8 ene 2010

Fanfic Serial: Monster - Cap 07

Autor: Kainet
Titulo: Monster - The dance of the shadows-
Capitulo 07: Trick.
Fandom: Super Junior
Parejas: Sichul / varias
Clasificación: Angst
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.

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Capitulo Sétimo: Trick

Tú ya no estás en mi vida, tú eres parte de un pasado que he empezado a odiar. Te odio, te odio, te odio; quiero repetirlo tantas veces como pueda, tantas veces que termine creyéndolo y sintiéndolo. Mi cabeza da vueltas, he tomado demasiado. Trato de caminar unos cuantos pasos pero me es imposible el alcohol en mi sangre es excesivo; el dolor en mi corazón, mortal. Las últimas palabras que me dijiste fueron "Te amo" ¿Eran mentira? No dijiste más, solo desapareciste. Todo luce distorsionado a mi paso no sé si es que el mundo es un lugar terrible sin ti o si es que siempre lo fue. Solo puedo maldecir tu nombre y buscar odio en mis memorias. Fuiste la mentira más grande en mi vida, la más dolorosa.

La noche ya casi caía sobre el instituto Élite, Hangeng caminaba apresurado en busca de su amo, tenía importantes noticias sobre la llegada de los inspectores de su padre. En su mano derecha apretaba con miedo un trozo de papel real; mientras que en el otro llevaba un pequeño paquete envuelto con finos papeles, parecía un regalo. Su mirada era confusa, sus pasos torpes de repente entre las sombras de los pasillos, que llevaban a la habitación de Siwon, apareció una silueta esbelta y larga: Leeteuk, cruzado de brazos y con la mirada repleta de reproche. No tuvo que hablar, bastó con ordenarle mentalmente a su sirviente que saque al pequeño intruso que habían encontrado en el patio. Los ojos del chino se desorbitaron más al observar a Henry, totalmente dormido, en los brazos de Kangin. Intentó preguntar si le habían hecho algo a lo que Kangin le contestó fríamente que si ese “objeto” era suyo. Hangeng asintió con la cabeza y pidió unos minutos para terminar su diligencia y volver a reparar aquel desliz. Tocó varias veces la puerta de la habitación de Siwon, mas este no abrió en ningún momento. Eran días de días que estaba ahí, alimentando a Heechul. Deslizó la carta debajo de la puerta y dejó el regalo al pie de esta para luego volver por donde había venido. Leeteuk continuaba con la mirada de reproche.

-¿Qué le han hecho?- preguntó Hangeng acercándose apresurado.
-Todavía nada, lo encontramos en el patio, frente a tu alcoba… el amo Leeteuk lo hipnotizó y lo hemos traído a ti porque es el único nombre que pronuncia.- explicó Kangin mientras le entregaba el cuerpo del menor.- Encárgate de que no vuelva a venir, sino será comida de alguien… - daba la advertencia Leeteuk y Kangin se fueron rápidamente, desaparecieron en las sombras de aquel vacío pasillo. Las mejillas grandes de Henry estaban coloradas, sus cabellos algo despeinado y parecía estar teniendo un buen sueño. Hangeng no pudo evitar sonreír al verlo. Luego caminó lentamente esparciendo olor a medicina a su paso para que los suyos no sientan el olor humano de su pequeño conocido. Cruzó los grandes patios de la academia nocturna hasta que llegó a su taller, recostó al pequeño en un sofá que tenía ahí y lo cubrió con una manta: esperaría a que despierte para llevarlo al lugar al que pertenecía. Pero por más que trataba, no podía desviar los ojos de aquellos pequeños y rosados labios. Esa respiración serena y esa quietud que brotaban del otro, era fascinante. Su padre siempre le decía que los seres humanos eran especiales, eran fascinantes, ahora entendía sus sabias palabras. Con miedo acercó una de sus manos y estiró un poco su dedo índice para sentir levemente la suave piel de Henry. Un notorio sonrojo apareció en el vampiro.
-Hangeng…- susurró entre sueños el menor a lo que el otro se alejó alarmado.
-No tengo permitido esto… no tengo derecho a pecar.- susurró el mayor para luego apartarse del cuerpo del pequeño. Sus ojos se llenaron de lágrimas a recordar su niñez, al recordar el motivo por el cual no podía permitirse ser un pecador como Donghae. Estaba prohibido y era una norma que jamás rompería. Era pecado y él, simplemente, no deseaba cargar con más pecados en su espalda.
-¿Hangeng?- despertó a las horas el canadiense. El nombrado se acercó al menor y le hizo una seña para que se vaya- Quiero estar contigo.- hizo puchero a lo que el otro lo ignoró fríamente- ¿Es una característica suya el ser tan hielo?- bromeó el cachetón a lo que el otro le clavó una mirada llena de reproche.
-Debes irte, ahora.- contestó mientras abría la puerta.- Mi hermanos pueden detectar tu olor, si no te vas vendrán por ti…
-No tengo miedo, sé que tú me defenderás…- sonrió el niño acercándose al cuerpo del más alto, buscando una caricia, un abrazo- Tócame…- ordenó a lo que el otro retrocedió.- Sé que sientes algo por mí.
-Los seres humanos y los de mi clase no deben mezclarse, vete ahora.
-Es pecado…- Henry bajó la mirada con frustración- Pero quiero que me conviertas… hazme tuyo Hangeng, quiero estar a tu lado por toda la eternidad.
-No existe la eternidad, solo una larga letanía esperando para sacrificar mi vida por mi amo Siwon… mi vida no es mi vida, le pertenece a su familia. Lo supe desde aquella noche en la que probé mi lealtad.
-¿Cómo probaste tu lealtad?- Henry se acercó preocupado al sentir que Hangeng no era más el ser cálido que cuidó de él.- ¿Cómo?
-Asesiné a alguien a mis siete años.- respondió con mucha más frialdad.
-No creo que tú seas capaz de hacer algo así, el vampiro del que me estoy enamorando cuida a los demás, no me mientas solo para que me aleje de ti…- Henry intentó abrazar a Hangeng pero este lo detuvo rápidamente y lo apartó.
-Asesiné a mi propia madre, no pienses que no podré asesinarte a ti también… vete, empiezas a aburrirme.- fue cortante, fue hiriente. Sus palabras rompieron algo dentro de Henry, quizás sus ilusiones.
-Si tanto te molesto, me iré. Adiós- susurró Henry antes de salir por la puerta.

Te odio, no quiero verte, jamás te quise. Son frases que planeo decir si alguna vez vuelves a pedirme perdón; he deseado tanto que vuelvas tan solo para saber que sin mi tú te mueres y tu vida es miserable. Prometiste tantas cosas, dejaste inconclusas tantas. No te perdonaré nunca, nunca. Te odio, te odio por haberme dejado ilusionarme con un amor que siempre fue una mentira. Todo tú fuiste una mentira. Te odio y me odio. Odio ese pasado que tú y yo fuimos. Esta es la mentira que he decidido vivir a partir de hoy, a un mes de tu partida.

Yesung apresuró sus pasos por el largo pasillo que lo llevaba a la biblioteca. Dejó sus libros en la solitaria mesa de la esquina en la que solía estudiar con Ryeowook y caminó hacia los estantes para buscar un libro de matemática. De repente, como si hubiese entrado en otra realidad, sus ojos se encontraron con los de Ryeowook, atreves del estante, entre libro y libro se miraron durante unos segundos. Así era cuando estaban en la biblioteca, no dejaban de mirarse ni un solo segundo. El corazón le dolió cuando recuperó la razón y se encontró solo en aquel lugar. Su resentimiento lo hizo tirar con rabia los libros de aquel estante. Su odio lo hizo guardarse las lágrimas que iba a derramar por aquel que se fue y lo dejo. Cansado de su propio odio, cayó sobre sus rodillas, con los puños cerrados y la cabeza agachada: su derrota. Entonces escuchó algunos pasos, se levantó como pudo y miró hacia donde venía el alboroto. Era Ryeowook quien caminaba entre los estudiantes, luciendo su elegante uniforme de Elite. Sus pasos eran largos, llenos de etiqueta, algo había cambiado en su persona. Llevaba, incluso, otro estilo de cabello y ahora proyectaba una especie de aura algo adictiva. El corazón de Yesung se detuvo cuando la mirada del otro se posó en él. Nada quedaba de los tímidos ojos de aquel a quien amó, ahora era una especie de hielo que brotaba de su mirada.

-Tú, tenemos que hablar.- ordenó prepotente Wook- Camina…- dijo sarcástico al ver que Yesung no salía de su aturdimiento. No pensaba moverse, pero ni bien el otro dio la orden, su cuerpo respondió solo y lo siguió. Una vez solos, Ryeowook le extendió un papel- Tienes que firmar esto.- El cachetón lo miró enojado.- Es una constancia de que yo jamás estudié aquí. Tendré una mancha enorme en mi expediente si los supervisores del Élite se enteran de que me mezcle con gente… como tú.- explicó manteniendo el papel en el aire.
-¿Quieres que mienta por ti? ¿Por qué le haría un favor a alguien tan despreciable?- desafió Yesung a lo que Ryeowook se abalanzó sobre él y lo levantó del cuello con una inexplicable fuerza. El cachetón se sorprendió demasiado al descubrir ese lado, a penas y podía pensar. Lentamente Ryeowook se acercó y rozó sus labios con los del otro para luego alejarse rápidamente de este.
-Porque tú me amas… firma ahora.- lo soltó y extendió el papel a lo que Yesung se cruzó de brazos. Intentó negarse pero una fuerza extraña como invisible empezó a mover su brazo. Algo lo controlaba, algo controlaba sus acciones. Miró asustado como su mano firmaba aquel papel, entonces lo vió: Zhou Mi estaba apoyado en una de las paredes de aquel pasillo, con los brazos cruzados y una sonrisa irónica. Mirando su derrota, controlando sus acciones. En aquel momento, Yesung comprendió que algo iba muy mal, Wook, su Wook se había convertido en algo o alguien muy diferente. Algo demasiado peligroso.

Sus labios se fruncieron al sentir que su frío cuerpo se llenaba de aquel calor inexplicable que emanaba el cuerpo de su acompañante. Era un pecado. No obstante había decidido dejarse llevar por la perdición. Gracias a algunos estudios en yerbas silvestres había conseguido elaborar un tónico que evitaría que su acompañante razone y que se entregue al placer. Estaba mal. Pero no había marcha atrás. Gimió un poco al sentir las afiladas garras del otro en su piel, lastimándola, rompiéndola. Corría muchos riesgos. Nada importaba ya. Estaba loco de amor. El otro estaba con la cabeza hecha un lio, podía leer sus pensamientos ahora, por alguna razón ese tónico volvía al licántropo en humano. Bajaba sus defensas, ponía a Kibum en un estado más bajo que un humano. Estaba sedado. Mas, solo así aceptaría sus sentimientos. Donghae mordió desquiciado el cuello del licántropo, no clavó sus colmillos, solo saboreó aquella piel que hervía de pasión. “Me amas. Acéptalo” susurró Donghae al sentir las caricias del otro introducirse debajo de su ropa. Silencio. Solo recibió eso por parte de su amado cachorro. ¿Por qué? Estaba enojado de no poder controlar su cuerpo. Estaba frustrado y quizás con miedo. Sus semejantes tenían una habilidad en común: podían escuchar sus pensamientos, podían saber sus sentimientos. Al estar sedado, no podía negarse ni irse. Al estar extasiado con aquel tónico no lograba ordenar sus ideas, simplemente dejar que su cuerpo sienta el cuerpo del vampiro. De su vampiro. Donghae mordió sus labios con locura cuando sintió que el lobo se introducía en su interior. “Duele…” susurró resignado a no recibir respuesta sin embargo, se equivoco. “Lo siento…” se disculpó Kibum para luego bajar su ritmo. Silenciosamente, lo amaba. No necesitaba leer su mente para saber eso. Si tan solo uno de los dos pudiera dejar de ser lo que era para convertirse en un simple humano. “Donghae…” susurró Kibum mientras se volteaba en la cama. De repente sintió, entre sueños, una mirada penetrante. Abrió los ojos asustado al sentirla. Pero más que eso, le preocupó aquel sueño que había estado teniendo.

-Cachorro pervertido…- rio Donghae saliendo de las sombras.- ¿Tienes ese tipo de sueños todas las noche? De saber que bajas la guardia cuando te excitas hace mucho que hubiera hecho esto…- caminó insinuando, sin hacer ruido hasta donde estaba Kibum se sentó encima de este. Sacó de su bolsillo un pequeño frasco y lo abrió lentamente- Ese tónico…- susurró cerca a su oído mientras acercaba a sus labios aquel frasco para tomarlo y luego besar al menor para hacerle probar de las yerbas.- Existe…- susurró tras compartir aquel beso. No estaban solos, Kyu dormía en la cama de al lado pero al bufón parecía no importarle nada.- Kibum…- Donghae deslizó su mano por la entrepierna del nombrado mientras buscaba sus labios para un segundo beso- No lastimarás mi cuerpo con este tónico…- susurró sobre los labios del otro.
-No puedo.- respondió finalmente, cayendo ante el efecto de aquel concentrado de yerbas.
-Pero lo deseas…- Donghae volvió a besarlo y esta vez ambos quedaron bajo las sábana. Las escaza ropas del vampiro fueron, prácticamente destruidas por el lobo asimismo pasó con las pijamas de este ultimo. Una noche en la que ambos tenían el pretexto perfecto para dar rienda suelta a sus emociones: un tónico de desinhibía a cualquiera.

-¿Qué sucede?- preguntó Heechul desde un extremo de la habitación en la que llevaba días encerrado. Siwon lo miró con una sonrisa enorme. Aquellos días habían sido, quizás, los más felices de su vida. Se pasaban horas de horas sintiendo al otro, acariciándose y besándose. La noche anterior había sido una noche hermosa en la que ambos se amaron con locura y aún quedaban rezagos de aquello. Siwon podía sentir en las marcas de su espalda toda la pasión de Heechul, así como este podía sentir en su cuerpo adolorido el amor del vampiro. Envuelto en una sábana blanca, caminó a paso lento, con el cabello revuelto y los ojos brillantes. Era cierto, lo amaba, no había duda, pero ambos sabían que esos días serían los únicos en los que estarían juntos.- Habla…- ordenó el pelirrojo una vez que tuvo en frente al menor.
-Adelantaron su venida.- sonrió Siwon- Mi padre llegará la próxima semana.- informó a lo que Heechul retrocedió con pánico. ¿La hora de la despedida estaba llegando? ¿Era tiempo de volver a lo de antes, a fingir odiarlo y buscar destruirlo.- Hee…- Siwon se le acercó y besó la piel desnuda que quedaba fuera del alcance de las sábanas- En un semana llegará mi padre pero… los inspectores llegan mañana, si tú lo deseas yo podría…
-Podrían decir que soy uno de ustedes, silenciarías a Donghae y Hangeng ¿Verdad?- preguntó Heechul perdiendo la mirada- No puedo traicionar a mi difunta madre. Una parte de mí te odia ¿Recuerdas?
-Lo sé… tú serás quien me mate pero…- Heechul silenció los labios del menor con un cálido beso.
-Mañana pensaremos en qué hacer, ahora solo ámame…- ordenó dejando caer la sábana blanca que cubría su delgado cuerpo.

A la mañana siguiente los inspectores llegaron al Élite, totalmente vestidos de blanco. Eran vampiros superiores, élite de élite. Caminaban en medio del asombro de todos los estudiantes. Recorriendo con su mirada analítica cada alumno de aquella escuela, entre ellos había un ser de belleza sobrenatural. Era el hijo de la segunda familia con más poder luego de los Choi, miraba desafiante a todos, buscaba algún defecto para declararle la guerra a dicha familia y convertirse en el próximo heredero. De repente, sus azules ojos se posaron sobre un ser poco común entre los presentes. “Recién convertido” susurró al mirar detenidamente a Ryeowook, quien bajó la mirada y tomó de la mano a Zhou Mi. Siguió caminando hasta que, en uno de los largos corredores de aquel lugar, se encontró cara a cara con el líder de la academia. “Choi Siwon, primo mío…” fingió hipocresía mientras corría a abrazar al otro. En su camino sintió muchas miradas, pero entre todas, descubrió una de enojo, quizás celos. Se detuvo antes de abrazar a su primo y miró fijamente a quien lo miraba entre la multitud. Cabellos rojos, piel pálida y ojos fieros. No sabía quién era o tal vez sí. “No puedo creerlo… la profecía es cierta.” Rió cínico para luego devolverle la mirada de odio al recién convertido. Hangeng jaló del brazo al pelirrojo, incluso si era fuerte, pelear con uno de ellos era un suicidio. “Primo mío…” siguió caminando hasta quedar frente a Siwon, lo miró durante unos segundos y luego se acercó para besar sus labios. “Te he venido a visitar, espero no te incomode esta inspección rutinaria…” hizo gestos y ademanes muy forzados, típicos de un élite bien educado. “Ag… hipócrita.” Susurró Donghae a lo que Heechul lo escuchó y volteó a mirarlo con una sonrisa burlona. “Primo, no me incomoda tu presencia. ¿Dormirás en el cuarto de siempre?” cuestionó Siwon mientras hacía señas para que todos salgan del corredor y dejen a los principales alumnos en aquel lugar. “No…” el inspector volteó a ver al pelirrojo y tomando de la mano a Siwon le susurró cerca al oído. “Dormiré en tú habitación. Hace mucho que no lo hacemos.” Sonrió cínico a lo que Siwon sonrió prudente. A Heechul le hervía la sangre pero nada podía hacer, no era momento. “Primo mío. ¿Quién es esta belleza?” preguntó acercándose presumido a Heechul. “¿Un amante?” sonrió al ver la mirada desafiante del pelirrojo. Lentamente Heechul empezó a sentir que algo lo asfixiaba, como si lo estuvieran estrangulando. “Aprende a mirar a tus superiores…” susurró el primo de Siwon. “Más dolor” gritó con una risa insana a lo Heechul sintió más presión en su cuello y menos oxigeno en sus pulmones. “Suéltalo…” ordenó Siwon alzando su voz. “Suéltalo si no quieres una masacre de inspectores…” amenazó mostrando sus colmillos a la vez que sujetaba el cuello de su primo con sus manos. “Sabes que si te destruyo no habrá castigo para mí… diré que fuiste insolente…” continuó amenazando hasta que el vampiro visitante soltó al pelirrojo. “Vamos a tu cuarto, tengo hambre primito…” miró desafiante por última vez a Heechul, quien yacía en el suelo. Siwon lo siguió en silencio, no sin antes ordenarles a Donghae y Hangeng que se encarguen de Heechul.

Una vez dentro de la habitación de Siwon el primo de este se quedó en silencio y su sonrisa se borró por completo. El líder de los Élite se lo quedó mirando preocupado. ¿Habría sentido el olor de Heechul? ¿Cuál era el motivo de tal inspección? Aquel familiar era incapaz de leer mentes no obstante tenía un olfato muy desarrollado y así mismo podría controlar mentalmente el dolor en los demás. “¿Lo amas?” preguntó sin más a lo que Siwon le miró aterrado. “No le diré a tu padre, solo responde…” agregó. El menor asintió con la cabeza a lo que el otro le tiró una cachetada. “Tus pecados te los hará pagar tu padre…” sentenció mientras caminaba alrededor de la alcoba. “Me siento asqueado de este putrefacto olor a vampiro hibrido… dormiré en la habitación de Leeteuk.” Caminó hasta la puerta y se marchó rápidamente.

Hangeng estaba mirando atreves de la ventana mientras Donghae miraba atento a Heechul. No acababa de creer que haya cambiado de opinión respecto a matar a su amo. “Lo mataré tarde o temprano” susurró Heechul al sentir que el otro hurgaba en sus pensamientos. “Insolente…” renegó Hangeng mientras fijaba su mirada en el jardín que limitaba con Girasoles. Podía divisar desde aquel lugar a Henry, caminando de un lado a otro como pensando en volver o no. “¿En qué piensa?” le preguntó a Donghae a lo que este se echó a reír travieso. “Quieres acostarse contigo…” contestó a lo que Hangeng lo miró con reproche. “Está bien… quiere verte, siente angustia, se irá lejos…” susurró. El chino se mantuvo estático mirando por la ventana. “¿No lo detendrás?” el bufón se puso serio. Hangeng no contestó absolutamente nada. Heechul pudo ver y sentir que él y Siwon no eran los únicos con un secreto por ocultar.

-Lamento ser yo quien viene a pedirte que no cruces y que vuelvas a tu academia…- apareció Donghae detrás de Henry justo cuando estaba por saltar la reja que separaba a los dos internados.
-Necesito hablar con él…- Henry intentó seguir pero Donghae le tomó del brazo y le negó con la cabeza- ¿Por qué?
-Hangeng tiene un pasado muy doloroso, pocos sabemos de aquello por no decir que tu y yo, la diferencia radica en que a ti te contó parte y que yo lo leí de sus sueños… por tu bien y el de él, déjalo en paz…- le miró fríamente para luego sacar de su bolsillo un botón- A Kibum se le debe haber perdido este botón… devuélveselo, no vaya a sentir frío de noche.- rió coqueto. El menor le sonrió de nuevo y poco convencido se fue por donde volvió.

Sungmin abrazó sus piernas mientras miraba detenidamente la habitación de Kyu, estaba desobedeciendo a Siwon ya que era día de inspección pero nadie notaría su ausencia. Deseaba cuidar a aquel chico. Cuidarlo de Hyuk, su hermano. De repente vio entrar a Kyu, se escondió entre las ramas del árbol que quedaba frente a la gran ventana de la habitación y observó detenidamente como aquel ser se sentaba a estudiar, nunca había visto a un humano vivir. Era fascinante verlo tan lleno de vida. Sonrió de lado cuando vio que los ojos del estudioso se quedaban fijos en un punto perdido en la pared. Estaba distraído pensando en algo o quizás en alguien. Deseo ser el objeto de distracción. Entonces sintió algo en aquel ser que lo aterró. Una especie de sentimiento que jamás pensó sentir en el menor. Sus ojos se llenaron de lágrimas y ansió haberse equivocado.

Te odio, me lastimas. Te odio tanto que mi cuerpo tiembla de dolor al pronunciar tu nombre en las noches fría sin ti. Pareces una pared de hielo que al acercarme corta mi piel, la hace sangrar y me causa un dolor tan profundo que deseo dejarme morir. Eso me haces sentir tú cuando estas lejos. Cuando sé que estás en brazos de otro. Cuando pienso en aquello que tuvimos y perdimos. Te odio Ryeowook. Odio tanto el seguir amándote, el seguir ciego pensando, esperanzando que volverás. Esto empieza a no tener sentido, todo da vueltas ¿Empiezo a morir? Levanto mi rostro: estoy solo en mi habitación, frente a un enorme espejo. Hay lágrimas en mis ojos, pero no salen, no brotan cual flores primaverales ¿Por qué? Simple: tengo orgullo. Me desespero y golpeo el espejo, se rompe, se troza, como mi corazón con tu frialdad. Como mi corazón con tu desinterés. Ni siquiera te despediste, solo te alejaste de mí, te fuiste para no volver y eso jamás te lo perdonaré.

Continuará…

2 comentarios:

  1. OMG ODIE a Wook pero TANTO!!

    aish ese primo mugroso ¬¬

    siwon puede *O* yos e que siii


    aish el hanry *llora como simepre*

    jejej kihae travieeesoss


    y no entendí que le paso a sungmin xDDD

    lindo capo =)

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  2. OOOO que alegría que actualizaras, pobre yesung, ojala apareciera alguien que curara sus heridas he hiciera sentir celos a wook sip.

    O te a quedado muy bien porfavor continua pronto con monster.

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Ella quiere saber

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