14 ago 2011

Fanfic Serial: Superhero - Cap. 04

Autor: Kainet
Titulo: Superhero (Secuela de FREEDOM)
Capitulo: 04
Fandom: Super Junior, Miyavi
Parejas: Sichul / Michul
Clasificación: Angst / Au

Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.

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Track. 4: Moon

“Hey luna, cariño no seas tan mala,
estoy rogándote que me digas dónde está llorando él.
Sé que tú has estado mirando todo en el mundo
desde que hemos sido creados para buscar el amor.”


Llegué demasiado tarde. Para cuando mi avión aterrizó en Corea del Sur, el escándalo del beso entre ellos dos invadía los periódicos, la televisión e incluso la radio. Intenté ubicarlo, lo llamé pero me cortó rápidamente excusándose de que estaba camino a Tailandia para promocionar unos productos junto a Yesung y Siwon. Me dolió, mi esposa sufre en Japón, mi pequeña hija de unos cuantos meses, también. Me siento en la sala de espera del aeropuerto mientras la prensa me rodea para preguntarme sobre mi llegada y el motivo. Me río para las cámaras aunque quiero llorar. “Se me antojó comer comida coreana, decidí venir a un restaurante.” Respondí para luego colocar bien mis lentes negros y encaminarme hacia ese lugar que me enseñó, alguna vez Heechul. En el móvil veo las noticias sobre ellos, cada 15 minutos y escucho las excusas de mi princesa, dice ser solo un acto y que Siwon solo es un buen amigo. El imbécil ese trata de volver a besarlo a lo que Heechul lo mira mal y finge pegarle en broma. Conozco demasiado a Hee como para no saber que ansía asesinar a ese estirado. Recorro este pequeño lugar en el centro de la ciudad, su ciudad. Me acerco lentamente a la última mesa en la que comimos la vez que vinimos. Luce solitaria, tan solitaria como mi corazón en este momento. Me siento en el lugar en el que él se sentó, en algún lugar de mi memoria mi mente juega y me hace creer que el lugar permanece cálido pese a su ausencia. Pido el mismo plato que él ordenó aquel día y lentamente me recuesto a esperar mi orden. Fuera del restaurante, miles de fotógrafos me capturan imágenes, cómo detesto que la prensa sea así. No estoy haciendo música ¿Por qué demonios les interesa verme comer? ¿Acaso ellos no comen? ¿Acaso son los únicos con derecho a ir a un restaurante, recordar el pasado y sentirse mal? Siempre digo que soy un Dios, pero cómo deseo ser humano en este momento. Llamo al camarero, le digo que pagaré toda la ganancia del día, pero que cierre el local, sobre todo la ventana que permite que esos buitres me tomen fotos. Me mira asustado pero al firmarle un cheque en blanco, sonríe y corre a seguir mis órdenes. Temperamental, así soy. Quiero estar solo aquí, quiero recordarlo, quiero, sentirlo cerca. Mis manos tiemblan al tomar los palitos de metal, al oler la comida, su comida. Comienzo a comerla, lentamente, prolongando cada bocado, recordando cada uno de sus ingratos besos. Inconscientemente, mis mejillas se humedecen, estoy llorando. Llorándolo a él. Una vez, él me contó, entre caricias, que había visto una novela japonesa en la que decían que quien no había comida llorando, no conocía el sabor de la vida. Asumo que ahora, conozco el salado sabor de mi tristeza. Ahora soy consciente de lo que sabe el tener un corazón roto, una persona lejos y un futuro al que enfrentar. Melody debe estar sufriendo mucho. Al menos me alivia saber que Lovely aún es pequeña y aún no sabe lo decadente que se siente su padre en este momento.


“Hey luna, me pregunto por qué es que estás tan tranquila.
Incluso ahora que el mundo está yendo a su fin.
Si hubieras sido un espejo para reflejar lo que hacemos.
Entonces, tal vez, podríamos haberlo evitado.”


-Moshi, moshi.- bromeó Heechul ansiando la respuesta animada de su amigo y ex amante japonés.
-Estoy en Seúl.- atinó a decir mientras observaba la oscuridad del restaurante. Ya estaba bien entra la noche. Había estado todo el día en aquel lugar, esperando por el regreso de Heechul, de Tailandia.
-Estoy en el aeropuerto.
-Voy para allá. No vemos en el baño del tercer piso en el ala oeste.
-¿Me comprarás un frapuccino en Starbucks?- coqueteó Heechul a lo que Yesung se hizo el desentendido. Siwon, por el contrario, lo miró atento. Quería hablar con Heechul, a solas pero había sido imposible luego del beso, del escándalo y el viaje a Tailandia. Tras cortar la comunicación les sonrió feliz a ambos.- Lo siento, no iré con el staff, debo encontrarme con alguien.
-¿Con quién? ¿Quieres que te acompañemos?- preguntó Yesung, más por cortesía que por interés ya que lo único que necesitaba era correr a su departamento y meterse a la cama a dormir acurrucado con Wookie.
-No. Vayan.
-Me quedo hasta que llegue, así no se armará otro escándalo. Digamos que estamos viendo las maletas aún.- sugirió Siwon a lo que Heechul accedió. Yesung se despidió, también, despistando a algunos periodistas. Fuera les dijo que sus amigos demorarían por las maletas.- ¿Verás a tu novio japonés?- preguntó Siwon a lo que Heechul dejo de mirarlo y perdió sus ojos en algún punto fijo de la pista de vuelos.
-Sí, pero no es mi novio. Es mi mejor amigo japonés. Él está casado y tiene una hermosa bebé llamada Lovely. Asumo que eso es lo que hacen los hombres correctos. Los torcidos como yo, están condenados. Como, alguna vez dijiste… asumo que tienes razón.- sonrió melancólico probablemente Siwon no recordaba aquello.
-Yo no dije eso. Hyung, yo dije que el camino al lado del Señor era lleno de bendiciones.- Heechul volteó a mirarlo alarmado ¿Cómo recordaba aquello?
-¿Tienes bendiciones en tu camino?- cuestionó buscando aliviar la tensión.
-Sí.
-¿Cómo cuales? El cuerpo tonificado se llama gimnasio, el ser alto es herencia, el tener miles de fans es por tu complejo de príncipe.- rió escandalosamente a lo que Siwon se rió con él.
-Va más allá del físico, Hyung. El Señor me premió al dejar que te conozca, creo que esa es la bendición más grande que he recibido de él…- dicho esto, Siwon clavó sus ojos en la mirada incrédula del mayor. Un largo silencio se apoderó de los labios de ambos, sus mentes se quedaron en blanco hasta que el celular de Heechul empezó a sonar.
-Sí, voy para allá.- respondió nervioso, tomó sus cosas e hizo una venia para luego desaparecer en esa noche de aeropuerto que empezaba a convertirse en madrugada.


“Ahora estamos mirando la misma luna.
En esta noche silenciosa el mundo se está quemando.
Hey luna, apuesto a que estarás brillando allá arriba
a lo largo de las noches de más de un millón de años;
incluso después de que todos los humanos desaparezcan de aquí.”


Sé que no debí, pero lo hice. Nunca he sido el tipo de persona que se entromete en la vida de los demás. Pero con hyung es tan diferente, todo en él me importa. Quiero saber y me desespero. Siento celos y también me desespero. Sé que no tienen nada, incluso he leído en internet que el japonés ha anunciado repetidas veces el amor que siente por su esposa e hija. Pero algo inquieta mi corazón y sé que no tengo derecho. Es decir Heechul y yo solo somos compañeros de grupo, ni siquiera compartimos una amistad como otros en Super Junior. No lo comprendo o es quizás, que no lo recuerdo. Hay momentos en blanco en mi pasado, en los años que llevo en la boyband. ¿Qué es esto? Ni siquiera sé cuándo empecé a ir al psiquiatra o a tomar pastillas para la ansiedad. Solo sé que estoy lejos, muy lejos de Heechul. Esperé que se aleje un poco para luego seguir sus pasos. Ahora. Sintiendo que el corazón se me estruja, me arrepiento. Misteriosamente, entró en un baño alejado y solitario del aeropuerto. Me acerqué a la puerta mas no entré, me quedé ahí al escuchar que alguien con un acento extraño saludaba a hyung. Me ubiqué de tal manera que ninguno podía verme pero yo veía a través del espejo, a ambos. Se abrazaron fuertemente y luego Heechul empezó a llorar. A los minutos se examinaron los rostros, ahora ambos lloraban intensamente. Como si ambos se hubiesen hecho mucho daño, pero ninguno se atrevía a pedir perdón. Mi cabeza comenzó a dar vueltas, busqué en mis bolsillos mis pastillas, no obstante no las hallaba. Alcé mi equipaje, lo coloqué en mi hombro y como pude caminé hacia la farmacia más cercana. Casi ya no veía el piso, me sentía demasiado mal. Compré mi medicina e intenté tomarla pero estaba tan aturdido que lo último que recuerdo es haber caído en el piso delante de todos los flashes. Al menos así ayudaré a hyung, con mi escándalo olvidarán que él venía y no lo molestarán.

Hyung merece ser feliz, eso comprendí al verlo llorar en el baño, aferrado a un hombro que no era el mío…


“Esta historia del planeta permanece dentro del fino aire.
Sé que nada podía permanecer por siempre.
Como el sol y tu, luna, nunca podrán acercarse.”


Besó delicadamente aquella parte tan sensible en el cuello del pequeño Henry, quién gimió suavemente mientras dejaba que el más alto tome el control por completo. Despeinó sus cabellos ante el calor que subía por su piel y sus mejillas se coloraban indecorosamente. Zhou Mi conocía cada pedazo de su debilidad, cada punto dónde tocar para que el pequeño de mejillas rojas entre en frenesí. Gimió fuertemente cuando la boca del otro se apoderó de su miembro e inició aquel juego previo al climax de una relación sin compromisos. Pero algo andaba mal, el cuerpo de Henry reaccionaba a la estimulación de su pareja, no obstante su mente estaba con otra persona. Su voz entrecortada empezó a articular palabras de deseo cuando Zhou inició las embestidas. Las uñas del pequeño se clavaron en la piel del otro para hacerse más profundos y cuando finalmente pudo decir algo, dijo todo, menos el nombre de quien estaba en esa cama con él. Mimi se detuvo en seco. Pero al darse cuenta de la inconsciencia del menor, siguió. Para cuando terminaron, no se echó a dormir, caminó a la ducha, se baño y empezó a cambiarse. Henry lo miraba entre sorprendido y adormilado. ¿No le había gustado?

-¿Sucede algo?- preguntó Henry sentándose al borde de la cama para mirar fijamente al más alto que se agacho para robarle un beso. -¿No te gustó?
-Terminemos ¿Si?- le sonrió para luego despeinar el cabello del más bajo. No supo que decir, se quedó en blanco tratando de asimilar la información.
-¿Por qué?- atinó a preguntar luego de unos minutos.
-Te hago el amor y dices “Hangeng” no necesito ser muy inteligente como para no darme cuenta de lo que pasa y no soy tan tonto como para creer cualquier excusa que salga de esa boca…
-Zhou Mi…
-Seamos amigos ¿Si?- dicho esto se volvió a levantar y salió de la habitación, luego del departamento y finalmente, de la vida de su pequeño hámster. Una vez en su auto, llamó a su agente. Aceptaría esos trabajos en China. Lo mejor que podía hacer al tener el corazón así de roto era sonreír y seguir adelante con su trabajo.


“Si yo pudiera ir volando en el cielo de la noche brumosa.
Montando las nubes de tormenta que parecen a punto de estallar en lágrimas.”


Llevaba como tres horas esperando a que lo atiendan, pese a ser un famoso artista, en aquel hospital psiquiátrico, era un humano más. Hangeng miró su reloj y volvió los ojos hacia donde estaban los demás. No estaban todos, faltaban varios, sobre todo Heechul. Siwon había sido ingresado debido a una crisis en el aeropuerto. El chino asumía muchas cosas pero no sabía cual tomar por cierta. Solo que su amigo estaba ahí, con calmantes, sin respuesta alguna de su médico de cabecera. El psiquiatra, tiempo atrás, le había recomendado llamar a Heechul, de ese modo Siwon podría recordar paulatinamente lo sucedido y aliviar todos los sentimientos de culpa. Pero quizás algo había acelerado el proceso y lo había hecho entrar en ese ataque de pánico en el aeropuerto. Sentía miedo por su amigo, también por Heechul. Si algo le pasaba a Siwon, Heechul jamás se lo perdonaría. Tras unos minutos en silencio salió el médico y llamó al manager, al líder y a Hangeng para que hablen sobre la situación de su amigo.


“Hey luna ¿Me equivoco? Todavía creo en que nuestras oraciones no se van,
a pesar de todos los seres efímeros.”


Está mal, pero he terminado aceptando venir. Me he disfrazado de chica para que nadie me reconozca, para que nadie delate esta aventura que estamos dispuestos a vivir Miyavi y yo. Ambos hemos planeado hospedarnos en un hotel, yo con un nombre de chica en la habitación 103 y él en la siguiente, nadie sospechará de una chica cualquiera, si me ve. Nadie se enterará de lo que va a pasar esta noche. Acordamos apagar nuestros celulares y dedicarnos un tiempo para hablar en un lugar seguro, lejos de todo y de todos. Entro en mi habitación asignada y a la hora tocan mi puerta, es él. Abro lentamente a lo que entra rápidamente y me clava un beso en los labios. “Extraño ese piercing” le bromeo a lo que se ríe cínico. Está casado y tiene una hija, no dejo de pensar en el daño que le estoy haciendo a esa familia, pero también le he hecho daño a él y quiero aliviar su dolor.


“Ahora en una noche silenciosa,
el mundo está sangrando.”


La ropa cae de a pocos mientras beso lentamente su piel blanca como la leche. Extrañaba ese aroma, esa esencia, esos labios y esa voz tibia hecha susurro cerca a mi oreja; volviéndome loco, tan loco y cínico como para siquiera pensar en algo o alguien más. Esta noche ni siquiera importo yo, importa él: Heechul. Mis manos se deslizan por su cuerpo y se eriza al sentirme. Vibra con cada pequeño y corto beso que mi boca le proporciona a su cuerpo. Susurra mi nombre, haciéndome creer que me ama. Siempre eres así, Heechul, siempre juegas con mi corazón, lo tomas delicadamente entre tus manos, puede parecer fuerte y seguro pero por momentos lo sueltas y luego lo atrapas toscamente justo antes de impactar en el suelo. No dejas que toque el piso, que choque con la realidad y eso lo hace un juego aún más cruel. Puedo parecerme a ti en muchas maneras, pero en otras he aprendido a diferenciarme. Tocas mi alma transparente, tocas mi débil e inútil mente y todo lo envuelves y enredas. Me enredas en ti, me atrapas de una manera dolorosamente placentera y adictiva. Siendo consciente del daño que haces, aquí estoy, buscando más mentiras; buscando que la luna, testigo de nuestro encuentro, te convenza de amarme tanto como yo te amo. Nos besamos desenfrenadamente y nos entregamos el uno al otro, no obstante, siempre me queda ese sinsabor a ti. Tú, no terminas de entregarte. Duele. Tras el acto de amor, mi acto de amor, caes rendido y yo detrás de ti, aseguro tu cintura a mis brazos y acomodo mi cara en tu cuello. Mañana, más tarde, volveremos a la realidad.


“Estoy cantando sin saber dónde está llorando él”


-¿Ya estás mejor?- preguntó Kyu mientras los demás miembros miraban preocupados a Siwon quien sonrió algo demacrado. Una noche entera en aquel lugar era de preocupar.
-Sí, solo que no tomé mi medicina y me dio como un ataque de pánico, todo controlado. ¿No están todos?- cuestionó al notar que faltaban compañeros, entre ellos, Heechul.
-Sí, Henry está en camino. Kangin está en la cafetería con Shindong. Kibum tiene ensayo de su película…- se limitó a informar Leeteuk con cierto miedo.
-Llegué- chilló Henry muy radiante, miró a todos algo confundido y luego volvió a sonreír.- ¿Mimi les has contado el chisme?
-¿Crees que todo es juego? Estás tarde.- reprochó Hangeng a lo que el menor lo miró enojado.
-En fin, tengo dos anuncios. Primero…- miró a Zhou Mi quien bajó la mirada con una sonrisa en su rostro.- Zhou Mi y yo hemos terminado pero somos amigos.- Ante el silencio de los demás Henry intentó aliviar la situación, sobre todo cambiar la expresión en el rostro de Hangeng.- El segundo es que Heechul no vendrá hoy, estoy casi seguro de eso. Ayer llegó a mis oídos que estaba en un hotel con su ex, el japonés… ya saben…
-Será mejor que no digas estupideces.- lo retó Hangeng muy alterado al ver la cara de Siwon. Si algo podía dañar la mejoría de su amigo era esa información.- Si eso sale de nuestro círculo dañaría mucho la imagen. Miyavi es un hombre casado, deja de decir tonterías. No hables de los demás si no sabes. ¿Crees que nos interesa si terminas o no con Zhou? ¿Crees que nos interesa si Heechul fue a un hotel? Es su vida, es libre de hacer lo que quiere. Así que deja de hacernos perder el tiempo y sé útil para Super Junior…- Henry estaba por estallar en llanto y Zhou Mi por romperle la cara a Hangeng, no obstante todos se preocuparon al ver como Siwon caía sobre sus rodillas y tomaba fuertemente su cabeza.- ¿Siwon? ¿Siwon?- corrió el chino mayor para atender a su amigo.- Llamen a una ambulancia…

Continuará…

Nota:
volví, luego de mil años hahahaha. Horrores ortográficos por mi cuenta, no tuve beta porque recién terminé de escribirlo. Las cursivas son la letra de la canción de Miyavi - Moon. Solo que en la traducción original dice "ella" y no "él" :)! Espero que les guste. Besos

3 comentarios:

  1. Jajajaj! Que genial! Mori con este capo! Pobre de mi Bebo ;-; Mi SiWon!! Bueno, haber como avanza todo esto, ando mega picadisima!!! XD espero continues pronto, Amo este FiCo! XD

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  2. Gracias por leer, este serial también está terminado :D

    espero, les guste.

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Ella quiere saber

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