18 nov 2009

Fanfic Serial: Whispers - Cap. 04

Autor: Kainet
Titulo: Whispers
Capitulo: Capitulo 04
Fandom: Super Junior
Parejas: Sichul / Hanchul
Clasificación: Angst / Au
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.

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.Cuarta Parte.

"Susurra mi nombre, necesito escucharte.
Susurra mi nombre, prueba que no nos perdimos...
Susurra mi nombre y vuelve a ser mío."

El corazón duele, se aflige tanto; intento mentirme, intento engañarme, nada sucede, nada importa son frases que dan vueltas y vueltas en mi cabeza. No obstante, no puedo escapar : te extraño. ¿Celoso? Quizás. Sin embargo, más que envidioso me siento miserable por sentirme traicionado. Y es una amargura que contamina todo mi interior se condensa y mata lentamente mis sentidos, mi razonamiento. Soy conciente de que fui yo quien lo dejó ir, no tengo derecho de reclamarlo mío; sé que yo he sido el culpable de incontables dolores en su ser, pero como deseo ir y gritarle a todos que Heechul es mío. Sé que fui yo quien le aconsejó a Siwon el conquistar a aquel ser que le robaba los sueños; mas nunca sospeche que se trataría de la misma persona a la que no puedo olvidar. Ignorante de todo lo que sucedía en realidad, he sido victima de una insidia, la más baja, la más ruin. "¿Hangeng?" susurra mi esposa al abrir los ojos pesadamente, la he despertado; estoy llorando, se desespera y seca mis lágrimas. Pregunta preocupada qué me sucede, no sé qué responder. "He tenido un mal sueño, soñé que te perdía..." miento y a hago sonreír. Se acerca lentamente a mí, acaricia mi faz y besa mis labios lenta y torpemente. "Te amo mucho, nunca me vas a perder. Incluso si me dejas de amar..." sonríe al separarnos, musita otras palabras de amor pero ya no presto atención, el dolor de mi mentira se ha apoderado de mí. Que miserable me siento, un bodrio humano creado de retazos de sentimientos; el embustero más grande. El peor de los mentirosos: el que engaña al inocente no por conseguir algo, sino por complacer a los demás. Hoy hay reunión de directorio en la empresa de mi suegro y mi padre, no deseo ir, pero estoy de vuelta en China, este es mi lugar, mi destino. Veré a Siwon, eso me incomoda, no puedo dejar de estar enojado con él. Me es imposible perdonarlo por ser tan cercano a la persona que amo. No hablamos desde hace una semana y me siento culpable por eso. Trato de no culparlo, realmente trato pero me es imposible; me siento traicionado y creo que ya no podré confiar en él. Tanto él como yo, somos concientes de lo que sucedió un día antes del encuentro en el hospital. Día funesto en el que quemé la fotografía de Heechul, mi cuñado permaneció en silencio a mi lado sin ser capaz de decir una palabra acerca de ser su doctor, de ser la persona que ahora curaba sus heridas y secaba sus lágrimas secas. Siwon, Heechul me ama a mí, lo ha olvidado pero me ama. No puedo dejar de pensar en la cercanía existente entre ellos dos aquel día, en sus sonrisas coquetas, en sus miradas cómplices. Celos, siento celos de mi mejor amigo y eso me convierte en un monstruo deforme; ciego por la envidia, paralizado por el dolor, torpe por las mentiras que se incrustan en su espalda haciendolo despreciable. No obstante, estoy en mi lugar; este es mi destino. Heechul no me recuerda y duele, pero es lo mejor; si ahora es feliz, entonces puedo soportar cualquier dolor. Me miento una vez más al pensar en esto último; a veces es menos doloroso el decir y creer en una mentira.

-Quiero hablar de algo importante, amor...- mi radiante esposa entra en la habitación, la cual alberga nuestras falsas noches de recién casados; trae el desayuno preparado por su mayordomo: ella es incapaz de entrar en la cocina, su etiqueta se lo inpide. Podría decir que es una versión femenina de lo que es Siwon. Alguien de mundo, alguien perfecto que sabe de todo, domina idiomas, es inteligente y educado pero tiene un enorme vacío en el alma que le impide aprender lo más importante: vivir. Se pone nerviosa mientras coloca los alimentos sobre la mesa. Creo saber que es lo que quiere discutir, mas prefiero esperar a que lo diga.
-Hablemos entonces...- me levanto de la cama y camino hacia ella, me siento en la pequeña mesa de estar que tenemos en la habitación. Tenemos la pésima costmbre de comer como dos seres aburridos y civilizados: en una mesa. Cómo añoro aquellos días en los que Heechul despertaba entre mis brazos y comíamos en la cama, unidos por un abrazo, unidos por los sentimientos libres que albergaban nuestros corazones. Espero que ella se siente. Me mira con miedo,le sonrío.
-Quiero pasar mi cumpleaños en Corea del Sur...- inmediatamente mi sonrisa se borra, logrando que ella me mire preocupada- No sé por qué no te gusta mi país...- bajo la cabeza, no sé qué decir. No es que no me gusta Corea, es que duele y confunde. Asfixia y asesina. Es Heechul y Siwon. Es todo aquello que vuelve insegura mi nada.
-No es eso- sonrío, finjo que nada pasa, que no me afecta. Me siento presionado a hacerlo. Debería estar acostumbrado, siempre he vivido cumpliendo las expectativas de los que me rodean. Sin embargo esta petición es dolorosa, difícil de cumplir.- Solo que tendré mucho trabajo acumulado al volver...
-Hablemos con mi padre y tú padre.- sonríe cual niña engreída a la que su padre le cumple cualquier capricho.
-Niña rica...- rio burlonamente a lo que ella ríe conmigo- Soy tú nuevo juguete ¿No?- bromeo a lo que ella ríe a carcajadas. Y entre broma y broma, digo la verdad. Mí familia no es pobre pero tampoco es tan adinerada como la de ella. Puedo decir que su padre me compró para ella.
-Tú también eres un niño rico...- me contesta sonriente- Comámos ¿Si?
-Será tú regalo de cumpleaños...- como un poco de fruta mientras ella toma un poco de jugo.- Será tu regalo de cumpleaños el que vayamos a Corea del Sur...- afirmo de nuevo, sentenciando mi futuro dolor.

Vueltas y vueltas, todo da vueltas cuando estamos juntos. El mundo entero se paraliza cuando él se acerca a mi. Estamos subidos en un carrusel, rodeados de niños, él está convertido en uno en este momento. Ríe ampliamente, ríe a carcajadas, ríe como si fuera feliz en verdad. Una vez que bajamos caminamos hacia algún lado. "Es la primera vez que visito un lugar como este" río a lo que él me mira y empieza a burlarse de mí. Es cierto, antes de conocerlo, la etiqueta no me permitía el ir a sitios tan concurridos. Antes de conocerlo nunca pensé usar la ropa que traigo puesta, ropa que él ha seleccionado. Antes de él, jamás pensé en salir sin mis guardaespaldas; ni se me ocurrió el escaparme de ellos. "Niño rico..." susurra con una enorme sonrisa. No puedo evitarlo, me acerco y lo abrazo. Él se sobresalta al sentir la caricia. "Rompes todas mir normas..." musito cerca a su oído, dejándo que el delicioso aroma de sus cabellos invada todo en mi ser. Nada puedo hacer, me gusta mucho tocarlo, de por sí siempre he sido alguien a quien le gusta mucho la piel. No somos nada, simples amigos que salen juntos a divertirse. Hoy me ha raptado del hospital y me ha obligado a no ser el cuello estirado de siempre. "Nos miran..." susurra al sentir que mi abrazo se hace largo. Lo suelto rápidamente y le pido disculpas con una venia. Se ríe a carcajadas y me levanta el rostro. "Babo, te dije que dejes de ser Choi Siwon, que solo seas Siwon..." sonríe, que ganas de besar esos labios. Guardo mis impulsos y actúo como si nada pasara. "Quieres besarme ¿No?" pregunta coqueto, mi rostro se colora y niego con la cabeza. Él tiende a jugar así con mi mente. Se ríe y continuamos con nuestro viaje por el parque de diversiones.

Estoy nervioso, siento cosas que nunca había sentido o que no recuerdo haber sentido, tal vez. Le pido un beso, quizás soy muy atrevido ya que él se deshace en su etiqueta; quizá no está preparado para aceptar que le gusto. Debe ser dificil, para alguien como él, romper con las cadenas de la tradición. Caminamos hasta que la noche cae, las avenidas se hacen oscuras y poco a poco los sentimientos se van condensando. "Siwonie, nadie nos ve" susurro al sentarme en una banca alejada. Quiero que me abrace pero parece que él no lo entiende. Se sienta a mi lado, algo alejado de mí. De repente, un silencio incomodo aparece en nuestros labios. Algo inexplicable, confuso. Me gusta pero tengo miedo, no sé a qué, pero lo tengo. Dejo caer mi cabeza sobre su hombro y miro el hermoso cielo. "Tian Kong" susurro sin saber que es lo que digo. Siwon se aparta un poco y me mira preocupado. "¿Sabes qué significa eso?" pregunta preocupado. Niego con la cabeza, sus ojos lucen aún más preocupados. "Es una palabra en chino, significa cielo" me explica, no tengo idea de cómo es que sé eso, solo lo sé. Entonces, sus brazos fuertes, rodean mi cintura, me acerca a él y me abraza. A veces siento que está loco por mí; otras, que se deja llevar por la pena que siente por mí. Eso me ofende, lastima mi orgullo. "No me abraces por lastima" lo alejo, me mira asustado de nuevo. "Yo no te tengo lástima... yo... tú eres alguien muy importante para mí" dice antes de volver a abrazarme, pero esta vez nuestros labios quedan muy cerca; quiero besarlo pero el orgullo lo impide. Siento su respiración nerviosa, su etiqueta no le deja avanzar. "¿Te gusto?" pregunto directamente. Me desespero ante su silencio. "Eres mi amigo, mi hyung..." susurra despacio. "No te he preguntado qué soy, sino qué sientes por mí" estoy molesto por su respuesta. Muy molesto y se lo hago saber. Se pone nervioso, la oscura noche no me deja ver sus mejillas pero puedo asegurar que está sonrojado, tanto cómo lo estoy yo. "Demasiado..." responde haciendo que mi corazón se acelere más, de un brinco y se vuelva estático en un segundo. La sangre se me sube a la cabeza, no sé a dónde mirar mientras el me mira como esperando que diga algo. Nadie nos ve, absolutamente nadie. Me suelto de su caricia y, enfrentando mi miedo a mirarlo, clavo mis ojos en los suyos.

La noche es oscura pero puedo ver claramente sus ojos, mi corazón se acelera demasiado: le he confesado que me gusta. No sé que hacer. "Bésame..." me ordena, no hablo sólo actúo: lo beso. Un beso que me sabe a traición, un beso que me duele; una caricia divina, un respiro para mi dolido corazón. Me aparto un poco de él, recobro la condura, no puedo hacer esto. Él no está dispuesto a detenerse, jala de mi cuello y vuelve a besarme, más profundo, más delicado; menos torpe. Heechul, te amo tanto como para romper la última cadena. Tanto como para desafiar a mi Dios y finiquitar una valiosa amistad. A partir de hoy, Hangeng y yo dejaremos se ser amigos; desde hoy seremos rivales. Él es dueño de un pasado que no recuerdas, yo me apoderaré de un presenta intrigado por el pasado. Todo se decidirá cuando tu lo recuerdes todo y decidas entre ambos. Hasta entonces, quiero que seas solo mío.

Siete de la mañana, camino por el aeropuerto de Corea del Sur tomado de la mano de mi esposa. Ella sonríe; yo, también. A lo lejos diviso al chofer, quien cordialmente nos lleva a la mansión de los Choi. De camino a aquel lugar trato de mentalizarme, no puedo actuar raro con Siwon; ya luego hablaremos y él me explicará todo lo sucedido. Todos nos saludan mientras entramos en la gran mansión. Mi suegra nos recibe cariñosa; su esposo, parco. Tratan de disimular la ausencia de Siwon. "Salió ayer del hospital sabiendo que tenía citas programadas, es un irresponsable." reprocha su padre. Mi esposa sonríe nerviosa y justifica a su hermano. Yo me mantengo en silencio, no sé qué debo decir. "Aún es joven..." susurro excusando a mi amigo y cuñado. A los minutos de silencio y espera llega Siwon, vestido como nunca antes: jeans rotos, camiseta con diseños y bastante pegada a su cuerpo; parece un idol salido de una portada de revista y no el hijo doctor de una familia pudiente. Saluda sonriente, pero su padre se apresura a tirarle una cachetada. "¿Por qué me decepcionas tanto?" reniega mi suegro. Mi esposa y su madre se desesperan a proteger al menor de la casa. "Mira como vienes vestido... estas viejo para ser rebelde." sentencia enojado para luego empezar a caminar hacia su despacho. "Estoy enamorado de alguien, anoche me aceptó y soy feliz ¿No puedes alegrarte por mí?" Yo, estupido, quien estaba por defenderlo, fruncí el ceño: sabía de la identidad de esa persona. De repente, todos parecieron desaparecer, no escuchaba ni veía nada; solo pensaba en Heechul. ¿Estan saliendo? ¿Por qué? Quise pensar en mi cuñado de forma positiva pero de momento solo deseo golpearlo por pérfido. "Hermana, Hangeng..." nos mira, me mira con el rostro culpable. Su padre vuelve hacia él y le pregunta por la chica. "No es una chica..." todos lo miran sorprendidos. ¿Eres capaz de enfrentarlos? lo miro asustado, quiero ayudarlo. "¿Es una chica mayor?" trato de aliviar el ambiente, después de todo, aún es mi amigo y me preocupo por él. "Es tres años mayor que yo... no es una chica es una señorita" sonríe al ver que lo he ayudado. Cobarde, Siwon eres tan o más cobarde que yo. "Tráela y yo decidiré si lo es o no" Su padre está furioso. Mi esposa corré con su hermano mientras él me mira asustado; me teme más que a su propio padre. Sabe que conozco su secreto, sabe el mío: estamos a mano, asumo. "Hangeng ¿Podemos hablar?" me susurra ante la sorpresa de todos, me levanto del sofá y camino en dirección a su habitación. Nadie nos sigue, una vez dentro observo sobre su velador aquella fotografía en el hospital. Me quedo observando el retrato, furioso. No obstante, sin expresiones.

"Lo siento" susurro, no me responde. Me da la espalda, que solitario es mirar su espalda inexpresiva, totalmente girada hacia su dolor, dolor que esconde de él y de mí. A los segundos voltea violento a clavarme un golpe en el rostro, no lo detengo, tampoco me defiendo: soy culpable de todo, no existe excusa alguna. "Sabes que lo amo..." llora al tener los puños cansados, al romper mi labio. "Lo siento... traté de ignorar lo que sentía pero..." mi silencio evidencia todo, sabe qué es lo que sigue a esa frase inconclusa. "Tú también lo amas..." llora y se deja caer en el suelo. Derrotado, cansado,decepcionado. Lo siento Hangeng. Me siento mal, sé que lo que he hecho no tiene perdón, sé que Hangeng nunca me perdonará. "Hazlo feliz..." susurra antes de taparse el rostro y empezar a llorar sin control, en silencio. ¿Hangeng, guardas mucho en tu interior, verdad? Luego se calma, limpia sus ropas. Sus ojos están algo rojos, no obstante parece cansancio y no dolor. Sale sin decir más. No lo sigo. Me quedo estático frente al gran espejo que muestra la hematoma creciente en mi labio. Eres muy fuerte, Hangeng.

A la mañana siguiente Siwon y Hangeng iban de camino al hospital, como si nada hubiese sucedido. Hablando de diversos temas, hablando de cosas vanales. De repente, al voltear una esquina, ambos divisaron aquella fina silueta y aquellos cabellos rojo fuego: Heechul. Siwon se puso nervioso, Hangeng siguió caminando, pasó por su lado y lo saludo con una mirada, no planeaba quedarse más tiempo. Siwon disminuyó la velocidad de sus pasos y llego unos minutos después donde su novio. "Bueno días doctor, tengo cierta dolencia..." bromeó Heechul a lo que Siwon le sonrió ampliamente. "¿Qué te pasó en el labio?" el pelirrojo se desesperó en tocar el moretón. "Fue tu padre ¿Verdad?" preguntó enojado. Siwon negó con la cabeza y desvió la mirada. Hangeng ya no estaba cerca. La pareja caminó hasta el consultorio de Siwon, una vez dentro Heechul saltó sobre el más alto y deboró aquellos labios adoloridos. "Salgamos hoy..." rió el mayor. "No puedo, es el cumpleaños de mi hermana, ven conmigo..." le propuso. "Tú madre me adora..." rió el más bajo. "Es nuestra complice, la única persona que sabe que te amo... hoy le diré a mi hermana, ella te va a adorar..." rio sobre un segundo beso, más suave. Las caricias se intensificaron, Siwon rodeó la cintura de Heechul, posesivo, totalmente posesivo y clavó sus ojos en los del mayor; se apoyó en el escritorio y lo jaló hacia el. "Dame la medicina del día y podré vivir unas horas más, lejos de ti" susurró con una sonrisa traviesa. Heechul se acercó lentamente y besó sus labios. Luego se separaron, Heechul salió tranquilo y Siwon empezó su faena del día.

Mi suegro quiere que me haga un examen medico, dice que le preocupa que aún no tengamos hijos. Cómo odio que controle tanto nuestras vidas. Miro el elevador, aún faltan cuatro pisos. Entonces las puertas se abren, su imponente presencia aparece ante mis ojos. No puedo evitar mirarlo. Me sonríe y entra. Estamos solos. Silencio. Mucho silencio. Dos desconocidos. Mi amor por él. Su olvidado amor. Lo continúo mirando, sus cabellos están rojos de nuevo, algo largos; viste ropas algo pegadas, ceñidas a ese cuerpo que alguna vez fue mío. Sus manos, divina perfección, las miro atento, extraño sus caricias. Su piel pálida, sus labios pequeños, sus ojos grandes, sus piernas largas. No sé si pueda soportar esto. De repente el celular me saca del ritual en el que me he metido: observarlo. Contesto, instintivamente en chino ya que es mi madre quien habla. Siento su mirada clavada en mí, siento que brotan lágrimas de sus ojos, volteo a mirarlo y lo descubro llorando. ¿Me has recordado Heechul? No digo nada, continúo hablando con mi madre mientras le ofrezco, a él, un pañuelo.

No sé que me sucede, de repente las lágrimas han empezado a brotar de mis ojos: no puedo controlar mi cuerpo, me duele el corazón. Sucedió desde la vez en que lo conocí, sentí un terrible dolor en mi pecho, no sé por qué verlo me genera angustia. Me ofrece su pañuelo y sigue hablando por teléfono, indiferente. Luego corta la comunicación y me mira preocupado, pregunta si estoy bien. Lo estoy, mas no entiendo por qué siento ganas de llorar cuando lo escucho o veo. Es la segunda vez que lo veo y siento esto, estoy confundido. Agarro mi cabeza fuertemente y me dejo caer en el suelo, sobre mis rodillas, no entiendo nada. Mi respiración se agita, todo da vueltas, escucho voces ¿Dónde estoy? ¿Quién soy? "Rella... Rella ¿Estás bien?" mi acompañante se desespera. Momento. ¿Por qué me llama Rella? Levanto los ojos llenos de lagrimas, lomiro confundido. "¿Cómo sabes que me dicen Rella?" cuestiono, palidece. Silencio. No responde. "Siwon me ha contado mucho sobre ti." Está mintiendo, Siwon jamás me ha llamado así. Es más nunca le he contado a Siwon sobre el vago recuerdo de alguien llamandome así. Su voz es suave, me recuerda a la de alguien. Me duele el pecho, pero ya no siento dolor sino rencor. Me enoja pensar en su mentira, me cansa intentar comprender el por qué de ella. "Mientes, no me agradas..." respondo secando mis lágrimas, desesperado detengo el elevador y salgo apresurado. Lo ultimo que veo de es hombre son sus ojos al cerrarse el elevador. Se ven tristes, llorosos ¿Por qué?

Continuará...

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