Titulo: Keipopu Sarada / K-pop Salad (AKA Keipopu)
Capitulo: Capitulo 22
Fandom: Super Junior, THSK, TRAX
Parejas: Sichul / Kihae / Yewook / Yunjae / Yoosu / etc.
Clasificación: Angst / Au
Advertencia: Si no te gusta el yaoi (Chico x Chico) es mejor que no leas este serial. No copies este fanfic, si deseas compartirlo en otro lugar, pide permiso al autor y coloca los créditos correspondientes.
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Capitulo 22.
Tus manos me niegan una caricia.
Un cálido pedazo de destino
que tu piel guarda celosamente.
Y tus labios reniegan de mi nombre
cuando en las noches no dejas de pensar en mi
Y hasta el roce de las sabanas raspaba su piel si no lo tenía cerca, daba vueltas en su cama durante toda la noche, intentando olvidar aquellas pocas noches en los que sintió que hacían el amor y no simplemente tenían sexo. Siwon llevó sus manos hacia su rostro y cubrió todo aquel cansancio guardado que tenía, ya eran tres días separados y sentía que la piel le quemaba, le faltaba la respiración y su ojos perdían poco a poco ese brillo que siempre lo caracterizaba. Se habían visto dos o tres veces en algunos salones de clases, Heechul trataba de acercarse y hablarle pero Siwon miraba fijamente el frente y seguía de largo. Ignorando por completo a la princesa, rompiendo cada vez más su corazón. Sentía frío, mucho frío si no estaba cerca de su princesa, pero como volver y perdonarle, no podía por más que su corazón se lo pedía a gritos, su cerebro y su orgullo confabulaban para matar de a pocos a todo sentimiento que osara desafiar su decisión.
El reloj marcaba las tres de la madrugada, y la luz del cuarto de su amigo continuaba encendida, Hangeng se levantó y caminó en silencio hasta Siwon, se sentó al borde de la cama y quitando sus manos de su lloroso rostro le besó la frente. Ambos sufrían penas del corazón; pero, según el chico chino, el problema del otro tenía solución. Empujó un poco a su amigo y se metió a la cama con el, sus abrazos no servirían de nada pero al menos evitarían que su corazón muera de hipotermia.
La situación no variaba mucho en la casa de Cinderella. Estaba recostado sobre un gran sofá con una copa de vodka entre los dedos y la mirada perdida, como intentando borrar su pasado. Se veía triste, como nunca antes, quizás como en el día en que murió su hermana. A penas y quedaba un poco de aquel líquido que lo transportaba a sitios mejores que su cuerpo. Se miraba al espejo y se sentía irremediablemente sucio, sentía que Siwon lo miraba con asco. Y aunque no comprendía cómo su amor se podía convertir en asco, era justificable, porqué el lo ocultó, el ocultó su pasado quizás por miedo a lo que siempre decían en Francia. Por miedo a que Siwon lo tomara como un “chico fácil”, desde la primera vez que lo vio, supo que su vida había cambiado totalmente y que con el todo sería diferente. Una fría lagrima recorrió su mejilla humedeciéndola. Le dolía hasta respirar, pues le recordaba que continuaba siendo el: Kim Heechul. El pelirrojo había optado por parecer fuerte y optimista durante los días, pero pasaba sus noches sumido en sus pensamientos, llorando en silencio frente a la chimenea de la habitación. Al tratar de secar sus mejillas notó que su cabello estaba largo, bastante largo. Se miró con asco, como aquella vez en la que Siwon lo terminó.
Odiaba más que nunca su cabello rojo, le recordaba Francia, cuando tenía aquellos rulos que lo hacían pasar por chica. Cuando andaba con Boa de discoteca en discoteca buscando chicos para usarlos y luego romperles el corazón. Todo empezó como un juego, desde la muerte de su hermana, Heechul se volvió muy débil antes las chicas cuando lloraban pues todas le recordaban a su madre y a su hermana. De modo que cuando Micky rechazó a Boa, Heechul no pudo soportar verla llorar y solo por ella empezó a tener esa vida llena de descuidos y excesos. Claro que también no era del todo la culpa de ella, sino también de el, pues no supo controlarse. Pero ¿Cómo saber controlarse cuando apenas se es adolescente? Tomó el ultimo sorbo de su copa y como pudo caminó hasta su gaveta; estando un poco mareado por efecto del licor tomó unas tijeras y cortó su cabello, el cual le llegaba hasta los hombro. Sus afiladas tijeras no perdonaron nada, cortaron y cortaron hasta dejarlo pequeño y pegadito, se veía bastante menos femenino, se veía varonil. Buscó en su caja de tintes y tomó el color negro y sin pensarlo más se pintó el cabello de aquel color, quizás para expresar que estaba de luto por el mismo pues estaba muriendo de a pocos. Cuando terminó de lavarse el cabello eran las siete de la mañana. Se lavó el rostro y luego de colocarse cualquier ropa salió hacia la academia, tenía taller de historia del teatro con Siwon y debía ser fuerte. En el auto de su abuelo se encontró con Yesung, tampoco se veía bien, pero este al verlo casi entra en shock. Años de años que no veía a Heechul con ese corte de cabello, rieron un poco como intentando levantarse los ánimos y continuaron en silencio el resto del camino a la academia.
Antes de entrar a su salón, respiró profundo. Estaba asustado por la reacción de todos ellos. Se serenó un poco y continuó caminando. En la puerta estaban Shindong, Kibum, Dongie y Siwon conversando. Pero estaban tan metidos en sus cosas que ninguno se dio cuenta de la presencia de la princesa, no hasta que medio salón lo notó y se alborotó a su alrededor.
- Por qué no me sorprende...- dijo sarcásticamente un Siwon muy dolido. Pero sus palabras no pudieron continuar, Dongie lo tenía del cuello mientras Teukie lo miraba como asesino.- suéltame... – dijo sin inmutarse.
- No te atrevas a lastimarlo...- solo dijo Dongie antes de correr donde su amigo a decirle lo bien que lucia, Siwon se arregló la ropa y pretendió no mirarlo. Heechul lo miró entre la gran multitud. La situación parecía no cambiar. Teukie no dejaba de mirar mal a Siwon mientras que Kibum intentaba ser objetivo y no ponerse del lado de nadie.
- Bien... empecemos...- dijo el profesor entrando al salón- Kim Heechul, hoy vienes con nuevo look...- dijo divertido- te queda muy bien ese color. Se te ve más adulto y responsable... así tendrás muchos fans como siempre has querido
- Ay si profesor Lee...- dijo Heechul levantándose de su asiento- pero ahora quiero tener fans femeninas... quiero que todo mi club de fans femeninas sean mis queridos pétalos, mis novias..- todos rieron, en si ese era el propósito de muchos de los que querían ser idols. – un día, cuando me vea en la televisión haciendo dramas me recordará y dirá “Ah... yo le enseñe historia del teatro a ese chico bonito...”- gritó haciendo una mueca y alborotando a todo su salón, salvo Siwon que permanecía mirando su carpeta fijamente como si le molestara cada una de aquellas palabras. A simple vista parecía que estaban de nuevo como el día en el que se conocieron. A la salida de clases Siwon se entretuvo al guardar y organizar sus apuntes, para cuando levantó el rostro solo quedaban el y Heechul en el salón, estaba apoyado en el pupitre del profesor, muy cerca de la puerta. A penas y lo miró y empezó a caminar hacia la puerta con la mirada fija; pero su intento de escape fue en vano. Heechul le tomó de la mano, logrando que el caballo se detenga en seco.
- No te vayas...- dijo con los ojos llenos de sentimientos- una vez fui injusto y no te di oportunidad de hablar, entonces... sabes cómo me siento ahora...- Siwon no volteó solo se quedó estático esperando que el otro diga todo lo que tenía que decir- es cierto, tuve una vida bastante desordenada en Francia, pero cuando dije que eres el primero, yo no hablaba del primero con el que me acostaba. Yo hablaba de que eras el primero al que amaba. Siwon... si pudiera borrar mi pasado, créeme que lo haría, yo nunca pensé que conocería el amor. Estaba tan acostumbrado a ser amado pero no a amar... no pretendas que no sabes que te amo, por qué te lo he dicho muchas veces... y si quieres, lo vuelvo a decir. Te amo Choi Siwon...-una lagrima resbalo por sus mejillas pálidas- puedo pedirte perdón por la mentira, aunque en si no lo fue, pero no puedo pedirte perdón por mi pasado, pues mal que bien, es lo que me hizo la persona que soy ahora... y que yo sé que tu amas...
- ¿Cuántos fueron...?- preguntó en medio de su silencio- ¿Con cuántos te has acostado?- su mirada se posicionó fría en los ojos del más bajo- apuesto a que no recuerdas a media Francia... acaso ¿No crees que cada vez que toco tu piel no pienso en todos esos bastardos que te tuvieron antes que yo?... efectivamente, no puedes pedir perdón por tu pasado... solo...- su voz se llenó de dolor- solo aléjate de mi... ya bastante daño me has hecho.- Heechul lo soltó repentinamente, no comprendía por qué se comportaba de esa manera el menor. Lo empujó muy enojado y salió de aquel lugar lo más rápido posible.
El día avanzaba y sus ojos parecían cansados. Ryeowook miraba a través de su ventana aquella hermosa ciudad. Deseaba salir, deseaba ir a ver a su cachetón. Suspiró algo triste al escuchar a su nana entrar. Su padre le había quitado todo. Y lo mantenía encerrado en su habitación. Tuvo suerte de que no haya descubierto la habitación donde guardaba las cosas de Yesung, pues eso significaría que todo su archivo del cachetón iría directamente a la basura. Miró la comida en la bandeja de plata de su madre y con un gesto de desprecio le indicó a su nana que retire la comida. No tenía hambre. Le dolía hasta el alma. Como era posible que le hubieran golpeado de esa manera a su novio. Justo cuando las cosas empezaban a mejorar. Abrazó a su nana antes de despedirse y continuó mirando por la ventana.
Este panorama no oscilaba mucho en casa de Heechul y Yesung. El cachetón miraba la comida con cierto recelo. Levantó la cara para encontrarse con un Heechul desganado y con los ojos rojos. Desde que llegó no había dejado de llorar. Ambos estaban en completo silencio, mirando alimentos que no deseaban ingerir. Juntos dejaron escapar un suspiro guardado. Las penas del corazón invadían la habitación. Del otro lado de la mesa, su abuelo los observaba, frunció un poco el ceño, algo que sucedía a su princesa y a su cachetón.
- Pequeños... les tengo una gran noticia...- los nietos le miraron en silencio- he decidido lanzar un nuevo grupo... ¿Quieren saber quienes han sido seleccionados?- era cierto. Su abuelo era el dueño de la empresa de ídolos más grande de Corea del sur. Pese a ser familiares, los tres habían acordado dejar de lado el parentesco y dedicarse a lo que más les gustaba hacer: la música- el grupo que lanzaremos integra a cinco voces privilegiadas... pero, de momento solo tenemos a tres seleccionados... Yunho- miró a Heechul que sonrió atento- Junsu y Jaejoong... ¿Conocen de alguien que pueda integrar las dos vacantes?
- Micky... ¿No hizo audición? – preguntó Heechul, de seguro era por Junsu- lo llamaré y le diré que haga la audición, ¿hasta cuando puede presentarse?
- la próxima semana... – agregó el anciano antes de tomar un poco de su vino- tengo en la mira a alguien que no pertenece a la academia... espero acepte mi propuesta, lo escuché cantar una vez en una actuación de su colegio y quedé impresionado con su voz... ustedes lo conocen, es Changmin....
- ¿Cómo se llamaran?- preguntó Yesung- sabes que Ryeowook también tiene buena voz...- agregó
- Tengo planes futuros para el, pero de momento no puedo hacer nada, como todos sabemos, sus padres le han dado de baja en la academia. Eso me informó uno de los directores... mis contactos nunca fallan. De modo que fui a preguntarle al padre de el si era definitivo el retiro de Ryeowook pues ya había perdido un ciclo de clases. Y dijo que tu tenias la culpa Yesung...- el cachetón bajó la cabeza con enfado- solo podemos esperar a que cumpla la mayoría de edad... no te preocupes pequeño.... esa voz no quedará fuera de la SM.
- Antes que un abuelo.. eres un hombre de negocios...- dijo Heechul intentando sonreír.- el hombre mayor le acaricio el cabello- ¿Te gusta mi nuevo cabello?- preguntó triste
- Con rulos o sin ellos; rojo, verde, naranja o negro... Heechul siempre será Heechul... mi nieto precioso...- dijo el anciano antes de abrazarlo- sonríe más... ¿Esta bien? Soy un abuelo con muchos contactos que parece hombre de negocios y que puede destruir a cualquier persona que le haga daño a mis preciosos nietos...- dijo en tono serio- ha sido Boa...- les susurró- Heechul y Yesung le miraron sorprendidos- tengo planes para ella...
Con todo lo que venía pasando Jay y Rose estaban muy apartados de los demás. El tiempo de presentaciones con Boa había acabado y como banda estaban tomando un descanso. Las cuerdas vocales de Jay estaban un poco afectadas por un resfrío algo fuerte de modo que hablaba muy poco para cuidarse. Rose por su parte lo engreía y mimaba en su departamento. Ambos, luego de aquella vez, habían optado por vivir juntos en la casa del baterista. Pese a esto, Jay no se acostumbraba mucho. Todo era impecable. Ver a los empleados de la rosa caminar de un lado a otro atendiéndolos como reyes, simplemente no era algo que le gustase. La rosa se le acercó a su novio, traía unos pantalones de cuero ajustados y una especie de camisa roja, con el cuello muy abierto; algo corto pues se escapaba a la vista un poco de la piel de su abdomen. Jay estaba sentado en el sofá mirando la televisión, pero de repente la rosa se interpuso entre el y su programa favorito. Con un chasquido de dedos hizo que todo el personal se fuera del departamento. Y se sentó sobre su enamorado, acortando la distancia entre sus bocas; le sonrió. Ambos se miraron detenidamente, era obvio que la rosa quería jugar y Jay que no se negaba. Besó un poco el cuello de su novio, posesivamente y dejando ciertas marcas. A las que el otro reaccionó soltando pequeños gritos de dolor. Dolía pero le gustaba. Jay no se quedó estático e introdujo sus manos por debajo de aquella camisa. Encontrándose con aquel piercing que tanto amaba.
- Príncipe...- le dijo Rose cuando Jay lo tomó entre sus brazos y lo alzo. El chico rubio rodeó el cuello del otro con sus brazos y sin alejarse del rostro del otro dejó que lo lleve en brazos, parecía un gatito mimoso-
- Princesa....- le dijo Jay mientras lo llevaba en brazos a su habitación- princesa...- le dijo al sentir que “algo” mordía en su pierna- ¡Aaaahhhh!- gritó de dolor y casi suelta a su novio que se sobresaltó al escucharlo- tu perro....- caminando torpemente.- me está mordiendo Rose....- al decir esto la rosa se hecho a reír a carcajadas y se bajó para sacar a su pequeño canino que mordía la pierna de Jay
- niña mala... ¿Por qué le haces eso a papi?- tomando al perro que tanto odiaba Jay- eso no se le hace a papi... sino mami se enoja... recostando a su caprichoso perro en su sofá.- ve a dormir... papi y mami irá a hacer lo mismo, ¿Si?- una vez que el perro se durmió Rose volvió a la habitación, encontrándose con un Jay que dormía plácidamente. Por primera vez odió a su perro. Se recostó a su lado y apoderándose de la cintura de su novio con un abrazo de quedó profundamente dormido.
La noche pasó tranquila y a la mañana siguiente Sungmin estaba sentado en su inmenso jardín, conversando con su mamá. Aquella hermosa mujer arreglaba atentamente sus flores mientras su hijo le contaba cosas triviales. Era una mañana bastante despejada. El sol brillaba desde muy temprano, todo presagiaba un hermoso domingo. El pequeño de ropas rosas miraba atento a su madre.
- Minie... ¿Hay algo que me quieras contar? Te noto algo preocupado... ¿Problemas con Kyu?- la mujer mayor era bastante abierta a las nuevas generaciones de modo que el saber que su hijo era gay no era algo que le molestará. Debido a esto Sungmin le contaba absolutamente todo, a decir verdad tenían una muy buena relación.- ¿Se han peleado?
- No... es solo que ambos hicimos algo que dañó la confianza... sabes que besé a Eun en la fiesta de Heechul... mami, hay algo que me deja muy intrigado con Kyu, pero no logro saber que...
- Deberías ya decidirte si volver con Eun o seguir con Kyu... no es bueno que antes escondiéndote de ambos...- Sungminie le miró confundido- no bebé, yo no puedo decidir por ti... tu solito tienes que hacerlo.. quien te manda ser tan guapo.. ya ves...
- Es que me hicieron con amor...- dijo Sungmin con una gran sonrisa- tienes razón mami... debo decidirme ya... no puedo vivir escondido... gracias...- saltó sobre su mamá para darle un pegajoso beso en la mejilla- ay perdón... es que estaba comiendo chocolate- dijo al ver que su mamá se limpiaba un poco de chocolate de la mejilla.
En casa de Jaejoong y Yunho todo estaba muy silencioso. Yunho se bañaba mientras Jae preparaba el desayuno. Unos huevos fritos al estilo francés y un deliciosos jugo de naranja estaban ya servidos sobre la mesa. Al terminar de hacer el café se sentó a esperar a su novio para comer juntos. El cabello de Jae estaba bastante largo, y lo había teñido de marrón para que no lo confundan con aquel clon que andaba suelto en alguna parte de Corea. Le preocupaba que no hicieran nada aún. Pero también le preocupaba lo que dijo Boa. Después de todo, lo que dijo de Heechul no era mentira. La noche anterior había hablado escasamente por teléfono con Heechul y este le había dicho y asegurado que nada existía entre Yunho y Micky pero que si estaba en duda que se lo pregunté de frente. Esperaba nervioso que su novio saliera de la ducha para hablar seriamente.
- perdón.... me he demorado mucho- Jae negó con la cabeza al ver a su novio con un short pequeño y una toalla alrededor de su cuello. Cómo pensar seriamente teniéndolo a Yunho sin mucha ropa.- ¿Qué sucede? ¿No vas a comer?...- Jae levantó la cabeza dispuesto a preguntarle pero el más alto se apresuró y le robó un beso antes de empezar a comer- cierto... buenos días...- sonriéndole tiernamente mientras comía- huevos a lo francés... están deliciosos amor...
- Yunho...- Jae atrajo la atención del otro- yo... yo también hablé con Boa...- al decir esto Yunho se puso pálido y la sonrisa se le borró del rostro- dijo... dijo cosas que ya sabía... como el que fuiste novio de Micky, pero también dijo cosas que yo desconocía totalmente... como el que Micky mató a un hombre por amor a ti... te hicieron daño... eso también me dijo...
- Eso es pasado... algo de lo que nunca hablo...- dijo muy serio- pero si quieres saberlo te lo diré... efectivamente, abusaron de mi y Micky mató a ese desgraciado... pero lo que no sabes es que Boa contrató a esos tipos... ella siempre ha estado obsesionada con Micky. Así que si ella te dijo eso, en si, no mintió pero puede que también haya dicho cosas mal intencionadas...
- Dice que tu amor con Micky no ha muerto... que debo alejarme de ti para que ambos puedan estar juntos y sean felices...- los ojos de Jae se llenaron de lagrimas- dime que me aleje y lo haré... pero...- los hermosos labios de Jae fueron silenciados por el otro.
- Lo amo como amigo, muy cierto... pero yo me he enamorado de ti... te amo a ti por sobre todas las cosas... no dudes nunca eso.... nunca... – una enorme sonrisa apareció en los labios de Jae. Su novio estaba siendo sincero. Luego de aquel beso, no se detuvieron y olvidaron por completo el desayuno.
En su gran mansión de Corea, Henry paseaba de un lado a otro. Ella no se quería casar con el, pero debía. Decía que no quería tener a su lado a un hombre que no la amaba y en verdad, tenía razón. Pero era egoísta pretender que debían pensar en ellos cuando lo único que importaba era aquel nuevo ser que vivía en su vientre. La familia de ella estaba escandalizada y contra su voluntad la habían obligado a comprometerse. Aquel niño o niña merecía una familia y Henry no se la negaría, incluso si eso determinaba el final de su felicidad. Elle tenía ya tres meses de gestación pero no se notaba nada debido a que su cuerpo era muy delgado. Cerró los ojos y se dejó caer sobre el césped de aquel paraíso. Extrañaba mucho a Hannie, se odiaba por haberse acostado con ella, pero el nunca pensó en que volverían a verse. A pesar de su tristeza algo lo llenaba de emoción, quizás una especie de felicidad, iba a tener un hijo y eso era algo que nunca había vivido. Quizás ese sería el único consuelo a su corazón roto. De repente sintió un abrazo, mantuvo sus ojos cerrados esperando que fuera Hannie pero aquella fragancia era inconfundible, era su madre. La mujer mayor le besó la mejilla y se fue tan rápido como llegó. No podía decir nada, no sabía que decir. El cachetón aguantó sus lagrimas mientras mordía en silencio sus labios.
- Henry...- Elle se sentó a su lado- lo siento...- dijo bajando la mirada- realmente lo siento. Ha sido mi culpa...
- descuida... creo que ha sido culpa de los dos...- sonrió- no es bueno que te sientas triste ni llores, le puede afectar al bebé- dándole un beso en la mejilla- ese bebé debe saber que sus padres lo aman mucho desde ya...- mirando el aún plano vientre de ella- ¿Puedo escuchar su corazón si me coloco cerca?- ella asintió en silencio. Henry se acercó lentamente y colocó su oído sobre su vientre, escuchando como latía aquel pequeño corazón- es hermoso...- dijo, Elle se quedó en silencio, sonriendo entre lagrimas. Sería un padre perfecto, pero no un buen esposo, pues nunca la llegaría a amar- pequeño o pequeña, crece mucho, ¿Si? Papá y mamá siempre te van a amar mucho, pero ya queremos verte, pronto... muy pronto- se veían como una pareja joven. Se veían bien juntos, para todos serían una pareja perfecta, para todos menos para aquel chico chino que los miraba desde lejos, desde una de las puertas de servicio de la gran casa. Hanie había ido a decirle que lo perdonaba que lo mejor era ser amigos. Pues un bebé no tenía la culpa de nada. Pero al ver tal imagen sus ojos se llenaron de lagrimas y prefirió decirlo otro día. Se dio media vuelta y empezó a caminar lentamente hacia donde se encontraba la puerta que lo había dejado entrar.
Sus planes estaban saliendo a la perfección, Heechul estaba destruido y era cuestión de tiempo para que Yunho y Jae se separen. Solo le faltaba aquel Junsu, sin embargo de eso se encargaría Tae. El le había prohibido hacerle daño alguno al delfín pues “lo amaba”. Joong esperaba paciente el final de la otra pareja para tener para si solo a Jae. Soñaba despierto cómo viviría con aquel precioso ser que transformó sus días desde la primaria. Recordó como fue el único chiquito que le habló en aquel colegio. Desde aquel día quedó impactado por su extrema belleza y se juró en silencio que no dejaría de seguir. En secundaria fue igual, siempre estuvo a su lado, como un amigo más. Siempre esperando a que Jae lo mire con otros ojos. Pero no sucedió, finalmente cuando tuvo el valor suficiente de declarársele, Jae le dijo que lo veía como un buen amigo con el que había crecido y que no quería salir con nadie pues solo aspiraba a ganar aquella beca en la prestigiosa academia. Su mundo se vino abajo y en medio de su dolor fue sorprendido por media secundaria, todos lo golpearon hasta dejarlo casi muerto. Pues todos aquellos chicos descubrieron de su homosexualidad y no estaban de acuerdo con aquellos comportamientos. Pensaron que Jae lo había rechazado porque no era gay, de modo que a el no le pegaron. Pero el pobre de Joong terminó casi muerto y totalmente desfigurado. Para cuando Jae fue a buscarlo al hospital el no quería que lo viera así y prefirió escapar y trabajar para pagarse una operación en el rostro. Cuando logró juntar todo el dinero, llevó una fotografía de Jae y pidió ser exactamente igual a el.
Continuará....
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Capitulo 22.
Tus manos me niegan una caricia.
Un cálido pedazo de destino
que tu piel guarda celosamente.
Y tus labios reniegan de mi nombre
cuando en las noches no dejas de pensar en mi
Y hasta el roce de las sabanas raspaba su piel si no lo tenía cerca, daba vueltas en su cama durante toda la noche, intentando olvidar aquellas pocas noches en los que sintió que hacían el amor y no simplemente tenían sexo. Siwon llevó sus manos hacia su rostro y cubrió todo aquel cansancio guardado que tenía, ya eran tres días separados y sentía que la piel le quemaba, le faltaba la respiración y su ojos perdían poco a poco ese brillo que siempre lo caracterizaba. Se habían visto dos o tres veces en algunos salones de clases, Heechul trataba de acercarse y hablarle pero Siwon miraba fijamente el frente y seguía de largo. Ignorando por completo a la princesa, rompiendo cada vez más su corazón. Sentía frío, mucho frío si no estaba cerca de su princesa, pero como volver y perdonarle, no podía por más que su corazón se lo pedía a gritos, su cerebro y su orgullo confabulaban para matar de a pocos a todo sentimiento que osara desafiar su decisión.
El reloj marcaba las tres de la madrugada, y la luz del cuarto de su amigo continuaba encendida, Hangeng se levantó y caminó en silencio hasta Siwon, se sentó al borde de la cama y quitando sus manos de su lloroso rostro le besó la frente. Ambos sufrían penas del corazón; pero, según el chico chino, el problema del otro tenía solución. Empujó un poco a su amigo y se metió a la cama con el, sus abrazos no servirían de nada pero al menos evitarían que su corazón muera de hipotermia.
La situación no variaba mucho en la casa de Cinderella. Estaba recostado sobre un gran sofá con una copa de vodka entre los dedos y la mirada perdida, como intentando borrar su pasado. Se veía triste, como nunca antes, quizás como en el día en que murió su hermana. A penas y quedaba un poco de aquel líquido que lo transportaba a sitios mejores que su cuerpo. Se miraba al espejo y se sentía irremediablemente sucio, sentía que Siwon lo miraba con asco. Y aunque no comprendía cómo su amor se podía convertir en asco, era justificable, porqué el lo ocultó, el ocultó su pasado quizás por miedo a lo que siempre decían en Francia. Por miedo a que Siwon lo tomara como un “chico fácil”, desde la primera vez que lo vio, supo que su vida había cambiado totalmente y que con el todo sería diferente. Una fría lagrima recorrió su mejilla humedeciéndola. Le dolía hasta respirar, pues le recordaba que continuaba siendo el: Kim Heechul. El pelirrojo había optado por parecer fuerte y optimista durante los días, pero pasaba sus noches sumido en sus pensamientos, llorando en silencio frente a la chimenea de la habitación. Al tratar de secar sus mejillas notó que su cabello estaba largo, bastante largo. Se miró con asco, como aquella vez en la que Siwon lo terminó.
Odiaba más que nunca su cabello rojo, le recordaba Francia, cuando tenía aquellos rulos que lo hacían pasar por chica. Cuando andaba con Boa de discoteca en discoteca buscando chicos para usarlos y luego romperles el corazón. Todo empezó como un juego, desde la muerte de su hermana, Heechul se volvió muy débil antes las chicas cuando lloraban pues todas le recordaban a su madre y a su hermana. De modo que cuando Micky rechazó a Boa, Heechul no pudo soportar verla llorar y solo por ella empezó a tener esa vida llena de descuidos y excesos. Claro que también no era del todo la culpa de ella, sino también de el, pues no supo controlarse. Pero ¿Cómo saber controlarse cuando apenas se es adolescente? Tomó el ultimo sorbo de su copa y como pudo caminó hasta su gaveta; estando un poco mareado por efecto del licor tomó unas tijeras y cortó su cabello, el cual le llegaba hasta los hombro. Sus afiladas tijeras no perdonaron nada, cortaron y cortaron hasta dejarlo pequeño y pegadito, se veía bastante menos femenino, se veía varonil. Buscó en su caja de tintes y tomó el color negro y sin pensarlo más se pintó el cabello de aquel color, quizás para expresar que estaba de luto por el mismo pues estaba muriendo de a pocos. Cuando terminó de lavarse el cabello eran las siete de la mañana. Se lavó el rostro y luego de colocarse cualquier ropa salió hacia la academia, tenía taller de historia del teatro con Siwon y debía ser fuerte. En el auto de su abuelo se encontró con Yesung, tampoco se veía bien, pero este al verlo casi entra en shock. Años de años que no veía a Heechul con ese corte de cabello, rieron un poco como intentando levantarse los ánimos y continuaron en silencio el resto del camino a la academia.
Antes de entrar a su salón, respiró profundo. Estaba asustado por la reacción de todos ellos. Se serenó un poco y continuó caminando. En la puerta estaban Shindong, Kibum, Dongie y Siwon conversando. Pero estaban tan metidos en sus cosas que ninguno se dio cuenta de la presencia de la princesa, no hasta que medio salón lo notó y se alborotó a su alrededor.
- Por qué no me sorprende...- dijo sarcásticamente un Siwon muy dolido. Pero sus palabras no pudieron continuar, Dongie lo tenía del cuello mientras Teukie lo miraba como asesino.- suéltame... – dijo sin inmutarse.
- No te atrevas a lastimarlo...- solo dijo Dongie antes de correr donde su amigo a decirle lo bien que lucia, Siwon se arregló la ropa y pretendió no mirarlo. Heechul lo miró entre la gran multitud. La situación parecía no cambiar. Teukie no dejaba de mirar mal a Siwon mientras que Kibum intentaba ser objetivo y no ponerse del lado de nadie.
- Bien... empecemos...- dijo el profesor entrando al salón- Kim Heechul, hoy vienes con nuevo look...- dijo divertido- te queda muy bien ese color. Se te ve más adulto y responsable... así tendrás muchos fans como siempre has querido
- Ay si profesor Lee...- dijo Heechul levantándose de su asiento- pero ahora quiero tener fans femeninas... quiero que todo mi club de fans femeninas sean mis queridos pétalos, mis novias..- todos rieron, en si ese era el propósito de muchos de los que querían ser idols. – un día, cuando me vea en la televisión haciendo dramas me recordará y dirá “Ah... yo le enseñe historia del teatro a ese chico bonito...”- gritó haciendo una mueca y alborotando a todo su salón, salvo Siwon que permanecía mirando su carpeta fijamente como si le molestara cada una de aquellas palabras. A simple vista parecía que estaban de nuevo como el día en el que se conocieron. A la salida de clases Siwon se entretuvo al guardar y organizar sus apuntes, para cuando levantó el rostro solo quedaban el y Heechul en el salón, estaba apoyado en el pupitre del profesor, muy cerca de la puerta. A penas y lo miró y empezó a caminar hacia la puerta con la mirada fija; pero su intento de escape fue en vano. Heechul le tomó de la mano, logrando que el caballo se detenga en seco.
- No te vayas...- dijo con los ojos llenos de sentimientos- una vez fui injusto y no te di oportunidad de hablar, entonces... sabes cómo me siento ahora...- Siwon no volteó solo se quedó estático esperando que el otro diga todo lo que tenía que decir- es cierto, tuve una vida bastante desordenada en Francia, pero cuando dije que eres el primero, yo no hablaba del primero con el que me acostaba. Yo hablaba de que eras el primero al que amaba. Siwon... si pudiera borrar mi pasado, créeme que lo haría, yo nunca pensé que conocería el amor. Estaba tan acostumbrado a ser amado pero no a amar... no pretendas que no sabes que te amo, por qué te lo he dicho muchas veces... y si quieres, lo vuelvo a decir. Te amo Choi Siwon...-una lagrima resbalo por sus mejillas pálidas- puedo pedirte perdón por la mentira, aunque en si no lo fue, pero no puedo pedirte perdón por mi pasado, pues mal que bien, es lo que me hizo la persona que soy ahora... y que yo sé que tu amas...
- ¿Cuántos fueron...?- preguntó en medio de su silencio- ¿Con cuántos te has acostado?- su mirada se posicionó fría en los ojos del más bajo- apuesto a que no recuerdas a media Francia... acaso ¿No crees que cada vez que toco tu piel no pienso en todos esos bastardos que te tuvieron antes que yo?... efectivamente, no puedes pedir perdón por tu pasado... solo...- su voz se llenó de dolor- solo aléjate de mi... ya bastante daño me has hecho.- Heechul lo soltó repentinamente, no comprendía por qué se comportaba de esa manera el menor. Lo empujó muy enojado y salió de aquel lugar lo más rápido posible.
El día avanzaba y sus ojos parecían cansados. Ryeowook miraba a través de su ventana aquella hermosa ciudad. Deseaba salir, deseaba ir a ver a su cachetón. Suspiró algo triste al escuchar a su nana entrar. Su padre le había quitado todo. Y lo mantenía encerrado en su habitación. Tuvo suerte de que no haya descubierto la habitación donde guardaba las cosas de Yesung, pues eso significaría que todo su archivo del cachetón iría directamente a la basura. Miró la comida en la bandeja de plata de su madre y con un gesto de desprecio le indicó a su nana que retire la comida. No tenía hambre. Le dolía hasta el alma. Como era posible que le hubieran golpeado de esa manera a su novio. Justo cuando las cosas empezaban a mejorar. Abrazó a su nana antes de despedirse y continuó mirando por la ventana.
Este panorama no oscilaba mucho en casa de Heechul y Yesung. El cachetón miraba la comida con cierto recelo. Levantó la cara para encontrarse con un Heechul desganado y con los ojos rojos. Desde que llegó no había dejado de llorar. Ambos estaban en completo silencio, mirando alimentos que no deseaban ingerir. Juntos dejaron escapar un suspiro guardado. Las penas del corazón invadían la habitación. Del otro lado de la mesa, su abuelo los observaba, frunció un poco el ceño, algo que sucedía a su princesa y a su cachetón.
- Pequeños... les tengo una gran noticia...- los nietos le miraron en silencio- he decidido lanzar un nuevo grupo... ¿Quieren saber quienes han sido seleccionados?- era cierto. Su abuelo era el dueño de la empresa de ídolos más grande de Corea del sur. Pese a ser familiares, los tres habían acordado dejar de lado el parentesco y dedicarse a lo que más les gustaba hacer: la música- el grupo que lanzaremos integra a cinco voces privilegiadas... pero, de momento solo tenemos a tres seleccionados... Yunho- miró a Heechul que sonrió atento- Junsu y Jaejoong... ¿Conocen de alguien que pueda integrar las dos vacantes?
- Micky... ¿No hizo audición? – preguntó Heechul, de seguro era por Junsu- lo llamaré y le diré que haga la audición, ¿hasta cuando puede presentarse?
- la próxima semana... – agregó el anciano antes de tomar un poco de su vino- tengo en la mira a alguien que no pertenece a la academia... espero acepte mi propuesta, lo escuché cantar una vez en una actuación de su colegio y quedé impresionado con su voz... ustedes lo conocen, es Changmin....
- ¿Cómo se llamaran?- preguntó Yesung- sabes que Ryeowook también tiene buena voz...- agregó
- Tengo planes futuros para el, pero de momento no puedo hacer nada, como todos sabemos, sus padres le han dado de baja en la academia. Eso me informó uno de los directores... mis contactos nunca fallan. De modo que fui a preguntarle al padre de el si era definitivo el retiro de Ryeowook pues ya había perdido un ciclo de clases. Y dijo que tu tenias la culpa Yesung...- el cachetón bajó la cabeza con enfado- solo podemos esperar a que cumpla la mayoría de edad... no te preocupes pequeño.... esa voz no quedará fuera de la SM.
- Antes que un abuelo.. eres un hombre de negocios...- dijo Heechul intentando sonreír.- el hombre mayor le acaricio el cabello- ¿Te gusta mi nuevo cabello?- preguntó triste
- Con rulos o sin ellos; rojo, verde, naranja o negro... Heechul siempre será Heechul... mi nieto precioso...- dijo el anciano antes de abrazarlo- sonríe más... ¿Esta bien? Soy un abuelo con muchos contactos que parece hombre de negocios y que puede destruir a cualquier persona que le haga daño a mis preciosos nietos...- dijo en tono serio- ha sido Boa...- les susurró- Heechul y Yesung le miraron sorprendidos- tengo planes para ella...
Con todo lo que venía pasando Jay y Rose estaban muy apartados de los demás. El tiempo de presentaciones con Boa había acabado y como banda estaban tomando un descanso. Las cuerdas vocales de Jay estaban un poco afectadas por un resfrío algo fuerte de modo que hablaba muy poco para cuidarse. Rose por su parte lo engreía y mimaba en su departamento. Ambos, luego de aquella vez, habían optado por vivir juntos en la casa del baterista. Pese a esto, Jay no se acostumbraba mucho. Todo era impecable. Ver a los empleados de la rosa caminar de un lado a otro atendiéndolos como reyes, simplemente no era algo que le gustase. La rosa se le acercó a su novio, traía unos pantalones de cuero ajustados y una especie de camisa roja, con el cuello muy abierto; algo corto pues se escapaba a la vista un poco de la piel de su abdomen. Jay estaba sentado en el sofá mirando la televisión, pero de repente la rosa se interpuso entre el y su programa favorito. Con un chasquido de dedos hizo que todo el personal se fuera del departamento. Y se sentó sobre su enamorado, acortando la distancia entre sus bocas; le sonrió. Ambos se miraron detenidamente, era obvio que la rosa quería jugar y Jay que no se negaba. Besó un poco el cuello de su novio, posesivamente y dejando ciertas marcas. A las que el otro reaccionó soltando pequeños gritos de dolor. Dolía pero le gustaba. Jay no se quedó estático e introdujo sus manos por debajo de aquella camisa. Encontrándose con aquel piercing que tanto amaba.
- Príncipe...- le dijo Rose cuando Jay lo tomó entre sus brazos y lo alzo. El chico rubio rodeó el cuello del otro con sus brazos y sin alejarse del rostro del otro dejó que lo lleve en brazos, parecía un gatito mimoso-
- Princesa....- le dijo Jay mientras lo llevaba en brazos a su habitación- princesa...- le dijo al sentir que “algo” mordía en su pierna- ¡Aaaahhhh!- gritó de dolor y casi suelta a su novio que se sobresaltó al escucharlo- tu perro....- caminando torpemente.- me está mordiendo Rose....- al decir esto la rosa se hecho a reír a carcajadas y se bajó para sacar a su pequeño canino que mordía la pierna de Jay
- niña mala... ¿Por qué le haces eso a papi?- tomando al perro que tanto odiaba Jay- eso no se le hace a papi... sino mami se enoja... recostando a su caprichoso perro en su sofá.- ve a dormir... papi y mami irá a hacer lo mismo, ¿Si?- una vez que el perro se durmió Rose volvió a la habitación, encontrándose con un Jay que dormía plácidamente. Por primera vez odió a su perro. Se recostó a su lado y apoderándose de la cintura de su novio con un abrazo de quedó profundamente dormido.
La noche pasó tranquila y a la mañana siguiente Sungmin estaba sentado en su inmenso jardín, conversando con su mamá. Aquella hermosa mujer arreglaba atentamente sus flores mientras su hijo le contaba cosas triviales. Era una mañana bastante despejada. El sol brillaba desde muy temprano, todo presagiaba un hermoso domingo. El pequeño de ropas rosas miraba atento a su madre.
- Minie... ¿Hay algo que me quieras contar? Te noto algo preocupado... ¿Problemas con Kyu?- la mujer mayor era bastante abierta a las nuevas generaciones de modo que el saber que su hijo era gay no era algo que le molestará. Debido a esto Sungmin le contaba absolutamente todo, a decir verdad tenían una muy buena relación.- ¿Se han peleado?
- No... es solo que ambos hicimos algo que dañó la confianza... sabes que besé a Eun en la fiesta de Heechul... mami, hay algo que me deja muy intrigado con Kyu, pero no logro saber que...
- Deberías ya decidirte si volver con Eun o seguir con Kyu... no es bueno que antes escondiéndote de ambos...- Sungminie le miró confundido- no bebé, yo no puedo decidir por ti... tu solito tienes que hacerlo.. quien te manda ser tan guapo.. ya ves...
- Es que me hicieron con amor...- dijo Sungmin con una gran sonrisa- tienes razón mami... debo decidirme ya... no puedo vivir escondido... gracias...- saltó sobre su mamá para darle un pegajoso beso en la mejilla- ay perdón... es que estaba comiendo chocolate- dijo al ver que su mamá se limpiaba un poco de chocolate de la mejilla.
En casa de Jaejoong y Yunho todo estaba muy silencioso. Yunho se bañaba mientras Jae preparaba el desayuno. Unos huevos fritos al estilo francés y un deliciosos jugo de naranja estaban ya servidos sobre la mesa. Al terminar de hacer el café se sentó a esperar a su novio para comer juntos. El cabello de Jae estaba bastante largo, y lo había teñido de marrón para que no lo confundan con aquel clon que andaba suelto en alguna parte de Corea. Le preocupaba que no hicieran nada aún. Pero también le preocupaba lo que dijo Boa. Después de todo, lo que dijo de Heechul no era mentira. La noche anterior había hablado escasamente por teléfono con Heechul y este le había dicho y asegurado que nada existía entre Yunho y Micky pero que si estaba en duda que se lo pregunté de frente. Esperaba nervioso que su novio saliera de la ducha para hablar seriamente.
- perdón.... me he demorado mucho- Jae negó con la cabeza al ver a su novio con un short pequeño y una toalla alrededor de su cuello. Cómo pensar seriamente teniéndolo a Yunho sin mucha ropa.- ¿Qué sucede? ¿No vas a comer?...- Jae levantó la cabeza dispuesto a preguntarle pero el más alto se apresuró y le robó un beso antes de empezar a comer- cierto... buenos días...- sonriéndole tiernamente mientras comía- huevos a lo francés... están deliciosos amor...
- Yunho...- Jae atrajo la atención del otro- yo... yo también hablé con Boa...- al decir esto Yunho se puso pálido y la sonrisa se le borró del rostro- dijo... dijo cosas que ya sabía... como el que fuiste novio de Micky, pero también dijo cosas que yo desconocía totalmente... como el que Micky mató a un hombre por amor a ti... te hicieron daño... eso también me dijo...
- Eso es pasado... algo de lo que nunca hablo...- dijo muy serio- pero si quieres saberlo te lo diré... efectivamente, abusaron de mi y Micky mató a ese desgraciado... pero lo que no sabes es que Boa contrató a esos tipos... ella siempre ha estado obsesionada con Micky. Así que si ella te dijo eso, en si, no mintió pero puede que también haya dicho cosas mal intencionadas...
- Dice que tu amor con Micky no ha muerto... que debo alejarme de ti para que ambos puedan estar juntos y sean felices...- los ojos de Jae se llenaron de lagrimas- dime que me aleje y lo haré... pero...- los hermosos labios de Jae fueron silenciados por el otro.
- Lo amo como amigo, muy cierto... pero yo me he enamorado de ti... te amo a ti por sobre todas las cosas... no dudes nunca eso.... nunca... – una enorme sonrisa apareció en los labios de Jae. Su novio estaba siendo sincero. Luego de aquel beso, no se detuvieron y olvidaron por completo el desayuno.
En su gran mansión de Corea, Henry paseaba de un lado a otro. Ella no se quería casar con el, pero debía. Decía que no quería tener a su lado a un hombre que no la amaba y en verdad, tenía razón. Pero era egoísta pretender que debían pensar en ellos cuando lo único que importaba era aquel nuevo ser que vivía en su vientre. La familia de ella estaba escandalizada y contra su voluntad la habían obligado a comprometerse. Aquel niño o niña merecía una familia y Henry no se la negaría, incluso si eso determinaba el final de su felicidad. Elle tenía ya tres meses de gestación pero no se notaba nada debido a que su cuerpo era muy delgado. Cerró los ojos y se dejó caer sobre el césped de aquel paraíso. Extrañaba mucho a Hannie, se odiaba por haberse acostado con ella, pero el nunca pensó en que volverían a verse. A pesar de su tristeza algo lo llenaba de emoción, quizás una especie de felicidad, iba a tener un hijo y eso era algo que nunca había vivido. Quizás ese sería el único consuelo a su corazón roto. De repente sintió un abrazo, mantuvo sus ojos cerrados esperando que fuera Hannie pero aquella fragancia era inconfundible, era su madre. La mujer mayor le besó la mejilla y se fue tan rápido como llegó. No podía decir nada, no sabía que decir. El cachetón aguantó sus lagrimas mientras mordía en silencio sus labios.
- Henry...- Elle se sentó a su lado- lo siento...- dijo bajando la mirada- realmente lo siento. Ha sido mi culpa...
- descuida... creo que ha sido culpa de los dos...- sonrió- no es bueno que te sientas triste ni llores, le puede afectar al bebé- dándole un beso en la mejilla- ese bebé debe saber que sus padres lo aman mucho desde ya...- mirando el aún plano vientre de ella- ¿Puedo escuchar su corazón si me coloco cerca?- ella asintió en silencio. Henry se acercó lentamente y colocó su oído sobre su vientre, escuchando como latía aquel pequeño corazón- es hermoso...- dijo, Elle se quedó en silencio, sonriendo entre lagrimas. Sería un padre perfecto, pero no un buen esposo, pues nunca la llegaría a amar- pequeño o pequeña, crece mucho, ¿Si? Papá y mamá siempre te van a amar mucho, pero ya queremos verte, pronto... muy pronto- se veían como una pareja joven. Se veían bien juntos, para todos serían una pareja perfecta, para todos menos para aquel chico chino que los miraba desde lejos, desde una de las puertas de servicio de la gran casa. Hanie había ido a decirle que lo perdonaba que lo mejor era ser amigos. Pues un bebé no tenía la culpa de nada. Pero al ver tal imagen sus ojos se llenaron de lagrimas y prefirió decirlo otro día. Se dio media vuelta y empezó a caminar lentamente hacia donde se encontraba la puerta que lo había dejado entrar.
Sus planes estaban saliendo a la perfección, Heechul estaba destruido y era cuestión de tiempo para que Yunho y Jae se separen. Solo le faltaba aquel Junsu, sin embargo de eso se encargaría Tae. El le había prohibido hacerle daño alguno al delfín pues “lo amaba”. Joong esperaba paciente el final de la otra pareja para tener para si solo a Jae. Soñaba despierto cómo viviría con aquel precioso ser que transformó sus días desde la primaria. Recordó como fue el único chiquito que le habló en aquel colegio. Desde aquel día quedó impactado por su extrema belleza y se juró en silencio que no dejaría de seguir. En secundaria fue igual, siempre estuvo a su lado, como un amigo más. Siempre esperando a que Jae lo mire con otros ojos. Pero no sucedió, finalmente cuando tuvo el valor suficiente de declarársele, Jae le dijo que lo veía como un buen amigo con el que había crecido y que no quería salir con nadie pues solo aspiraba a ganar aquella beca en la prestigiosa academia. Su mundo se vino abajo y en medio de su dolor fue sorprendido por media secundaria, todos lo golpearon hasta dejarlo casi muerto. Pues todos aquellos chicos descubrieron de su homosexualidad y no estaban de acuerdo con aquellos comportamientos. Pensaron que Jae lo había rechazado porque no era gay, de modo que a el no le pegaron. Pero el pobre de Joong terminó casi muerto y totalmente desfigurado. Para cuando Jae fue a buscarlo al hospital el no quería que lo viera así y prefirió escapar y trabajar para pagarse una operación en el rostro. Cuando logró juntar todo el dinero, llevó una fotografía de Jae y pidió ser exactamente igual a el.
Continuará....
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