7 oct 2013

Fanfic Serial: Miracle Zero 0.2

Autor: Kainet
Titulo: Miracle Zero
Capitulo: 02 
Fandom: Super Junior
Parejas: Sichul / varias
Clasificación: Angst
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.


Dedicado a Mily0906 por su cumpleaños



02: Máscara de luna llena.


Siwon me miró incrédulo al escuchar mi confesión, ambos vimos a Heechul o quizás a alguien muy similar a él. Podría jurar que era él pero cómo hacerlo sabiendo de su muerte hace algún tiempo. La lógica se me escapaba de las manos y mi amigo parecía estar en el mismo asombro que yo. Ninguno de los dos entendía qué estaba sucediendo. Hasta hace unos días el mundo parecía tener sentido y ser real a mis conocimientos. Yo, fácilmente podía reprimir sentimientos y enfocarme en explicar el mundo. Hoy, escuchando llorar a mi amigo, me siento impotente. Un nudo en mi garganta me delata, siento que ya no puedo frenar mis sentimientos. Me acerco a Siwon, seco sus lágrimas y me aferro a él. Nuestras vidas están a punto de cambiar, para bien o para mal, es mejor que estemos juntos.


Lentamente, con paso pausado, fue deteniendo su cuerpo al notar que aquel ser estaba en su camino. Al parecer había vuelto de sus expediciones en los bosques del norte. Hacia aquella zona donde siempre iban las tropas de soldados en busca del asesino de Heechul. Era insano, un insano capricho. Pero las órdenes de Siwon se debían obedecer sin cuestionamientos. Eunhyuk sonrió de lado, con cierto nerviosismo al notar que Sungmin se detenía al notar su presencia. Le dolía, mucho. Apresuró sus pies y se le acercó galante. Ambos habían perdido algo muy preciado con la partida de Kyu pero ahora era cuando más necesitaban estar juntos. Al menos eso creía el mono. Tomó de su mano, la levantó casi en una obligación y la besó despacio. Sungmin se quedó de una pieza al sentir esos labios que tanto extrañaba. Pero no era justo, su corazón era de dos personas, no era justo ser feliz al lado de uno cuando el otro sufría lejos. Porque sufría, de eso no le cabía duda. Retiró su delicada mano de las de Eun e hizo una venia muy formal. Demasiado.


-        -  Buen día.- Sonrió Eunhyuk a lo que traté de ser frío. De alejarlo. No respondí, lo desafié con los ojos mientras observaba cómo su mirada se iba volviendo triste y su sonrisa iba desapareciendo. Eun, me dueles, pero Kyu también. Ambos sabemos que le dolemos a él, en la distancia, le dolemos. Si no somos tres, no seremos nada. Así lo he decidido por el bien de todos.- Quizás no quieras saber de mí, pero tengo buenas noticias. En la última expedición que hicimos encontramos a Donghae y Kibum. Ambos están bien y vienen en camino.

-      -    ¿Les dijiste que encontramos una cura?- me apresuré a preguntar por mis amigos. Quizás ellos son quienes más sufrieron. En realidad, no sabrá decir quién sufrió más. Todos terminamos devastados. Como si una maldición hubiese caído sobre todos nosotros. Sus ojos brillaron al notar mi entusiasmo. Bajé la cabeza, molesto conmigo mismo. Te extraño, Eun. Pero también a Kyu.

-       -   Sí. Pronto llegarán, así que debemos ir a contactar a esos marineros que vienen del otro continente. Ellos prometieron traer el remedio. ¿Cierto?

-     -     Así es. Dijeron que partirían a Inglaterra y que en cuanto vuelvan nos buscarían para darnos la pócima. Cierto…- hago una pausa, tengo miedo. Pero necesito confirmar lo que mis ojos vieron aquel día hace algunos meses. Luego de unos días de la partida del joven Siwon.- Tu estuviste ese día conmigo. Tu viste lo que yo vi…- clavo mis ojos en los de Eun, retrocede un poco, como dudando de lo que fuese a decir.

-        -  Yo vi muchas cosas…

-       -   Tonto. Hablo de una concreta, con nombre y apellido. ¿Lo viste? ¿O fue solo un espejismo? Juraría que vi a alguien…- me detengo de nuevo. Es un tema demasiado delicado para tratarlo a las afueras de la casa Choi.

-        -  A alguien idéntico a Heechul subirse a ese barco…

-     -     No me estoy volviendo loco ¿Cierto?- Eun completa mi oración. Lo miro con pánico. ¿Vivo? Es imposible que esté vivo. Nosotros enterramos sus ropas. ¿Sus ropas? No recuerdo bien qué hicieron con su cuerpo. Aquellos días estaba demasiado aturdido con la partida de Kyu. No tengo en claro cómo fue todo el tema del entierro. Solo recuerdo haber visto a Siwon con los ojos en blanco, envuelto en sangre, gritando el nombre de su amado Heechul. Solo recuerdo haber llorado junto a él. Haberlo abrazado, haber tratado de aliviar su dolor, mientras ocultaba el mío. Eun no fue diferente.- yo no recuerdo qué hicieron con el cuerpo de Heechul.

-     -     Yo tampoco, esos días…- hace una pausa con tristeza. Sé que le duele recordar esos días.- todos estábamos muy aturdidos. El padre de Siwon y los guardias se encargaron de eso. Al menos eso escuché.

-      -    Juraría que esa persona igual a Heechul nos miró, pero no nos reconoció. Quizás solo es alguien muy parecido a él.- trato de aliviarlo a lo que toma de mi cintura y me jala hacia él. Busca un beso, le regalo mi mejilla.- Si hubiese sido Heechul, habría volteado ¿Cierto?

-     -     Cierto. Solo espero que Siwon no lo vea ya que ambos deben estar en Inglaterra en este momento.

-     -    Con Kyu.- sentencio pronunciando aquel nombre prohibido para nosotros. Nos alejamos con culpa. El mira el suelo y yo busco acomodar mi cabello.

-     -     ¿Por qué no fuiste con Siwon?- pregunta serio.

-    -      ¿Para qué? Si tú no estás con nosotros, no tiene sentido. Si él no está con nosotros, tampoco. Se trata de tres personas, no de dos.- juego con mis manos nervioso. Él sonríe en forma melancólica.


Jamás lo había visto. Pero en aquel momento en el que sus ojos se cruzaron, el corazón le saltó, el aliento se le agitó y tras correr entre las personas, empezó a llorar. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? No entendía nada. Solo que apresuró su paso hasta donde habían anclado el barco. Secó sus ojos y se apresuró a abordar aquel navío llamado Everlasting friends. A los minutos se sintió en casa. Olvidó aquellos ojos tan dolidos y pretendió no haber visto nada. Amarró su largo cabello en una cola alta, de la cual caían delicados mechones contorneando su pálido rostro. Sus ojos grandes brillaron al ver a sus dos amigos acercarse. Sus labios pequeños esbozaron una sonrisa al ver lo que traían en las manos.


-       -   ¿Viste algo interesante en tierra firme?- preguntó el más alto, con esa sonrisa amigable que siempre lo caracterizaba.- ¿Xi Che? ¿Sucede algo?- jugó un poco al notar que el recién llegado se impacientaba mirando lo que tenía en sus manos- oh, ya veo ¿Quieres el arroz frito chino que Henry ha preparado?- jugó un poco más.
-      -    Oh, Zhou Mi, dale el arroz frito. Lo preparé especialmente para Xi Che. No lo tortures.- se burló un poco más el pequeño anteriormente nombrado. Así era Henry, un niño juguetón de mejillas grandes y sonrisa amplia. Sus ojos traviesos amenazaron al más alto quien en silencio entregó la comida. Xi Che recibió la comida y empezó a comer felinamente. Los dos amigos se miraron felices y lo observaron en silencio.


No hacía mucho lo habían rescatado de manos crueles. Aquel joven sí que había sufrido mucho. Antes de partir a Inglaterra, en una caminata, Henry y Zhou Mi se toparon con unos traficantes, quienes ofrecían al mejor postor a un joven bello, tan bello como una mujer. Encerrado en una jaula, cual animal, lo ofrecían como esclavo o cualquier otra cosa que se le antoje a los compradores. Zhou Mi se enamoró desde que lo vio. Desde que descubrió el dolor en aquellos ojos. Tras reunir suficientes marinos, los dos amigos fueron en busca de esos traficantes y los encararon. Luego de una ardua lucha lograron librar a ese pobre joven de las garras de esos delincuentes. Al parecer era coreano, pero desde que lo rescataron hasta la fecha, había sido incapaz de pronunciar palabra alguna. Al parecer no recordaba nada de su pasado. Luego de liberarlo ambos amigos se dieron con la sorpresa de que aquel chico los seguía. Finalmente Zhou Mi le ofreció viajar a Inglaterra, y decidió colocarle un nombre. Xi Che simplemente los siguió en silencio. Una vez en la playa, tomó una barita y escribió un carácter chino en la arena. Al parecer era lo único que recordaba. Ambos chicos de origen chino interpretado aquel carácter como Xi. Desde entonces todos en el navío llamaban al silente chico Xi Che.


Aquella noche el nuevo rey dio una cena en mi honor, los tratados empezaban a ir en buen camino. Tras aquella plática con Kyu en la biblioteca, no logramos encontrar otro momento para aclarar nuestras mentes. Muevo mi copa de vino y pienso en todas las noches en las que él llenó mis ojos con su presencia. Heechul, te extraño tanto. Parece que hubiese sido ayer cuando danzabas por los salones, haciendo travesuras con los corazones de quienes se cruzaban en tu camino. Con los cabellos al aire y los vestidos de Lady Frances. Te recuerdo vívidamente, Julieta Kim y el teatro de Lee So Man. Te recuerdo. Se me nubla la vista, bebo un poco más de licor y salgo al jardín a tomar aire. A lo lejos veo el mar adornado de una hermosa luna llena. Camino hacia la playa. No me importan las etiquetas, yo solo quiero estar un poco más cerca de esa luna que alguna vez vimos juntos. Heechul, ¿Qué es este Siwon sin ti? Es nada. Es polvo. Es una mera respiración. Te quiero ver, incluso si eres otra persona. Te necesito. Incluso si no me conoces. Te necesito. Me estoy volviendo loco en tu ausencia. ¿Por qué el destino es tan cruel? ¿Por qué tuviste que irte tú y dejarme en este lugar? Heechul, usualmente me gustaba la lluvia, pero desde que te fuiste, se siente muy fría. Y entonces, a lo lejos, un barco. En él, un espejismo muy parecido a ti. Me acerqué a paso apresurado. Me acerqué con el aliento agitado y los ojos llorosos. Sus ojos se posaron en mí, desde la borda. Emulando aquellos encuentros en tu balcón. Sus ojos me son desconocidos, pese a los rastros que tenga de ti. Se ven tan tristes ¿Por qué? ¿Por qué ese ser tan parecido a ti se ve tan solo? A lo lejos escucho los violines de la casa del Rey, tocan tu melodía favorita y ese espejismo que me mira desde el barco parece no inmutarse ante la música, ante mi presencia. Un poco más, déjame mirarte, incluso si no eres tú, un poco más, déjame mentirme. Luna llena, hazme un favor, colócale un antifaz a ese ángel que me mira frío y hazlo ser mi amado Heechul. La brisa despeina sus cabellos, los coloca detrás de su oreja. Son tan iguales y a la vez tan diferentes. Parece una hermosa flor que con un solo suspiro se queda sin pétalos. Pareciera que si respiro muy fuerte él desaparecerá. No quiero. Incluso si no es Heechul. No quiero. Un poco más, luna te lo pido. Un poco más déjame observarlo. Tomando todos los fragmentos de la luna, acomodo mis sueños y duermo. Eso quiero hacer esta noche. Quiero colocarle un antifaz de pétalos y convertirlo en mi ser amado. Solo por hoy, solo un poco más. No quiero que pase el tiempo, no quiero volver a ese mundo sin él. No quiero. Quiero quedarme atrapado en este efímero encuentro por siempre. Mis ojos no se despegan de él y él parece tan distante. Silencioso, muy silenciosos, mantiene sus ojos en mí. Y de repente, durante unos segundos, diviso el nombre del navío: everlasting friends. Lo grabo en mi memoria. Y vuelvo a mirar a ese ser tan igual a mi princesa, ya no está. Me desespero. El grito de su nombre se queda ahogado en mi garganta, no es él ¿De qué valdría llamar un nombre ajeno? Caigo sobre mis rodillas. La cabeza me da vueltas. Lloro descontrolado. Lloro. Te lloro, Heechul.  


Continuará…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ella quiere saber

¿Te gustan los Fanfics & Oneshots que lees aquí? ¡Déjame un comentario y cuéntame que te parecen! Es muy importante para esta escritora wannabe saber qué te parecen. Solo así podré mejorar. Gracias.