27 nov 2013

Cinco mentiras - EunHae OneShot

Título del fanfic: Cinco mentiras
Parejas: EunHae (?)
Tipo: Yaoi / One-Shot
Género: Angst, Drama, AU.
Clasificación: Rating {M}.
Advertencias: Angst.
Descripción: Un oneshot sobre mentiras que conllevan a situaciones difíciles de comprender.
Comentario del Autor/a: Este es el único EunHae que he escrito en mi vida, lo hice hace mucho y como dice se lo dediqué a Yazz. Lo comparto ahora que lo encontré. Espero que les guste y si es así, háganmelo saber para hacer más. 


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Cinco mentiras

-Para Yaaz : D!


Uno.
Solo detente ahí y mira como se quema mi corazón. Quédate estático mientras ambos mentimos: no puedo aceptarlo, tú tampoco. Finges que todo está bien, sonríes ampliamente mientras él se aferra a tu mano. Te acaricia de forma dolorosa para mis ojos, en tus mejillas aparece un sonrojo notorio y los demás te molestan, tildándote de hormonal. Miro hacia otro lado, me quedo pensativo pero no mirarte teniéndote cerca, duele más que mirarte en sus brazos. Solo quédate ahí y observa cómo se agita mi silencio al saberte ajeno. Sonrío de vuelta al descubrir la mirada confusa de él, lo jalas con miedo y le clavas tus labios; buscas mentirle a él, pero sé que en su interior, sospecha de lo que tú y yo sentimos o quizás esa es otra mentira que quiero creer. Después de todo, tú, él y yo nos caracterizamos por estar envueltos de ellas. Empapados de situaciones creadas, irreales que nos esforzamos en creer para no lastimar a nadie más o quizás porque somos muy cobardes.

Mi pecho duele, duele tanto que bajo la mirada, esta reunión se ha vuelto una tortura, juego con mis manos mientras los demás ríen al bromear con ustedes, quizás nadie se esperaba que tú y él se hicieran pareja o, tal vez, fui el único que se negó a verlo venir. Abres los ojos lentamente tras uno de los besos más eternos que he tenido que soportar. Mantengo mi sonrisa, no puedo enojarme contigo, no es tu culpa, ni la de él, ni la mía. Son cosas que se dan y simplemente no podemos volver atrás. No puedo respirar, una presión aparece en mi pecho y me sofoco, todos me miran al verme un poco desesperado, me disculpo, añado que ha sido porque la habitación está muy llena de personas. Me levanto y camino hacia la puerta, me despido dándole la espalda a esa realidad que tanto duele, que tanto odio.

Camino lentamente por los pasillos que me conducen a mi casa, vivir cerca me mata, pero no tengo otra salida. Las lágrimas se asoman a mis ojos pero no lloro, no puedo, de hacerlo estaría aceptando eso que tanto me cuesta negar. Me detengo en el estacionamiento, veo la moto de él ¿Tan genial es? ¿Qué te hizo elegirlo? ¿No pudiste esperar un poco más? Donghae, si hubieras esperado un poco más no besarías a Kibum como lo haces ahora, me besarías a mí. Me recuesto en una de las columnas y me dejo caer en el suelo, a los minutos un opresivo y asfixiante abrazo me atrapa, no son tus caricias pero que bien se sienten en este momento. -¿Duele?- susurra su voz suave cerca a mi oreja derecha, me mantengo en silencio, reprimiendo las lágrimas. Creo que somos cuatro personas viviendo una mentira.

Besa mi mejilla y se vuelve hiperactivo, me pide que salgamos a su dulcería favorita, no sin antes de ir a comprar unos juguetes que vio al venir a tu casa, Hae. Le sonrío con los ojos húmedos y tomando de su mano lo acompaño a aquellos sitios. Comemos helado, hablamos de cosas tontas, reímos y vivimos una mentira que quizás ya ha sobrepasado cualquier realidad. Para ellos, para nuestros amigos, Sungmin y yo estamos saliendo, aún recuerdo tus ojos llorosos al descubrir aquello, sé que lloraste, pero no fue mi intensión. Si tan solo hubieras esperado un poco más, sin tan solo yo te hubiese explicado el porqué de mis acciones, hoy celebraríamos mi unión contigo.


Dos.
Esto parece un cuento cruel de hadas. Uno con un final aparentemente feliz, sin embargo que oculta muchas lágrimas. El reloj marca la una de la madrugada, Sungmin se ha quedado dormido en el sofá, parece un niño. Me pregunto si a él le ha resultado todo bien. Soy amigo de él desde que tengo memoria, así como de Junsu. En secundaria solíamos ser un trío famoso de chicos guapos, luego de eso Junsu se unió a una boyband y empezó a estar más ocupado. Sungmin y yo empezamos a entrenarnos para debutar en uno de los más numerosos grupos de pop, fue ahí donde te conocí, Donghae.

Hubo química desde la primera mirada. Nos hicimos amigos instantáneamente, tanto que durante mucho, Sungmin sintió celos de ti. Pero todo cambió luego de nuestro debut, cuando agregaron un treceavo miembro: Kyuhyun. Sungmin se enamoró perdidamente de él. Pero ante el primer contacto, fue rechazado. Sentí tanto dolor al ver a mi amigo de infancia sufrir. Lo apoyé y lo cuidé durante unos meses, paralelamente, tú y yo nos compenetrábamos más y más mediante lo que más amamos: el baile. Aún recuerdo aquellas interminables sesiones en las que bailábamos hasta que el cuerpo nos temblaba y caíamos rendidos en el suelo; agitados y casi sin respiración cerrábamos los ojos para sentir las gotas de sudor deslizarse por nuestra piel.

El último recuerdo que tengo antes de esta pesadilla fue así. Estábamos tendidos en el piso, con el pecho vibrante y las sonrisas de satisfacción más grandes, habíamos conseguido esos pasos que tanto nos habían costado. Abrí los ojos antes que tú, Donghae. Te veías tan feliz, tu sonrisa brillaba y tus labios se veían tan ansiosos. Me acerqué en silencio hacia tu cuerpo y me giré de forma que quedamos uno frente al otro. Al sentir mi cercanía, al sentir mi cuerpo sobre el tuyo, abriste los ojos inmediatamente. Te sonreí y te pedí que los cierres de nuevo. Pícaramente me hiciste caso y yo coloqué lentamente mis labios sobre tu sonrisa. Fue corto, inocente y único. Al día siguiente, empezamos esta mentira de a cuatro.


Tres.
-Eun…- Sungmin despierta y corre a abrazarme.- Gracias por estar a mi lado.- llora a lo que me desespero y acaricio su rostro para secar su tristeza.- Lamento ser la razón de tu dolor.- agrega a lo que beso su mejilla y le sonrío. No, no es culpa de Sungmin, ni siquiera de Kyu. Fue culpa mía por demorarme tanto en aceptar lo que era tan evidente.- Eun, él lloró mucho hoy, en el ensayo al que tú y Kibum faltaron.- confiesa a lo que lo miro en silencio.- Se cayó y no le salió un paso de baile, nos acercamos preocupados pensando que se había lastimado, pero estaba bien. Simplemente empezó a llorar de forma intensa…
-Comprendo.- le respondo mientras guío mi mirada al techo, no deseo saber por qué lloraba, quizás la razón me lastime mucho.
-¿Lo amas?
-No lo sé. ¿Amas a Kyu?
-Sí.
-Ni siquiera te detienes a pensarlo, siento envidia de eso.- sonrío sin alejar mis ojos de aquel punto fijo.
-El amor no se piensa, se siente. Quizás es por eso que siempre nos vemos envueltos en situaciones con tan poca lógica. Como esta. Estás aquí, abrazándome cuando tú quieres estar en el edificio del frente, besando sus labios. Estoy aquí, fingiendo ser feliz cuando solo pienso en todas las veces en las que Kyu ha rechazado mis sentimientos. Somos seres ilógicos cuando se trata de amor ¿Por qué detenerme a pensarlo tanto?- me acerco a mi amigo y beso de nuevo su mejilla. Puede parecer muy infantil pero sus palabras han sido tan maduras.
-Gracias por ser mi amigo.- me abrazo a él y cierro los ojos, hoy quiero dormir abrazado a él y pensar que todo ha sido una terrible pesadilla.


Cuatro.
Yo pensaba declararme al día siguiente, pensaba hacerlo. Pero aquella noche, luego de nuestro primer beso, Sungmin vino a mi puerta, con el rostro empapado de dolor. Kyu lo había rechazado por segunda vez. Me dolió el corazón de ver tan dolido a mi amigo. Le prometí que cuidaría de él, que lo ayudaría en lo que fuese. Al día siguiente Sungmin surgió con esta terrible idea de darle celos a Kyu. No tuve tiempo de explicarte nada, Donghae. Todo pasó tan rápido luego del beso, que al día siguiente estábamos ahí, frente a frente. Fingiendo que ahora salía con Sungmin. Tus ojos se llenaron de sorpresa y luego, juraría, que vi lágrimas contenidas en ellos. Kyu se desconcertó, al igual que todos, pero sí, ese era el inicio de la primera mentira.

Busqué hablarte pero me ignoraste durante semanas. Fue una tortura verte sufrir por mi culpa, pero simplemente, no me permitías explicarte que todo era ficticio, que mi corazón y mis labios solo te pertenecen a ti. ¿Acaso nunca notaste que Sungmin y yo nunca nos besamos en público? Eso es, básicamente, porque nunca nos hemos besado. Porque lo nuestro siempre ha sido ficticio. Tres meses luego de esta farsa, has anunciado tu relación con Kibum, a quien tildas de tu mejor amigo. Siempre supe que le gustabas, incluso tú lo sabías, todos lo sabíamos. Era evidente. No te reclamé nada, no tenía derecho. Si te hace feliz, entonces quién soy yo para hacerte llorar de nuevo.


Cinco.
-Buenos días.- te saludo de forma fría al encontrarnos solos en la sala de ensayos, han pasado ya, algunos días desde que anunciaste ser pareja de él, pero aún duele como el primer día, quizás más. Me sonríes fingidamente mientras sigues calentando. Me acerco, te imito. El silencio se hace incómodo ¿Cómo llegamos a esto? Hace meses nos faltaba tiempo y aliento de los miles de temas de conversación que solíamos tener. -¿Cómo has estado?- finalmente formulo la pregunta más estúpida de mi vida. Me miras detenidamente, como indignado.
-Feliz.- respondes luego de un prolongado silencio.- ¿Tendría que estar de otra forma? Es decir, estoy enamorado de alguien maravilloso que no juega conmigo. – Te sonrío incómodo ante tu inexplicable agresividad.- ¿Te da risa?
-No. Si eres feliz, entonces también lo soy.- explico mientras me alejo para empezar a bailar. No dices más se enfocas en hacer lo mismo.
-Lo siento.- hago una venia al sentir que no puedo soportar todo esto.
-Oh claro, ahora eres la victima ¿No?- me detienes con aquellas palabras tan hirientes.
-No, no lo soy. Mejor me voy a practicar a otra sala.- intento irme pero no puedo, necesito explicarte al menos lo que pasa por mi cabeza.- Oh diablos. Está bien. ¿Sabes? No me considero la víctima, me considero un idiota por haberte hecho daño, no me arrepiento de haberte besado porque en ese momento sentía que tú y yo debíamos estar juntos. Todo sucedió tan rápido con Sungmin, nunca me dejaste explicarte y un mes después ¿Te enamoraste de Kibum? Eso no se transmitió en nuestro beso.
-Explícame, tengo tiempo ahora- te cruzas de brazos, incrédulo de mis palabras, inexplicablemente enojado.
-Es demasiado tarde. Además eso me demostró la poca confianza que me tienes.
-Por el amor de Dios, un día después de besarme Sungmin viene a gritar en mi cara que ahora es tu novio… ¿Qué se supone que deba creer?
-No me dejaste explicar nada.- te grito de forma violenta a lo que retrocedes con miedo. No obstante sigues enojado.
-Explícame ahora.- gritas con los ojos llorosos- explícame y hazme saber que no estoy equivocado.- tus lágrimas resbalan sobre tus mejillas. Me duele, me acerco, las seco. 
-Todo es falso, nunca he besado a Sungmin, solo que él necesitaba darle celos a Kyu. Hacerle ver lo que se perdía al rechazar sus sentimientos.
-¿Esperas que crea todo eso?
-Pregúntale a Kyu, cuántas veces ha rechazado a Sungmin y sus sentimientos.
-Soy novio de Kibum, él es tan feliz, no me hace daño.
-Ya te dije, si eres feliz, entonces lo soy.
-No mientas.
-¿Qué gano diciendo la verdad? ¿Me creerás? Acabas de decir lo contrario.- tomo de tus manos, entrelazo mis dedos con los tuyos. Tiemblas al sentir mis caricias.- nos hemos acostumbrado a vivir entre mentiras, los cuatro.
-Creemos una quinta mentira, entonces.- cierras los ojos de forma provocativa, regalándome tus labios.

Nada tenemos que perder. Kibum vive en su mundo, donde solo lo amas a él; Sungmin finge estar bien a mi lado en una relación ficticia; Kyu niega sus sentimientos y tú y yo fingimos estar bien con todo esto. La quinta mentira es lo que tú y yo negamos delante de todos, pero que aceptamos a solas: nos amamos. Beso tus labios, jalo de tu cintura y te apreso. No puedes terminar con él, no puedo descubrir a Sungmin, no podemos aceptar lo nuestro. Pero nada de eso evita que no vivamos nuestros sentimientos. Nada de eso nos detiene. Al escuchar pasos fuera del pasillo, jalo de tu mano y nos encerramos en el baño donde nos dedicamos a besar todo aquello que tanto hemos deseado. ¿Cuánto durará la mentira? Supongo que lo suficiente, hasta que no sea tan dolorosa para Kibum.


Fin

1 comentario:

  1. OOOO esto esta muy lindo y doloroso e interesante..todo un enredo..pero todos son infelices...no puede quedar asi...

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