7 ago 2011

Fanfic Serial - MET Cap 12

Autor: Kainet
Titulo: My english teacher
Capitulo: Capitulo 12: Catorce
Fandom: Super Junior
Parejas: Sichul / Kihae / Hanry
Clasificación: Angst / AU

Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.

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CATORCE

Catorce punto uno:


¿Qué debería hacer? El corazón se estruja y me desespero tratando de controlar las lágrimas. Busco pretender una sonrisa ante esta realidad que no quiero, pero que tengo que aceptar. Luego de todo lo que pasamos, él se marchó y no dejó rastro alguno. En el olvido quedó, así como aquel incidente en su restaurante. Cada vez que paso por aquel lugar finjo no mirarlo pero cuanto más me fuerzo más es mi dolor y termino volteando y observando detenidamente aquel local que aún permanece en venta. Aún en escombros, los rastros de aquel terrible incendio quedan marcados. Profundos y lacerantes como el silencio que acompañó su repentina desaparición al lado de su esposa e hijo. Han pasado dos meses, estoy ya casi terminando la preparatoria y me mantengo como un niño, esperando algún rastro de él. La tristeza es constante; las lágrimas, cotidianas. A menudo sonrío y finjo ser feliz al lado de mis amigos. Pero sé perfectamente que no consigo mentir bien ya que siempre están preguntándome cómo estoy. Sonrío desde que amanece y saludo a mi nana, sonrío mientras desayuno al lado de mi padre, mi nana y Erai. Sonrío cuando hablo con Kenny, cuando Erai y él pelean. Sonrío dentro y fuera del salón. No obstante, al llegar la noche y tras cerrar las puertas de mi habitación, mi rostro se transforma en una yaga adolorida. Mis rodillas se vuelven débiles y lloro en silencio mientras toco el violín para que no me escuchen los demás. ¿Qué puedo hacer? Duele. Día a día, llegué a pensar que dejaría de doler, sin embargo, no fue así. ¿Qué puedo hacer? Incrementa mi inseguridad, nada sé. Solo que están bien. Lo sé gracias a la madre de él. Me llamó poco después de su desaparición, cuando yo salía como loco a buscarlo por las calles, cubierto en lágrimas, labios sangrantes y la mirada desorbitada. Ella me dijo que estaban bien, los tres, en alguna ciudad de China, vivían. Ese niño necesitaba una madre, ella lo necesitaba a él y él…

No me dijo nada de él.

Hoy Kenny y Erai faltaron a la preparatoria. Kenny, asumo, por asuntos de Kibum. Erai amaneció enfermo. Tengo una larga hora libre y me pierdo en mi soledad. Saco el portátil de mi mochila, camino un rato, buscando algún rincón donde no me vea forzado a fingir y espero a que las voces de los demás se hagan cada vez más lejanas. Me siento en el piso, tomo un poco de agua y empiezo a escribir una carta. Quizás la número mil, quizás una más que al finalizarla, será borrada. Una carta para él, unas letras que nunca conocerá o entenderá. “Hangeng, te extraño.” –siempre inicio mis cartas con esa frase. Siempre busco decirle o mentirle, pero a quien engaño, solo me esfuerzo frenéticamente por creer que estoy bien. No lo estoy. No lo estoy. Pero no tengo derecho a decirlo, ni a lastimar a los demás con mis penas. Ya todos ellos tienen un mundo y nadie gira en torno a mí. Desde que tiene novia, parece que yo fuese invisible y no la culpo, ella merece ser feliz, luego de todo lo que yo le hice sufrir.


Soy infeliz y mi bebé también, mi esposa ha recuperado parte de su conciencia aunque algunas noches tiene pesadillas indescriptibles para sus labios. China se me hace tan desconocida ahora, trabajo junto a mi madre y los días se me pasan como el aguan entre mis dedos, solo fluyen de una manera confusa y dolorosa. Dos largos meses lejos de esa persona que abandoné en Corea del Sur, ni una llamada, ni una carta y creo que es mejor así. Palabras de amor, me son tan difícil de expresar cuando intento llamarlo o escribirle. A lo lejos escucho a mi esposa llamarme para comer, me siento junto a ella, mi hijo y mi madre, almorzamos tranquilos para luego volver a la rutina diaria, nadie dice nada, solo pretendemos ser felices. Una familia de portarretrato. Mi bebé ha crecido, ya ha empezado a hablar y me sorprende ya que la primera palabra que dijo fue “henli” felizmente estuve solo ese día, felizmente fui el único que escucho eso. Los minutos se hacen largos y el día intolerable, estamos en verano pero mi cuerpo para tan frío. Como si, de alguna manera, estuviese muerto. Mi corazón duele al saberme una mala persona. De tiempo en tiempo hablo con Heechul, suena muy diferente, muy respetuoso, asumo que ha cambiado.

-¿Hijo?- me llama mi madre a la cocina a lo que corro a ayudarla. La miro estático, esperando alguna orden.- Hijo ¿Eres feliz?- pregunta repentinamente, miro a mi alrededor mientras observo el restaurante vacío y a mi mujer lejos. Me quedo en silencio, intentando comprender esa pregunta más que obvia.
-Sí.- respondo nervioso.
-Nunca te enseñé a mentir, debí hacerlo. Hijo, mi corazón duele al verte sufrir. Sé que te dije que esto era lo mejor, lo correcto, pero al verte día a día siento que no lo es… ¿Me perdonarás?
-Madre… No es tu culpa, las cosas deben ser así, ella me necesita, mi bebé necesita una mamá, una familia…
-Ni siquiera el pequeño es feliz, abre los ojos… su primera palabra ¿Crees que no la escuché?
-No sé qué debo hacer…
-Ella… Yo creo que comprenderá.
-No quiero ponerte en peligro, no quiero lastimarla más.
-Hijo…- la anciana calló al ver que su nuera se acercaba.- Habla con ella… pregúntale por Zhao
-¿Eh?
-Solo hazlo…- ordena mi madre entes de tomar al bebé en sus brazos y entrar en la casa. Obedezco y me acerco a mi esposa. Me sonríe de forma vacía y toma de mi mano, nos sentamos y nos mantenemos en silencio. Como siempre, como cuando estamos a solas en nuestro cuarto matrimonial. Tomo de su mano y la acaricio, dándole confianza.

Ella lloró desconsoladamente, mientras su esposo la abrazaba confundido, no comprendía bien las palabras que salían de ella. ¿Un amante? ¿Su doctor? Estaba anonadado, perplejo, atónito. Prácticamente estaba recibiendo luz verde para salir corriendo de aquel infierno y volver a Corea para buscar a Henry. Ella, se había enamorado de su médico y le imploraba en ese preciso instante el divorcio, trámite que llevaría una semana. Hangeng, estaba desconcertado pero la felicidad que sentía era incalculable. No obstante tenía miedo de preguntar ¿Y el bebé?

-Quiero tener mis propios hijos con Zhao, creo que el pequeño es más hijo tuyo que mío…- respondió a mi duda mientras yo enmudecía ante su sangre fría. Me quedé estático durante unos minutos, tiempo que bastó para que ella se aleje de mí.


Hoy papá llamó desde Canadá, se disculpó por no venir a mi graduación, me preguntó por mis planes a futuro ahora que ya acabé la secundaria. Sonreí tímidamente, no tenía la más mínima idea de eso. He pasado tanto tiempo pensando en él que olvidé qué hacer con mi vida. Hoy Kenny y Erai también se graduaron, la mamá del segundo fue la madre de los tres a la hora de recibir los diplomas. Kenny no habla de su pasado, siempre sonríe cuando le pregunto sobre su vida en USA. Su hermana no le habla desde hace algún tiempo así que hoy luce muy solitario, ni siquiera Kibum ha venido a felicitarlo. Heechul y Siwon han venido a saludarnos, lucen diferentes, no sé por qué. Heechul guardó silencio cuando mencionaron a Hangeng, asumo que él debe saber tanto o menos que yo de su paradero. Siwon luce algo desaliñado, pensé que estaba de viaje pero al parecer ya regresó. Erai se ve algo triste, enojado, gruñó agresivo cuando sus amigos lo molestaron por estar cerca a nosotros. Estos últimos meses, pasó de ser el popular capitán del equipo de deportes a ser el chico fastidiado por el equipo entero debido a su cercanía a Kenny y a mí. Pese a eso nunca nos ha gritado sobre eso, es más creo que se siente mejor siendo nuestro amigo que siendo lo que era antes.

-¿Sucede algo?- preguntó Erai al encontrar a Henry algo pensativo en su cena de graduación. Eran pocos los invitados pero la ausencia en la mirada del pequeño era algo que pasaba desapercibido, excepto por su mejor amigo.
-Pienso. Papá dijo que iré a Canadá con él…
-¿Ir? ¿No te dio a elegir?
-Claro, me dijo que había una gran escuela de música allá y que lo mejor sería ir allá a continuar con el violín. Pero… ¿Debería ir?
-¿Dudas porque piensas en esperar a esa persona todavía?- Henry enmudeció repentinamente, sus ojos se llenaron de lágrimas y miró con miedo a su amigo.- Deberías pensar en ti, no vas a esperar toda la vida por esa persona.
-Sí, tienes razón.
-Aish… que malo eres aconsejando. Henry, querido, cuando uno ama a un hombre debe hacer lo imposible por conseguirlo. ¿Y si vas a China a estudiar música?- intervino Kenny sentándose al lado de Erai.
-¿Qué demonios dices?- reaccionó de mala manera el chico masculino.- ¿En calidad de qué das consejos? Tsk… como si tu relación fuera la mejor. Ni vino a recogerte.- comentó despreocupado para luego arrepentirse al ver los ojos llorosos de Kenny.
-Eres un idiota. Qué bueno que se acabó la escuela y que te largarás a Canadá, nunca más te volveré a ver.- dicho esto, Kenny se levantó indignado y salió corriendo. Henry se quedó sorprendido sin saber qué hacer mientras que Erai se alzó de hombros y miró hacia otro lado.
-Solo dije la verdad.- se justificó luego de un largo silencio.
-A veces es feo que nos la recuerden de manera tan imprudente.- reprochó Henry.- Vamos, los demás esperan y muero por comer la cena de tu mamá.


Catorce punto dos:

Han sido días terribles en casa de Siwon, estoy a punto de volverme loco. ¿Cómo puede soportar semejante presión familiar y sonreír tontamente día a día? Yo de por sí estoy a punto de entrar en crisis ya que al parecer no hay forma de volver a nuestros cuerpos. Paro discutiendo con el padre de Siwon, siempre anda buscando autoridad, es tan estricto con la imagen de su hijo. Que si se peinó así, que si se vistió de tal manera, que no debe olvidar sus modales al comer. Y lo peor, al menos para mí, la tortura más grande: todos en esta casa de locos, son cristianos. Cada vez que me veo obligado a leer la biblia, hablar de la biblia, orar y hasta cantar, mi corazón ateo se revuelca en lo más profundo de mi ser. Respeto su credo, pero vamos, siempre he odiado que me obliguen a hacer cosas que no me gustan. Sólo por no ocasionar más problemas, lo soporto. Asumo que si él se entera que he sido muy malcriado con su padre, me odiará el resto de mi vida. Su madre llora a veces pero casi siempre me apoya. Él, por el contrario, se lleva muy bien con mi amorfa familia. Por momentos lo odio, detesto que este corazón torpe mío siga latiendo fuertemente por él. Aún sabiendo que él sigue sintiendo lo mismo por Kenny. Esta noche estamos reunidos por la graduación de tres de nuestros amigos. Estábamos por ir a cenar cuando vi pasar a Kenny, se veía muy alterado y lloroso. Como amigo me preocupé, Siwon, enfrascado en mi cuerpo me recordó que no podía ir detrás de él. Me solté enojado y seguí a mi amigo. Pese a que ahora luzco como Siwon, sigo siendo Heechul y sé que Kenny me necesita.

Salió corriendo detrás de Kenny, sin siquiera pensar que el cuerpo que hace correr es el mío. Me enojé pero solo esbocé una sonrisa amable y me disculpé por mis amigos. Me miraron raro, Heechul nunca es tan educado, jugué con mi cabello y fingí que era una broma. Todos rieron mientras yo le mandaba un mensaje de texto a Heechul. Es difícil no ser educado, es difícil fingir ser esa imponente personalidad, yo jamás he sido así. Nunca me dejaron. Aún recuerdo el miedo en los ojos de su familia cuando me senté a comer con ellos y les mostré mi inglés. Más cuando empecé a orar antes de comer. En ese momento quise golpearme, cierto, Hyung no cree en Dios. Bromeé en contra de mi credo, pero lo hice por protegerme y protegerlo. Ahora en este preciso momento, es difícil fingir quién soy. Cuando Kenny descubrió de nuestro cambio de cuerpos trató de ayudarnos, pero a las semanas lo convencimos de que habíamos vuelvo a nuestros cuerpos. Era lo mejor, él escandaloso no dejaba de hacer comentarios incómodos, una vez que lo convencimos todo volvió al inicio. Pese a eso, aún no encontramos solución, será que el Señor lo ha deseado así. He estado pensando mucho al respecto. Durante varias noches permanecí en vela, tratando de comprender lo que siento por hyung. Ese cosquilleo que ha comenzado a incrementar cuando me roba besos o le pido besos en los momentos solitarios de su habitación. Finalmente he descubierto y aceptado que mi amor, mi amor es más que filial. Yo amo a Heechul y no es pecado, nada malo hago, solo amo. Pero él no me corresponde. Sé que quiere a ese chico llamado Jay.

-¿Por qué me sigues?- chilló Kenny al notar que Siwon lo seguía.- ¿No debería venir Heechul?
-Lo siento- Heechul pretendió ser educado.- Yo también soy tu amigo y me preocupo.
-Hyung… ¿Sabes por qué Kibum no ha venido?- Heechul, en el cuerpo de Siwon, guardó silencio.- Está allá afuera con Donghae.- chilló iracundo.
-Calma…- Heechul sintió que su corazón de amigo dolía y su corazón romántico se rompía al sentir que el cuerpo de Siwon empezaba a acercarse a Kenny.
-¿Por qué haces esto? ¿Por qué sigues siendo bueno pese a lo que te grité? ¿Por qué?- cuestionó Kenny sollozando. Heechul tragó saliva nervioso, lo que estaba a punto de hacer era por el bien de Siwon, por su felicidad. Estaba completamente seguro de que al conseguir la felicidad de quien amaba, todo regresaría a la normalidad. Al menos eso había leído en los libros de cambio de cuerpo.
-Porque te quiero…
-Que Heechul me perdone…- lloró Kenny para luego jalar del cuello al alto Siwon y besarlo en la boca.- ¿Curarás mi corazón?
-Lo haré.- tembló Heechul en el cuerpo de Siwon.

Magia sucedió en ese preciso momento, cuando ambas almas gemelas aceptaron sus sentimientos, cuando perdieron el miedo a sentir, cuando sacrificaron algo por el otro. Para cuando Heechul abrió los ojos estaba sentado en la cena de graduación de Henry, Erai y Kenny. Miró sus manos detenidamente, era como si se hubiese teletransportado, su piel era la pálida piel de antes, sus dedos delicados y finos. Había vuelto en él. Lo último que recordaba era el haberse inclinado para besar por segunda vez a Kenny. De seguro en ese preciso momento, Siwon sería el hombre más feliz del mundo. No pudo evitar empezar a llorar a lo que todos en la cena lo miraron alarmados. Se disculpó con esa atípica amabilidad que últimamente lo caracterizaba y secó sus lágrimas. Dijo estar conmovido por la graduación y que esperaba grandes éxitos para sus queridos amigos. Alzó una copa y emprendió un brindis.

Como si me hubiese envuelto un remolido, abrí los ojos en un instante para encontrarme en un callejón a media luz, besando a Kenny. Se aferró a mí y continuó llorando. Pidiéndome que lo proteja, que nunca lo deje. Que cure su corazón. Si esto hubiese pasado días atrás, probablemente hubiese sido feliz. Quizás no, no ahora que sé a quién le pertenece mi corazón. Una lágrima se me escapó al saberme incapaz de alejar el cuerpo de su amigo, se veía tan lastimado, tan dolido, no podía simplemente alejarlo. Heechul piensa que me sigue gustando Kenny, de seguro por eso ahora he llegado a este lugar, a volver en mi cuerpo y me he encontrado en una supuesta confesión mía hacia Kenny.

Luego de una horas, Heechul y Siwon volvieron a sus casas, por inercia, a la casa del otro, olvidando que ya no habitaban el cuerpo del otro. El primero en llegar fue Heechul donde descubrió algo que nadie esperaba. Sus felinos ojos se mostraron sorprendidos al ver a aquella hermosa joven abrirle la puerta. Tendría uno o dos años menos que Siwon, era delgada, atlética y muy espigada. Vestía ropas caras y usaba joyas que a simple vista denotaban su precio. Su cabello largo, laceo y marrón estaba sujetado en un hermoso moño que dejaba caer algunos mechones que le seguían a un hermoso sujetador de color plata. Ambos se miraron impresionados, no por ser su primer encuentro sino porque de alguna manera, el uno sintió celos del otro. Además Heechul traía un moño similar al de la joven, la única diferencia era el sujetador.

-¿Qué eres? Digo… quién.- preguntó de manera malcriada la chica desconocida.
-¿Qué quién soy? Soy Si…- cierto, ya no lo era y se había equivocado de casa. Enmudeció sin saber que decir mientras cubría su boca al no poder creer que había vuelto a su cuerpo. Guió una de sus manos hacia su estomago y con nostalgia acarició esa parte, cómo iba a extrañar acariciar los chocolates de Siwon.
-¿Eres Si?... Soy Estela Kim, prometida de Siwon. Ciertamente pareces chica, disculpa mi arrogancia, me puse celosa al confundirte pero veo que eres hombre y no hay problema. Puedes acercarte a mi Siwon.
-Tsk… ¿Te he pedido explicaciones sobre tu vida? Me interesa un rábano quién seas, yo vengo por mis notas de inglés. Quédate con “tú” Siwon, para mí solo es un profesor.
-Fíjate que no está. Así que regresa otro… ¡Oppa!- chilló la chiquilla malcriada para luego empujar a Heechul y correr hacia Siwon, quien llegaba algo desconcertado. Al ver a Estela se asustó y aún más al ver a Heehul en la puerta de su casa. Sus ojos se abrieron de par en par mientras recibía el abrazo pegajoso de aquella chica y sobre su hombro miraba los ojos furiosos de su querido hyung.
-Hyung…- fue la única palabra que pudo articular para luego reparar su entorno.- Estela…- alejó a la menor e hizo una venia para saludarla de forma cortés. Heechul se cruzó de brazos, pero a los minutos se dio cuenta de que ya no tenía derecho a pedir explicaciones, para esa hora Siwon ya era el nuevo novio de Kenny, eso era 100% seguro. Bajó la mirada y con la mirada clavada en el suelo empezó a caminar hacia donde estaban los menores.
-Otro día vengo por mis notas, hoy debes atender a tu prometida.- dicho esto se pasó de largo, con el rostro sombrío, cubierto por un largo mechón de cabello.

Entré, luego de mucho, en casa. Reté durante unos minutos a mi prima Estela, siempre con esa manía de decir que era mi prometida. Nunca lo hemos sido ni lo seremos. En realidad no somos primos, pero nuestras familias son tan amigas que ya casi somos consanguíneos. Una vez en el comedor mi padre abrió un vino sonriente me abrazó, dijo que pese a las peleas ahora me veía como su hijo de nuevo. Momento ¿Peleas? Hyung tendrá que explicarme detalladamente qué alborotos armó en casa. Mientras bebíamos en familia el padre de Estela se acercó a mí y me pidió que dirija su empresa, al parecer todo empieza a mejorar para mi familia. Las acciones que invirtió mi padre han crecido y dicen que ya puedo dejar de enseñar inglés. Mis gestos superan cualquier palabra a la que todos me miran alarmados. A mí me gusta ser profesor. Sé que ya tenía un plan y esto fue inesperado, pero terminó gustándome el ser normal. El vivir mi juventud, el enamorarme de Heechul.

-Debes ir a la universidad de Estela en Nueva York. Juntos estudiarán negocios y luego haremos oficial el compromiso.- dijo mi padre a lo que lo miré alarmado. ¿Compromiso? mi vida planeada era eso, estudiar en el extranjero pero casarme con ella, no.
-Padre yo…
-Oppa es gay.- dijo Estela cruzándose de piernas a lo que todos voltearon a verme alarmados.- Lo quiero mucho pero no es la forma de cariño requerida para que me case. Padre, tío sé que lo hacen para salvar la situación, pero no pienso casarme sin amor.
-¿Gay?- mi padre se levantó indignado como si no hubiese escuchado nada excepto esa palabra. Estela me miró nerviosa. Y mientras la miraba a ella sentí un golpe en mi mejilla, tan fuerte que me hizo retroceder.- Te dije que no seas amigo de ese fenómeno.- gritó escandaloso a lo que lo miró con curiosidad. Respeto mucho a mi padre, pero me decepcionaría mucho saber que habla así de mi querido hyung.- Te advertí que no te le acerques, te lo dije desde que encontré ese libro pecaminoso.
-Padre…- logré decir mientras observaba como mi madre empezaba a llorar. Si hyung peleó y creó caos en esta familia, definitivamente debió ser por culpa de mi padre.- Padre, cálmate por favor.
-Tío…- Estela no supo que decir a lo que su padre la retó con la mirada, mientras su madre bajaba la mirada. Mi madre no dejaba de llorar y la mirada de mi padre se iba llenando de ira.
-Soy gay padre, te guste o no. Así como deshiciste los planes que tenías para mí y me dijiste que debía trabajar, te pido que me dejes como estoy ahora.- pidió arrodillándose ante el silencio de los presentes.- Estoy seguro de que Estela manejará perfectamente las dos empresas en sociedad. Y si vas a repudiarme por quien soy, entonces está de más que esté aquí.
-No hijo…- lloró su madre mientras que Siwon se levanta.
-Lárgate de mi casa.


Catorce punto tres:

Se quedó estático mientras observaba a Kenny decirle aquello tan increíble. Su padre escuchaba todo desde la cocina del menor y se preguntaba el por qué la repentina ruptura de la paraje, sobre todo por parte de Kenny. Siempre pensó que su hijo sería quién terminaría. Kenny, como nunca, estaba sereno y hablaba lentamente para que aquella persona lo entendiera.

-Tenemos una historia llena de lágrimas y sonrisas. Pero querido…- Kenny se acercó a acariciar la mejilla del mayor.- Las historias siempre tienen un final. Lo descubrí cuando no fuiste por mí a mi graduación. Dolió y mucho. Hice daño a mis amigos y traté de engañarme. Te quiero, sí.
-Estaba trabajando Kenny…- se excusó Kibum de forma fría.
-Siempre eres frío cuando estás molesto. A veces distante, pero cálido cuando estás alegre, te emocionas rápidamente aunque no lo demuestras por temor a salir herido. Así eres tú y amo eso en ti. Pero…
-¿Pero?
-Yo solo represento seguridad para ti ¿Verdad? Aquel sentimiento loco que sentiste en algún momento por mí, está muerto… lo veo en tus ojos, el tu sonrisa forzada, en tu mentira mal hecha.
-¿Mentira?
-¿Crees que no sé que Donghae estudia en el nocturno? ¿Crees que no sé que el día de mi graduación estabas en su casa celebrando el cumpleaños de su madre?- ante la verdad descubierta Kibum enmudeció.- Dolió demasiado.
-Lo siento.
-No, dudo que sientas lo que yo sentí ese día. Pero descuida, he descubierto algo Kibum, te quiero pero me quiero más a mí. Ya sufrí suficiente y tú mereces ser libre.
-¿Seremos amigos?
-Tomará tiempo, mañana vuelvo a USA con tu padre y mi Noona.

Lo miré confundido. ¿Cuándo había cambiado tanto Kenny? Sus ojos estaban llorosos pero no dejó caer ni una sola lágrima. Estaba decidido a dejarme y yo soy incapaz de detenerlo. Sí, le mentí, no estaba trabajando. En un primer momento estuve en el cumpleaños de la madre de Donghae pero luego me retiré, fui a buscarlo a la fiesta de graduación. Lo vi salir alterado e intenté seguirlo pero detrás fue Siwon, los seguí en silencio y los vi besarse. Asumo que Kenny se ha vuelto a enamorar. Me duele, pero no tengo derecho a reclamar porque yo también estoy enamorado, de Donghae. Me acerco a él, lo jalo de la mano y lo abrazo fuertemente. Susurro cerca a su oído aquello que siempre quise decirle- Gracias por llenar de alegría mis días.- me mira lloroso, aún así no me regala una lágrima, después de todo, creo que ya ha llorado demasiado por mí. Nos alejamos y luego me dice que saldrá a buscar a su noona, me pide que hable con ese hombre. Reniego un poco pero asumo que lo mínimo que puedo hacer es despedirme de él.

Sus ojos se abrieron como platos al observar tantas personas en aquella sala de baile, tragó saliva con cierto miedo y se presentó con una gran sonrisa, típica de su nerviosismo. Debido al trabajo y las clases no había tenido tiempo de ensayar algún baile en específico, fue con lo que sabía y estaba dispuesto a dar lo mejor de sí pese a que siendo realistas, estaba seguro de no conseguir nada de aquella audición.

-Lee Donghae, número 129.- se presentó con una breve venia e hizo una señal al sonidista para que ponga la canción que bailaría. Cerró los ojos ni bien sintió que la música empezaba, una sonrisa hermosa y brillante apareció en sus labios y dejó que aquella melodía se apodere de su piel, de sus sentidos, de él. Lentamente fue moviéndose con ese estilo único que lo caracterizaba. Bailó como cualquier otro día, como si estuviese en la calle, como si nadie lo presionara o rodeara. Dejó de pensar en Kibum, en la academia, en su familia y se enfocó en ser él, la música y la esencia de su padre. Su cuerpo esbelto y bien formado destaco entre todos los aspirantes, ninguna mirada se distrajo de sus movimientos, ninguna persona pudo apartar los ojos que aquella persona tan especial. Ni siquiera aquel chico que ya había pasado el casting como el mejor hasta el momento. El rostro de Hae lucía tan feliz al bailar, tan hermoso que muchos se quedaron cautivados por su pasión. De seguro era de aquellos que bailaba hasta que sus piernas no lo resistían y caía en el suelo con una enorme sonrisa. Dejo admirados a todos, casi todos ya que entre los jurados, se encontraba aquel hombre que lo invitó a la audición. No era un simple miembro del staff, era el productor de aquella compañía.

-Tiene futuro…- le comentó a su secretario.- anota al 129 junto al 114…
-¿Con Eunhyuk?- se alarmó el subordinado ya que era amigo del mencionado.- Pero si 114 ganó como el mejor.
-¿Eres el productor?- preguntó serio el hombre mayor a lo que el otro se limitó a acatar la orden.
-Ellos serán parte de algo muy grande, ya lo verás.


Aigo, mi pobre hijo. Nunca podré decirte que esta es la última vez que nos veremos, mucho menos que tengo el valor de pedirte perdón. Sé que no lo tengo. Solo puedo rezar para que tengas una vida plena, feliz y llena de éxitos. Tu mirada fría me demuestra el malestar que genero con mi presencia pero solo quiero observarte un poco más para recordar esas hermosas facciones hasta el último de mis días. Siempre te amé, siempre lo haré. Aunque mi corazón duela, sé que tuyo duele más. No tengo perdón mi pequeño Kibum, no lo tengo. Aún así, mi último deseo ha sido ser egoísta y venir a verte, por última vez. Solo Kenny sabe a dónde iré cuando regrese a USA. Me acerco lentamente a lo que retrocedes, con miedo, con asco. Nunca he podido descifrarte, hijo mío. Cuando llegué aquí me sorprendí de lo mucho que ellos te conocían, incluso más que yo. Me dolió, pero no tengo derecho a exigir nada. Atrapo tu cuerpo en un abrazo, no me contestas la caricia, solo te mantienes quieto mientras mis brazos se aferran a ti. Tus brazos están quietos, ni siquiera intentas levantarlos. Tu indiferencia duele, pero es justificada. La comprendo pequeño, debes haber pasado momentos horribles por mi culpa, debes haberlos recordado en este tiempo que invadí tu vida. Pero descuida, ya no me tendrás que ver. No te diré lo que me sucede ahora, ni lo que me sucederá pronto, no quiero forzarte a perdonarme. No quiero que tu corazón sufra más. Prefiero morir lejos y llevándome este frío abrazo como recuerdo a saber que lloraste por mí. Y así como desapareciste de mi vida, yo desapareceré de la tuya. En el futuro solo seré un mal sueño que tuviste, algo de que nunca vas a querer hablar. Pero asumo que es lo mejor para ti, pequeño. Espero que seas feliz y tus mejillas grandes sean dueñas de una sonrisa tierna y brillante. Adiós hijo mío, no me recuerdes, no me extrañes, no me perdones ni me tengas pena. Ódiame, eso será lo mejor para ti.

-Sé feliz ¿Si? Haz siempre lo que tu corazón te diga. Nunca te sientas menos que los demás ¿Entendido?- acarició el rostro de su hijo mientras este trato de rechazar sus manos.
-No soy un niño.
-Lo sé, pero para mí siempre serás un pequeño. Supe que tienes una hermosa hermana. Quizás debas buscarla.
-¿Para qué? ¿Para malograrle la vida? Tu y yo solo hacemos eso papá, solo dañamos a los demás.
-Tienes razón. Yo solo daño a los demás. Pero tu saliste a tu madre.- besó su mejilla y luego se acercó mucho a uno de sus oídos.- volveré a USA a vivir con mi novio.
-Qué asco me das. ¿Por qué me dices eso?
-Ódiame y no me busques nunca.- dicho esto el hombre de edad se apartó de su hijo, tomó su bolso de mano y salió del departamento.

Fue un día extraño. Ni Kenny, ni Donghae fueron a clases. Todo transcurrió rápido y ni siquiera me preocupé en recordar aquella despedida de mi padre. ¿Realmente cree que lo buscaré? Siempre ha sido él quien me ha buscado, yo solo quiero vivir tranquilo. Aunque esta tranquilidad luego de Kenny, luego de Donghae, es asfixiante. Si tan solo pudiese ir a buscar a Donghae. Pero no puedo, no quiero que crea que lo busco porque Kenny terminó conmigo, no es así. Antes de que Kenny me diga todo eso, yo ya había pensado en terminar la relación, solo que se adelantó. Y creo que es lo mejor. Una vez que la clase nocturna ha terminado, recojo mis cosas y camino hacia el estacionamiento donde me encuentro con Ryeowook. Me sonríe a lo que lo miro serio. No me agrada, menos sabiendo que le dio una carta de amor a mi fish.

-Hola profesor Kim.- sonrió amable mientras extendía una tarjeta.- Soy Ryeowook y quería invitarlo a las eliminatorias de una prueba de baile y canto. Donghae y yo estamos participando, sé que él será muy feliz si cuenta con su presencia.
-¿Eliminatorias?
-Sí, por eso vine a entregarle la invitación el otro día. Pero me rechazó, aún así, de alguna manera, terminó presentándose y bueno quedó en la ronda final de baile.- dicho esto hizo una venia y empezó a alejarse.- Por cierto…- volteó de nuevo.- elegirán a dos bailarines, Hae es uno de los favoritos. No falte ¿Si?


Sus ojos delicados se hicieron enormes al encontrarse con aquel tipo desagradable en el aeropuerto. Kenny estaba por ignorarlo cuando vio que detrás venía Henry. Se saludaron felices, no se habían visto desde la graduación y ninguno sabía de los planes del otro. Hablaron mientras esperaban sus vuelos. Henry, Erai y la madre de este último irían a Canadá. Mientras que Kenny, su hermana y el padre de Kibum volvían a USA. Erai, quien se sorprendió mucho de la serenidad de Kenny, no podía creer que ese ser obsesivo hubiese cambiado tanto. ¿Terminó con Kibum? Después de todo lo que alardeaba de cuidar a su hombre. Pensó que era un gran hipócrita.

-Estudiaré música también y estaremos cerca, debes prometer visitarme en L.A. ¿Entendido?- le dijo Kenny a Henry mientras este asentía en silencio con una gran y triste sonrisa. Realmente no quería irse, pero debía seguir con su vida.- ¿Tú de qué te ríes? No te he invitado a ti, idiota.- amenazó a Erai.- Ni se te ocurra pisar Los Ángeles. Tsk…
-No tengo planeado salir de mi querida Canadá. Menos para ver tu cara de niña.- se cruzó de brazos para mirar enojado hacia otro lado.
-Oh vamos, es la despedida. ¿Al menos hoy pueden dejar de pelear?
-No.- respondieron al unísono. Henry los miró divertido y luego estalló en risas.
-Mi vuelo sale en dos horas.
-El mío en tres, el papá de Kibum y Noona están registrando algunas cosas.
-Mi madre también está registrando nuestras cosas ¿No Erai?- le sonrió Henry al chico deportivo quien fingió no escuchar. Kenny los miró raro ¿Estaban saliendo esos dos o qué? ¿Por qué Henry le decía madre a la mamá de Erai?- No lo mal interpretes, sucede que Erai y yo nos convertiremos en hermanastros en Canadá. Es por eso que este chico está celoso de mi padre.- bromeó Henry.
-Nos mintieron todo este tiempo.- Renegó Erai
-Oh vamos, tenían sus motivos. Mi papá y tu mamá son y serán muy felices.
-Que emoción, voy a llorar.- chilló Kenny para luego abalanzarse sobre Henry y abrazarlo fuertemente.- Aigo, te voy a extrañar tonto, tonto, tonto. Deberías estar rumbo a China.
-No puedo. No debo.
-No me abraces.- amenazó Erai.
-No pensaba hacerlo, Erai.- tanto el chico atlético como Henry se sorprendieron, era la primera vez que Kenny lo llamaba por su nombre y sin ningún insulto extra.
-Antes de irnos, cuéntame ¿Por qué este cambio? Chul Ah va a llorar mares.- preguntó Henry.
-Chul Ah… Es una persona que lo a todo por sus amigos, un gran amigo. Creo que todos nosotros somos afortunados de tenerlo en nuestras vidas.- sonrió melancólico Kenny.
-Claro si te besaste a su novio, obvio que es buen amigo, yo te hubiese matado si tocabas a mi chica.- comentó ácidamente Erai a lo que Henry lo golpeó en la cabeza.
-Sí, lo hice. No son novios, ignorante. Son almas gemelas…- sonrió.- Nunca conocí y dudo que conozca una pareja con situaciones tan locas. Es como si hubiese visto un manga en vivo.
-Aún así, te va a extrañar mucho. Todos, incluso Erai, aunque lo niegue.- comentó travieso Henry a lo que el más alto volteó la mirada incómodo.
-Sí, me va a extrañar pero vamos él tiene asuntos pendientes por resolver. En cuanto a mí, he descubierto que quiero estar solo un tiempo- sonrió distraído de la mirada fija e incrédula de Erai.- Quiero aprender a quererme, valorarme y cuidarme. No necesito de ningún macho a mi lado para ser quien soy.
-Soy feliz al oír eso.- agregó Henry para luego mirar su celular- Mamá nos llama, es hora de irnos Erai…

Continuará…

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