Titulo: Miracle
Capitulo: 09
Fandom: Super Junior
Parejas: Sichul / varias
Clasificación: Angst
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
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Capitulo 09
Kim Heechul secó sus lagrimas y después de calmarse salió corriendo del castillo, las personas con las que se encontró le decían lo bello que estaba y solo provocaban en él asco y decepción, ya nada tenía sentido, solo pensaba en morir, su ego estaba por los suelos, sujeto contra su pecho aquel pañuelo, tenía una fragancia muy suave, algo dulce, sonrió al recordar lo que dijo el noble, ¿Acaso se hubiese lanzado con él? Luego las lagrimas lo invadieron cuando se encontró con Hannie, corrió a abrazarlo en medio de la calle, no le importaba si los demás pensaban mal, el solo quería llorar.
Hannie se quedó muy sorprendido, y más cuando vio que el pañuelo con el que su amigo secaba sus lagrimas tenían las iniciales “CSW”, quedó en shock, ¿Acaso ese pañuelo era el que su madre bordó para su amigo de infancia, ¿Acaso lo había guardado después de tantos años? Como había llegado a manos del actor. Abrazó fuertemente a su amigo, se sentía a morir, después de un rato fueron a casa, ahí Heechul el contó lo sucedido. Hangeng no comprendía el cambio de Lord Byron, pero si sabía algo, no se lo perdonaría. Heechul era la persona que más quería y no permitiría que lo lastimen de esa manera, quiso ir en busca del noble, pero su amigo lo detuvo, le pidió ayuda en algo, primero se negó, le parecía algo extremo, pero ¿Cómo negarse al bello actor?
-Bien, hoy se acaba todo…- Heechul tomo sus hermosos y largos cabellos- dame la tijera
-¿Estas seguro de esto?- Hannie dudó en dárselas.
-Debo hacerlo…- Dijo tomando las tijeras. Suspiró resignado y empezó a cortar sus finos cabellos, después de media hora, la mitad de su cabello estaba en el suelo, llorando las heridas que aún quedaban en el corazón del actor. Peinó su nuevo y corto cabello, después de mucho, parecía hombre. Sin embargo sus facciones seguían siendo las mismas, seguía siendo un chico bello, solo que ahora no habría lugar a confusión.-Voy a dejar el teatro.
-¿Qué?- Hannie gritó sorprendido
-Sí, dejaré de actuar, estoy harto de los papeles femeninos, no me importa nada, nada…- empezando a llorar de nuevo- Lord Byron va a llorar lagrimas de sangre por esto, nunca en su vida se perdonará esto. Nunca.- quitándose las ropas de mujer que traía puestas- se retorcerá en el suelo a rogarme que lo perdone, que lo perdone su Dios…
-No digas eso. Dios sabe lo que hace.
Heechul no le contestó, se cambió rápido y fue a su habitación, estaba cansado, se recostó sobre su cama, debía pensar bien, aunque no quería hacerlo, las heridas estaban muy frescas. ¿Cómo podía estar pasandole eso a él? ¿Qué había hecho para merecer semejante castigo? El cansancio, las dudas y el dolor fueron, poco a poco, adormeciendo sus ojos, después de unos minutos se quedó profundamente dormido; jurándose a si mismo, entre sueños, no volver a llorar por nadie.
En el castillo la fiesta aún continuaba, Siwon se paseaba buscando a Heechul pero no lo encontró, empezaba a pensar que se había marchado, entonces se encontró con Lord Byron, sus miradas ya no eran amistosas: por un lado, el primo del Rey moría de celos al recordar las coquetas sonrisas de su ex novio le regalaba al coreano; por el otro, Siwon sospechaba que quién había hecho llorar a su ángel era el noble que tenía en frente. Ninguno articulaba palabra alguna, ambos analizaban la competencia.
-Siwon… ¿Te puedo preguntar algo?- el noble inglés rompió el hielo
-Dígame…- el más joven no pensaba ceder ni un milímetro de su territorio, aquellas miradas asesinas que se mandaban eran suficientes, la guerra estaba declarada.
-Mantente alejado de Heechul. Él solo va a jugar contigo y cuando se canse te dejará…
-¿Jugar dice?- sonriendo irónicamente- No tengo ningún interés en el actor, he venido por un corto plazo a este país para hacer negocios no para buscar un amante y mucho menos para hacerlo llorar- lanzándole una mirada asesina. Sí, le estaba reprochando el llanto del actor- Si me disculpa, Lord Byron debo ir con mis amigos…- haciendo una venia se despidió, la verdad es que quería matarlo a golpes, moría de tan solo pensar que aquel hombre había hecho llorar a su ángel.
Al otro extremo del gran salón se encontraban Yesung y Dongie quienes observaban como el menor de todos era rodeado por muchos estudiosos del reino, si que sabía llamar la atención. Dongie frunció las cejas cuando notó como tres jovencitas se les acercaban, todas sonrojadas al notar la fría mirada de este. Miró a Yesung, quién ni cuenta de lo que sucedía. Él estaba fascinado mirando el banquete, quería comer, sonrió al ver la cara del mayor, era muy gracioso, le recordaba de alguna manera a su Kibum.
Las jóvenes finalmente llegaron a su destino, la más alta invitó a Dongie a bailar, quien se negó con cierto desprecio, no estaba interesado en ningún otro ser humano y menos del sexo opuesto.
Las otras dos rodearon a Yesung quien las miraba inocente, no comprendía por qué estaban rojas y peor aún, por qué lo miraban de esa manera tan extraña, ¿Acaso tenía comida en su ropa?, no, había sido cuidadoso al comer, ¿Acaso tenía algo en la cara? El pequeño se puso muy nervioso, no sabía como quitárselas de encima.
-Tú eres Yesung, ¿Verdad?- preguntó una de ellas
-Lo soy- sonrió nervioso rascándose la cabeza en signo de confusión
-Eres muy lindo, ¿Cuántos años tienes? Tu vienes con Lord Choi Siwon, ¿Verdad?- preguntó la otra.
-Sí, vengo con Wonnie. Le cuido de las personas extrañas - mirando de reojo a Dongie para que le salve de esas chicas.
-¿Extrañas? ¿Tu edad es? – la más alta insistió en su pregunta acercándose mucho al cachetón quien la miro aterrorizado- ¿Por qué pones esa cara? ¿Te doy miedo?
-Yo creo que si…- dijo Dongie empujándola y llevándose a Yesung a otro lado- debes aprender a defenderte…- dijo el menor cuando ya estaban lejos de las arpías esas- no siempre te vamos a andar cuidando.
-No sé como reaccionar cuando las personas se ponen así conmigo, ¿Por qué me mirarían tanto? ¿Tengo algo en la cara? O quizás mi comida mancho mi ropa.
-Eres demasiado estúpido o demasiado inocente… les gustaste, ¿Acaso no lo entendiste?- Donghae le tiro un golpecito en la cabeza, después de esto ambos rieron como nunca antes. Después de mucho el menor se sentía bien, era feliz cuando estaba con ese sonso. Y aunque le desesperaba lo inocente que podía llegar a ser, le hacía bien estar cerca de él. Le recordaba a su amor imposible.
Teuki y KangIn se habían escapado de todos, el motivo eran los celos del mayor, muchísimas doncellas invitaron a bailar al menor, quien no sabía como negarse y siempre terminaba bailando con ellas. Esto terminó por colmar la paciencia de Teuki y se fue sin decir nada, a lo que el otro lo siguió como perrito faldero. Después de discutir un rato se besaron, pero Teuki quería que todos sepan que “su” territorio no se toca, jaló de la mano hasta donde estaban algunas doncellas que habían bailado con KangIn y sin que el otro lo note, le robo un apasionado beso. Cuando por fin se separaron para tomar aire, el sonrojado KangIn se percato de las espectadoras, se puso muy nervioso. Teuki le tomó de la mano y mirando a las chicas como si fuera a asesinarlas si tocaban de nuevo a su hombre les dijo “Es un secreto, no le digan a nadie que el es mi novio, ¿Esta bien?” sonriendo fingidamente, provocando en su rostro una mueca algo terrorífica para las jóvenes, algo graciosa para el otro. Le parecía lindo como Teuki, su Teuki siempre dejaba en claro lo que era de él.
Después de ahuyentar a las chiquillas, ambos pasearon por el jardín, tomados de la mano a la luz de la luna, una suave melodía se escuchaba a lo lejos, que hermosa música tocaban en aquel país, KangIn tomo de las manos a su novio y mirándolo fijamente, viéndose reflejado en aquellos hermosos ojos empezó a cantar una bella y suave canción de amor, canción que había escuchado entonar al otro algunas veces mientras dormían juntos.
“Te amo” susurró el mayor al escucharlo cantar, sus ojos brillaban de alegría, sentía que su pecho estallaría de la felicidad, ambos estaban capturados en un burbuja llena de amor, nada importaba, solo ellos dos, tomados de las manos, contemplándose, cuidando el uno del otro, sonriendo juntos a las luz de la luna, con aquellas hermosas flores como testigo del más puro amor que pudo haber existido en aquel lejano país.
Continuará....
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