Fanfic Serial: Chocolove Cap. 07

Autor: Kainet
Titulo: Chocolate & Love (AKA Chocolove)
Capitulo: 07
Fandom: Super Junior, SHINee, TRAX
Parejas: Sichul / Varias
Clasificación: Angst / Au / Lemon / Secuela
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.

-----------------------------

7º Bombón


Sus ojos se abrieron de par en par al encontrárselo en aquella calle tan concurrida de Corea. Pensó en ignorarlo pero simplemente no podía dejar de mirar a su actual acompañante, quien lo traía del brazo. Kangin hizo una venia algo nervioso como intentando buscar su mirada para explicarle por qué estaba en la puerta de un cine con una chica. No obstante Leeteuk cambió su mirada de sorpresa por una agradable sonrisa. “Es bueno verte luego de un tiempo” comentó mirando de nuevo a aquella chiquilla. Se veía incluso menor que Kangin ¿Qué hacía saliendo con menores de edad? Realmente no era su problema por lo que optó por intentar caminar. “Teukie… ella, verás…” Kangin intentó detenerlo pero no tuvo resultado. “Descuida, no es que me interese tu vida amorosa” se despidió dándoles la espalda y alzando la mano en el aire. “Oppa…” la pequeña se aferró al brazo del corpulento pero sensible Kangin. “Justo te hablaba de él ¿Verdad?” rió nostálgico “Ay oppa, es un tonto para no ver que tú y yo somos familia…” comentó la pequeña. “Pero nada arruinará mi salida con mi querida prima” Kangin abrazó fuertemente a la pequeña y siguieron caminando por aquella calle.

-Bien… seguiré el consejo de Siwon- se dijo a sí mismo Wookie mientras se subía a la bicicleta estacionaria.- 30 minutos de cardio, 4 rutinas en máquinas y un shadow fight… eso calmará… el cuerpo. Maldito Yesung…- renegó al recordar todas las noches en las que el cachetón había ido a buscarlo solo para dejarlo con las ganas.- ¿Crees que soy débil? Pues vas a ver… estúpido…
-¿De qué hablas?- preguntó Shindong sentándose en la bicicleta de al lado.
-¡Ayyy!- chilló cual damisela en peligro- Me asustaste tonto- renegó más.
-Andas muy mal humorado… ¿Es la falta de sexo?- al escuchar esto Wookie no se aguantó más y le pegó al gordito.
-No dejas de ser una dama… ese golpe no dolió…- rió aún más.
-Estúpido… al menos no soy un heterosexual que termina con su enamorada porque ella quiere formalizar…
-Golpe bajo Mr. Abstemio por castigo… golpe muy bajo…- atinó a decir Shindong antes colocarse los audífonos del mp3 para ignorarlo.
-Donde tú también estás aquí es por el mismo motivo, no creo que repentinamente desees bajar de peso…- susurró Wookie
-Buenos días señores…- saludó Hangeng al sentarse al otro lado de Wookie- Ejercitaremos todos los días, es bueno para la salud, según mi abuelo es lo mejor de lo mejor… el ejercicio
-Oh por favor Hannie, tú también hablaste con Siwon ¿Cierto?
-Henry quiere tomarse las cosas con calma…- dijo sonrojado el chino.
-Y tú necesitas calmar tu cuerpo… genial al menos no me siento tan miserable ahora. Sé que no soy el único con necesidades incomprensibles.
-Pero lo tuyo es tortura…- bromeó Hannie.
-Te doy dos semanas, si en dos semanas Henry no se vuelve a acostar contigo, tú también vivirás una…- amenazó Wookie a lo que el chino pretendió no entender el coreano avanzado de su amigo. Mas no se limitó y terminó insultándolo en chino.- Cuidado con tus palabrotas que te entiendo…- renegó Wookie antes de seguir con la bicicleta estacionaria.
-Aprenderé Tailandés, así nadie podrá entenderme…
-Hola chicos…- saludó Kangin apoyándose en las bicicletas estacionarias con una gran sonrisa burlona- ¿Tú desde cuando quieres tener cuerpo ah?- miró a Wookie.- Y tú… ¿Dejaste el ballet?- se burló de Hangeng a lo que este simplemente le sonrió como si no le entendiera nada- Bueno ya era hora…- miró a Shindong, quien no escuchaba nada debido a la fuerte música.
-Calla… tú estás engordando…- renegó Wookie.
-Ok... falta de sexo lo vuelve agresivo…- rió Kangin a lo que Hangeng estalló en risas.
-Entrena y no molestes…- se acercó Eunhyuk para empezar a correr en la caminadora.
-Apareciste….- comentó Hangeng
-No es como si me hubieras extrañado.- comentó serio el Mono.
-¿Cómo sigue Bin?- preguntó Wook algo serio.
-Recuperándose, el trasplante fue exitoso- sonrió Eun- Ni bien le den de alta nos casaremos… están todos invitados. Wookie serás la niña de las flores. – Rió a carcajadas dejando de lado su faceta seria. Pero bien sabía que estaba mintiendo, nada estaba bien.

Dolía estar cerca, dolía encontrarse en los mismos lugares si ya no eran nada, si no estaban destinados ¿Por qué el destino era tan cruel y los hacía toparse en todas partes? Los ojos de Leeteuk se llenaron de lágrimas al recibir, algo tarde un mensaje multimedia de Sungmin. Era corto, solo decía “Opps! Hyung, estaba limpiando mis imágenes de celular y descubrí que nunca te envié esta foto de la bola de testosterona de tu novio.” Teuki bajó la cabeza con frustración al descubrirse con la mirada tonta ante la tierna imagen. Ver a Kangin tendido al lado de dos bebés, dormido como si fuera un niño más. Lo extrañaba y no entendía cómo es que todo había llegado a ese punto. De repente volvió a llegar otro mensaje desde China “No lo hagas sufrir ¿Si? Yo no lo hago por él, lo hago por ti porque sé que lo amas y sufres estando lejos. Te quiero Hyung, yo soy feliz con Kyu aquí. Dime ¿Cómo está él?” Sabía de quién hablaba, cómo hablarle de Eun en aquel momento, llevaba días sin verlo. Tipió rápidamente: “Es feliz con ella. Se casará pronto” después de aquella respuesta Sungmin no volvió a escribir. Pensó que quizás se había sentido mal o que tal vez se había dormido. Sonrió de lado y volvió a mirar la foto de Kangin. “Está saliendo con una chica ahora, los vi el otro día…” susurró mientras una lágrima recorría su mejilla.

Miró desafiante a la ex enamorada de Donghae. Ella lo había ayudado a estar con su pescadito pero aún así había algo que lo hacía dudar. El silencio invadió aquella habitación como precediendo a una fuerte discusión que ninguno de los tres estaba dispuesto a empezar. Muy a pesar de esto, sabían que tenían que conversar sobre lo sucedido días atrás. La aparición de Kibum provocó mucho caos, no solo en el ámbito profesional sino en el personal de ellos tres. Hisae se cruzó de brazos, estaba enojada. Dongie los miraba confuso, como si tuviera miedo. Kibum desafiaba la mirada de la otra, no le tenía miedo.

-Esto que han hecho ha sido demasiado irresponsable… Kibum ¿Por qué no piensas más en Donghae? Es decir por ti dejó la universidad para venir hasta aquí y ahora que consigue una gran oportunidad le malogras todo…- la joven de origen japonés alzó la voz algo histérica. Kibum se quedó en silencio esperando que su novio diga algo pero este estaba con la cabeza agachada, como si sintiera mucha frustración.
-¿Planeas decirme que soy un egoísta?- preguntó molesto.
-Claro. Lo eres, solo piensas en ti. He tenido que rogarle al director que no saque a Dongie del elenco por tu arranque de celos.
-¿Celos? ¿Por qué hablas sin saber bien las cosas?- Kibum alzó la voz también.- Estoy harto de esto, es decir ¿Qué haces aquí tú? ¿Desde cuándo trabajas en USA? ¿Por qué no te consigues un novio? Donghae es mío ya olvídalo…- luego de unos minutos de decir eso, de sentir la mirada enojada de Donghae, Kibum cayó en cuenta de algo: esa imagen de pareja posesiva de Donghae ya había sucedido sino que tiempo atrás él había estado en los zapatos de Hisae. Quiso disculparse pero Donghae se le adelanto.
-Creo que te has pasado de la raya Kibum.- comentó mirando a Hisae- Vamos a ensayar…- susurró antes de empezar a caminar hacia la puerta.- Espero que cuando vuelva estés más calmado, como siempre y podamos hablar como personas civilizadas…- dicho esto salió del departamento acompañado de Hisae, quien contrariamente a lo que el cachetón pensaba volteó a mirarlo con mucha tristeza en sus ojos.

Kibum cayó sobre sus rodillas, con las palabras muertas en sus labios. ¿Por qué se había comportado de esa manera? Estaba muy celoso, muy herido, muy ansioso de reclamar lo que era suyo. Tanto como para actuar como un completo idiota. Sabía que sus palabras habían herido a Hisae pero más aún a Donghae, porque sus celos no solo evidenciaban su gran amor sino, en parte, cierta desconfianza hacia el pescado. Se mantuvo en esa posición durante horas, con la mirada perdida en algún punto de la blanca pared. No era así, no lo era ¿Por qué estaba así? Estaba en lo correcto cuando se sintió herido sobre la información que Donghae no le dio, pero estaba mal al comportarse de esa manera. ¿En qué estaba pensando? ¿Y si despedían a Donghae? Ese musical era muy importante para él, su vida era bailar.

-¿Qué planeas?- preguntó desafiante Heechul al encontrarse encerrado en aquel probador de tienda de ropa.
-Nada, solo quiero ayudarte con esta prenda de vestir- rió cínico Yunho mientras se acercaba al otro.- ¿Realmente no me recuerdas?
-¿Tendría?- Heechul se apartó un poco pero el espacio era muy pequeño. Siwon lo esperaba afuera, habían ido de compras, ninguno se imaginó que se encontrarían con Yunho.
-Claro…- rió Yunho acercándose más, acorralando a Heechul contra el espejo, entonces sacó de su bolsillo una fotografía antigua. Los ojos de Heechul se abrieron de par en par al verla bien. -¿Me recuerdas ahora?- le susurró al oído mientras que con la mano libre empezaba a acariciar a Heechul
-¿Qué quieres?- se enojó la princesa antes las indecorosas caricias.
-A ti…- susurró Yunho sobre sus labios para empezar a besarlo. No se negó, no porque no quisiera sino porque aquella fotografía representaba un chantaje, un pasado que deseó olvidar, algo que solo Leeteuk sabía. Yunho fue brusco y sin preparación alguna le arrancó la ropa y levantando a Heechul contra el espejo del vestidor entró en él. El mayor mordió sus labios para reprimir sus gritos de dolor, fue tal su dolor que terminó sacando sangre de uno de sus labios.
-¿Heechul? ¿Estás listo?- preguntó Siwon desde fuera del vestidor.
-Respóndele, mándalo a buscar más ropa…- amenazó Yunho mientras embestía con fuerza al otro.
-Siwonie…- Heechul intentó concentrarse pero le dolía mucho- ¿Puedes… traerme ese modelo de camisa pero en naranja, amarillo, negro y azul?
-Claro, amor- respondió el príncipe sin siquiera sospechar lo que le hacían a su novio dentro de aquel cambiador. Siwon, de acuerdo al plan, se demoró. Yunho aprovechó para terminar lo que hacía con el otro, aprovechó para lastimar el interior de Heechul Lo embistió con demasiada fuerza tanto que Heechul no soportó y soltó un grito, logrando que Siwon corra a verlo. Para cuando Siwon llegó al probador, Heechul estaba solo, cambiándose.- ¿Heechul? ¿Estás bien?
-Sí… es que resbalé y me caí.- respondió Heechul intentando sentarse para colocarse la ropa y acomodar su cabello.
-¿Quieres que te ayude?- preguntó abriendo la puerta.- Amor ¿Te has hecho alguna herida? Tienes sangre en tu camisa… tu labio…- corrió a mirar el labio de Heechul
-Estoy bien, solo me caí… que torpe soy…- le sonrió para luego acariciarle el rostro- Me siento adolorido ¿Volvemos a casa?
-Está bien…- caminaron lento hacia la caja de ventas, Siwon terminó comprando todos los modelos de aquella camisa. Miró detenidamente el caminar de Heechul, había algo raro, de seguro se había golpeado muy fuerte la pierna ya que cojeaba un poco. Una vez en casa, Heechul se metió a bañar.

Llenó la tina con mucha agua y se metió en ella, cerró los ojos y empezó a llorar. Un hilo de sangre se desprendió de su entrada, Yunho le había hecho demasiado daño. Se sentía sucio, se sentía la persona más terrible del mundo. Cubrió su rostro con sus manos y se sumergió para tratar de borrar aquellos recuerdos que lo atormentaban. Aquella fotografía, pensaba que no existía: se equivocó.

Pasaron las horas, el día se hizo oscuro y no hubo más ese hermoso sol que en la mañana brillaba. Se mantenía fijo en el suelo, analizando cada mal acto que había tenido desde que llegó a USA. Sintiéndose el peor enamorado, sintiendo que se odiaba por ser tan idiota. Entonces llegó a una conclusión que nunca se había puesto a pensar detenidamente: amaba demasiado a Donghae. De repente la puerta de la calle se abrió y dejó entrar la potente luz de la calle; Dongie había vuelto y al ver al cachetón en esa situación corrió a preguntarle qué le sucedía. “Lo siento mucho Donghae” susurró Kibum aferrándose al delgado cuerpo del otro. “Solo es que te amo demasiado…” Una sonrisa apareció en los labios del pescado quien se alejó un poco para mostrarle sus ojos repletos de lágrimas. “Te amo también…” besó las mejillas de Kibum y con la pierna cerró la puerta para quedar de nuevo a oscuras. Kibum empezó a besar cada lágrima de los ojos de Donghae y a deslizar sus manos por su cintura. “Déjame hacerlo hoy…” susurró Donghae volteándose para quedar sobre Kibum. El cachetón sintió miedo, pero lo amaba así que simplemente le sonrió en aquella negra noche y cerró los ojos para sentir los labios del otro recorrer su cuerpo. “Seré tan cuidadoso como tú lo has sido conmigo…” le susurró al oído logrando que las grandes mejillas de Kibum se coloren de sobremanera. La ropa se hizo nada y las texturas se hicieron una, Kibum sintió como lentamente el otro preparaba su entrada, no se sintió mal, además amaba mucho a su novio. Primero uno, luego dos, finalmente tres dedos en su interior. Un suave espasmo recorrió su cuerpo mientras Donghae movía su mano con delicadeza. “Estoy listo” susurró Kibum mirando al otro, quien le sonrió pícaramente. Lentamente sacó sus dedos y entró en su interior, Kibum mordió sus labios para reprimir el dolor que sentía. Luego de unos minutos ese dolor se convirtió en placer. “Te amo” gimió Kibum mientras Donghae le embestía. “Yo también” contestó el otro para luego seguir su faena.

No sabía quién era en realidad: nunca dejaba ver su rostro. Solía usar esa extraña máscara cuando se encontraban en el cuarto más caro de aquel lugar. Sabía que no debía preocuparse mucho de cómo se viera aquel cliente pero se intrigaba mucho. Sabía que simplemente debía hacer que el otro se sienta complacido pero algo llamaba su atención. Era el único cliente que no lo besaba a pesar de siempre tener los labios descubiertos ya que usaba un antifaz verde que cubría la otra mitad de su rostro. El más alto se acercó en silencio y empezó a desvestir suavemente al más bajo. Los cabellos de Taemin habían crecido un poco y ahora estaban sobre sus hombros, teñidos de un color rojizo que se ondeaba generando una visión sexy del pequeño. El alto deslizó sus manos por la piel del otro haciéndolo estremecerse ante las caricias. Taemin solo tenía dos clientes: Jay y aquel enmascarado, pero si le daban a elegir, mil veces preferiría acostarse con el desconocido. En cierta manera, se sentía vacío cuando Jay lo tocaba ahora. “Ah…” suspiró Taemin el sentirse totalmente desnudo en las manos de aquel hombre que lograba, de alguna manera, hacerlo sentir diferente. Las largas manos se deslizaron por su cuerpo haciéndolo sentir espasmos con tan solo experimentar texturas conjuntas. Lentamente se introdujo un largo dedo en su entrada, el pelirrojo mordió sus labios ansiando un beso por parte del otro pero fue en vano. Ese beso nunca llegó. "Bésame por favor" susurró Tae mas el otro se mantuvo en silencio, en su tarea por preparar la entrada del otro. El menor se sintió mal, herido quizás, no obstante siguió entregándose, después de todo, le pagaban por dar placer no por sentirlo. "Muévete..." finalmente susurró aquel misterioso hombre cuando entró en el menor. Esa voz, ese susurro era muy conocido para Taemin. Nunca lo había escuchado hablar, esa voz delataba una edad más corta de la que le habían dicho que tenía. Taemin obedeció mas sus pensamientos se fueron a cualquier parte. ¿Sería posible? Acercó una de sus manos hacia el antifaz y trató de quitarlo pero el alto se detuvo y salió repentinamente de su interior. "Jamás vuelvas a intentarlo" dijo enojado a lo que el otro se deshizo en disculpas. "Eres tú..." susurró entre lágrimas Taemin. "No tiene sentido decir mi nombre, sabes quién soy pero estoy pagando por tenerte... finge que no me conoces, por ende que no me odias y acuéstate conmigo." Tae sintió que su corazón dolía. Se apresuró a abrazar la cintura del otro. Ambos desnudos, sin deseo sexual alguno, sintiendo aquel inmenso amor que al ser tan grande les dolía demasiado. "Te amo tanto Taemin, tanto como para comprar tu cariño... tanto como para vivir en una mentira" susurró Minho dejando caer una lágrima debajo de su antifaz. El otro se quedó en silencio, sin decir más bajó hasta el miembro del más alto y lo introdujo en su boca. "Hazme el amor, por eso has pagado" susurró el menor para luego seguir con su labor.

Rose miró mal a Red Star, no era alguien que le agrade mucho. No deseaba verlo en ese preciso momento: en la puerta de su casa. “Luego de mucho, amigo mío” Se cruzó de brazos para luego caminar dentro del departamento de la rosa. “Como siempre, vives como pobre… si te hubieras quedado en el negocio podrías vivir cómodamente.” Rió cínico mientras se sentaba en uno de los sofás. “¿Qué quieres?” preguntó enojado el rubio. “Tú pequeño hermanito… malogra mi negocio…” susurró Red Star a lo que el otro abrió los ojos de par en par. “Un detalle más… ¡Ah! Mira la hora, debo irme… el último dato, prefiero que lo veas con tus propios ojos… que veas con quienes se acuesta tu hermanito. Sí que lo educaste bien…” Red Star se levantó de su asiento y caminó glorioso hasta fuera de la casa. Dejando en shock a la rosa. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Taemin en ese lugar? Tomó sus llaves y salió en busca del menor. Era hora de dejar las lágrimas y tomar las riendas del caso. Caminó hasta el local de su antiguo trabajo. Entró sin saludar a nadie y le preguntó al dueño dónde estaba Taemin. El hombre de edad no supo qué responder así que el rubio, histérico fue de cuarto en cuarto hasta que lo encontró. Estaba tendido en su cama, cubierto por unas sábanas, esperando que Jay salga de la ducha para empezar con su noche. Ni bien entró la rosa, el menor saltó del susto y sin decir nada, jaló de la mano al mayor fuera de la habitación, no podía dejar que Jay y el otro se encuentren, después de todo, algo iba cambiando en su interior desde el encuentro con Minho. “Sácame de aquí Hyung…” lloró para luego abrazarse al cuerpo del otro, quien se estremeció al sentir el delgado, frágil y desnudo cuerpo. Rose se quitó la chaqueta y cubrió a su hermano, luego lo alzó en brazos y se lo llevó de aquel lugar. En la puerta tomó un taxi y fueron directo a casa. Durante el camino ninguno dijo nada, pero ni bien llegaron Taemin cayó sobre sus rodillas y con los ojos llenos de lágrimas empezó a pedirle perdón al mayor. “Sé que solo te he decepcionado…” susurró al no recibir palabras por parte del otro. “Nos vamos de Corea del Sur…” susurró Rose antes de caminar hasta su habitación y sacar unas pijamas. “Ponte esto y ve al cuarto, dormiremos y mañana nada habrá sucedido” Taemin estaba por ponerse a llorar cuando vio en los labios del otro dibujarse una sonrisa. “¿Puedo dormir contigo?” Rose respondió con la cabeza y ambos se dirigieron a la habitación.

Continuará