pudieran hacer algo de lo que podrían arrepentirse. "Sólo usa mi cuerpo... sirve para esto y nada más..." Taemin intentó seguir pero Rose le detuvo de nuevo. El menor se levantó de la cama, enfurecido y salió corriendo de la habitación. Tomó su mochila, la colocó al hombro y corrió cuanto pudo, no importaba donde, él ya no podía vivir con Rose y Jay. Si en algún momento fue feliz, definitivamente esos momentos no volverían. Se odiaba y odiaba a Rose. Se odiaba por sentirse tan sucio, tan inútil, tan bueno para nada; desde la violación en lo único en lo que podía pensar era que solo servía para eso, para darle placer a los hombres. Odiaba a Rose por quererlo tanto, por cuidarlo, por ser capaz de sufrir por él. Lo odiaba por dejarse lastimar e incluso pensar en regalarle a su novio con tal de que no lo deje. Lo odio por débil, lo odio por amarlo. Sí, amarlo, no como antes, pero lo amaba. Su gran primer amor fue Rose, incluso cuando no era llamado Rose, cuando simplemente era No Minwoo, el joven que lo ayudó a salvarse de la horrenda familia que le tocó. El joven de sonrisa tierna y adicción a la fresa que le abrió las puertas de su casa. No eran hermanos de sangre, pero sentía más amor que cualquier otro par unido por un lazo sanguíneo. Durante muchos años, mientras crecía, vivió enamorado de Rose, siempre queriendo ser grande, siempre buscando ser perfecto para él, deseando que de esa manera logre que los ojos del otro se vuelvan hacia él y lo vean como un hombre y no como un niño. Eso nunca sucedió, ni siquiera cuando le confesó sus sentimientos y se dieron aquel primer beso que marcaría sus días. No pudo aceptar los sentimientos de su pequeño hermano, vio sufrir a Rose y en su desesperación se obligó a olvidarlo, buscó y buscó hasta que Lee Minho lo encontró a él. Entonces todo ese amor correspondido se desvaneció, no existía más que Minho. Lo amó, lo amó mucho, pero ahora no se sentía digno de ser amado por aquel chico. Mientras caminaba por las calles, pensando en lo que había vivido, escuchó el sonido de su celular, contestó desganado, intentando aguantar las lágrimas.
-¿Taeminie? ¿Qué ha pasado? Rose acaba de llamarme para decirme que te has escapado de casa. ¿Dónde estás? ¿Taeminie?- su voz estaba preocupada, dolida, asustada.
-Lo siento Jay Kim... - susurró el menor antes de cortar la comunicación. El celular siguió sonando, en el tacho de basura donde lo tiró el menor. Continuó caminado, sin rumbo, solo tratando de mantenerse lejos de la pareja y de su novio. Caminó hasta que llegó a un lugar alejado a las afueras de la ciudad, donde ya casi no había nada. Se dejó caer en el suelo, cansado, agotado. No lo encontrarían, había ahorrado algo de dinero de su trabajo temporal de los sábados y al menos con eso podría vivir algunos días. Lamentó no haberse despedido de sus amigos, ni siquiera de Minho, pero era lo mejor. Lo mejor sería que todos ellos lo odien por ser desconsiderado. Entonces, luego de mucho, una gota de tristeza se resbaló sobre su mejilla. Cubrió su rostro con sus manos y empezó a llorar intensamente.
Una mañana más llegaba a China, el aroma a café invadía todo el lujoso departamento de aquel chico de negocios. Mao le sirvió una taza a Kyu y se sentó frente a este para hablar sobre trabajo. Luego de unos minutos, al verlo distraído, el chino le indicó el teléfono y le ordenó, prácticamente obligó a su empleado a llamar a Sungmin. El menor habló durante unos minutos con Sungmin, para luego cortar la comunicación. Mao se apoyó en la mesa y se le quedó mirando con desconfianza.
-No está ¿Verdad?- le sonrió.- ¿Qué esperas? Ve a buscarlo, te doy el día libre.- sentenció antes de caminar hasta su habitación y buscar una corbata.
-Lo siento Mao...- Kyu le siguió hasta aquel lugar y lo rodeo con sus brazos para luego darle un beso en la mejilla.- Mañana trabajaré el doble, lo prometo.- Dicho esto Mao se echó a reí y le ordenó que vaya en busca de Sungmin.
"Lo siento" susurró para sí cuando Kyu dejó el departamento. Esa oración no bastaba para remendar sus heridas, mucho menos aliviar el dolor. No odiaba a Sungmin, tampoco a Kyuhyun. A decir verdad era feliz de que ambos pudieran estar juntos. Todo empezó cuando tenía seis años y vivía en Corea del Sur, su padre lo fue a dejar al jardín de niños, donde había uno muy solitario, muy silencioso. Por alguna razón, se acercó a él y hasta el día de su partida a China, no volvieron a separarse: ese niño pequeño era Kyu. Su amigo de infancia, con quien volvió a encontrarse en la universidad cuando Kyu fue becado para estudiar en ella. Debido a su gran intelecto, ambos estaban adelantados y acabaron una carrera de cinco años en dos años y medio. Con mención de honor y un contrato con la empresa del padre de Mao. Siempre lo amo, nunca se atrevió a decir nada. Cuando empezaron a trabajar Kyu conoció a Zhou Mi, y Mao tuvo que acallar sus sentimientos. Lo soportó, incluso soportó el dejar ir a su mejor amigo a Corea. Siempre pensó que había perdido contra Zhou Mi, que Kyu nunca se alejaría de este, pero no fue así. Kyu conoció a Sungmin y este le destrozó el corazón. Aún podía recordar aquella noche en la que Kyu fue a buscar a Sungmin y lo vio con otro, aún podía sentir el dolor en las palabras de Kyu cuando le habló por teléfono. "El corazón duele..." repitió Mao al recordar las palabras de su amigo. Miró a su alrededor, un gran departamento, perfecto, vacío. Caminó hasta el sofá que estaba cerca a su ventana y se dejó caer. Cerró los ojos y recordó cuando por fin pudo decirle a Kyu lo que sentía, sabía que Kyu aún quería a Sungmin, lo sabía no obstante quiso aliviar su dolor. Quedaron en una primera cita, hubo un torpe beso, pasaron la noche juntos; no obstante esa fue la noche que Kyu contestó el teléfono mientras dormían, esa fue la noche en la que fingió estar dormido para escuchar a Kyu pedirle a Sungmin que vaya a China. A la mañana siguiente, dibujó una sonrisa en sus labios y le dijo a Kyu que ellos dos solo eran amigos, jefe y empleado y que como pareja nunca iban a funcionar; buscó dejarlo libre, pero Kyu era demasiado inteligente como para creer eso. Si alguien sabía porque Kyu estaba frío con Sungmin, porque no quería ni besarlo, era él. La razón era simple y tonta, no quería lastimar los sentimientos de su amigo de toda la vida. Mao dejó escapar una lágrima de sus ojos y encendió un cigarro para luego llamar por teléfono a su padre. "Padre... acepto ir a dirigir la sucursal de Tailandia..." susurró intentando mantener su voz serena. "Pero debes colocar a Kyu en mi puesto..." negoció con su padre quien aceptó la oferta inmediatamente. Miró su reloj, le quedaban unas horas antes de ir al aeropuerto, no quería que Kyu se entere de esto de modo que bloqueó su número y se dejó caer sobre el respaldar del sofá. "El corazón duele... no tienes idea de cómo te comprendo, mi amigo." Sonrió de lado.
-Sungmin...- susurró Kyu al descubrir a su conejo saliendo del departamento con maletas en sus manos. Lo detuvo ya que este intentó esquivarlo. Kyu lo tomó de los brazos e hizo que lo mire directamente a los ojos.- Escúchame...- le rogó- Lo siento...
-Descuida, no importa más. Que seas feliz con Mao.- empujó a Kyu y trató de correr hacia el elevador. Pero el menor no pretendía dejarlo irse así como así. - Suéltame.
-No... ¿Feliz? Sungmin, sin ti yo no puedo ser feliz... Mao es mi mejor amigo de infancia. Salimos una sola vez, la vez en la que tú me llamaste por teléfono en la madrugada. Si no te lo conté antes era porque no sabía cómo decírtelo. Sungmin, quiero ir despacio, no quiero apresurarme. La primera vez nos apresuramos demasiado... tropezamos y los golpes aún duelen...
-Kyu...- los ojos del conejo se llenaron de lágrimas repentinamente y, dejando caer sus maletas, saltó a abrazar al menor- Te extrañé tanto... tus besos, tus abrazos, tus caricias...- el nombrado no dijo nada solo acarició el rostro del mayor y lentamente fue acercándose a sus labios para probar aquel sabor a dulces que tanto extrañaba.
Se miraron durante unos segundos, ninguno había quedado con el otro para salir desde la primera cita, no obstante estaban encontrándose de nuevo en un lugar totalmente ajeno a ambos. Ella tenía una gorra blanca, tejida; la cual caía de forma natural sobre sus cortos cabellos. Su sonrisa era la misma y sus ojos demostraban timidez. Eunhyuk se acercó a aquella chica de rostro hermoso y la saludó cordialmente. Ambos conversaron durante unos minutos; el clima y cosas triviales fueron los temas elegidos por ambos. “Bin-ssi ¿Sigues soltera?” preguntó luego de unas horas, ella bajó el rostro algo confundida y muy nerviosa. Negó lentamente con la cabeza mientras volvía sus ojos hacia el mono. “¿Acaso no salimos tú y yo?” le sonrió, logrando tranquilizar unas inexplicables ansias en el corazón de Hyuk. No esperó más, esa chica se había metido en su corazón, aún quería a Sungmin, pero deseaba intentar querer a otra persona: solo ella podría lograrlo. Hyuk suspiró nervioso y se acercó a ella para tomarle de la mano. “Vamos a algún lugar donde la etiqueta no nos aburra…” sonrió divertido. Ella le siguió y ambos, ante los ojos de sus padres se escaparon de aquella reunión. Una vez en la avenida, ambos caminaron durante unos minutos en aquella oscura noche, buscando qué hacer o a dónde ir. Finalmente llegaron a un parque de diversiones donde ella dejó de lado todo su glamur y corrió con él hacia la gran montaña rusa. Rieron, jugaron; volvieron a reír y volvieron a jugar, cual par de niños inquietos. Luego de unas horas se detuvieron, agitatos, se sentaron a comer helado y a conversar. “¿Serás mi chica?” preguntó él directamente con una sonrisa enorme que marcaba mucho más sus mejillas rojas. Ella se intimidó y sin poder articular palabra alguna asintió positivamente. Luego siguieron hablando de diversos temas, de sus épocas de escolares. Fue donde Eunhyuk descubrió que ella había estudiado en su mismo colegio: le confesó haber estado enamorada de él desde muchos años atrás, pero que nunca pudo acercarse debido a Sungmin. Él le contó todo lo sucedido con Sungmin y se alegró de que ella no demostrara celos o incomprensión. Era una chica especial, alguien capaz de comprenderlo, de escucharlo y porqué no, de curar su corazón. Ella le confesó no haber tenido novio alguno y ser de salud frágil, no obstante quería vivir al extremo con él. Quería disfrutar de muchas cosas que no pudo hacer de pequeña y que ansiaba hacer ahora con él. “Justo como esto, tú y yo hablando… sonriendo, es algo que quiero grabar en mi memoria.” Sonrió nerviosa al ver que el mono se acercaba a su rostro, cerró los ojos esperando un beso en sus labios pero a cambio recibió uno en su mejilla, la cual instantes después de torno roja. “Gracias…” le susurró él antes de acariciar su rostro.
“Pasado…” Susurró Heechul al cerrar la puerta de su departamento. Su madre acababa de llevarse a sus sobrinos con ella y le había prometido ayudarlo a hallar a Heejin. Siwon estaba trabajando de modo que estaba totalmente solo. Su madre le había dicho algo que lo aturdió demasiado. Una y otra vez volvían a su mente aquellas palabras, clavándose en su seguridad actual, en su presente tan lleno de alguien aparentemente fuerte. “Olvida el pasado y dedícate a vivir tú presente…” Una fría lágrima recorrió su mejilla mientras miraba distraído la puerta. Dolió, dolió mucho recordar eso. Siempre dolía, siempre. Mordió sus labios con rencor y secó sus lágrimas, desesperándose mucho al hacerlo. Luego caminó hasta el espejo y peinó su cabello, a los minutos sus gatos le pidieron comida, caminó lento hasta la cocina donde les sirvió algo de atún. Luego se sentó a esperar a su príncipe, intentando ignorar el terrible dolor de cabeza que le empezaba por haber llorado. Miró su reloj, era tarde ¿Por qué no volvía ya? Odió a su suegro por dejarle tanto trabajo a su Siwonie. Necesitaba que le den vacaciones para que ambos puedan vivir tranquilos y solos al menos una semana. Después de todo era el hijo del dueño ¿Por qué no darle unas vacaciones? “Viejo mezquino…” renegó sin darse cuenta de la presencia de su novio quien empezó a reír a carcajadas haciendo saltar del susto a Heechul. “¡Babo!” chilló lanzándole golpecitos al más alto. “Casi me da un paro al escucharte. Qué manía de entrar sin hacer ruido” renegó cruzándose de brazos. “¿Me extrañaste?” preguntó Siwon rodeando la cintura de su novio para luego colocar un suave beso en sus labios, todo el enojo de Heechul se fue al tacho, el dolor de cabeza desapareció y sonrió en medio del beso. Beso que se prolongó por todo el tiempo en el que no tuvieron privacidad. El mayor apoyó su rostro en el pecho del menor y se abrazó a aquel cuerpo tan bien trabajado. “Amo que estés en el gimnasio, pero quiero que dejes de frecuentar ese horario… te quiero para mí. Yo seré tu gimnasio ahora.” Susurró con las mejillas coloradas ante la confesión, se sentía vulnerable y quizás era la primera vez en la que bajaba su altanería para decirle a otro ser humano que era importante para él. Siwon sonrió feliz y levantó su rostro para besarlo lentamente. “Jamás volvería si me lo pides… Es más no planeo volver. Yunho no es una buena persona…” le confesó haciéndole saber que conocía las intenciones de Yunho. Rella rió al imaginar a Siwon odiando a Yunho por la proposición indecente. Rió tanto que Siwon se puso serio. “Lo siento, vuelvo gays a los heterosexuales…” Dijo la princesa en su tono egocéntrico de siempre. “Quiero chocolates…” confesó Heechul empujando a su novio contra la pared para luego morderle los labios con frenesí. Ambos, entonces, empezaron aquello que tanto les faltaba. Fueron lento, estimulándose el uno al otro, disfrutando de cada segundo de su placer. “Te amo…” le susurró Heechul cuando Siwon lo alzó en brazos para llevarlo a la alcoba. “Te amo demasiado Siwon…” mordió su oreja a lo que el menor le repitió lo mismo haciendo que el mayor pierda el control de sus emociones.
-Lo siento mucho- Hangeng abrazó a Henry al darle aquella terrible noticia sobre su abuela, no obstante no le contó toda la verdad, solo le dijo que su abuela había enfermado y que había fallecido al tiempo. No mencionó su depresión actual debido a eso, ni que la cuidó hasta el final de sus días. Henry se quedó entumecido donde estaba parado, con los ojos estáticos que poco a poco empezaron a llenarse de lágrimas. El menor, luego de unos minutos apartó al mayor y secó sus lágrimas.
-Gracias por decírmelo- intentó sonreír- Debo irme…- recogió las cosas que Hangeng había guardado en una caja y caminó hasta la puerta. Se detuvo unos minutos, quizás esperando que este lo detenga, pero no sucedió.
Se colocó los audífonos para dejarse llevar por aquella suave melodía, se sentía algo aburrido sin Kibum, pero debía soportar solo unos días más. Al menos eso creía hasta que el sonido de su celular lo hizo salir de su ritual musical. Luego de unos minutos sonrió de lado, acababa de recibir una oferta para un nuevo musical, no podía negarse, aceptó en su inglés básico y tras colgar decidió llamar a su novio para darle la no tan buena noticia. Este se alegró mucho por Donghae, parecía incluso más emocionado que el bailarín. Hablaron de algunas otras cosas y luego ambos volvieron a sus quehaceres. Donghae subió todo el volumen de su reproductor musical y cerró los ojos para tratar de descansar en aquel departamento vacío: se venían tiempos llenos de prácticas y ensayos, pronto no tendría tiempo ni para dormir.
-Ah… Yesung- gimió Ryeowook al sentir los labios del más alto sobre los suyos, poco a poco sus caricias se habían intensificado hasta llegar al punto de sentir que las ropas sobraban. No tenía idea de cómo es que habían llegado a ese estado pero lo cierto era que la temperatura de aquel elevador se había disparado en unos cuantos segundos. Yesung detuvo la máquina y empezó a acariciar a Wookie con lujuria. Ambos se besaban y tocaban apasionadamente. Wook se recostó sobre la pared y dejó que Yesung haga con él lo que le plaza, después de todo, ninguno de los dos parecía estar pensando claramente.
-¿Ryeowook?- preguntó Yesung haciendo que el otro vuelva en sí- ¿Qué haces?- encendió las luces de su departamento y miró fijamente al otro que estaba sentado en su sofá con la mano metida en su pantalón- Oh por favor… no me digas que te estabas tocando en el sofá… Para empezar ¿Cómo demonios entraste?
-Yo…- Wook se puso rojo de pies a cabeza- Lo siento, es que… yo... quise, no sé… Yesung…- Era cierto, se había metido al departamento de Yesung a escondidas, llevaba ya como una semana haciéndolo, pero en un primer momento no era por algo pervertido sino porque deseaba sentir el olor de Yesung. En su afán por no olvidarlo entraba y pasaba horas de horas hasta una hora antes de que llegara Yesung del trabajo. Pero aquel día empezó a excitarse y terminó tocándose en el sofá. Obviamente pensando en Yesung.
-Por favor, vete…- Yesung caminó hacia la cocina para hacerse algo de comer.
-Por favor no…- Wook corrió donde el otro y lo abrazó por detrás- No me pidas que me vaya Yesung, yo… tú sabes… te amo.
-No, tú solo quieres que tengamos sexo.- Yesung siguió haciendo sus cosas sin soltarse o hacer que el otro suelte su abrazo.
-Yesung…- Wook bajó sus manos hacia el miembro de Yesung haciendo que este suelte un vaso.- Yo sé que quieres también. Yo sé que me amas también.
-¿Y tú novio?- preguntó el cachetón sin inmutarse o al menos tratando de aparentar eso.
-Te he dicho que no es mi novio… Yesung ya basta de todo…- pegó más su cuerpo haciendo que el más alto pierda el control. Tomó a Ryeowook de los hombros y lo tiró sobre la mesa de la cocina. Desenfrenadamente besó sus labios, esa noche, quizás, volverían a ser pareja.
Minho empezó a llorar en silencio al enterarse de la noticia. Rose fue el encargado de decirle absolutamente todo, desde lo de Jay hasta la repentina huída de Taemin. Decidió ayudar al hermano de su Tae pero eso no implicaba que no se sintiera dolido. Bajó su mirada, intentó tranquilizarse ya que quería romperle la cara a Jay. Luego de unos minutos, llamó por teléfono a sus agentes de seguridad y les pidió que busquen a Taemin. Le hizo una venia a Jay y Rose y salió de la sala para ir a su habitación. De camino llamó a su secretario personal y le dijo que cancele sus clases en el instituto de refuerzo, su cena con su padre y que no le pase ninguna llamada telefónica a menos que sea de Taemin. Cerró con llave la puerta de su gran habitación y se dejó caer en el suelo, derrotado, decepcionado, sintiéndose miserable y porque no, engañado. Que grotesca sensación de odio empezaba a sentir. Que sucio se sentía. Cerró los ojos para contener sus lágrimas pero le fue imposible. Entonces dejó que aquel apacible silencio se apodere de su dolor.
“Existen cosas que a veces callamos, cosas que preferimos guardar debido al miedo. Debido a la cobardía o porque simplemente creemos que son poco importantes. Qué acto tan egoísta, creo yo. Porque al restar esa información a veces lastimamos a personas que nos quieren y que queremos…”
Empezó a escribir en su ensayo Kibum. Le dolía el corazón, le dolía y mucho. No por los celos que lo invadían sino por las dudas que empezaban a crecer en su interior: dudaba de Donghae. Había algo, de lo que se había enterado horas atrás que no conseguía asimilar.
Continuará….
sasdadsdasdads este capo en serio q fue demasiado *-*
ResponderEliminarassadsadsa *rueda x las escaleras xD*
* T________T q paso con Zhou i Junho .. xq están asi de triste T^T
ghaaaaj .. aclaralo pronto ;__; la curiosidad me mata >__<
* omo omo omo OMGGGGGGGGG!!!!!!!!! El lo sabia todo O_________ó?????
asadsdasdsa >w< i no dijo nada d nada * rose baboo~ >.<*
ii vaya q si em soprendiste cone so d q Tae Tae estaba enamorado
d el o.o” * entro en shock cuando leyó esa parte x.x*
adaasarsadsa el le dio su primer beso :X o maii gooshhh!
eso es algo dificl de olvidar ~ pero lo intento con Minho♥ .. no se merecía
q le hiciera eso U_____ú .. pero buehh … ashhhh!! >-<
se fue d la casa T-T … anda solo x ai T-T .. ojala no el pase nada ToT
q lo encuentren pronto T_________________T snif snif ..
* aja lo sabia!! Había tenido su enrrolao xDD .. asi q se conocía desde
niños eh? .__. vaya q este mundo es un pañuelo u.u , q bueno q no los odie..
kyu x no amarlo como qisiera .. i Sung xq le qita el amor(???) * aunq me dio penita T-T
es un buen chico :D*
asasfadfsdfdsas again again (8) xD ya estaba adivinando q lo encontraría con las
maletas afuera x3 i .. woou *O* al fin fin!!! Lo detuvo i el dijo
q no seria feliz sin él aww ~ q bonito Kyu ♥
* haha el monito ya con un nuevo lof … ojala i ella haga q se olvide por
completo a Sung ;_; .. mi no quiere q sufra cuando se entere q regreso con Kyu ;_;
el emrece ser tb mui feliizh (: asi q bno.. a esperar q las cosas se den con esa niña :B
* SICHUUUUUUUUL <3333333~ haha ellos siempre HOTS xD su omma es una
Mujer mui sabia ^^.. ya q se olvide d lo demás i se concentre en lo q ahora tiene
en ese preciosio presente i futuro q tiene al lado de Siwi :3
asadsadsa me matas con la escena xD * se proyecta *¬* *
“sere yo tu gimnasio assadssdsadsda*¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬*
con q quiere chocolates *_______________* ahh qien no cofcofiotbcofcof
aii el amor el amor ~x3
* Chinooooooooo T___T .. i este par cuando? T_T
ya le dijo lo de la awe .. *xq no le conto todo -.-“* en q iran a parar o.o?
* pescadito<3 aww se qedara mas tiempo solito D:
bno.. con tal q no se porte mal ¬¬ .. todo bien :D
* x un momento pensé q si estaba pasando eso u.u .. pero se lo
estaba imaginando lol ~ .. aunq al final siempre si no ^^?
Yaah! q se hace Yesung bien q tb quiere regresar con el * pero no se tiene q hacer
primero el difícil* amo esa actitud xDDD
* minho T_T .. niño de mi laiif sufriendo x el baboo ~de Tae Tae ..
se me escurre de dolor ;__; .. xq no pueden ser felices ToT
* sugoiii *O* .. me gusto mucho lo q escribió Bumbum :B
pero omo! .. ahora q T_T de q se entero?? q hiciste
pescadito del mal D:(?)
HAY MUJER! en serio q este capo fue demasiado genialoso :B
me gusto mucho *aunq hay tristezaT_T i alegría :D*
pero son una buena combinación .. a qe no(¿?)
i pues naah~ espero haya actu pronto ^^ no nos dejes x mucho tiempo ;__; i muchos
F I G H T O S! en los studios :X …
una abrazoTe cdtm :3
pD: MIRACLE MIRACLE T-T …!!
WHISPERS WHISPERS!!! T_________T.. actu actu D:
*runsssss*
naniiz Chun ♥
kyyyyaaaa me a gustado mucho sugoi, ya sabes me gusto mucho la parte de yesung y wook aaaa me encanto si asi bijin
ResponderEliminarmatta ne
Onegai, actualiza. ONEGAI!!!....
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