8 abr 2014

Fanfic serial: My Cloud & Your Insomnia 4

Título del Fanfic: My Cloud & Your Insomnia
Parejas: YeWook
Tipo: Yaoi
Capítulos: 4/6
Género: Angst, Drama, AU.
Clasificación: Rating {M}.
Advertencias: Angst
Descripción: Finalmente nos encontramos ¿Eres real o eres solo una visión?
Comentario del Autor/a:  Hola, he vuelto. Sí, me demoré mucho de nuevo. Lo siento. Trataré de terminarlo pronto. Gracias por leer, esperar y comentar. Besos.



CAPÍTULO CUATRO
Esperando por ti



Frases como ‘te extraño’ son recurrentes en mis silencios.
Hubo tanto que quise decir en ese entonces.
Cosas que no dije, ni diré.


Te esperé tanto. Tanto como los sueños me lo permitieron. Tanto como la vida lo quiso. Tanto que mi corazón se cansó de ser lastimado una y otra vez con ese nunca verte llegar. Sí, es irracional esperar por ti. Era consciente de eso. Quizás fue complicado. Quizás fue imposible. Por eso no te culpo mi querida nube. No te culpo pero con el pasar de los años, con la espera sobre la piel y la soledad inminente, descubrí que hay cosas que nunca podrán ser. Sí, es mejor que tú y yo nos quedemos donde estamos. Yo siempre te amé, te amo y te amaré. Eso es algo que nunca va a cambiar. Pero incluso hoy, sabiéndome libre, adulto, no te he buscado. ¿Por qué? Me convencí que hay cosas que es mejor dejarlas como están. Porque no pude imaginarnos en un futuro, juntos, felices. Porque me rendí. Nube ¿Cómo es tu vida? ¿Cómo has crecido? ¿Te has vuelto a enamorar? Nunca volví a ver a mi querida Ttangkoma, la extraño cada día de mi existencia. Pero Jong Jin, quien vive conmigo ahora, me regaló a Ttangkominh y Ttangko. Además a tu recuerdo, compré dos cachorros, Kkoming y Melo. Sí, me he rodeado de mascotas y de mi hermano tan solo para evitar sentirme solo cuando te recuerdo en silencio. Cuando te hablo a solas en días como hoy: 24 de Agosto, mi cumpleaños. Miro mis dedos estáticos sobre aquella canción que he estado practicando. Duele.

-Hyung ¿Vas a cantar hoy en Handel & Gretel?- pregunta Jong Jin con el teléfono en la mano, seguro papá y mamá lo han llamado para preguntar. Seguro han olvidado mi cumpleaños. Ellos, mis padres, volvieron a juntarse luego de lo que me sucedió. Ahora ellos viven juntos cerca de mi departamento y el de Jong Jin en Seúl.
-No quiero.
-Hyung! –chilla mi hermano con el teléfono en la mano.
-Sabes que sí iré, todos los viernes voy. Después de todo soy el mejor cantante de Corea del Sur.- el pequeño me mira sonriente a lo que le devuelvo el gesto. Camino hacia la ducha y empiezo a alistarme para un viernes más de música.


Estaba tan ansioso por verte que llegué dos horas antes, Yesung ¿Sabes que vengo en camino? Apuesto a que no. Al entrar en la cafetería citada me encuentro con tu mamá. Mi corazón se agita, me asusto, la última vez que nos vimos todo fue tan horrible. Intento vencer mi timidez y me acerco a ella. Me sonríe amable, ella y mi madre se reconciliaron hace poco. Me cuenta de su negocio, una cafetería-bar que solo abre como bar los viernes por la noche. Me cuenta de su maravilloso hijo, dice que de seguro estará muy feliz de verme. Yo no estoy muy seguro de eso. Me cuenta de lo popular que es como cantante. Le sonrío nervioso. Yo nunca volví a cantar. Ni siquiera a solas. Sin Yesung, mi vida perdió sentido. Terminé el colegio y me dediqué a trabajar a medio tiempo en un minimarket cercano a casa en Incheon. Ella me mira entre triste y alegre. Pregunta por la salud de mi padre, le cuento que tras despertar del coma y levantar los cargos sobre su hijo él se ha dedicado a su nueva familia. Mamá y yo hemos luchado mucho por seguir adelante, y, de alguna forma, lo logramos. Me invita a tomar asiento, me trae algunos platillos y un café, aún falta para la presentación de aquella voz que tanto he anhelado volver a escuchar. Después de tanto, esperando por ti, he venido a buscarte, Jong Woon. Juego con la taza de café, pierdo mi mirada en su negro intenso y de repente mis ojos se llenan de lágrimas. Te he extrañado tanto que me cuesta creer que al fin podremos vernos. Dime ¿Me has perdonado? ¿Te has vuelto a enamorar? Yo no. Fuiste mi primer amor. Mi único amor. Y al no contener mis lágrimas recibo de tu madre un pañuelo. Se siente frente a mí, toma de mi mano y me sonríe.

-Wookie. Quizás tu no recuerdes esta fotografía…- saca de su bolsillo una pequeña y arrugada foto de dos bebés. La miro extrañado. Si soy sincero, no recuerdo eso. Aunque puedo decir que uno de los bebés soy yo.
-La primera vez que conociste a mi Yesung fue cuando tenías dos años, eras tan pequeño. Viniste de visita con tu mamá y aquel día mi hijo te cuidó.- su voz se quiebra a lo que dejo que las lágrimas resbalen por mis mejillas.- Él, desde que te conoció, siempre quiso protegerte. Por eso, te pido que no te culpes por todo lo que ha pasado.
-Es imposible que no me culpa. Él…
-Ya todo está en el pasado ¿No crees?
-Tengo miedo de que él…
-Ryeowook…- la voz de tu madre se interrumpe con las luces del escenario. Has llegado. Tiemblo. Estoy por salir corriendo. Pero tu madre me sonríe. Besa mi mejilla y me pide que me quede. Yesung ¿Podré dejar de culparme algún día?

Las horas pasan, tomo de mi abrigo favorito, peino mis cabellos y camino junto a mi pequeño hermano hasta el local de mis padres. Papá busca decirme algo pero estoy tan enojado de que hayan olvidado mi cumpleaños que me suelto de su abrazo y camino hacia la plataforma rodeada de mesas iluminadas con velas. El piano me acompaña e inicio la primera canción. Por alguna razón soy algo popular con las chicas, pensar que en secundaría solían ignorarme por completo. Es cómico. Ellas gritan y me llaman oppa. Las saludo, tras terminar la primera canción y presento esa noche. Sin mirar a nadie, con los ojos perdidos en las luces de aquel lugar. Hago bromas acerca de mi hermano quien atiende la caja, hago bromas de mis padres, bromeo acerca de que es mi cumpleaños y nadie me ha saludado. Interactúo con las chicas que van a verme cantar, reímos juntos y luego canto más. Desde hace algún tiempo ha sido así y he de asumir que seguirá siendo así.


Hemos cambiado como cambian las estaciones.
Yesung, no solo tu nombre cambió ¿Cierto?


Viste un hermoso saco blanco sobre una camisa negra y unos pantalones del mismo color. Se ve demasiado guapo en una noche como esta. Es como si brillara sobre las luces de las velas. En el medio, un reflector alumbra una banca frente a un piano de cola, ese es su lugar. Sonríe galante, sin pizca de nervios. ¿Dónde está mi tímido Antonio? Bromea con el público y tras deslumbrarnos con su voz nos cuenta que esa noche es su cumpleaños. Físicamente es idéntico al chico de diecisiete años del que me enamoré. Pero su personalidad es tan distinta. ¿Dónde está mi chico raro de comentarios fuera de lugar? Mis ojos se llenan de lágrimas al pensar que quizás me ha olvidado y todo lo que vivimos. Miro asustado la pecera que he traído conmigo. Tangkkoma ha crecido mucho, pero hoy ha venido conmigo, a reencontrarse con esa persona que amamos alguna vez en un campo de peras. Me duele pensar que para él, todo es parte de un pasado que no quiere recordar. Mientras para mí es una culpa diaria que no me deja vivir.

-Es impresionante lo que las clases de manejo escénico le hicieron al raro este…- bromea su hermano, sentándose a mi lado.
-Es tu hyung…
-¿Y? Es mi hyung y lo adoro, pero eso no le quita lo raro.- su pequeño hermano me recuerda tanto a él.
-Pero no te dejes engañar, Wookie. Mi hermano sigue siendo un desadaptado, tiene incluso más rarezas a cuando lo conociste. Es solo que ha aprendido a maquillarlas en el escenario.
-¿Wookie? Yo soy… tu mayor…
-¿Prefieres que te llame cuñado?- pregunta de forma directa a lo que mis mejillas se coloran de sobre manera. Lo supe desde que me contactó, este chiquillo era cosa seria, pero jamás imaginé que fuese tan directo o que supiese tanto sobre Yesung y yo.
-No, no, no… es que digo… bueno… es que…
-Yo solo quiero que hyung sea feliz.- agrega serio a lo que lo miro sorprendido.- se lo merece.- dicho esto se levanta de la mesa, me sonríe travieso- Oye raro, aquí está tu regalo.- Me señala con una linterna en medio de las mesas que lo escuchan cantar. Yesung lo mira directamente, luego posa sus felinos ojos hacia donde señala el menor, hacia mí. Podría jurar que en esa mirada tan calmada noté una pizca de nervios. Quizás fue mi imaginación. Mantuvo su sonrisa, una sonrisa que yo no conocí. Giró sus ojos hacia ese punto perdido de hace unos minutos y siguió interactuando con sus fans. Me sentí ignorado. Tan ignorado que empecé a llorar descontroladamente. Jong Jin se sentó a mi lado y me miró durante el resto de la noche. En silencio. Como si él tampoco supiese que sucedía.


La voz de mi hermano llama mi atención en medio de las tenues luces en el bar. Dirijo mis ojos a él y sus manos me señalan una persona. Debo haber perdido la razón, sí eso debe ser. Tantos años añorándolo, finalmente ha aparecido en forma de delirios. Ryeowook, es imposible que esté en Seúl, sentado en una mesa del bar de mis padres, mirándome con los ojos repletos de lágrimas. Quise correr y tocarte, abrazarte, sentirte real. Pero el miedo se apoderó de mí. Fingí una sonrisa y seguí con mi actuación. Ignorando a mi hermano, ignorando ese espejismo que derramaba lágrimas. A los minutos empecé a cantar y no me detuve sino hasta que un sabor a sangre se intensificó en mi garganta. Para cuando mi acto terminó, caminé hasta la cocina donde los recuerdos me agobiaron. Ya hacía algún tiempo esto me sucedía. Solo Jong Jin sabía de esto. Pero esta vez mamá me vio experimentar un ataque de pánico. Me abrazó fuertemente, besó mi frente, me cuidó hasta que llegó la calma y me dormí en su regazo. Mamá, debes haberte asustado mucho al verme así ¿cierto? Yo también siento miedo cuando eso sucede.


-Wookie… creo que no vas a poder ver a mi hermano hoy.- Me dice asustado Jong Jin.
-Comprendo.
-No es que él no quiera verte, no pienses eso. Es solo que él… bueno eso es algo que él debe decirte. Yo no puedo. Pero no pienses que él no quiere verte.- insiste al verme seguir llorando. Se llena de excusas y la culpa se intensifica en mí.


Los días que caminábamos juntos, me hacen falta.
Yesung, no, Antonio, me haces falta.


Su hermano me miró nervioso, como buscando algún pretexto para que me vaya. Le sonreí atento, le dije que era tarde, mentí. Prometí volver otro día. En realidad no tenía dónde ir. Pero aun así me encaminé a alejarme de aquella cafetería-bar. En la puerta, el padre de ambos me detuvo, me preguntó si tenía dónde ir, me invitó a dormir en la antigua habitación de Yesung. Sin decir palabra alguna terminé en su habitación, una vez más. Aquella noche me dediqué a observar su habitación. Al parecer no había vivido mucho tiempo ahí, sin embargo todo olía a él. Tenía fotos con su hermano por todos lados, pero sus ojos se veían distantes, tristes, fríos. Podría jurar que lo veía solo.

-Calma, calma… pequeño…- susurraba mamá a lo que sentía sus lágrimas caer sobre mis mejillas mientras acariciaba mi cabello. Mamá, siempre te causo problemas, los siento.
-Hyung…- chilló Jong Jin al verme recostado en el regazo de mamá en el suelo de la cocina.- Omma ¿Qué pasó?
-Hyung ha tenido un día cansado, Jong Jin. Ya todo está en calma ahora, avísale a Appa que cierre el local ¿Si?
-Omma… appa se fue a casa… yo cerraré, no te preocupes.- Jong Jin corrió a hacerse cargo del negocio, quizás no era momento de hablar de lo sucedido. Luego de una hora pude ponerse de pie e ir a casa con Jong Jin. Ninguno de los dos habló de lo sucedido mientras cantaba. Quizás solo fue otra alucinación mía. Sí, eso debe haber sido.



Continuará…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ella quiere saber

¿Te gustan los Fanfics & Oneshots que lees aquí? ¡Déjame un comentario y cuéntame que te parecen! Es muy importante para esta escritora wannabe saber qué te parecen. Solo así podré mejorar. Gracias.