29 dic 2010

Fanfic Serial: My english teacher - Cap 6

Autor: Kainet
Titulo: My english teacher
Capitulo: Capitulo 6
Fandom: Super Junior
Parejas: Sichul / Kihae / Hanry
Clasificación: Angst / AU

Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.

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OCHO

Ocho punto uno: temperatura.


“Hannie” susurró mientras volvía en sí, gimió estrepitosamente al sentir el último espasmo de placer. Al terminar mordió sus labios con furia al descubrirse solo en su cama, tocando partes intimas, explorándose a sí mismo. “Una vez más…” se dijo enojado mientras limpiaba sus manos. Su deseo por Hangeng empezaba a intensificarse, al punto de llegar a imaginarse teniendo relaciones con él. Se levantó lentamente de su cama para caminar hacia la ducha y enfriar su cuerpo adolescente. Dejó que el agua aturda sus oídos mientras intentaba concentrarse ¿Cómo solucionaría aquel problema que ahora tenía diez días? Finalmente había conseguido la paz en su hogar pero ahora debía preocuparse por mantener todo tan calmado. Gota a gota el agua fue enfriando sus pensamientos, algo debía hacer. Últimamente andaba muy irritado, hasta había llegado a gritarle a dos de sus alumnas por pronunciar mal una oración. Sacudió la cabeza con desesperación para luego salir de la ducha, amarró la toalla a su cintura y caminó despacio hacia su cama, al lado de esta se encontraba su nuevo amigo, aquel violín que había comprado con dinero que consiguió de su madre. Cerró los ojos esbozando una sonrisa y se dedicó a tocar el instrumento. Sintiendo cada nota musical en su piel húmeda, dando, quizás, la presentación más sexy de su vida.

Al día siguiente fui al colegio como de costumbre, me encontré con algunos amigos y le pedí a mi ex novia que se reúna conmigo luego de las clases, antes de ir a la academia. Me miró analítica y preguntó si todo iba bien. La verdad es que no, pero no era ni el lugar ni el momento de hablar. Al salir caminamos juntos hasta la academia y en la puerta le expliqué mi actual problema: mi madre. Se asustó mucho, pero al final prometió ayudarme. Tras una despedida cariñosa veo acercarse a Hannie, su rostro luce algo demacrado, asumo que trabaja mucho por su bebé. Nos mira a ella y a mí y tras saludar rápidamente, entra en el aula. Me alejo de ella y lo sigo. Es hora de empezar la clase, no obstante solo estamos él y yo. Me enoja cuando las personas llegan tarde. Tiro la mochila colegial sobre el pupitre y le doy una rápida mirada a mi único alumno. –Odio a la gente irresponsable.- comento para luego sacar mis libros y empezar a apuntar en la pizarra. Me mira atento y copia todo lo que escribo. Es quizás si falta de interés lo que más me enoja. –Tu amiguito va a salir de Lady Gaga en la clausura…- comento a lo que siento que sonríe algo incómodo. Sigo escribiendo ante su aburrido silencio.- Deberías tocar el violín…- comenta tras un largo silencio. No contesto, sigo escribiendo hasta finalizar la clase. Aún somos él y yo, lo miro de reojo y me siento en la carpeta de al lado.- Dudo que brille tanto como ese chico…- agrego con enojo, me mira confundido. Hangeng ¿Acaso no ves mis celos? - Never mind…- me levanto al sentir que los alumnos llegan, los reto, les grito su irresponsabilidad y tras tirar unas hojas sobre la carpeta doy por concluida la clase. Que apunten si quieren, a ver si entienden algo de la pizarra.

Sale enojado del salón, como he terminado de copiar, lo sigo, al menos que me explique dos o tres conceptos. Es pequeño, más pequeño que yo y quizás por eso más ágil. Trato de detenerlo pero no lo hace sino hasta que estamos frente a una gran casa. Henry es adinerado por lo que veo, no le veo mucha lógica, entonces, a que tenga que trabajar. Existen tantas interrogantes en torno a él. –Espera, por favor.- pido cuando está abriendo la puerta de su casa, no voltea, solo se queda quieto como esperando que diga algo más.- ¿Puedo pasar? ¿Podemos hablar?- se hace a un lado y me deja el camino libre, entramos en esa gran casa, se siente tan fría y solitaria. Es bien oscura, me indica que me siente en un sofá grande, prende unas luces tenues y me mira fríamente, esperando que siga con mis peticiones.- verás, sé que has castigado al salón por ser impuntuales, pero yo llegué temprano, merezco una explicación de la clase, no entendí nada… soy muy torpe en el inglés.- explico sacando mis cuadernos, esperando que pueda ayudarme. Se acerca con una sonrisa repentina y empieza a explicarme toda la clase, con detenimiento y paciencia. ¿Por qué eres tan misterioso Henry? Miro sus labios al pronunciar delicadamente el inglés, que ganas de volver a besar esos labios. -¿Sucede algo? ¿Muy rápido?- pregunta al verme embobado con su boca, niego con la cabeza y vuelvo los ojos al cuaderno. –Te ves alterado, últimamente. ¿Problemas con tu novia?- baja la cabeza, como enojado de nuevo. No lo comprendo.- Sé que de nada sirve, pero puedo tratar de ayudarte… Henry.- agrego a lo que levanta los ojos y se me queda mirando detenidamente.

-Ella se queja…- miento, hace mucho que ella y yo solo somos amigos.- dice que beso mal.- vuelvo a mentir a lo que noto que el muerde sus labios. Que ganas de sentir esos labios de nuevo. Ninguno dice nada y el silencio empieza a desesperarme. Encima ese terrible error que cometí, ese problema del que debo deshacerme como sea. Mi cabeza no da más, quiero besarlo y olvidar todo lo demás. -¿Practicamos?- dice acortando la distancia entre ambos, sé que lo hace por compromiso, pero es lo último que necesito saber. Incluso si es por amabilidad, necesito la calidez de sus labios. Me acerco, casi temblando ante la atracción que siento por él, toma de mis mejillas y me jala suavemente hasta sus rojos labios, los deposita suavemente haciéndome sentir lentamente la gloria más divina. Lento, despacio, dejo que su lengua explore toda mi boca. Lo olvido todo, incluso los dolores físicos que dejó mamá en la última pelea. Siento que sus manos me acarician, voy perdiendo el control, no me importa si sus manos tocan más allá de mi rostro, yo lo he deseado tanto, que solo pienso en sentirlo. Lentamente sus dedos fríos y largos se deslizan bajo mi camisa colegial, que bien se siente perder el control con él. –Yo… lo siento.- dice repentinamente, alejándose de mí como si fuera lo último que deseara besar, herido siento que mis ojos se llenan de lágrimas, me mira asustado. No lo soporto más.- ¿Acaso no soy lo suficientemente bueno?- cuestiono enojado. Me mira aún más asustado.- Cierto, no soy como Heechul ¿Verdad? Maldita sea Hangeng…- tiro las cosas al suelo. Estoy harto de sentir eso.- ¿Qué no ves? ¿Acaso no te importa?- le pregunto, lo aturdo, se ve tan confundido.- vete de mi casa, ahora.- ordeno a lo que, silente como siempre, acata la orden.

Nadie me ama, nadie lo hace porque soy como ella. Sí, eso soy, una completa basura. Estoy tan loco como ella. Persona obsesiva que incluso quiso matar a su propio hijo por los celos enfermizos hacia su marido. Sí, soy como ella y por eso nadie me ama. Por eso Hangeng prefiere a cualquier persona menos a mí. Como se detuvo, quizás le di asco. Y cómo no darle asco y mi cuerpo está sucio, condenado por el peor pecado que pude cometer, el peor error de mi vida. Pero era ella o yo, no había otra opción, uno de los dos, debía morir en esa pelea. Sí, mamá, tu debías morir. Debías por todos los años de miseria que viví a tu lado. Sí mamá, yo te maté y ahora todo mi mundo es una porquería. Nadie me ama, nadie y ahora menos, nadie podrá amarme nunca porque mis manos aún huelen a su sangre. A la sangre de mamá.


Ocho punto dos: Sinceridad.

Pese a que había otros alumnos, Kenny no se contenía y bailaba lo más sensual posible mientras Kibum estaba en la práctica. Casi nadie notaba que en esa mirada fría existía un brillo especial, como si fuera a devorar a aquel colegial. Se movía de un lado a otro imitando a Lady Gaga junto a su inseparable Heechul, pero de pronto un fan de este armó un escándalo junto a Siwon y Kenny se quedó solo en la práctica; no le importó mucho y siguió su rutina sensual para Kibum.

Realmente es alguien especial, mis ojos no se despegan se du cuerpo delgado y de esas piernas tan delicadas y femeninas. Ciertamente, lo que más me gusta de él son sus largas piernas, parecen las de una chica. Su voz femenina me vuelve loco en las noches en las que susurra mi nombre. Creo que ha sido lo mejor el elegirlo a él y el elegir se amigo de Hae. Yo aún no estoy consciente de que me pasa con el Fish, pero algo me pasa y lo último que quiero es lastimarlo. No ahora que está vulnerable y golpeado por lo de su padre. Siento que la suerte me sonrío aquel día y pude estar a su lado en tan delicado momento. Pese a que olvidó por completo mi existencia, me alivió ser quien lo sostenía de los hombros tas cada minuto que pasaba en ese hospital. Debí haber ido antes, debí haber vuelto aquel día en el que conocí a su padre. Que hombre tan especial, tenía los ojos brillantes de Hae, esa luz traviesa, que hoy yace extinta pero que espero que en algún momento vuelva. Aún recuerdo aquellas palabras que me dijo cuando Kibum fue a buscar a una enfermera.- Cuida de mi hijo por favor, él puede hacer muchas cosas pero a veces es algo tímido.- susurró con una sonrisa enorme, nunca en mi vida vi un padre tan orgulloso de su hijo. Por un momento, sentí envidia, pero más que eso, me conmovió. Yo, parco, como siempre, acepté eso. Prometí cuidarlo como su profesor y eso haré. Me encargaré de que acabe el curso y de que logre salir adelante. Mis ojos siguen a mi novio, si mi novio, porque mi novio es Kenny pero casi siempre pienso en Hae. Sigue bailando escandalosamente mientras todos ríen. Le sonrío a lo lejos y hago una venia para luego dirigirme a la sala de profesores. Y de repente, en el camino me llega un mensaje al celular, es de Hae. “Desearía que estuvieras aquí.” Cuatro palabras simples que me hacen salir corriendo de la academia, encargándole a Henry que dicte mi clase, lo había olvidado, hoy es el entierro de su padre. Me apresuro hasta el paradero de bus y tomo el primero que pasa, necesito llegar, él me necesita. El pecho me duele, me aturde, desearía poder dejar de ser tan olvidadizo, desearía poder dejar de estar metido en mí mundo, desearía poder dejar de ser tan egoísta. Llego al monte donde lo van a enterrar, no estoy vestido para la ocasión, pero no me importa, camino despacio mientras espero que mi aliento se calme y busco con los ojos a su familia. Su pequeña familia. Y los encuentro, su hermano y su hermosa esposa al lado de su madre, no obstante no logro verlo ¿Dónde está? Me detengo en seco, lo busco por todos lados, no lo encuentro. –Teacher?- pregunta su voz confundida a mis espaldas. Volteo asustado y me abalanzo a abrazarlo, siento alivio de haber llegado a tiempo. Lentamente siento que corresponde el abrazo y se pone a llorar en mi hombro. -Duele ser fuerte ¿Verdad? Descuida pescadito, yo voy a cuidar de ti. Se lo prometí a tu padre.- susurro en su oído lo que me mira sorprendido, es quizás la primera vez que soy afectivo con él. Pero, algo tengo por seguro, no será la última.

Sus brazos me sujetan fuerte, dice palabras de aliento mientras mi pequeña familia nos mira a lo lejos, se ven sorprendidos, supongo que les sorprende, ver en persona al famoso Kibum. Al maravilloso profesor de inglés de quien siempre les hablo. Todos ellos lo saben, papá me alentó a decirles que yo estoy enamorado de él. La primera en aceptar la idea fue mi adorable cuñada, besó mi mejilla y dijo estar feliz de que finalmente haya encontrado el amor. Luego mi madre, tras llorar un rato besó mi frente y me pidió que nunca olvide lo que soy, sin importar quién me gustaba, siempre debía seguir siendo yo. Creo que a quien más le costó aceptar el hecho de mi homosexualidad fue a mi hermano, no me habló durante una semana, incluso hizo renegar a papá mientras vivía, decía que no podía aceptar la idea. Pero un día antes de la muerte de papá, él me abrazó fuertemente y me pidió disculpas, dijo no ser nadie para juzgarme y que si era feliz de esta manera entonces me apoyaría, no sin antes amenazar de muerte el nombre de Kibum. Dijo que si me hacía llorar lo molería a golpes. Hyung, es bueno que no sepas toda la historia entre Kibum y yo. Es bueno eso. Entre lágrimas dibujo una sonrisa y tomo de la mano a mi profesor, sé que no soy correspondido, no importa; duele, pero puedo soportarlo. Lo jalo hacia mi familia y lo presento. Sonría ampliamente y sus grandes mejillas se hacen rojas ante la primera amenaza de mi hermano; todos reímos de la cara de pánico de Kibum para luego rendir homenaje a mi padre. El entierro ya acabo pero ha sido bueno que de todas formas haya llegado. Tenerlo a mi lado me hace más fuerte. Mi madre lo mira de rato en rato y luego me mira a mí, mi cuñada me jala del bazo y me hace avergonzar con sus frases incómodas “Ahora entiendo porqué te gusta tanto, es muy apuesto.” Ríe traviesa al verme rojo de pies a cabeza, espero que Kibum no haya escuchado.

Aquella familia era así, todos habían aprendido una gran lección de la cabeza de la familia: no importa qué, siempre sonríe. Todos, incluso la cuñada tenían enormes y frescas sonrisas, algo que me sorprendió mucho. La madre del pez me invitó a cenar y yo no pude negarme, ya otro día le repondré a Henry todo el trabajo que le he dejado. De seguro buscará vengarse dejándome sus horarios de la mañana. Llegamos a su casa, no queda muy lejos de la mía, a unas cuantas paradas de bus, su hermano se sienta mi lado con una mirada amable pero en cierta forma amenazante. Su cuñada se disculpa y va a ayudar a su suegra en la cocina no sin antes tratar de llevarse a su esposo que me mira analítico, poniéndome cada vez más nervioso. Hae está cambiándose en su habitación: no hay escapatoria. –Dongie es mi hermanito, si algo le pasa… romperé tus huesos uno a uno.- dice manteniendo esa sonrisa tan típica de la familia Lee. Le sonrío de vuelta y hago una venia en silencio.- No pienso dejar que le hagan daño.- repite como si supiera de los sentimientos del pez. No sé que responder a lo que su esposa sale y me mira tiernamente. –Yeobo… no intimides a Kibum-ssi, discúlpalo es bien sobreprotector con su pequeño hermano.- se sienta a su lado y jala de su brazo. Le sonríe tiernamente a lo que al mayor se le va borrando la mirada asesina y luego besa la mejilla de ella de forma tierna. Bien dicen que las bestias se calman con el arte, puedo decir que su cuñada es el arte que me ha salvado de la bestia de la familia Lee. –Es que no le corresponde…- renegó levantándose de mi lado. ¿De qué habla su hermano? ¿Es que acaso toda su familia sabe de sus sentimientos? Ante mi mirada de confusión su cuñada se me acerca y mientras me ofrece un refresco me explica.- En un primer momento solo su padre sabía de Hae, pero antes de que nos dejara Hae se armó de valor y nos dijo quién es realmente y a quién ama. Es por eso que mi esposo es tan agresivo contigo. Bueno, creo que ninguno de nosotros quiere volver a ver llorando al pequeño. Su sonrisa es tan linda.- dice para luego agarrarme la mejilla como si fuera un niño y sonreírme. Ahora comprendo todo. Me tratan como él novio pese a que saben que no le correspondo. Me aceptan en su familia tal cual lo hizo su padre. Hae, tienes una familia envidiable. Y de repente siento alivio al verlo bajar las escaleras con un polo sin mangas y un short holgado. Asumo que no le gusta vestirse todo engominado. Se sienta frente a mí con esa sonrisa traviesa tan bonita que tiene cuando no sabe qué hacer y me pregunta si se ha demorado. No lo ha hecho, pero al lado de su hermano parecía una eternidad.

Al día siguiente Kenny lucía muy enojado en la clase, Donghae no apareció a la hora algo que preocupó mucho a Kibum. ¿Qué podía haber pasado para que el pez no vaya? La noche anterior la pasaron tan bien recordando a su maravilloso padre. ¿Por qué ahora no había ido a clase? ya no podía extender más los permisos de inasistencia. Kenny repentinamente pidió permiso para ir al baño y se encaminó apresurado al pasillo. Kibum siguió con su clase ya en otro momento alegraría a su novio. En el pasillo Kenny apresuró el paso para alcanzar a Hae. Una vez frente a frente le hizo una venia y le dio las condolencias por su perdida. Hae ni se inmutó, le agradeció y entró en el baño, ya iba de salida de la academia.

-¿Puedo saber por qué no has venido a clase?- preguntó Kenny mientras lavaba sus manos.
-He estado ocupado. Pero ya pedí mi retiro.- agregó mientras acomodaba su cabello en el reflejo del espejo.
-Kibum se va a poner triste.- dijo Kenny cruzándose de brazos.- Sabes que lo tienes confundido, ¿Verdad? ¿Eres consciente de eso?
-No sé de qué diablos hablas…- Hae se enojó demasiado pero mantuvo la calma.
-En fin, toma mi teléfono. Pronto será navidad y quiero que me ayudes con el regalo de Kibum, él odia la navidad y quiero cambiar eso… ¿Ok?
-Ok…- Hae recibió el pale y salió enojado del baño. Realmente le desagradaba aquel chiquillo. Una vez en la puerta de la academia recordó que necesitaba la firma de Kibum para validar su retiro, pero no tenía ganas de volver. Guardó la solicitud, ya en otro momento se lo pediría.

-¿Amor? Uhm… estudiaré hoy… ahhh es que tengo exámenes en el colegio… ahhh. No, no sucede nada es que estoy haciendo ejercicio ahhh.- gimió Kenny mientras hablaba por celular con Kibum.- uhmmm abdominahhh abdominales amor. Te cuelgo.- gimió entre la caricias de aquel compañero suyo de colegio. Fueron a estudiar anatomía pero terminaron haciendo cosas sucias como siempre. Kenny lo veía como el castigo perfecto para Kibum luego de ver a Hae ese día. Kenny se deshizo de todos los pensamientos sobre su novio y se subió sobre aquel compañero de colegio y empezó a moverse frenéticamente para que el placer borre de su corazón ese dolor agudo de estar perdiendo a alguien.- Kibum…- gimió mientras besaba desesperado los labios de quien lo embestía. –Solo te cuestas conmigo porque me llamo como él ¿Verdad?- dijo el otro mientras sonreía pícaramente para ocultar su corazón roto.- Me acuesto contigo porque me encanta…- susurró Kenny mientras seguía moviéndose sobre el miembro del otro.

Estoy enojado, tanto que podría golpearlo y romper ese estúpido papel. ¿Retirarse? Luego de todo lo que me ha costado hacer que no desapruebe por inasistencias, me parece demasiado desconsiderado. Me cruzo de brazos y me niego a firmar el papel. Me mira sorprendido y poco a poco noto que sus ojos van llenándose de enojo. Me grita que soy un egoísta, le respondo que él es un tonto. Jalo de su brazo y lo hago entrar en mi departamento, no pienso tener un escándalo más en el pasillo de mi edificio. Luego la vecina cucufata llama a la policía. –Le prometí a tu padre que te cuidaría.- le dijo tras cerrar la puerta, se mantiene en silencio y mientras analiza todo a su alrededor, como buscando memorizarlo. ¿Tanto te gusto, Fish? Sigo con mis explicaciones del porqué no debe marcharse de clase cuando finalmente voltea y me mira directamente. –Kibum, seguiré en tu horario. Solo que en el turno nocturno.- explica para luego sonreírme travieso.- Si vamos a sincerarnos, no soporto a tu novio y prefiero estar en el otro horario.- lo miro sorprendido, enmudecido ante su sinceridad. Me quedo estático mientras le da vueltas alrededor y mira algunos de mis libros. Realmente parece que está memorizando cada detalle. –Sabes lo que siento, es egoísta tenerme al lado de tu novio. Aunque no lo veas, me duele.- agrega dándome la espalda.

Me acerco lentamente tomo de sus hombros, cierra los ojos ante el contacto y yo sonrío. Mis brazos rodean su cintura y voy aferrándome a su cuerpo, un abrazo. –Mi familia quiere que me aleje de ti, pero no puedo, incluso si vas a romper mi corazón… quiero estar a tú lado.- sus palabras me confunden más y ya no puedo pensar claramente, lo giro hacia mi sin perder el abrazo y le sonrío, se sonroja automáticamente pero no deja de mirarme.-Ves muchos dramas.- bromeo a lo que sonríe tontamente. Acorto un poco la distancia, no sé porque siento este magnetismo que me atrae incontrolablemente hacia él. Y entonces, un beso. Sus labios se sienten bien, siento sus mejillas arder sobre mi piel. Qué bien se siente. -¿Sucede algo?- pregunta acercándose y sacándome de mis pensamientos, si, solo eso ha sido un pensamiento de cómo sería besarlo. ¿Debería? Lamentablemente, pienso demasiado las cosas. Jamás sería tan hormonal. –Pensaba en algo…- evito sus ojos.- Claro yo me sincero y tu no me dices nada.- ríe travieso mordiendo su labio inferior esperando alguna respuesta mía.- pensaba en cómo sería besarte.- le digo directamente como si fuera algo común y corriente, sin importancia alguna, sus mejillas se ponen rojas y mira el piso ni bien clavo mis ojos en él. Está nervioso. Quisiera acercarme y besarlo, pero soy demasiado reprimido para eso, además tengo un novio estudiando en su casa. No sería justo para ninguno de los tres.- Si somos sinceros…- tartamudea.- no hay un día en el que no piense en cómo sería besarte, el problema es que tus labios deben tener sabor a Kenny.- bromea mientras hace un gesto de asco. Río a carcajadas mientras el empieza a caminar alrededor de mi sala, de nuevo memorizando todo. Mi celular suena, le hago una señal y contesto. Mi sangre hierve al escuchar esa voz- ¿Qué quieres?- Hae me mira asustado ante la agresividad de mis palabras.- iré cuando tenga tiempo… ¿Qué? ¿Por qué has venido a Corea…? No iré, estoy ocupado… maldita sea no entiendes… papá.- tras mis palabras Hae se acerca a mí como buscando alguna explicación a mi enojo actual. Cuelgo el teléfono y lo miro serio. Busca pedirme explicaciones pero no se atreve a preguntar. –mi padre ha llegado de USA… quiere que lo vaya a buscar al aeropuerto, pero no iré.- me mira atento.- me hizo daño a mí y a mi madre.- explico a lo que sigue mirándome atento. –sea lo que sea, pasar una noche en el aeropuerto, es feo.- comenta mientras me alcanza mis llaves. –vamos juntos si quieres. Ando ávido de sentir amor paternal.- sonríe gracioso a lo que no puedo negarme, pero estoy seguro de que después de ver a ese hombre, Hae no será el mismo.


Ocho punto tres: Espejo

Lo miro y lo miro. Es la primera vez que pienso que realmente se ve como una chica. Con ese cabello largo y esos gestos delicados. Hyung, ¿Por qué eres así? No lo cuestiono ni lo juzgo, pero el ser así te hace vulnerable frente a los demás. Siempre llamando toda la atención, no siempre hablan bien de ti. ¿No te interesa? ¿No te lastima? Espero que no, no quiero que nadie te lastime. Estas prácticas de baile junto a Kenny me complican un poco la existencia, sin embargo, prometí venir. Kenny también es femenino, pero con él es diferente, es más provocativo, supongo. Quizás por eso me gusta. Y de repente, un idiota me golpea por entrar desesperado en la sala de prácticas, estoy por ir a detenerlo y retarlo cuando veo que Hyung le baila coquetamente y se deja grabar. Me enoja, camino de un lado a otro mientras ese idiota acosa a mi hyung. Camino donde aquel chiquillo cuando descubro que desea tocar a mi hyung y de un solo empujón lo saco de su lado, todos nos miran asustados sobre todo Heechul. -¿Qué te sucede?- pregunta enojado mientras se acerca a recoger al tipo de la cámara. Lo ayuda a levantarse mientras lo miro enojado. –Me empujó al entrar.- respondo estúpidamente para luego tomar de la mano a hyung y sacarlo de la sala de prácticas. Grita mientras, prácticamente, lo arrastro hasta el salón, tiene que explicarme por qué demonios esos pervertidos lo siguen y por qué demonios no se da cuenta de sus sucias intensiones.

Estoy confundido. No comprendo la actitud de Siwon. Se ve bastante enojado, pero no logro descubrir la razón. Entramos en el salón 102 y se sienta en la mesa tras soltarme la mano, me duele, la sujetó demasiado fuerte. Acaricio la parte roja que queda en mi piel y lo miró atento esperando alguna explicación. No dice nada, solo mira la nada. –Siwon, debo volver a la práctica.- le digo ante su desesperante silencio. Camino hacia la puerta cuando finalmente escucho un suspiro de su parte.- Hyung ¿No te molesta ese tipo de gente?- pregunta a lo que volteo a verlo. No lo comprendo muy bien, me acerco de nuevo y me siento frente a él. Lo miro analítico. Su sonrisa se ve algo fingida, como deseando calmarse rápidamente.- Hyung, ese tipo te miraba de manera obscena.- agrega para luego bajar los ojos a la carpeta. Siwon, me gusta que me cuides así, pero duele saber que lo haces por simple amistad. Llevo una de mis manos a su cabello, acaricio solo ese pedazo de él, el único espacio que me permito tocar. –Es parte de mi club de fans, suben mi ego. Al menos así no me siento tan insignificante. Me siento importante.- río egocéntrico a lo que me regala una mirada traviesa. –Hyung, tu eres guapo porque así naciste, no porque los demás lo piensen…- susurra para luego levantarse y hacer una venia- lo lamento, es solo que me gusta proteger a mis amigos.

Los días pasaron y aquellos chicos, fans de Heechul, aumentaron. Siwon parecía fiera en celo cada vez que los veía acercarse al salón y de una sola mirada los mantenía lejos de sus clases. Al mayor parecía no importarle en absoluto, era como si estuviera demasiado acostumbrado a estar rodeado de admiradores que le llevaban hasta los cuadernos. Incluso hubo muchos traslados frustrados de otras aulas que ansiaban entrar en el salón de Mr. Choi, tan solo para tener cerca a ese ser tan especial como Heechul. Aquella mañana Siwon iba acompañado de Kenny, iba a buscar a Heechul a la sala de prácticas cuando se toparon con su hyun y un chico quien parecía tenerlo acorralado contra la pared. Siwon se quedó estático, mientras que Kenny lo observaba travieso. Algo iba cambiando en la actitud de Siwon. –Hee… tu.. tu… es decir, yo…- tartamudeaba aquel chico que acorralaba al chico otaku.- Es que yo sé que no soy tan apuesto como otros chicos, pero yo quiero que tu… que tu aceptes mis sentimientos…- finalizó a lo que Heechul sonrió egocéntrico. Ninguno de los chicos vio venir a Siwon, corriendo como un caballo y empujar al fan enamorado. Solo notaron su presencia cuando el profesor de inglés empezó a moler a golpes al chico. Heechul gritó histérico haciéndolo detenerse.- ¿Qué estas demente? Nos meterás en un lio terrible- chilló empujando al profesor y ayudando al otro.- ¿Estás bien? Jung Mo, lo siento mucho…- Heechul se desesperó por limpiar el labio sangrante de su amigo. Mientras que Siwon intentaba calmarse. –Va en contra de los principios de Dios. Y en contra de la moral de la academia, si quierer hcer cochinadas lárguense a un parque.- dijo enojado Siwon tras limpiar sus ropas. –Eres un maldito hipócrita.- chilló Heechul para luego salir corriendo de la sala de prácticas. Kenny fue detrás de este mientras que el profesor sentía ser la existencia más lamentable.- Mr. Choi, mi nombre es Jung Mo, soy amigo de infancia de Heechul y no hacíamos nada malo, solo practicábamos la forma en la que me voy a declarar con su hermana… la próxima vez, pregunte antes de violentarse.

Continuará…

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