Autor: Kainet
Titulo: One fine spring day
Fandom: Super Junior
Parejas: YeWook
Clasificación: Angst
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.Nota: Ehm. Bueno traduje la canción porque la amo (¿?) Ya saben, los versos entre texto y texto son eso. :D!
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One fine Spring Day
“… No puedo explicar cómo es que sucedió, simplemente se dio. Y es que a veces, para cosas como estas no existe lógica alguna. ¿Verdad?...”
Dijiste una vez en la que te preguntaron qué éramos.
…Un tibio viento está silbando como si fuera de noche. Las flores que tú cariñosamente has plantado han florecido. Antes de saberlo la primavera vino otra vez, aún quiero dormir profundamente como este invierno…
Miro el cielo atentamente mientras la briza primaveral despeina mi cabello. Me pregunto qué tan azul puede llegar a ser. Qué tan despejado puede estar y qué tan lejanas pueden llegar a ser esas escazas nubes que observo estáticas en él. Estiro los brazos a mi alrededor, el pasto está algo largo pero es suave y se siente bien bajo mi piel, sin perder la mirada del cielo, memorizo cada textura en mis manos, es un día hermoso de primavera. Las nubes, pareciera que ellas también me observan a mí, asumo que es solo mi imaginación. Sí, eso debe ser, mi imaginación, siempre he sido un tonto soñador, de esos que se quedan en el limbo cuando intentan escapar de la realidad a un sueño. Puede sonar cobarde, pero prefiero vivir soñando a vivir enfrentando la realidad. ¿Por qué? Es simple, le fantasía no duele ni lastima. Alzo una de mis manos, una de esas nubes se ve cercana pero cuando trato de tomarla me doy cuenta de lo apartada que está de mí. ¿Sería egoísta querer tenerla solo para mí? Cómo ansío tomar esa pequeña nube y guardarla en mi bolsillo, sólo así sería capaz de demostrar que los sueños no lastiman, no más que la realidad. ¿Por qué digo esto? Pues últimamente, un gran amigo mío ha estado diciéndome que debo dejar de soñar desierto y dar un paso adelante o uno atrás, pero algo debo hacer. No quiero, quiero quedarme tal cual estoy ahora. Aunque a veces sea doloroso, es menos doloroso que el inminente rechazo que sé que vendría si doy un paso adelante. No quiero sentir más dolor del que siento ahora. Esto es tolerable, puedo sonreír mientras lloro por dentro. Puedo hacerlo a generar una situación incómoda. Sonrío de lado y mantengo mi brazo estirado: es la perfecta metáfora para él y yo. Parece que lo tengo cerca, muy cerca, no obstante cuando trato de sentirlo mío caigo en la realidad de que no lo es. Muchas veces está ahí, frente a mis brazos, no obstante, me es imposible estirarlos y abrazarlo. Incluso si logro rozar su mano, sé que esa piel no es mía. Nunca lo será ¿Verdad? Esta fuera de mi alcance como aquella pequeña nube de forma ovalada. Las nubes son blancas, sin embargo se ven tan negras cuando llueve. Eso pasa en mi cielo cada vez que me veo forzado a sonreír a su lado, fingir que estoy bien que nada importa más que el divertirnos como siempre. Mi interior se vuelve oscuro y parece que nunca dejará de llover. Sí, yo lloro por dentro, mientras sonrío a su lado. Muchas ves he tratado de decirle lo que siento, mas las palabras me traicionan y no logro formar oración coherente. Estás tan lejos, tan lejos que hoy siento que no puedo ni distinguir tu rostro. Incluso cuando solo nos separan algunos metros: te siento ajeno. ¿Amigos? Eso somos, dices, digo, decimos. ¿Lo somos? No lo sé, no sé cómo un amigo como yo puede amarte tanto. No sé si tus palabras suaves son realmente algo que deseas decir o algo que expresas solo para hacerme sentir bien. Soy obvio con mis sentimientos ¿Verdad? Has visto, infinidad de veces, mis mejillas tornarse carmesí, mis miradas desviarse cuando tus ojos se fijan en los míos y mis palabras desaparecer cuando tú me hablas. Dime ¿No lo has notado? O quizás deseas ignorar mis sentimientos y mantenerte en ese juego al que siempre juegas: ser amigos ‘cercanos’ pero nunca nada más. ¿Verdad? ¿Cercanos? ¿Qué nos hace cercanos?
…Tú estás tan lejos, tan lejos, tan lejos de mí, para serte sincero te extraño todos los días. Aún las muy pequeñas, las muy pequeñas cosas triviales me hacen pensar en ti todos los días. Tú reconfortante esencia llena la habitación en las flores que están dispersas alrededor: porque estoy temeroso de que un día no pueda sentirte…
Mi perfecta visión del cielo y el día soleado se ven cubiertos por tu imagen. Me miras desde allá arriba, desde donde estoy yo pareciera que estás más cerca a esa nube que a mí. Preguntas qué hago recostado en el pasto con la mirada fija en el cielo. No respondo solo sonrío y como siempre, me sonrojo. Te sientas a mi lado y miras en la misma dirección que yo. Ríes un poco señalando la nube que observo, dices que es una nube innecesaria, que no figura mucho en el cielo, que sería mejor que no esté para que no malogre el hermoso y despejado día que nos cubre. Te miro enojado, pareces asustado, quizás nunca me he enojado contigo. Me levanto abruptamente, siento que mis ojos se han llenado de lágrimas, respiro profundo para no dejarlas caer y miró por última vez el cielo. Me siento ofendido, herido, nunca comprenderás lo mucho que han dolido tus palabras el día de hoy. Sin decir palabra alguna me marcho, sin siquiera mirarte por última vez. Simplemente camino lejos de ti. Mis pasos son rápidos, no obstante pesados, el día ya no es soleado, el día se ha vuelto negro: ha comenzado a llover en mi interior. Mis pies se desploman y caigo sobre la vereda, no estoy más en aquella locación donde hemos estado tomando las fotos para la revista, estoy en alguna parte de la ciudad, cubro mi rostro: no quiero ser reconocido, no así. Busco un lugar algo alejado y me siento ahí. Es húmedo, frío, oscuro y solitario; parece que siento lo mismo por dentro y por fuera. Mis lágrimas caen descontroladas, asfixiándome cada vez más y más. De repente suena el celular, es el manager, no, no quiero contestar. Lo apago y continúo ahí, estático.
…Yo quiero apoderarme incluso del aire en el que estabas. Tú estás tan lejos, tan lejos, tan lejos de mí. Para serte sincero te extraño todos los días. Aún las muy pequeñas, las muy pequeñas cosas triviales me hacen pensar en ti todos los días…
-¿Cuánto tiempo planeas estar aquí?- dices sentándote a mi lado, sorprendiéndome.- ¿Estás llorando?- agregas mientras tomas mi rostro entre tus manos.- Wookie ¿Te he hecho enojar?- no respondo, me detengo a observarte. Tus cabellos están algo largos, casi llegan a tus hombros, son de color negro y tu cerquillo casi cubre uno de tus ojos, el izquierdo. Tus ojos son pequeños y tus cejas con pobladas; tu nariz algo alargada y tus labios pequeños: ante mis ojos, no existe otra definición para la belleza que no seas tú.- ¿Ryeowook?- llamas de nuevo ante mí prolongado silencio. No respondo. No porque no quiera, sino porque no puedo. No sé qué decir, me intimidas demasiado.- Veo que estás muy enojado. No comprendo bien el por qué, déjame remediar esto ¿Si?- al parecer no tienes idea del porque estoy como estoy. Miro hacia otro lado, mis lágrimas quieren salir de nuevo. Duele, duele mucho tenerte cerca y saberte tan lejos.-… Tú estás tan lejos, tan lejos, tan lejos de mí. Para serte sincero te extraño todos los días… – empiezas a cantar con aquella hermosa voz que Dios te dio. Con esa melodía tan suave y hermosa que te caracteriza. Que bella es tu voz, me relaja, me estremece, es arte. Cierro los ojos lentamente para escuchar mejor aquella canción que escribí pensando en él. Aquella canción que tanto me duele cuando la canto. Cierro los ojos para contener las lágrimas. Entonces, un beso. Tu voz ha cesado, tus labios se han posado sobre los míos. ¿Qué es esto? ¿Un beso? Abro los ojos de par en par, no comprendo nada. Lenta y delicadamente vuelvo a cerrar los ojos para corresponderle el gesto.
…Un día se convierte en un mes parece incluso que en mi corazón también una nueva primavera ha llegado. Tú estás tan lejos, tan lejos, tan lejos de mí. Yo creo que cuando estoy contigo, todos los días son primavera…
No puedo explicar cómo es que sucedió, simplemente se dio. Y es que a veces, para cosas como estas no existe lógica alguna. ¿Verdad? Hoy, en este preciso instante, acabo de darme cuenta de muchas cosas. Él, nunca ha estado lejos. Él, la persona que amo, sí me corresponde y yo soy un total tonto por no haber podido verlo antes. –Odio la idea de saber que soy yo quien ha ocasionado esas lágrimas…- dice sobre mis labios cuando nos detenemos para tomar algo de aire luego de nuestro primer beso.- Te amo Ryeowook…- agrega antes de tomar entre sus manos mi rostro y jalar mi rostro hacia el suyo para un segundo beso, menos torpe, igual de delicado y con tantos sentimientos en él como las estrellas que habitan en el cielo. No espera mi respuesta, asumo que mis labios y mis besos bastan para él. O quizás es que todo este tiempo ha sabido que lo amo, en silencio. Quizás mis mejillas rojas siempre han gritado mis sentimientos, siempre han delatado lo que mis labios jamás fueron capaces de decir o lo que mi mente fue incapaz de admitir. Hoy, un buen día de primavera he descubierto que… me amas tanto como yo a ti, Yesung. Tu amor existe y eso basta. No necesito más. Quizás volvamos con los otros once, quizás finjamos que nada paso y el maquillaje esconda mis ojos hinchados. Terminaremos las fotos y volveremos a casa. Quizás tardemos en decirles a ellos lo que estamos viviendo o quizás no. Es probable que Teukie-hyung nos descubra y ría de mi timidez; Kangin también se burlará y nos dirá que somos unos lentos. Heechul-hyung abrazará a Siwonie y ambos nos felicitarán. Sungminah saltará por todos lados y nadie podrá calmarlo hasta que Kyu le plante un beso en los labios.- Volvamos…- jalas de mi mano para levantarme, te sigo en silencio y antes de volver a salir a la calle, me tomas de la cintura y me jalas hacia ti: un tercer beso, más largo, más apasionado pero tan nuestro como los anteriores.
-Te amo, Yesung.- digo en forma en susurro, cerca a tu oído, antes de soltar tu mano para caminar por la poblada avenida en dirección a la locación.
… En un día lejano, en un día muy lejano si me vuelves a ver otra vez dime que siempre estaremos juntos…
Fin.
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