20 ago 2011

Fanfic Serial - MET Cap Final 1

Autor: Kainet
Titulo: My english teacher
Capitulo: Capitulo FINAL 1° Parte
Fandom: Super Junior
Parejas: Sichul / Kihae / Hanry
Clasificación: Angst / AU

Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.

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FINAL - 1° Parte


Quince punto uno: DongHae

El cuerpo me dolía, no obstante seguía bailando en aquel aula vacía, a media luz. Lo que había sentido en aquel escenario, al saber mi número como uno de los 10 finalistas y uno de los favoritos, todo eso me motivaba. ¿Kibum? En mi corazón, motivándome a ser lo mejor que puedo llegar a ser. No lo he visto en algún tiempo, los días que he faltado por esta convocatoria. ¿Un sueño? Quizás, pero es la primera vez que hago algo por mí y no por los demás. Anoche soñé con papá, sonreía ampliamente y acariciaba mi cabeza. No dijo nada, no era necesario, sabía de su apoyo. Mi familia también me apoya. Mi hermano me cubre en la tienda de discos y mi cuñada viene a verme con carteles hechos de papel. Mi madre me trae agua y comida. Mi familia es la mejor y todo es gracias a mi amado padre. Él nos enseñó esto, a amarnos sin importar nada más. El reloj marca las tres de la madrugada, debería dormir, lo sé, pero mi cuerpo quiere practicar más y más, ansía ganar, aunque sea algo imposible.

-¿Realmente crees que matando tu cuerpo vas a ganarme?- preguntó una silueta desde la oscuridad.- Eunhyuk…- se presentó mostrando su rostro fiero.
-No he venido a ganarle a nadie, vine a ver qué sucedía.- sonrió frescamente Donghae mientras secaba su sudor de forma agitada.
-Tsk… Lo que más detesto son las personas poco serias en el baile.
-Yo no detesto a nadie, es darle demasiada importancia a alguien que no la tiene.- una vez dicho esto Donghae sonrió para sí ¿Cuándo había aprendido a ser tan frío? Definitivamente era influencia de Kibum.- Mira, disculpa si te levanté, ya me iré a dormir. – colocó la toalla alrededor de su cuello y camino hacia la puerta.
-Buena suerte, Lee Donghae. Buena suerte.- dijo irónicamente Eunhyuk.
-No la necesito.

Dio mil vueltas en su cama, lleno de nervios, pensando en que pronto amanecería y que quizás no lo logre. Se puso hiperactivo mientras los minutos pasaban. Durmió aproximadamente dos horas ya que a las seis en punto los reclutaron para ir a calentar a la sala de baile. A las diez de la mañana sería la final. Donghae empezó a estirar su cuerpo mientras observaba a los demás, eran bastante buenos, realmente no comprendía cómo es que estaba en ese lugar. De repente divisó a lo lejos a Eunhyuk, venía junto a un chico pequeño, de ojos en forma de avellana y sonrisa rosa. Bastante femenino y de nariz espigada. Venían de la mano y empezaron a calentar juntos, durante unos minutos sintió celos. Ojala el tuviese a su lado a Kibum para practicar así, aunque ciertamente no estaba seguro de que Kibum fuese bueno bailando. Menos que esté interesado en hacer un casting. Al parecer él era feliz con la vida que llevaba. Lo que fue escándalo fue aquel beso romántico que aquellos dos se dieron antes de que el reloj marque el inicio de las eliminatorias. Donghae abrió los ojos como platos al ver a su rival en baile en una etapa muy diferente, la de gay amoroso con aquel chiquillo vestido de blanco con rosa.

-Número 68, al frente.- llamó uno de los cinco jueces que aquel día determinarían a los dos mejores.- nombre completo, aspiraciones.
-Lee Sungmin, quiero ser el mejor en lo que hago.- dijo determinadamente aquel chico que minutos antes besaba dulcemente a Eunhyuk. Donghae se cruzó de brazos y vio como aquel chico iniciaba su danza. Era buena, no obstante, en su humilde opinión le faltaba algo, quizás pasión. Sus movimientos no eran ni muy masculinos, ni muy femeninos, eran un punto medio muy confuso. Quizás ese sería un punto en contra del chico.
-No califica, siguiente. Número 114, al frente- sentenció uno de los jueces alarmando a los nueve restantes. Donghae sintió pánico al ver la severidad de aquellos mayores, Sungmin salió corriendo mientras que el encargado continuaba llamando al 114, Eunhyuk.- ¿No está el 114?- preguntó el más severo de los jueces. Bien, número 78, al frente, nombre y aspiración.- Donghae buscó a su rival con la mirada, no estaba. ¿Cómo podía dejar pasar semejante oportunidad? Él era el último en llamar así que decidió ir a mojarse la cara para despertar un poco. Para cuando entró en el baño dio un salto al escuchar sonidos raros de uno de los cubículos.
-Babo, deberías estar bailando.
-¿Y dejar que mi novio llore en el baño? Prefiero hacerte sentir mejor, Sungmin, si tu no entras, no me interesa ganar.- una vez más sintió celos al escuchar la conversación desde aquel baño. Donghae quería ahí mismo a Kibum, lo quería y ya. Aunque claro, de seguro estaba con Kenny. Bajó la cabeza, sonrojado, al escuchar como esa conversación subía de tono y las palabras se convertían en gemidos, cerró por dentro el baño y salió, ya encontraría otra manera de refrescarse.

Lo busqué ni bien llegué, me dijeron que ya habían bailado cinco de los nueves que se iban a presentar. Un miedo inmenso se apoderó de mí, ¿Era demasiado tarde? Para cuando iba a sentarme derrotado lo vi asomarse entre las cortinas. Miraba fijamente a quien bailaba. No me importó que estuviese prohibido, corrí entre las butacas y lo alcancé. Me miró sorprendido, casi llora pero lo detuve entregándole la bebida vigorizante que le había comprado. Quiso hablar pero lo detuve, también. Debía bailar, debía hacerlo bien, debía cumplir su sueño y por sobre todas las cosas, debía saber que yo estaba ahí, con él, para apoyarlo. “Mírame bien, Kibum…” susurró con una sonrisa traviesa mientras se dirigía al escenario. Luego de dos chicos más, lo llamaron. Su número era el 129, el mismo de nuestra aula. La música empezó, su cuerpo parecía una pluma flotando en el viento, era como si él y la música si hicieran uno. Nunca antes lo había visto bailar con tanta pasión, pero desde aquel momento supe que yo era adicto a su adicción al baile. Me senté cerca a su familia y lo observé durante aquellos cortos cinco minutos en los que se volvió arte. Sí, Donghae es arte cuando baila. Pude percibir que todos sintieron lo mismo que yo, enmudecieron al verlo bailar, incluso los jueces. Para cuando terminó mostró aquella hermosa sonrisa de la que me he enamorado, de la que nunca podré escapar.

-129, Lee Donghae felicidades, eres el primer elegido.- anunció el juez a lo que Donghae casi se desmaya al escuchar aquello, estaba preparado para perder, no para ganar. Las gotas de sudor en su frente resbalaron lentamente mientras el asimilaba la información.- Acabas de ingresar a la academia de entrenamiento de la SM Entetaiment.- hizo una venia y sin importarle nada, saltó del escenario para correr a abrazar a su querido profesor, a su Kibum. Los jueces lo siguieron con la mirada, entre ellos el que lo invitó al casting.
-¿Quién es aquel a quien abraza Donghae?- le preguntó a su asistente.
-No sé, un amigo suyo.
-Lo quiero en el grupo.
-No sabemos si canta o baila.
-¿Vas a cuestionar mi vista de productor?
-No señor, iré a convencerlo.

Escapamos de los aplausos, no nos importó nada, corrimos hacia donde podíamos estar solos, tomados de las manos, felices, impacientes. Me detuve en seco para cuando estuvimos solos en aquella sala desconocida. Acaricié su cabeza mientras el sonreía travieso ante su triunfo. “Congrats…” le susurré al oído mientras que sentía que se estremecía con mi cercanía. “Thank you, my english teacher.” Respondió para mi sorpresa. Quise besarlo, pero no era el lugar, ni el momento. Lo abracé fuertemente y le pedí que nos viéramos luego de que todo acabe. Para cuando él me iba a responder nos interrumpieron sus familiares, lo felicitaron y llenaron de amor. Saludé a todos y ellos me miraron sorprendidos.

-¿Disculpe?- me preguntó un hombre de aparentemente unos 30 años.
-¿Si? ¿Yo? Donghae es él…- señalé a mi futuro novio, el ganador de aquel concurso de baile.
-Sí lo sé, es que… hay dos cupos y… Donghae es uno, el resto no llenó las expectativas de los jueces y el productor, no obstante tu apareciste y…
-¿Eh?- me confundió su amabilidad y me desesperaron las miles de vueltas que le daba al asunto si quería hablar con Donghae ¿Por qué me hablaba a mí?
-¿Te interesa ser parte de SM Ent.?- me preguntó directamente dejándome sin palabras, llamando la atención de todos los presentes.
-¿Qué? ¿Yo? Pero no he audisionado, no bailo.
-Nuestro productor dice que tienes el rostro que necesita. Eres lo que buscamos, te queremos dentro al igual que Donghae.- explicó a lo que la familia y mi pescadito se acercaron.
-¿Esto es una broma?
-No, hablo en serio. Te queremos dentro de la academia, el baile se aprende. El canto se educa, tu rostro, ya lo vemos en miles de anuncios, obvio junto a tu buen amigo Donghae.- sonrió. Volteé a ver a “mi amigo” sus ojos brillaban como nunca y por qué no, estar junto a Donghae era la único que yo quería. Sonreí forzadamente y tras unos minutos, asentí en silencio.- Ok, estoy dentro, pero debe prometerme que estaré siempre con Donghae, soy muy tímido y me cuesta hacer amigos…
-No se separarán nunca, serán parte de algo muy grande…- sonrió el asistente del productor para luego darle un número a Kibum y llevarlo, junto a Donghae a conocer a los jueces.


Quince punto dos: Kenny

-Lo siento, mamá. Hay otro sitio donde debo estar.- Dijo Erai a lo que la mujer mayor y Henry lo miraron sorprendidos. Estaban ya abordando el avión ¿Qué podía inquietar al chiquillo ese?
-Ve por él…- le dijo Henry a lo que Erai tomó su mochila y salió corriendo, esperando que aquella persona aún esté en la sala de espera para USA.- Yo te explico omma.- Sonrió Henry mientras abrazaba a su nueva mamá. Iba a ser difícil pero de seguro su padre terminaría por convencer a la mujer de edad mayor.

Corrió hasta que su aliento se hizo agitado y le era casi imposible respirar. Se detuvo y buscó con la mirada, para cuando sus ojos se encontraron con aquella persona ya hacían la primera llamada para abordar el avión. Se levantó altivo y caminó hacia la operadora, luego de unos minutos cambió su pasaje y se sentó al lado de Kenny. El más bajo lo miraba anonadado ¿Qué diablos hacía ahí? Se supone que su avión ya había salido. ¿Le había pasado algo malo a Henry?

-¿Qué tanto me miras?- le dijo enojado a lo que Kenny dio un salto de susto. Era real, Erai estaba ahí, a su lado, en la sala de espera.- ¿Acabo no puedo ir a Estados Unidos?
-Yah- chilló detrás de ambos la noona de Kenny para luego tirarle un golpe en la cabeza a Erai- ¿Quién te crees para molestar a mi hermanito? Tsk… te le vuelves a acercar y te…
-Noona, él es Erai.- atinó a decir Kenny a lo que la mayor volteó a mirarlo asustada.
-¿Qué hace aquí? ¿No iba a largarse a Canadá? Momento, tú debes saber casi lo mismo que yo- señaló a su hermanito.- Yah… dime tú ¿Qué diablos quieres aquí?
-Arg… Noona, no seas tan tosca, pareces el hombre, ahora comprendo por qué Kenny es tan mujer… ouch!- chilló a lo que la mayor le volvió a golpear y Kenny estallaba en risas.- Noona ¿Estados Unidos es privilegio tuyo? Yo puedo viajar a donde quiera…
-En eso tiene razón, noona. Además no iremos ni al mismo estado. – comentó Kenny- Omma!- chilló mirando al padre de Kibum acercarse.- Omma ¿Ya estás lista?- le preguntó cuando se abrazaron al verse.
-Sí, pero mi corazón duele.- respondió el mayor a lo que los otros dos se acercaron a saludar.- Omoh! ¿Quién es este apuesto jovencito? ¿Es un nuevo novio?- preguntó a los hermanos Woo, ambos negaron con la cabeza.
-No, omma ya sabes que Noona se casará en Estados Unidos y yo… yo seré soltero de por vida, además este es heterosexual…- señaló a Erai quien, por alguna razón, se sintió mal. El último llamado para el vuelvo fue hecho y todos se acercaron a la fila. Fue una sorpresa enorme que el asiento de Kenny y Erai estuviesen juntos, mientras que su Noona y su omma quedaban como a tres filas adelante.

Erai miró confundido, eran asientos de a 3 pero en esa fila, la fila que le correspondía a Kenny y él, solo había dos ocupados. El más femenino sacó un manga, luego sus audífonos y tras colocárselos empezó a leer, sin prestarle atención alguna a su acompañante o quizás disimulando los nervios que sentía. El vacío en su estomago. Nunca había estado tanto tiempo a sola y sin pelear con Erai. Estaba rogando porque su Noona venga en su rescate, no obstante ni bien se sentó se quedó dormida. Sentía la mirada de Erai fija en él ¿Qué diablos estaba sucediendo? Su corazón se aceleró cuando el más alto se acercó a quitarle los audífonos. Kenny lo miró detenidamente, su rostro estaba muy rojo y parecía nervioso.

-Sé que quieres estar solo…- susurró a lo que el más bajo abrió los ojos.- Y que quieres un tiempo para ti…- trago saliva y bajó la mirada durante unos segundos.- Pero quiero que seas la primera opción que veas cuando termine ese tiempo, Kenny.
-Erai ¿Qué estás diciendo?- tartamudeó con el rostro totalmente rojo. ¿Acaso Erai se le acababa de declarar?
-Si no era Kibum, era cualquier otro con quien te acostabas… una y otra vez traté de decirme que tú y yo solo podemos pelear si estamos cerca. Pero sé que he sido yo, siempre, quien te atacaba. Lamento todas las veces que dije cosas crueles, pero era mi única escapatoria. ¿De qué otra manera podía alejarte de mí? Pensaba que si me odiabas y no te me acercabas esto que siento…- empezó a susurrar mientras llevaba su mano hacia su pecho- desaparecería.
-Desde cuándo…- atinó a preguntar en medio de su sorpresa.
-Desde que ingresaste a la secundaria, quise ser tu amigo ni bien te vi pero luego llegó el tutor Kibum y empezaron todos los rumores sobre tu relación con él y luego las veces que te escuché teniendo relaciones con otros chicos en el baño y luego cuando nos conocimos y vi que amabas a Kibum… supe que yo no podía ser tu amigo. – dicho esto Erai bajó la mirada y buscó colocarle los audífonos al menor quien en ese gesto aprovechó para darle un corto beso en la comisura del labio.
-A mi me gustas desde la primera vez que me defendiste en el baño. Pero me tratabas tan mal y siempre actuabas como si odiaras a los gays que pensé que no tenía ninguna oportunidad contigo… a la hora de terminar con Kibum, lo hice por mí pero también porque mi cabeza ya no se enfocaba en él sino en ti. Yo pensé que me… odi…-no terminó de susurrar lo ultimo ya que Erai lo tomó del rostro y besó sus labios.- de…be..mos.. des…pa…cio…- dijo mientras se separaban.
-Claro. ¿Qué crees? ¿Qué tendré mi primera vez en el baño de un avión? Sé que amas hacerlo en los baños, pero si aceptas ser mi novio tendrás que aprender muchas cosas.- finalizó Erai para luego tomarle de la mano y mirar hacia otro lado para disimular su sonrojo. Kenny sonrió coquetamente mientras entrelazaba sus dedos con los del otro y se apoyaba para dormir en su hombro. Sería un largo y hermoso viaje hacia una nueva vida.


Quince punto tres: Henry

Miré mi reloj detenidamente, el cambio horario entre Canadá y Corea del Sur se notaba ya que mis manecillas se habían detenido. De seguro Kenny y Erai estaban peleando, aunque en el fondo, yo sé que se gustan. Serán felices. La madre de Erai entró en crisis pero luego mi padre la tranquilizó cuando llegamos a mi casa en Canadá. Fui a saludar a algunos vecinos y he conocido chicos coreanos y chinos muy amables. Me siento feliz de empezar de nuevo, en una semana inician mis clases en la escuela de música, no puedo esperar. Sin embargo, me duele el corazón. No solo extraño a Hangeng. Extraño a mis amigos, a Corea del Sur, su comida y sus calles. Aquí el día se hace largo y sonrío al lado de papá y mamá pero mi corazón está vacío. Toco el violín a diario y todos alaban mis habilidades, no obstante siempre me dicen que mis notas son muy tristes y melancólicas. Siempre termino haciendo llorar a alguien. Es la única manera que tengo para expresar este dolor que se llama Hangeng. Día a día se repite mi rutina sonriente y duele por dentro. Día a día soy quien no soy. Esto es amor ¿verdad? Tiene que serlo, sino no sería tan doloroso. De alguna manera, lo que da fuerzas es el saberlo feliz allá, en China. Si me dijeran que pueden cumplirme un deseo, cualquiera que fuese, pediría volver a ver su rostro. Solo eso.

-¿Mañana empiezas las clases?- preguntó su padre en aquella íntima cena familiar. Henry sonrió feliz y asintió en silencio.
-Aigo, este muchacho. Ya deberías estar saliendo con chicos o chicas.- agregó su madre.- Erai me llama para decirme que se quedará a estudiar allá, definitivamente. Mi corazón de madre duele, pero si él es feliz al lado de Kenny, debemos darle la bendición ¿No?
-Claro, Omma. Erai va a ser muy feliz y exitoso al lado de Kenny.- agregó feliz Henry.
-¿De verdad estás bien aquí, hijo?- preguntó su padre al ver la sonrisa de su pequeño.
-Claro, vivo en familia. ¿Qué más podría desear?
-Ten un novio.- rogó su madre- conocí ayer a un chico muy lindo, es chino y…
-No madre, por favor. No creo que sea capaz de amar a otra persona. Sería lastimar a terceros. Ahora me dedicaré al violín y la música. Y mejor me voy a dormir, no vaya a ser que me quede dormido.- dicho esto se despidió con una venia y caminó hacia su habitación donde se dejó caer sobre su cama y cerró los ojos forzadamente para detener las lágrimas. ¿Salir con otros chicos? Eso era imposible. No existía nadie más aparte de su querido Gege.

A la mañana siguiente se colocó su mejor polo, uno rojo con amarillo para denotar ese amor que le tenía a esa lejana y desconocida China. Tomó unos jeans algo ajustados y amarró sus zapatillas blancas altas. Peinó un poco su cabello marrón caramelo y colocó una gorra de lado sobre este. Tomó su violín y su mochila y se encaminó hacia su escuela de música. Iría a pie ya que era temprano y estaba cerca a su casa. Mientras caminaba cerraba los ojos de rato en rato, sintiendo el viento en su rostro. Que fresca se sentía la primavera en aquel lugar. Qué bien olían las flores, parecía que estuviese en algún cuento infantil. Y de repente, su camino fue interrumpido. Algo aprisionaba sus piernas. Tan distraído, seguro había chocado con algo o alguien. Cuando miró hacia abajo se encontró con un pequeño de unos 3 años aproximadamente, lo miraba atento. Tenía rasgos orientales así que de seguro era de su barrio.

-Hola- saludó agachándose para quedar a la misma altura del pequeño- ¿Estás perdido?
-Ni hao wo xe Han Tao.- una gran gota apareció en la cabeza de Henry, sí, era descendiente chino pero no sabía nada del idioma. Era mil veces mejor en inglés. Ante su silencio el pequeño lo tomó de la mano y comenzó a jalarlo. Henry sonrió feliz mientras era guiado hacia algún lado, aquel pequeño le inspiraba tanta ternura y en cierta medida le recordaba al hijo de Hangeng.- Appa!- chilló el pequeño cuando estuvieron en un pequeño parque de juegos rodeado de árboles de cerezo. Los ojos de Henry se llenaron de lágrimas cuando levantó la vista para mirar hacia donde corría el pequeño. Ahí, frente a él, a unos cuantos metros, estaba Hangeng.- Appa, encontré a Henli- dijo señalando al adormilado mayor que descansaba en el pasto. – Appa, despierta…- sacudió a su padre para que luego de unos minutos el mayor se levante lenta y torpemente para rascar su cabeza y sin mirar a quien tenía en frente acarició las amplias mejillas de su hijo.
-Ya te he dicho que no todos los chicos con violín son Henry… Disculpe…- enmudeció mientras se levantaba y miraba a quien estaba ahí, estático, sin poder creerlo.- Henry…

No hubo más palabras solo un repentino abrazo entre ambos mientras las hojas de cerezo caían con el viento de aquella mañana. El pequeño rió feliz y hasta aplaudió al ver a su padre sonreír tan frescamente. Y es que, desde que habían llegado a Canadá lo único que habían hecho era ir de paseo por algunos parques de niños, los más cercanos a los institutos de música. Su padre siempre se detenía uno o dos días frente al instituto para ver la lista de ingresantes a violín. Era constante ver las lágrimas contenidas en una sonrisa de su padre. Día a día jugaban en algunos parques y siempre, el pequeño aparecía con un extraño diferente, guiándose de si llevaban un violín. Varias veces le había dicho que no haga eso, que era peligroso, pero el menor no hacía caso y cuando menos lo esperaba ya estaba trayendo a otro joven de rasgos asiáticos y violín. Habían sido muchas veces las que se había disculpado con jóvenes que lo miraban como si fuese un pervertido. Pero aquel día, su pequeño hijo, había encontrado al verdadero, al único Henry Lau que tanto había buscado.

Sentí que el alma me volvía al cuerpo cuando lo abracé y cuando sus lágrimas mojaron mi hombro. Ahí tenía mi deseo, lo estaba viendo de nuevo y todo gracias a su hermoso hijo. No me importó faltar a mi primera clase, simplemente me dediqué a hablar con él mientras su pequeño jugaba en los juegos. Me contó que había llegado a Corea del Sur un día después de mi partida. Me contó que me buscó como loco, trató de localizarme pero al tener a Erai en Estados Unidos no sabía con quien más contactarse. Felizmente Heechul y Kenny mantenían contacto y fue así como el novio de mi hermanastro consiguió darle algunos datos míos. Llevaba como un mes en Canadá, buscándome en el instituto de música y recién lograba encontrarme. Me pidió que lo perdone por irse, me explicó que ya estaba divorciado y que ya no tenía nada que ver con aquella mujer. Incluso había abierto de nuevo su restaurante, pero en China y su madre lo administraba. No había retomado las clases de inglés pero sí las de danza y hasta pensaba en audisionar a una compañía de allá. Ya lo había hecho en China y había pasado a las finales, pero lo dejó debido a su divorcio. Acaricié su rostro y besé su mejilla. Lo amo tanto y soy tan feliz de volver a verlo.

-Debes volver a Corea.- le susurré para luego dejar que me bese en los labios. Fue lento, cálido y tan ansiado que casi nos ahogamos al quedarnos sin respiración.- Debes hacerlo, debes ir y pasar de nuevo esa audisión, debes dar lo mejor de ti. Yo estudio música y nos vamos a volver a encontrar.
-Quiero estar contigo.
-Yo también, pero ambos debemos dar lo mejor de nosotros para poder estar juntos… vamos a mi casa. Joongie jugará con la nana que ayuda en la casa y tu y yo podremos hablar mejor.- tomé de su mano y lo jalé conmigo a lo que luego se nos unió el pequeño –Joongie. Caminamos hasta mi casa donde di la orden de no ser interrumpidos. El pequeño se quedó jugando en el patio con la nana mientras que la casa vacía quedaba para él y para mí. Lo guié hasta mi habitación y cerré con llave, pese a que mis padres no estaban. Quería que el momento fuese perfecto. Cuando te ofrecí vivir conmigo sabía lo que implicaba tenernos bajo un mismo techo…
-¿Estás seguro?- preguntó Hangeng mientras clavaba su mirada en los ojos del menor.
-Estoy seguro de lo que quiero desde la primera vez que te mentí para que me beses…- respondió Henry dando un paso adelante y colocando sus manos sobre el pecho de Hangeng. Se sonrojó al sentir los fuertes latidos en ese corazón, corazón que ahora era completamente suyo.

Lenta y delicadamente, fueron desprendiéndose de la ropa. Dejando que la piel se sienta con más intensidad. Su primera vez juntos. Hangeng acomodó lentamente a Henry en la cama y se colocó encima para besar sus labios, luego su cuello e iniciar un recorrido de besos hasta llegar a su cintura donde se entretuvo con su ombligo y luego bajó a su entrepierna, lugar donde Henry no pudo más y soltó un gemido delicado. Hangeng sonrió malicioso ante la sensibilidad del menor y luego de unos minutos introdujo ese joven un virgen miembro en su boca para darle más placer, mucho más placer. Luego de unos minutos empezó a preparar la entrada del menor quien ya empezaba a perder el control por completo. Uno, luego dos finalmente tres dedos empezaron a moverse en su interior mientras el pequeño se retorcía de placer. -Wo ai ni- le susurró Hangeng mientras introducía su miembro en el interior de Henry, quien soltó un grito de dolor.- Saranghae- susurró mientras acariciaba su cabello y besaba sus labios para tranquilizar el dolor y esperaba que el otro se sienta cómodo. Henry sonrió entre lágrimas al sentir a su amado Hangeng en su interior y abrió los ojos para hacerle saber que podía continuar.- I love you…- susurró el mayor cuando inició sus embestidas mientras que las mejillas del menor se coloraban, le había dicho “Te amo” en casa idioma que conocía y eso era realmente especial, sobre todo en esa primera vez. Tras finalizar su acto de amor, se abrazaron y acurrucaron en la gran cama. Hangeng rodeó la delicada cintura de su pequeño y lo giró para que ambos queden frente a frente unidos en una caricia. –Este no es el final, es el inicio de un todo, my dear english teacher.- le susurró para luego besar su frente y observarlo dormir. Lo miró dormir durante unas horas hasta que llegó la hora de cambiarse y salir en busca de su hijo. Henry lo presentó en la cena, ambos padres lo aprobaron y adoraron al pequeño.

-Nos vamos a volver a encontrar, Henry Lau.
-Sí, además estaremos en contacto. Hangeng Gege.- dicho esto ambos volvieron a besarse y se quedaron juntos hasta la última llamada del avión. El mayor alzó en brazos a s hijo y se encaminó hacia el avión. Lo último que vio fue una hermosa sonrisa en los labios de su Henry.


Quince punto cuatro: Heechul

Acomodó la apretada corbata en su sastre negro. No le gustaba mucho usar ese tipo de ropas pero ya qué más daba, de alguna manera, era el único que terminaba graduándose de esa academia de inglés. De seguro por los meses en los que Siwon habitó en su cuerpo ya que nada recordaba de aquel idioma tan complicado para él. Miró detenidamente su imagen en el espejo, su larga cabellera la corto luego de conocer a la prometida de Siwon. No se habían vuelto a ver y se seguro con la partida de Kenny era por algún rompimiento debido a esa chiquilla que se llamaba ser su prometida. En aquella clausura lo vería ya que sería el encargado de entregarle su diploma en inglés, no obstante se sentía nervioso. Un miedo incontrolable invadía su ser, como nunca antes, se sintió inseguro. Suspiró hondo mientras volvía a arreglar su cabello, ya no podía hacerse colas altas y largas, ahora lo tenía sobre los hombros y se veía un poco más masculino. El color había variado, ya no lo tenía negro sino rojizo, casi naranja, un color que le favorecía muchísimo. Sonrió acariciando su cabello de forma egocéntrica hasta que descubrió que su madrastra lo espiaba desde la puerta.

-Yah, vieja bruja ¿Qué diablos haces ahí?- chilló avergonzado a lo que la hermosa mujer entró sonriente, ya conocía la lengua venenosa de ese pequeño tonto. Nada le sorprendía, de entre sus manos saco una cadena plateada que tenía la forma de la primera sílaba de su nombre y se la mostró.
-Aigo, mi hijo se gradúa en inglés. Estoy orgullosa pese a que siento que más que aprender el idioma aprendiste a ser más humano. Este es mi regalo. No le digas a tu padre ¿Si? Él cree que su regalo será mejor.- le sonrió a lo que Heechul simplemente abrazó a la mujer y en silencio le hizo saber lo agradecido que estaba.- Tu novio ha venido por ti y me ha contado que está en una empresa de entretenimiento. Con esa cara…
-Yah… bruja. No pensarás inscribirme en otro curso loco sin mi permiso, ¿No?- dicho esto la mujer mayor se rió y sacó un número.- Aishhh me volverás loco.
-Algo tienes que hacer con esa belleza y esa juventud, pero por sobre todas las cosas, con esa actitud tan única. Aigo, ya ve que Jay está impaciente y tu padre lo interroga más que a los novios de tu hermana. -Heechul miró aquel papel, era para audisionar en una empresa conocida. Sonrió egocéntrico, de seguro iba a ser fácil ingresar además no tenía mayores planes para su vida. Bajó a encontrarse con su novio, Jay. El fiel chico que esperó mucho por él. Retó a su padre por celoso y todos en familia se dirigieron a la ceremonia.

Sentí que mi cuerpo se desvanecía mientras subía las escaleras para encontrármelo en aquel estrado. Sonríe ampliamente y sus ojos brillan al encontrarnos frente a frente. Estira el diploma y me felicita por mis notas pese a que sabe que todo es merito suyo. Sé que este encuentro lastima a Jay, pero qué puedo hacer, no puedo evitar seguir amando a Siwon y mucho menos evitar que me entregue el diploma. Luego de unas palabras de felicitaciones bajo y siguen mis demás compañeros, una vez que termina la entrega empieza la fiesta. Me es difícil verlo, para rodeado a profesores, desearía poder acercarme y desearle felicidad por su futuro matrimonio no obstante no puedo. Me desprendo de Jay unos minutos y voy al baño, lavo mi rostro y luego peino mi cabello. Me quedo estático cuando lo veo entrar a través del espejo.

-Qué bueno que te has graduado, Hyung.- hace una venia.- También soy feliz de que tu relación con Jay vaya bien.
-Lo mismo digo, felicidades por tu compromiso. Asumo que será uno de los profesores más extrañados ahora que tu familia vuelve a la cúspide.- comentó de forma fría mientras intentaba caminar hacia la salida.
-Oh no, hyung. No me casaré con Estella, el joven Choi con el que la anuncian en las noticias es mi primo. Yo ya nada tengo que ver con esa familia. De tiempo en tiempo veo a mi madre, ella fue la más afectada y amorosa conmigo y mí decisión de seguir mi camino en la búsqueda de lo que realmente quiero ser.
-¿No… te casarás?- preguntó Heechul sintiendo que sus ojos estallarían en lágrimas en cualquier momento.
-No, hyung yo soy gay ¿Lo olvidas?- sonrió amable.
-¿Enfrentaste a tu familia por Kenny? Debió dolerte mucho que él se vaya.- dijo bajando la cabeza.
-No. No lo hice por Kenny. Lo hice por un chico valioso al que mi estúpido padre se atrevió a llamar fenómeno mientras yo no estaba en mi cuerpo.- dicho esto Heechul levantó los ojos sorprendido de aquella palabras.- Lo hice porque me enamoré de ese chico. Hyung, yo me enamoré de ti. Claro sé que tú y Jay… no los molestaré. Disculpa si te he hecho sentir incómodo.- hizo una venia para luego retirarse del baño.

Mi corazón latía fuertemente, no podía respirar y sentía que me iba a morir, no obstante mi orgullo se sintió herido. ¿De repente lo hacía y decía ahora que Kenny no estaba? No, yo no voy a ser el reemplazo de su frustración con mi amigo. Nada sé de lo que pasó luego de que los dejé besándose y ni Kenny ni Siwon me han explicado. Lo más probable es que haya sido rechazado y por eso ahora viene con esa tontera de que está enamorado de mi. Tsk, no soy idiota. Lavé, de nuevo mi rostro y salí a encontrarme con mi novio para luego pedirle que me acompañe a llamar a esa empresa. Entrando en el entretenimiento, de seguro lo voy a olvidar. Sí, eso haré.

Continuará...

5 comentarios:

  1. OHHH.... Keinet...
    no se si te acuerdas de mi bueno soy Uchi Petal ELF... xD

    por fin pude leer My English Teacher asdadadas... pense que nunca podria leer la conti... y ahora me dejas en suspenso con la ultima parte del fico... bueno ahora si creo que soy una super stalker por encotrar tu blog y leer el fico.... en serio amo a tus historias... espoer conti pronto!!!

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  2. D:!

    muchas gracias por leer. hahaha stlaker~ nada, gracias por visitarme :3!

    a casi un año de tu comentario, publicaré ese final. espero no decepcionar a nadie :)

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Hola! Bueno yo lo acabo de encontrar y me gustaría ver que más pasa! Dx
    Henry y Hangeng deben estar juntos con ese pequeño bebe!
    Por favor el último >.<!

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  5. Hola Karla, este serial a está terminado. Espero y te guste :D

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Ella quiere saber

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