9 sept 2013

Fanfic Serial: Miracle - Capitulo 23

Autor: Kainet
Titulo: Miracle
Capitulo: 23
Fandom: Super Junior
Parejas: Sichul / varias
Clasificación: Angst

Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes. 


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Capitulo 23


Fue un camino largo, pero ahí estaba, parado frente a su casa, tenía miedo, pero no había marcha atrás, el chico alto de espalda amplia, respiró hondo y entró, su madre estaba con su “prometida” ambas conversando, la joven al verlo se puso pálida, el chico tenía la mirada fiera, dispuesto a castigar a quienes se atrevieron a molestar a su novio. 

Tomó del brazo fuertemente a la joven y se la llevó hasta un lugar apartado, ahora comprendía el porque de su actitud aquel día, ella se había percatado de lo que sucedía entre el y Teuki, pero por alguna razón continuó siendo su prometida, quería saberlo, de una vez. La miró fieramente y la acorralo contra la pared, le preguntó lentamente si ella sabía se sus sentimientos a su mejor amigo y si lo de su prima lo había hecho a propósito, los finos ojos de la bella joven estaban llenos de sorpresa, pero ni bien escuchó el nombre de aquel hombre rápidamente sus ojos se tornaron oscuros y su mirada maligna, se soltó fuertemente o al menos eso trato de hacer, al verse atrapada encaró a su prometido y le dijo que nunca se librarían de ella, que no había cosa más repugnante que ellos dos y aún así el dieran asco ella se casaría con el, no importaba nada, solo quería verlos sufrir. 

El joven golpeó fuertemente la pared, un hilo de sangre recorrió su piel, pero no eso no le dolía, le dolía más el saber que ella quizás tendría razón. Pensar que trato varias veces mal a su amado por culpa de aquella chiquilla caprichosa, la odiaba, la odiaba tanto que si alguien no lo detenía terminaría matándola. Liberó a aquella mujer y se fue, dejando bien en claro que ella nos e saldría con la suya. Caminó decidido hasta donde estaba su padre y el de ella, ambos tomaban una taza de café, hizo una venia y tomó asiento con ellos, el padre de SunRi lo miraba serio, al parecer sospechaba de algunas cosas.

- padre… te amo mucho, pero tengo que romper el compromiso con SunRi…- el padre de la joven bajó la cabeza mientras el padre de KangIn se abalanzo sorbe el, marcando su mejilla con una fuerte bofetada. El joven llevó sus manos a aquel lugar donde su padre deposito aquel golpe, le dolía, sus ojos se llenaron de lagrimas pero no, estaba decidido si Teuki lo dio todo por el, el también debía hacer lo mismo- padre… así me mandes matar… yo no voy a dejar de amar a… a…- ambos hombres miraban atentos, esperando el nombre de aquella persona- LeeTeuk. Lo amo…
- ¡Degenerado!- el padre del joven quiso golpearlo pero la madre intervino, corrió y se paro entre ambos, protegiendo a su hijo del furiosos padre. 
- No lo toques… el siempre ha hecho lo que tu quieres… déjalo ser feliz… disculpe señor- mirando al padre de SunRi- pero si mi hijo dice amar a otra persona, creo que su hija sufriría mucho si seguimos con esto del compromiso, ¿no cree? ¿Acaso no quiere lo mejor para su hija?
- Tiene mucha razón…- asintió el padre de la joven, bajó un poco la cabeza y empezó a retirarse, antes de irse le dijo a su mejor amigo y padre de KangIn- el compromiso queda oficialmente terminado, mi amigo visíteme en mi ciudad, será un honor tenerte de invitado, no dejemos que esto arruine nuestra amistad.

Una vez que se fue el padre de SunRi, el padre de KangIn cayó al suelo, era un hombre muy orgulloso y aquello era una deshonra para el, su único hijo hombre era un “degenerado”, unas cuantas lagrimas brotaron en sus ojos, eran de rencor, quizás de dolor, lo que mas temía KangIn, eran de decepción, ordenó a su madre que se vaya, pero esta no quiso, no dejaría que golpeen a su hijo otra vez, acostumbrada a obedecer a su esposo en todo, esta vez se rebelaría si de defender a su hijo se trataba. 

“no te quiero volver a ver en mi vida… si has elegido la perdición no te aparezcas de nuevo aquí o enviaré a que te maten…” dijo entre lagrimas el hombre mayor, el joven bajo la cabeza, se sentía morir, su amado padre lo estaba repudiando, su madre entre sollozos intento pedirle a su esposo que deje a su hijo en casa, pero fue inútil, el señor estaba dolido, avergonzado y decepcionado, la mujer abrazos a su hijo y este que aún lloraba la decisión de su progenitor besó suavemente su frente, su familia le daba la espalda, pero aún tenía por quien luchar, aquel mejor amigo que se convirtió en la razón de su vida, debía volver por el, peor primero pediría ayuda a sus amigos.

Finalmente se iría, guardó su ultima camisa y cerro aquel baúl donde trasportarían sus ropas, las lagrimas siempre estuvieron presentes desde que aquel chiquillo cachetón lo despreció, ya nada tenía sentido, día y noche soñaba despierto, planeando encuentros imaginarios donde el mayor el rogaba para que se quede, pero ya habían pasado muchos días y no tenía noticias de YeSung. Tomo entre sus manos un pañuelo y cubrió su rostro, ya había enfrentado a SunRin, había sido una pelea fuerte, el nunca le hizo anda y aquel arranque de histeria lo había lastimado tanto, había arruinado su vida, la odiaba tanto, no podía creer que todo lo hacía por el simple hecho de detestar ver a dos personas que se amaban.

En su puerta un SungMin asustado lo observaba, lo iba a extrañar y mucho, después de todo eran amigos desde pequeños, RyeoWook corrió a el y lo abrazó fuertemente, estaba tan deprimido solo lloraba, el chiquillo solo atinó a acariciarle el cabello, su novio le había dicho que trataría de conseguir que el cachetón fuera a ver a Ryeo, pero estaba siendo difícil, ya faltaban dos horas antes de la partida de su amigo y nada de Kyu. 

SungMin había hablado con SunRi pero esta se cerró en que se vengaría de todos y cada uno de los amigos de KangIn, y si eso lo incluía a el, su primo, no dudaría en arruinarle la vida, detestaba pensar que dos hombres pudieran amarse. El abrazó se hizo eterno y ambos amigos se quedaron así durante un hora y quizás un poco más, entonces Eun apareció detrás de ellos, tenía una amplia sonrisa, el también extrañaría al atolondrado de Ryeo, lo abrazó una vez que su mejor amigo se liberó del abrazo y le dio un papel enrollado, el chiquillo miró asombrado, aquel trozo de papel venía con una nota de HeeChul, la cual decía:

“Ryeo, me gustaría poder estar ahí en este momento, pero Lord Choi SiWon me ha raptado y no me deja salir de este lugar, es oscuro y frío, quizás algún día volvamos de las montañas, iré a visitarte pronto, descuida, tenemos muchas ganas de conocer donde creció mi buena amiga KiWook, sabes que quiero mucho a tu hermana y a ti también, así que sonríe que el glotón uno de estos días descubrirá que un vestido no cambia nada los sentimientos que guarda nuestro corazón, míranos a SiWon y a mi, la primera vez que me vio yo llevaba un vestido y ya ves, ahora babea por mi. Ese dibujo, quiero que lo guardes, es algo que hice un día que observe como jugabas en el jardín con YeSung, es un retrato de los dos, cuando el se de cuenta de lo ciego que esta ahora, muéstrale el dibujo, vas a ver que el también verá lo lindos que se ven juntos… fuerza RyeoWook, te quiere mucho, Kim HeeChul” 

Los ojos del chiquillo se llenaron de lagrimas, HeeChul lo había pintado para el, para darle fuerzas, sonrió ampliamente y abrió aquel papel, era un hermosos dibujo de YehSung sentado al lado de RyeoWook, el cachetón miraba el cielo como buscando algo en el, mientras que el pequeño lo observaba a el, un al final una frase “el busca en el cielo, lo que tu ya encontraste en el”, sus ojos brillaron de alegría, había retratado aquel momento tan feliz que pasó al lado del glotón, miró a sus amigos y los abrazo, secó sus lagrimas y prometió no llorar más. 
Guardó el dibujo, y empezó a salir de aquella habitación, camino al largo viaje que lo esperaba.

Ojos felinos observaban un cuerpo semi-desnudo, cubierto con sabanas blancas y llenas de besos perdidos, la piel de aquel ángel caído era alumbrado por algunos rayos de sol, aquel cabello largo y negro brillaba con aquel contacto de luz, sus labios finamente posados sobre una almohada, que envidia sentiría cualquier persona de aquella almohada. 

SiWon empezó a acercarse lentamente hasta quedar frente a aquella perfecta obra de arte que descansaba sobre la cama. Tomo entre sus manos unos mechones de su cabello y los olió, aspirando aquel perfume único en el mundo, fragancia que lo embriagaba todas las noches. El actor empezó a abrir pesadamente sus ojos, encontrándose con su novio, le sonrió y un beso acompaño aquel momento tan feliz. 

- así que te tengo en un lugar frío y oscuro, ¿no?- preguntó SiWon pícaramente
- merezco más, mucho más que una casa solo para nosotros… no creas que me he olvidado del anillo… se nota que no me quieres mucho…
- ¡que caprichoso eres! ¡Pareces hijo de noble! Dijiste que querías tenerme solo para ti, ordene que mi padre nos dé este lugar, lejos de todo y de todos, solo tu y yo… ¿y ahora dices que quieres más? 
- valgo más que esto… el hijo de noble eres tu… ahora que lo pienso.. me gustaría tener hijos… - ante aquel comentario SiWon retrocedió espantado, prácticamente se acorralo contra la pared- ¿que te sucede? ¿Tu no quieres tener hijos?
- Pero contigo… con nadie más… y es algo imposible que tengamos hijos…
- Uhm…- el actor se levanto dejando que su pecho quede desnudo al deslizarse por su pálido cuerpo- tienes razón
- Pensemos en eso después…- acorralando a su actor contra la cama- ¿qué te parece si empezamos con un gato?
- ¡Amo los gatos!- gritó el actor, jalando hacia el al más alto para robarle un apasionado beso- pero te amo más a ti… 

Los días pasaban y KiBum no hablaba con DongHae, estaba dolido, ahora que RyeoWook había declarado sus sentimientos y todos sabían que era hombre, pensaba que de seguro Dongie correría tras el cachetón, pero sorpresivamente solo el seguía a el, a cualquier lugar al que fuera, siempre estaba ahí, observándolo, sin decir una palabra solo observándolo. 

Ya empezaba a irritarle aquella situación, normalmente era de guardarse lo que sentía, pero aquel chico empezaba a colmar su paciencia. No soportó más y volteó repentinamente y encaró a aquel molesto chiquillo. “¿qué tanto me sigues?” le preguntó algo enojado, el otro chico solo bajo la cabeza y cerro fuertemente sus puños, como tratando de controlarse, entonces bumbum insistió, pero esta vez gritó, el joven de nuevo bajo la cabeza, siguieron así durante unas cinco o seis veces, entonces Dongie todo fuertemente de los hombros a KiBum y lo besó, entregándole su alma, su vida, todo. 

Un fuerte empujón no se hizo esperar, Dongie estaba en el suelo y KiBum no lo miraba, tenía la cabeza agachada y el cabello cubría parte de su rostro, dejando ver lo húmedas que estaban sus mejillas, esta llorando, no pensó más el otro y se levantó de nuevo, esta vez lo aprisionó con un abrazo, no dejaría que esto pase, besó su frente y el susurro “escucha mi corazón… el dice más que mis palabras…” 

Continuará…

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