Autor: Kainet
Titulo: Whispers
Capitulo: Capitulo final
Fandom: Super Junior
Parejas: Sichul / Hanchul
Clasificación: Angst / Au
Titulo: Whispers
Capitulo: Capitulo final
Fandom: Super Junior
Parejas: Sichul / Hanchul
Clasificación: Angst / Au
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
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.Quinta Parte.
“No indefensa, noche mía, noche tuya.
Cuanto más niegas, menos creo en tus palabras.
Ser solo amigos, no es lo que quiero, no es lo que esperas.
Noche indefensa en la que tú y yo fingimos no conocernos.”
Cuanto más niegas, menos creo en tus palabras.
Ser solo amigos, no es lo que quiero, no es lo que esperas.
Noche indefensa en la que tú y yo fingimos no conocernos.”
Duele. Duele el corazón, tanto que es difícil respirar; tanto, que el cielo frío y nocturno parece no conocer tanta oscuridad como la que habita dentro de mí; tanto, que el vacío es más vacío que el habitual; tanto, que podría jurar que siento la piel desgarrarse, deformarse, amoratarse y morir. Tanto que las lágrimas se escapan sin preguntarle a la razón, aturden, nublan, quiebran al ser dejándolo en su forma más pura: su color a debilidad tiñe todo y se adueña de la situación, miedo, sí, el miedo carcome cada centímetro de mi fuerza y siento que mi pasado se me escurre entre los dedos justo cuando estoy a punto de conseguir tocarlo y reconocerlo. Que desesperación, que forma más horrible de entender que quizás aún no es tiempo y me lleno de preguntas ¿Cuándo será el tiempo? ¿Cuándo podré saber quién soy en realidad? O acaso nunca llegará ese tiempo. ¿Sufrí? Quiero saber si existieron lágrimas en mi pasado, quiero saber si hubo amor, quiero saberlo, necesito saberlo para no sentirme tan vacío, para estar seguro de lo que siento por quien me hace sonreír ahora. Mi cabeza da vueltas, rápido luego lento, luego rápido y de nuevo lento. Me mareo, trato de caminar, no puedo: los flashbacks van y vienen cual ráfagas de luz, siento nauseas. ¿Qué sucede? A lo lejos suenan las campanas de una iglesia. ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? ¿Por qué me duele tanto el pecho? Me agito, la respiración se hace aún más difícil: me estoy asfixiando. Siento que mis manos se enfrían, solitarias, están solitarias, necesitan recordar alguna caricia pasada, alguna textura, algo que me demuestre que viví, ¿Por qué siento esto? ¿Qué día es hoy? Le prometí llegar temprano a Siwon, creo que no lo lograré. Doy unos cuantos pasos más pero mi cuerpo se siente muy pesado, he caído sobre mis rodillas: estoy desvaneciéndome. Entonces un calor, una tibieza extrañamente conocida se apodera de mi cuerpo, siento que me alzan en brazos. Qué cómodo se siente, que tranquilidad. La paz se apodera de mi cuerpo, entreabro los ojos antes de quedar inconsciente, quiero ver el rostro de aquel ser que me hace sentir tan bien. “Hannie…” susurro antes de que todo se vuelva oscuro.
Quise llorar en ese preciso instante. Más la bulla de los invitados me aturdió. Casi en la puerta de la fiesta lo vi caer sobre sus rodillas, se veía mal. Corrí a él, debía auxiliarlo. Se desmayó entre mis brazos y con lágrimas en los ojos susurró aquel nombre que no debería recordar. Se siente liviano, está débil. Siwon nos ve y se apresura a darme el alcance, me pregunta muchas veces qué ha sucedido, no sé que responder, ni yo mismo lo entiendo. “Se ha desmayado en la entrada” explica un guardia. Su actual novio, mi cuñado, arrancha de mis brazos su frío cuerpo. Inconsciente se lo lleva a un lugar donde no podré volver a tocarlo, ignora su etiqueta, su mundo, su padre. En brazos lleva a la persona que ama. Siwon, te envidio. Tú eres capaz de hacer lo que yo no pude. Espero que ambos sean felices. Los observo desaparecer en la fiesta, mi esposa agarra de mi mano y besa mi mejilla. Me agradece por ayudar al amigo de su hermano. No lo hice por ser amigo de Siwon, lo hice porque amo a Heechul. Pero creo que eso jamás podré confesárselo a la esposa enamorada que ahora coge mi mano. La observo, es hermosa; no tanto como él. Sus cabellos han crecido, sus ojos brillan, que hermoso maquillaje, que labios tan rojos. Me acercó a su oído derecho y susurro “Que hermosa estás hoy…” ella se sonroja y sonríe, me agradece, ¿Por qué? Solo digo la verdad, solo digo las palabras que me gustaría decirle a ese ser que ahora descansa en la cama de mi traicionero mejor amigo. Mis labios se juntan con los de ella, un beso, una mentira.
“Hannie” susurra entre sueños, pronto me dejará. Duele que sus labios pronuncien su nombre, duele saber que esos labios ya no serán míos. Duele tanto que las lágrimas se hacen dueñas de mi razón y pierdo la calma. Heechul, duele saber que me odiarás toda tu vida. Me odiarás tanto que jamás podrás perdonar mi asquerosa y rastrera traición; mi mentira llena de veneno. Soy una mala persona, todos los que están fuera se llenan la boca diciendo que soy perfecto: no conocen el ser egoísta, loco e hipócrita que en realidad soy. Tú jamás me amarías si no hubieras perdido la memoria. Si yo no hubiera utilizado mi poder en el hospital para ser tu médico de cabecera, jamás pasarías por el dolor de tener que volver a ver a ese hombre que tanto daño te hizo. Y sí, yo, dentro de todo mi cariño hacia él, he empezado a odiarlo por dañarte, por generar angustia en tu corazón y hacer brotar innumerables lágrimas sin pasado de tus ojos. Te observo, sudas frío y tiemblas mientras te pierdes en algún sueño raro. Quiero traerte de vuelta, besar tu frente y decir que todo estará bien, no obstante, cuanto más tiempo pasa, más siento que se complican las cosas: más próximo a perderte me encuentro. Tengo miedo, no quiero perderte mas es inminente ¿Verdad? Acarició tu cabello, luego tu rostro, qué frío estas. Llevo mis manos hacia tu mano derecha y la sujeto, no quiero que te sientas solo. Pero, asumo, que tu corazón desea, en lo profundo, que otras manos te toquen. No lo sabes, pero es lo que quieres. Quieres a Hangeng, aquí a tu lado. Celos, que celos siento, me ciegan y tengo ganas de matarlo. ¿Matarlo? ¿Acabo de pensar en matar a mi mejor amigo? No, algo no va bien ¿Qué me sucede? Heechul, por ti, empiezo a creer que estoy perdiendo la razón. Sonrío, jamás podría matar a alguien, vivo intentando salvar vidas ¿Cómo desear apagar una? Es imposible, es irracional. Me siento mal, no soy bueno para ti, no deberías quererme, no deberías. Yo no soy bueno para nadie, yo solo le hago daño a él y a ti, yo soy quien complica las cosas. Yo lo pongo a él en un dilema, lo sé. Yo obstruyo tu recuperación. Quizás debería alejarme y decirte que solo deseo ser tu amigo. ¿Soportarías eso? ¿Me odiarías más a cuando te enteres de mi mentira, mi traición? “Siwon…” de repente susurras entre sueños, mis ojos se llenan de lágrimas, no. No, yo no merezco ser nombrado por tus inquietos labios, no lo merezco. Animal rastrero sin alma ni convicción, eso soy. No Heechul, no te enamores de mí, yo no valgo la pena. Te amo tanto, que sería capaz de dejarte ir, incluso si eso representa el rompimiento del matrimonio de mi hermana y el de mi corazón. Te dejaría ir y verte, a lo lejos, sonreír con ese cobarde que tanto daño te hace ahora. ¿Te merece? No lo creo, no es mejor que yo o quizás sí, no lo sé. Solo sé que él te haría mejor que yo. Solo sé que lo amas más a él.
El viento era cálido, el ambiente parecía salido de un cuento de hadas. Por las ventanas entraba un poco de luz diurna y chocaban con la pequeña mesa de la cocina en la cual reposaban diversos platillos de comida china. El sonido del arroz al freírse hizo que el pelirrojo abriera los ojos pesadamente, hasta su habitación se filtraba el olor a su plato favorito mientras que a lo lejos escuchaba la voz de su novio: cantaba. “Lo mataré por despertarme…” renegó un poco para luego dibujar una enorme sonrisa en sus labios; era feliz. “Hannie, mi amor…” canturreó mientras se apoderaba de su menor, rodeando posesivamente con sus brazos aquella cintura de bailarín de ballet chino. “Wo ai ni… tian Kong… hangeng” susurró en su oído para luego escuchar las carcajadas del menor. “Es lo único que aprendí, tengo un profesor inepto…” renegó ante la burla del chino. Se hizo el enfadado y se apartó de la caricia. Hangeng lo siguió con una sonrisa tierna en los labios y buscó otro abrazo. “No necesitas aprender mi idioma… yo hablo el tuyo.” Dijo sobre los labios del mayor. Luego un beso los unió, un cálido beso lleno de sentimientos y sensaciones inexplicables. ¿Amor? Ambos sintieron miedo de ese sentimiento, de esa palabra. Quizás, era demasiado grande como para aceptarlo. Se apartaron disimuladamente mientras fingían hacer otras cosas. Heechul llevó a la mesa algunos platos y se sentó a esperar a su novio; este le siguió y tras servir el desayuno ambos comieron en silencio, inquietos ante esa repentina pregunta ¿Era amor lo que sentían? ¿Y si lo era? Tenían miedo, que sentimiento tan grande, sentimiento que ambos solo conocían gracias a las películas que de tiempo en tiempo veían en las películas. Claro eso era lo único que conocían del amor. ¿Entonces como saber si lo que sentían era realmente amor? ¿Qué sucedía? De repente, ambos se habían vuelto distantes el uno del otro. Hangeng sonrió nervioso, sabía que no podía enamorarse, tarde o temprano terminaría aquella relación y volvería a China. Ese era su destino. Heechul, dentro de su ego tenía miedo de aceptar que podía amar a alguien, amar más de lo que se amaba a sí mismo. “Deberíamos tomarnos un tiempo…” finalmente habló el pelirrojo con el orgullo a flor de piel. “Es decir, no tenemos nada serio.” Agregó ante la mirada confusa de Hangeng. Se sintió mal, las palabras del mayor dolieron, pero quizás era lo mejor. Enamorarse podría resultar muy complicado. Terminado el desayuno ambos salieron en dirección a su universidad, ambos hicieron un día normal y a la hora de volver a casa, Heechul cambió su ruta diaria y volvió a su casa. Al llegar notó que no había dormido en aquel lugar en semanas. Todo estaba cubierto de polvo y se veía un poco abandonado. “Estoy enamorado…” susurró dejándose caer sobre su gran sofá. Le dolió el orgullo, esas palabras dolieron pero no tanto como si se las hubiera dicho a Hangeng. Y es que era el novio ideal pero habían cosas que lo hacían dudar. El chino siempre estaba en las nubes, nunca entendía bien las indirectas de la princesa. A veces tenía que desacelerar su ritmo para explicarle cómo eran las cosas y en cierta forma eso le hacía pensar al pelirrojo que quizás Hangeng iba lento en sus sentimientos, por ende no estaba enamorado. Lloró, esa noche lloró de miedo pensando en un amor unilateral.
“Siwon” gritó Heechul despertando agitado en medio de la madrugada. El menor se despertó asustado y se apresuró a abrazarlo “Todo está bien, estoy aquí, ha sido una pesadilla” susurró en el oído del pelirrojo mientras intentaba calmarlo. Se veía muy agitado, muy asustado. “Ha sido una pesadilla, mi amor” besó la frente del mayor y se recostó a su lado, rodeándolo con sus fuertes brazos. “Siwon ¿Me amas?” preguntó el pelirrojo con los ojos llenos de lágrimas. Siwon se quedó en silencio unos minutos, como sorprendido de la pregunta ¿Acaso no era obvio? Luego sonrió amable y buscó los ojos del otro. Lo miró directamente y lentamente respondió. “Esa pregunta me ofende, te amo tanto, no debes dudar” una sonrisa apareció en los labios del más bajo y cerró los ojos para esperar un beso. Siwon no preguntó de vuelta, tenía miedo de la respuesta. O quizás sabía, muy en el fondo que esa respuesta no sería 100% real.
Doy vueltas en mi cama, me siento mal, muy mal. Mi esposa me pregunta por qué no puedo dormid, le digo que no lo sé, pero la única respuesta es que estoy muy inquieto pensando en cómo sigue Heechul, lo extraño tanto aún recuerdo cuando nos volvimos a ver luego de nuestra repentina distanciación. Solo pasaron dos días cuando él fue a buscarme a mi casa y yo fui a su departamento. Ambos nos cruzamos y ninguno se encontró, entonces de vuelta a nuestros respectivos hogares, en la estación no es encontramos. “Vengo de tu casa” dijimos al mismo tiempo para luego reír como tontos. “Estoy enamorado, hazte responsable” gritó delante de todos los presentes en el subterráneo. Me sonrojé y luego reí, no me importó, en ese preciso momento no me importó y lo besé delante de todos los presentes. ¿Hacerme responsable? Sabía que no podía, pero yo ya había aceptado que también estaba enamorado, no podía frenar mis sentimientos, no podía. Puse la excusa de un segundo curso en la universidad y convencí a mis padres de dejarme estudiar un curso de comercio en Seúl. Fue así como ambos aceptamos que esa palabra tan grande nos embargaba, nos embriagaba y nos direccionaba a un horizonte peligroso. Donde él desconocía mi futuro y yo estaba seguro de que en algún momento nos íbamos a separar. Después de todo, siempre tuve una prometida. Desde el día de su nacimiento, ella era mi novia. Desde el día de mi nacimiento fui para ella, su juguete humano. Aquel que le entregarían cuando tuviera la suficiente edad como para amar. Nunca me fie en nadie, pero aquel día, aquel día que vi por primera vez a Heechul, una parte de mí supo que nada sería igual y no me equivoqué. No lo hice ya que ahora soy otro. Gracias a él y a su amor, soy otro. Puedo vivir mis días así, en esta mentira. ¿Por qué no alejo a Siwon? Por qué sé que mientras él esté cerca de Heechul, jamás seré recordado. Es un hecho. Es mejor que ellos sigan juntos por que yo, lamentablemente, jamás podría separarme de mi esposa. Me acomodo en la cama, abrazo la cintura de ella y le susurró una mentira. “Te amo” ella sonríe y se acomoda en mi caricia. “Volvamos a China” asiente con la cabeza, en total silencio. Adiós Kim Heechul, ahora sí es definitivo, adiós mi único amor, hoy renuncio a ti, aunque nunca luché. Solo me queda la esperanza de que algún día, no sé si en esta vida, nos encontraremos en una calle al cruzar la avenida y volveremos a enamorarnos; entonces seré un mejor hombre y podré hacer responsable de tu amor y del mío.
Llega la mañana, nos pasamos la noche entera hablando, de su niñez de lo poco que recuerdo, me hace bien, tener a Siwon me hace tanto bien. Lo miro directamente a los ojos, su mirada amable se cala en mi alma. Lo siento real, siento que no necesito saber más, siento que así estoy bien, que quizás recordar no lo es todo. Que quizás el forzarme a recordar hace que me pierda de muchas cosas al lado de este hombre maravilloso. “Siwon…” me mira atento. “Estoy enamorado, hazte responsable” susurro a lo que sus ojos se abren de par en par y luego empieza a llorar ¿Por qué? ¿Lo he conmovido? Le sonrío y luego el me besa apasionadamente, nos besamos hasta que el aire se agota y sobre mis labios me dice “Yo también estoy enamorado, debes hacerte responsable…” nos reímos como locos. Entonces un flashback viene a mi mente. Esto ha pasado, no es la misma respuesta, no es el mismo hombre. No consigo distinguir el rostro en aquel recuerdo ¿Quién es…? Mis ojos se llenan de lágrimas y ante la sorpresa de mi novio empiezo a llorar. Lo he recordado, o al menos eso creo, todo da vuelta y de repente, en medio de mi letargo escucho un grito ensordecedor. Es la madre de Siwon grita desde la planta baja. Siwon y yo salimos a ver qué sucede. Corremos con el corazón en las manos, con miedo de algo terrible. Cómo prediciendo lo que estamos por ver. Caigo sobre mis rodillas al ver semejante escena. La madre de Siwon grita desquiciadamente, su padre trata de contenerla mientras la madre de Hangeng llora desconsoladamente. Enmudezco, qué ha pasado aquí. Siwon me abraza fuertemente. Llora en mi hombro. ¿Por qué sucedió esto? Ahí, en la habitación de los esposo la peor escena que mis ojos han podido presenciar. Un suicidio doble, asumo. Hangeng envuelto en un charco de sangre, sus blancas sábanas cubren parte de su cuerpo, mas puedo ver que en sus muñecas hay cortes ¿Por qué? ¿No era feliz? A unos metros de él, el cuerpo de su bella esposa, tendido en el suelo. Incluso inerte luce hermosa, sus labios blancos y el pequeño frasco entre sus manos me hace creer que tomó algún veneno pero ¿Por qué? No entiendo. Siwon llora y me pide perdón, corre donde Hangeng y le pide perdón, no entiendo nada. Estoy muy aturdido. La pijama de Siwon se ha teñido de sangre y parece haber perdido la calma por completo. Llora abrazado al cuerpo de Hangeng. Verlo ahí me duele, un dolor inexplicable aparece en mi pecho, lloro más. ¿Por qué me duele? En medio de mi confusión vuelve a mi ese flashback “Estoy enamorado hazte responsable” susurró para mí. De repente los susurros se vuelven gritos: ese gran amor, eso que tanto buscaba recordar. Ya lo sé, es Hangeng. Yo lo amaba, yo lo amo. ¿Qué? No entiendo, no me entiendo todos tratan de calmarme, Siwon se acerca lo alejo, me alejo de la habitación de ese suicidio no quiero ver más. Me duele todo, mi gran amor ha muerto y no comprendo por qué estoy muy aturdido como para comprenderlo. No, Siwon, no te acerques, estoy enojado contigo. Muy enojado. “He recordado todo…” le saco en cara a lo que Siwon pide perdón ¿Por qué pide perdón? Estoy mal, me siento mal. Pierdo fuerzas, esto desvaneciéndome de nuevo.
Luego de algunas horas Siwon y su padre se encargaron de los sepelios. Ambas madres estaban demasiado abrumadas como para asistir, ambas con calmantes. Todo había sido muy repentino, ni siquiera el padre de Siwon podía estar en pie, su princesa, su hermosa hija estaba ahora muerta. Siwon aparentaba estar tranquilo, decía que ya había llorado lo suficiente. Buscaba con la mirada a Heechul pero no lo hallaba. Sabía que Donghae lo estaba cuidando, recordar todo sumado al ver a Hangeng muerto habían sido demasiado. Estaba, probablemente con calmantes. Nadie supo, jamás por qué Hangeng se suicidó, quizás solo Siwon podía aproximarse a la verdad. Nadie supo, tampoco, por qué su esposa lo siguió. El padre de Siwon tomó una decisión que quizás cambiaría la vida de su único hijo vivo. “Te irás a New York, olvídate de esa relación que tienes con ese chiquillo” dijo cuando las ceremonias terminaron. “Él me odia ahora, jamás volveremos a estar juntos… te encargo mi futuro, padre” respondió antes de abrazar fuertemente a su padre.
FIN
Quise llorar en ese preciso instante. Más la bulla de los invitados me aturdió. Casi en la puerta de la fiesta lo vi caer sobre sus rodillas, se veía mal. Corrí a él, debía auxiliarlo. Se desmayó entre mis brazos y con lágrimas en los ojos susurró aquel nombre que no debería recordar. Se siente liviano, está débil. Siwon nos ve y se apresura a darme el alcance, me pregunta muchas veces qué ha sucedido, no sé que responder, ni yo mismo lo entiendo. “Se ha desmayado en la entrada” explica un guardia. Su actual novio, mi cuñado, arrancha de mis brazos su frío cuerpo. Inconsciente se lo lleva a un lugar donde no podré volver a tocarlo, ignora su etiqueta, su mundo, su padre. En brazos lleva a la persona que ama. Siwon, te envidio. Tú eres capaz de hacer lo que yo no pude. Espero que ambos sean felices. Los observo desaparecer en la fiesta, mi esposa agarra de mi mano y besa mi mejilla. Me agradece por ayudar al amigo de su hermano. No lo hice por ser amigo de Siwon, lo hice porque amo a Heechul. Pero creo que eso jamás podré confesárselo a la esposa enamorada que ahora coge mi mano. La observo, es hermosa; no tanto como él. Sus cabellos han crecido, sus ojos brillan, que hermoso maquillaje, que labios tan rojos. Me acercó a su oído derecho y susurro “Que hermosa estás hoy…” ella se sonroja y sonríe, me agradece, ¿Por qué? Solo digo la verdad, solo digo las palabras que me gustaría decirle a ese ser que ahora descansa en la cama de mi traicionero mejor amigo. Mis labios se juntan con los de ella, un beso, una mentira.
“Hannie” susurra entre sueños, pronto me dejará. Duele que sus labios pronuncien su nombre, duele saber que esos labios ya no serán míos. Duele tanto que las lágrimas se hacen dueñas de mi razón y pierdo la calma. Heechul, duele saber que me odiarás toda tu vida. Me odiarás tanto que jamás podrás perdonar mi asquerosa y rastrera traición; mi mentira llena de veneno. Soy una mala persona, todos los que están fuera se llenan la boca diciendo que soy perfecto: no conocen el ser egoísta, loco e hipócrita que en realidad soy. Tú jamás me amarías si no hubieras perdido la memoria. Si yo no hubiera utilizado mi poder en el hospital para ser tu médico de cabecera, jamás pasarías por el dolor de tener que volver a ver a ese hombre que tanto daño te hizo. Y sí, yo, dentro de todo mi cariño hacia él, he empezado a odiarlo por dañarte, por generar angustia en tu corazón y hacer brotar innumerables lágrimas sin pasado de tus ojos. Te observo, sudas frío y tiemblas mientras te pierdes en algún sueño raro. Quiero traerte de vuelta, besar tu frente y decir que todo estará bien, no obstante, cuanto más tiempo pasa, más siento que se complican las cosas: más próximo a perderte me encuentro. Tengo miedo, no quiero perderte mas es inminente ¿Verdad? Acarició tu cabello, luego tu rostro, qué frío estas. Llevo mis manos hacia tu mano derecha y la sujeto, no quiero que te sientas solo. Pero, asumo, que tu corazón desea, en lo profundo, que otras manos te toquen. No lo sabes, pero es lo que quieres. Quieres a Hangeng, aquí a tu lado. Celos, que celos siento, me ciegan y tengo ganas de matarlo. ¿Matarlo? ¿Acabo de pensar en matar a mi mejor amigo? No, algo no va bien ¿Qué me sucede? Heechul, por ti, empiezo a creer que estoy perdiendo la razón. Sonrío, jamás podría matar a alguien, vivo intentando salvar vidas ¿Cómo desear apagar una? Es imposible, es irracional. Me siento mal, no soy bueno para ti, no deberías quererme, no deberías. Yo no soy bueno para nadie, yo solo le hago daño a él y a ti, yo soy quien complica las cosas. Yo lo pongo a él en un dilema, lo sé. Yo obstruyo tu recuperación. Quizás debería alejarme y decirte que solo deseo ser tu amigo. ¿Soportarías eso? ¿Me odiarías más a cuando te enteres de mi mentira, mi traición? “Siwon…” de repente susurras entre sueños, mis ojos se llenan de lágrimas, no. No, yo no merezco ser nombrado por tus inquietos labios, no lo merezco. Animal rastrero sin alma ni convicción, eso soy. No Heechul, no te enamores de mí, yo no valgo la pena. Te amo tanto, que sería capaz de dejarte ir, incluso si eso representa el rompimiento del matrimonio de mi hermana y el de mi corazón. Te dejaría ir y verte, a lo lejos, sonreír con ese cobarde que tanto daño te hace ahora. ¿Te merece? No lo creo, no es mejor que yo o quizás sí, no lo sé. Solo sé que él te haría mejor que yo. Solo sé que lo amas más a él.
El viento era cálido, el ambiente parecía salido de un cuento de hadas. Por las ventanas entraba un poco de luz diurna y chocaban con la pequeña mesa de la cocina en la cual reposaban diversos platillos de comida china. El sonido del arroz al freírse hizo que el pelirrojo abriera los ojos pesadamente, hasta su habitación se filtraba el olor a su plato favorito mientras que a lo lejos escuchaba la voz de su novio: cantaba. “Lo mataré por despertarme…” renegó un poco para luego dibujar una enorme sonrisa en sus labios; era feliz. “Hannie, mi amor…” canturreó mientras se apoderaba de su menor, rodeando posesivamente con sus brazos aquella cintura de bailarín de ballet chino. “Wo ai ni… tian Kong… hangeng” susurró en su oído para luego escuchar las carcajadas del menor. “Es lo único que aprendí, tengo un profesor inepto…” renegó ante la burla del chino. Se hizo el enfadado y se apartó de la caricia. Hangeng lo siguió con una sonrisa tierna en los labios y buscó otro abrazo. “No necesitas aprender mi idioma… yo hablo el tuyo.” Dijo sobre los labios del mayor. Luego un beso los unió, un cálido beso lleno de sentimientos y sensaciones inexplicables. ¿Amor? Ambos sintieron miedo de ese sentimiento, de esa palabra. Quizás, era demasiado grande como para aceptarlo. Se apartaron disimuladamente mientras fingían hacer otras cosas. Heechul llevó a la mesa algunos platos y se sentó a esperar a su novio; este le siguió y tras servir el desayuno ambos comieron en silencio, inquietos ante esa repentina pregunta ¿Era amor lo que sentían? ¿Y si lo era? Tenían miedo, que sentimiento tan grande, sentimiento que ambos solo conocían gracias a las películas que de tiempo en tiempo veían en las películas. Claro eso era lo único que conocían del amor. ¿Entonces como saber si lo que sentían era realmente amor? ¿Qué sucedía? De repente, ambos se habían vuelto distantes el uno del otro. Hangeng sonrió nervioso, sabía que no podía enamorarse, tarde o temprano terminaría aquella relación y volvería a China. Ese era su destino. Heechul, dentro de su ego tenía miedo de aceptar que podía amar a alguien, amar más de lo que se amaba a sí mismo. “Deberíamos tomarnos un tiempo…” finalmente habló el pelirrojo con el orgullo a flor de piel. “Es decir, no tenemos nada serio.” Agregó ante la mirada confusa de Hangeng. Se sintió mal, las palabras del mayor dolieron, pero quizás era lo mejor. Enamorarse podría resultar muy complicado. Terminado el desayuno ambos salieron en dirección a su universidad, ambos hicieron un día normal y a la hora de volver a casa, Heechul cambió su ruta diaria y volvió a su casa. Al llegar notó que no había dormido en aquel lugar en semanas. Todo estaba cubierto de polvo y se veía un poco abandonado. “Estoy enamorado…” susurró dejándose caer sobre su gran sofá. Le dolió el orgullo, esas palabras dolieron pero no tanto como si se las hubiera dicho a Hangeng. Y es que era el novio ideal pero habían cosas que lo hacían dudar. El chino siempre estaba en las nubes, nunca entendía bien las indirectas de la princesa. A veces tenía que desacelerar su ritmo para explicarle cómo eran las cosas y en cierta forma eso le hacía pensar al pelirrojo que quizás Hangeng iba lento en sus sentimientos, por ende no estaba enamorado. Lloró, esa noche lloró de miedo pensando en un amor unilateral.
“Siwon” gritó Heechul despertando agitado en medio de la madrugada. El menor se despertó asustado y se apresuró a abrazarlo “Todo está bien, estoy aquí, ha sido una pesadilla” susurró en el oído del pelirrojo mientras intentaba calmarlo. Se veía muy agitado, muy asustado. “Ha sido una pesadilla, mi amor” besó la frente del mayor y se recostó a su lado, rodeándolo con sus fuertes brazos. “Siwon ¿Me amas?” preguntó el pelirrojo con los ojos llenos de lágrimas. Siwon se quedó en silencio unos minutos, como sorprendido de la pregunta ¿Acaso no era obvio? Luego sonrió amable y buscó los ojos del otro. Lo miró directamente y lentamente respondió. “Esa pregunta me ofende, te amo tanto, no debes dudar” una sonrisa apareció en los labios del más bajo y cerró los ojos para esperar un beso. Siwon no preguntó de vuelta, tenía miedo de la respuesta. O quizás sabía, muy en el fondo que esa respuesta no sería 100% real.
Doy vueltas en mi cama, me siento mal, muy mal. Mi esposa me pregunta por qué no puedo dormid, le digo que no lo sé, pero la única respuesta es que estoy muy inquieto pensando en cómo sigue Heechul, lo extraño tanto aún recuerdo cuando nos volvimos a ver luego de nuestra repentina distanciación. Solo pasaron dos días cuando él fue a buscarme a mi casa y yo fui a su departamento. Ambos nos cruzamos y ninguno se encontró, entonces de vuelta a nuestros respectivos hogares, en la estación no es encontramos. “Vengo de tu casa” dijimos al mismo tiempo para luego reír como tontos. “Estoy enamorado, hazte responsable” gritó delante de todos los presentes en el subterráneo. Me sonrojé y luego reí, no me importó, en ese preciso momento no me importó y lo besé delante de todos los presentes. ¿Hacerme responsable? Sabía que no podía, pero yo ya había aceptado que también estaba enamorado, no podía frenar mis sentimientos, no podía. Puse la excusa de un segundo curso en la universidad y convencí a mis padres de dejarme estudiar un curso de comercio en Seúl. Fue así como ambos aceptamos que esa palabra tan grande nos embargaba, nos embriagaba y nos direccionaba a un horizonte peligroso. Donde él desconocía mi futuro y yo estaba seguro de que en algún momento nos íbamos a separar. Después de todo, siempre tuve una prometida. Desde el día de su nacimiento, ella era mi novia. Desde el día de mi nacimiento fui para ella, su juguete humano. Aquel que le entregarían cuando tuviera la suficiente edad como para amar. Nunca me fie en nadie, pero aquel día, aquel día que vi por primera vez a Heechul, una parte de mí supo que nada sería igual y no me equivoqué. No lo hice ya que ahora soy otro. Gracias a él y a su amor, soy otro. Puedo vivir mis días así, en esta mentira. ¿Por qué no alejo a Siwon? Por qué sé que mientras él esté cerca de Heechul, jamás seré recordado. Es un hecho. Es mejor que ellos sigan juntos por que yo, lamentablemente, jamás podría separarme de mi esposa. Me acomodo en la cama, abrazo la cintura de ella y le susurró una mentira. “Te amo” ella sonríe y se acomoda en mi caricia. “Volvamos a China” asiente con la cabeza, en total silencio. Adiós Kim Heechul, ahora sí es definitivo, adiós mi único amor, hoy renuncio a ti, aunque nunca luché. Solo me queda la esperanza de que algún día, no sé si en esta vida, nos encontraremos en una calle al cruzar la avenida y volveremos a enamorarnos; entonces seré un mejor hombre y podré hacer responsable de tu amor y del mío.
Llega la mañana, nos pasamos la noche entera hablando, de su niñez de lo poco que recuerdo, me hace bien, tener a Siwon me hace tanto bien. Lo miro directamente a los ojos, su mirada amable se cala en mi alma. Lo siento real, siento que no necesito saber más, siento que así estoy bien, que quizás recordar no lo es todo. Que quizás el forzarme a recordar hace que me pierda de muchas cosas al lado de este hombre maravilloso. “Siwon…” me mira atento. “Estoy enamorado, hazte responsable” susurro a lo que sus ojos se abren de par en par y luego empieza a llorar ¿Por qué? ¿Lo he conmovido? Le sonrío y luego el me besa apasionadamente, nos besamos hasta que el aire se agota y sobre mis labios me dice “Yo también estoy enamorado, debes hacerte responsable…” nos reímos como locos. Entonces un flashback viene a mi mente. Esto ha pasado, no es la misma respuesta, no es el mismo hombre. No consigo distinguir el rostro en aquel recuerdo ¿Quién es…? Mis ojos se llenan de lágrimas y ante la sorpresa de mi novio empiezo a llorar. Lo he recordado, o al menos eso creo, todo da vuelta y de repente, en medio de mi letargo escucho un grito ensordecedor. Es la madre de Siwon grita desde la planta baja. Siwon y yo salimos a ver qué sucede. Corremos con el corazón en las manos, con miedo de algo terrible. Cómo prediciendo lo que estamos por ver. Caigo sobre mis rodillas al ver semejante escena. La madre de Siwon grita desquiciadamente, su padre trata de contenerla mientras la madre de Hangeng llora desconsoladamente. Enmudezco, qué ha pasado aquí. Siwon me abraza fuertemente. Llora en mi hombro. ¿Por qué sucedió esto? Ahí, en la habitación de los esposo la peor escena que mis ojos han podido presenciar. Un suicidio doble, asumo. Hangeng envuelto en un charco de sangre, sus blancas sábanas cubren parte de su cuerpo, mas puedo ver que en sus muñecas hay cortes ¿Por qué? ¿No era feliz? A unos metros de él, el cuerpo de su bella esposa, tendido en el suelo. Incluso inerte luce hermosa, sus labios blancos y el pequeño frasco entre sus manos me hace creer que tomó algún veneno pero ¿Por qué? No entiendo. Siwon llora y me pide perdón, corre donde Hangeng y le pide perdón, no entiendo nada. Estoy muy aturdido. La pijama de Siwon se ha teñido de sangre y parece haber perdido la calma por completo. Llora abrazado al cuerpo de Hangeng. Verlo ahí me duele, un dolor inexplicable aparece en mi pecho, lloro más. ¿Por qué me duele? En medio de mi confusión vuelve a mi ese flashback “Estoy enamorado hazte responsable” susurró para mí. De repente los susurros se vuelven gritos: ese gran amor, eso que tanto buscaba recordar. Ya lo sé, es Hangeng. Yo lo amaba, yo lo amo. ¿Qué? No entiendo, no me entiendo todos tratan de calmarme, Siwon se acerca lo alejo, me alejo de la habitación de ese suicidio no quiero ver más. Me duele todo, mi gran amor ha muerto y no comprendo por qué estoy muy aturdido como para comprenderlo. No, Siwon, no te acerques, estoy enojado contigo. Muy enojado. “He recordado todo…” le saco en cara a lo que Siwon pide perdón ¿Por qué pide perdón? Estoy mal, me siento mal. Pierdo fuerzas, esto desvaneciéndome de nuevo.
Luego de algunas horas Siwon y su padre se encargaron de los sepelios. Ambas madres estaban demasiado abrumadas como para asistir, ambas con calmantes. Todo había sido muy repentino, ni siquiera el padre de Siwon podía estar en pie, su princesa, su hermosa hija estaba ahora muerta. Siwon aparentaba estar tranquilo, decía que ya había llorado lo suficiente. Buscaba con la mirada a Heechul pero no lo hallaba. Sabía que Donghae lo estaba cuidando, recordar todo sumado al ver a Hangeng muerto habían sido demasiado. Estaba, probablemente con calmantes. Nadie supo, jamás por qué Hangeng se suicidó, quizás solo Siwon podía aproximarse a la verdad. Nadie supo, tampoco, por qué su esposa lo siguió. El padre de Siwon tomó una decisión que quizás cambiaría la vida de su único hijo vivo. “Te irás a New York, olvídate de esa relación que tienes con ese chiquillo” dijo cuando las ceremonias terminaron. “Él me odia ahora, jamás volveremos a estar juntos… te encargo mi futuro, padre” respondió antes de abrazar fuertemente a su padre.
FIN
como pudiste hacerle eso a Heechul T_T me dio pena
ResponderEliminarpobre Hangeng ... y siwon
pero a heechul T_T
me encanto el final, es dramático
kiaaaaaaaaaaaaaa *nada en sus lagrimas*
ResponderEliminarpobre chuli.... T.T
pero hangi!!!! por queeee!!!!
siwi... se fuerte... *le acaricia*
mori... ame el final... esperaba el
fliz* pero este me guisto mas... mas real...
me encanataaaa
me los he leido todos ¬¬ asi q actualiza!! :3
T_____T un final que nunca me espere! estoy O.O pobres ninguno pudo luchar por su amor que tristesa aun asi ame el fic y todas las frases en ellas :D
ResponderEliminarMuchas gracias por leer este fanfic :D !!
ResponderEliminarMe alegra si les gustó el final kkk~
aunque bien dramático ¿No?
buenísimo el FIC pero esta DEMASIADO dramático el final =/
ResponderEliminarbuenísimo el FIC pero esta DEMASIADO dramático el final =/
ResponderEliminarOh mierda si que es un susurro!!! No me lo espere!!! Ah mierda!!! 😢😢😢😢😢😢😢 que es esto!!!
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