9 sept 2013

Fanfic Serial: Miracle - Capitulo 24

Autor: Kainet
Titulo: Miracle
Capitulo: 24
Fandom: Super Junior
Parejas: Sichul / varias
Clasificación: Angst

Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes. 


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Capitulo 24


Los días eran largos y la espera era eterna, el joven Teuki miraba entre sus manos aquella cadena, la besaba de rato en rato y luego volvía a guardarla, su histérica madre lo había encerrado y no dejaba que salga. Día tras día, desde que salía el sol hasta altas horas de la noche, se sentaba frente a su ventana a esperar a su mejor amigo, pero nunca llegaba, llevó sus manos a su rostro para cubrir todo rastro de tristeza, se sentía a morir, pero no debía perder la esperanza, su amor llegaría tarde o temprano. El lo había prometido y debía confiar en el, debía hacerlo. 

Aquel día había vestido sus mejores ropas, algo dentro de el le indicaba que aquel día llegaría su novio. Una camisa algo suelta blanca, que había comprado en Inglaterra, daba forma a su fina figura, unos pantalones negros que se ceñían a su cuerpo de una manera muy precisa haciéndolo lucir muy sexy y su cabello que ya había creció algo lo había recogido en una cola, dejando al aire algunos mechones que contorneaban su hermoso rostro. 

Tenía una inexplicable sonrisa, y entre sus manos una hoja de papel, había escrito algo para su novio y moría por leérselo, deseaba tanto que el supiera todo lo que estaba sintiendo, aprisionó la hoja contra su pecho, lentamente y totalmente en silencio pudo escuchar los latidos de su corazón, iban tan rápido que parecía que se le iba a salir, así era cuando pensaba en su niño.

Las montañas eran tan hermosas, todo completamente rodeado de vegetación, los paisajes que se podían apreciar en aquel lugar eran tan perfectos que generaban un sensación de estar dentro de un sueño, el verde intenso contrastaba con el hermoso cielo azul, el sol que brillaba con toda su intensidad deja al descubierto las hermosas flores de colores. 

El tiempo que los dos amantes habían pasado en aquel lugar había sido tan mágico, que ninguno pensaba siquiera en la posibilidad de volver a casa. Heechul se encontraba recostado sobre el pasto, uno de sus finos y delgados brazos servía de apoyo para su cabeza y sus grandes ojos estaban totalmente cerrados, se veía muy tranquilo, disfrutando al máximo aquel momento, incluso parecía que ni respiraba, de lo quieto que estaba. 

El actor simplemente dejaba que el viento acaricie su pálida piel, de rato en rato sus cabellos se movían como si se tratara de una caricia imaginaria. De repente sintió cierto peso sobre su estomago, era SiWon que estaba apoyando su cabeza en el, el actor llevó una de sus delicadas manos al cabello de su amado y empezó a jugar con el, suavemente enroscando entre sus dedos aquellos cabellos tan negros como la noche. 

Cerró los ojos de nuevo, acción que siguió el menor y simplemente se quedaron en silencio, sintiendo la presencia del otro. Era tan perfecto, tan envidiable, cualquier otro ser humado los odiaría al verlos tan felices, tan unidos, ellos ya no tenían necesidad siquiera de hablar, simplemente bastaba con mirarse unos segundos para saber en que pensaba el otro. 

Pero tanta felicidad y perfección eran observadas desde lejos por un tercero, alguien que no soportaba ver la felicidad de otros, ellos estaban tan abstraídos en su mundo que no se dieron cuenta de que alguien los acechaba desde ya algunos días, unos ojos malignos y llenos de envidia los estudiaba, pronto los separaría, y sería para siempre. 

Odiaba tanto al actor, no sabía por qué pero lo odiaba, detestaba la idea de que pudiera existir un chico con facciones finas, le recordaba a la persona que más odiaba sobre la tierra, le recordaba a LeeTeuk, aquel hombre que le robó a su prometido, miró una vez más a la pareja, ya sabía perfectamente como atacarlos, cuando ellos salgan a caminar en la noche, SunRi entraría en la casa donde se alojaban y llevaría a cabo su plan de acabar con la vida del actor, ver llorar de desesperación al noble sería su triunfo. 

Fue así como aquella noche ambos amantes salieron a caminar bajo la luna, aquella noche las estrellas brillaban como nunca y les regalaban a ambos una hermosa vista del lugar. La joven rápidamente se escabullo entre los arbustos y sin mucha dificultad logró entrar en la cocina, sacó de uno de sus bolsillo un pequeño frasco que contenía un veneno muy potente, estaba decidido, lo vertería en la comida, no le importaba si morían los dos, solo quería exterminar a todos los de su tipo. 

Ella solo pensaba en la manera de poder hacer llorar a LeeTeuk y KangIn, ella quería verlos arrastrase en el suelo pidiéndole perdón, llorando hasta que sus ojos estén totalmente secos, ella solo quería hacerlos sufrir hasta que deseen nunca haber nacido. Una vez frente a la olla que contenía la comida, se quedó mirando aquel plato típico de Corea, tenía una gran sonrisa, era victoriosa, al fin se desharía de gente así. 


“Yo no lo haría…” dijo una voz algo ronca detrás de la joven, había sido descubierta, sin pensarlo dos veces se apresuró a tirar el veneno pero la fuerte mano del chico chino la detuvo, era bastante fuerte, la jaló de la mano fuera de la casa y se internaron en el bosque, nadie, absolutamente nadie tenía derecho a arruinar la felicidad de las dos personas que el más amaba. Su mirada era fría y estaba decidido a dar su vida si era necesario, los protegería siempre. “Suéltame” gritó la joven, pero HangGen estaba decido, una vez lo suficientemente lejos la soltó con mucha fuerza, le quitó de las manos el veneno y lo tiró lejos. La chica lo miraba muy enojada no sabía como librarse de aquel tipo, no recordaba su rostro pero debía ser amigo de ellos, de seguro lo había visto en algún lugar, la mirada del chino estaba clavada en ella, si le fura posible la mataría a golpes por intentar lastimar a sus seres queridos. 

Le recriminó durante unos minutos el haber querido lastimarlos, ella le gritó que los odiaba a todos pues detestaba la idea de ver a dos hombres juntos. levó sus manos a sus ojos y empezó a llorar de rabia, su prometido la había abandonado por LeeTeuk ¿Cómo podría estar feliz? El chino se sentó frente a ella y tomo entre sus manos las de ella. Derramó alunas lagrimas antes de contarle cuanto amaba el a SiWon y HeeChul pero que al contrario de ella el velaba por su felicidad, incluso si eso significaba el sacrificio de la suya. 

Hablaron durante unos segundos pero la joven no entraba en razón, al parecer no comprendía lo que significaba amar. Entonces ella le dijo “necesito tanto que alguien me ame” el chico chino se acercó a ella y la abrazó, lo había decidido, cuidaría de ella, el necesitaba que alguien lo ame también.

Después de aquel abrazo KiBum había quedado muy confundido, escuchar latir fuertemente el corazón de Dongie lo había hecho sentir tan bien, se sintió amado. Tomo entre sus manos un poco de comida y empezó a desayunar, de repente a su lado apareció YeSung, tenía ojeras y sus ojos estaban tan hinchado que dejaban ver que había llorado, se sirvió un poco de agua y se quedó en silencio mirando su plato de comida. jugaba con los alimentos perdido totalmente en sus pensamientos el otro cachetón lo examinó detenidamente, recordó aquella vez cuando eran amigos, sonrió algo melancólico y acarició sus cabellos, le preguntó si estaba bien, este no despegó la mirada de su plato y le contesto que no. 

KiBum no tenía idea si preguntar o no el por qué con cierto miedo le formuló la pregunta, después de todo quería saber si el responsable era DongHae. Los felinos ojos del otro cachetón se llenaron de lagrimas y se levanto de su lugar asustando mucho al otro “descuida… no es por Dongie…” luego simplemente caminó hasta la puerta y desapareció de su vista, KiBum se sintió mal, quizás la confianza con YeSung se había perdido por completo.

La fogata de la casa de SungMin una vez más abrigaba a este y a su enamorado, estaban muy concentrados mirando el fuego que ni cuenta se dieron de la presencia de EunHyuk, este se sentó a su lado y pretendió no mirarlos, pero algo sucedía con el últimamente, sus ojos se habían fijado en otra persona, a pesar de estar enamorado de SungMin otro chico llamaba su atención. Después de unos minutos la pareja se percató de su presencia, sus ojos estaba perdidos ya en el fuego, se veía diferente a otros días, últimamente los molestaba mucho pero aquel día solo estaba ahí estático mirando como la madera era carcomida por el fuego. 

Ya bastantes veces había logrado golpear a Kyu quien nunca le contestó los golpes, el se limitaba a observarlo en silencio como tratando de decirle que la guerra en el corazón de SungMin ya la había ganado el monkey, pero este nunca pareció comprenderlo. También habían discusiones con el chico rosado, el monkey no se cansaba de sacarle en cara que era un mentiros y que nunca la perdonaría lo que estaba haciendo, una vez le dijo cosas tan crueles que llegó a hacerlo llorar, algo que no soportó el nerd y fue a encararlo, pero esa vez quien se quedó en silencio fue Eun. 

SungMin decidió ignorarlo y fue por comida, el nerd miraba atento al chico mono, este al sentirse observado fijo sus ojos en los del menor. Un leve sonrojo apareció en Kyu, por alguna razón le había empezado a gustar la presencia Eun pero el quería más a SungMin. Se miraron un largo rato hasta que un posesivo abrazo del chico rosado los hizo salir de esa especie de trance, SungMin miró desafiante a su ex mejor amigo y el preguntó que quería, este bajó la cabeza, no sabía si decirlo o no, pero debía hacerlo, necesitaba decirle que no era el único que estaba en su corazón, había alguien más que no lo dejaba dormir por las noche, alguien a quien quería amar, a quien estaba dispuesto a compartir si fuese necesario. 

SungMin besó el cuello de su novio, había aprendido a quererlo, con el paso del tiempo hasta logró enamorarse de el, era tan comprensivo y amoroso, aunque no pareciera el siempre tenía el control, por más que fuese menor o que sea algo mas callado que el chillón rosa.

“Me gusta tu novio” dijo Eun casi en un susurro que podría ser opacado por el suave sonido de la madera al quemarse, pero lo suficientemente alto como para que la pareja lo escuche, las mejillas del menor se encendieron llenando de un rojo intenso su pálida piel, SungMin no soltó a su novio, Kyu era suyo y nadie se lo quitaría pero de la sorpresa no pudo articular palabra alguna.

¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? Entonces el monkey continuó diciendo “pero tu también me gustas SungMin… me gustas desde hace tanto tiempo…” cierto, SungMin sintió que su corazón iba a explotar, por más que había tratado de olvidar lo que sentía por Eun, no había tenido éxito incluso al ver como su cariño por Kyu se convertía en algo más nunca dejó de querer a su mejor amigo, quiso hacer algo pero temía lastimar a su novio, volteó a verlo cuando descubrió en sus mejillas el mismo rojo intenso que vio la primera vez que se besaron, quizás los tres sentían lo mismo, movió su cabeza en negativa ¿cómo podía pensar en eso?. 


“Tu le gustas mucho a SungMin…” dijo Kyu quien trataba de mantener la calma, le dolía lo que decía pero era la verdad, intentó soltarse de su novio pero este se aferró a el y le susurro en el oído que no solo quería a EunHyuk sino que también a el. Ni todos los conocimientos de Kyu sirvieron para saber como reaccionar en aquel momento, se sentía tan perdido, sus manos temblaban y sus mejillas ardían como la fogata que los acompañaba, miró a Eun quien se acercó a los dos y sin detenerlo dejó que este le robe un beso delante de su novio, este se sorprendió mucho pero luego el beso a Eun.

Un nuevo día llegó a aquella parte tan alejada de Corea, los suaves rayos del sol iban iluminando poco a poco una frágil figura, el joven que reposaba ahí lucía bastante desganado, su delgado cuerpo estaba más delgado que de costumbre por más que había dicho que no lloraría lo seguía haciendo, casi no comía y se pasaba hora de horas mirando aquel hermoso retrato que Heechul le había regalado, al igual que leía una y otra vez aquella hermosa carta, se sabía de memoria las palabras de su hyung. 

Lentamente empezó a despertar dejando que la brisa de la mañana envuelva su cuerpo, otro día más lejos de su cachetón, despejó su mente con sus manos e intentó parase, pero realmente estaba muy cansado, aquel día debía ayudar a su padre, pero no se sentía con muchas fuerzas, intentó caminar hasta la habitación de su padre pero al pasar por el comedor vio un silueta algo diferente a las que se había acostumbrado a ver, intentó acercarse pero su débil cuerpo no pudo más y cayó al suelo desmayado. 

Aquella persona corrió a ayudarlo, acarició su hermoso rostro unos minutos y luego lo alzó en brazos, sin preguntar nada más en aquella extraña casa lo llevó hasta su habitación, lo recostó y se sentó a su lado, quería cuidar de RyeoWook. Entre sueños el chico frágil escucho una voz bastante conocida para el, pero estaba tan deprimido que ya no podía distinguir entre el delirio y la realidad, entonces se dejó llevar por el cansancio y dejó de escuchar aquella voz.

Continuará…

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