13 feb 2011

Fanfic Serial - MET Cap 10

Autor: Kainet
Titulo: My english teacher
Capitulo: Capitulo 10: Doce
Fandom: Super Junior
Parejas: Sichul / Kihae / Hanry
Clasificación: Angst / AU

Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.

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DOCE


Doce punto uno: Nueva vida.


Fueron interminables aquellos días en la comisaría, pero tenía a su tío a su lado para ayudarlo en todo lo legal. Su padre había llegado en la mañana desde Canadá y tras unos papeleos finalmente podían verse. Corrió alarmado a abrazar a su pequeño, besó su mejilla y le pidió perdón por todos aquellos años de tortura al lado de aquella mujer. Henry lloró en la caricia y pidió perdón también, pese a todo, ella era su madre. Los oficiales encargados determinaron que todo había sido en defensa propia además el testimonio de Mi Nah ayudó mucho a probar los constantes maltratos que recibía el pequeño por parte de su difunta madre. Una vez fuera de la delegación se encaminaron a una nueva casa que su padre había comprado durante los días de la investigación, así como lo retiraron de la academia. Quizás en otro momento volvería a dictar clases, pero de momento, su padre quería pasar momentos con él. La nueva casa era grande, no tanto como la anterior pero había varias habitaciones como para recibir siete invitados más; sus paredes de colores le daban vida y las plantas del jardín eran hermosas. El pequeño se sintió cómodo, no obstante quería ver a alguien y ese alguien era Hangeng. Pero de seguro se había llevado una muy mala impresión desde que se lo llevaron los policías. Sentía vergüenza, caminó hasta donde sería su nueva habitación y se dejó caer en gran cama para descansar un poco. –Hijo.- lo interrumpió su padre desde la puerta de su habitación.- Ya debo irme a Canadá de nuevo, vendré durante el fin de semana ¿Está bien?- se acercó para besar su frente y acariciar sus grandes mejillas.- Mañana vendrá la nueva ama de llaves y un mayordomo ¿Si? Todo va a estar bien, pequeño.- susurró para luego besar de nuevo su frente.- trataré de venir antes, pero sabes que el trabajo no es tan simple.- explicó mientras Henry asentía en silencio con la mirada más triste del mundo. Adoraba a su padre, pero su trabajo en Canadá los mantenía algo alejados.- Cuídate pequeño.- se despidió a lo que el menor se recostó de nuevo en la cama y pretendió dormir.

La observo embriagarse en una de las mesas más alejadas de mi restaurante, tiene la mirada perdida como si buscara olvidar algo. Sigue siendo hermosa, sigue siendo misteriosa. Pero no olvido, que sigue siendo malvada y egoísta. No sé cuándo cambió, solo sé que sus ojos dejaron de mirarme con amor y poco a poco se tornaron ariscos. Durante el poco tiempo que estuvimos juntos ella rechazaba al bebé y a mí me odiaba, pensamos que era depresión post parto. Pero el día que huyó lejos con mi mejor amigo, me destrozó el corazón y dejó en claro que no tenía ninguna depresión. Lloré durante mucho tiempo y cuando finalmente pude olvidarme de ella, juré no volver a enamorarme pero aquí estoy, perdido en Henry. Fueron noches interminables en las que me faltó el aire y lloré en silencio abrazando a mi pequeño. Quise morir pero tenía un motivo para mantenerme en pie. Su mirada vuelve en sí y me mira con una sonrisa pícara en los labios. Me pide otro trago y con temor a un escándalo le sirvo uno. Mis vecinos me preguntan quién es esa hermosa persona, sonrío y me excuso pretendiendo no entender el idioma de este país.

–Disculpe señorita, pero no podemos evitar ver que está viviendo con Hangeng ¿Es su hermana?- cuestionó la anciana de la lavandería de la esquina. La joven mujer sonrió soberbia y tras disfrutar de un sorbo de licor se decidió a hablar.
-Oh no, soy su esposa.- aclaró a lo que la anciana retrocedió confundida.- Soy la madre muerta del bebé… oh… ¿Dije algo inapropiado?- fingió inocencia mientras dejaba que su ironía asuste a la anciana.- Seguro ese chino mentiroso le dijo que estoy muerta, pero eso es porque lo abandoné.
-Señora Lee, discúlpela, ella está algo tomada.- se apresuró Hangeng para salvar su imagen- es una amiga cercana, le gusta bromear con lo de mi esposa… algo cruel, lo sé…- iba hablando el chino mientras guiaba a la mujer de edad a una mesa lejos de aquella horrible mujer.- ¿Desea algo de arroz frito? Invita la casa…- sonrió incómodo.

A la mañana siguiente Henry sintió bulla en su casa desde muy temprano, se acomodó algo perezoso y buscó dormir un poco más no obstante a los minutos tocaron su puerta. – Está abierto.- gritó desganado desde su cama, cubriéndose la cabeza con la almohada. –Disculpe joven, pero ya es hora de ir al colegio.- indicó una mujer de edad mediana y mirada amable. –Su uniforme lo voy a dejar aquí y en quince minutos estará listo el desayuno. Espero que el estilo occidental sea de su agrado.- Henry levantó la mirada levemente encontrándose con la mujer todavía en la puerta, esperando que él haga lo que le habían indicado. –Oh, Ok.- renegó y balbuceó mientras caminaba a la ducha para bañarse. No estaba muy familiarizado con una imagen maternal, definitivamente le iba a costar acostumbrarse pero en cierta medida, lo hacía sentirse bien. Una vez listo caminó a la cocina donde su desayuno lo esperaba y se encontró con una gran sorpresa. –Joven, déjeme presentarle a mi hijo, él lo llevará al colegio nuevo en el que su padre lo ha inscrito, Erai, muéstrale al joven la información del colegio.- ordenó la madre mientras Henry miraba anonadado a su nuevo chofer, era demasiado joven para manejar, pero le habían dicho que lo iba a llevar al colegio. ¿Nuevo? Al parecer su padre se estaba esforzando para crearle una nueva vida. El joven se veía bastante serio pero de alguna manera le sonrió mientras le entregaba los horarios. –A partir de ahora iremos al mismo colegio, espero no le moleste.- comentó a lo que Henry le sonrió.- No, me parece genial. ¿Estaremos en el mismo salón?- el más alto negó con la cabeza a lo que Henry se desilusionó.- Bueno niños, coman, ya casi es la hora y no lograrán tomar el bus si no se apuran.- ordenó la mujer mientras servía el jugo de naranja. Henry comió el desayuno más rico de su vida, se conmovió tanto que quiso llorar pero se contuvo y mostró, luego de muchos días, su sonrisa más brillante. Por primera vez en su vida se sentía como en familia. De camino al colegio se encontró con Mi Nah en el bus quien le dio la sorpresa: ella también se había trasladado de colegio. Henry presento a Erai y los tres se dirigieron al colegio. –Hoy debes elegir a que club unirte.- comentó Erai mientras guiaba a su amigo al salón de clases.- Yo estoy en el de básquet, también hay otros deportes o danza, canto y actuación.- Henry amaba los deportes pero también el baile y el canto. Se detuvo en seco cuando en pleno pasillo se topó con alguien de la academia, alguien que conocía su pasado. –Kenny.- susurró a lo que Erai miró hacia donde miraba su amigo. –Henry… ¿Estudiarás aquí?- cuestionó el coqueto mientras se acercaba cariñoso para abrazarlo.- Aigo, esto es muy genial.- besó su mejilla. –Supe por Kibum pero ya no dictarás clases, una pena, todos esperábamos que toques el violín en la clausura.- comentó mientras dirigía la mirada hacia Erai.- ¿Se conocen?- preguntó curioso. –No te interesa, Henry debemos apresurarnos, tu clase está por empezar.- fue brusco pero ese era su trabajo, cuidar a Henry, además aquel feminoide chiquillo le desagradaba.- Henry, nos vemos en el almuerzo, debemos ponernos al día.- chilló escandaloso Kenny en pleno pasillo.

-No te acerques mucho a ese chico.- aconsejó Erai mientras le señalaba donde entrar.
-¿Eh? Él es un amigo de la academia, no puedo ignorarlo, además me agrada mucho.- respondió Henry mientras se cruzaba de brazos.
-Aquí tiene una muy mala reputación, te harán la vida difícil si te ven con él.
-Créeme, mi vida es difícil a diario, no pienso dejar de hablarle a una de las pocas personas que han sido amables conmigo durante todo esto. No deberías dejarte llevar solo por lo que los demás etiquetan, no lo tomes a mal, solo es un concejo.- sonrió Henry para luego entrar en su salón. Erai se cruzó de brazos mientras lo observaba entrar ¿Tendría razón? ¿Valdría la pena darle una oportunidad a ese chico? Las veces que lo vio estaba enredado con otros chicos o en medio de escándalos. Cuando Kibum dictaba asesorías en el colegio había rumores de que se acostaba con él. Nada bueno había escuchado de aquel tipo. ¿Por qué Henry parecía conocerlo mejor? Sacudió la cabeza al darse cuenta de que estaba perdiendo el tiempo en un tema sin importancia y caminó de vuelta a su salón.

Ni bien salieron de clases Kenny corrió a casa de Heechul donde se llevó la sorpresa de su vida al encontrarse con Siwon en la habitación. ¿No que estaba viaje? Ambos trataron de explicar la situación pero ninguna mentira era capaz de comprar al pícaro chico.

–Ok o me dicen la verdad o empezaré a creer que ustedes dos están haciendo cochinadas día y noche.- chilló escandalizado a lo que Heechul, en el cuerpo de Siwon, se apresuró a callarlo. El menor miró a sus amigos con confusión, algo andaba raro. Siwon se comportaba como Heechul y viceversa, además aquel libro que le habían hecho buscar tan desesperadamente hablaba de magia y ese tipo de cosas.- Oh no ¿Qué tipo de magia negra han estado practicando? Siwon tu eres creyente.- chillo Kenny aterrorizado mientras retrocedía hasta toparse con la pared.
-Kenny escucha…- Heechul se acercó a él, atípicamente sereno.
-No, no te me acerques Siwon. Y tú eres Heechul ¿Cómo hicieron para cambiar de cuerpos?- finalmente grito.- Omoh, estoy volviéndome loco, esto es un sueño, sí, un sueño muy loco.
-Ay cálmate de una maldita vez, que tanto lío. Pasó sin que hiciéramos algo.- chilló caprichoso Siwon mientras tiraba su corto cabello hacia atrás.- solo pasó ahora cálmate y ayúdanos. – ordenó desinteresado en el pánico que estaba desarrollando su pequeño amigo.
-Lo siento.- Siwon, en el cuerpo de Heechul, se disculpó generando todas las muecas que hacía cuando estaba en su cuerpo real.
-Esto es impresionante y divertido.- reaccionó Kenny.- Eso quiere decir que tú- señaló a Hee – tu, siendo Siwon escuchaste lo de mis sospechas y tú te la pasas encerrado aquí… con razón Heechul subió sus notas en inglés y se salió de los ensayos de Lady Heehee y Kennyonce…
-Según el libro solo sucede con almas gemelas, no existe reversión o al menos eso dice.- Heechul ignoró sus palabras y simplemente se dedicó a analizar el libro.- Cito: “El hechizo no tiene fin, sino hasta que los sentimientos se encuentren en el corazón indicado y las ideas erróneas se alineen de forma perfecta. Hasta que el orgullo deje de ser orgullo y el miedo deje de ser miedo.”
-Interesante.- comentó Keny mientras se sentaba en la cama.- Antes de continuar, necesito que llames y le digas a Hangeng que finalmente Henry dio signos de vida. ¿Recuerdas que me dijiste que estaba buscando como loco al pequeño? Sé a dónde se cambió de colegio.- Siwon corrió feminoidemente y miró a su amigo.- es tan raro ver por fuera a Siwon y saber que eres Heechul. Bueno dile que está estudiando en mi secundaria. Se ha mudado a una casa a unas cuanta cuadras y se ve bastante bien…
-¿Estás seguro? Hangeng sonaba muy alarmado cuando dijo que no encontraba ni rastro de Henry.- Heechul prendió el celular y empezó a escribir un mensaje de texto.- se va a poner muy feliz aunque bueno, anda con líos con su ex pero eso lo solucionará, espero. Lo que no entiendo es por qué desapareció Henry.
-Ay cierto tu no estabas cuando se lo llevaron preso, una vergüenza total lo acusaron de matar a su madre…- explicó Kenny mientras Siwon los miraba con reproche desde el cuerpo de Heechul.- Ok, ok lo de ustedes. ¿Han probado besarse?
-Siwon es un pervertido, siempre me besa en la boca.
-¡Hyung!- chilló Siwon avergonzado sintiendo que sus mejillas se sonrojaban de sobre manera al recordar las sospechas de Kenny y las palabras de Jay. Cierto, esa información que no sabía cómo manejar. De algún modo buscaba ignorarla.
-Ay que divertido es verlos reaccionar a algo tan evidente pero en los cuerpos intercambiados, parecen un manga- Kenny estaba fascinado con aquello- ay que envidia como moriría por tener el cuerpo de Kibum, no dejaría de tocarme.- rió pervertido a lo que los otros dos se pusieron demasiado colorados y evitaron mirarse.- bueno, díganme pervertido y mal amigo, pero creo que la solución llega en esta habitación, solo ustedes dos, conversando de todo lo que ha pasado. Siwon, Hee no es culpable de ese día que te grité bla, bla, bla…- hizo ademanes mientras caminaba hacia la puerta.

Corrí desesperadamente hasta aquel colegio, la información de Heechul era muy valiosa no obstante el colegio había cerrado sus puertas desde hace varias horas. Miré triste la gran puerta cerrada, a unas cuantas cuadras estaba su casa nueva pero ¿Cómo buscarlo? ¿Tocar de puerta en puerta? Retrocedí un poco y cabizbajo caminé sin rumbo. Esperando encontrarme con él a la vuelta de alguna esquina. No sucedió, caminé durante horas pero no lo hallé. Decidí volver a casa, no podía dejar a mi bebé con esa mujer. Además ya casi era la hora de cenar y mi restaurante debía abrir sus puertas.

-Me parece extraño que cierre a esta hora. ¿Tocaste su puerta?- preguntó la anciana de la lavandería a lo que el pequeño negó con la cabeza.- Seguro han salido en familia.- sonrió.
-¿La madre de Hangeng ha vuelto de China?- interrogó el menor con los ojos ansiosos, adoraba a esa señora y ella a él.
-Oh no. Me refiero a que la esposa de Hangeng ha vuelto. Mira, ahí está.- señaló la señora a una joven que llegaba con un bebé en brazos. Los ojos de Henry se llenaron de lágrimas de forma instantánea pero no lloró. Se acercó un poco a la puerta de vidrio por donde observaba a la hermosa mujer de facciones chinas y a los minutos observó como llegaba corriendo Hangeng. Una familia completa. Sonrió de vuelta a la anciana y se encaminó a su casa. Con el corazón partido en dos, ansiando morir a volver a tener que ver esa imagen.

Llegué rápido a casa, mi bebé lloraba en sus brazos, ella es su madre pero él la ve como una total desconocida. Lo cargué y lo llevé conmigo mientras ella limpiaba las mesas del restaurante. Hoy luce más triste que de costumbre, sin embargo, no quiero saber el porqué. Quiero comunicarme con Henry pero asumo que aún no es momento, mañana iré a la hora de salida. Lo necesito cerca. Necesito decirle todo antes de que se entere y saque malas conclusiones. Ella se acerca y toma al bebé, debo empezar a cocinar, le pido que lo deje en su cuna y me apresuro a colocarme el mandil y entro en la cocina. -¿Diga? ¿Henry? Uhm un momento.- ella camina hacia mí con mi celular en la mano, la miro mal, sabe que no debe contestar sin mi autorización pero el enojo se me pasa cuando me dice de quien es la llamada, me apresuro a contestar a lo que solo escucho su silencio. -¿Henry? ¿Dónde estás? Yo… te he estado buscando…- me desespero a lo que solo escucho que solloza. –Solo llamo para desearte felicidad con tu esposa.- susurra con la voz quebrada, miro asustado a todos lados como esperando a que esté fuera del restaurante.- Espera… déjame explicarte todo, veámonos en el parque que está detrás de la academia, en media hora.- suplico a lo que responde con un sollozo. –Te estaré esperando, Henry.- agrego antes de sentir que corta la comunicación.


Doce punto dos: Pasado

Cuando mi padre decidió volverse lo que es, yo dejé de ver a mi madre. Ella nos abandonó sin piedad alguna. A los años, cuando escapé de casa, logré encontrarla en Corea del Sur pero ella me echó de su casa. De su nueva vida al lado de otro hombre y una pequeña a quien algunas veces observo a lo lejos. Mi querida y pequeña media hermana, ella no me conoce pero frecuento su colegio tan solo para sentir que ahí va una niña hermosa que podría llamarme oppa. Es tan delicada y fina, se parece mucho a mamá. A veces llamo a su casa y escucho sus palabras en silencio, a veces ella llama a la mía y repetimos el mismo ritual. Asumo que ella no puede tenerme en su vida y yo no puedo exigirle lo contrario. Él, ese hombre que arruinó mi vida es lo único a lo que puedo llamar familia. Aún recuerdo esos años infernales en los que viví en su casa, soportando las burlas de los japoneses y la presencia de ese tipo que fue su pareja. Sí, mi padre tenía una pareja que hizo mis días lamentables. Aún recuerdo aquella traumática experiencia cuando descubrí que sus caricias no eran fraternales. Ese hombre, el hombre con quien vivía mi padre y a quien yo solía llamar hyung, intentó, repetidas veces, violarme. Lo peor de todo es que papá lo sabía, lo sabía y por miedo a perder al hombre de su vida callaba. A costa de mi seguridad, él fue más hombre que padre. ¿Cómo puedo ahora olvidar todo eso y seguir adelante? ¿Cómo? Y cuando finalmente estuve a un día de huir, pasó lo inevitable. Ese hombre drogó a mi padre y aprovechó la noche solitaria para tener mi cuerpo. Nunca olvidaré las heridas con las que salí corriendo por la mañana, tras golpearlo con una botella en la cabeza. Nunca olvidaré la visión de mi padre durmiendo en su cama mientras su novio me hacía suyo en la mía. Nunca perdonaré su negligente actitud, nunca olvidaré aquello. Era pequeño y vivía avergonzado de lo que era. Cuando llegué a Corea del Sur la pasé muy mal, pero todo cambió cuando conocí a Kenny y luego mejoró cuando apareció Donghae. Observo el rostro rojo del pescadito tras escuchar mi historia. Intenta sonreír pero sus ojos están desbordantes de lágrimas. Creo que venir a buscarlo a contarle todo ha sido una mala idea, pero qué más puedo hacer, ya estoy aquí, en su habitación. Toma de mi mano y sonríe de nuevo, luego susurra que lo siente. Bajo la cabeza a lo que siento que se levanta y se acerca para abrazarme. Me aferro a su cintura y en medio de una taquicardia inesperada empiezo a llorar. Lloro como nunca antes lo hice. Lloro por todo lo que viví.

-Esto está mal…- susurro al sentir que empieza a besar mi estomago y a introducir sus manos debajo de mi camisa. No obstante, no puedo detenerlo, lo deseo tanto como él. Sus caricias son suaves y tímidas tal como su personalidad. Acaricio su cabello mientras reprimo mis suspiros. Estamos en mi habitación pero al lado está la de mamá, en el otro mi hermano y mi cuñada. Bajo hasta quedar frente a frente y le regalo mis besos mientras él continúa buscando más de lo que puedo darle.- Kibum, detente, por favor.- susurro al sentir que si continúa no podré resistirme. Se detiene en seco y se aleja asustado. Se vuelve frío y distante. - ¿Estás molesto?- pregunto con miedo a lo que me regala una sonrisa.
-No. Solo estoy confundido… Hae, lamento haber venido. Yo tengo novio.- susurra lastimando mi corazón. Rompiendo en pedazos lo que hace poco regocijaba al sentir sus caricias.- Pero cada vez te me acercas yo solo quiero tenerte cerca, sentirte.- me abraza y besa mi mejilla.- soy una mala persona.
-No, no lo eres. Pero dime, mírame a los ojos y dime ¿Qué sientes por mí? Yo estoy enamorado Kibum. Desde el primer día, solo eres tú. Boté aquella carta de amor solo por ti. No existe nadie más, solo tú.
-Me gustas y mucho. No es solo físico, aunque reconozco que me encantas en ese aspecto, pero a tu lado siento que… - hace una pausa y me mira como impotente.- Creo que me estoy enamorando también. Pero Kenny y yo…
-Tienen una historia, comprendo que lo elijas a él…- me aparto, intentando sonreír, me cuesta. Jala de mi mano, no quiere que me aparte, pero yo si quiero tenerlo lejos para no sentir tanto dolor.- Está bien, comprendo. No tienes que explicarme.
-No, no. Es que tú y yo también tenemos una historia. Mañana hablaré con Kenny…- sonríe tímido con las mejillas rojas, jala de mi mano y me roba un beso. No basta, un beso no basta, vuelvo a darle pequeños besos en la mejilla, disfrutando de cómo se van colorando con la caricia.
-Quédate a dormir conmigo.- le pido a lo que me mira sorprendido.- pero solo dormiremos, no quiero que mi familia escuche cosas incómodas.- jalo de su mano y nos recostamos en mi cama. Quedamos frente a frente mientras entrelazamos nuestras manos. Apaga su celular y besa mi frente.- Buenas noches…- susurro cerca a sus labios sintiendo como abraza mi cintura. Lentamente mis ojos empiezan a cerrarse, su imagen se hace borrosa.- Descansa, Kibum.-

A la mañana siguiente Donghae amaneció totalmente solo en su cama. Cierto. Todo había sido un sueño. Kibum si fue a su casa y si le contó sobre su pasado, no obstante se marchó tras un trunco beso entre ambos. Se marchó sin confesar todo eso que sentía y que Hae veía en sus ojos. Rascó sus cabellos despeinados en signo de confusión, aquel sueño había sido muy real. Gruñó un poco mientras se levantaba para empezar el día. Tras la muerte de su padre quedaron muchas deudas por pagar y las clases de baile ya no tenían cabida en el presupuesto mensual. Consiguió un trabajo en una tienda de discos donde trabajaba casi todo el día, solo con cabida para las clases nocturnas de inglés. Su hermano y su cuñada trabajaban en una empresa, mientras que su madre trabajaba en casa. Estaban bastante equilibrados, de modo que hasta tenían un tiempo para terminar de pagar todo. Serían cuatro largos años en los que Donghae retrasaría su sueño, pero tenía que hacerse responsable. Aquella mañana no fue diferente, se alistó, desayunó y salió de camino a su trabajo. Las calles eran solitarias y silenciosas a tan temprana hora, solo los audífonos a todo volumen de aquel chico revolucionaban su apacible tranquilidad. Sintiendo el sueva y frio viento de la mañana empezó a dar pequeños pasos de baile, sintiendo como la música se filtraba por su ropa, su gran pasión. Cuando tenía clases de baile bailaba hasta que su cuerpo no lo soportaba y caía tendido en el piso, sintiendo cada gota de sudor en su frente, esbozando la sonrisa de satisfacción más grande. Era refrescante, al menos para él, el bailar por las mañanas. Incluso si no era en un estudio, incluso si no era algo elaborado. Una vez cerca a la calle principal, detuvo su ritual diario y acomodó un poco su ropa. Se apresuró a llegar a la tienda y empezó a abrirla.

-Buenos días.- saludó un hombre de edad mediana y mirada curiosa. Donghae le hizo una venia y continuó abriendo el local.- Me pregunto si tienes rock de los 50’s- interrogó a lo que el joven volteó a verlo fascinado, casi nadie pedía ese tipo de música. Asintió en silencio y lo invitó a pasar.
-Bajando la escalera hay un estante blanco, ahí encontrará rock del 50’, 60’ y 70’- explicó amable mientras limpiaba el mostrador.
-Veo que sabes de música, muchacho.- comentó el hombre mientras se dirigía al lugar indicado.
-Claro, no sé todo lo que quisiera saber pero algo he leído. La música es una forma de vida, mi forma de vida.- sonrió sin despegar la mirada del mostrador.
-¿Haces música? ¿Cantas? ¿Bailas?- el mayor continuó la conversación mientras que Hae abría algunas ventanas.
-No he escrito mucho, pero he hecho algunas canciones, cuando estaba en secundaria… en esos días mi vida era más simple. Bailar… creo que he bailado desde que aprendí a caminar, incluso antes.- levantó la mirada y se encontró con una sonrisa por parte del hombre.
-Es una pasión, entonces. ¿No deberías estar en una academia de baile? Se nota en tus palabras que es lo que te gusta hacer ¿Por qué vender discos?
-Le dije, mi vida ya no es tan simple. ¿Encontró el disco que buscaba?- intentó cambiar de tema a lo que el mayor tomó dos discos del estante.
-Sí, los llevaré. Por cierto, la música también es mi pasión y mi vida tampoco es simple, si te interesa, este fin de semana habrá una audición, espero vayas…- le entregó una tarjeta de negocios.- ¿Cuánto es por los discos?
-Oh my…- Donghae enmudeció al ver escrito el nombre de una de las empresas de música más grandes de su país.- trataré de ir, de hecho iré. Muchas gracias. ¿Los discos? Ah… son $50. Gracias señor…- recibiendo el cambio.
-Gracias a ti, ya imagino ese rostro en afiches por la calle. Nos vemos el fin de semana.- sonrió para luego salir de la tienda. Donghae gritó alegre y se puso muy hiperactivo, estuvo así todo el día, incluso en su clase de inglés.

La clase nocturna llegó a su fin, Kibum comenzó a recoger sus libros mientras que los demás alumnos se marchaban. A los minutos quedaban unos cuatro o cinco alumnos, Kibum observó que el pez sonreía ilusionado, se sintió algo amenazado. ¿Sería por la carta esa que le entregó el chico ese? No quería que ese tipo se le acerque más a su pez. Pero en sí no tenía derecho ni a preguntar sobre el contenido de la carta. Hae, miró detenidamente a su profesor hasta que este le devolvió el gesto, entonces levantó la mano y se despidió con una enorme sonrisa. Kibum quiso acercarse y detenerlo para acompañarlo a casa pero se quedó en silencio al ver a Ryeowook en la puerta. Hae se le acercó feliz y ambos salieron de la academia.

-¿Puedo saber por qué no te agrado?- chilló histérico Kenny al verse empujado por Erai.- Aish que tosco.- se tocó el brazo con una clara expresión de dolor en su rostro.- babo.
-No diré que lo siento. Solo ha sido un accidente. ¿Tan importante te crees? ¿Crees que buscaría golpearte con la pelota? En todo caso es tu culpa por venir a la práctica…- contestó de manera fría y amenazante.
-Yah! ¿Mi culpa? No he venido a verte, he venido a buscar a Henry, quería hablar con él. Como lo has arrastrado a este club feo… mueve, quiero hablar con él.
-No.- Erai se interpuso en el camino de Kenny.- Me pagan por cuidarlo, no dejaré que lo incomodes. El señor me dijo muy claro que no quiere que el recuerde su pasado.
-Bah. No me interesa tu cochino trabajo. Yo solo quiero hablar con Henry sobre un amigo en común que tenemos. Muévete o hago que te muevas.- amenazó lo cual generó risa en el otro. Claramente era mucho más bajito y débil, era imposible que alguien como Kenny haga doblegarse a alguien como Erai.
-¿Ah sí? Inténtalo y estas muer…- los ojos de Erai se abrieron de par en par al ver lo rápido que era el más pequeño. Muy rápido y ágil, tanto que no logró predecir ese salto y ese beso cerca a sus labios que lo paralizaron. Para cuando reaccionó Kenny ya estaba hablando con Henry.
-Tsk, idiota.- sonrió divertido el chico alto mientras tocaba la comisura de su labio.


Doce punto tres: sentimientos.

Se miraron nerviosos al notarse solos en la habitación. Sus rostros se tornaron totalmente rojos al recordar las palabras de Kenny. Siwon se acercó un poco a Heechul y tomó de sus manos. Se sentía avergonzado ahora que sentía que sus inocentes besos nunca lo fueron. –Hyung, yo te tengo que pedir disculpas, yo te grité ese día en el que me enteré de que Kenny sabía de mis sentimientos. Lo siento mucho, debí herirte.- Heechul se soltó nervioso y se refugió en una postura caprichosa e indiferente. –Tsk, no te creas tan importante, yo no me sentí herido.- se cruzo de brazos al notar que Siwon buscaba tocarlo de nuevo. Se quedaron en silencio, no sabían qué decir o cómo actuar. Heechul en el cuerpo de Siwon se veía muy gracioso con un gesto de enojo mientras que Siwon en el cuerpo de Heechul se veía preocupado y nervioso.- Hyung ¿Puedo preguntarte algo?- el mayor lo miró enojado durante unos segundos, esperando su pregunta. –Hyung yo me encontré con Jay y bueno el me dijo varias cosas y yo… bueno quiero saber si tu... ¿Tú tienes sentimientos por mí?- el mayor enmudeció repentinamente, sus ojos se llenaron de lágrimas y su piel se tornó pálida. ¿Realmente le estaba preguntando eso? No pensaba responder eso pero cómo escapar de aquella situación tan incómoda. Retrocedió un poco hasta toparse con la pared. –Tsk ¿Tienes delirios de grandeza? ¿Qué demonios hablas? Te recuerdo que quien me besa eres tú. En todo caso eres tu quien siente algo por mí.- chilló histérico cuando finalmente pudo reaccionar. Siwon bajó la cabeza sintiéndose tonto por preguntar eso, dolido por la respuesta y avergonzado por la situación. Pero realmente sentía que Heechul estaba negando todo. Si tan solo aceptara sus sentimientos podría comprender en cierta medida todo lo que antes no podía. ¿Y él? ¿Qué sentía? Cierto, siempre era quien buscaba tocarlo o besarlo. Aunque sus besos siempre los consideró algo de hermanos. Además siempre pensó que le gustaba Kenny, claro que últimamente ya no se sentía así. A decir verdad, casi nunca pensaba en él, sus días giraban en torno a su hyung, su querido hyung. –Lo siento, es que yo pensé que tú… es que… n entiendo porqué nos pasó esto.- tartamudeó frustrado a lo que el otro lo ignoró por completo. –tsk… sentir algo por ti.- renegó dejándose caer en la cama- Ok probemos, ven.- llamó sabiéndose el más alto y fuerte de los dos- ven he dicho.- Siwon se acercó lentamente y se sentó a su lado con cierto miedo. Heechul jaló del cuello del menor y trató de besarlo pero era tan rara la situación, no porque no quisieran besarse sino porque estaban en los cuerpos equivocados.- Relajate.- ordenó al sentir tieso el cuerpo de Siwon.- A mí también me da cosas besarme a mí mismo, pero ya no soporto un día más, quiero mi virginal cuerpo de vuelta. – susurró mientras ambos iban acercándose poco a poco. Sintiendo cada vez más cerca la respiración del otro. Mirándose fijamente al principio para luego empezar a ver todo borroso al entre cerrar los ojos para recibir la caricia del otro. Lentamente, de manera suave, empezaron a explorar la boca del otro. Un beso como ningún otro. Si bien no era el primero, los anteriores eran inocentes, simples pequeños besos de amigos. Duró más de lo suficiente, duro tanto que para cuando se separaron el aliento les quedó agitado y entrecortado. Abrieron lentamente los ojos esperando haber vuelto a su lugar pero todo seguía igual. –Demonios- renegó Heechul impotente. Ese había sido su mejor beso en toda su vida pero en ese preciso momento deseaba que todo vuelva a su lugar.

Tras el beso hyung se enojó y no volvió a hablarme. Se acostó en su cama y se durmió. Acomodé mi bolsa de dormir y me recosté al lado de su cama para hacer lo mismo. Sintiéndome muy confundido, demasiado. Deseando encontrar una solución a todo esto. Deseado sentir esos labios de nuevo. ¿Será que me estoy enamorando de hyung? Lo observo dormir, qué bello es, por un minuto olvido que estoy viendo mi cuerpo habitado por él y creo verlo en su cuerpo. Su suaves y delicado cuerpo. Ese cuerpo que tanto me gusta abrazar. Con esos cabellos largos y lacios que siempre mueve de forma ondeante. Y de repente veo que gira entre sueños con una gran sonrisa, me quedo idiota analizando esa sonrisa tranquila, tan anonadado que no consigo reaccionar cuando él vuelve a girar y cae a mi costado. Gruñe un poco ante el golpe pero no se despierta. Estamos muy cerca, tan cerca que ansío besarlo de nuevo, no obstante me reprimo. Me acomodo a su lado y cierro los ojos, el suelo es incomodo, pero a su lado se siente bien.

A la mañana siguiente un grito estrepitoso despertó a toda la familia Kim, quienes corrieron a ver qué sucedía, encontrándose con Siwon y Heechul tirados en el piso. Su pequeña hermana sonrió cómplice mientras que sus padres miraban la escena con reproche. Ambos desearon explicar todo, pero la única salida era fingir quienes no eran y seguirles la corriente a los mayores. Para la hora del desayuno Heechul en el cuerpo de Siwon tuvo que salir de la casa con la excusa que debía volver a la suya, sin saber lo que le esperaba en aquel lugar.

Continuará…

2 comentarios:

  1. solo puedo decir... "me enantaaaaaa :D :D:D" de verdad esta buenísimo el fic, cada personaje es genial y la forma en qe relatas la historia es impresionante me encanta la historia esta realmente buena, y me gusta la aparición de Ryeowook^^ jeje, espero qe sigas escribiéndolo porque muero por saber como continua... xauu un bess!!^__^

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  2. Hola!! Eto.. el capítulo 11 aún no está terminadO?? Mmmm prque veo que no se puede abrir....o será que mi compu falla.bueno lo espero con ansias!! POr favor.....moriré si no lo leo!!

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Ella quiere saber

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