11 ago 2010

Fanfic Serial: My english teacher - Cap 1 / Part 2.

Autor: Kainet
Titulo: My english teacher
Capitulo: Capitulo 1 - 2da Parte
Fandom: Super Junior
Parejas: Sichul / Kihae / Hanry
Clasificación: Angst / AU
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.

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DOS


Dos punto uno: El nuevo profesor

Nunca me han importado las personas, asumo que nunca lo harán. Camino algo apresurado ya que voy tarde a la reunión de profesores, siempre lo hacemos antes de empezar un ciclo. Mañana empieza uno nuevo, espero que mi salón sea tranquilo y no me dé dolores de cabeza. En una mano tengo una soda fría y en la otra un paquete de galletas que me envió mi madre de USA. Ese es mi desayuno, no se me da el levantarme temprano, nunca podré es por eso que elegí el horario de tarde en la academia, pensando que solo debía ir en los horarios de cuatro de la tarde, me equivoqué, hay días como hoy en lo que debo ir en la mañana. Termino de tomar la soda y apresuro el paso, ya en el bus podré comer la galleta. Una vez en el paradero me encuentro con mi colega, Henry. Siempre está alegre, siempre es feliz. No me sorprende, recién ha llegado de Canadá, asumo que todo le asombra en este país. Es bastante pequeño, fácilmente se confunde con los alumnos de la academia. Al menos eso me pasó a mí cuando lo conocí, pensé que era un alumno que había llegado tarde y lo reté por esto. Cuando en realidad el solo pasaba a mi salón para dejarme unas separatas. Es sobrino del director, por tal motivo es que a sus dieciséis años es capaz de dictar una clase. Sin mencionar que es el mejor en el idioma dentro de la plana docente. Me agrada, pese a que es bien infantil, es buena compañía a comparación de todos esos viejos de edad acabada que solo hablan de temas ‘serios’. Aburrido.

-Dicen que pondrán nuevos profesores, qué divertido- sonríe amable mientras bajamos del autobús. Asumo que serán más viejos. Mientras caminamos planeamos algunos métodos didácticos para que aprendan rápido los alumnos, analizamos el clima y, para cuando están por acabarse lo temas de conversación, llegamos al centro de labores. Entramos a la reunión, conversamos sobre qué horarios tendremos y sobre otros nuevos métodos de calificación. Henry luce infantil, pero es bastante responsable cuando se trata del trabajo. Lo miro bien, es bastante llamativo entre todos estos viejos, sus ropas lo son aún más. Trae uno enormes audífonos alrededor de su cuello, una casaca de gamuza ploma, debajo un polo a rayas rojo con negro y un polo algo más largo debajo, de color blanco. Pantalones anchos de color negro y zapatillas deportivas. Demuestra su edad en sus ropas. Su cabello es algo largo de color marrón claro. Su piel es pálida y sus labios algo rojos. Varias chiquillas se anotan en su horario, siete de la mañana. ¿Cómo lo conozco? También dicta en el de tarde y el nocturno. Siempre sonríe, contrario a mí. La reunión llega a su final y todos empezamos a ordenar algunos papeles, las listas de alumnos y exámenes diarios. De repente entra el director junto al nuevo profesor, es joven para sorpresa de todos. Henry corre a saludarlo mientras los observo. Se ve bien elegante, tiene traje a la medida y de marca, se me hace conocido como si lo hubiera visto en alguna foto de los de la alta sociedad. Tiene diecinueve años y viste como alguien de veinticinco. Lo saludo en silencio mientras es acosado por Henry. Se ve amable, espero que lo sea.

Aquel profesor de mirada seria: Kim Kibum, nacido en Corea del Sur pero se crió en los estados unidos, volvió para estudiar algo y trabajar. Constantemente se la pasaba en su casa o en su trabajo, era poco sociable, pero buena persona. A sus dieciocho años logró conseguir ese trabajo en la academia, usualmente sus salones estaban llenos de chicas y chicos, no solo se inscribían con él por su fama de profesor estricto, sino por su apariencia: era bastante simpático. Su estilo de ropa era bastante simple, tendía a usar poleras anchas de colores bien sobrios y jeans algo sueltos. A veces iba con gorras y chalinas, pero nunca usaba accesorios muy llamativos. Vivía solo en un departamento a las afueras de Seoul. Para todos resultaba bastante misterioso debido a su carácter lacónico y la contradicción que se generaba con su rostro tierno y enormes mejillas. Estudiante de actuación en una de las más reconocidas universidades de la capital, sin duda alguien con muchas cosas en la cabeza, demasiadas como para detenerse a examinar a otro sr humano.

Mi primer día de clase. Desde ese primer momento, lo odié. Llegó agitado, como si hubiera corrido por llegar temprano, alguien que no planifica su tiempo, pensé mientras le indicaba que se siente en el asiento vacío frente a mi carpeta. Empecé la clase inmediatamente, no lo analicé, simplemente leí su nombre y traté de recordar bien ese rostro para no equivocarme de nombre al llamarlo. Pero como olvidar a semejante payaso, a los diez minutos de clase ya empezaba con sus bromas estúpidas y su bulla. Volteé enojado, lo reté en inglés y seguí con mi clase. Pero creo que no me entendió. De hecho no lo hizo ya que continuó haciendo escándalo.

-Be quiet, this is not highschool.- repetí a lo que me miró confundido.- quédate callado, no estamos en secundaria.
-Ah… ahora si entiendo. – sonrió tontamente. Lo odié, odio a cualquier persona que irrumpe en mi tranquilidad de esa manera.- Ticher… jau ol ar yu?- preguntó en un precario intento de hablar en inglés. Asumo que preguntó mi edad, ciertamente su pronunciación me dio risa, pero no reí.
-Estamos en clase, antes de hacer dialogo, aprendamos como formular una oración.
-Es que se ve de mi edad…- insistió.
-Be quiet. Ok?- lo miré de forma asesina y continué con mi clase. No me interesa entablar amistad con alguien tan soso.

Me mira de forma seria, pero sé que le agrado. Cada vez que puedo le sonrío y el sigue con su clase, como ignorándome. Kibum, my english teacher, me gusta. Desde hoy, a las cuatro y uno que entré en el salón. Me gusta y mucho. ¿Cómo es posible que me guste alguien de mi mimo sexo? No lo sé, solo sé que me siento muy atraído por ese misterio que envuelve su silencio y seriedad. Quiero saber su edad, sus gustos, todo. Quizás me he puesto demasiado hiperactivo ya que me ha gritado varias veces, lo saco de sus casillas, casi puedo asegurar de que me odia, pero me encargaré de que eso cambie. Sí, eso va a cambiar.

Se me queda mirando, con una sonrisa tonta en los labios, entonces lo miró fijamente, lo analizo. Su estilo de vestir es bastante sencillo, muy similar al mío. Tiene ropas muy deportivas y zapatillas. Debe practicar algún deporta, estoy segundo de eso. Sus cabellos están bien largos, sobre sus hombros, de color marrón claro y semi ondeado. Se cree idol o qué. Sus ojos son algo pequeños y sus labios nunca dejan de lado esa sonrisa tonta que hasta que sus ojos brillen. Me sonrojo al observarlo tanto. –You… fish.- dijo señalándolo mientras lo llamo hacia la pizarra- tell us what did you learn today.- me mira asustado, no entiende nada. No digo nada y lo mando a sentar.- abran sus libros, tarea de la pagina cinco a la diez, para mañana. Sean puntuales.- dicho esto empiezo a cerrar mis libros y a alistarme para mi siguiente clase. –Teacher- se acerca.- No entendí nada.- sonríe tontamente. –Si no prestas atención no es mi problema.- dicho esto salgo del salón y camino a la sala de profesores. Ese tipo de alumnos me da dolor de cabeza.

Es bastante serio, y eso me encanta. “Kibum” pienso de camino al hospital, hasta su nombre es bonito, y sus mejillas, que hermosas son, me dan ganas de aplastarlas y luego besarlas. Me pregunto cómo se verá ese hermoso rostro con una sonrisa, apuesto a que debe verse muy encantador.


Dos punto dos: Hospital.

Hospital, los hospitales me deprimen, desde que tengo uso de razón, siempre hemos venido por la enfermedad de papá. Pese a que me ponen triste, tengo que ser enérgico, papá se ve más sano con una sonrisa en los labios. No, no puedo llorar. Si lloro todo se vendrá abajo. Una vez en el piso cinco, respiro hondo y entro muy feliz donde él, mi querido padre. Nosotros dos nos parecemos mucho, nos queremos mucho, confiamos mucho. Lo saludo ameno y le cuento detalle a detalle mi primer día en la academia, sonríe gracioso cuando le cuento sobre mi profesor, reímos y reímos, hasta que su tos lo aturde y debemos llamar a la enfermera para que le aplique un calmante. Se queda dormido y yo me recuesto a su lado para hacerle compañía, ya mañana en la mañana podré estudiar y repasar lo que no entendí hoy. Lo quiero, es la persona más importante en mi vida. Esta noche soñaré con que pronto saldrá de esta depresiva habitación de hospital y que podremos volver a salir como antes.

A la mañana siguiente, descubría algo: los sueños, no se cumplen. Papá empeoró, ya casi no habla y no me reconoce. Me siento muy triste, quise faltar a la clase pero mi madre me motivó a ir, estoy tarde, son cuarenta minutos de retraso, de seguro me retará. Entro en el salón, finjo una sonrisa y trato de no hacer bulla, pero me pesca, me reta y prácticamente me bota del salón. Mantengo mi sonrisa y le pido que por favor me deje entrar, prometo estar callado y no desordenar la clase. Me mira enojado y señala la carpeta frente a la suya. Sigue con su clase, no entiendo nada, no he hecho la tarea, no he tenido tiempo de nada, papá se puso mal en la madrugada y entró a quirófano a las diez de la mañana, entre la espera de los resultados y la angustia, no pude abrir un cuaderno, creo que mamá se equivoco, no debí venir hoy.

Luce distinto, la misma sonrisa tonta, pero siento que está distinto. No sé cómo explicarlo, solo lo sé. Quizás le he prestado demasiada atención, sigo mi clase, estoy enojado por su tardanza, estoy casi seguro de que no ha hecho la tarea. La clase termina y lo llamo para revisar su tarea, no la ha hecho, reniego, odio a los irresponsables. No pido excusas, le devuelvo el libro y empiezo a salir del salón.

-Appa, él está enfermo… tuve que cuidarlo y por eso no he hecho la tarea.- explica con voz seria, algo atípico en él.
-No me expliques tu vida personal, es poco ético. Preséntame la tarea mañana, no pondré puntos en contra.- nunca doy beneficios, pero siento que debo hacerlo, al menos ahora sí.
-Gracias.- dice antes de salir corriendo del salón. ¿Qué enfermedad tendrá s padre? Me intriga, pero solo eso. Continúo mi camino a la sala de profesores donde me encuentro con mis dos amigos, ambos tienen expresiones extrañas en los rostros, pero no planeo averiguarlo. Sigo de largo, guardo mis cosas y me encamino a casa. La parada de bus está solitaria, empieza una suave llovizna, trato de cubrirme mientras espero mi bus, de repente a mi lado aparece alguien: Lee Donghae.- ¿Toma el bus en esa dirección?- pregunta señalando la dirección a mi casa.
-Sí.- respondo secamente, no me interesa saber si vive cerca de mí.
-Yo también, por ese lugar queda el hospital. Kibum…- susurra mi nombre con cierto miedo- ¿Puedo decirte Kibum, no? Como soy mayor, bueno te llevo un año, me siento raro diciéndote profesor.
-¿Eres mayor? ¿Cómo sabes eso?- lo miró sorprendido ¿Este irresponsable es mayor? Me aturde, me desconcierta.
-La información de profesores en la web de la academia. – Sonríe.- Kibum…- repite mi nombre y su sonrisa se agranda más.- Sonríe de tiempo en tiempo ¿Si? A veces es reconfortante. Incluso cuanto más dura sea la vida, una sonrisa alivia todo. Debo irme, creo que correré o no llegaré a tiempo… adiós.- chilla alejándose en medio de esa llovizna ploma que cubre la capital. Me he quedado sorprendido, no sé porque, sus palabras dolieron.

Continúa aquí...

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