Titulo: Miracle
Capitulo: Final 2da Parte
Fandom: Super Junior
Parejas: Sichul / varias
Clasificación: Angst
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
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Capítulo final
Segunda Parte
Y pasará si tu sonríes de nuevo
¿Dónde se esconderán las lagrimas si tu vuelves?
¿dónde quedará mi dolor?
Y no existe sentido en el sentido
las lagrimas se me acabaron
pero el dolor interno ¿cuándo tendrá fin?
Y quizás si abres los ojos, esta pasadilla termine
Y quizás, un milagro, un amor eterno, pueda ocurrir
Un milagro, un amor eterno
Y de repente un grito seco, ahogado en dolor, mató todo rastro de tranquilidad; un grito tan lleno de dolor que estremeció cada centímetro de aquel luminoso bosque. El sol brillaba intensamente como presagiando un futuro precioso, como dándole su bendición a todos los amantes que se juraban amor eterno aquel día y el viento, contradictoriamente, recorría cada rincón como anunciando una perdida inesperada, un dolor inmenso e imposible de controlar. Su mirada estaba perpleja; analizando todo a su alrededor, tan perdido en su dolor que parecía, también, haber perdido la razón. Sus ojos totalmente desorbitados, llenos de lagrimas, sus labios entre abiertos como intentando pronunciar un nombre y un dolor tan grande, convertido en un nudo en su garganta, ahogándolo en su soledad. No podía creerlo, era tan irreal aquella escena; segundos atrás aún lo miraba, minutos atrás había sentido sus cálidos labios darle un adiós, horas atrás había sido el hombre más feliz del mundo, días atrás no podía creer lo feliz que era, meses atrás descubrió lo que era amar. Ahora, todo eso se reducía a un cuerpo frágil, totalmente pálido, recostado en un verde pasto, siendo cubierto por la sombra de un árbol, testigo de tanto amor. Un cuerpo al que amo hasta en las mas insoportables noches, un cuerpo que conocía de memoria como si se tratase de un rompecabezas. Labios rosados, perfectos e intactos, solía besarlos una y otra vez hasta dejarlos totalmente rojos, labios a los que le confesó sus peores miedos, labios que le contestaron palabras tiernas y algunas veces caprichos incomprensibles. Piel blanca, tan blanca y tan fría que la nieve era nada a su lado, piel que solía recorrer con las puntas de sus dedos, temeroso de poder lastimar tanta perfección, piel que ahora estaba manchada de un rojo intenso, tan cerca de su pecho, tan lejos de su alma.
Y no existían respuestas a tantas preguntas, y no existían excusas para tantos reproches, dónde estaba su Dios en aquel momento, dónde estaba que permitió que tan horrible situación tuviera lugar. Todas sus creencias, todo lo que alguna vez consideró sagrado se había esfumado, desvanecido casi como su amante entre sus brazos, simplemente no cabía en su cabeza por qué sucedían cosas de ese tipo, cuando lo único que ellos dos buscaban era amar. Una vez más le miró, deseaba tanto poder estar cerca suyo, deseaba tanto morir, de que valía estar vivo si no lo tenía a el. De que valía tenerlo todo, si ya no estaba el, llevó sus manos a su cabeza y la sujetó fuertemente, no sabía que pensar y pensaba en todo y pensar en ese todo se sentía como pensar en nada, ya no existía sentido alguno, ya nada aliviaría ese dolor, prometió vivir, prometió sonreír, pero como hacerlo si el ya no estaba ahí. En su cabeza hubo tanto dolor y tanta confusión que pasaron horas interminables y la noche llegó, lastimándolo con su frío; el viento empezaba a lastimar su piel, ya la soledad empezaba a calar mucho más profundo y el se mantenía estático, exactamente en el mismo lugar, sin mover un solo centímetro de sí, contemplando a aquel ser al que amaba tanto o quizás lo que quedaba de el; totalmente petrificado por su dolor, loco por su amor. No había dejado de llorar, pero en silencio sus ojos se quedaron sin lagrimas, totalmente rojo, llenos de dolor, llorar sin lagrimas dolía mucho más que hacerlo con ellas, era como si un puñal lo atravesara lentamente e iba desgarrando cada uno de sus recuerdos, maravillosos todos ellos pero en un momento así totalmente letales. Se acabaron las lagrimas pero a su corazón no se le acabo el dolor, ya casi ni sentía su propia respiración, era como si estuviera muriendo por dentro y tratando de hacerlo, también, con su cuerpo. En total mutismo no dejaba de mirar aquel cuerpo, como intentando despertar de alguna horrible pesadilla, como intentando ignorar la realidad, como buscando algún defecto para creer que eso no era real. Ya nada tenía sentido, una parte de el o quizás todo en el había muerto. Se recostó el lado de su amante y cerro los ojos, intentando desesperadamente ir a reunirse con el, pero le fue inútil, solo consiguió llenarse de un dolor insoportable. En su mente una frase daba vueltas, una y otra vez, atormentando sus pensamientos, como si de una balada se tratara, empezaba como un susurro casi invisible e iba aumentando su intensidad hasta llegar a afligir el corazón, una frase tan simple pero tan llena de sentimientos, una promesa hecha canción; un: “No importa donde esté, en mi próxima vida yo vendré por ti”, una promesa eterna; un milagro, un amor eterno.
Y todo empezó como un cuento de hadas, dos personas que se conocieron por los caprichos del destino; dos almas gemelas que esperaron mucho tiempo encontrarse; dos seres humanos dispuestos a darlo todo el uno por el otro, incluso la vida; dos hombres con sentimientos tan perfectos y complejos, dos hombres que decidieron amarse sin importar nada más. Escaparon lejos de todo para vivir, en la nada, su inmenso amor. Un cuento de hadas en el cual un noble que se enamoró perdidamente de un actor; un actor que pretendía tenerlo todo, cuando de nada era dueño, ni siquiera de su propia felicidad; un noble que creía ser capaz de comprarlo todo, incluso el amor. Después de vivir muchas cosas, después de afrontar sus miedos y descubrirse ellos volvieron a buscar la aprobación del padre del noble. Ambos sabían que el padre de Siwon los apoyaba, pero igual querían vivir como una pareja al lado del hombre mayor; Siwon extrañaba mucho a su familia, sobre todo a su madre; así que HeeChul decidió ir en busca de aquella familia que ahora era suya también, quería por primera vez sentirse parte de una, pues nunca tuvo ese tipo de experiencia. Una mañana, se tomaron de las manos y emprendieron camino hasta la casa del noble, su familia le recibió con una gran fiesta y trataron a ambos como la pareja recién casada. Su felicidad fue opacada varias veces con todo lo que les sucedió a sus amigos, pero nada podían hacer, oponerse a los padres de KangIn o a la terca madre de Teuki implicaría rivalidad entre las tres familias y si algo quería Siwon era proteger a los que amaba. Ayudar a Dongie con Kibum enfermo o buscar a Yesung, era casi impensable, lo único que podía era rezar por aquellos a quienes querían y ser felices. Traer de vuelta a Kyu o ayudar a Sungmin con Eun, eran también muy poco probable, esa relación dependía de ellos tres y de nadie más, HeeChul entre lagrimas despidió a Hannie, un fuerte abrazo los separó antes de su partida a China, allá buscaría algo que hacer pues ya nada tenía que hacer en Corea.
Y todo parecía mejorar para el actor y el noble, eran una pareja estable, llena de sueños, llena de amor, llena de apoyo. Pero no duró mucho, las peleas internas entre el padre del noble y otra familia trajo consigo un sinfín de enfrentamientos, la otra familia noble tenía mucho más poder y eran mayor en números de siervos que combatiesen. Poco a poco la familia de Siwon se fue reduciendo hasta quedar con algunos siervos de confianza, dispuesto a dar su vida por defender a la familia noble. Las peleas cesaron y el actor decidió salir a pasear por uno de los jardines de la familia, era muy hermoso, ciertamente a pesar de verse reducidos, solo el padre de Siwon sabía la real situación. Siwon le siguió, como si de una sombra se tratara. Una vez que el actor volteo a encararlo un beso silencio aquel hermoso encuentro.
- ¿me estás siguiendo?- preguntó travieso el actor mientras el viento jugaba con su cabello negro- uhm...- mirando como el otro bajaba la cabeza y dejaba entrever una pequeña sonrisa- pequeño...- acercándose furtivamente hasta los labios del otro y rodeando con sus brazos su cuello para acortar la distancia entre ambos- ¿sabes?... – Heechul se acercó aún más y quedando frente a frente y sin despegar su mirada del otro que estaba muy sonrojado- saranhae...- sellando con sus rosados labios aquel breve discurso.
- Yo también...- dijo el más alto al separase- te estaba siguiendo, temo que te roben y nunca más volver a verte- sonriendo solo como el sabía hacerlo- temo que te lleven lejos... temo por nuestro amor...
- Nos hemos adelantado en el tiempo...- el actor bajo la mirada- ¿lo sabes, verdad? Nuestro amor no será comprendido por muchos... si tus padres lo hacen es por qué te aman mucho... pero no todos te aman; mi amor, no todos nos comprenderán... y realmente no importa, solo digo que va a ser difícil...- aferrándose al delgado cuerpo del menor- te amo tanto... aunque ni pienses que me he olvidado de mi anillo...- Siwon rió nervioso y entre sus manos le mostró algo mucho más hermoso que un anillo, era una cadena labrada artesanalmente con dos iniciales entrelazadas
- Tu nombre y el mío se entrelazan como nuestras almas...- acto seguido le beso lo frente y continuó aferrado a su amante.- esto es para siempre, ¿lo sabes, verdad?- el actor le miró y asintió con la cabeza- aunque esté prohibido, aunque me condenen, yo siempre te voy amar, siempre... nada, absolutamente nada, me hará cambiar de parecer; tu has nacido para mi como yo he nacido para ti y te prometo en nuestras vidas próximas siempre, siempre... te amaré...
- No importa donde, no importa cuando, yo te encontraré- Heechul besó suavemente los labios del otro, haciéndolo estremecerse de pies a cabeza- vamos... quiero volver al bosque... solo unas horas, luego volveremos con tu familia y reiremos, comeremos los deliciosos platillos que tu omma prepara y seremos felices, pero déjame tenerte una vez más, solo para mi...
- Yo siempre seré para ti HeeChul...- tomándole de la mano a su novio- vamos... un bosque nos espera...- sonriendo dulcemente mientras le jalaba al otro para encaminarse hasta aquel pequeño lugar donde solían soñar despiertos- las veces que quieras iremos al bosque, las veces que quieras...- le dijo mientras caminaban seguidos de varios ojos expectantes, entre ellos el hijo de la familia vecina con la que tenían conflictos.
Desde la primera vez que vio a HeeChul se sintió atraído hacia el, pero como explicárselo a sí mismo si se trataba de otro hombre, fue entonces que le confesó a su padre que tenía ese tipo de sentimientos. Su padre se escandalizó y fue a reclamarle al padre de Siwon que elimine a aquel “problema”, como el padre de Siwon se negó iniciaron una guerra entre familias. Deseaba con todas sus fuerzas deshacerse de Siwon y raptar a Heechul, verlos besándose y abrazándose por los jardines se volvió una especie de obsesión, muchas veces tuvo que esconderse en los lugares más inesperados con tal de evadir a Hannie, pero ahora que no estaba tenía el camino libre para adueñarse de HeeChul. Lenta y silenciosamente los siguieron, hasta llegar a un hermoso lugar donde la pareja solí pasar hermosos momentos. No tenía planeado cómo, pero aquel día se desharía del noble y finalmente el actor sería suyo. Cuando el noble salió a buscar frutas para su caprichoso novio aprovechó para atacarlo, en un dos por tres SiWon se vio emboscado por cuatro hombre, a uno de ellos lo conocía era el hijo del noble de al lado; solían jugar de niños pero nunca se hicieron amigos. Se preguntó que hacían ahí pero al notar el puñal en sus manos se dio cuenta de que no iba a visitarlo. Nadie se percató del actor que miraba aterrado desde la puerta, sin pensarlo dos veces al ver que aquel hombre se lanzaba a atacar a su amante saltó a protegerlo, colocando su cuerpo como barrera, el puñal atravesó su delgado pecho, entrando muy profundo y letal, tan cerca de su corazón. Los ojos de SiWon se desorbitaron y perdió la razón al ver como su amado se llenaba de sangre, empuño una espada y peleó contra ellos hasta agotar sus últimos signos vitales. No perdonaría la herida en el pecho de su actor, no perdonaría el dolor, no perdonaría nada y estaba tan metido en su afán de castigarlos que no se percató de que la herida iba carcomiendo la vida de quien más amaba. Cuando había terminado con todos caminó lentamente hasta su amor que ya casi estaba perdiendo la razón con semejante dolor.
- Amor...- dijo débilmente HeeChul mientras acariciaba el rostro del otro, estaba pálido al notar como sus ropas estaban totalmente ensangrentadas- amor... déjame mirarte un poco más...- Siwon estaba en total mutismo mientras el otro sonreía, su cuerpo estaba liviano y sus ojos inundados en lagrimas, el noble sentía que tenía entre sus brazos una pluma y no el cuerpo de ese ser que amaba.- ¿recuerdas? Dijimos que esto que sentimos es un amor eterno... no importa donde este, en mi próxima vida yo vendré por ti... entonces nos amaremos...
- No me dejes...- finalmente dijo Siwon, su voz estaba totalmente llena de dolor y sus lagrimas a penas y le dejaban ver- te prometo que yo no seré noble, dejaré de serlo por ti.. te encontraré... HeeChul... Heechul...- Siwon intentó despertar aquellos ojos que empezaban a cerrarse- no me dejes... no lo hagas...- decía aferrándose al cuerpo de su novio-
- Siwon... esto es para siempre... – un grito de dolor por parte del actor le dio a entender al noble que pronto se separarían- ahhhh... no quiero cerrar los ojos, quiero mirarte un poco más... ah... ¿por qué todo está oscuro?- dijo finalmente antes de quedarse sin aliento
- Quiero morir... no sabes cuanto deseo morir... HeeChul... ¡HEECHUL! - Y de repente un grito seco, ahogado en dolor, mató todo rastro de tranquilidad; un grito tan lleno de dolor que estremeció cada centímetro de aquel luminoso bosque.
FIN
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